•25 | Solo un nombre.
Capítulo largo.
Brillante cielo azul después de la tormenta. Eso es lo que puede observar Jungkook mientras camina detrás de un alegre Taehyung que cuenta animadamente cómo fue que un perro mordió una de sus piernas cuando tan solo era un niño.
Entre carcajadas llenas de vitalidad, Taehyung se gira sobre su propio eje para indicarle su lucha con el fiero animal de musculatura sorpréndete que poseía colmillos como los de un dragón, garras tan afiladas que podrían cortar el aire y aquellos ojos rojos que parecían sacados del mismísimo inframundo. A pesar de saber que dicho perro no fue más que un Poodle pequeño con un mal día debido aquel chiquillo molesto que jalaba a cada rato su pelo ondulado.
Le parece magnifico el poder embobarse con esa sonrisa cuadriculada y esos ojos cafés tan brillantes con aquella anécdota.
Taehyung está feliz. Eso se puede notar con solo poder observar lo hermosa que amaneció su piel, con lo radiante de su presencia al caminar con seguridad por aquellas calles desconocidas de Incheon. Y Jungkook puede que se sienta completamente dichoso por haber sido parte de que ese ánimo esté por encima del cielo. Es hermoso, y no habla solo de una forma física, se refiere al sentimiento de paz al saber que su vida privada de verdad tiene un sentido por el cual seguir justo ahora.
Estar enamorado acarrea demasiado cosas, momentos buenos, circunstancias malas y difíciles que solo pueden ser llevadas cuando un nivel de madurez existe.
*"El aprendizaje, las lecciones, las pruebas. No solo se trata de abrir tu corazón sin prejuicios a cualquier persona, es saber entender cuándo ese "Amar" No es valorado y saber retirarse con la frente en alto. Es el comprender que a veces lo unilateral no siempre es equívoco y doloroso, o que el incondicional, puede ser limitado"
Eso lo leyó en uno de esos tantos libros que Taehyung le ha recomendado a lo largo de estos meses, y no pudo encontrar algo más verídico que esas palabras. El amar es complicado, que lo diga él que consiguió una extensa soledad debido a los años que se conformó con lo que tenía. Dicha soledad todavía está presente, todavía existe ese latente miedo de no ser suficiente, de no ser lo que espera ser para la otra persona, de querer y salir lastimado por abrir ciegamente su corazón.
Él es un adulto, sí, ha vivido cosas que quizás mucho no y otros tantos sí. Ha experimentado el desasosiego de no querer levantarse por tener miedo. El no estar preparado para salir a un mundo tan grande, con solo la meta de no ser devorado. Soportó maltratos de terceros teniendo que tragar sus ganas de llorar en más de una oportunidad. Experimentó el frío al no tener una chaqueta adecuada en invierno y el calor de un agonizante verano por falta de un aire acondicionado. Comió lo netamente necesario y sufrió de fallo de peso en más de una oportunidad al mentir sobre el hecho de ingerir alimentos en uno de los muchos trabajos forzosos que tuvo antes de iniciar en la empresa que está ahora.
Ocultó el sentirse miserable por solo poder regalar un par de dulces en el primer año de YeonJun o un par de aretes de fantasía en el cumpleaños de Ji Woo. Trató de arreglar sus calcetines rotos lo suficiente para evitar comprar un par nuevo, leyó libros mientras sus compañeros de trabajo comían de sus viandas hechas en casa y miraba el cielo con demasiada atención al volver a la pequeña habitación que compartía con su familia, intentando hallar entre millones de constelaciones aquellas que pudo estudiar cuando era un niño de 9 años.
Vivió muchas cosas que le dieron quizás una falsa convicción de superación, unas metas llenas de cosas que cada vez se alejaban mucho más de sus sueños reales. Un telescopio, un cuaderno de notas y mucho tiempo para mantener sus ojos en el cielo, en aquel lugar maravilloso que podía encontrar tan fascinante como la primera vez. Sí, es un hombre que pudo vivir miles de pruebas, pero incluso soportando la pérdida de un hijo que nunca conoció, ahí está, sintiendo tan puro, que el temor de salir lastimado lo asusta, lo aterra. La edad no te garantiza el saber manejar un amor tan amplio... Tan lleno de un vigor que es tan extremadamente como el mismo universo. Estos sentimientos lo hacen sentir como un chiquillo aterrorizado, como alguien inexperto.
Tiene miedo, miedo de caer de lo alto del cielo al imaginar no ser suficiente para Taehyung en algún momento de la vida. Que sus ojos cafés posiblemente se desvíen a un chico joven de su misma edad al hablarle de cosas divertidas y no de planetas que nunca podrán ver más allá de fotografías ilustradas. Quizás le duela demasiado el imaginarlo ir de la mano de esta persona mientras ríe de la misma forma en que lo hace ahora, quizás va querer llorar como nunca cuando su maleta este en la puerta luego de decirle que quiere terminar. Puede que muera en la soledad de una casa sencilla ubicada en Irlanda con 60 años mientras observa un cielo que aunque parezca que nunca ha cambiado, en 60 años ha hecho una transformación completa. Puede que sus últimos pensamientos sean referidos a su hijo, a la mujer que quiso y al hombre que amó hasta el último de sus alientos.
Sus pasos se detienen repentinamente debido a esta ola de tristeza que hace sus ojos picar. ¿Por qué está tan malditamente sensible? Nunca ha sido así, nunca ha tenido tantas ganas de romper en llanto y ser consolado como en estos últimos días.
¿Crisis de la mediana edad? Podría echarle la completa culpa a ello, podría decir que está triste por lastimar a su hijo o al hecho de no sentirse conforme en otros ámbitos de su vida. Pero la verdad es que tiene miedo. Miedo de amar tan intensamente, que luego la calidez que brote no sea suficiente para abrigar el corazón de ese chico que justo lo voltea a ver con aquellas dudas en su rostro por la mueca triste que refleja.
-¿Jungkook qué sucede?—inquiere preocupado, acercándose a su lado para acariciar sus mejillas.
Algunos pajarillos cantan las sonatas que solo su especie puede, dejando sus alas danzar por el aire. Los rayos del sol son pocos debido a los árboles de ese diminuto parque por el cual el tránsito de las personas es mínimo. Él, su Taehyung, desliza sus deditos por sus mejillas en busca de respuestas. Es tan etéreo, su cabello rubio sobre su frente mientras es medianamente cubierto por esa boina color vino que solo hace que su piel se vea más pálida de lo normal
-Amor me estás preocupando... ¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal? ¿Quieres sentarte?—asustado, verifica el lugar hallando unas bancas de piedra unos pasos por delante—ven, vamos allí ¿Bien?—pide.
-Tengo miedo—es lo que dice el azabache sintiéndose tonto.—tengo miedo a sentir demasiado, a querer con los ojos cerrados y que sea abandonado. Lo siento, es que esto es tan nuevo para mí... Que no puedo controlar mis emociones. No puedo pararlas.
Desde siempre ha oído eso que dicen que los hombres deben poseer la fortaleza de un titán, el llorar o quejarse es algo que sería mal visto por muchos. Pero él está cansado de querer fingir que no duele, ¿Por qué no debería expresar sus pesares con lágrimas o gritos? Sr. Jeon, Jungkook o como sea que es llamado por los demás, sigue siendo una persona de carne y hueso que posee el mismo tipo de sensibilidad que otro individuo.
-¿Y quién dijo que debes intentar controlarlo?—pregunta en seguida Taehyung, acercándose y besando sus labios tan suavemente, que por momento se siente como un pedazo de cristal demasiado valioso como para ser roto. Los labios de Taehyung siempre han sido verdaderamente dóciles, perfectos al besar. Sus ojos se clavan en los propios un momento después—tus emociones siempre han estado encerradas, Jungkook. ¿Por qué intentar frenarlas cuando por fin intentas ser libre? No me mires como una pareja que pondrá reglas o espera de más, mírame como esa persona que te seguirá a donde sea que desees ir... ¿Quieres ir a Irlanda? Vayamos. ¿Quieres escalar el gran cañón? Hagámoslo. ¿Quieres sobrevolar por Churún Merú? Perfecto, me encantaría. Incluso si simplemente deseas quedarte en casa y leer uno buenos libros... Dios, créeme que nada sería mejor que ello, Jungkook. Tonto, yo también he tenido miedo de quererte... ¿Sabes cómo hice para dejar de tener miedo en esas tres semanas que estuve separado de ti?
-¿C-Cómo?—toma suavemente la estrecha cintura de Taehyung sosteniéndolo cerca. Los dedos del rubio van hasta la nuca contraria para dejar blando contacto al cabello oscuro de ese lugar.
-Grité a los cuatro vientos lo que me dolía—ríe tontamente ante el recuerdo de pasar más de diez minutos maldiciendo todo y exponiendo vergonzosamente sus sentimientos— Sí, posiblemente Jimin se asustó por ello. Pero... Necesitaba hacerlo con urgencia. Yo estaba realmente afectado por cómo se dio la ruptura con YeonJun, el tema de la universidad, los trabajos. Estaba tan agotado, Jungkook. Tan frustrado, que solo quise huir a Daegu junto con mi padre— lo comienza a guiar hacia la una de las muchas solitarias bancas del lugar. Se sientan muy juntos, sus manos entrelazándose y viéndose hermosas. ¿Por qué el mundo juzga una relación homosexual si sigue siendo igual de linda que una heterosexual?—al quinto día de estadía en casa debido al reposo de mi mano, decidí tomar un bus para poder ir hasta el lugar en el cual nací.
>>Llevé flores a mamá, unas silvestres muy bonitas de tono azulado con centro amarillo; nunca supe qué tipo de flores le gustaría porque nunca la conocí más allá que por fotografías que papá me mostró al crecer—se alza de hombros avergonzado. Jungkook con demasiado cariño deja varios besos en su frente para alentarlo a continuar con este tema que desconocía, ya que quiso preguntar repetidas veces qué estuvo haciendo en ese tiempo que desapareció, pero nunca lo quiso presionar—cuando llegué a casa... Papá quedó impactado, él no esperaba que volviera en una época en la cual se supone debería de estar en la universidad. Pero de igual forma palmeó mi hombro y dijo que era bueno verme otra vez. Desde que estoy aquí solo había podido viajar tres veces hasta allá. No lo sé... Supongo que no quería volver a un lugar en cual se me fue asignada la infelicidad de una carrera que no me gusta.
>> Preparó panqueques... Amo los panqueques, por cierto—informa con una pequeña sonrisa temblorosa—la salud de papá ha estado empeorando debido a su testaruda forma de huir de los doctores, el saltar sus medicamentos y priorizar el envío de dinero para mi universidad—niega inconforme endureciendo sus facciones—discutimos al menos 10 veces en esos tres días que estuve ahí, lo amenacé con dejar la carrera si no cuidaba su salud y un montón de cosas más. Pensé que no lo quería lo suficiente como para llorar debido a su estado... Pero el verlo ahí...—su voz se vuelve bajita temiendo que sea rota, aceptando los brazos del hombre dándole consuelo—tan delgado, tan preocupado por mí y mi futuro... S-Simplemente no lo soporté y lloré, fue un llanto desgarrador, de esos que te hacer querer tirarte en el suelo y gritar. Y Él me contuvo.
>> Él me contuvo como nunca lo había hecho, acarició mi cabello y dijo que no debía de sufrir por él... Que todo lo que hacía era para mí, por mi futuro, para que no pase lo mismo que pasó conmigo. Pero... ¿Por qué? ¿Por qué sacrificarse de ese modo? No quiero que lo haga, joder. Tengo 21 años, casi 22... Yo soy quien debe cuidarlo a él por todas las malditas dificultades que vivió, yo soy el que debería de estar brindándole un retiro medianamente cómodo... Y solo me sentí peor por estar hecho un lio que no tenía comienzo ni fin.
-Todo va a mejorar—Jungkook lo abraza más fuerte,intentando reconfortar a su pequeño en este tema que siempre ha sido un poco tabú para él. De todos los temas imaginados de los cuales pudieron hablar, Taehyung nunca tocó la situación con su padre. Por eso, le resulta demasiado serio que se esté abriendo de esta forma justo ahora.
-Es que... Me dio mucha rabia el hallarme tan perdido cuando él ha hecho desesperadamente todo por un futuro del cual nunca he sentido interés. Fue horrible descubrir que sus únicas motivaciones son las metas de un tercero, mis metas... Unas metas que ni siquiera son mías—farfulla entrecortadamente, dejando que gotitas saladas bañen sus mejillas. Fue asfixiante esos momentos en Daegu—tuve que decirle...
-¿Decirle?
-Que por mucho tiempo pensé en desaparecer—confiesa, sin poder elevar sus ojos. Por segunda vez en su vida está diciendo esto en voz alta, y resulta tan descabellado que siente vergüenza—huir de esto, de la carrera... De papá. Estuve a punto de tomar un vuelo con un desconocido hacia Islandia, me gustó el mundo que me enseñó ¿Sabes? Estaba en la peor etapa, esa en la cual siempre estaba drogado y alcoholizado. Dolía aquí—toca su pecho—solo quería dejar de preocuparme, él era lindo y... Bueno, tenía dinero para poder complacer esos gustos viciosos que tenía. Cuando decidí ir con él, me enteré que papá había sufrido un infarto. Y todo, absolutamente todo dio un giro de mil quinientos grados. Dejé de ir a fiestas, de usar drogas... Alcohol, no me acostaba con personas. Pero ya estaba tachado como la zorra de la facultad de ingeniería—una pequeña carcajada broma sin emoción—le dije a papá, Jungkook. Le dije cuán mal me sentía por estudiar algo que no quería, por haber destruido mi vida de esa forma. Le dije... Que lamenté demasiado haber sido su hijo, que era homosexual... Que estaba enamorado justo ahora de un hombre mayor que es el papá de mi ex novio.
>> ¿Y sabes lo que hizo?—cuestiona a un impactado Jungkook que no sabe exactamente qué decir después de esa inesperada declaración. ¿Qué le dijo a su padre qué cosa?—Solo me miró por largo rato, se puso de pie y se fue a su habitación. Al día siguiente tomé mi bolso dispuesto a irme de casa, pensando que mi padre muy posiblemente me iba a botar a bastonazos después de asimilar todo lo que le había soltado. En cambio... Él estaba preparando panqueques otra vez. Habían dos platos en la mesa junto con un poco de leche. Tenía miedo, así que nunca levanté la mirada... Y dijo un "Lo siento, no lo sabía" Y sollocé, lo hice mientras comía de sus panqueques... Porque esas palabras significaron tanto para mí, tanto... Incluso si fueron pocas, era lo que necesitaba escuchar. Era libre, Jungkook. Por fin fui libre de todos esos sentimientos que me presionaban respecto a él.
-Y me siento orgulloso de que sea así, eres muy valiente. Eres un chico muy valiente, pequeño. Mucho—asegura, dejando besitos por todo su rostro húmedo—estoy orgulloso de ti. Por eso también he decido ser completamente sincero, Taehyung. Le diré a YeonJun que estamos juntos, que te amo... Le diré que quiero vivir contigo aquí o en cualquier parte del mundo, pero contigo... Ser libres.
―•♡•―
Los Jeans rasgados nunca serán los favoritos de Jimin, él es más inclinado hacia los que poseen tela perfecta, esos que son duraderos y no pueden romperse tan fácilmente. Particularmente esto ocurrió desde que se metió en una pelea, esa que quiso parar y por la cual concluyó con una denuncia, terminando casi desnudo por los movimientos bruscos del momento. Fue vergonzoso, tan vergonzoso que juró no volver a meterse en nada más y tampoco utilizar esa clase de Jeans.
Sin embargo, él no pudo cumplir su meta de permanecer alejado de los problemas de terceros, así que tampoco pudo cumplir el mantener a raya esos pantalones que cada vez se volvían tan populares.
Por eso, hoy lleva uno de esos. La tela es de un azul envejecido que permite ver parcialmente sus muslos duros debido la tela rasgada de esa zona, sus pantorrillas son abrazadas fuertemente dejando una forma demasiada perfecta de sus endurecida piernas, al igual que su estrecha cadera de dimensiones ideales. Sin dejar de lado, por supuesto, su gran trasero redondo que se marca demasiado bien con cualquier prenda medianamente apretada.
Esa sería una de las cosas que Jimin detesta de sí mismo... Sus glúteos. Son grandes y a veces le impiden vestir como desea al no soportar que tanto hombres como mujeres se le quedan viendo, es incómodo.
Y lo odia. Odia que muchos se acerquen con la única meta de hundirse entre sus piernas y probar su parte trasera. ¿Qué pasa con la gente y su deseo desenfrenado por el sexo? Por ello, no posee demasiada confianza en los demás. No cree poder enamorarse de nadie de una forma verdadera si lo único que está en su mente es que lo quieren llevar a la cama.
Así fue su primera vez, fue muy tonto... Algo parecido a la experiencia de Taehyung. Dio su virginidad a alguien que no sabía que dolía si lo metía sin estimular, fue traumante. Después de eso no quiso intentarlo más, cuando se enrollaba con algunas personas era él quien prefería hundirse entre la piel contraria, no era malo, él sentía que no podría disfrutar más que eso.
Pero era mentira. Esa noche en la cual se drogó, YeonJun verdadera lo hizo volar, lo jodió como nunca creyó que alguien podría. No sabe si fue así de bueno debido a las dosis que se metieron, o sencillamente porque debía estar con alguien que se dedicara a hacerlo explotar mil veces sin importar que su propio placer quedara de lado. Obviamente no recuerda todo, pero aún su vientre cosquillea ante las pocas imágenes que retiene. Es enfermo. Enfermo porque al final cuando YeonJun pronunció el nombre de su mejor amigo todo dejó de ser satisfactorio para él; solo pudiendo quedarse con la mirada fija hacia el techo sintiendo sus extremidades cosquillear y su consciencia perderse entre un túnel negro.
Nunca se volvería a drogar, lo puede jurar. Aunque la sensación de elevación sea algo que pueda alejar tu cabeza de los problemas, él no quiere volver a caer en algo que sabe solo lastimara sus propios avances. Le dolió ver a Taehyung vuelto mierda. Jimin realmente sollozaba cuando su amigo caía desmayado y pedía a Dios para que se detuviera al temer que una sobredosis lo matara.
Todavía lo recuerda, todavía puede sentir su piel erizarse cada vez que escucha que iban hacer una nueva fiesta y Taehyung era invitado. Sabía en que parte del diminuto apartamento el rubio guardaba las drogas, condones... Tenía un maldito arsenal que podría durar semanas. Eso lo desesperaba.
Él vivió la adicción de su madre, su problema con el alcohol y cigarrillo. El divorcio con su padre la sentenció en vida, ella realmente no quería divorciarse, solo lo amenazó con ello para hacer ver al hombre que estaba perdiendo a su familia. No obstante, su padre gestionó todo y un par de papeles fueron enviados semanas después para su firma.
No podría culparla por caer de esa forma tan atroz, ella amaba al hombre y este... Solo la dejó de lado para seguir avanzado en su mundo de los negocios. Por eso, siente que lo odia un poco. Cuando su madre supo reconocer que tenía un problema buscó ayuda, Jimin solo tenía 10 años cuando la vio recaer, tenía 12 cuando volvió a intentarlo y 15 cuando tuvo una sobredosis que casi la mata.
Él decidió no querer vivir más con ella y tampoco con él, así fue que decidió emanciparse a los 16 años con ayuda de algunos abogados que pelearon frente la corte. Por suerte sus padres lo apoyaron y no opusieron verdadera resistencia al saber que todo esto de verdad lo estaba afectando.
A pesar de poder respirar en un ambiente que no estaba plagado de drogas o negocios, él ya estaba marcado por el miedo, ya estaba condicionado como una persona llena de desconfianza hacia los otros individuos. Pero incluso así, no podía evitar intentar ayudar cada vez que lo podrían necesitar. Debido a ese trauma con su madre, él dejó de hablarle a Taehyung cuando lo vio drogado la primera vez, ¿Qué más daba? ¡Tenía miedo! Mucho miedo de tener que ver a alguien cercano otra vez agonizando mientras convulsiona y se asfixia.
No soportaría algo como eso otra vez.
Pero cuando lo vio llorar, sudar debido a una repentina fiebre y suplicar por protección, Jimin simplemente no pudo dejarlo tirado afuera de su casa.
Terapia de choque, eso comentó el psicólogo que visitaba de vez en cuando. Dijo que no estaba mal afrontar sus miedos de esa forma, que era una manera contundente de terminar de superar ese miedo a perder personas debido a las drogas. Y lo hizo, solo un poco, pudo convivir con un Taehyung agonizante por meses. Se volvió fuerte de alguna manera extraña. Pero igual algo queda en él, todavía tiene miedo de perder a personas que ama.
Eso es algo con lo cual tendrá que vivir por siempre.
-¡Ahí está!—puede oír claramente la voz del rubio a su espalda. Sin mucho esfuerzo, se gira un poco en la silla para notarlo sonriente dirigiéndose rápido hacia donde está sentando, con un azabache en ropas sencillas caminando por detrás con elegancia. Los brazos de su amigo rápidamente lo toman por la espalda para saludarlo con repentinos besos en una de sus mejillas regordetas. Jimin hace una mueca disconforme por esas muestras de cariño que su amigo siempre hace en los peores lugares—Jimin~ te extrañé tanto.
-¿Qué dices? Pero si nos vimos ayer—le recuerda, alejándose de inmediato para limpiar el exceso de baba que continuamente deja en su mofle. Un feliz Taehyung ocupa rápidamente una de las sillas disponibles, trayendo a Jungkook a su lado con cariño—Sr. Jeon... ¿Cómo se encuentra?—saluda.
-Por favor, dime Jungkook—pide con suavidad, una vez estrecha su mano con educación. Toma asiento al lado del rubio que no puede contenerse al momento de dejar un leve besito en su mejilla. Los ojos de la pareja chocan por lo que parece ser una eternidad y Jimin deja de respirar debido a ello. Esa tensión... No es una sexual, es la tensión de sus sentimientos volverse casi tangible, es como si sus pieles se desprendieran para poder unirse, pegarse... Volverse uno. Dios, esto es tan sofocante—¿Cómo estás?—pregunta a su dirección sin poder notar que ambos están soltando cosas por sus poros... Diablos, no debió obsesionarse con esas historias de omegas y alfas.
-Bien, he estado bastante ocupado debido a los trabajos de la universidad—responde.
Y es allí que un poco del brillo del rubio decae. El tema de la universidad le sigue afectando mucho, a pesar de que ya ha dado por perdido este trimestre, se va atrasar y no podrá ver materias con Jimin, pero es lo mejor en su momento de transición. Debe primero decidir qué hacer en muchos aspectos de su vida, debe poseer un verdadero cierre con YeonJun, debe afrontar todo lo que viene al ser expuesta su relación con Jungkook, debe... Tener más momentos de calma.
-P-Pero nada del otro mundo, mi vida no es tan interesante—interviene nuevamente—¿Usted? Supongo que bien, se ve radiante... Ambos, se ven radiantes. Debo confesar que me pareció extraño que me invitaran a almorzar así de repente—comenta interesado.
-Solo te extrañaba—confiesa Taehyung con un puchero, tomando el menú del lugar para verificar que sigue siendo el mismo desde hace dos años, hamburguesas, pizzas, pollos, muchas gaseosas y uno que otro postre. Naturalmente prefiere las cosas más sanas, pero no está de más escoger una buena pizza con muchísimo queso justo ahora, quizás deba de subir de peso, se siente muy delgado cada vez que Jungkook lo toma entre sus brazos—aparte de eso... Mientras estaba en Incheon con Jungkook, decidimos un par de cosas y yo... Quise que las supieras de inmediato, Jimin. Eres como mi hermano, te amo y siempre te estaré agradecido de no soltar mi mano en uno de mis peores momentos.
"Decidimos un par de cosas" ¿Por qué eso repentinamente le hace sudar las manos? Su corazón comienza a palpitar ensordecedoramente, algunas puntadas se instauran en la parte baja de su espalda con miedo por lo que de alguna forma intuye es. Ellos van a salir... Dios, ellos en serio harán explotar el mundo con la verdad.
-Decidimos que luego de la firma de mi divorcio ambos comenzaremos a vivir juntos como una pareja—y un pitito hace los sentidos de Jimin se distorsionen por un breve segundo. Esto va a doler, si ellos están dispuestos a eso muchas pruebas vendrán junto eso. No quiere volver a ver a su amigo llorando... Pero se siente tan bien verlo sonreír de esa forma tímida, casi como si tuviera miedo de lo que él va a decir, ¿Qué importa su opinión? Ellos merecen la libertad de elegir—antes de eso, saldremos a la luz. Hablaré con mi familia, les diré que los amo y planeo vivir junto a él—asegura Jungkook, teniendo la mano del rubio muy sujeta de la propia.
-Yo... Necesito saber si tendré tu apoyo, Jimin—esta vez es Taehyung quien habla en voz bajita sin ser capaz de subir la mirada—es importante para mí el saberlo... Por favor.
"Cuando seas mayor entenderás que hay decisiones que quizás no vayamos a entender, pero que de igual forma merecen tener respeto y tolerancia. Recuérdalo, Jimin. Tu mundo, mi mundo... Son diferentes a pesar de tener similitudes"
Esas fueron las palabras de su padre cuando buscó su ropa después del divorcio.
Quizás pudo creer que las había entendido en algún punto de su crecimiento, pero realmente es hasta hoy que puede hacerlo. Jungkook y Taehyung están dispuestos a ver el mundo arder por estar juntos, esas son las clases de decisiones que quizás no pueda entender debido al miedo que tiene de verlo sufrir. Allí está la diferencia, él es un cobarde que nunca haría algo como eso al huir desesperadamente del dolor.
Como aquella vez que no quiso oficializar con NamJoon solo por todo lo que decían de él, por ser demasiado alegre, por consumir demasiado alcohol, por ser el mejor amigo de fiestas de Taehyung. Su mundo, mi mundo, son diferentes a pesar de tener similitudes. Y está bien que sea de esa forma, está bien que su mundo sea único e incomparable. Está bien que se sienta arrepentido de no aceptar a NamJoon, de haber fracasado con YoonGi y haber errado con YeonJun. Está bien.
-Te apoyo, Tae—sus ojos se cristalizan repentinamente mientras asiente convencido, yendo en busca de las palmas del rubio que rápidamente toman las propias sobre la mesa—sé feliz de la manera en que desees, quiero estar junto a ti en cada decisión, ninguno de los dos tuvimos un hermano de sangre... Pero el destino decidió unirnos con unos lazos más fuertes que eso, los sentimientos, esos que no van a cambiar con el tiempo ni aunque estemos separados. Tú lo dijiste al leer uno de esos libros *"Estaremos presente, incluso, cuando nosotros mismos lo hayamos olvidado" ¿No es sí?
-Me asustaste por un momento—confiesa Taehyung dejando escapar un largo suspiro de sus labios. Se gira hacia Jungkook y sonríen inmediatamente por el alivio de recibir esa respuesta que tanto temía que fuera negativa—muchas gracias, Jimin. En serio, no sabes lo importante que esto es para...-
-Al parecer no han comenzado sin mí, me alegra mucho saberlo—dice aquella voz que conoce perfectamente, en un tono risueño.
Taehyung inmediatamente se levanta de su lugar luego de un pequeño grito feliz al por fin poder verlo. Sin importar la fuerza impuesta, va sobre NamJoon sin esperar razonar que posiblemente ambos terminen en el suelo por el impulso conseguido. El mayor de los dos trastabilla inevitablemente, teniendo que sacar todas sus fuerza para no terminar derribado. Ambos se ríen, mientras Jungkook mira con cariño la felicidad de su pequeño y Jimin frunce el ceño disconforme de aquella presencia allí
-Te extrañé tanto, Tae—agrega. Finalmente rompen el contacto, sien el momento de que NamJoon mire atentamente el rostro de su amigo—Jesús, mírate... Eres una preciosura, nada que ver con aquel feto de años atrás. Las fotos no te hacen justicia, eh.
-Cállate—golpea ligeramente su pecho lleno de felicidad. Taehyung puede distinguir que los rasgos del mayor ahora son mucho más maduros. No obstante, sigue conservando aquella sonrisa perfecta que recuerda de años atrás. Sus hoyuelos... ¡Ay, son tan lindo junto aquellos dientes perfectos!
-Sigues siendo un agresivo, feo—se queja de aquel golpe.
-Ya, ya. En cambio tú estás verdaderamente guapo... ¿No es así Jimin?—desvía. El pelirrojo ni siquiera se molesta en mirarlos, solo toma el menú y comienza a repasar lo que debería de comer... No, ¿Debería irse? Está seguro que...—no le pares, todavía está molesto porque te fuiste del país sin despedirte. Ven, siéntate que debo presentarte a alguien—invita feliz, volviendo al lado del hombre azabache que lo recibe con cuidado—Jungkook, él es Kim NamJoon. NamJoon él es... Mi novio, Jeon Jungkook—presenta con orgullo, dejando que sus mejillas se pinten de rosa.
Ambos hombres se dan la mano amablemente, siendo el de hoyuelos el que se sienta sorprendido en una de las sillas sin poder creer lo que ha oído. ¿Novio? Dios, eso no se lo esperaba. Al estar completamente asombrado, no nota que Jimin se mueve con incomodidad al ocupar el puesto a su lado. Maldición.
-Pensé que querías almorzar conmigo porque soy tu mejor amigo... ¿Qué hace él aquí?—reclama sin poder medir su molestia. NamJoon finalmente lo observa con aquella mirada llena de algo que no le gusta, no, no, ya no le agrada tener esos ojos encima. Gruñe—si me hubieses dicho... Yo no...
-Jimin, por favor. NamJoon también es mi amigo, ambos lo son...
-Te acostaste con él, eso no lo hacen los amigos—suelta sin poder pensar, ganándose una maldición de parte de Taehyung, un "Ahí vamos de nuevo" De NamJoon y una mirada rara seguida de un "¿Se acostaron?" De Jungkook. Debido a la mueca que posee Taehyung justo ahora sabe que ha hablado de más. Se siente abochornado—lo siento no quise...
-¿Qué diablos, Jimin? Te he dicho mil veces que nosotros no nos acostamos. ¿Qué debo hacer para que me creas?—pregunta el de hoyuelos lleno de frustración, golpeando el porta servilleta con molestia.
-No fue así—escucha que Taehyung le dice a Jungkook con suavidad. El hombre a pesar de notarse un poco incómodo, solo asiente dejando que los mimos que recibe en su nuca lo relaje nuevamente hasta el punto de solo poder observar esos ojos cafés con cariño. ¡Jimin se quiere colgar! Mucho más cuando aquella mirada de su amigo lo voltean a ver con el entrecejo fruncido en confusión—Jimin, ¿En serio creíste lo que todo el mundo estaba diciendo de nosotros?
-Y-Yo los vi...—farfulla con tristeza, jugueteando con el menú entre sus manos—estaban desnudos sobre la cama después de haber tomado como desgraciados. Además, tú dijes que ustedes se habían acostado en más de una oportunidad... ¿Qué querías que asumiera? Diablos, no me mires así—súplica, sabiendo que Taehyung justo ahora está muy molesto.
-He estado desnudo en la misma cama que tú después de haber tomado como un esperpento, Jimin. Y sí, es cierto, dije que nos habíamos acostado porque todo el mundo ya lo estaba diciendo de igual manera, dime... ¿Qué habrías hecho tú? Todos creen que soy una jodida puta que se ha introducido el 70% de los penes de la universidad—Jungkook gruñe en seguida por aquella forma de referirse. Muerde su labio penoso—lo siento... El punto es que de nada servía que lo negara, nadie lo iba a creer. ¿Pero tú? Oh dios, me siento tan decepcionado, Park Jimin—chilla, cruzándose de brazos para ir rápidamente a los brazos de Jungkook e intentar ocultar su rostro entre ellos.
-Te lo dije muchas veces—le farfulla la persona a su lado con un poco de burla al haber hecho enfadar al rubio de boina. Carraspea su garganta con un poco de fuerza, acomodándose lo mejor posible en el asiento para poder hablar con el hombre del cual su amigo se nota muy embelesado—Sr. Jeon, como bien dijo Taehyung, nosotros nunca tuvimos ese tipo de intimidad, si, es verdad que estábamos ebrios y eso, pero él era una cosita fea hace dos años atrás, tenía el cabello castaño completamente liso y no despertaba ni las ganas de golpearlo con un zapato, créame.
-¡NamJoon!—se queja el rubio con un gran puchero en medio de un pequeño berrinche por ese apodo de que nunca le terminó de agradar—Jungkook dile algo... ¡No te burles!—grita, en medio de zarandeos. Pero el azabache no puede dejar de reír por aquello de "Cosita fea" Y pensar que él estuvo a punto de llamarle de esa forma en más de una oportunidad cuando se pone molesto y arruga la frente de aquella manera que tiene ahora—oh, me siento traicionado... ¡Ustedes, par de rufianes! ¡Ya no están en la lista feliz de Taehyung!
Sin embargo, la risa de ambos hombres aumenta ante aquel comentario. A pesar de fingir estar molesto, no puede evitar sonreír un poco por lo feliz que se siente justo ahora al haber finalmente juntado a sus dos únicos amigos con el hombre que quiere. Su atención se desvía a la cara tristona de Jimin, no pudiendo evitar estirar una mano tímidamente a su dirección para que sea tomada un momento después.
Un "Tonto" en pronunciado de parte de Taehyung junto con una sonrisa suave que lo hace tranquilizar por momento.
...
-Deberías de hablar con él—susurra el rubio mientras lo abraza con fuerza en modo de despedida, ya que esta noche también estará junto a Jungkook. Jimin se separa de él con lentitud sabiendo lo que quiere decir, más haciéndose el desentendido totalmente—NamJoon te quiere, Jimin. No sé por qué nunca me hablaste de ustedes... Pero él es un buen chico ¿Sabes?—asegura, acariciando su cabello rojo con cariño. Su mirada cae triste repentinamente—si fue mi culpa... Juro que asumí que tenías claro que nunca algo como eso iba a suceder. Lo siento.
-No te disculpes... Fui yo... Yo no quise tener nada serio con él, Taehyung. Justo por eso es que él se fue a beber contigo ese día. Yo escuchaba muchas cosas de él, tenía miedo ¿Bien? Tenía miedo de salir lastimado... Se supone que seguiríamos viéndonos sin compromiso... Pero entonces pasó aquella cosa con ustedes y terminé de entender que no quería estar con alguien como él.
Devuelve su mirada al hombre de hoyuelos unos metros por delante que parece llevarse demasiado bien con Jungkook, notando lo enormemente guapo que todavía es. Jesús, algo sigue allí, solo que no es como antes. Ya no siente nerviosismo o unas inmensas ganas de verlo, pero definitivamente algún sentimiento continúa en lo profundo. Quizás sea porque ambos han cambiado demasiado, puede ser debido al enamoramiento que tuvo o tiene por... Olvidalo, no lo sabe.
-Ha cambiado...
-No intervengas por él, por favor. No intentes hacer que lo vea de otra forma.
-Es de otra forma. Mierda, Jimin. ¿Yo no soy de otra forma ahora? Estoy enamorado de un hombre tan maravilloso—dice con los pómulos rojos y aquella pequeña sonrisa tan amplia—lo amo, y he pasado por una transición de mierda para poder plantarme aquí y decir que amo y soy amado. No te ciegues, por favor. Si no quieres, bien. Pero no te cierres solo por su pasado... De lo contrario... Yo no merecería a Jungkook—asegura en voz baja.
Luego de un pequeño beso en su frente, Taehyung sube al auto del azabache para ir de vuelta al apartamento que será su nuevo hogar en un futuro. El pelirrojo se queda plantado allí sabiendo que a pocos metros la figura de NamJoon lo está mirando de esa manera que tanto le gustaba hace dos años atrás. Como si fuera el puto núcleo del planeta. Se gira hacia su dirección para clavar su mirada en aquellos ojos cálidos que lo recibe con cuidado.
-¿Qué quieres de mí?—pregunta débilmente, ya cansado. NamJoon se alza de hombros mientras suspira igual de harto. Ese tiempo lejos de él ha sido una mierda, ¿Qué más quisiera? Tranquilidad, esa que perdió al momento de que esos labios llenitos dejaron de sonreír hacia su dirección—háblame.
-Quiero hablarte, Jimin. Hablarte de Kim NamJoon, del chico que estudió por dos años arte moderno en estados unidos, que aprendió inglés a la fuerza y quiere ser feliz con lo mucho o poco que puede lograr. Si después de que nos conozcamos nuevamente sigues creyendo que soy un hijo de puta que no merece tu atención, juro no volver a molestarte. Por favor, déjame acercarme a ti... No huyas más de mí.
-No quiero huir. Pero tampoco quiero quedarme plantado aquí escuchándote.
-Entonces...
-Salgamos algún día—acepta en un farfullo bajo—pero es solo porque quiero cerrar este ciclo, NamJoon.
Cerrarlo para poder empezar uno nuevo.
―•♡•―
Tú*
Si necesitas que pase por ti, solo dime.
Estoy al pendiente del teléfono.
Diviértete, pequeño.
✓✓
Mi chico de las estrellas*
Gracias, amor.
Aunque no creo que haya
Demasiada diversión si no estás presente :(
✓✓
Tú*
No digas eso, sé que será bueno
Que disfrutes solo con tus amigos.
En serio, puedes llamarme cuando quieras represar,
Iré por ti de inmediato.
Estoy en la casa grande ahora,
Existen varios asuntos que debo tratar
Con Ji Woo.
✓✓
Mi chico de las estrellas*
¿Todo está bien?
✓✓
Tú*
Todo está bien, pequeño.
No tomes demasiado...
✓✓
Mi chico de las estrellas*
Umm ¡Lo juro!
:D <3
✓✓
-Tu sonrisa es muy grande justo ahora—La mujer pronuncia suave, haciendo que Jungkook desvíe finalmente la atención de su teléfono para centrarla en la que fue, o es legalmente, su esposa. Ella sonríe un poco enternecida por aquel sonrojo que se adueña de Jungkook repentinamente al ser descubierto mandando mensajes a la persona que posiblemente sea su próxima pareja—no te avergüences, es normal lo que haces—asegura, llevando el vaso humeante de té hacia sus labios.
-No quiero incomodarte... Lo siento. No debí.
-No, no—tranquiliza con un movimiento de mano quitándole importancia al asunto, y dejando la taza a un lado.—no me incomoda tanto como crees... Es decir, decidimos divorciarnos hace apenas unos meses, pero he podido sobrellevarlo ¿Sabes? He tenido tiempo de pesar en muchas cosas, y entre ellas comprendí que no es malo que sonrías por esta persona. Al contrario, me alegra que pueda ser así... Lo mereces tanto como yo—sus ojos comienzan a quemar.
No es como si no le doliera un poco decir eso, es solo que no cree que sea sano el intentar que ciertas actitudes sean limitadas solo para evitar la decepción de un próximo divorcio. Tanto Jungkook como ella, merecen cerrar el ciclo, merecen verse siendo feliz. No quiere perder la oportunidad de presenciar lo alegre que se muestra.
-Sé que podrás encontrar a alguien, Ji Woo. Ey...—al notar el súbito cambio de expresión en su rostro, se acerca entre movimientos veloces para tomar las manos de la mujer que comienzan a temblar mientras muerde su labio inferior con dureza. Sus ojos se van llenando de lágrimas progresivamente al no poder evitar sentir esa envidia sobre aquella felicidad que siente no tendrá en lo que le queda de vida—No te pongas así, eres una mujer maravillosa, autosuficiente y con un gran corazón que podrá ser tan feliz como yo—asegura, dejando caricias en esos pequeños dedos que también consta de aquella marca en su dedo anular a falta del anillo.
-L-Lamento no haber podido ser tu felicidad—gimotea un poco, sintiéndose completamente estúpida por los altibajos emocionales que toda esa situación le está obsequiando. Jungkook niega enseguida ante aquellas palabras—sé que fuiste feliz muchas veces junto a nosotros, cuando veías a YeonJun caminar con sus piececitos tan pequeños o decir su primera palabra... Lo sé, pero hablo de nosotros, de no poder hacer que te vieras tan radiante como eres ahora. Lamento que en 21 años no pude lograr lo que esta persona ha hecho en meses... Me siento solo un poco apenada por ello, es solo eso.
-No seas tonta, Ji Woo. No seas tonta—la atrae contra su pecho de forma fácil pudiendo rodear su figura completamente.
Ella es tan pequeña y delicada que parece tener temor de romperla por algún brusco movimiento. Diablos, sabe que está mal compararlos... Pero justo ahora se pregunta cómo fue que nunca había sentido la necesidad de tener entre sus brazos un cuerpo más grande, con ligero músculos que no lo alejen de ser refinado. Alguien de su mismo tamaño que esté justo a la par de su boca, uno que tenga casi el mismo tamaño de sus manos o un pene prominente del cual no deba avergonzarse. Uno con el cual no debe preocupar en contenerse, porque definitivamente puede recibir todo lo que tiene para dar.
Niega sintiéndose un imbécil por tener a Taehyung en su cabeza en este momento.
-Sé que tienes miedo, yo también poseo mucho miedo ¿Sabes? Quizás para otros sea normal el terminar y empezar otra vez, pero nosotros solo éramos unos adolescentes cuando comenzamos... No teníamos nada. Pero juntos pudimos llegar a donde estamos ahora. Maldición si, quizás no fui feliz de la manera en que hubiese deseado. Pero me hiciste un hombre dichoso por mucho tiempo, no digas que no lo fui. Tonta. Sigues siendo una tonta llorona...
-Y-Y tú un estúpido perfecto. Dios... Deja de ser tan amable. ¿Sabes lo que hiciste? Ahora tengo mis expectativas de los hombres muy por encima del promedio... Nunca voy a encontrar a alguien que pueda satisfacer lo que busco en una pareja—gruñe, alejándose de sus brazos ahora con una expresión molesta. Sus dedos quitan las gotas de sus mejillas para terminar cruzándose de brazos—eres un estúpido Jungkook.
-Deja de quejarte. Sí podrás hacerlo, hay hombre maravillosos allá afuera que siempre me envidiaban cuando íbamos a alguna cena importante de la empresa—asegura, recordando a más de uno que desviaron sus miradas a su esposa. Ahora sabe por qué no podía sentir verdaderos celos al respecto.
-¿E-Es así?
-Obviamente. Eres hermosa... ¿Quién no lo haría?
-Tú, por ejemplo—YeonJun desde el marco de la puerta responde. Sus ojos enrojecidos detallan a su padre y nuevamente siente aquella mirada sobre él que últimamente lo hace desesperar. ¿Por qué lo mira como si pidiera perdón? No entiende. Rápidamente voltea a su madre, notando la humedad que todavía es presa en sus mejillas. Su rostro se endurece inmediatamente—¿Por qué vienes hasta aquí para hacer llorar a mamá?—gruñe, sin medir su tono.
Jungkook va a responder, más Ji Woo se adelanta colocándose de pie para impedir cualquier tipo de enfrentamiento.
-No es así, hijo. Tú padre no ha venido a eso, él... Nosotros estábamos esperando por ti para poder conversar—se aventura a decir, percibiendo como el hombre azabache se coloca de pie a su lado brindando el apoyo necesario al intentar resolver esta problemática que desde hace días ambos están tratando de llevar calmadamente. YeonJun los observa lleno de desconfianza sabiendo perfectamente por donde viene el asunto. Maldición, si tan solo no hubiese sido descuidado aquel día, hoy no estuviera pasando por esta mierda—por favor, ven aquí y toma asiento con nosotros.
-No puedo. Me están esperando afuera, solo estoy de pasada—es en cambio lo que responde rápido, dándose media vuelta para seguir su camino a su habitación con la meta de buscar ropa limpia para poder largarse otra vez a cualquier lugar donde pueda divertirse con JongIn, fumar o follar, cualquier cosa estaría bien para él con tal de evitar este maldito lugar que solo le hace recordar lo idiota que fue—nos vemos.
-Yeon, te lo estamos pidiendo de manera educada. Por favor siéntate con nosotros que necesitamos conversar—esta vez es Jungkook el que habla, haciendo que el chico se detenga y mire de soslayo sin poder reflejar aquel cariño que meses atrás podía percibir de su parte. Su aliento se queda atrapado en su garganta—por favor.
-¿De qué quieren hablar? Joder, ¿No entienden que me están esperando? No tengo tiempo para ustedes justo ahora, debo volver al coche...
-¿Para drogarte?—Jungkook suelta sin filtro alguno, fastidiado de aquella actitud irrespetuosa que muestra, de aquella falta de interés por lo que está pasando. Ríe incrédulo de forma cortante—¿Qué pasa contigo YeonJun? ¿Qué está pasando por tu cabeza? Vamos, creo que nos puedes dar un par de minutos para que nos expliques qué es lo que te sucede con toda esta cosa que lo único que te está haciendo lograr es un gran vacío.
-Jungkook, esa no es la manera—interviene la mujer, intentando calmar la furia que sabe merma en su interior. ¡Joder! Se supone que decidieron dejar pasar unos días para poder aliviar de alguna manera esas ganas de tomarlo y obligarlo hacer lo que ellos creen mejor, pero no, no habrá días suficientes para poder apaciguar el desasosiego de ver a un hijo de aquella forma. Tan delgado, demacrado y perdido. Ni siquiera lo puede reconocer. Tú eres el culpable...—YeonJun por favor, somos adultos y podemos conversar sobre tu problema...-
-¿Mi problema? ¿Cuál problema?—pregunta enseguida sin querer quedarse callado—¿Por qué debería de explicarles sobre mi vida? No tengo cinco años. ¿Qué mierda les pasa?
-No hables de esa forma—advierte el hombre entre dientes, sintiendo aquella molestia recorrer su cuerpo en solo segundos, más apaciguando al mirar esos ojos negros que se muestran un poco húmedos y perdidos. Puede reconocer el miedo en ellos, a fin de cuenta, en algún momento pudo verse de esa misma forma. Temeroso, temeroso por un nuevo día que anunciaba ser igual que el anterior—solo siéntate y conversemos... No quiero discutir contigo, solo queremos ayudarte, hijo. Tienes un problema, debes ser capaz de reconocerlo.
-No tengo un maldito problema de ningún tipo ¿Entiendes? ¿Drogarme? Lo hago a veces, jodidamente no me pueden decir que hacerlo un par de veces es tener un problema; porque de lo contrario, el 90% de los jóvenes tuvieron uno muy grave—intenta aludir, sólo consiguiendo que el rostro de ambos padres se llenen de tristeza por su declaración. Su pecho se contrae—¿Por qué me miran así? ¿Nunca se drogaron alguna vez? ¿Nunca follaron con desconocidos? ¿Nunca vomitaron su bilis? Oh... No, posiblemente no lo hicieron porque estaban cuidando de mí. Lo siento por eso.
-YeonJun...
-¡¿Qué?! ¡Joder! ¡¿Qué?!—grita, mientras se tuerce en su lugar ya harto de tener que verlos fingir ser unas personas que intentan buscar lo mejor para él. ¿Quién tiene el derecho de decidir algo como eso? ¡Que los jodan! ¡Él decide qué hacer con su vida!—¿Por qué? ¿Por qué siguen mostrándose así, si en el fondo son un par de hipócritas? Falsos... Eso es lo que son. Intentando buscar mi bienestar cuando ni siquiera se preocupan del propio, fueron malditamente infelices por 21 años, conformándose e ignorando la verdad dentro de ustedes... ¿Con qué derecho me pueden decir algo si ni siquiera ustedes saben lo que quieren? No vengan a intentar inmiscuirse en mis asuntos, siendo ustedes un completo desastre que no quiero seguir.
-¿Es por Taehyung?—pregunta arrebatadamente Jungkook, notando como todo en el cuerpo de su hijo se sale de foco con solo la mención del rubio. Sus ojitos comienzan a llenarse de lágrimas y su expresión pasa de molesta a completamente destrozada—que hagas esto... Que te destruyas internamente, no hará que vuelva ¿Lo sabes, verdad? Él no va a volver, YeonJun. No es sano hacer lo que él hacía antes de conocerte, eso no hará que se fije nuevamente en ti.
-¿Qué mierda sabes tú de él? ¿De nosotros?—brotan como cuchillas aquellas preguntas. Las extremidades de su hijo decaen progresivamente, dejando que sus ojos expresen el dolor interno en forma de pesadas gotas. Aquellas lágrimas hacen que el corazón de Jungkook se rompa en miles de pedazos, que sus mano piquen por ir a sostener aquel delgado cuerpo que cargó un trillón de veces cuando solo un pequeño bebé era. Culpable... Culpable... Culpable—sé que no va a volver... ¡Lo sé! Maldición, lo sé porque lo conozco... S-Si lo conocieras tanto como yo, entenderías por qué duele tanto. Fue mi primer maldito hombre, ¡Yo le entregué más que mi maldito cuerpo! ¡Le di mi corazón! ¡L-Le di...! Le di todo lo que pude... Y no fue suficiente... ¿Por qué no fue suficiente? ¡¿QUÉ MALDITO HOMBRE SI FUE SUFICIENTE PARA ÉL?! ¡NO LO ENTIENDO, JODER!—grita desgarrando su garganta.
Ji Woo intenta ir a su lado para poder contenerlo, más Jungkook no lo permite ante el estado alterado del chico que podría tener cualquier tipo de reacción que sea irreparable. La mujer pide que se le sea soltada, pero antes de poder respirar, ya el chico ha abandonado la casa para subirse en aquel viejo auto que lo espera afuera.
-¡Maldición Jungkook! ¡¿Qué fue lo que hiciste?! ¡Se ha ido! ¡Se ha ido completamente histérico de aquí! ¡Le puede pasar algo!—reprocha Ji Woo hecha un desastre de lágrimas, hundiéndose en los temblores de su cuerpo y la preocupación de que algo malo le pase a su hijo.
¡¿QUÉ MALDITO HOMBRE SI FUE SUFICIENTE PARA ÉL?!
"Comenzaremos a vivir juntos como una pareja"
"Mi novio, Jeon Jungkook"
"Estoy seguro que tu cabeza es un lío demasiado espectacular en el cual quisiera navegar por horas, días... ¿Toda la vida?"
"Puedo asegurarte que entre la oscuridad del universo observable, existes."
"Te quiero... No, ¡Te amo!"
Y Jungkook debe sentarse antes de desplomarse por todas aquellas escenas que llegan a su cabeza en un mismo momento.
―•♡•―
-Pareces un maldito adicto, dame eso—JongIn arrebata el sobre de pastillas de sus manos, guardándolas de golpe en el guantero del auto lleno de fastidio. La respiración contraría está inestable en el asiento de copiloto, su cuerpo se mueve levemente solo siendo capaz de apaciguar un poco el dolor en su pecho que no sabe a qué se debe, su visión pierde foco por momento y puede sentir el frío bajar en gotas de su frente—imbécil, ¿Quieres morirte? Esas pastillas son fuertes y nada baratas, podrían hacer algo malo en tu sistema.
-D-Dejaré que me folles, solo dame algo más... Cualquier cosa—pide entre un murmullo inestable el de cabello azul.
-No quiere follarte estando así, idiota. Y no, no voy a darte algo más... ¿Quieres una sobredosis? Bien, pero lejos de mí. Vamos, bájate—pide duro, sin preocuparse en más mínimo por su estado. Los ojos difusos del menor de los dos, tratan de enfocar su rostro al no comprender lo que le está pidiendo. ¿Bajar? Ni siquiera sabe en dónde está, no lo puede dejar de esta forma—¿No oyes? Bájate, no te quiero aquí, ya me has jodido la noche.
-No p-puedes...
-Puedo jurarte que sí puedo—sin un poco de contemplación, JongIn se extiende hasta la puerta de copiloto y la abre, para seguidamente tirar sin cuidado el cuerpo de YeonJun contra el asfalto.
El chico apenas puede meter sus manos contra el frío suelo para evitar golpear su rostro una vez es echado en medio de un barrio que está lejano a ser a lo que está acostumbrado.
El carro ni siquiera tarda dos segundos en presionar el acelerador para perderse por las calles que antes habían tomado. Las piernas del chico no pueden reaccionar del todo, sus sentidos están demasiados difusos en miles de puntos. Su corazón duele, su cabeza palpita queriendo explotar y podría jurar que está sensación es suficiente para poder morir. Sus labios resecos se mueven entre temblores que no sabe si es debido al frío del ambiente o el frío interno de su cuerpo.
Posiblemente tenga la tensión baja. Posiblemente puede que muera en medio de un lugar que parece ser demasiado lejano como para que alguien lo pueda ayudar. Sus ojos llenos de lágrimas se fijan en los diminutos puntos que la noche muestra como estrellas, recuerda a su padre inevitablemente, recuerda que en algún momento le enseñó de los planetas y que era su mayor ejemplo a seguir hace meses atrás.
¿Cómo terminó en medio de la nada a punto de morir por algo que desconoce está pasando en su cuerpo?
Tonto... Tonto.
Sus ojos se cierran, cayendo desmayado por breves minutos. Sonidos lejanos, manos cálidas, murmullos. Puede despertar por un segundo fugaz y nota que está haciendo arrastrado por el suelo. Una chica le habla mientras mantiene un teléfono atrapado entre su oído y hombro, es una bonita, de esas que si fuera heterosexual quisiera tener como novia. No entiende lo que dice, pero puede leer sus labios pronunciando un nombre.
¿YiRen? ¿Conoce a su amiga?
Quisiera saberlo, pero vuelve a caer en la oscuridad a causa de su estado. Pudo haber sido unos minutos u horas, más cuando vuelve abrir sus ojos, está tendido en un auto en movimiento y unos suaves dedos juegan con su cabello. Su mirada trata de hallar a la persona dueña de aquellas caricias, siendo lo único que consigue entender es aquella voz temblorosa que dice una dirección antes de desmayarse nuevamente.
Cuando puede reaccionar por tercera vez, esta vez está acostado en una cómoda cama. El techo es blanco, las decoraciones rosas, hay peluches y cosas que le parece lejanamente conocidas de algún momento en su vida. El olor es floral, peonía, posiblemente. No lo sabe muy bien, está mareado y su cuerpo duele. Trata de pararse, cayendo casi al suelo al no tener fuerzas.
¿Qué fue lo que tomó?
Quiere saber, pero necesita urgentemente ingerir algo de agua. Entre pasos forzosos, puede llegar a la puerta de la habitación para finalmente caer en cuenta que dicho lugar pertenece a YiRen al poder ver las fotografías de ella junto con Jackson en aquella mesita de noche que grandiosamente ignoró. ¿Cómo fue que terminó aquí? No le interesa, solo quiere algo para beber.
Cuando da un par de pasos por el pasillo del primer piso, puede escuchar música fuerte retumbar cada rincón volviéndose demasiado para su agónica cabeza que todavía martilla. ¿Una fiesta? No, no es completamente una fiesta, hay menos gente que en las "Verdaderas fiestas" Que organiza Jackson a cada momento. Quizás unas 50 personas o 60 son las que están regadas en la sala más que un poco alcoholizados, moviéndose y haciendo show sexuales. No le importa en absoluto. Con ayuda de la pared puede bajar las escaleras con la meta fija de ir a la cocina por agua o cerveza, lo que primeramente encuentre.
Cruza el pasillo donde algunas parejas se besan, y llega finalmente al lugar indicado. Pocas personas hay en busca de hielo y botellas que están puestas en montones sobre el mesón, pero YeonJun solo puede mantener sus ojos perdidos en ese cabello rubio, en la curva perfecta de esa nariz, esos labios rosas tan preciosos que probó en más de una oportunidad bajo el título de novio.
Sus ojos comienzan a cristalizarse, al notar como la mano derecha del que reconoce como Namjoon se posa suavemente en la cintura de Taehyung, y como este último, simplemente ignora el toque continuando con la conversación como si no fuera un contacto privado, sino uno común. Su mirada rápidamente se va inyectando de viva ira, al distinguir esa sonrisa completa que le otorga al otro chico con tal felicidad, que lo hacen sentir más asqueado de lo normal.
Él nunca le sonrió de esa forma a su persona. ¿Por qué? Desde hace semanas que estuvo esperando volver a verle para suplicarle que regresaran como un maldito desdichado. No obstante, el observar de esa forma con alguien que supuestamente ocupó su cama por motivos desconocidos, ya que unos dicen que fue por pasar unas materias y otros tantos porque estaba caliente y NamJoon era el único disponible, no le gusta. En caso de que eso sea cierto, entonces... ¿Por qué parecen tan cercanos ahora? ¿Por qué permite ese contacto si él fue parte de su lista de errores?
''Los ignoro después de haberme acostado con ellos'' Sonrisas y leve toque en la mejilla del hijo del rector es lo que sigue ''Siento repulsión de ellos'' Su frente va al hombro del mayor por un breve momento motivado a las carcajadas que no pueden evitar soltar ''Son solo eso y ya, no hay más contacto'' Mentiroso.
''Te amo, YeonJun''
Mentira.
''Eres lo mejor que me ha pasado''
Más mentiras...
Entonces NamJoon lo abraza fuertemente, y el rubio deja que eso suceda con una gran sonrisa en el rostro como si estuviera malditamente disfrutando de ese equívoco contacto. Basta. Suéltalo.... Suéltalo... El mayor comienza a susurrar pequeñas cosas cerca del oído contrario, logrando que aquella sonrisa cuadrada brote mientras asiente demasiado motivado por lo que acaba de ser pronunciado. S-Sueltalo...
-¡Ya déjalo, maldita sea!—es el grito que Taehyung puede escuchar por sobre la música, y un parpadeo después, NamJoon ha sido lanzado contra la isla de la cocina llevándose al caer todas las bebidas embotelladas en un ruido estridente, ocasionando que algunas personas griten sorprendidas y se alejen de inmediato de ahí. Antes de poder siquiera reaccionar, un dolor inminente lo despierta del arrebatado momento. Su brazo izquierdo es jalado sin ningún tipo pudor por entre las personas que se va llevando por medio, pudiendo escuchar la respiración acelerada de aquella persona de cabello azul por sobre la música demasiado claro. Le duele. Su brazo quema, sus ojos comienzan a cristalizarse por el dolor en todo su cuerpo debido al shock. ¿Qué mierda está sucediendo?—imbécil... S-Soy un maldito imbécil.
-Me duel...-
-¡Cállate!—pide furioso en un grito agónico atrayéndolo con mucha más brusquedad a su lado, haciendo que el trago que una chica que se encontraba en su camino termine casi en su totalidad sobre el cuerpo del atemorizado Taehyung—¡No hables! ¡No digas alguna mierda!
-¡Me lastimas!—exclama desesperado, tratando de zafarse de un agarre que solo crece debido a sus movimientos.
Un gemido de auténtico daño escapa, siendo completamente absorto por la música de fondo y las muchas miradas curiosas del maldito espectáculo que están recibiendo debido a YeonJun. Su labio comienza a temblar desesperadamente. Odia la atención recibida, odia la burla en sus caras y esos murmullos.... Esos murmullos llenos de rumores que lo harán sentir como una pequeña mierda luego de esto. ¿Qué está pasando? Trata de girar y hallar a alguien conocido, pero no hay nadie que pueda ayudarlo.
Antes de poder hacer o decir cualquier cosa, es arrastrado como un animal a la parte de afuera de la casa donde no tantas personas están presentes
-¿Q-Qué... Haces? M-Me estás... Haciendo daño... ¡Me lastimas!—grita alterado al notar que no desea soltarlo.
-¡Tú también me estás lastimado! ¡¿Es que no lo ves?!—es la respuesta que recibe a cambio, haciéndolo trastabillar debido al alarido lastimero que es soltado en su rostro. La espalda de Taehyung va contra la pared en un duro golpe al no encontrar fortaleza en sus piernas para mantenerse de pie. Tiene miedo. Un pequeño sollozo escapa de YeonJun demostrando que esto le duele demasiado como para mantenerse estable, sus ojos llorosos son ocultos tras su tembloroso antebrazo y la poca claridad del sitio, evitando así verse más patético de lo que sabe se ve. Pena, debe de dar tanta pena—tú también me estás matando... ¿Por qué? ¿Por qué me hiciste esto, Tae? ¿Qué hice? Qué hice para merecerlo?—pregunta, dejando en evidencia sus ojos lloroso. Sus pupilas están muy dilatadas. Está drogado.
-Ya detente... P-Por favor—el rubio trata de tomar su camiseta para retener esos movimientos llenos de ansiedad que le hacen saber que está a nada de explotar, pero falla inmediatamente cuando al peliazul se aleja unos pasos evitando el contacto a toda costa. No puede tocarlo, si lo hace... No sabe de lo que sería capaz—escúchame por favor...
-No, no, escuchar tus excusas es una forma muy sencilla para tranquilizarme... Y yo no quiero eso, yo necesito respuestas... ¡Merezco saber quién es!
-¡No sé de lo que hablas!—responde, permitiendo el líquido salado deslizarse por sus mejillas de forma tortuosa. Los ojos dolidos de YeonJun se detienen en su rostro, está atónito, completamente dejándose llevar por sus emociones que se encuentran anestesiados por las drogas que fluyen por sus venas. Ambos sollozan ahora—No sé...-
-Dilo—exige en un gruñido.
-Yo no sé...
-¡DI SU MALDITO NOMBRE!—golpea su puño contra la pared cercana al rostro contrario, originando que su cuerpo tembloroso caiga al suelo debido al miedo. Su respiración se corta al comenzar a hiperventilar. Los digitales de YeonJun toman su quijada clavando sus dedos tan profundo en la piel, que siente que su quijada será arrancada—Dime... Su maldito nombre o juro que haré una locura... ¡DIME, MALDICIÓN! ¡YO NO MEREZCO ESTO! ¡NO LO MEREZCO! ¡DILO AHORA MALDITA PUTA!
-¡NO SÉ DE QUÉ ME HABLAS!—puede chillar entre el pánico. Un golpe. Solo uno cruza su rostro cortando cualquier bullicio cercano. El sabor de la sangre es evidente en su boca, su pecho siente un dolor que le hace cuestionarse si eso realmente ha sucedido. Comienza a sentirse mareado—Por favor... P-Para... Para—apenas puede susurrar, cubriendo su rostro con sus manos por si otro golpe intenta caer en él.
Los individuos aglomerados en la salida de la casa comienzan a murmurar sobre un golpe que pocos tuvieron la dicha de ver, y entre todas, Jackson aparece para saber la razón de todo aquel escándalo. Una vez está en la primera fila de personas, nota que su pequeño, no tan pequeño hermano adoptivo, es el que está haciendo de aquello un maldito circo. Sus rasgos rápidamente son llenas por la angustia al ver cómo todo se va desenvolviendo.
-Dímelo—súplica colocándose casi de rodillas a su lado arrepentido por lo hecho. Sus ojos se muestran tan destrozados, su piel tan demacrada y con marcas del llanto que ahora lleva. No puede no sentirse miserable, ha golpeado al chico que quiere, lo ha hecho por no poder aceptar que es alguien desechable. Odio. Odio. Odio. Odio—por favor... No lo merezco... Yo te vi entre todos... Yo noté cuan amable eras, incluso, cuando todos creían que eras mierda. Por favor... No me hagas pensar que ellos tenían razón. Por favor...
Y entonces los labios de Taehyung se mueven apenas en un susurro, y luego de ello, todo pierde sonido para ambas personas. Sus ojos fijos, sus corazones latiendo furiosos debido al sentimiento devastador de una verdad a medias. Jackson que ya se encontraba en movimiento hacia ellos, llega finalmente y toma de ambos brazos a un YeonJun pasmado que se deja llevar sin oponer ningún tipo de resistencia ante el shock recibido.
Taehyung lo puede ver, en esos ojos negros llenos de lágrimas que son a causa de él, la marca del engaño ser revelada. Un nombre, Taehyung ha pronunciado solo un nombre, que era todo lo que YeonJun exigía.
Vaya...
Mierda era, y mierda siempre será. La vida no se equivocó en eso.
Frase 1: es de Antes de despertar, el libro está terminado en mi perfil.
Frase 2: All i want, el libro está terminado en mi perfil.
-AlHanyG
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro