•29 | Mío.
-J-Jungkook...
-Hola, pequeño. Creo que es tiempo de hablar de algunas cosas importantes—comenta con el intento de seriedad en sus facciones, casi perdiendo el aliento al poder observar finalmente ese rostro angelical que había deseado detallar desde hace semanas atrás, cuatro, para ser más puntuales. El rubio de cabello desordenado no hace ningún movimiento por los próximos segundos, solo puede quedarse viendo fijamente aquellos luceros negros con algo en la mirada. ¿Eso es felicidad? Jungkook puede jurar que es felicidad lo que muestran—¿Puedes ahora? O...—Taehyung ni siquiera espera que pronuncie alguna otra palabra para tomarlo de la mano y guiarlo dentro del apartamento sin darle tiempo al arrepentimiento que sabe tendrá cuando la valentía se le escabulla del sistema.
Aunque sus piernas estén temblando y tenga ganas de llorar por el miedo de enfrentar lo hecho aquella noche en la que palabras mordaces salieron como medio de defensa, no puede evitar llevarlo entre movimientos torpes al único lugar que lo hace sentir seguro de ese apartamento, uno donde se ha podido refugiar cuando quiere llorar o simplemente ver el techo por horas dejando que la tristeza de sus errores lo consuman poco a poco.
Aquella habitación prestada ha servido como el sitio perfecto cuando desea protegerse del mundo, de los rumores, de sí mismo. Pero ahora, justo en este momento que abre la puerta y deja pasar a Jungkook para seguidamente trancar sin ninguna sutileza y pegar su frente de ella entre respiraciones inestables, sabe que ha sido impulsivo, que no ha pensado demasiado que ahora está encerrado con el hombre de su vida entre cuatro paredes y que posiblemente él ha venido para terminar de mandarlo al infierno por ser un niñato tonto que no supo cómo manejar una situación delicada que los envolvía a los dos por igual.
Esa fue una prueba de fuego que debían enfrentar con madurez, y él solo pudo huir para no terminar de quemar la escasa paja que lo cubría del dolor. Fue un imbécil, ahora lo sabe. Quisiera decirle que lo lamenta, que por favor escuche todo lo que tiene para decir ahora que su cabeza está mucho más tranquila por el tiempo a solos. Pero... ¿Qué pasa si de verdad viene a expresar que fue el peor error de su vida? No soportaría oírlo decir que por su culpa inició un proceso de divorcio que nunca debió, o que mintió a su hijo solo porque estaba necesitado de un respiro y él fue el mejor tanque de oxígeno en rebaja que consiguió.
No, no, no podría levantarse del suelo si ha venido a terminar de dejarlo... No quiere que eso suceda.
-¿Por qué los unicornios en el techo?—es la pregunta que viene de parte de Jungkook que ha estado mirando los cambios en la habitación con tranquilidad, mientras el rubio se debatía un montón de cosas que solo le hacían querer llorar con más fuerza por haber sido un imbécil insensible.—tu habitación está limpia, es una lástima...
Luego de un movimiento suave, Taehyung se gira para poder clavar su mirada en el cuerpo del hombre que nuevamente viste ese conjunto deportivo que lo hace notar tan inalcanzable como solo él podría verse. ¿Lo está usando a propósito? Sabe que le encanta como ese tipo de ropa despreocupada le queda, así que supone que lo ha vestido con intención.
-¿Lástima?—repite sin comprender—¿El qué?
-No poder ver aquella ropa interior de osito bastante tierno que estaba sobre la cama—susurra un poco divertido, sonriéndole de manera suave para poder tranquilizar aquella expresión en Taehyung.—¿Estás bien? Espero que este tiempo contigo mismo haya dado los mismos resultados que conmigo. Tae, hoy puedo decirte con mucha seguridad que me siento bien. Estable. Y creo que de esa manera no me había sentido en los últimos cinco meses que todo lo nuestro comenzó.
Es verdad que Jungkook no es demasiado bueno leyendo a las personas con solo ver su rostro, pero su pequeño es tan transparente que ni siquiera es necesario que diga un "Lo siento" Porque sabe que lamenta haberlo abandonado.
-¿N-No lo habías sentido?—sus ojitos cristalizados se desvían a cualquier otro lado de la habitación no siendo capaz de mirarlo una vez más—n-no deseo escucharte decir que te arrepientes de mí. Si solo vienes a eso... No lo hagas, p-por favor—pide en un hilo delgado de voz.
¿Por qué saber eso le duele tanto? Ah... Es porque literalmente le está diciendo que todo el tiempo que pasaron juntos no le hizo ser tan feliz como se siente ahora que están separados. ¡Sabía que venía a terminar de cerrar el ciclo! Por eso no mandó ni un mensaje o llamada, por eso... Lo dejó por su cuenta durante un mes entero, solo esperando el momento indicado para exterminar los sentimientos que tiene. Que tonto... De verdad creyó que podrían volver en algún momento y formar ese hogar que habían imaginado entre las sábanas blancas de aquella cama que lo hizo sentir amado de muchas maneras.
-¿De qué hablas?—cuestiona confundido, no entendiendo por qué ha deducido eso de manera tan abrupta. Luego de un suspiro lleno de lucidez por lo que cree está pasando por la cabeza del chico, mueve su cabeza en desaprobación por aquellos malos pensamientos. ¿Por qué no le sorprende?—sigues siendo igual de pesimista, Taehyung. Quizás necesites más tiempo para darte cuenta que no solo mereces las cosas malas de la vida. Ya deberías de entender que alguien realmente te puede amar y valorar solo siendo quien eres, un chico inteligente, problemático, espontáneo y hermoso.
>> ¿De verdad crees que he venido aquí para lastimarte o reprocharte? ¿Ya no lo hicimos esa noche en la cual decidiste irte? Está bien, me dolió que hayas catalogado como mierda el sentimiento que ambos compartimos, pero puedo comprender que no estabas bien, que yo tampoco lo estaba... Que YeonJun... Dios—cubre su rostro por escasos segundos—lo siento. Sé que ni siquiera puedo saber lo que sentiste ese día, mucho menos intentaré justificar las acciones de mi hijo; solo creí que éramos fuertes, que habíamos podido construir algo sólido... Pero eso nunca iba a ser de esa forma si lo que creamos fue fundado sobre un monto de mentiras. La fragilidad de lo que uno cree es resistente, puede ser un duro golpe para las personas cuando la realidad cae por su propio peso. Nos equivocamos, Taehyung. Estar juntos...-
-Pensé que habíamos sido una parte importante de la felicidad del otro—el rubio interrumpe sus palabras en un susurro, impidiendo que continúe con lo que decía. No quiere escucharlo—iba a ir a verte, Jungkook. La semana pasada... La semana anterior a esa, pero no pude salir de este apartamento. Estaba avergonzado de haberte dicho todo lo que dije. Me convencí en más de una oportunidad que no valía la pena retener esos malos pensamientos de nosotros porque lo que sentíamos era mucho... M-Mucho más grande de lo que los siete billones de puntos de vista distintos creyeran.
>> Pero exploté esa noche de la peor manera, s-se supone que podíamos decir lo que quisiéramos porque éramos libres de hacerlo, más no lo hice por miedo a que creyeras que era inseguro en cuanto nosotros. Rayos... Compré té de valeriana para ti... Mucho de ese, ya que sabía que te gustaba y relajaba—ríe con tristeza, deslizando su espalda por la puerta dejándose caer sentado sobre el suelo sin verdaderas ganas de alzar la voz o decir algo más que la verdad detrás de ese tiempo separados. —todos los días pensaba si estarías bien, si comerías los cereales de pasas que compré para ambos, o si por fin pudiste utilizar la lavadora de forma correcta. Sabía que sí... Eres inteligente...
-Mis camisas blancas terminaron pintadas—expone repentinamente, acercándose al chico entre movimientos calmosos para ocupar el sitio a su lado en el suelo. Sus hombros chocan al igual que sus rodillas, debido a la cercanía que ni siquiera puede preocupar a Jungkook al estar demasiado familiarizado a ello, puede percibir el olor de sus hebras doradas, al igual que el nacimiento de una muy mínima barba en ese mentón que siempre se ha mantenido impecable desde que lo conoce. Es hermoso. Adora verlo tan natural, tan real. Jungkook ama a Taehyung, de ello, no debe existir duda alguna—tu boina de color vino...—ríe brevemente—fue de alguna manera sorprendente ver que una prenda tuya se haya colado entre mi ropa y dado color a todas aquellas simples camisas.
>> Verlo... Me hizo llorar—confiesa sin vergüenza alguna, no podría ocupar ese sentimiento si la persona que está a su lado es Taehyung—fue un poco patético de mi parte el caer sentado al suelo mientras lloraba sin despegar los ojos de dentro de la lavadora. Pero si nos detenemos a pensarlo bien, eso fue lo que verdaderamente ocurrió. Mi vida simple, monótona... Repentinamente fue coloreada por ti, miles de tonos suaves, pero al mismo tiempo de esos intensos que llaman demasiado la atención. Líneas, muchas líneas de diferentes matices fueron llenando mi alma. Era como un lienzo en blanco el cual tú fuiste pintando... Pero que al momento de firma con tu nombre, no pudiste hacerlo por ser esta relación un secreto. Nos equivocamos al creer que todo estaría bien con solo estar juntos, pero incluso si no lo estamos... Todo sigue estando bien. Yo estoy bien. ¿Lo estás tú?—lo mira esperanzado de una respuesta positiva.
♫ ¿Qué tan cierto es lo que dices?.
Taehyung a pesar de percibir un gran malestar en su corazón por lo poco claro de la conversación, asiente lentamente a su dirección. Y lo hace porque es verdad. Está bien, es decir, es una realidad que su pecho duele por lo que cree es la despedida de Jungkook, pero la otra parte de su vida, esa que es solamente él, nunca la había percibido tan estable como ahora.
Algo dentro le dice que no importa cuál sea la decisión final del hombre con respecto a ellos, sabe que podrá aceptarlo con la frente en alto porque ambos lo merecen, ya sea una continuación o un fin, ambos lo merecen por haber podido crecer paso a paso personalmente.
Y es quiere hacer tanto, quiere lograr muchas cosas ahora que ha podido conocer la tenacidad que alguien ha tenido por correr por sus propios sueños. Este tipo de experiencias le hacen saber que ha estado desaprovechando el tiempo en situaciones del pasado, perdiendo de vista su futuro, sus anhelos. ¿Por qué intentar dar amor a otra persona si en sí mismo no había ni una fracción de cariño? Jungkook le hizo entender esto en todas aquellas veladas en las cuales abrió su corazón lleno de temores, siendo una presa fácil para cualquiera que quisiera dañarlo, pero Taehyung no quiso herirlo, por supuesto que no. Al contrario, nunca había tenido tantas ganas de amar, cuidar y valorar cada uno de los sentimientos de otra persona, al igual que los propios.
-Estoy b-bien, Jungkook. Yo también estoy bien—asegura, con un mohín triste que no puede evitar mostrar.
-Me alegra saberlo, Tae— afirma con aquellos ojos resplandecientes de amor. La mirada de Taehyung sigue como la mano derecha de Jungkook rebusca por algunos segundos en uno de los bolsillos de su mono, hasta finalmente dar con una pequeña hoja que es sostenida frente su cara—no he venido con la esperanza de volver contigo, porque sé que nunca has dejado de ser mío—aclara, con aquella leve sonrisa que le hace saber a cualquier persona que de verdad cree lo que dice en ese momento. Los nervios de Taehyung se disparan—Por el momento, esto es una de las pequeñas cosas que me puedo permitir hacer por ti y tu bienestar futuro—dicho papel es estirado a su dirección, invitándolo a que lo tome entre sus dedos.
El rubio conmocionado por todas aquellas afirmaciones que le han hecho comprimir el corazón de forma estridente, apenas puede alcanzar de forma temblorosa el impreso para poder reparar con la escasa luz de su habitación que es un recibo de pago. Y no cualquier recibo de pago, es uno que había intentado obtener desde hace meses de su universidad por el monto total de aquella deuda que lo ha dejado sin dormir en infinitas noches. ¿Qué? Al entender lo que esto significa, comienza a negar poco a poco dispuesto a renegar de ello, más el hombre se lo impide al presionar su mano entre las suyas con cariño.
-Necesitas ser libre de esa deuda para poder comenzar de nuevo.
-P-Pero...
-Lo necesitabas, Taehyung. Joder. ¿Crees que me sentiré bien esperando por ti y sabiendo que quizás no dejas de pensar en ese dinero? Tú te equivocaste, pero estabas arrepentido... Lo sé con mirar el brillo de tus hermosos ojos. Pequeño, si yo puedo aliviar aunque sea un poco la carga de tus hombros con este dinero que se supone hice para complementar mi felicidad, déjame hacerlo. Lo hago desde el corazón... Este que solo piensa y cree que eres lo más bonito que se ha topado en mi vida. Amarte no fue un error, creer que amarnos iba a evitar la cuota de dolor que traería las mentiras, lo fue. Pero ya no más, he venido a cerrar el ciclo contigo...
-J-Jungkook por favor... N-No...-
-...Porque uno nuevo y maravilloso debemos comenzar, pequeño. Uno, siendo completamente libres—continua sin dejarse interrumpir esta vez, sobando aquellas mejillas que ahora están inundadas de gotitas indeseadas que no deberían de verse tan bonitas en aquel rostro confundido—esperaré paciente por ti, debe ser lo primero que entiendas. No debes presionarte, si quieres más tiempo... Está bien. Si ya no quieres estar a mi lado, también lo entenderé. Pero quiero que entiendas que solo de tus labios anhelo ser llamado Sr. Jeon, pequeño. Tú pudiste apreciar a Jungkook y al Sr. Jeon de la misma manera... Al hombre torpe, sentimental, al desesperado y muchas veces inmaduro. Mi asesora dijo que alguien allá fuera amaría mi calvicie, pero la verdad es que no quisiera que nadie más que tú la amara. C-Compraste té de valeriana para mi... Si no eres el indicado... ¿Entonces quién lo será?
♫ Voy amarte, cariño. Esto no ha terminado.
Taehyung completamente inmóvil por lo que acaba de escuchar con tanta claridad, permite que sus ojos cristalizados recorran aquellas facciones maduras que lo convencieron hace meses atrás el nunca más estereotipar a las personas por el lugar que ocupen en el mundo.
Ese par de ojos brillantes, hermosos, relucientes como la misma luna que en más de una noche pudo observar en la soledad de su habitación, le gritan con una mirada que no mire a más ninguna dirección que no sea la suya, que por más que hayan complicaciones, cree fielmente que juntos o separados podrán lograr hasta lo imposible para seguir aquel camino que no siempre será de asfalto, pero que incluso siendo de tierra o barro, serán capaces de recorrer.
Por eso y más, no pronuncia ninguna de aquellas palabra que Jungkook espera escuchar, solo prefiere que su rostro se hunda en el cuello del hombre jactándose un momento después de aquella colonia barata que obtuvo de un mercado pequeño en Incheon, esa que con cariño obsequió y no esperó que Jungkook realmente utilizara porque no va con aquellos trajes elegantes que siempre lo hacen ver tan refinado.
Una de las cosas que no pudo conseguir en esos escasos meses de relación, fue el salir a una romántica cena donde pudiera presumir abiertamente del hombre tan grandioso que está a su lado. ¿Pero qué importa eso ahora? Sabe que podrá hacerlo en cualquier otra ocasión... Quizás en su primer aniversario de novios o de matrimonio.
¿Debería pedirle que se case con él?
Quizás, pero ni siquiera ha podido responder que no tiene que esperar absolutamente nada de tiempo extra para poder gritar a los cuatros vientos que es suyo, ahora y dentro de muchos años; porque incluso si están separados o viviendo con otras personas que pudieron cambiar el rumbo de lo que querían en algún momento, esta confirmación de pertenencia se refiere únicamente al sentido del alma, a la marca profunda que cada uno ha dejado en el otro sin siquiera darse cuenta. Pero eso no le interesa inmediatamente, mejor prefiere centrarse en que ama y es amado intensamente justo ahora.
Y si Jungkook no es el hombre correcto para él... ¿Entonces quién podría serlo?
-No debes esperar por mí.
Apenas puede farfullar desde su lugar, enredando sus manos en el torso del que será algo más que su novio en algún momento de la vida. Jungkook hace lo propio, aferrándose en su cintura queriendo fundirse y volverse uno solo, un solo cuerpo, porque ya son una sola alma. Besa su cabellera.
-¿No tendré que esperar?
-Esperaste por 21 años que apareciera en la puerta de tu casa—responde bajo—Mi a-amado Sr. Jeon, tuviste que permanecer en un lugar el cual sabías solo era una parte del universo, una galaxia de lindos colores con muchas luces que te hacían añorar más... No solo planetas, hablo de cometas con largas colas, agujeros negros y quizás hasta extraterrestres—ambos ríen con suavidad para este punto.—pero incluso eso no fue suficiente... Hasta que finalmente pudiste llegar a esa estrella con escasa luz que se iba apagando poco a poco, sin poder apreciar que incluso siendo opaca, podría despertar el anhelo de ese perdido astronauta falta de oxígeno.
-Ese astronauta todavía cree que no puede existir algo más hermoso que la luz que irradias—entre movimientos suaves, obtiene la posibilidad de mirar intensamente aquellos ojos que ya no poseen rastro de lágrimas, pero que de igual manera parecen brillar como la luna llena en la inmensidad del mar—puedo exponer mil motivos por los cuales deberíamos salir de esta habitación tomados de la mano dispuestos a querernos como dos enamorados.
>> Pero antes quiero saber si de verdad estás preparado para amarte, amarme y aceptar que YeonJun sigue siendo mi hijo por sobre todo lo sucedido. Que Ji Woo fue mi esposa y que no puedo romper los lazos con ellos ni siquiera por ti. Ellos son mi familia, al igual que lo serás tú si me aceptas completamente. Son importantes, Tae. Y sé cuánto YeonJun te lastimó y cuanto nosotros lo lastimamos a él. Pero en serio lo intentará... Intentará superar esto, me lo dijo, y lo único que pidió en ese momento fue tiempo. Cuando ese tiempo pase, regresará y allí volverá a ser parte de mi vida enteramente. ¿Podrás con ello?
-Nunca esperé algo como eso—interrumpe, humedeciendo sus labios repetitivas veces. El aliento del mayor sobre sus propios labios se siente tan cálido, tan correcto, a pesar de tener miedo de la llegada de aquel día en el cual tenga que ver a YeonJun de frente, sin drogas en el sistema, sin alcohol o música ensordecedora que puede confundir la verdad—sé que son importantes, al igual que tú sabes el valor que tiene Jimin y Namjoon para mí, ellos que son lo más cercanos a una familia que tengo aquí... Aparte de ti, por supuesto. Nunca podría esperar que rompieras lazos con YeonJun o la Sra. Ji Woo... Es absurdo tan solo pensarlo. Te amo, te amo de verdad y cuando se quiere sinceramente se tiene que aceptar todo lo que la otra persona es, y tú eres padre. Uno muy hermoso, por cierto.
-E intentaré ser el más adecuado novio para ti... Si me lo permites una vez más—farfulla tan cerca de su boca, que Taehyung puede sentir el rozar de esos labios delgados sobre los suyos.
-¿Me está pidiendo que sea su novio, Sr. Jeon?.
Jungkook con aquella sonrisa avergonzada y esas mejillas rosadas que incluso son notorias con la poca claridad de la habitación, asiente a su pregunta sin poder huir de su mirada deslumbrante.
El estómago de Taehyung explota justo cuando termina de acortar la distancia de sus labios, percibiendo que el cuerpo entero del mayor se tensa y relaja en un único segundo. Sus manos lo presionan con más fuerza contra su propio pecho y comienza a llevar un beso muy suave, donde solo sus labios buscan sellar una alianza que esperaron demasiado por obtener.
Este es el principio de algo real.
-Quiero todo si es contigo...—asegura un momento después.
-¿Todo?
-Absolutamente todo, Sr. Jeon—y se vuelven a besar profundamente en esta oportunidad.
Después de percibir que ambos van a desgastar sus labios de tantos besos suaves, muy, pero muy lentos y húmedos, deciden que es tiempo de detenerse. Con eso en mente, rompen el contacto con lentitud, percibiendo cada uno la intoxicación de amor, de aquel olor a deseo que ambos están dejando expuestos sin ningún recato y la necesidad de tocar como nunca han querido tocar. Pero no es el lugar para ello, debe tener respeto por la propiedad de otras personas...
-Sé que quieres irte porque no crees correcto el que nos deseemos de esta forma en un lugar que no es nuestro, pero no lo hagas... P-Por favor quédate... Juro que no haremos nada más allá de besarnos—súplica entre pequeños besitos el menor.
Si fuera cualquier otro momento, Jungkook podría sentirse muy sorprendido por lo bien que Taehyung leyó sus intenciones. Más no tiene tiempo ni de respirar cuando ya la figura del chico se ha colocado de pie, tratando de disimular con torpeza la excitación entre su pantalon. El hombre traga saliva pesadamente, no pudiendo imaginar lo bueno que seria probar esa parte de su pequeño.
-¿A d-dónde vas?
-Me ducharé... ¿Quieres...? ¿Quieres algo de tomar antes de eso? Jimin de seguro tiene todavía un poco de vino.
-No creo que estén... Es que yo escuché una despedida de su parte minutos después de encerrarnos aquí y no he vuelto oír la puerta ser abierta—esclarece con un nudo en la garganta por las vivas ganas del rubio.—pero estoy bien, puedes ir a ducharte... Yo te esperaré.
-No vas a huir, ¿Verdad?—cuestiona preocupado, ya sin muchas ganas de dejarlo solo. Más la diversión transmitida por el rostro de Jungkook le hace saber que está siendo un poco dramático con todo esto. Pucherea de forma tierna—lo siento... Es que en serio no quiero que te vayas, te he extrañado mucho.
-Yo también te he extrañado—tranquiliza, llegando a su lado para besar una vez más sus labios y luego su nariz enrojecida por todo ese contacto dado previamente—estaré aquí cuando salgas ¿Bien? Me quedaré si a ti no te incomoda—ronronea, disfrutando de aquella sensación rasposa debido a la creciente barba del rubio. Es raro, nunca había creído que podría ser tan placentera esa percepción de vello, siempre había oído de parte de Ji Woo que era agradable, pero jamás pensó que podría experimentarlo de esta manera—Uh, eres todo un hombre... Creo que no podré llamarte por mucho tiempo pequeño...
-Oh—esa insinuación le hace recordar que no se ha afeitado por más de una semana... Repentinamente se siente avergonzado de las fachas descuidadas que sabe tiene.—la quitaré... Aunque en algún momento la dejaré crecer muchísimo, espero todavía gustarte de ese modo.
-Se verá perfecta en ti, estoy seguro que me volverá loco—besa suavemente una última vez sus preciosos labios, dejándolo ir con rumbo al baño luego de obtener unas prendas limpias del pequeño armario que posee la habitación.
Justo cuando el agua comienza a caer, Jungkook se permite respirar con cuidado para seguidamente pellizcar un poco la piel de su brazo al querer cerciorarse que esto es real.
Joder, es serio está aquí con el chico que ama. Es... Increíble. Toda esta última semana ha sido alucinante de muchos sentidos, comenzando por las palabras de YeonJun "Entonces... No importa nada más" Jungkook puede jurar que no esperó algo como eso jamás. Es decir, su hijo en serio estaba, y posiblemente esté todavía, siendo muy lastimado por esas decisiones que lo llevaron a perder su propia identidad.
Lo increíble es que incluso rozando tan vivamente el dolor de la traición, pudo priorizar la felicidad de alguien más. El hombre podría decir que lo sabía de alguna manera, ya que el corazón de su hijo siempre ha sido cálido. No obstante, eso sería una falsedad muy grande. Por más que se amen, y los lazos de padre-hijo sean fuertes, un engaño sigue siendo un engaño que puede ser imposible de reparar dependiendo las circunstancias.
YeonJun solo le pidió tiempo, dijo que quería estar por su cuenta lo suficiente hasta que deje de doler verlo a la cara o pensar que fue feliz por sobre su propio sufrimiento. Dijo que no lo odiaba, pero que tampoco podría perdonar, olvidar, algo como esto de un momento para otro. Quizás sean meses o años, lo desconoce. Pero sobre todo, que seguía amando a Taehyung, incluso siendo verdad que sus sentimientos se torcieron en el proceso de crecimiento terminando como está, pero que muy en el fondo lo sigue queriendo como la primera vez.
Aquellas palabras son las que más le siguen doliendo a Jungkook, porque no cree justo que su hijo continúe queriendo a la persona que lo eligió a él, pero esto es algo en lo cual no le compete opinar, YeonJun es el único que verdaderamente sabe cómo se siente, qué percibe.
Luego de esa extensa plática que duró horas, finalmente pudo abrazarlo, lo hizo muy fuerte y duró tanto que sus brazos se cansaron de apretarlo contra sí mismo. Pero era el último contacto que tendrían en mucho tiempo, así que tomó lo más que podía de su calidez para no sentirse moribundo cuando lo extrañe demasiado; porque aunque sea grande y tenga la edad para decidir por sí mismo, sigue siendo su único hijo. Ese adorado pedacito de sí que le regaló momentos inigualables de felicidad y tristeza.
Por ello, susurró en el momento final del encuentro que lo único que pedía desde lo profundo de su corazón, era que recibiera terapia profesional, que se cuidara y que por nada del mundo, se dejará vencer. Que a pesar de todo, siempre sus brazos iban a estar disponibles para darle la fortaleza que pudiera necesitar. Y que sobre todo, jamás estaría completamente solo.
Eso fue hace una semana, siete días que necesitó para digerir que su vida estaba cambiando y que está bien que sea de ese modo. Siete días en los cuales no trabajó porque tenía algo más importante que hacer... Condicionar su nuevo hogar. Verificó la pintura, si era del azul que habían solicitado. Pero se veía mucho más hermoso de lo normal una vez pudo aplicarla en las paredes del apartamento, quizás pudo contratar a alguien para evitarse el dolor de espalda que ganó o el tener que limpiarse durante dos horas porque se pintó hasta el cabello. No obstante, eso era algo que él debía hacer solo, necesitaba saber que estando o no con Taehyung podría obtener los mismos resultados, quizás su corazón dolía al extrañarlo, pero era necesario descubrir que podía diferencial el querer del necesitar. Jungkook no necesitaba a Taehyung en su vida, Jungkook quería al chico en su vida.
Lo supo cuando arregló los muebles nuevos, cuando colgó los cuadros que compraron a KemBung y usó la bajilla de mariposa que le gustó tanto a Taehyung, que no paró de insistir que debían adquirirla para uso diario al poseer colores muy bonitos que alegrarán sus comidas.
Al sexto día, Jungkook pudo descubrir cuánto quería escuchar aquella desbordante alegría por cada rincón del apartamento, el verlo bailar, exagerar, cantar, cocinar... Quería besarlo, tocarlo, hacerle el amor lentamente, disfrutar sus sonidos, su estrechez... Sus caricias. Extrañaba compartir momentos de intimidad sin necesidad de unir sus cuerpos, oír su voz gruesa al leer un libro viejo. Añoraba percibir su olor, el erizar de su piel, jugar con su cabello, despertarlo por las mañana para escuchar sus quejas de que nunca lo dejaba dormir lo suficiente. El verlo dominar esa lavadora poseída. El notar lo dedicado que es en sus estudios a pesar de no estar asistiendo a la universidad.
Taehyung es una hermosa persona que le otorga calidez a su vida, una real, una desinteresada y linda. ¿Podría sentirse más bendecido que ahora?
-¿Estás bien?—Taehyung pregunta una vez sale del baño e intenta secar su cabello con una toalla de color azul cielo. Jungkook que hasta entonces estuvo mirando por la ventana completamente perdido en sus pensamientos, reacciona abruptamente girando hacia aquella deseada voz para encontrarse con la misma pijama café que dice "Baby bear" En letra muy tierna. Sonríe—¿Qué sucede?
-Lindo bebé oso—extiende su mano derecha para que Taehyung pueda tomarla, y así poder traerlo con suavidad contra su pecho para verificar una vez más sus lindos rasgos de cerca. El dedo índice del mayor acaricia la curva de su nariz, la forma de sus labios y mejillas con total cariño—no sabes lo feliz que me hace el que me hayas permitido tenerte cerca otra vez. Esta vez deseo ir lento, pequeño. Quiero cortejarte de ser posible—sonríe un poco apenado de aquella risita que Taehyung deja brotar por aquella palabra que no escuchaba desde hace mucho—tener muchas citas, conocer a tu padre. Quisiera que conocieras mi oficina y amigos, que son muy pocos, pero bastante agradables. Podríamos adoptar a otro gato para que conviva con Jack y albondiguita... Tal vez un perro...
-O un humano...
-O un humano—asiente lentamente, sabiendo que este chico en algún momento le confesó que quería tener minis Taes por allí jugueteando. Vaya, la imagen mental de niños muy parecidos al rubio hace que su corazón se sienta cálido, blandito. Sería lindo que un niño nuevamente le llame papá, o le pida ayuda en sus tareas. Sabe que Taehyung lloraría con la sensación de alegría al poseer un bebé chiquitito entre sus brazos, la paternidad es hermosa y complicada—deberíamos... Trabajar en ello.
-¿Trabajar en ello?—repite divertido, enredando sus brazos en el cuello del azabache para acercarse un poco más a él—pensé que querías ir lento... Es una caja de sorpresas, Sr. Jeon.
-Y tú un chico muy mal pensando—niega verdaderamente conforme de aquella confianza que entre ambos existe—no me refiero a ese trabajar me puntualizaba más hacia la parte mental, legal... Investigar los medios más seguros para procrear una vida, o adoptar un bebé. No lo sé, eso puede tardar años, muchos años.
-¿Por qué no intentarlo por nuestros propios medios primero?—besa cortamente succionando su labio inferior con cuidado, enredando seguidamente sus dedos del cabello oscuro de su nuca logrando que el beso se torne un poco más profundo, consiguiendo que las manos de Jungkook bajen de su espalda hasta apretar sus glúteos por sobre la ropa brevemente—por favor... J-Jungkook, en serio he extrañado estar entre tus brazos... Sentirte...
♫ Quiero hacerte el amor, querido. Solo quiero amarte.
-Hace dos minutos atrás dije que quería ir lento—se queja, permitiendo que Taehyung lo guie entre pequeños pasos hacia el sillón individual que está a un lado de la ventana abierta. Las cortinas se ondean debido a la delicada brisa fría de la noche, haciendo que ambas pieles se ericen entre la anticipación del momento mágico que saben van a compartir una vez más. Hermoso, eso es lo que pueden percibir—pequeño~
-Te amo—
Con esa última palabra pronunciada, Jungkook lo toma completamente entre sus brazos para poder complacer el mismo deseo que él mantiene presente desde que se le imposibilito el tener el chico a su lado por tantos días. Sus ropas van siendo retiradas una a una con calmosa paciencia que los besos delicados van dejando, permitiéndose un momento después el sentir ese cuerpo perfecto sobre el suyo en una desnudez que lleva orgulloso, sublime... Ninguna persona debería de verse tan perfecta como él
-¿E-Este ya es nuestro tiempo?—pregunta suavemente, terminando de prepararse lo más rápido que puede con sus dedos, anhelando continuar con el siguiente paso.
-Estoy s-seguro de ello, pequeño—certifica el mayor, adulando con sus dedos la piel de su cadera en donde está plasmado el tatuaje que ambos conservan. El hombre gime entre dientes, completamente entusiasmado al sentir que su pequeño lubrica su miembro viril con demasiada lentitud, para luego acomodarse mejor sobre sus piernas y finalmente dejarse caer con prudencia contra él—e-eres tan inigualable... Tan...
-Tuyo—completa, iniciando los movimientos lentos que son guiados por el hombre mayor que parece toda una obra de arte ilegal bajo él, sosteniéndolo, admirando como su cuerpo se mueve suave, rápido y luego lento.
Dios. Es increíble el haber ganado el corazón de alguien como Jeon Jungkook, una persona tan intelectual, elegante, centrado, magnífico en diversos sentidos, el hombre hecho a las medidas de sus deseos, ese que adora follar su cuerpo, pero que al mismo tiempo ama hacerle el amor tan pausadamente que podrían durar horas, muchísimas horas demostrándose un amor tangible.
-Mío...—
Unen sus bocas por cortos lapsos, sin querer apartar los ojos del contrario por demasiado tiempo... Existe una privacidad vibrante en hecho de poder admirar con cuidado cómo los rasgos del menor cambian debido al placer, los gemidos y sensación de plenitud que con el tiempo van aumentando por el cambiar de posición o velocidad.
La piel perlada de la espalda de Taehyung brilla con cada leve movimiento de cadera que otorga. La curva perfecta de su columna se acentúa por la sutil brisa helada que la noche regala al golpear contra su piel desnuda directamente, volviéndola un espectáculo de vellos elevados. Jungkook que es la persona que puede seguir de bastante cerca todas las reacciones del chico al ser una parte de su cuerpo la que está haciendo que su angelical novio esté ahora de espalda a él, subiendo y bajando con ritmo calmado, permite que su dedo índice delinee los dos hoyuelos donde las gotas de sudor terminan su recorrido por esa perfecta escultura que parece no poseer ningún tipo de precedente o recato.
Un ahogado gemido de placer por parte del rubio, hace que su respiración se acelere por el vaivén tan suave que llevan desde hace varios minutos atrás. Es tan desequilibrante que con Jungkook puedan existir dos extremos tan completamente diferentes en la misma línea, que por un instante, cualquier pensamiento desintegra su cabeza volviéndola un complicado puzzle que no puede resolver ni centrando toda su atención en ello.
Los labios color cereza con los que fue dotado Taehyung, comienzan a susurrar el nombre de su amor cada ciertos minutos que se hunde totalmente alrededor de ese pedazo de piel que lo ensancha sin contemplación alguna. Su cuerpo de seda, se eriza y calienta cuando tan solo lo roza con las yemas de los dedos al contrario, y todos esos sentimientos que se obtienen con la unión de sus cuerpos al hacer el amor, es como las más profundas letras que pueden crear la más hermosa de las historias que el mundo haya podido presenciar.
Cuando el momento de la liberación toma el protagonismo, sus lágrimas llenas de poderosos emociones también ceden; Porque en esa madrugado donde todas las palabras se expresaron con la idea de no callar nunca más cualquier inconformidad de parte y parte, hizo que nada más quedara entre ellos un sentimiento de calma que los hizo amarse mucho más de lo que alguna vez creyeron que fuera posible.
♫ Y te quiero en este cielo, te amaré en cámara lenta.
► Slow motion— Taehyung & NIve, via Twitter.
-AlHanyG
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro