•20 | ¿Podré algún día encontrar mi tiempo?
Jungkook es... Detestable. No porque sea repugnante o su personalidad lo orille a lo desagradable, todo lo contrario, es demasiado increíble como para no detestarlo solo un poco.
Jeon Jungkook, el hombre completamente hermoso que más de una vez Ji Woo ha decidido observar a lo lejos para poder comprender la complejidad de su existencia, es... Lo que cualquier persona con un cerebro y amor propio esperaría para compartir una vida en pareja. Un hombre maravilloso con excelente gusto artístico, literario, un gran vocabulario y de mente abierta en cuanto a los cambios drásticos de la humanidad.
Nunca le ha reprochado algo con verdadera relevancia, nunca ha tenido que pasar por esas cansinas peleas por problemas de alcohol, tabaquismo, por obsesiones con las apuestas o aficiones problemáticas. Es un hombre tan centrado en lo que él opina merece la atención, que por mucho tiempo lo halló como un ser perfecto. Con un carácter demasiado flexible, con un tono de voz que nunca se ha salido de las octavas correctas por más que su humor este mal, con una forma amena de ser, con un corazón gigante y paciencia. Mucha paciencia, esa que te hace cuestionar cómo es que no termina de reventar y manda todo al infierno, así, como sucedió muchos años atrás que tuvieron que sobrellevar un aborto.
Ellos todavía eran jóvenes, YeonJun apenas tenía 3 años cuando volvió a quedar embarazada por haberse roto el condón que utilizaron. Al menos, esa fue la explicación viable que ambos encontraron factible. La situación inmediatamente se volvió tensa apenas la noticia fue dada a conocer, ellos apenas estaban logrando estabilizarse luego del nacimiento de su primer hijo, así que todo cayó en un ánimo lo suficientemente aterrador como para soportarlo. Ella comenzó a solo llorar, a maldecir su existencia, su suerte y el haberlo conocido. Si, todavía se siente avergonzada por ello.
Pero la verdad es que no pudo sobrellevar la situación, pensó en el aborto como una solución a su estado, cosa que ni siquiera pudo verbalizar debido a los brazos de Jungkook que la rodearon con la mayor de la fuerza, "Estaremos bien" Fueron sus palabras, y el arrepentimiento de sus pensamientos fueron el causante de que cayera de rodillas y pidiera perdón a Dios por haber perdido el centro por un breve momento.
No se trata de que esté en contra de la interrupción del embarazo, su experiencia la ha llevado a creer que cada persona tiene libre albedrío en su vida y nadie más que ella misma debe saber las repercusiones de sus decisiones. Puede arrepentirse o no, eso queda de parte de cada individuo y uno como ser humano no debe juzgar a los demás, ni siquiera se debería de opinar sobre la situación de alguien más; porque cada quien es un universo demasiado complejo como para buscar entender.
Solo creyó que Dios la estaba castigando por sus pensamientos, cuando un día a su tercer mes de gestación la sangre se deslizó por sus piernas como una muestra de la fragilidad del ser humano. Aborto espontaneo incompleto, eso fue lo que el médico diagnosticó antes de llevarla a ese cuarto y aspirar todo lo que quedaba del que era su futuro bebé. Luego de ello, la posibilidad de quedar embarazada solo era algo que Ji Woo podía imaginar.
Debido a todos esos repentinos sucesos, ella decidió dejar a Jungkook. Tomó a YeonJun y aseguró que volvería con su abuela para poder superar todo lo que había tenido que vivir, lo culpó a él y al modo de vida que habían estado llevando como causa de su pérdida.
A pesar de creer que Jungkook la dejaría ir después de decir las mayores estupideces del mundo, él no lo hizo. Él trató de contenerla, de hablarle con cariño, pedirle tiempo, prometió mejores cosas para ambos, dijo que trabajaría más fuertemente y que no la defraudaría, que la quería a su lado y no podía permitir que se fuera. No lo hizo, claro que no, Jungkook pudo cumplir perfectamente con casi todo lo que dijo aquel calamitoso día. Casi con todo... Porque en algo fracasó plenamente y sin siquiera darse cuenta.
Amarla.
Eso es algo de lo cual no puede escapar en este momento que lo puede observar en silencio desde la puerta de su despacho. ¿Cuánto ha pasado desde que volvió? Quizás un par de horas, tal vez un poco más. No puede negar que le dolió como el infierno el verlo pasearse por su hogar luego de haber estado toda una noche fuera de casa sin otorgarle una explicación. No puedo ignorar que quiso llorar cuando solo pudo recibir una mirada profunda de su parte y un "Lo siento" Que no sonó como si verdaderamente lo sintiera.
Ji Woo no es estúpida, ni siquiera está cerca de serlo, Jungkook ha estado con otra persona.
Y no porque haya tenido la necesidad de acercarse y oler su ropa, no, ella no es ese tipo de mujer. Ella posee dignidad, una que ese propio hombre que está con la mirada perdida en un montón de papeles desorganizados, le ha hecho crear al alentarla a poseer amor propio. De esta manera, no importa que tan lastimada este por esta precaria situación, ella todavía puede estar en la misma habitación con Jungkook y pensar que sigue siendo el mejor hombre del mundo. La estima que le tiene, no puede ser fragmentada ni siquiera por verse siendo engañada de aquella forma... ¿No es absurdo?
-¿Cuánto tiempo estarás allí?—pregunta débilmente el azabache, sin poder elevar la mirada. Se siente mal, como un imbécil que merece la pena capital por todo lo que está haciendo pasar a su familia. Cuando llegó a casa, él ni siquiera intentó darle una explicación a su esposa. ¿Para qué? Ambos saben de manera silenciosa qué está sucediendo en aquel matrimonio—solo... Debes preguntarlo, yo trataré de responder con sinceridad.
-¿Obtendré la respuesta que deseo? ¿Estás seguro de ello?—cuestiona, entrando entre pasos tranquilos al lugar y quedando en el borde del escritorio. Sus dedos con una perfecta manicura en un tono marfil se desliza por la suave superficie, hasta centrar sus ojos en la unión de oro que hace ver a su mano tan hermosa, tan... Casada. Su garganta se aprieta—¿Es joven? ¿Bonita? ¿Una universitaria? ¿Quizás una pasante de la empresa?— remonta su mirada a los oscuros de Jungkook y puede adivinar que al menos algo de lo que ha dicho es cierto—Por favor, no me mires con arrepentimiento si de verdad no lo sientes. La verdad, es que no creo que importe ninguna de esas previas preguntas, puede ser que haya acertado en alguna de ellas o no, pero no importa. Lo que realmente quiero saber es... ¿Ha valido la pena?
-No lo hagas, Ji Woo. Por favor, mi deseo no es lastimarte mucho más—súplica, desviando la mirada con cansancio. ¿Cómo responder algo como eso sin herirla gravemente? ¿Cómo puede poner en palabras que ha valido cada maldito segundo? No puede, simplemente no están en él aquellas palabras—nosotros... Dios, esto es tan difícil... Creo que tendré un infarto—comenta estresado, colocándose de pie y desabotonando dos de los botones de su camisa al percibir que los latidos de su corazón se aceleran dramáticamente.
Quiere llorar, llorar de miedo, pánico verdadero de estar cometiendo un grave error al no negar esto.
-Jungkook, te has acostado con otra persona y aún así dices que no quieres lastimarme... Créeme, me heriste en el mismo momento en que decidiste todo esto sin haber sido sincero antes—expone Ji Woo, sentándose en una de las sillas frente el escritorio sin deseo verdadero de alterarse o hacer un gran problema. No, ella ni siquiera quiere gritarle... ¿Por qué? Dios, todo esto está mal, cualquier otra mujer en este momento le estaría lanzado un tacón o cualquier otra cosa a su alcance. ¿Por qué su dolor no se desvía a ese sendero? Se sentiría mejor—solo quiero que expongas tus motivos, quiero que me digas lo que deseas... Quiero sinceridad.
-¿Alguna vez lo hemos sido acaso?—interroga verdaderamente afectado. Aquella pregunta la toma por total desprevenida, ¿No lo han sido? ¿Qué? No, ellos siempre han sido tan transparentes en su relación... ¿O no?—escúchame, somos mayores, sé que podemos conciliar y hacer que esto acabe de la mejor forma, pero no pidas que exponga mis motivos si nunca algo como ello te ha importado. Te hablé de mis metas, te dije que deseaba entrar a la universidad, ¿Y qué hiciste? ¿Qué hiciste? Solo te pudiste burlar. Nosotros nunca hemos sido sinceros con nosotros mismo, nunca nos hemos escuchado claramente. Al menos no, desde que puedo sentarme aquí—señala la silla de su escritorio—y validar que no he hecho nada de lo que he deseado por miedo al rechazo, por miedo a no recibir apoyo.
-¿Acabe?—repentinamente cae en cuenta que esa ha sido la única palabra que se ha mantenido en su cabeza por el último minuto. ¿Él ha dicho acabar? Los labios de Ji Woo se abren sin comprender cómo es que su pecho puede experimentar aquello nuevamente, es ese sentimiento de entender que aunque suplique, no obtendrá de vuelta lo que le ha sido arrebatado. Respira, respira—¿Tú...? ¿Tú quieres acabarlo? Es decir... ¿Todo? ¿Nosotros?—la solo mención hace que Jungkook gima de desconcierto.
¿Lo ha dicho? Si, lo ha dicho. Los ojos de Ji Woo finalmente se humedecen, y su espalda va contra el respaldo de la silla llena de sorpresa debido al rostro lleno de dolor del hombre.
¿Cómo fue que ha pasado esto? Su esposo solo faltó a casa por una noche... Solo... ¿Tan importante es? Es el final, aunque trate de mantener su dignidad en un punto elevado, Jeon Jungkook la está lastimando. Su orgullo, su sentido de permanencia a su lado se ha roto, en algún momento había creído que todo se iba a solucionar después de una charla y algunos ajustes. Pero el "Acabar" Nunca estuvo en sus planes realmente, quizás estarían extraños por un tiempo, pero... Eso ya no importa.
-¿Estás seguro de lo que acabas de decir? Jungkook... ¿Estás seguro de querer lanzar 21 años de matrimonio por la borda? Nuestra familia... Dios, dios, ¿Qué es esto? Se siente horrible. Por un momento percibo que tú no eres la persona con la que me casé, ¿Dónde está mi esposo? ¿Dónde está el hombre considerado que solo veía por su familia?
-Ese es el punto, Ji Woo. Solo veía por todos y nunca por mí ¿Entiendes? N-Nunca podía ver por mí mismo. Eso me estaba asfixiando poco a poco, me estaba matando... Y lo siento, pero esta otra persona de verdad me hace querer vivir—esas son las palabras que terminan de quebrar a la mujer que creía que nunca lloraría por algo como esto. Sus lágrimas son gruesas y con verdaderos sentimientos llenos de conflictos—lo lamento... Por favor... Lo siento, yo no quería herirte. No quería... Debes saberlo, perdoname.
Y quiso abofetearlo. Quiso golpearlo y decirle que se fuera a la mierda con sus disculpas que no harían que su corazón estropeado volviese a su estado original. Sin embargo, sus piernas temblorosas consiguen colocarse de pie y llegar a su lado, sus manos rápidamente son cruzadas por el cuello del hombre otorgando un abrazo que termina de aniquilar a sus sentimientos; porque esa es la primera vez en 21 años, que lo ve llorar.
Sonará increíblemente falso una confirmación de este tipo después de tantos años juntos, pero es cierto. Ella nunca lo había visto derramar lágrimas, ya sean de felicidad o tristeza, no importa, nunca lo había presenciado de esta forma. Y verlo de ese modo tan afligido por una confesión de ese tipo, la afecta universalmente.
Es que ni siquiera el verse engañada es suficiente para mantenerse a raya del que ha sido su compañero de vida hasta ahora, ¿Por qué? Quizás por el valor que ha tenido al exponer lo que ella nunca fue capaz. A pesar de haber logrado parte de su sueño al graduarse como diseñadora de interiores, existen cosas que simplemente ha dejado como un lindo recuerdo en la profundidad de su ser, al no hallarse capaz de expresar.
Ahora, siente que puede respirar con tranquilidad al saber que no ha sido solo ella la que ha percibido el mundo de esa manera por tanto tiempo. Dios, se siente tan bien. Sus manos acarician con suavidad el cabello del hombre, cabello que ahora posee un olor diferente al que siempre ha desprendido por la simple utilización de un champú que no ha sido el que por defecto utiliza. Ese detalle tan banal la hace sonreír de forma quebradiza, es... Sofocante, pero extrañamente siente alivio.
-Seamos felices, Jungkook. J-Juntos o separados... Por favor... No nos neguemos más el ser felices de la forma en que deseamos... Por favor, para de llorar. Por favor.
Pero Jungkook simplemente no pudo hacerlo.
―•♡•―
YeonJun lo dejó.
Al menos, eso es lo que cree Taehyung después de ese "Vete a la mierda" Que susurró agónico después de haberle dicho que no se arrepentía de lo que hizo previamente. Sí, es un maldito malnacido. Pero... ¿Qué mierda debía hacer? ¿Seguir mintiendo? No, está cansado de que todo a su alrededor se estuviera basando en falsedades, al menos antes solo follaba y era visto como una zorra que necesitaba un falo para existir. Pero después de conocer y caer por Jungkook, tenía que estar atento a lo que decía, a cómo se comportaba o miraba frente a YeonJun. No lo soportaba más, iba a tener un colapso tarde o temprano de seguir como iba.
No, es que... ¿Qué dice del colapso? Ah, si... ¿Se refiere a ese que está teniendo justo ahora?
-Maldición, Kim Taehyung abre la maldita puerta—es Jimin quien patea con fuerza el cubículo de tono azul en el cual ha estado desde que llegó a la universidad ese día.—Kim... Por favor, por favor abre la puerta... Llevas allí más de cuatro horas, no es justo—susurra cansado, dejando que su frente vaya contra el frío metal.
Taehyung tiene 48 horas sin dormir, solo operando por medio de piloto automático debido a las responsabilidades que no puede dejar de lado o moriría de hambre y no podría pagar la deuda con la universidad. Su cabeza zumba de una forma nunca antes experimentada con ese simple pensamiento. ¿Qué ha hecho de malo para merecer sentirse así? Señor de los cielos, por favor ayúdame. Es lo único que puede pedir en este momento, mientras sigue ignorando las llamadas de Jungkook.
Es que... No lo entiende. Él solo llegó al baño para poder humedecer su rostro y ya luego estaba sentando en el piso llorando como un desgraciado. No puede soportar tantas cosas en sus hombros... No puede con tantas cargas mentales. Supone que es normal, ¿No? El sentirse así de roto por su vida, así de desdichado. De asqueado.
Los sollozos de parte del rubio comienzan nuevamente. ¿Cómo no alterarse si lo escucha llorar? Jimin odia que su jodido amigo llore, lo odia con todas su malditas fuerzas. Si pudiera, ya hubiese arrancado esa puerta de su lugar y mandarla a un lado solo para tener la posibilidad de abrazarlo, de decirle que todo estará bien.
Es que ni siquiera desea saber qué es lo que sucede exactamente; porque ya tiene una idea bastante clara luego de lo sucedido el domingo, así que lo menos que desea es ahondar en el tema, él solo quiere poder consolarlo, mimarlo, darle ese ánimo que sabe ha dejado de lado por todos aquellos problemas que calla dentro de sí.
-Tae...
-Quiero v-volver a Daegu—oye que pronuncia por primera vez Taehyung. Su corazón rápidamente se vuelve un diminuto grano ante dicha posibilidad de perder a su amigo, en todo el tiempo que lleva junto al rubio, es primera vez que lo escucha diciendo algo como eso—Q-Quiero vivir en mi antigua casa donde mi mayor problema era no tener tema de conversación con papá. J-Jimin... Extraño tanto no preocuparme por nada... ¿Por qué tenía que pasar todo esto? Y-Yo solo deseaba ser querido... Y-Yo... Estoy tan cansado—solloza.
-Puedes descansar, Tae. Sal de ahí y te ayudaré. Si tanto te está matando este tema con Jungkook solamente...-
-No es solo eso—corta enseguida, limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano. Al hacerlo, puede notar las leves marcas verdosas en sus muñecas que cada vez se vuelven más oscuras con el pasar de las horas. Sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas. Si bien es cierto que YeonJun no quiso hacerlo al propósito, le lastima demasiado verse de esa forma por su propia culpa... Lo odia, odia todo, todo, todo.
-¿Tae? ¿Qué sucedió? Vamos... Háblame, yo te escucharé—súplica Jimin desde el otro lado. Taehyung odia tener que escucharlo así de angustiado por su culpa... Su amigo ha tenido verdaderos problemas personales como para seguir dándole mayor número de preocupaciones ¿Ven lo egoísta que es? Se odia tanto—por favor.
La puerta se abre finalmente, revelando su rostro demacrado del otro lado. Su mirada instintivamente va al suelo, al saber que posiblemente da verdadera pena el fijarse en sus interminables ojeras y senderos de lágrimas. Tal como creyó en un principio, los deditos de Jimin rápidamente van a sus mejillas para borrar cualquier rastro de llanto que sea visible en su lindo rostro. No, su lindo Taehyung no merece que esas gotas saladas abandonen sus ojitos tan perfectos, él es demasiado como para que tenga que llorar a cada rato por tantos problemas.
-Tonto... Mil veces tonto—susurra Jimin, atrayendo de la nuca a Taehyung para que termine sobre su hombro en un abrazo que magníficamente lo llena de todo ese cariño que necesitaba—no vuelvas a esconderte aquí nunca más, por un momento pensé que te ibas a suicidar así como en esas películas de mala calidad—quizás solo por un breve momento, eso hace sonreír al rubio—¿Te estás riendo, verdad? ¡No seas imbécil! E-En serio me preocupé.
-Jimin... M-Me dejó.
-¿YeonJun?—Taehyung asiente, rompiendo el contacto y presionando su mandíbula para no terminar llorando otra vez, cosa que se vuelve insoportable ante esa mirada que parte del ahora pelirrojo. Sabe que no posee el derecho de decir nada de esta ruptura, se lo tiene merecido, ha hecho algo incluso peor que acostarse con otra persona... Fue con su padre—era lo mejor, Tae. El Sr. Jeon y tú... Dios, es extraño el mencionarlos en una misma oración, pero el Sr. Jeon y tú ahora están con esta cosa que... Es muy linda y mala a la vez. Jodidamente lo que tenías con YeonJun tenía que terminar ¿Lo sabes, verdad?
-Lo sé, pero eso no quita que me sienta como la misma mierda ¡Estoy tan frustrado y triste!—chilla fuerte, queriendo golpearse contra algo. Es inexplicable, es como una sensación de asfixia que solo le obliga a pensar que debe respirar, pero él no quiere pensar en nada, simplemente no quiere—tengo mucho sueño, estoy... Tan agobiado, solo quiero dejar de darle vueltas tantas veces a la misma cosa... Y no puedo, no puede detenerme porque tengo una maldita deuda que tengo que pagar para la semana que viene y simplemente no tengo dinero... ¡Maldita sea!—explota, dando su puño contra la puerta de uno de los cubículos.
Y el sonido de algo rompiéndose, es lo que Jimin necesita oír para saber que Taehyung se ha lastimado verdaderamente.
―•♡•―
Jungkook verifica su teléfono una vez más, decepcionándose al hallar que los mensajes que ha enviado simplemente no son respondidos. Motivado a ello, ha intentado llamar al número de Taehyung unas diez veces en lo que va de día, pero como la primera vez, es mandado al buzón de voz sin reparo alguno. ¿Estará bien? Son cuatro días, 96 horas que no ha sabido absolutamente nada del pequeño, necesita respuestas, tiene que saber algo pronto o simplemente enloquecerá por las dudas que se van sumando a su cabeza.
¿Qué ocurrió con su hijo?
Básicamente, es lo que más preocupado lo tiene. YeonJun está actuando de forma extraña, no come con ellos, no habla con ellos, simplemente solo va a la universidad y luego a su habitación sin poder cruzar camino con él, cosa que lo hace sentir miserable y aliviado.
Aunque sabe que es un excremento de persona por hallar alivio en la brecha del encuentro que debe tener con su hijo luego de lo sucedido, simplemente no puede seguir ignorando que su ánimo está muy afectado, haciéndose una lejana idea de lo que pudo haber pasado aquel día. Sumado a ello, Ji Woo y él han conversado mucho sobre su relación en estos días y han decidido que deben sentarse junto con YeonJun a conversar sobre su separación.
Dios, se siente tan extraño el repetir eso. ¿Separación? Separación. Hace meses atrás esa palabra ni siquiera hacia asomo en su cabeza, y ahora es un completo hecho que la ruptura entre ellos es verídica.
Jungkook no desea decir que es por Taehyung, porque no va acarrear algo como eso al pequeño, esto es por sí mismo, por Jeon Jungkook y Jeon Ji Woo... Choi Ji Woo. Suspira cansado. Está agotado, realmente. A pesar que la situación con la que todavía es su esposa se encuentra en calma y no fue una decisión que tomaron luego de una pelea a muerte, el solo pensar en hablar con YeonJun y los venideros trámites que son necesarios en una divorcio, le hace doler la cabeza.
Por el momento, no está apurado y ella tampoco lo está, han acordado en seguir viviendo en el mismo lugar, pero en habitaciones diferentes, al menos, hasta que la oportunidad de hablar con su hijo sea dada. Pese a que es un chico universitario con una vida agobiante, no desean darle un motivo más de estrés.
Un tiempo, eso es todo lo que se darán para después dividir sus caminos en direcciones separadas.
Con calma, Jungkook toca dos veces sobre la puerta blanca de la habitación de su hijo. Dentro, puede escuchar claramente música de una banda que desconoce, y uno que otro movimiento que lo hace delatar su estado disponible. Vuelve a tocar un poco más fuerte que antes, justo allí el volumen desciende y un "Adelante" se escucha por sobre la música que aún puede ser notada.
Intentando encontrar la calma perdida después de su autorización, toma el pomo de la puerta y abre para encontrarse con su no tan pequeño retoño entre un montón de libros sentado frente su escritorio. Jeon sonríe inevitablemente, y YeonJun trata devolverle el gesto aunque lo que menos desea es sonreír justo ahora.
-¿Necesitas ayuda?—pregunta sentándose en la cama, quedando relativamente cerca de la figura medianamente contraída que posee su hijo. Una vez sentado en su cercanía, puede descubrir sus ojeras alarmantes y esa expresión ensombrecida que lo hacen ver tan agotado, tan... Perdido. Se ve tan mal. Inmediatamente los nervios del hombre comienzan a torturarlo—¿Por qué te ves tan mal? ¿Estás durmiendo lo suficiente?—indaga en un tono no tan demandante. No desea presionarlo.
-Anoche estuve hasta tarde despierto, no es nada—aparta los lentes del puente de su nariz y se queda en silencio esperando que su padre comience hablar de lo que sea que necesite. No es como si quiera recibir algún tipo de sermón justo ahora, pero prefiere que sea breve y lo deje solo lo más rápido posible.
-¿Estás bien? ¿Posees algún problema en el cual tu madre o yo podamos ayudarte?
-Quizás... ¿Puedes devolver el tiempo y evitar tenerme? Si la respuesta es no, simplemente no me pueden ayudar en nada, papá—comenta sarcástico dejando en evidencia sus ojos lloroso, luego de una corta risa sin emoción, YeonJun se coloca de pie para caminar de aquí allá lleno de frustración, es que no termina de comprenderlo por más que intente hacerlo—¿Sabes qué es lo peor de todo?—se dirige a su padre de repente—Que a pesar de su rostro cansado, bajo peso y la existencia de tres trabajos en épocas de examen. No aceptó la ayuda de su mejor amigo en ningún momento para algún trabajo... Era tan condenadamente orgulloso... ¿Sabes que fue lo más increíble de ese tiempo?—Jungkook reacciona finalmente, no entendiendo ni una sola de sus palabras previas—jamás bajó ni un solo punto de su promedio, estaba seguro que ni siquiera dormía. Pero ello no importó, ello no le impidió seguir siendo fantástico. En ese momento me terminé de enamorar como un estúpido. Taehyung... Era tan increíble, tan fuerte, tan inteligente... ¿Cómo pudo hacerme esto, si era tan malditamente extraordinario frente mis ojos? ¿Cómo?—inquiere a la nada, deteniéndose repentinamente y dejando que sus lágrimas brotaran.
Jungkook deja que su mandíbula se desplome en palabras que sencillamente no pueden salir por más que desee ser un apoyo. Apenas puede percibir una fracción de los sentimientos de su hijo, y ello es suficiente para destrozarlo en miles de pedazos. ¿Está llorando por causa de Taehyung? ¿Está de esa forma por...?
-¿Q-Qué sucedió exactamente con Taehyung? ¿Por qué...?
-Terminamos—expone sin muchos rodeos, en busca de que su padre entienda de una vez el por qué de su aislamiento, y pare insistiendo con preguntas que tratan de ser sutiles.—no preguntes nada, solo quiero estar solo ¿Por favor?
YeonJun vuelve a reír, limpiando sus mejillas. Quisiera ser capaz de expresarle a su padre la forma en que acontecieron las cosas, pero ni siquiera se cree capaz de pronunciar que fue engañado. Dios, todo esto es horrible. YiRen tenía tanta razón en cada una de sus palabras, que justo ahora no cree ser capaz de verla a los ojos
Y aunque Jungkook hubiese preferido brindarle algún tipo de apoyo ante su situación, ¿Cómo iba hacerlo? Él fue la causa de que aquello haya sucedido, ni siquiera tiene derecho de plantarse en el mismo lugar de su hijo y llamarse padre.
-Lo siento, YeonJun. Lamento que las cosas hayan pasado de esta forma.
Fue lo único que pudo susurrar para luego abandonar la habitación.
―•♡•―
Tres semanas.
Tres largas semanas, son las que han pasado desde que pudo observar por última vez a Taehyung. ¿Tranquilidad? ¿Qué es eso? Por supuesto que él no puede conseguir algo de ello ni aunque lo intente, no lo merece primeramente. Aparte, ha intentado hacer de todo para no pensar en cosas que puedan resultar agobiantes, pero luego de los primero siete días, simplemente todo resultó ser una completa venganza del mundo contra él.
YeonJun ha decidido no hablarles, y está bien con ello, su hijo debe superar lo que desee superar de la forma en que quiera. No, claro que la decisión de autonomía sentimental hacia su hijo nada tiene que ver con que él haya sido la posible causa de la ruptura... ¿Sarcasmo? Claro que sí; porque toda esta culpa que lleva a cuesta simplemente lo está enloqueciendo, necesita hablar con alguien sobre esto, necesita hallar a Taehyung y saber qué fue lo que sucedió, cómo sucedió y motivado a qué fue el rompimiento.
Por supuesto que no trata de huir de la culpa que sabe posee, claro que no, solo espera no ser completamente ese factor tóxico en la vida de su único hijo... Quizás... Dios, no. Todo esto lo está acabando con sus nervios poco a poco.
-¿Divagando otra vez? Vamos, debes de calmarte. Ya no queda más té de valeriana en toda la zona debido a ti—HyoJung se burla, colocando sobre el escritorio un vaso de agua con una pastilla para el dolor de cabeza que previamente Jungkook solicitó. Suspira con fastidio—¿Sabías que el estrés causa calvicie? No es por preocuparte, pero puedo distinguir que algunos cabellos se están cayendo en la parte trasera de tu cabeza.
-Tú en serio logras que el nivel de estrés que poseo aumente dramáticamente ¿Cómo lo haces?—cuestiona él, tomando la pastilla y un único sorbo de agua. La mujer sonríe tiernamente—¿A qué se debe esa sonrisa?
-Es mi forma de reclamar que necesitas una secretaria, en serio no puedo asesorarte mientras busco productos para la calvicie, Jungkook.
-¡Que no estoy calvo, mujer!—se queja.
-Ya, ya, no es para tanto. Mejor que ello, estaba pensando que deberías de compensarme por soportar este humor de perro que estás teniendo ¿Qué te parece si me haces un aumento?—Jungkook frunce el ceño—bueno, bueno... ¿Y si me llevas a cenar? Desde hace mucho que no comemos algo juntos, además, me siento sola y aburrida, necesito distraerme o iré a buscar a mi ex novio.
-¿Cuál de tantos?
-¡Oye! Estás tan... ¡Por eso te estás quedando calvo! ¡Por tonto!
-Respétame soy tu jefe.
-Para lo que me importa. Mejor búscate una secretaria que te soporte ¿Bien? Ya no me agrada que no me paguen doble honorario—le muestra la lengua, para luego salir del sitio entre pasos sonoros debido a los tacones.
¿Desde cuándo odia el sonido de los tacones? Ah, si... Desde que encuentra más útiles unos converse o botas como las utiliza Taehyung.
...
-Bien, puedo seguir siendo tu secretaria un poco más si me sigues trayendo aquí—farfulla alegremente HyoJung, colocando la servilleta de tela sobre sus piernas delicadamente. La música de hoy es un poco más alegre que la de ayer, y que la de anteayer y el día anterior a ese. ¿Cómo lo sabe Jungkook? Pues, ha sido muy recurrente el visitar este sitio en las últimas semanas en busca de cierto rubio que no termina de hacer acto de presencia en su vida—en serio, esto cada vez es más hermoso que la última vez... ¡Quiero que mi próximo novio me pida matrimonio aquí!—exclama con emoción fijándose en los nuevos detalles del lugar.
A diferencia de ella, Jungkook solo puede permanecer atento a los diferentes meseros que se mueven con galantería por todo el lugar, seis, siete, nueve... Once, once meseros ha podido contar hasta ahora y ninguno de ellos es rubio y deslumbrante como el que busca desesperadamente. Al parecer, este ha sido otro día de fracaso en su nulo intento de búsqueda. Bien... Todo bien.
-HyoJung necesito que para mañana me ayudes a buscar disponibilidad de apartamentos cercanos a la empresa—solicita lleno de desánimo achicándose en su puesto. Justo ahora comienza la hora infeliz para Jungkook, y no es otra que tener que soportar una larga, y quizás nada silenciosa, cena en ese lugar tan dado a los show de la alta sociedad. ¿Cuántas veces van que fracasa? ¿12 o 15? Alguno de esos número tiene la veracidad de su fracaso—algo pequeño, no es necesario exagerar o intentar ser creativa.
-¿Apartamento? ¿Quién se muda? ¿YeonJun? Debes darme detalles para poder acoplarme en un estilo en particular.
Yo...
-Nadie, solo quiero poseer un departamento cercano al trabajo para no tener que manejar cuando las juntas se alarguen más de lo debido—miente descaradamente. Sus ojos viajan nuevamente por el lugar, y a diferencia de las veces anteriores, sus ojos esta vez pueden percibir una linda presencia en la lejanía del lugar. Su pulso se desestabiliza.
Un cabello ondulado de un rubio increíble, que en algún momento le pareció demasiado estrambótico para cualquiera, pero que apenas pudo ver su rostro supo que había sido un color especialmente diseñado para él. Su sonrisa a pesar de no ser tan brillante como de costumbre, puede reflejar luz verdadera hacia su alrededor a pesar de verse un poco forzada. Su forma de caminar, de mirar y ser atento con las otras personas... Hermoso.
Si, tal vez esté siendo mucho más que evidente al quedar embelesado de aquella forma, pero... ¿Cómo le hace entender a su corazón que su cerebro busca una forma de protegerlos a ambos? No puede, si son todos aquellos sentimientos lo que han decidido por sobre toda la razón.
Y luego de ese repaso fugaz de lo majestuoso que puede ser Kim Taehyung con aquel lindo uniforme, están sus ojos cafés sobre los suyos de forma efímera en una mirada que debía ser dirigida a alguien más, pero que abruptamente vuelve a él como si de un imán se tratara. Puede ver su estremecimiento, puede sentir lo mismo desde su puesto a varios metros de distancia, pudiéndose hundir completamente en aquel lago de ánimo por el cual estuvo necesitado desde la última vez que lo tuvo para él.
Jungkook sonríe tímidamente a su dirección, y lo único que recibe a cambio en una mirada sorprendida que rápidamente es desviada al requerimiento del cliente que atendía.
Lindo.
-Ey... ¿Qué sucede? ¿Me estás escuchando?—HyoJung gira levemente hacia donde la mirada de su jefe está perdida desde hace un buen rato, y no nota algo que pueda llamar su atención más allá de un mesero rubio que se ve bastante torpe con una bandeja en su mano. Devuelve la mirada al azabache, pudiendo reconocer aquel cariño expresado en sus ojos que solo ha visto que recibe su esposa o hijo—¿Jungkook?—vuelve a intentar obtener su atención.
Antes de que Jungkook pueda parpadear o prestar atención a su acompañante, ya Taehyung ha hecho una pronunciada inclinación a los clientes que atentamente atendía para irse entre pasos llenos de torpeza hacia la puerta doble que conforma la entrada de la cocina.
El rubio maldice, sintiendo sus mejillas arder al distinguir esos ojos seguir sus movimientos que gracias a Dios se pierden en la seguridad de la cocina.
-¿Qué hace Jungkook aquí?—se pregunta temblando, con verdadero temor de enfrentarlo.
Todavía no se siente capaz de hablarle y llenar su cabeza de más cosas. Estás tres semanas han sido un espacio de algo de paz debido a su mano lastimada, no ha tocado su teléfono con la esperanza de poder direccionar sus sentimientos de frustración lejos de lo que posee con Jungkook, no desea que malos sentimientos se mezclen con estas hermosas mariposas que le hacen tener el corazón casi en la garganta por solo mirarlo.
Sin importarle que el gerente lo observe atentamente, Taehyung abandona la bandeja en el primer lugar que encuentra y se apresura a la salida trasera del restaurante para poder obtener de uno de sus bolsillos la vieja cajetilla de metal en la cual varios cigarrillos y un pequeño yesquero le esperan por tranquilizarlo. Es eso, o simplemente va a dentro y le come la boca con necesidad a Jungkook.
Diablos, lo extrañaba. No sabía cuánto lo hacía hasta que lo pudo distinguir entre ese gran multitud de imbéciles, siendo él, el único que no necesita vestir uno de esos caros trajes para verse elegante o perfecto, pareciendo siempre tan... Inalcanzable.
-Maldita sea—se queja cuando el yesquero no desea dar esa mínima chispa que necesita urgentemente después de cinco intentos.
Una vez es conseguido su cometido, lleva la llama al cigarrillo entre sus labios para poder inhalar profundamente un segundo después de aquella nicotina que rápidamente otorga esa deseada sensación de quietud. Su cuerpo va contra la pared, y sus ojos permanecen cerrados debido al efecto adormecedor que viaja por su cuerpo en apenas segundos.
Odia esto. Odia no poder ir y besarlo como quiere hacerlo.
-No sabía que fumabas, pequeño—esa voz consigue que el cigarrillo entre sus labios tiemble y que el humo casi lo haga ahogarse. Sus ojos asombrados rápidamente buscan al dueño de aquel tono tan hermoso, consiguiendolo a solo tres metros de distancia de donde yace.—no te diré los efectos negativos de mantener por mucho tiempo un vicio de ese tipo; porque no planeo limitarte. A pesar, de que existen otras formas más naturales para afecta el sistema nervioso central y periférico...
Las piernas de Taehyung comienzan a temblar por la debilidad conseguida con su sola presencia... ¿Alguna vez su reacción dejará de ser abrumadora? Si es así, entonces no quiere nada; porque esta necesidad de él es tan... Pero tan asfixiante que lo vuelve todo tan malditamente perfecto cuando están en el mismo lugar.
Jungkook termina de acercarse, pudiendo servir de un claro ejemplo de afectación para su sensible sistema nervioso. Con un poco de vergüenza por haber sido descubierto en uno de sus más antiguos vicios, Taehyung lleva sus largos dedos a la complexión del cigarrillo para apartarlo de su boca con lentitud y apagarlo seguidamente... Ya no cree necesitarlo.
-No lo hago seguido, solo cuando estoy verdaderamente estresado—se excusa en una vocecita que desde el punto de vista de Jungkook lo hace ver como un pequeño niño arrepentido. Tierno, tierno, tierno, tierno—¿Qué hace aquí, Sr. Jeon?—finalmente pregunta, levantando su mirada. No, no... ¿Por qué lo mira de esa forma? Casi como si no estuvieran cerca de un basurero a escasos grados de temperatura—este no es un sitio precisamente recomendado para los clientes del restaurant, su sitio es dentro, sentado en una cómoda silla de caoba siendo participe de la suave música clásica en vivo, mientras ingiere un poco de caviar en acompañamiento de algún buen vino—hace notar en un susurro.
-Prefiero estar en un silla de plástico perteneciente a cualquier local comercial, comiendo un buen ramen instantáneo y un frasco de té verde mientras escucho tu voz contándome anécdotas de como lavas tu ropa sin una lavadora. Inclusive, estar en un baño con miles de palabrotas que sean adornadas por brillantina es mejor, si de ese modo puedo gozar de tu compañía—aclara con total sinceridad, tratando de hacerle entender que este sitio en serio le importa demasiado poco con comparación a la necesidad de poder compartir con él.
-Sr. Jeon...-
-Jungkook, soy Jungkook... Dios... ¿Qué sucede, Taehyung? ¿Qué es?—finalmente indaga dejando expuesto el temblor de su voz que intentaba mantener bajo control durante estos minutos que ha podido hablarle. Taehyung se alarma al distinguir la frustración del hombre emerger, dejándose ver tan frágil... Tan sensible—estuve tres largas semanas tratando de dar contigo por todos los medios existentes, fui a tu departamento cada día y esperé por horas, he venido aquí tantas veces, que hasta la persona encargada de las mesas ya me pregunta "¿La misma de siempre?" Y yo le digo que sí, que quiero esa mesa que está justo frente la puerta de la cocina porque deseo ser el primero en notar si sales por ella, y dios... No contestabas las llamadas y en serio me sentía desplazado. Y ni siquiera sé por qué te digo todo esto... Pero nunca me había sentido tan frustrado en mis 38 años, por ello necesito una explicación ¿Qué sucedió? ¿Qué hice? ¿Fue el momento de intimidad? ¿No cumplí con tus expectativas? ¿Fue horrible lo que te hice sentir? ¿Fue por YeonJun? S-Solo dímelo, por favor—finaliza con ojos cristalizados, sintiéndose como un imbécil por haber reaccionado así.
♫ No puedo llamarte, no puedo tocarte, no puedo. Házmelo saber. ¿Podré algún día encontrar mi tiempo?
De forma rápida se gira y restriega sus ojos, no le gusta verse así de susceptible. Pero necesitaba exponer todo esos sentimientos o simplemente su garganta se iba a explotar. De seguro Taehyung ha de pensar que ha cruzado una línea irrompible con todas estas cosas que dijo al dejarse llevar, seguro piensa que está en plena crisis de los 40 y por eso reacciona de esa forma ¡Pero él todavía no tiene 40!. Solo... Siente que lo quiere demasiado, y no desea perderlo ¿Bien? No quiere, pero tampoco desea ser una molestia que amerite un cambio de residencia o de número de teléfono. Él solo quiere sinceridad, una sinceridad que le de dolor o felicidad, pero la verdad.
-Solo necesitaba alejarme y poder despejarme, debes de saber que YeonJun y yo... Ya no estamos juntos —escucha que Taehyung dice, un momento después sus delgados brazos toman su cintura, dejando descansar su rostro entre su nuca y cuello para poder susurrar—lo siento. Lamento haber desaparecido de esa forma, lo menos que quise era afectar tu estado de ánimo y hacer que imaginaras cosas erróneas.
>> Pero... ¿No cumplir con mis expectativas en la intimidad? ¿En serio?—siendo cuidadoso, hace que Jungkook gire sobre sus talones para poder encontrarse con esos ojos acuosos que son tan brillantes en un estado natural, y que justo ahora parece un hermoso lago nocturno. Por el multiuniverso, Taehyung no lo quiere... Puede asegurar que este sentimiento es amor, amor de verdad—Jungkook, ¿Olvidas cuántas veces repetí tu nombre ese día? No puedes hablar en serio... ¿Qué clase de inseguridades posees? Eres un hombre pleno, con todo lo necesario para complacer a cualquiera, mujer u hombre, eres espléndido, experto... Y me matas, juro que me matas con solo poseer esta cercanía.
-Entonces... ¿Por qué? Si hago todo eso en ti, ¿Dime por qué no te hundiste en mí en vez de huir lejos? No quiero representar un problema más en ti, quiero ser tu solución, un apoyo... Un pilar, al igual que tú lo has sido para mí, Taehyung. Una hermosa luz de esperanza para el perdido astronauta que solo contaba el tiempo restante de oxígeno en su tanque... Así de significativo eres—farfulla a escaso centímetros de sus labios.
-Eres todo un romántico futuro astrónomo—se burla Taehyung, complacido de aquellas metáforas que son dichas solo para él. Tal vez no tiene la certeza de un futuro, pero el presente lo tiene asegurado junto a Jungkook y eso es todo lo que le importa justo ahora que puede tener certeza de cuanto lo necesitaba para sentir plenitud—huyamos...
-¿Qué?
-De aquí justo ahora, toma las llaves de tu auto y recorramos Seúl ¿Qué dices? No, no respondas... ¡Solo vamos!— demanda, jalando de su brazo sin esperar respuesta o recibir negativa.
♫ No tengo que saber a dónde voy, incluso si es opuesto al sol. Uno por el presente, dos veces por el pasado, feliz de que nos hayamos encontrado. Ahora hasta el final...
Jungkook quiere preguntar sobre qué pasará con su trabajo al dejarlo de esa forma, o con HyoJung que piensa que está en el baño justo ahora. Pero a pesar de que sabe lo mal de solo irse sin decir nada más, esa sonrisa rectangular llena de complicidad que el resplandeciente rostro de Taehyung le regala, le hace saber que nada más que ellos importan justo ahora. Sin mirar las consecuencias, sigue sus apresurados pasos en busca del auto mercedes que ha sido el noble corcel de esta historia que a pesar de no poseer algún hada madrina que conceda deseos, posee una magia real, natural, esa que brota de ambos con solo mirarse.
Taehyung quita parte de su uniforme en medio del camino hacia el segundo lugar que llame más su atención durante la noche, ya que el primero ha sido esa pequeña tienda de ropa en el cual pudieron obtener unos pantalones jeans y unas camisetas que tienen estampada la cara de un gato negro en medio del pecho, prenda que escogió después de que Jungkook dijera que se parece a su gato Jack... ¿Cómo no hacerlo? ¡Jack es aquel gatito que rescató de una bolsa de basura hace tanto! Dios, como ha crecido. Al menos, eso piensa mientras observa las miles de fotos que Jungkook mantiene en una carpeta únicamente dedicada a él en su teléfono. Hermoso, es simplemente hermoso el descubrir que aprecia a los animales tantos como él.
Luego de recorrer las calles por largos minutos mientras reían por algunas selfies que Jungkook se tomó como todo un dueño orgulloso junto con Jack, decidieron detenerse en una tienda de comida rápida y solicitar grandes combos de pollo frito con papas y refrescos para llevar, en medio de su precipitada tercera cita.
¿Eso es verdad? ¿Es su tercera cita?
La verdad no importa, lo que en serio da un poco de vida a cada uno de ellos es el poder compartir aquellos momentos sin preocuparse más que en mantener un volumen de música adecuado para poder cantar. Al Taehyung descubrir el gran talento oculto por Jungkook en esto del canto, no pudo resistirse y pidió ir a un karaoke, terminando por pagar cuatro horas... Las cuatro más divertidas horas de sus vidas. Cantaron, gritaron y rieron hasta que simplemente la energía de ambos ya comenzaba a desvanecerse.
Dos treinta de la madrugada, esa fue la hora en que finalmente el auto detiene su marcha por aquellas calles y concluye en esa misma carretera en hizo que Taehyung notara lo cotidiano del mundo semanas atrás.
Doce latas de cerveza de una marca barata, unas barras de menta y muchas bolsitas de ositos de goma, fue lo que necesitaron para concluir su recorrido por la calles de Seúl. Ahora están sobre el parabrisas del auto intentando ver algo más allá de lo nublado del cielo. Sin embargo, Jungkook no cree necesario ver esas estrellas lejanas si la más hermosa existente está acostado a su lado.
-Creo que hoy no es una buena noche para ver el cielo—comenta con un puchero Taehyung, tomando un largo trago de su cerveza e intentando encontrar en qué enfocar sus ojos.
Jungkook que no ha podido dejar de observar su forma de sonreír durante toda la noche, simplemente niega y se pega más a él para brindarle un poco de abrigo debido a su constante temblor causado por frío de la madrugada.
-Quizás debimos escoger unos abrigos en vez de estas camisas de gato.
-¿Ah? No puede hablar en serio, ¡Las escogí debido a ti! ¡Es a honor de Jackie!—se queja el rubio, picando sus costillas y haciéndolo carcajear fuertemente. De un brusco movimiento durante el proceso de cosquillas, la cerveza que creía mantenía plenamente en su mano, sale disparada hacia la camisa blanca de Jungkook mojando inmediatamente la tela. Un leve gemido por lo helado del contenido, lo motiva a abandonar el lugar junto a Taehyung y terminar de pie en el suelo—¡OH! ¡Discúlpame! ¡Dije que no me acercaría nunca más a ti teniendo algo en estado líquido en la mano!—rápidamente expresa el rubio entre palabras un poco estropeadas debido al alcohol, deslizándose hasta quedar en el borde el capó en busca de ayudarlo—al menos no es café hirviendo—alienta.
-Pero deberías de buscar una solución rápida para esta situación también, ¿No crees? Aunque aquí no hay agua ni mucho menos una secadora de mano—piensa divertido.
-Entonces simplemente debería de quitártela y mantenerte así—opina rápidamente el chico, tomando el borde de dicha camiseta y sacándola del cuerpo del hombre de un solo tirón por sobre su cabeza. Al hacerlo, muerde su labio inferior al sus ojos pasearse por aquel torso desnudo que sencillamente es una perdición para sus sensibles pensamientos no pecaminosos—creo que así estás mejor... Mucho mejor—Jungkook quiere reír, más termina de atraer al chico contra su cadera para poder acariciar sus muslos por sobre la ropa—Sr. Jeon~
-Creo que me gusta que me llames de ese modo en estos momentos—confiesa, guiando su rostro al cuello del rubio. Taehyung le permite rápidamente el acceso hacia aquella parte tan sensible, ganándose un gemido un poco agudo ante ese estremecimiento al solo percibir un pequeño beso en esa zona. Sus manos van al botón del pantalón del hombre e intentan soltarlo entre pequeños intentos forzados ante la posibilidad de tocar más allá, a pesar de haber logrado su cometido un segundo después, una vez intenta introducir su mano en la masculinidad de Jungkook, este último no lo permite—estamos en medio de la calle, Taehyung—detiene.
-Son las tres de la mañana, nadie nos verá—convence juguetón, deslizando sus labios por el hombro desnudo del hombre. Está duro, demasiado duro y lo peor de ello, es que solo bastó ver a Jungkook sin camisa para poseer esa gran necesidad de conseguir algo de estimulación. No necesariamente tiene que haber penetración, con solo un poco de juego es suficiente—por favor... Solo deseo tocarlo un poco... Por favor—pide con un pequeño puchero que termina de quebrantar toda la tenacidad de Jungkook.
Sin poder seguir negándose, deja que las manos de Taehyung hagan su trabajo al bajar solo un poco su pantalón y obtener su masculinidad en su mano un segundo después. Sus ojos a pesar de querer cerrarse por esa perfecta estimulación manual que comienza a recibir, simplemente se le vuelve imposible al permitirse observar como los labios de Taehyung permanecen abiertos y jugosos con la vista clavada en aquel falo que tanto placer le ha hecho sentir en aquella única noche que pudieron darse placer. Si Jungkook fuera un poco más descarado, le pediría el sentir su boca en aquella zona que quema en busca de algo más apretado.
-Jungkook... Estás tan bien dotado—le susurra Taehyung mordiendo su labio, y acariciando sus testículos con su mano sobrante. El hombre gime—vamos Hyung... Me gusta ese sonido en ti, es una linda melodía que merezco escuchar—dioses de los olimpos, Jungkook nunca había creído que esa simple palabra podría hacer que todo en su cuerpo temblara de aquella forma. No han pasado ni cinco minutos del comienzo de aquella actividad y ya siente su orgasmo cerca. Un cambio de ritmo a uno mucho más elevado por parte de la muñeca de Taehyung y todo su semen mancha en potentes tiras el pantalón contrario. Aunque este desorienta por lo previamente conseguido, es testigo de lo que quizás sea la imagen más sexual antes conseguida—sabe muy bien... Demasiado bien, Sr. Jeon—las piernas de Jungkook tiemblan al hallar parte de su néctar sobre la lengua de Taehyung al saborear de su contenido gracias a sus dedos que hacían el trabajo.
-Diablos, bebé. No hagas eso...
-¿O qué?
-O simplemente joderé tu boca para que no tengas necesidad de llevar mi semen con tu dedo.
Y quizás, Taehyung pudo apartar a Jungkook de su lado y dejarse caer de rodillas frente él como muestra de sumisión ante su amenaza. Y solo tal vez, Jungkook pudo enamorarse un poco más después del mejor sexo oral de su vida.
♫ Sé que algún día podré encontrar mi tiempo.
► My time— Jeon Jungkook.
PD: El escrito que conforma el tatuaje de Taehyung es una frase de otra de mis historias "Sin querer te conocí" Quien no lo haya leído, puede pasar por allí.
PD 2: Mi mamá duró 20 años con mi papá y nunca lo vio llorar.
-AlHanyG
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