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•24 | No renunciar.



-Un escritor español dijo alguna vez que el hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos; ya que los amantes de las grandes historias siempre han vivido separados—comenta Taehyung del otro lado de la línea en un susurro demasiado bajo que solo busca calmar. 

Jungkook que yace recostado en la comodidad de su silla rodeado de demasiado trabajo por completar, solo puede mantener sus ojos cerrados siendo capaz de escuchar atentamente cada una de aquellas palabras que brotan de una forma armoniosa, tan relajante que puede quedarse dormido en cualquier momento sin darse cuenta.

-¿Qué piensas tú de ello?

-Que tenemos suerte de ambos ser hombres—una carcajada floja retumba, haciendo que las comisuras de los labios del mayor se alcen de inmediato por aquel comentario tan acertado—de lo contrario, estaríamos condenados a vivir separados... ¿Lo imaginas? Yo escribiendo cartas a mano con tinta negra que serían enviadas al otro lado del mundo donde una parte de mi corazón está en espera de reunirse con la otra. Trágica historia de amor que sigue repitiendose en la actualidad.

-Es bueno que no vivo al otro lado del mundo, ni que tengas que esperar largos años que una parte de tu corazón se junte con la otra, ya que puedes conseguirme cuando desees, las veces que quieras y en el lugar que mejor te parezca... Aunque la idea de la carta a mano sería bastante linda. Es algo más personal ¿Sabes? Una manera hermosa de llegar al corazón de las personas con palabras, ya que la tecnología ha hecho que ese puente haya alejado a familias cercanas y reencontrado a personas lejanas. Lo sé, extrañas palabras venir del vicepresidente de una empresa de innovadora tecnología...—se burla de su situación.

Fijando su vista en los segundos que corren en lo que va la llamada. 42 Minutos exactamente llevan conversando después de no resistirse a marcar el número del rubio para poder despejar un poco su mente de todos aquellos temas que lo están agobiando. Estaba seguro que con solo escucharlo, así sea respirar del otro lado, su estado de ánimo subiría dramáticamente. Le alegra no haberse equivocado.

-¿Quieres que escriba una carta para ti?

-¿Quieres escribir una carta para mí?—devuelve la pregunta en medio de muchas divagaciones de carácter existencial. ¿Estaría bien seguir siendo pionero en cosas de las cuales a veces ve innecesarias? La tecnología es maravillosa hasta cierto grado, uno que desde hace años Jungkook cruzó.

-¿Una carta? Umm no lo sé, creo que escribiría mucho más que una simple carta... ¿Quizás el segundo "A la recherche du temps perdu"?—inquiere con aquel mal francés que solo lo vuelve más especial de lo que ya es. Por supuesto que Jungkook no es experto en el idioma, pero se ha defendido en una charla sencilla en más de una oportunidad—No me culpes de querer dedicarte más de 1.267.069 palabras. Es que suelo perder el sentido del espacio/tiempo cuando estoy realmente inspirado en alguien maravilloso... Oh, creo que eso sucede más seguido de lo normal, ¿No es así Sr. Jeon?

-Oh, completamente de acuerdo—concede acariciando con la yema de sus dedos el material suave de la silla—siempre me sucede cada vez que veo a un particular chico de melena rubia y sonrisa radiante aparecer frente mí. Incluso, hace unos pocos días estaba pensando en las similitudes que pudiera poseer con los exoplanetas. Fue... Simplemente maravilloso, debías haber escuchado cada uno de mis pensamientos para que sintieras un poco de envidia dirigida hacia esta persona.

-¿Es así? Supongo que este individuo debe sentirse muy afortunado de tenerte—sigue el juego, siendo obvio la alegría en su voz al escuchar esas cosas tan lindas dirigidas hacia él. Un suspiro lleno de calidez es soltado, decidiendo continuar—Eso es lo que más quisiera, Jungkook. Que cada uno de tus pensamientos se volvieran palabras para poder escucharlos como pequeños susurros sobre mis oídos... Estoy seguro que tu cabeza es un lío demasiado espectacular en el cual quisiera navegar por horas, días... ¿Toda la vida?

-¿Y con esa misma boca me llamas cursi? Muy mal Kim, muy mal—pregunta repentinamente divertido, incitando aquella risa alegre del otro lado que es cortada al alejar el teléfono de sus labios.

Santo cristo, es hermoso el imaginarlo en su cabeza justo ahora. Ropa sencilla, vistiendo un mono, una camiseta demasiada ancha en tono oscuro, cabello desordenado con la más amplia posibilidad de no haberse peinado en todo lo que va de día, mueca somnolienta por haberse desvelado leyendo una novela de Ernest Hemingway, o cualquier otro escritor, mientras observa el techo y ríe. ¿Es normal que se sienta así de bendecido? No lo sabe.

-Pequeño... Me encantaría llenar de palabras tus oídos por todo una vida, Tae. Dios... Estos sentimientos son tan estrafalarios como la indumentaria de un payaso elefante. Es como si llenaran una parte que desconocía de mí. No sé cómo explicarlo... Pero si tuviera que representar lo que siento con un porcentaje del uno al cien, quizás 100000 sería lo más cercano.

-¿Indumentaria de un payaso elefante?—ríe tiernamente—basta, Jungkook. Me harás llorar y es demasiado temprano para mí, a pesar de que sean las dos de la tarde. Incluso, debería de levantarme para hacer cosas en el apartamento aprovechando la ausencia de Jimin. Quizás deba lavar mi ropa... O limpiar un poco la habitación. Oh, acabo de recordar que viste mi basurero personal—recuerda en medio de un chillido agudo opacado por la almohada de su cama—lo siento, soy un desastre cuando tengo mucha flojera.

-Solo tenías un poco de ropa en la cama, y esos particulares boxers de ositos blancos que...-

-¡OH, DIOS MÍO, NO SIGAS! ¿En serio detallaste mi ropa interior de osito? ¡Qué vergüenza!

-Estaban a simple vista, no tuve más opción que verlos por un breve momento—comenta suave sin perder la sonrisa boba de sus labios. En serio quiere ver a Taehyung utilizando esa ropa interior—Umm... Hablando sobre lo que dijiste... ¿Quieres ir al apartamento? Ya todo está completamente instalado allí, me refiero a la lavadora y esas cosas.

-Uh...No me voy a ofender si me dices claramente que quieres verme ¿Sabes? Está bien, iré a utilizar tu lavadora. Puedo incluso preparar la cena para ti, todo eso de forma gratuita por la utilización de tus aparatos electrónicos, ¿Buen acuerdo?

-El mejor de todos—acepta. La puerta de su oficina es tocada tres veces de forma seguida, teniendo que quitar el altavoz y colocar el aparato en su oído para permitir que la persona externa ingrese al recinto después de un breve "Adelante" En mediana voz—hace unos días por fin colocaron la cerradura eléctrica, así que te mandaré el código por un mensaje para que no tengas problema alguno—comenta, centrando sus ojos en el chico de cabellera larga que entra con aquel porte elegante que siempre suele mantener cada vez que se cruzan. Su atención vuelve al teléfono—no, no tendrás problemas. Llamaré a la persona de seguridad para que te deje subir ¿Bien?—el chico hace un venia deteniéndose a una distancia prudencial para no incomodar su llamada—debe cortar ahora... Si... Espero llegar pronto. Nos vemos, ve con cuidado—se despide en un susurro, alejando el aparato de su oído un momento después.

-Sr. Jeon. ¿Cómo se encuentra?—saluda cordialmente el hombre, manteniendo una carpeta roja entre sus manos que solo le hacen saber a Jungkook que tendrá más trabajo del que ya posee. Suspira pesadamente, sin ganas de nada más que llegar al apartamento y encontrarse con Taehyung. Tiene demasiado estrés justo ahora. ¿Dónde diablos está su té de valeriana?—tengo unos papeles en mi poder que el Sr. SeungWon personalmente ha enviado para usted, si me permite...—los extiende en busca de que sean tomado. 

Jungkook mueve una de sus manos levemente invitándolo acercarse para que la carpeta sea entregada sin demasiados protocolos.

-¿Qué se supone qué es esto?—suelta una vez valida su contenido. El hombre baja la mirada avergonzado entendiendo perfectamente lo que quiere decir con ello, ya que él mismo pensó lo mismo cuando lo vio—esto fue aprobado hace meses, ¿Por qué SeungWon mandaría de vuelta algo que ya está estudiado y puesto en marcha?

-Sr. Jeon... Lo que sucede es el Sr. SeungWon ha cambiado de parecer, no cree que sea lo mejor lanzar el aparato al público después de presenciar el fracaso de un producto tan similar por parte del Sr. Park. Serían pérdidas exuberantes las que tendríamos...-

-Serían pérdidas exuberantes las tendremos si simplemente decidiésemos parar todo por un fracaso de una compañía enemiga con un producto similar que ni siquiera se acerca a la calidad del nuestro. Debiste primero analizar las características de cada uno antes de venir aquí a decir esto. Eres el asesor de SeungWon, debes ser de ayuda más allá de solo consentir todo lo que diga por ser el presidente la empresa—sin considerarlo, tira dicha carpeta entre el montón de papeles sin ganas de escuchar nada más del tema—no pienso consentir algo como esto, es mi posición.

-Pero el Sr. SeungWon...-

-Yo me encargo de SeungWon, chico—corta una vez más sin humor. Su cabeza comienza a punzar dolorosamente debido a todos aquellos molestos temas sin resolución que andan de aquí allá—mira, lo siento ¿Bien? No fue mi intensión el hablarte de una mala manera, solo no estoy a favor de parar el proyecto en el cual hemos trabajado por meses. Es todo, por favor cierra la puerta al salir—pide, tratando de ser lo más amable posible.

El hombre joven asiente un poco entendiendo claramente que será un grano en el culo respecto a este tema, ya que si se crea un dilema entre SeungWon y Jungkook, jodidamente será él quien pague todos los platos rotos. Suspira buscando paciencia.

-Le diré lo que ha expresado, Sr. Jeon—vuelve a inclinarse, con la única meta de salir de ahí para ir a maldecir en algún lugar donde su presencia elegante no sea tergiversada de ninguna manera.

-Oh... BoGum—detiene antes de verlo salir completamente de la oficina. El chico se gira educadamente hacia él, sin demostrar la molestia abismal de aquella superioridad que el hombre siempre intenta tapar con una humildad que no siempre le queda bien—si se pone histérico o algo, dile que me lo diga mañana una vez llegue a las instalaciones, ya que estoy yendo de salida a mi casa justo ahora ¿Bien?

-Entiendo, Sr. Jeon—se despide con fingida cordialidad para cerrar la puerta como previamente fue solicitado.

Justo allí, es que Jungkook permite que el aire de sus pulmones sea expulsado de forma quebradiza por sus conductos respiratorios. ¿Qué ha pasado con su estúpido té? No lo sabe, y de verdad quisiera tener la posibilidad de tomarlo antes de ir a su auto y dirigirse hacia la única persona en el mundo que lo puede calmar con solo su voz. Y no, no quiere que Taehyung note que está ansioso por esos problemas que está presentando YeonJun, no le quiere decir que estos últimos tres días en los cuales únicamente se han visto por vídeo llamadas han sido un completo infierno para él y Ji Woo.

Es tan mortificante, tan odiosamente estresante el tener que rebatir qué sería mejor hacer sobre su vida y relación con Taehyung; porque claramente ha planeado decir la verdad sobre ellos en algún momento cuando la libertad de un papel sea otorgada. Al menos, esos eran sus planes a futuro... El poder tomar su mano en la calle y valerle demasiado poco el que la gente juzgue su relación por ser dos hombres, por ser mayor, por haber robado la pareja de su hijo.

Él ilusamente en serio creyó en esa posibilidad como algo real. Pero ahora su retoño está pasando por un momento de dependencia sentimental dirigido hacia la misma persona que él ama. Dependencia que lo ha llevado al consumo de sustancia prohibidas, a la decadencia emocional solo generando esa pérdida de autoestima que puede llegar a ser alarmante para cualquier padre que sepa que ha tenido responsabilidad en su agravante deterioro, a su cambio drástico de personalidad, a su pérdida de sentido.

El profesional que lograron contactar gracias a TaeHee, habló de un posible episodio depresivo después de escuchar a detalle lo que expresó Ji Woo durante su reunión, diagnostico que claramente solo es una de tantas probabilidades al no haber poseído una previa entrevista con YeonJun directamente. ¿En serio un episodio depresivo es viable? Esto es un asco, una completa locura que lo ha mantenido con la cabeza trabajando durante horas, logrando que ni siquiera pueda conciliar el sueño de forma correcta al dar vueltas y vueltas en el asunto.

¿Terminar con Taehyung?

Esa es una posibilidad que no está dispuesto a aceptar todavía. Puede ser egoísta, demasiado preocupado por sus propios intereses... Pero lo ama, lo desea con locura, lo anhela en su vida como podría solo querer al mismo oxígeno entre sus pulmones, ¿Puede ser perdonado por esos motivos? Sabe que posiblemente no lo sea, sabe que tendrá más individuos sentenciando lo malo de sus sentimientos, que aquellos que se preocupen en tratar de entenderlos de forma imparcial.

Está al tanto de que si su hijo se recupera de esto, el conocer la verdad más adelante solo lo volverá a romper, lo destrozará pieza por pieza y quizás no tenga retorno de algo como eso. También sabe que cualquier otro padre simplemente apostaría por la felicidad de su primogénito, por la tranquilidad de sus sentimientos, por la perseverancia de su bienestar. Pero... ¿Él no tiene importancia? Sacrificios, sí. El mismo Jungkook ha llamado esas oportunidades donde se prioriza al hijo con aquella palabra... ¿Estaría mal no querer sacrificar sus sentimientos por una vez en su vida?

Consecuencias, muchas veces algunas son irreversibles. Eso es lo que obtendría en cambio si decide de alguna errónea manera sobre aquel tema tan delicado. Por eso ríe agónico sin poder evitarlo, llegando al pequeño lugar dispuesto para las bebidas que pocas veces ha tenido la necesidad de utilizar ante su no mucha afición por el alcohol, pero que justo ahora cree ser una de las mejores distracciones.

-Cualquiera de mis intentos de hallar una salida favorable para YeonJun, me lleva a la única solución de alejar a Taehyung de mi—es lo que susurra en voz quebradiza, llenando hasta más de la mitad una de las copas de whiskey para seguidamente tomarlo todo en medio de una mueca llena de desagrado por el sabor desagradable que posee—mierda. Creo que nunca había odiado tanto mi vida como ahora...—acepta en viva voz, percibiendo como su visión se vuelve borrosa a causa de las ganas desesperantes de llorar. Vuelve a servir otra copa más llena que la primera siguiendo el mismo destino que la anterior—O-Odio no poder ser solo Jeon Jungkook...—farfulla, dejando que un par de gotas cristalinas bajen por sus mejillas. Jadea sin poder contenerse— odio tener casi cuarenta años y sentirme tan malditamente fracasado, desdichado... Odio trabajar en algo que no me llena. Pero sobre todo, odio no poder amar sin tener que sacrificar algo a cambio. Odio... ¡Odio esta falsa libertad!—la copa se estrella contra la pared volviéndose pedazos en menos de que sus ojos puedan captarlo.

Con su palma abierta golpear su frente repetidas veces sin saber qué hacer. Se siente desesperado, cansado, no quiere nada, no quiere nada si no puede mantener a las personas que ama a su lado. ¿Su tiempo? ¡Que barbarie el creer que algo como eso siquiera merece! No quiere su tiempo si eso significa soledad y dolor, no quiere vivir más de la misma forma... No lo merece, no lo merece...

-¿Q-Qué mierda es la que merezco entonces?—cuestiona a la nada rompiendo en llanto, rompiéndose en pedazos al saber que al final apostará por su hijo, por su bienestar, por su felicidad acosta de la propia, por encima de sus propios sentimientos destrozados. Su Taehyung, su hermoso chico que pudo llenar de luz sus oscurecidos caminos. ¿Lo olvidará tan fácilmente? ¿Él solo será un error en su vida? ¿Lo odiará? No quiere ser solo eso... No puede aceptar seguir siendo una decepción más en la vida de las personas a su alrededor. Su madre lo dijo, "Dañaste tu vida" Y él no quiere darle el poder a esas palabras dichas hace 21 años al enterarse del embarazo—Pero soy tan malditamente infeliz ahora.

♫ Así que quédate, no eres lo que estás escuchando; porque te he visto cambiar ¿Y quién dijo que eres uno entre un millón?


...


Las nubes comienzan a caer en pedazos en forma de gotas heladas que golpean sin clemencia contra el asfalto y alguna persona que tiene que correr para no terminar tan empapados como otros. Jungkook que maneja por las calles inundadas sin ningún tipo de azoro por llegar, se da la tarea de observar atentamente aquel acto de la naturaleza que genera molestia en muchos y bendiciones en otras.

Para las personas que no poseen el vital líquido, una torrencial lluvia como esta sería una gran fortuna. Para los conductores que deben transitar por horas, es una desdicha que puede acabar en un accidente de tránsito de no tomar las suficientes precauciones. Y para alguien como él que ahora no posee el mejor de los ánimos, solo espera poder mantener en su cabeza que incluso por encima de las nubes grises, el cielo sigue siendo azul.

Esa es la mejor forma de entender que todo mejorará después de la tormenta... ¿Pero qué estragos puede dejar una tempestad que incluso perdura en la tranquilidad de un deslumbrante cielo despejado?

Al detener el auto en la plaza del estacionamiento subterráneo del edificio, apenas cae en cuenta que realmente está empapado. Su cabello todavía escurre un poco de agua, y su camisa está pegada a su piel transparentandose un poco. Bien, no cree que haya sido demasiado inteligente el haber decidido irse de la empresa en medio de aquella lluvia impetuosa sin ningún tipo de paragua. Pero necesitaba salir de ahí, necesitaba respirar un aire diferente al de ese lugar que ya comenzaba a desesperarlo igual o más que el respirar en el espacio que compartía con Ji Woo. Su fracasado matrimonio.

Si decido quedarme...

Ya ha decidido no hacerlo, pero al parecer sus decisiones seguirán siendo guiadas por esa fina línea de lazos que compartirá con ellos por el resto de su vida. Sus manos en el volante tiemblan un poco debido al frío, siendo visible ese color pálido en su dedo anular por la falta de aquel anillo que por años mantuvo como una alianza fuerte, fija y que se supone duraría hasta la muerte. Pero qué equivocado estaba ¿No? Que erróneo fue conformarse, creer que era lo que merecía después de luchar por años con un único propósito...

Su hijo.

Al salir del auto y tomar el elevador que lo llevaría hasta el piso conseguido, puede deliberar un par de cosas con un poco más de calma. Principalmente cosas referentes a Taehyung, a su situación actual que parece ser la mejor que ambos podrían tener, la confianza creciente, las palabras llenas de temas descabellados, centrados, intelectuales o bobos. Eso es algo que lo hace sonreír, ser muy feliz, el poseer un amplio repertorio de cosas que podrían o no tener en común, pero que los vuelve únicos e interesantes a su manera.

Así como el poder descubrir su grupo de música favorita, el sabor de su helado o el enterarse que le teme a los fantasmas y por eso no le agradan las películas de terror. El que no pueda dormir sin abrazarlo, y que ame ser mimado como un lindo bebé al despertarse. El apreciar demasiado lucir lindo, coqueto, pero que encuentre molesto serlo todo el tiempo. Que adore comer sin importar su peso, y que celebre al subir un kilo demás. Que no importe su jodido historial de hombres, si con él se comporta como un chiquillo que apenas se está descubriendo.

Dios... ¿Por qué tiene ganas de llorar otra vez? Es un idiota sentimental, un tonto cursi que no desea alejarse de la única persona que verdaderamente ha dado significado a cada una de las estrellas del cielo. A los planetas, a la existencia misma. Es tan triste este vacío que se está instaurando en su pecho poco a poco, como pequeñas termitas que devoran la madera sin siquiera necesitar dormir.

Jungkook coloca la clave de la cerradura sin errar extrañamente, y un momento después ya está dentro del que sería su nuevo hogar. Sus ojos inmediatamente viajan a los converse blancos mal puesto a un lado de la puerta, anunciándole que ya Taehyung está en algún lugar del recinto siendo sencillamente maravilloso. Su pulso se acelera en anticipación por la dicha de poder verlo, de poder sentirlo. Quiere abrazarlo y decirle cuando lo quiere, quiere... Tantas cosas que quizás no tenga el tiempo de hacer a su lado.

El solo pensamiento lo hace querer arrancarse los cabellos y quedar calvo de una vez. Luego de un suspiro angustioso, decide dejar todos esos pensamientos a un lado al no ser hoy el día en que sus caminos se separen. Hoy no va a decidir algo de lo cual se pueda arrepentir después. Por eso, decide observar hacia el pasillo con interés pudiendo identificar como una dulce voz tararea una melodía que es completamente desconocida para él, pero que es llena de un júbilo que no puede ignorar.

Una sincera sonrisa se apodera de sus labios dejando fluir fuera de su cuerpo cualquier tipo de estrés que pudiera afectar su ánimo justo ahora. Sin preocuparse demasiado en los detalles que lo volvieron un completo quisquilloso con el desorden, abandona en el primer lugar que ve su saco y maletín para poder aventurarse por el pulcro pasillo hacia la habitación asignada como lavandero que es de donde proviene aquel sonido.

Una vez llega al marco blanco de la puerta abierta, se recuesta de la madera para poder seguir viendo cómodamente el gran espectáculo de música que aquel chico rubio lleva mientras ingresa prenda por prenda en aquel aparato eléctrico que se supone es la lavadora. Sus movimientos son llevados por un cómico baile que es permitido gracias a aquel par de audífono que resuenan de manera ensordecedora sus tímpanos, sus pies descalzos se despegan del piso entre cada pequeño salto y su melena rubia es retirada de su rostro gracias aquella cinta rosa que posee un gran lazo hacia uno de sus lados que solo le regala más ternura de la normal a su rostro libre de maquillaje.

Es tan completo. Como una cajita mágica que posee todo lo que pudiera necesitar para ser feliz. Al menos justo ahora Jungkook es condenadamente feliz de poder observar aquella luz irradiar sin problema con algo tan simple como un par de audífonos y una canción que posiblemente descargó de forma ilegal. Niega enternecido, dejando que sus ojos vaguen por aquel short de mezclilla demasiado corto que deja una perfecta imagen de sus piernas estilizadas, en conjunto con esa camiseta de rayas horizontales en tono negro y blanco con un par de cerezas en medio con la palabra "Sweet Boy" Escrito en alguna letra animada que extrañamente le hace ver muy sexy.

Unos dos minutos después, Taehyung finalmente cierra la tapa circular de la lavadora para proceder a pisar algunos botones que hacen que comience hacer el trabajo que por años le tocó cumplir a sus lindas manos. Gira hacia la entrada del lugar y no puede evitar salta en su sitio una vez detalla al azabache con aquel rostro divertido que es evidencia clara que lo ha pillado en uno de sus momentos más despreocupados.

-¡Oh, diablos!—¿Qué tantas estupideces estuvo haciendo mientras echaba la ropa en la lavadora? Espera que no demasiadas. Con timidez, quita los audífonos de su oreja para seguidamente dejarlos junto con su teléfono en uno de los cajones que el lugar posee como diminutos closet, para poder calmar su acelerado corazón que parece querer salir—Jungkook... ¿Desde cuándo estás ahí? C-Casi me matas de un ataque—reclama bajito.

-El suficiente tiempo como para darme cuenta que disfrutas mucho lavar tu ropa—se burla un poco, sin poder ocultar lo complacido de distinguir aquel puchero formarse en esos labios rosaditos que son su total perdición desde que descubrió las mariposas que le hacen sentir al besarlo—por cierto, tienes demasiadas energías a la hora de hacer este tipo de cosas que normalmente desalientan a otros, una cualidad más por la cual te considero un gran chico—comenta sincero.

-Solo estoy un poco alegre de no romper mis manos al tener que restregar la ropa—farfulla, acercándose hasta donde la figura fornida está de pie, notando que su cabello está húmedo al igual que parte de su impecable camisa blanca de lino, recordando que poco tiempo después de llegar al apartamento una fuerte lluvia comenzó a caer. Sus dedos rápidamente van ayudarle con las hebras que estorban en su rostro, colocándolo con cuidado a los lados o hacia atrás—estás empapado. Deberías de ducharte antes de estar espiando mi vergonzoso baile—regaña con cariño.

-No fue vergonzoso, sabes moverte—aquellas palabras dicha en esa voz tan repentinamente gruesa, hace que la mente de Taehyung vuele bastante lejos hacia ese sendero prohibido que ha intentado dejar de lado en lo que va de semana. Humedece sus labios con una lentitud escabrosa, saboreando el bálsamo de coco que aplicó al llegar al lugar.

-Puedo hacerlo mucho mejor si tengo una pareja de baile—insinúa, permitiendo que sus manos caigan al pecho del hombre que se marca tan perfectamente debido a esas odiosas gotas de agua que pudieron perfectamente entrar en contacto con aquella piel que él mismo ha desea palpar durante todos esos días—¿Quieres verlo?—pregunta sin poder detener aquel coqueteo que es bastante obvio. Jungkook asiente quedando hipnotizado, percibiendo aquella tracción que lo empuja inevitablemente hacia el chico—aquí...—toma las manos fuertes del hombre y las guía hasta su cadera para que se queden fijas ahí. Con un movimiento bastante agraciado, gira sobre su propio eje para sentir aquel pecho húmedo contra la tela de su espalda un segundo después—y entonces solo debo hacer esto...

Su trasero comienza un movimiento demasiado letal para la sanidad mental de cualquier persona que desee tener control sobre sí mismo. Es circular, suave, perfecto... Así es como se siente estar contra esas redondas formaciones de carne que posee el rubio como glúteos. La fina tela del pantalón de Jungkook hace que los movimientos del chico se sientan más peligrosos de lo normal contra su entrepierna que rápidamente comienza a tomar tamaño con el paso de los segundos y aquella específica ondulación de vientre que lo está haciendo delirar. Sus dedos presionan la piel de la cadera contraria sin permitir que se separe ni un centímetro de aquel mortal baile que de seguro debe ser ilegal.

Un jadeo después debido a la fricción conseguida, y ya Taehyung está volteando nuevamente hacia su rostro sin dejar aquel ritmo que es llevado con el sonar único de sus corazones que golpean tan fuerte como solo Jungkook desea impactar su cuerpo del contrario. 

Los ojos cafés de Taehyung rápidamente caen sobre los suyos como un pesado planeta que incita a ser descubierto y explorado. Tentando... Dios, pequeño delicioso pecado aquella rosadita lengua que moja sus labios tímidamente, invitándole de manera tácita que juegue un poco con su experta extremidad que posee ese maravilloso don de envolver y derretir.

Las manos del rubio se envuelven tras su cuello acercando sus rostros hasta solo percibir el aliento contrario sobre cada uno de sus labios. Menta que intenta disimular un cigarrillo que posiblemente fumó de camino al apartamento, ese es el olor que percibe Jungkook a esa escasa distancia. Y jura que no tolera demasiado el cigarrillo, pero en Taehyung es tan... Diferente, que no logra hallar lógica a sus distinciones, simplemente es algo que no logra incomodar del todo, si viene de él.

-Peligroso... Letal como una Taipán de hipnóticas tonalidades—suspira el azabache borracho de deseo. Sus manos que no se habían movido de su cadera, se deslizan un poco más hacia la espalda para acabar sobre aquellos glúteos que llenan perfectamente cualquier prenda que Taehyung decidiese utilizar. Aprieta levemente, logrando que las facciones del chico oscurezcan en neto placer—tan fuerte como una droga que nadie debería de ingerir al causar aquellas alucinaciones tan incontrolables... Tan eufóricas... Eso eres chico bonito... Una tentación que no planeo omitir. ¿Está bien para ti eso?—pregunta rozando sus labios escasamente.

-Con usted cualquier cosa está bien—y come su boca de forma voraz; su lengua hundiéndose tan profundo como puede en busca de recibir de vuelta la del hombre que majestuosamente se desplaza al ritmo correcto, sus salivas volviéndose una sola consiguiendo sonidos obscenos llenos de placer y con la meta de llegar al centro dulce del contacto adictivo—Diablos... Déjeme montarlo, Sr. Jeon. P-Por favor... Juro que nunca había deseado tanto estar sobre alguien—súplica mientras jala su labio inferior.

Ni siquiera tiene que decir algo más cuando es alzado del suelo como una simple pluma entre brazos para ser llevado ciegamente por el pasillo con una dirección incierta. Cama, mueble... Isla de la cocina, cualquier lugar sería el perfecto para poder tomarlo como por semanas deseó. Realmente no importa donde sea, lo que más importa es ser parte esencial de aquel arte corporal que con el rubio ha descubierto y quedado maravillado.

Su corbata es dejada en medio de algún lugar, los botones de su camisa torpemente son liberados mientras los besos asfixiantes no pueden dejar de poseer el protagonismo que tienen. Excitar, calentar, enloquecer cada parte de los cuerpos que solo buscan una desesperada manera de calmar el interior de cada uno. Ebullición, eso siente Jungkook cuando la experta boca de Taehyung baja por su cuello dejando húmedos besos, siendo su clavícula presa de mordiscos suaves por aquellos perfectos dientes un momento después.

Humedad, calor y ansiedad choca como una ola contra su cuerpo al caer sentado sobre el único sillón del lugar con Taehyung encima sin dejar de martillar su miembro duro con sus nocivos movimientos pélvicos que parecen sacados de alguna clase de paraíso sexual. Gime libremente sin vergüenza alguna, centrando su mirada en cómo el rostro hermoso del chico se contrae al estimularse sin decoro contra él. Ardiente, esa sería una palabra adecuada para describirlo en este momento de excitación.

Luego de un jugoso beso que lo deja viendo estrellas, la curvilínea figura de Taehyung se levanta para colocarse frente él y así tener la posibilidad de apartar la camisa de rayas de su cuerpo en conjunto de la cinta rosa de su cabello para poder darle libertad a su hebras doradas. Los ojos del hombre inmediatamente van hacia aquel piercing que acentúa de manera indecorosa la forma plana de su estómago, en conjunto con aquel "My time" Que va acorde con toda su delicada forma.

-Precioso—es lo único que puede farfullar completamente embelesado. Cuando el short de mezclilla es retirado con aquella lentitud agobiante, puede descubrir una vez más cuan pasmosa es esa sensualidad que brota enteramente del chico al desnudarse sin retraerse de alguna parte de su íntegro cuerpo. 

Es como si estuviera plenamente orgulloso de sí mismo. Eso, hace que la adoración de Jungkook solo crezca.

Una vez la prenda se desliza por sus piernas sin problema, se da la tarea de acariciar tan sutilmente con la yema de sus dedos parte de su cadera y abdomen ultimando sobre uno de sus pezones erectos que regalan un par de gemidos quebrados por enredarse un poco con ellos. Jungkook se sirve de aquella distracción para poder acercarse y deslizar su lengua por su estómago lentamente, finalizando en aquel ombligo que lo tienta a juguetear en más oportunidades de las esperadas.

-J-Jungkook... Dios...—chilla, dejándose hacer todo lo que el hombre desee. Debido a ello, ni siquiera se queja cuando es incitado a dar la vuelta para dejar aquel trasero al nivel del rostro del hombre. Lo primero que percibe desde su nula visión es las caricias regaladas en cada uno de sus glúteos de manera apacible. Sin embargo, un mordisco de esos que no te hacen querer gritar de dolor sino gemir de placer, es otorgado súbitamente en el nacimiento de su nalga derecha emocionándolo lo suficiente como para comenzar a bombear el glande de su miembro. Cierra sus ojos—S-Sí~

Su cuerpo se inclina hacia delante permitiendo que su estrechez sea abierta accediendo a la visibilidad de su agujero que se contrae deseoso de contacto. Jungkook inmediatamente entiende aquella petición silenciosa, chupando su entrada repetidas veces para concluir hundiendo su húmeda extremidad dentro intentando abrir y lubricar lo más posible por lo vicioso de aquella acción. Desliza su lengua en medio de diminutas mordeduras desde el perineo hasta el final de su abertura intentando penetrar con prudencia con uno de sus dedos.

Taehyung engulle dicho digital después de empujar deseoso de mucho más que uno solo, obteniendo una dilatación plena con tres dedos que cree ser lo suficiente para poder montar ese miembro que todavía sigue aguardando entre aquel odioso pantalón que solo hace ver al hombre tan elegante... No, él no quiere que sea elegante justo ahora, quiere que maldiga de placer si es lo que desea, que lo tome como nunca pudo tomar a nadie.

Sin muchas ganas de perderse aquel espectáculo que está próximo a comenzar, termina de tirar de la camisa de Jungkook para liberar aquellos marcados músculos que la tela ocultaba. Diablos, diablos... Esa línea de vello púbico oscuro que se pierde entre el pantalón es lo más malditamente caliente que Taehyung ha podido observar, hermoso, es gratificante el imaginar la sensación que tendrán sus testículos al rozar con ellos durante el acto.

No pudiendo aguantar el temblar de sus piernas por la anticipación, quita lo más rápido posible el pantalón y bóxer para dejar en completa soltura ese falo que de inmediato va contra sus duros abdominales. Rojiza glande a la vista debido a que el prepucio ya no está cubriéndolo, el meato permitiendo que liquido preseminal se desborde deliciosamente y aquellas venas brotando de forma imponente alrededor del miembro. Sencillamente delicioso, adictivo como la misma droga que por meses consumió, pero mucho, muchísimo mejor.

-Quería sentirlo en mi boca... Pero no creo ser capaz de soportar un minuto más sin montarlo S-Sr. Jeon—dice traviesamente en un murmullo, gateando nuevamente sobre su regazo para poder tomar el miembro desde la base y guiarlo con cuidado hacia aquel estrecho lugar necesitado; lo mueve circularmente para lubricar lo mejor posible con su liquido natural, para seguidamente sentarse sobre aquella parte que está hecha una maldita roca—Uh... Kook... S-Si...—lloriquea excitado una vez la punta a entrado solo un poco.

La cadera del azabache empuja lentamente hacia arriba hasta poder percibir cómo su miembro se pierde a regañadientes entre ese adaptable lugar que lo presiona de forma delirante. Su cabeza va al respaldo del sillón solo cediendo por breves segundos a la abrumadora sensación de placer, llevando sus manos rápidamente a la cadera de Taehyung al este comenzar hacer ligeros movimientos circulares en busca de ensanchar lo mejor que se pueda para que no duela demasiado.

-P-Pequeño... Así...—alienta en un ronroneo inestable, consiguiendo que el rubio se eleve hasta solo quedar la punta dentro para volver a bajar completamente, dejando que un jadeo codicioso abandone sus labios. 

Sus ojos se cierran incapaces de continuar poseyendo una vista tan libidinosa de esa figura remontando tan exquisitamente un miembro corriente como lo es el suyo. Porque eso es, solo un poco de carne que no merece el insano placer dado por un ser elevado como lo es Taehyung. Un ángel, un ser inmortal que te invita a ser salvado de una forma traviesa que no es consentido por Dios.

-Joder... Lo haces tan bien— elogia, percibiendo el sudor que se va formando en cada uno de sus músculos por aquella apasionante actividad.

El clima está húmedo, mucho más que cualquier otro día pasado. Se puede percibir el calor enloquecedor dentro de cada parte de ese agradable apartamento con el paso de los minutos, pero eso no es un verdadero problema para esas pieles que se unen con desesperación mientras las gotas de sudor viajan sin demora entrelazándose entre sí al Taehyung montarlo de forma experta entre movimientos que varían la velocidad y forma, a veces circular o saltos ambiciosos de poder llegar más profundo dentro de sí mismo. 

Jungkook solo puede mantener la claridad mental de aceptar que nunca había sentido algo así en todos sus años... El mejor, el extraordinario mejor sexo de su vida.

-S-Sr. Jeon—se queja, llevando sus manos a la cabellera húmeda del hombre tras su nuca, jalando y acariciando mientras sus dedos se hunden sin cuidado en la carne tratando de direccionar toda aquella explosiva necesidad de liberarse. Los dedos de sus pies se contraen con cada embestida que el mismo se propina contra ese exuberante pene. Sus ojos pasan de estar cerrados a abiertos continuamente, perdiéndose brevemente en aquellos orbes negros que lo observan con un apetito grotesco.

Esa linda boca húmeda por donde brotan jadeos sinvergüenzas lo invitan a devorar, ese pecho amplio y duro que se eleva con desequilibrio debido a su errática respiración, es una linda vista que no está dispuesto a dejar de admirar. Su abdomen definido contrayéndose... Las gotas de sudor danzando por su piel perfecta, acariciando ese My time. Dios. Observar a este hombre de esa forma a causa de él, solo hace que sus sacudidas se descontrolen volviéndolo solo gemidos rotos que intenta callar al morder aquellos labios hinchados con desespero.

Una nalgada retumbante es dejada en su glúteo derecho arrebatándole un quejido de vivo placer tormentoso. Puede sentir esas manos masculinas, grandes y suaves sobre su culo ayudándolo a que la velocidad de los choques de las pieles aumente dramáticamente. Gime más fuerte que en cualquier otro momento, ama estar arriba, adora follarse contra el otro, pero más ama que lo controlen y marquen el ritmo que necesita.

-A-Ah... Ah...—las manos amplias Jungkook amasan su trasero sin contemplación mientras lleva su boca hacia uno de sus pezones para chupar duro. Diablos, lo va hacer venir—más... Jodeme más, J-Jungkook...—la excitación que gana con sólo concebir como esa lengua rasposa se desliza sobre su botón sensible, lo vuelve loco. Sin contar la presión y cosquilleo que el perineo percibe gracias al raposo vello púbico del adictivo azabache.

Jungkook sin poder negarse a la petición previa, deja uno de los pezón y va demandantemente por el otro, pegando otra nalgada y comenzando a mover su cadera de arriba hacia abajo en busca de penetrar en conjunto. Antes de poder correrse, Taehyung obliga de un movimiento veloz que sus pezones sean dejados de lado para poder enterrar su lengua hasta la garganta contraria. Su boca está llena de necesidad, y sólo puede calmarse al notar la extremidad ajena violando su cavidad con la misma intensidad brindada. El beso es sucio, chasquidos y mucha lengua que solo ayuda a que la excitación experimentada vaya creciendo a niveles alarmantes.

Al no soportarlo más, toma su miembro entre una de sus manos solo bastando unas caricias rápidas en el glande para que tiras blancas lechosas manchen fuertemente el pecho amplio del hombre mayor. Taehyung chilla sin contención, autorizando que algunas lágrimas abandonen sus ojos por tan potente orgasmo, y el seguir percibiendo cómo está siendo encajado duro por Jungkook sin dejarlo siquiera respirar por su previa llegada.

Por dios, el azabache está disfrutando más de lo necesario el culo de su pequeño. Es indecente el deleitarse de esta forma, es un pecado lleno de gloria que lo harán ir al infierno con una sonrisa muy amplia, un chico tan hermoso, tan... Perfecto. Mío, mío, mío. Detiene su cadera y de un ágil movimiento baja a Taehyung de su regazo para colocar boca abajo sobre el mueble, el menor de inmediato entierra sus dedos de la pomposidad del cojín permitiendo que su boca se abra ligeramente al rozar su nariz de la suave tela bajo él.

Jungkook alza solo un poco el trasero contrario para tener una vista clara de su entrada palpitante que pide mudamente que algo grande le desgarre, sin hacerle esperar, se introdujo en él de una solo estocada consiguiendo un grito que es contenido al morder el sillón. Segundos después, su pecho va contra la curvilínea espalda grabada de forma linda por aquel tatuaje, para clavar sus dientes en uno de sus hombros mientras se permite seguir empujando entre su piel de forma dura.

-Delicioso... M-Me encantas—murmura el mayor extasiado. El pene de Taehyung comienza a llenarse nuevamente debido a esos movimientos de cadera tan habilidosos, precisos y letales. Está apuñalando su próstata sin piedad mientras gime en su oído y los vellos de su piel se elevaban. 

El rubio se encuentra más allá del cielo, jamás lo habían tomado de tal manera, suave pero profundo, variando en las empujes, cambiando el ritmo y sobre todo, acariciando y besando las partes de su cuerpo. Sexo maduro es esto, sexo sucio pero considerado, no sólo lo está utilizando como un hoyo al que meter, lo está haciendo parte de esto y eso lo vuelve loco.

Los gemido de Jungkook se intensifican y el roce en el miembro de Taehyung debido a la presión de su propio cuerpo contra el mueble, le harían llegar nuevamente. Pero antes de que se pudiera imaginar lo plácido de ello, siente que el peso del azabache cambia para poder deslizar por el pequeño espacio que queda entre su cuerpo y el sillón, una de sus manos dirigidas hacia miembro desatendido. Su otra extremidad pasa por debajo de su pecho hasta llegar a su pezón dejando movimientos circulares que son acompañados por piquetes hasta cierto grado dolorosos.

Joder.

Está siendo estimulado por sus tres partes más sensibles al mismo tiempo, es penetrado, su miembro bombeado y sus pezones estimulados. Al no hallar forma de centrar su atención en algunas de las tres partes, simplemente cierra sus ojos y se deja venir un segundos después gritando un "J-Jungkook" Que le terminan de fundir las neuronas al hombre; logrando que su propia eyaculación fluya de su centro, permitiéndose morder de una manera extravagante la espalda curva del menor con fuerza contenida.

-D-Dios... Taehyung...—cae tendido sobre su cuerpo sin poder pensar en la posibilidad de salir de dentro suyo por esos seguidos espasmos que le avisan que aún su semilla está siendo dejada en su interior. Sus labios rápidamente van al cuello del chico para besar mimoso por todo aquel placer que le acaba de otorgar al permitir tocar su cuerpo de esa forma—eres tan perfecto.

-Usted... También es lo—farfulla adormecido, dejándose llevar por el cansancio del acto—ahora tengo mucho sueño y todavía no termino de tener lista mi ropa—se queja consentido, sin poder reclamar que está siendo asfixiado por aquel gran cuerpo. Jungkook sonríe recostando su mejilla de aquella piel húmeda, centrando sus ojos en la lluvia que todavía cae en forma de diluvio afuera de aquel nido que desea llamar hogar junto con este chico de hermosos sentimientos.

-Duerme, pequeño. Yo terminaré de hacer lo que hacías, y también cuidaré de tus sueños de ahora en adelante.

Él decidió en esa tarde de miles de gotas, el no renunciar a Taehyung. Jungkook, le dirá la verdad a su hijo en busca de ser perdonado y enteramente feliz por primera vez.



► Wake me— Eden.


Si está feo, advertí que las escenas sexuales no son mi fuerte. :))


-AlHanyG

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