•28 | ¿Fuiste feliz?
La diferencia de las promesas y los recuerdos, más allá del concepto que cada uno posee en el diccionario, es que las promesas son un voto que una persona realiza asegurando podrá cumplir más allá de todas las adversidades que podrían dificultar lo ofrecido, ocasionando que la mayoría de lo prometido terminen roto sobre la fragilidad de la ingenuidad humana. Y los recuerdos, aquellos que no siempre serán tomados como preciosas joyas de sabiduría, son memorias que fueron creadas para fragmentar pieza por pieza a las personas que rompieron sin querer, o queriendo, sus preciados votos de ingenuidad.
Esa es la mayor diferencia entre aquellas dos palabras que podrían no tener nada en común según lo que se cree, pero que al mismo tiempo se entrelazan armoniosamente para conseguir enseñar.
No prometer lo que sabes vas a romper, para que los recuerdos no te rompan a ti.
Cuando Jungkook tiene suficiente tiempo para pensar, se pregunta por qué nadie se encargó de enseñarle esa simple regla. Quizás si lo hubiese sabido, no habría ignorado que estaba prometiendo cosas que en algún momento no iba a poder cumplir. A veces, odia haber sido solo él contra el mundo, aprendiendo cosas que no sabía manejar o simplemente errando y consiguiendo heridas demasiado profundas para sanar.
Ahora que puede ver lo alto que ha llegado, entiende que los recuerdos más felices de su vida pueden venir a su cabeza para justamente obtener lo contrario a la felicidad. Por ejemplo, esos en los que su hijo dio sus primeros pasos o dijo sus primeras palabras. ¿Cómo imaginar que justo 20 años después se estaría preguntando en qué lugar estaría? Si comería lo suficiente o dormiría cómodamente con mantas que lo cubran del frío del venidero otoño.
Él quizás se merezca vivir esta incertidumbre ya que rompió muchas promesas en los últimos cinco meses a causa de buscar su propia libertad, el truco detrás de esa complicada regla que la mayoría destrozamos, es la fortaleza que poseemos en el interior. Fácilmente Jungkook podría estar llorando porque verdaderamente se siente muy mal, pero no quiere romperse, ya que sabe que hacerlo no va a arreglar nada de lo que debe solucionar paso a paso.
Quizás sus propias heridas no sanaron, pero lo hermoso del ser humano es justamente la particularidad de cada uno.
Muestra de ello, es que cada vez que Jungkook acaba de leer un libro romántico y la pareja principal termina con un final bastante aceptable desde el punto de vista de los lectores, él se pregunta qué pasó después con el personaje que se supone debía ser el antagonista de la trama.
En mucho libros, novelas o películas, tienen un final trágico, infeliz. Sus vidas son arrebatadas porque ya cumplieron con el papel de hacer desdichado al protagonista durante mucho tiempo. Eso quiere decir que la historia en realidad no tuvo un final feliz, ya que no todos pudieron vivir felices para siempre. Cosa que es absurda, ya que eso demuestra que no existe la felicidad absoluta, sino que a veces la felicidad de muchos se construye sobre el dolor de otros.
¿Es eso lo que estaba haciendo con su hijo y Taehyung? Reconoce que si, entonces ya sabe por qué suele simpatizar más con los antagonistas que con personajes principales. Él ha sido el intruso que ha roto al personaje principal, pero definitivamente no quiere acabar con un final trágico. Quiere uno aceptable, quizás no feliz, pero si uno que no le haga sentir tan miserable.
-Me duele la cabeza...—tira los documentos que trataba de analizar sobre el escritorio, sabiendo que debe darle salida antes del viernes. No sabe qué ocurre justo ahora en la empresa, pero todos se ven tan... Estresados, que solo logran ponerlo peor. Inhala y exhala repetidas veces—HyoJung... ¡HyoJung!—ante la nula respuesta al llamado, Jungkook opta por colocarse de pie e ir al lugar asignado de la mujer.
Una vez sale de su oficina con un humor que no desearía tener, nota que su asesora no ha atendido el llamado de atención de minutos atrás, porque está pintando sus uñas con ese odioso tono llamado "Pasión" Que es el número 32 de una colección específica que posee para ir a citas. ¿Cómo lo sabe? Porque un día cometió el grandísimo error de preguntarlo y tuvo que soportar una explicación de 17 minutos donde ella le exponía en qué momento utilizaba cada uno, cómo variaba en función a la personalidad de los hombres y cuáles definitivamente no se debían utilizar para un primer encuentro.
El azabache trata de respirar para no alterarse y así evitar aquella mirada que viene antes de "La calvicie está acabando con tu vida" ¡Él definitivamente no está calvo!
-Ya sé lo que pedirás... Y no, no hay valeriana en ningún local comercial, Jungkook. Los llamé a todos. Lo juro—dice inmediatamente, cuando sabe perfecto a qué viene aquella mirada de ojos saltones de parte de su jefe. Jungkook gruñe ofuscado, recostando su frente del marco de metal sin poder creer en esas palabras. ¿Cómo es posible que no haya valeriana en ningún lado? ¡Están en Seúl, eso no es posible!— sé que te negaste hace media hora atrás, pero pedí manzanilla y dijeron que era muy buena también.
-No, no quiero manzanilla. Quiero valeriana, no puedo concentrarme, HyoJung. Sabes que no puedo trabajar si no tengo mi té conmigo relajándome...
-Creo que eres adicto, Jungkook. Deberías buscar otra manera para drenar el estrés. ¿Quiere que te ayude con eso? He ido a un Spa muy bueno que es unisex y se ajusta al bolsillo de las personas que no somos ricas—explica. El hombre eleva la mirada desdeñosa no sabiendo por qué ella siempre se encarga de ponerle más preocupaciones sobre los hombros. ¿Es malo que se vuelva adicto al té? Sabe que la respuesta es positiva cuando no puede concentrarse debido a ello.
Aunque muy en el fondo es conocedor que no se trata del té... No, no está estresado, fatigado y cansado por no tener ese caliente líquido en su taza específica para ello. Es más direccionado a que han pasado dos semanas desde que no ve a su hijo y al chico de su vida.
Al menos ha podido saber de Taehyung, poco, pero algo es válido. Pese a que la última cosa que supo de él es un poco absurda... ¿Por qué? Pues se ha enterado por parte de Jimin que ahora roba los periódicos de la anciana que vive al frente del apartamento. ¿Por qué hace algo como eso? No lo entiende. Si pudiera, le escribiría un mensaje diciéndole que no es admirable robar los periódicos de los demás, y mucho menos los de una persona mayor, pero no es capaz todavía de escribir algo más de dos palabras...
"Te amo"
Que ni siquiera es enviado por miedo de recibir un "Yo no" Que sabe nunca recibirá de su parte. Pero ser inseguro a veces está bien. Se siente como ese día que temía relacionarse sexualmente con él por no estar... ¿Actualizado? Dios mío, no son máquinas para poder actualizarse, pero él puede entender sus propios pensamientos.
El punto es que no está bien emocionalmente como para trabajar o estar en la soledad de su apartamento viendo todos los pequeños cambios que se suponen harían juntos y que no se pudieron cumplir. El ejemplo más inmediato de eso, es que ayer llegó la pintura para las paredes, ese lindo tono azul que ambos escogieron después de haber hecho el amor... Ni siquiera ha podido verificar que efectivamente es el color correcto, porque siente que no está listo para emprender con los cambios él solo.
No lo entiende.
-La verdad es que no creo que ir a un Spa me haga sentir mejor, HyoJung. No estoy estable anímicamente, al menos, no de la forma en que quisiera. ¿Sabes? Estoy triste y me encuentro en un punto medio donde quiero hacer cosas pero al mismo tiempo no quiero hacer nada. Es complicado, nunca me había sentido así de confundido—expone, apartando los lentes cuadrados del puente de su nariz y aflojando la corbata roja de su traje negro que está totalmente impecable como siempre— ¿Debería hablar con algún terapeuta?
-Sexo—dictamina ella, colocándose de pie y dejando el esmalte a un lado. Con cuidado de no dañar sus uñas recién pintadas, toma una de las tantas tazas blancas perfectamente conservadas y vierte un poco de manzanilla caliente dentro para seguidamente extenderlo a su jefe que lo toma con cuidado para no quemarse—sexo y algunos cambios en tu vida, eso es lo que necesitas, Jungkook. Eres demasiado... Correcto, colocaste ese buzón de sugerencias que nadie ha utilizado solo porque quieres ser un buen jefe, pero la verdad es que a veces está bien ser malvado. Si estás triste, estoy segura que pasas mucho tiempo pensando en cómo hacer para dejar de estarlo y dándote aliento. No, si estás triste, entonces solo vive el sentimiento de desolación para que puedas diferenciar cuando una "Tristeza" Pasa a ser algo más complicado. Si no hay valeriana, entonces la manzanilla te espera. No sabes si este té puede gustarte más. Y es cierto que vas a divorciarte, pero allá afuera seguro hay alguien que va adorar tu calvicie.
-Pero no quiero ser calvo—farfulla suave, tomando un trago de té que verdaderamente está delicioso para no gustarle nada. Aquella respuesta, hace que la mujer se ría un poco y niegue por lo tierno que a veces su jefe suele ser. Es como un cachorrito, uno entrenado y que sigue a un estricto instructor, pero que verdaderamente anhela es salir corriendo por todos lados mientras ensucia su pelaje y juega con barro—me siento viejo, HyoJung. Y tengo miedo de morir sin antes haber podido hacer todo lo que quiero hacer.
-¿Y qué estás esperando para hacerlo? Lo único que necesitas para comenzar a cumplir tus metas son las ganas. Las personas no son necesarias ¿Sabes? Si alguien te ha servido de apoyo, lo menos que merece es que te estanques porque ya no este... ¡Oh! ¡Hablando de metas! Había olvidado esto... Joder, soy una muy mala asistente—se queja ella, rebuscando cuidadosamente entre alguna carpeta aquella hoja impresa que debió darle a Jungkook ayer, pero debido a su cita olvidó completamente—¡Aquí está!—la extiende con una sonrisa sincera—felicidades, Sr. Jeon. Usted legalmente comenzará las clases a mediado de otoño y su primera materia será Astronomía General. ¡Yes!
Jungkook sin poder creer lo que ha escuchado, toma lo que sería su horario de clases y lo observa detalladamente para luego de un pequeño shock al validar que es cierto lo que HyoJung acaba de decir, sean sus labios los que muestran la felicidad que se adueña cálidamente de su corazón. Es inexplicable la alegría. Es como... Poder subir unos cuantos escalones que lo llevarán al cielo que siempre ha deseado tocar.
-En serio... En serio voy a tomar clases en la universidad—apenas puede murmurar con los ojos más brillantes que antes HyoJung haya podido observar de su parte. Es hermoso saber que por un momento la tristeza ha quedado de lado para dar paso a la alegría de un logro incompleto, ya que será absoluto una vez tenga el título universitario entre sus manos, pero este es un requisito muy necesario para lograrlo—creo que estoy aterrado. Pero es un miedo que se enlaza con la felicidad y es muy raro. Esto... Dios, tengo ganas de llorar.
-Puedes hacerlo, yo juro no decirle a nadie que mi jefe es un malvavisco muy blandito—asegura ella divertida.
-Aumentaré tu sueldo y buscaré una asistente ¿Bien? A demás, tienes la tarde libre. Puedes irte ahora mismo—dice de repente lleno de júbilo.
-¡¿En serio?! ¡Por fin tienes consideración con esta pobre empleada tuya!—chilla de alegría ella, dándole gracias al creador del universo por haberse apiadado de su alma. La verdad es que no soportaba hacer más Té.
-Parece que todos aquí están pasando un buen momento sin mi ¿Eh?—aquella voz suena dulce desde la entrada de la vicepresidencia, esos dientes completamente perfectos son mostrados enseguida que ese cabello por la cadera de un tono oscuro se mueve en una cámara que aparentemente está en velocidad mínima, mientras el calzado de Chanel resuena sobre el suelo pulcro del lugar—Jeon Jungkook... O mejor conocido como el Sr. Jeon. Vaya, me voy dos días y ya hasta sales en la televisión. No lo puedo creer—se burla ella, una vez deja descansar su cartera costosa sobre el escritorio de HyoJung que sin siquiera se toma el tiempo de determinar.
-JiEun... Estás aquí. Pensé que no volverías, ya sabes... Muchos rumores surgieron desde que tu hermano dijo que no trabajarías más en la sucursal de corea, pensé que estabas en china—comenta Jungkook sorprendido de tener a esta mujer al frente, y no solo eso, sino siendo testigo de cómo ella ni siquiera disimula un poco aquella tensión sexual que comienza a salir con solo mirarlo. ¿Qué es esto?
Es tan incómodo. No puede negar que Lee JiEun es muy exitosa, inteligente y hermosa. Incluso, en algún momento llegó a pesar que tenía un enamoramiento muy fuerte por ella, pero eso fue hace exactamente 11 años, y durante todo ese tiempo pudo descubrir que verdaderamente solo era admiración lo que sentía, nada más que eso. Y verla ahora siendo tan completamente espectacular como siempre, solo reafirma esa conclusión. No siente nada. No siente nada por nadie que no sea Kim Taehyung.
Me embrujó.
-Tomé un avión hace dos semanas, estaba Jeju y finalmente vine a visitar a mi hermanito. Pero no te decepciones, también vine a verte a ti—asegura, acercándose mucho para poder darle un abrazo que al parecer de Jungkook, es demasiado sofocante. HyoJung aprovecha el momento de "Intimidad" Para tomar su cartera con cuidado y darle un ánimo silencioso que hace a Jungkook negar, suplicando con su mirada que no se vaya y lo deje solo con esta mujer. Demasiado tarde, ya se fue dando pequeños saltos. Traidora—Hueles tan bien, Jungkook. ¿Qué perfume es?
¿El perfume? Bueno, es uno que Taehyung le regaló aquel día que estuvieron en Incheon compartiendo momentos demasiados perfectos que justo ahora le hace sentir triste otra vez. No le gustan estos inestables sentimientos de alegría y abandono que su pequeño le hace sentir desde su partida. Quiere reclamarle que se haga cargo de su corazón roto, pero no es buena idea hacer eso, menos ahora que se supone le está dando un poco de espacio para que se tranquilice y vuelva si es que de verdad planea hacerlo. Oh, él va a volver ¿Verdad?
-No recuerdo el nombre justo ahora—prefiere mentir para no entrar en detalle, ya que JiEun posee un don único de curiosidad que no quiere desatar justo ahora. Por ello, prefiere guardar disimuladamente la hoja de su horario universitario en uno de los bolsillos de su traje para no tener que explicar por qué fue que eligió ingresar a la universidad a esta edad y no cuando ella se lo propuso años antes—Quizás después pueda pasarte el nombre, no lo sé... Ahora debo volver a trabajar, ya sabes cómo es SeungWon si no termino el papeleo a tiempo—trata de huir, pero como sabía que sucedería, ella no le hace el camino fácil.
-Entonces... ¿Quieres salir a tomar un café más tarde?—invita inmediatamente, siguiéndolo dentro de su oficina y cerrando la puerta tras ella. El sonido del cristal al cerrar, le hace saber a Jungkook que será muy difícil pasar de JiEun si verdaderamente tiene intenciones de quedar en una cita casual con él. Testaruda e insistente, esa son una de las muchas características de la mujer—Supongo que sigue gustándote esa cafetería francesa a la cual íbamos antes, ¿Cómo se llamaba?—intenta atraparlo mediante los recuerdos de una vieja amistad.
Astuta. Pero ya Jungkook no tiene 25 años y no es así de ingenuo... Al menos, no tanto.
-Dejé de tomar café—miente solo un poco. La verdad es que lo está intentando dejar con ayuda del té, pero esporádicamente se vuelve débil delante del delicioso olor a granos tostados. Es como el querer renunciar al recuerdo de Taehyung, ocasionalmente puede concentrarse en algo más, pero de alguna u otra manera, termina conmemorando que tomó agua con él alguna vez. Carraspea. Se siente estúpido—y no creo tener tiempo.
-Te estás divorciando, creo que eso te da mucho tiempo ahora—contraataca insensiblemente con aquellas gotas precisas de veneno que en algún momento Jungkook ignoró que poseía. Esa es la respuesta que el hombre necesitaba oír para saber que ha venido aquí después de aproximadamente tres años sin verse, con una sola intención entre manos. Conquistarlo. Y no es que tenga demasiada estima justo ahora, es solo que ha desarrollado un sexto sentido con las mujeres—no me mires así, justo ahora estoy segura que han venido por ti después de enterarse de la noticia. Sabes que muchas, me incluyo, han esperado por un lugar en tu cama... En tu vida.
-No me trates como un objeto, JiEun. Creo que no merezco estas palabras tan carentes de empatía de tu parte—prefiere decir, dejando sus lentes a un lado del escritorio con la molestia creciendo en su interior —sí, he iniciado el proceso de divorcio con Ji Woo. Por suerte, lo hemos tomado maduramente para que no queden cicatrices tan profundas en nosotros. Pero eso no te da derecho a llegar aquí y suponer que ahora si tengo el tiempo de meter en mi cama a todas esas mujeres que quizás me miraron más de dos veces seguidas. Respétate y respeta a tu prometido—pide duramente, observando la sortija de diamante en su dedo anular. Ella un poco apenada, esconde su palma—Y, sinceramente, si tengo tiempo para un café... Pero no quiero tomarlo contigo, mucho menos si con ello esperas relacionarte sexual conmigo.
-Lo siento, Jungkook. No quise sonar así...
-Si quisiste—contradice, pudiendo controlar la molestia y solo sintiendo vergüenza ajena por ella. No recordaba que fuera tan... Simple. Era difícil de entender muchas veces debido a sus decisiones, pero jamás habría supuesto que pudiera llegar a ser así—lo hiciste porque creías que estaba derrumbado por mi divorcio, y de esa forma podrías llegar a tu objetivo más rápidamente. Lamento decepcionarte.
-Nunca me decepcionas, Jungkook—asegura con una sonrisa dolida, dejando caer sus brazos a los costados totalmente vencida. Con un movimiento lento, quita el anillo de compromiso de su dedo y lo mantiene en su palma por largo rato solo pudiendo observarlo—la verdad... Es que no hay prometido. Ya no. Me dejó hace unas semanas por una chica rusa que conoció cuando fue hacer unas inversiones en Moscú. Vine aquí luego de no soportar ver que tenía toda la boda lista... Las invitaciones enviadas, los regalos en casa. El salón... El vestido—respira pausadamente para no llorar—menos el novio. Entonces escuché de tu divorcio por medio de mi hermano e ingenuamente pensé que como ambos estábamos pasando por situaciones desdichadas... Podríamos congeniar... Pero como años atrás, eso no va a suceder ¿Verdad?
-Amo a alguien más—confiesa, acercándose a ella para poder apretar uno de sus hombros con cuidado, al notar que ha comenzado a llorar silenciosamente— JiEun, ambos merecemos más de lo que un despecho puede dejar. Está bien que quieras huir, pero la versión que siempre me gustó de ti, fue esa que no se dejaba intimidar por las adversidades. Tú creíste en mi cuando nadie en esta empresa lo hizo, y siempre te lo voy agradecer. Si necesitas tomar ese café para poder desahogarte, sin intenciones ocultas, puedo decirte que todavía me gusta esa cafetería francesa.
-G-Gracias...
-No es nada—asegura.
Un mensaje de texto distrae a Jungkook de su conversación, obteniendo el teléfono de su bolsillo tranquilamente para verificar el contenido sin demasiado afán, ya que cree saber es SeungWon con sus largas cadenas motivacionales para sus empleados. No obstante, se ha equivocado.
*Número desconocido.
Quiero hablar.
✓✓
Y quizás su pulso no se desestabilizaría demasiado si ese fuera verdaderamente un número desconocido, pero la verdad es que de ese telefono ha recibido noticias de su hijo en las últimas dos semanas. Lo que quiere decir que es YeonJun quien pide su presencia para conversar... Ha llegado el momento. No puede seguir huyendo de la verdad.
―•♡•―
Hace dos semanas que YeonJun Golpeó a Taehyung en aquella fiesta. Hace 12 días le pidió a Jackson que enviara un mensaje de texto a su familia para evitar que pusieran alguna denuncia por desaparición. Hace 10 Jimin vino a verlo y dijo un montón de cosas que le hicieron darse cuenta que quizás olvidó algo que no debía olvidar. Hace 7 pidió que volvieran a enviar un nuevo mensaje asegurando que estaba bien, y hace 3 días recordó que la noche que golpeó a Taehyung había consumido tres veces polvo de ángel durante el mediodía junto a JongIn en su Peugeot 208 de tono mostaza mientras recorrían las calles atestadas de gente.
¿Miedo por ser arrestado al conducir drogado?
La verdad es que no. JongIn es hijo de un importante militar que trabaja con el gobierno, que a diferencia de lo que muchos creen, le importa muy poco que su hijo sea un drogadicto por afición. Él solo hace lo necesario cuando cree es necesario, con solo mover un dedo, lo sacaría de la cárcel sin siquiera dar explicaciones. Es intocable para la gran mayoría.
Ese es el tipo de poder del cual los hijos descerebrados se aprovechan para hacer de sus vidas una basura, ¿Por qué no? Si está ahí, puedo utilizar mi posición para imponerme de muchas maneras. Fue lo que dijo cuándo YeonJun le preguntó, y la verdad es que no importaba demasiado. Lo peor que les podía pasar era morir, y para ambos, esa era una salida muy factible cada vez que se daban cuenta de la mierda que llevaban de vida.
Ese día que todo se complicó con Taehyung, alrededor de las 2:47 de la tarde, el peliazul acababa de tomar la segunda dosis con la excusa de que ya estaba perdiendo la sensación que había ganado horas antes con la misma cantidad, así que esta vez, decidió aumentar irresponsablemente la proporción para estar por mucho más tiempo con los efectos alucinógenos que lo perdían completamente de la realidad.
YeonJun recuerda que momentos antes de eso, Jackson le había mandado un texto diciéndole que haría una fiesta en su casa, nada demasiado intenso, solo con las personas necesarias para celebrar la llegada de un antiguo amigo, NamJoon. Cosa que él descartó, no quería ser visto así, prefería quedarse con JongIn y follar por ahí un par de veces.
Así que ignoró dicho anuncio y dejó que la magnífica sensación que corría por sus venas se adueñara parte por parte de él. En algún momento de aquel viaje astral, JongIn detuvo el auto y dijo que iría por cigarrillos a una tienda que estaba al otro lado de la calle, cosa que ni siquiera le importó al ser demasiado obvio que no estaba en condiciones para intentar actuar con normalidad.
Se sentía caliente, es como si tuviera una fuerte fiebre que hacía derretir su piel.
Apenas pudo subir el aire acondicionado cuando sus ojos se quedaron fijos en la estela de color rojo que los carros dejaban en la vía cuando pasaban de aquí para allá. YeonJun comprendía que no era real, que solo era un efecto más de lo que había tomado, pero no dejaba de ser alucinante quedarse viendo todas aquellas líneas. Una canción demasiado suave comenzó a sonar desde el reproductor del auto haciendo que sus ojos se fueran cerrando con el paso de los minutos.
No obstante, una boina de color vino que vio en más de una oportunidad en su vida, hizo que sus ojos inyectados de sangre se abrieran solo un poco para mirar aquella hermosa figura que aprendió a memorizar con el paso del tiempo.
Incluso si cierra los ojos, puede verlo desnudo para él, mostrando sin recato cada una de sus curvas. Su delgada cintura, su cadera ancha y abdomen plano que lo hace ver espectacular en la ropa que eligiese utilizar. Siempre pensó que Taehyung se vería espléndido en un vestido, uno de muchos brillantes que lo asemejan a una estrella brillante. Pero nunca quiso dar voz a sus pensamientos porque no quería que creyera que se había vuelto loco al imaginar algo como eso, así que simplemente lo olvidó.
Cuando se dio cuenta que en realidad no está alucinando por la mierda que se metió, permite que sus ojos siguieran el movimiento de esas piernas largas y definidas que poseen la piel más hermosa que jamás podrá tocar de nuevo. Sus labios... Señor, esos labios gruesos que no dejan de sonreír de aquella forma que solo él pensó que podría conseguir, dulce, suave, lleno de complicidad. Sus ojos. Sus malditos ojos... ¿Qué le hizo falta para que esos ojos solo lo volteasen a ver a él? ¿Qué necesitaba para lograr todos esos cambios en su semblante? ¿Qué?
Se veía tan natural, tan auténtico. Recuerda que una vez también fue así con él, al principio, cuando las cosas iban bien y solo se preocupaba de conquistarlo, Taehyung fue así. Y lo odia... No, no es cierto. Lo ama, lo ama tanto que le duele. Le destroza. Es como perder una extremidad todavía estando consciente, todavía sintiendo. De esa forma se siente el tener que verlo esperar por ese ''Alguien'' Que le hace transmitir tanto... ¿Eso está haciendo, verdad? ¿Está esperando al tipo que se lo arrebató de sus brazos? Maldito mil veces.
¿Cómo controlar la ira que va creciendo dentro? ¿Cómo le puede reprochar si se ve tan feliz ahora? ¿Cómo reclamarle algo cuando lo que siempre ha deseado es verlo así de feliz? Despreocupado, lleno de alegría y... Mierda, sus ojos comenzaron a picar con todas esas palabras que se arremolinan dentro de su cabeza. Ni siquiera el saber que JongIn regresará en algún momento le hace sentir más fuerte, desea ir y robarlo. Gritarle, hacerlo llorar por el sufrimiento que siente pero... No puede, no quiere que esa sonrisa se borre de su rostro, no quiere que esa expresión de felicidad sea olvidada como cuando BoGum hizo lo que hizo.
No quiere, por más que aquella persona haya llegado finalmente. No quiere, por más que esos brazos que tanto lo tomaron estén alrededor del cuello de aquel hombre alto. Ni tampoco que sus labios estén siendo besados por otros que no sean los propios. No quiere, pero cuando el hombre se mueve solo unos centímetros para poder sonreír sobre la mejilla de Taehyung, los desorbitados ojos de YeonJun dejan ir las lágrimas. Su corazón se detiene y el cuchillo de la traición se hunde en su espalda tan lentamente que le deja el tiempo suficiente para contar sus lentos latidos, el correr de su sangre intoxicada en polvo de ángel y las partículas de oxígenos que están en sus pulmones.
Porque aquel hombre que despierta en Taehyung la felicidad que él nunca podrá, es la persona en la que más confiaba.
Su padre.
Después de eso, solo se desmayó por horas. Luego pidió ir a su casa en busca de ropa para así comenzar una nueva noche. Ni siquiera recordaba dónde había dejado sus llaves, mucho menos su celular, solo sabe que su pecho dolía por algo que desconocía. Fue esa misma noche en que discutió con su padre, en que golpeó a Taehyung.
Pero hoy, 14 días después de esa noche, 14 días en los cuales no ha ingerido ni una sola pastilla o polvo con efecto alucinógeno en su cuerpo, ha recordado que Taehyung dijo "Jungkook" Ha recordado que los vio besarse, que los vio... Siendo felices mientras él estaba sufriendo y sabe que no es una fantasía, es real, fue real... ¿Verdad? ¿Lo fue?
♫ Lo intento y lo intento. Pero estoy demasiado triste para llorar.
Siente que está perdiendo la cordura. Justo ahora entiendo por qué metía esas cosas en su organismo. Es difícil mantenerse bien si lo que creías te hacía estable te puede desequilibrar hasta este punto.
Quiere muchas cosas que no puede obtener ahora, quiere los brazos de su madre, los brazos de alguien que esté dispuesto a detenerse y consolarlo. Pero percibe que no lo merece. No lo merece porque se da asco a sí mismo, le da asco el resto del mundo que sabía la verdad y no fueron capaces de decir alguna cosa. Entonces, ¿Qué merece exactamente? Quizás la gran mayoría diría que nada, pero esas personas que solo pueden ocupar una perspectiva de lo sucedido, son crueles jueces que en algún momento lo defendieron.
Lo más irónico de todo, es que YeonJun en serio necesita odiar a su padre, necesita gritarle delante de todos lo que vio en esa misma tarde en que todo se volvió irreparable, donde caminó de la mano con el que era su novio y besó sus labios al mismo momento que susurraba pequeñas cosas a su oído que lo hacían reír y ser feliz.
Es repulsivo hasta cierto punto, es... No sabe qué es realmente el sentimiento que lo mantiene de pie allí, observando sin alma por la ventana ese auto negro mercedes que él eligió para su padre, ser estacionado con calma.
Quizás fue un error el haberle mandado la dirección de Jackson, quizás no debería de hablarle... Porque solo mirar su maldito auto le hace querer morir, le hace querer dejarse ir.
¿Cómo fue capaz? Será lo primero que le preguntará... Al menos, espera que su voz salga, rota, pero que salga. Aunque no cree que ni siquiera pueda mirarlo a los ojos, se siente tan minúsculo, tan... Como basura. Recuerda que gritó a los cuatro viendo qué era lo tenía ese hombre que cautivó a Taehyung que no tenía él. Ahora lo sabe, y es desconcertante, perturbador.
Estás ganas de llorar que justamente lo embargan no se deben directamente a Taehyung, sino al engaño, a lo ridículo que se siente por haber tomado ese papel sin que a nadie verdaderamente le haya importado media mierda su situación. ¿Su padre se jactaba mientras se acostaba con su ex novio? ¿Ambos se burlaban del pobre chico estúpido que estaba echando su vida al retrete por no saber concluir? Su labio inferior tiembla, cuando un pequeño sollozo quiere salir de solo imaginarlo.
¿Por qué? ¿Por qué Taehyung? ¿Por qué un chico? El único que había mirado por años, el único que le importó darle todo lo que tenía así fuera poco. ¿Por qué tuvo que ser con él?
Cuando la puerta de la habitación en la cual está YeonJun, es abierta, el chico puede asegurar que su tensión va bajando poco a poco, siente el sudor frío descender por los lados de su frente. Es como aquel día de la sobredosis, no... Es mucho peor que eso. Mucho peor.
Temblorosamente gira su torso para poder mirar directamente ese rostro que vio en todas sus etapas desde que nació, ese que aprendió a admirar y respetar. Jungkook no muestra su expresión de siempre, no lo mira con amor, solo con... ¿Eso es lastima? No, es... Miedo y convicción. Miedo porque ya tiene conocimiento que lo sabe todo, y convicción... Porque no se arrepiente de haberlo hecho. Y reconocer eso en su padre, mientras él se muere por dentro le hace saber que es injusto, injusto para sí mismo, pero también para su papá... Su familia, o lo que queda de ella.
Verdaderamente su padre no se arrepiente de nada. Lo sabe porque conoce a ese hombre como su jodida palma de la mano, sabe cuándo está triste, frustrado, feliz. Mierda. Lo supo cuando no pudo despegar sus ojos llorosos e inyectados de sangre de ellos aquel día por más que se alejaran, pudo reconocer cuán contento y vivo se sentía al estar de la mano de Taehyung.
Lo supo con solo mirarlo, y lo sabe ahora que lo tienen enfrente. Aunque su corazón esté agonizando con una lentitud demasiado estridente...
No puede odiarlo por más que desee hacerlo.
Es su padre, y lo que más desea es refugiarse en sus brazos para llorar como un niño. Como cuando tenía 6 años e intentó manejar bicicleta sin permiso y terminó siendo casi chocado por un auto, o esa vez que un chico de su colegio se metía con él por tener los zapatos rotos, e incluso, en aquella ocasión en la que confesó su sexualidad y en vez de rechazo, obtuvo un abrazo tan fuerte que creyó no necesitar algún otro por muchos años. Su padre es el mejor del mundo, eso lo tiene tan presente, que no puede distorsionar su figura por más que lo haya engañado de la peor manera, por más que haya obtenido, no robado, al que era su novio.
Quizás este mal idealizar su figura, creer que es el mejor aun cuando cometió miles de errores, pero YeonJun mejor que nadie sabe qué clase de persona es, está seguro que esto... Lo que sea que tiene con Taehyung es algo más que una simple relación fugaz, lo sabe con solo haberlos visto una vez, lo sabe, porque de no ser así, el Jeon Jungkook que él conoce jamás habría colocado algo por encima de su familia.
Y es tan doloroso llegar a esta conclusión con tan solo verlo, que no desea preguntar en qué momento dejó de ser feliz con solo ellos. No puede ni siquiera respirar.
-YeonJun—nunca había creído que su estómago dolería al oír su nombre salir de los labios del hombre que ayudó a su nacimiento. Sin esperar algún tipo de permiso de su hijo, Jungkook entra a la habitación atestado de vasijas, toallas sucias y algunas telas secas por encima de los diferentes muebles con manchas secas de color marrón. ¿Sangre? —¿Q-Qué es todo esto?—cuestiona suave, sorbiendo su nariz e intentando que sus ojos no enseñen lo doloroso de tener que hablar con normalidad cuando sabe que quizás lo odia con todo su corazón.
-S-Solo...—quiere decir algo más, quiere explicarle que ha dormido por dos semanas en este cuarto prestado intentando superar cosas que sabe no podrá hacer solo, no cuando se siente así de perdido... ¿Acaso está deprimido? No sabe ni siquiera qué pensar, su cabeza está confusa justo ahora—drogas. Tomé drogas... Muchas... —explica, mirando el suelo.
¿Es normal que no tenga energía? Está débil. Fatigado. No quiere verse así delante de él, no quiere ser vulnerable frente el hombre por el cual profesa admiración y rabia. ¿Está bien si no quiere perdonar la traición? No lo odia, no podría, pero no puede perdonarle que lo haya engañado de esta forma tan cruel. Y es ridículo, se siente ridículo, como si tuviera siete años y estuviera recibiendo un regaño más.
¿Es esta una prueba de fortaleza? ¿Debería aprender algo de ello? Quizás su confianza está demasiado fragmentada para verle lo positivo. Para notar el aprendizaje detrás de todo.
-Debemos hablar, YeonJun—dice Jungkook finalmente, después de haber tragado el nudo de su garganta por lo mal que su hijo se muestra—por favor, hablemos—pide una vez más, arrugando el papel entre sus manos insistentemente.
¿En qué momento pudo decaer tanto? Es alguien irreconocible justo ahora. Con pasos inseguros, toma la iniciativa de sentarse en la punta de la cama que da con el amplio ventanal que tiene vista al patio trasero de la casa en donde en este momento Jackson juega con un perro de pelo dorado, un Golden Retriever.
-¿Qué es?—apenas puede preguntar el chico, refiriéndose a la hoja que su padre está prácticamente rompiendo. Jungkook niega nervioso, intentando regular su respiración para no comenzar a llorar. ¿Qué puede hacer? Justo en este instante solo quiere llorar y pedirle a su hijo que por favor acepte ayuda profesional, que no se deje ir de esa forma. Le duele, le duele como si lo estuvieran acuchillando tan profundamente, pero sin lograr matarlo y acabar con su dolor.
-Un horario de clases... Había olvidado que lo tenía en el bolsillo... No es nada—informa sin alegría quitándole completa importancia.
En cambio, los labios del peliazul se entre abren sin poder creerlo. ¿Su padre se ha inscrito en la universidad? ¿Es en serio? Sin importarle, se sienta a su lado para quitar la hoja y verificar que en dicho documento el nombre del hombre esté plasmado, cosa, que efectivamente es así.
-S-Siempre lo quisiste—y quizás una punzada de alegría lo abrume. No es broma, lo está solo un poco. Que su padre haya dado el primer paso en cumplir unos de esos repetitivos sueños que susurró en más de una oportunidad mientras iba creciendo, hace que sus ojos se humedezcan ante su valentía. Los pulmones de YeonJun se quedan sin oxígeno repentinamente, cuando la palma grande de Jungkook toma la suya en un apretón que intenta reemplazar el abrazo que sabe necesitan. N-No puedo—ha sido tu más grande sueño...— susurra, dejando ir sus lágrimas. ¿Cómo le dice que está un poco orgulloso si siente tanta rabia dentro? Quizás se odie por no decirle, pero no puede. No puede justo ahora.
-Criarte como una persona saludable ha sido mi más grande meta—asegura con ojos llorosos, apretando mucho más su mano.
YeonJun mira la acción por un momento y recuerda que su padre lo sostuvo de esa manera el día que su madre se enteró de su homosexualidad. En aquella ocasión que se graduó del instituto. Cuando caminaban felices bajo los rayos del sol rumbo a la única heladería que tenía el sabor favorito de ambos a sus 6 años. Cuando lo tomaba con mucha más fuerza para evitar que se perdiera entre muchas personas. Y Quizás, esa vez que fue tan pequeño que podía ser cargado, cuando su rostro no se asemejaba a nadie y solo era muy rosado con un par de líneas sobre sus mejillas.
Y como esos recuerdos, muchos flash invade su cabeza de manera precipitada. Como cuando lo enseñó a manejar bicicleta. Cuando le educó sobre los nombres de los animales importantes de aquel viejo libro. Cuando lo cargó en los aires y creyó que no podría estar más alejado del suelo que en ese momento sobre su padre siendo capaz de mirar de muy cerca el cielo. Cuando sopló las velas de su noveno cumpleaños y pidió de deseo que todos los sueños del solitario astronauta que contaba sus cuentos por las noches, se hicieran realidad. Tantos, pero tantos recuerdos llegan, causando que no quiera soltar su mano ni siquiera por saber que ha perdido por su causa el corazón del chico que ama. Esta conexión que ambos tienen es algo que ni siquiera su madre ha podido entender, porque ni siquiera ellos lo pueden comprender.
-Yo... Engañé a tu mamá, YeonJun—confiesa Jungkook de repente, pudiendo percibir el estremecimiento de parte de su hijo. Sus ojitos negros dejan salir gotas por todos esos sentimientos que no sabe de qué manera manejar o expresar. No quiere herirlo más, pero debe exponer todo o no se lo podrá perdonar jamás. Ya no quiere seguir ocultando sus sentimientos—y lo hice porque en esta persona pude encontrar todo lo que quizás nunca pensé que podría. No sé si te pasó, pero yo pude experimentar que me volví invencible cuando estaba a su lado... Fue intenso, y no hablo de forma sexual—niega enseguida—hablo de todo lo que sentí aquí—la mano que anteriormente poseía la unión de oro sube hasta su pecho para señalar explícitamente su corazón—eran como miles, millones, de fuegos artificiales buscando reventar al mismo tiempo. Fue como la intensidad de un mar desbocado en medio de una tormenta. Fue maravilloso, quizás... Lo más cercano a la libertad que podré tener. Fui extremadamente dichoso de haber conocido a alguien así.
-¿P-Por qué hablas en tiempo pasado? N-No entiendo...-
-Me ha abandonado—confiesa en voz un poco rota que le hace detenerse. YeonJun clava sus ojos cansados en la forma tan afectada en la que su padre está. Solo una vez lo vio así, solo una vez se rompió de esta forma, eso quedará grabado para siempre en su memoria—T-Tienes derecho a odiarme, Hijo—dice suavemente, limpiando sus propias mejillas—puedes hacerlo... P-Pero no me arrepiento de haberlo amado. No puedo arrepentirme de haber buscado mi libertad, mi tiempo. Y si vuelve a mí, yo lo recibiré de vuelta... Solo espero que puedas entenderlo. P-Por favor, te lo pido... No me odies lo suficiente como para detestar mi existencia. Por favor.
-¿Fuiste feliz?—pregunta en un farfullo, clavando sus ojos en aquellos que le enseñaron la grandeza del universo, lo inexplorado y tenebroso que puede llegar a ser. Papá... Si me d-dices que fuiste feliz... Juro no juzgarte. Pero también, lo hermoso e increíble que puede ser la amplitud del todo. Todo... Todo es una palabra corta que embarca demasiado, más de lo que las personas realmente están dispuestas a entregar y recibir.
-Lo fui, Y-YeonJun. Fui el hombre más feliz del mundo—solloza.
Y lo comprende. Comprende la complejidad del ser humano, comprende que frente los sentimientos, la razón simplemente es algo que se puede dejar de lado. Comprende que su padre a pesar de tener casi 40 años, sigue siendo un hombre que puede sentir y vivir, incluso, si con ello debe romper lo que por más de 21 años creyó era la cima del cielo.
-Entonces... N-No importa nada más.
♫ Ayer intenté rezar, pero no supe qué decir. Estoy demasiado triste para llorar, demasiado drogada para ponerme de pie, ni siquiera lo intento, porque tengo miedo de arruinarlo.
―•♡•―
-¿Por qué tengo que ir? No quiero.
-Hablas de ir, como si tuvieras que salir del apartamento—Jimin coloca los ojos en blanco sin poder evitarlo—solo es una cena de agradecimiento para Hoseok Hyung, te ayudó, debemos compensarlo—una vez dicho eso, se fija gracias al espejo como su cabello es cubierto de aquella mezcla blanquecina que lo hará ver como una persona renovada.
Al menos, eso decía esa muchacha que le quería meter por los ojos la variedad de tintes que había en la tienda cuando solo fue a comprar un rollo de papel higiénico para el llanto de Taehyung la semana pasada. En serio, era muy triste verlo llorar mientras restregaba la ropa a mano y se ahogaba con su mucosidad al decir que quería una lavadora, cosa que Jimin todavía no entiende si efectivamente posee servicio de lavandería en el apartamento. Vuelve a girar los ojos.
-Ya. Pero recuerdo que también te dije que podía ser agradecido haciendo algo por esa mala estructura en la que está viviendo. Si alguien de protección civil viera las condiciones de esas columnas, te aseguro que desalojarían el sitio en menos de lo que canta un gallo—se queja, masajeando las hebras de su amigo con sus manos enguantadas—¿Por qué rosa? Pensé que no te gustaba demasiado...
-No lo sé, solo elegí el primero que vi. Ni siquiera me lo iba aplicar—cuenta, verificando que todavía queda el tiempo suficiente para hacer la receta que posiblemente no concluya tan perfecta como espera, pero que al menos desea sepa bien.
Una vez confirma el detalle de la hora, intenta guardar nuevamente el teléfono en el bolsillo de su pantalón de pijama. Sin embargo, la respuesta de un mensaje que había enviado sin esperanza alguna de ser respondido, vislumbra en la parte superior de la pantalla haciéndolo sentir aquel nerviosismo atípico en él. Traga saliva.
-Bien... Solo es un mensaje—se dice, tocando sobre el pequeño sobre—estaré ahí...—lee entre dientes con una pequeña sonrisa formándose en las comisuras de los labios—perfecto.
-¿Eso no es demasiado arriesgado? ¿Qué pasaba si era verde como el que suele utilizar JiYong? Ese color no te gusta—recuerda Taehyung, chequeando que todas las hebras estén bien cubiertas por el tinte. Suspira, quitando los guantes y yendo al baño para lavar sus manos. Debe inventar alguna excusa para saltarse esa cena, no quiere estar ahí mientras se siente así de triste, no cree que sea buena idea dañar el momento con su melancolía—Umm ¿Sabes? He recordado que debo leer un libro muy importante justo hoy. Es de esos que tienen más de 600 páginas y debes analizar cada párrafo, es para mí... ¿Crecimiento personal?—duda en medio de la excusa una vez está de vuelta a la habitación del que ahora será pelirosa.
El más bajo detiene el intento de tendido de cama cuando aquel mal pretexto brota solo con la meta de no querer compartir con ellos en una cena. ¡Una cena! Bien, supone que no lo puede obligar por más que quisiera hacerlo.
-No pasa nada, sé que aún debes de sentirte mal y eso—se alza de hombros, lanzando las cuatro almohadas pomposas que tiene hacia la cabecera de la cama. Taehyung sonríe por aquel puchero involuntario que siempre se asoma en los labios llenitos de su amigo cuando tiene que aceptar algo que no quiere aceptar. Testarudo—¿Quieres que te guarde un poco de comida? No prometo que sea tan bueno como la tuya, pero algo puedo hacer.
-¿Quieres que te ayude en la preparación?—propone en cambio, haciendo que una mirada fugaz caiga en él—vamos, solo te observaré y diré en qué debes mejorar. Soy un chef sin título ¿Recuerdas?
-Bien, bien. Pero primero debo tender esta endemoniada cama.
-Por cierto, ¿Por qué tiendes la cama a las 6 de la tarde?—finalmente expone su mayor intriga de días—es raro.
-Ácaros.
-¿Tienes ácaros?
-No, no sé... Leí que es recomendable no tender la cama apenas te levantas, porque de hacerlo, eso ayuda a que ellos se alimenten con la piel muerta y sudor que dejaste durante la noche, ¿No es asqueroso? Solo estoy siendo previsivo con que los ácaros no caguen sobre mi colchón, no quisiera tener alergia o que chupen mi estúpida sangre—explica ofuscado, no consiguiendo que una de las esquinas de la sábana se inserte, ya que cuando lo logra, la del otro lado se sale—¡Jodida mierda!—golpea la superficie, obteniendo que los cuatros lados se salgan al mismo tiempo.
Se va a morir del estrés.
-Ya, ya. Yo lo haré por ti. Diablos, Jimin. ¿Por qué pareces tan estresado repentinamente?—se aventura a preguntar.
Un instante luego, hace la cama con paciencia y cuidado, consiguiendo un tendido perfecto. Ese es el momento ideal para creer que sería bueno trabajar en algún hotel siendo parte del equipo de limpieza. Ha escuchado que los turnos nocturnos los pagan bien y él definitivamente necesita un trabajo para poder subsistir, ya que queda poco de su alcancía rota.
-¿Me vas a decir qué sucede?—Jimin duda, lo reconoce en su mirada—oh, joder. Solo dilo, me pones nervioso.
-¡He invitado a NamJoon y creo que no fue buena idea hacerlo!—dice de repente, casi enredándose con su propia lengua— Tae... En serio quería que viniera 20 minutos atrás, pero ya no—concluye, ganando color en sus mejillas. Luce tan aterrado que lo hace ver tierno.
-¿Todavía no se habían visto desde... Esa noche?
-Joder, no. No era capaz de verlo y saber que le grité delante de todos lo que siempre traté de esconder porque sé que podía ser hiriente como la mierda. Soy un hijo de puta—finalmente confiesa, cayendo abatido en la silla giratoria de su escritorio, mirando suplicante a su amigo por algún consejo que lo tranquilice. Más Taehyung no sabe qué decir exactamente—Crees que fui un hijo de puta, ¿Verdad?
-Un poco... Pero eso no importa ahora, Jimin. En algún momento debías decirlo, creo que es bueno que expresamos cómo nos sentimos y seamos transparentes con las demás personas. No tanto por ellas, sino por nosotros mismos. Hemos tenido suficiente de mentiras...
-Lo dice quien abandonó "A su hombre"—farfulla apenas audible, mirando las uñas de sus manos. Taehyung permanece completamente paralizado con aquellas palabras un par de minutos sintiendo que... ¡Oh, va a llorar otra vez! ¡No, no!—¡Perdóname no quise!—se disculpa cuando lo ve correr a su habitación que está completamente impecable ahora. El rubio detiene la puerta a medio cerrar con las lágrimas en las esquinas de sus ojos, es que de solo de recordar que verdaderamente ha abandonado al amor de su vida por no ser lo suficientemente fuerte, lo hace sentir como basura andante. ¡Una basura con patas!—Tae... Discúlpame, era bromeando.
-Eres muy hijo de puta.
-¡Pero es que es la verdad! Estás hablando de sinceridad y tú completamente no eres sincero.
-Lo dice quien se acostó con el chico que le gustaba desde hace años y que por cierto, era mi puto ex novio—suelta sin medir sus palabras. A pesar de eso, Jimin no se va decepcionado o llorando a ningún lado como lo haría en cualquier otro momento. Solo asiente confirmando que es verdad, joder. ¿Qué espera que haga? Es la verdad, y aunque suene mal, no puede seguir escapando de ella, ya no quiere seguir escapando de ella—lo siento, yo también soy un poco padre de puta... Ya sabes... Nunca conocí a mamá.
-¿Padre de puta? Eres tan raro—ríe, trayéndolo a su lado para acariciar con cariño sus mejillas que están un poco más grandes que antes. Las aprieta haciéndolo chillar y alejarse. Su amigo es tan hermoso—me encanta cómo estás manejando esta tristeza, en vez de dejar de comer y deprimirte en la cama, comes mucho, limpias tu habitación, ordenas las películas alfabéticamente, riegas las plantas de la vecina y jugueteas con Thanos.
-¿Quién es Thanos?
-Tu gato.
-Mi gato se llama Albondiguita.
-Justamente por ese le puse Thanos, ese nombre es ridículo—se queja con horror—¿Por qué Albondiguita? Es tonto.
-Es porque le gusta comer Albóndiga, Jimin. Además, es redondito y lindo.
-Si vamos a eso de "Eres lo que comes" Entonces tu deberías de llamarte peneson, y yo "Rameson"
-Oh, eres un idiota. Esto de la sinceridad me está haciendo conocer un lado muy vergonzoso de ti. Voy a leer el libro de autoayuda justo ahora y no quiero que me molestes, Rameson~
Se aleja divertido, ingresando a su habitación nuevamente con la meta de encerrarse hasta el día siguiente y así poder robar el periódico de la vecina para ver los clasificados... Cosa que no sabe por qué hace si fácilmente hay aplicaciones en las cuales puedes buscar empleo. En fin, ahora que está triste es un poco complicado el entenderse.
-Como digas, yo iré a... Algún lado de este apartamento. Woo es tan divertido—y la puerta se cierra en su cara sin esperar más—perfecto. Mejor iré a darle comida al gato... Diablos, 22 años, tengo 22 años y lo que hago un sábado por la noche es darle comida a un gato que se llama Albondiguita. ¡Albondiguita! Thanos le queda mejor.
-¡Puedo oírte!
-¡Al diablo, Taehyung!
...
Dijo que no cenaría con ellos, pero quizás no exista ningún libro de autoayuda que deba leer durante toda la noche, ni tampoco sucio que limpiar o ropa que lavar.
La verdad es que ha intentado con todo su esfuerzo el distraer su cabeza con cualquier cosa. Incluso, ha hecho una propuesta que quisiera presentarle a alguno de sus profesores universitarios para atacar la problemática de aquel consultorio que más temprano que tarde puede caerse. No es broma, y sabe que Jimin también está haciendo lo mismo cuando intenta estudiar en la sala del apartamento. Lo ha visto.
Jimin. Estás dos semanas han hablado demasiado, mucho más de lo que recuerda haberlo hecho alguna vez. Han soltado palabras hiriente que son necesarias decir para poder sanar, pero también otras de verdadero amor.
Por ejemplo, le confesó que en algún momento sintió que lo odiaba por haberse "Metido con NamJoon" Cosa que comprende, es normal ese tipo de malos sentimientos. A fin de cuenta, son seres humanos con defectos, no son perfectos. Está bien sentir rabia, odio, miedo... Amor, está bien. De eso se trata vivir, crear lazos no es algo sencillo, mucho menos el confiar... De eso sabe mucho, ya que su amigo ha sido afectado muchas veces por su culpa.
Su relación de amistad fue muy tóxica en un principio, siempre buscaba a Jimin para que le ayudara cuando no valía ni siquiera media mierda. Hacía eso, incluso sabiendo que tenía un problema muy fuerte con el tema de las drogas. Fue egoísta, un hijo de perra que solo pensaba en sí mismo y que nunca se preocupó en preguntar cómo se sentía con todos los rumores que circulaban por ahí.
Porque sí, siempre creyó que ese era únicamente un asunto suyo, pero nunca se detuvo a mirar que las personas especularon que Jimin también se "Prostituía" Era una mierda para él, y todo eso se lo hizo saber días atrás. Sabe que no es suficiente una disculpa después de todo eso, pero por ahora es lo único que tiene para dar.
Tiene que organizar su vida y cerrar ciclos. Rayos, cuanto quisiera que todo fuera tan sencillo como recoger un par de prendas, desempolvar las cosas para luego barrer y sacar la basura. Pero no es así, es un poco más complicado que limpiar una habitación. Eso lo lleva a los Jeon directamente. Seguramente ellos ya han hablado, ya se han acuchillado con palabras y verdades que lo vuelven el núcleo de todo.
¿Y qué está haciendo él?
Oh, sí. Robado el periódico de una anciana, jugando con su gato mientras ve películas dramáticas que le demuestren que hay historias mucho peores que la suya. Por cierto, las películas las ve desde el computador de Jimin porque él nunca ha podido comprar uno, ya que invirtió gran parte de sus ahorros en drogas y alcohol.
-Mi vida no es tan miserable después de todo... Pude dejar los vicios y decirle a papá el modo en que me siento realmente—se alienta un poco, mirando las pegaditas de unicornio que están en el techo y que todavía se pregunta por qué están ahí—La ingeniería tampoco es tan horrible después de todo, de no haberla estudiado no hubiese sido posible que reconociera lo mal de muchas estructuras. Es como si fuera útil, puedo entender a papá finalmente.
>> Y la literatura tampoco debería de tomarla como un Hobby... Creo que puedo sacar dos carreras al mismo tiempo. Puedo optar por una beca completa y... Trabajar duro para pagar la otra. Diablos, no, esa universidad es muy cara. ¿Por qué mi padre insistió en que entrara allí? Quizás si busco una más barata—teclea en la computadora rápidamente, buscando opciones económicas pero con buenas reseñas de estudiantes graduados—más de 2.6 millones de resultados... ¿En serio? Ni siquiera sé para qué busco, todo aquí es costos y la verdad es que apenas tengo para un par de chicles de menta en mi bolsillo.
Se queja, dando vueltas y vueltas entre las sábanas para alejar el fastidio que lo comienza a llenar. Cuando su cabeza queda colgando de la orilla de la cama, la puerta suena un par de veces antes de ser abierta y un Jimin con el cabello tan rosado como un helado de fresa, se asoma dejando ver que ya está vestido con unas prendas sencillas y pantuflas de conejo. Esas son nuevas.
-Ya Hoseok Hyung llegó... Deberías salir a saludarlo aunque sea—avisa, para seguidamente cerrar la puerta y dejarlo en la soledad de su habitación.
En realidad, ni siquiera es su habitación, el que era su cuarto debe de estar siendo ocupado por algún estudiante que tiene una vida social muy activa, ya que además de hipotecar el apartamento, también lo ha alquilado para sacarle más dinero. El pensar que quizás esté teniendo sexo en la misma cama que hizo el amor por primera vez con Jungkook, le hace sentir mareado.
-¡No pienses en Jungkook!—se pide alterado, colocándose de pie para ocupar la primera playera que encuentre en el armario que ha decidido llenar después de largas semanas de pensarlo. Si Jimin dijo que estaba bien que se quedara, él debe ser agradecido de recibir ayuda respecto a su estadía ahí ¿No?—¿Qué? ¿Cuándo se rompió?—se pregunta, al verificar que en la parte del cuello hay varios pequeños orificios que definitivamente no estaban allí la última vez que la usó... Cosa que posiblemente no sea cierto ya que la utilizó por última hace dos días—rayos.
Es verdad que la playera es demasiada vieja y el escrito de "Amo el Surf" Es demasiado, pero en serio es una de sus prendas favoritas, no porque ame el surf obviamente, a lo mucho ha sido capaz de ir a la playa un par de veces e intentado no morir con sus nulos conocimientos de natación. Sin embargo, fue un bonito obsequio, o al menos eso le pareció mientras estaba en esa excursión de fin de curso en Busan. Tenía 18 años, no tomaba muy buenas decisiones en ese momento... Ni después de eso. En general, no es bueno tomando decisiones, y de eso un claro ejemplo es que haya abandonado a Jungkook cuando más lo necesitaba.
-Vamos, ¿Por qué tengo que auto lastimarme? Tampoco es como si él me hubiese buscado un poco después de marcharme. Ni una llamada y mucho menos un mensaje... ¿Quién no manda mensajes después de un rompimiento? Oh, sí. Él no lo hace—se queja con un puchero, decidiendo dejarse la playera, tampoco es como si se notara mucho que está rota o que tendría una cena con el presidente. Es Hoseok. Solo quiso ligar con él una vez hace dos cumpleaños de Jimin—era un idiota muy grande. ¡Exacto! Era, tiempo pasado, ahora quiero ser diferente. Seremos diferentes—le dice al reflejo del espejo con tenacidad.
Sin importarle parecer un león debido a que su cabello lleno de rulos estén hacia todas las direcciones posibles, abandona la habitación para ir a la cocina donde Jimin intenta destapar una botella de vino barata y Hoseok cuenta cómo fue que tuvo que drenar un abscesos gigante de la espalda de una chica que creyó sería buena idea ignorar la pequeña "Espinilla". Eso le hace arrugar la cara. ¿Qué rayos? ¿Por qué hablan de eso si se suponen van a cenar? Joder que asco.
-Hola Hoseok Hyung, es bueno verte por aquí—saluda desde la lejanía del marco de la cocina con un movimiento de mano. El doctor sonríe a su dirección apenas lo oye, abandonando el vaso de agua a un lado para ir a verificar cómo sigue el rostro del aquel chico problemático—estoy bien—asegura apenado—Y oye... Gracias por ayudarme aquella noche, en serio fue muy amable de tu parte el levantarte a esa hora para dejarme entrar. Espero pagártelo muy pronto.
-Es mi vocación ayudar al necesitado. Igualmente, le dije a Jimin que no tenía que obligarte a saludar. Estás pasando por momentos complicados de ánimo y está bien aislarse de reuniones sociales como estas. No debes sentirte presionado—tranquiliza, viendo dentro de su boca como todo parece estar en orden justo ahora—el punto ya no está y eso es lo importante. ¿Lo tragaste?
-Oh, no. Pude sacarlo antes de hacerlo—Hoseok asiente satisfecho, volviendo a la isla de la cocina e invitándolo a tomar asiento a su lado con un movimiento de cabeza de querer quedarse.
Antes de poder ir y sentarse para seguir escuchando sobre el abscesos gigante de aquella pobre chica que fue al consultorio, el timbre de la puerta suena avisando que alguien más ha llegado, y según lo que Jimin le dijo, NamJoon es esa persona.
Luego de una mirada nerviosa de parte de su enano amigo que Taehyung no entiende del todo, decide abrir con las más buenas intenciones. No obstante, todo lo que puede estar pasando por su cabeza se desvanece de un soplo, cuando unos ojos tan negros como el alba son los que lo reciben del otro lado. Su piel se eriza dramáticamente, al igual que sus piernas pierden fuerza.
-J-Jungkook...
-Hola, pequeño. Creo que es tiempo de hablar.
► Too Sad To Cry –Sasha Sloan.
-AlHanyG
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