•09 | Él merece todo.
Jungkook conoció a Ji Woo a los 14 años. En ese momento pudo asegurar que fue amor a primera vista lo que obtuvo. Su cabello hasta la cadera, sus facciones delicadas, dulces, y sobre todo, su gran corazón e inigualable bondad. Ella poseía, y posee, todas esas características que no muchos a esa edad notaban, ya que la gran mayoría estaban deseosos de correr por las experiencias para tragarse el mundo de un solo bocado. Muy pocos les interesaba el futuro venidero, incluyéndolo, ya que para aquella edad de adolescencia, él estaba interesado en leer manga y jugar videojuego, medio estudiando mientras sus padres cubrían todos sus gastos sin interesarse en nada más.
Entonces la vio...
Sus hermosos ojos oscuros bañados en miedo y decisión al querer defender a un pequeño cachorro callejero que era maltratado por unos estudiantes de un grado mayor. En seguida pensó que debía ir ayudarla por ser de cuerpo delicado y pequeño, pero lo que no esperó es que esa linda rodilla que era cubierta apenas por la falda de cuadros perteneciente a su secundaria, se estamparía con tanta veracidad en la entrepierna del maltratador para luego huir despavorida con el cachorro en brazos.
Se rió, se rió de camino a casa y mientras intentaba dormir. Fue increíble, indudablemente, nunca creyó que una pequeña como ella podría ser tan valiente. Para aquella época aún los estereotipos de las damiselas en peligro eran muy marcados, quizás por eso es que quedó tan encantado con esa muchacha que no por verse dulce, significaba que era un caramelo. Cuando por fin aceptó salir a una cita con él cuatro meses después de que lo golpeara por confundirlo con un ladrón... -Si, bueno, quizás no debió seguirla en primer plano como un acosador- ella le contó que vivía con su abuela que consideraba su madre, su pequeño hermano de 5 cinco años y su ahora mascota, tormenta.
Un nombre bastante acertado para el travieso cachorro de pelaje gris que los acompañó en su precipitado futuro hasta que YeonJun tuvo tres años. Lamentablemente una enfermedad que no pudieron tratar al no tener los medios para hacerlo, fue la causa principal de su partida. Ji Woo lloró desconsoladamente cuando informaron que el tratamiento a pagar era más de lo que siquiera podían concebir para vivir, ella lloró porque el ya no tan pequeño tormenta, empeoraba con los días y no había nada por hacer.
Jungkook entonces se sintió frustrado e impotente. Apenas podía darle comida y vestimenta, sin contar por supuesto, que los gastos de un niño de tres años eran demasiados.
Así que Ji Woo terminó por decidir que darle una muerte rápida era lo mejor para él, ya que según el veterinario, los chillidos constantes del animal eran a causa del dolor de su peludo cuerpo. Y así... Fue como tormenta se fue entre una desgarradora despedida de interminables lágrimas y sollozos. El haberla visto llorar de esa forma... Le destrozó. Sintió su dolor, y justo unos días atrás en su actual presente pudo experimentar la misma sensación, sólo, que con una persona totalmente distinta a la que ahora es su esposa.
Haber visto llorar a Taehyung fue tan mortificante, no mal entiendan, no de la forma que causa molestia o repudio. No... Fue de esa forma que solo nacen ganas de mecer y consolar entre susurros llenos de cariño. No debería de significar tanto, es decir, cualquier persona podría pasar un mal momento y llorar de frustración o dolor, pero ese no es el caso... El caso es que Taehyung no es cualquier persona, es su yerno. Un chico brillante que transmite demasiado con solo unas palabras o miradas... Mierda, no debería de notar ese tipo de cosas ¿Verdad?
Él es el padre de YeonJun, suegro de aquel joven, por supuesto que no debería de estar tan consciente de todo lo que representa Kim Taehyung. Pero trágicamente lo está. Lo está y vaya... No debe sentir esa odiosa calidez en su pecho cada vez que lo oye decir tan descuidadamente sus creencias, sus regaños. Tampoco le debería de hacer sentir satisfecho que el sonrojo se adueñe de esas mejillas que se ven tan suaves al tacto, o que esos ojos cafés lo observen con tanta atención sin perderse ni siquiera un solo detalle de su persona.
Es que no puede ni siquiera digerir el que esté al tanto de eso y no sienta culpa alguna dirigida a su hijo o esposa. ¿Qué pasa con él? Es un insolente. Mil veces ha pasado lo mismo, quizás YeonJun nunca se ha atrevido a mencionarlo, pero sabe demasiado bien que la atracción que siempre obtiene de sus compañeras de clase... Y compañeros en algunos momentos, es obvia y descabellada, volviendo todo incómodo y teniendo que marcar distancia con demasiada indiferencia. Eso es lo que debe hacer justo ahora, tomar el papel de padre y dejar los puntos claros con ese joven que quizás, sólo quizás, se sienta deslumbrado por un hombre maduro como él.
Puede ser que de alguna forma le recuerde a YeonJun y por ello se puede ver tan atento a veces, o simplemente... No lo sabe... Realmente no lo sabe. Suspira agotado, dejando caer su cabeza al respaldo de la silla. Se siente agotado de tanto darle vueltas a las cosas, y no hallar más que excusas en su camino.
''Quizás solo le guste''
Es a lo que no quiere concluir, no porque le moleste hacerlo, sino porque no debe no molestarlo hacerlo. Joder, en serio le está quitando importancia a esa posibilidad... ¿En serio está naturalizando que el novio de su hijo se sienta atraído por él? No debería, sabe que no debería, comenzando con todo el lío de que es el novio de YeonJun... Y es hombre. No es que sienta pánico por agradarle a un hombre, naturalmente ya ha pasado por eso en el pasado. Amigos que quizás confundieron su actitud amable y solidaria hacia su sexualidad, el no juzgar, el comprender y apoyar, y vaya, debe aceptar que se sintió halagado de haber conquistado, sin haberlo deseado realmente, a unos tres o cuatro hombres a lo largo de su vida.
Pero ahora no se siente así. Más que halagado se siente... Fascinado. Y por cristo, sabe que no es correcto encontrar fascinación en esto. Está perdiendo la cabeza desde la última vez que vio a Taehyung, y dijo aquello ''Yo quiero aprender de ti'' Que susurró en la soledad de su auto mientras el rubio caminaba bajo la lluvia. ¿Qué quiere aprender exactamente? ¿Qué es ese sentimiento lleno de disconformidad que lo apresa desde que cruzó su mirada con la del joven?
Jungkook es un hombre maduro ya, con una vida realizada que solo debe direccionar su atención a envejecer y morir. Pero... Desde que Taehyung le aseguró que después de alcanzar un sueño, solo vienen sueños nuevos, él ha puesto demasiadas esperanzas en ello. Por eso, es que la página de una universidad está abierta en su Apple iMac en espera de optar por más información sobre la carrera que desea tomar.
Astronomía.
Suelta una pequeña carcajada llena de incredulidad. En serio... ¿Qué se supone que está haciendo? Hace poco menos de dos meses que todo marchaba con normalidad en su vida, y ahora, ni siquiera puede alejar la sensación suave de ese rubio cabello entre sus dedos. Tampoco puede olvidar esa sonrisa regalada a su persona y consejos. Mucho menos, su llanto y dolor por verse expuesto de esa forma por esa muchacha.
Para Jungkook fue demasiado claro cuán afectado está Taehyung por esos comentarios llenos de burla y asco. Incluso, es demasiado obvio que el propio Taehyung está convencido de ello, aceptando la culpa sin refutar ni aceptas el auto perdón. Quizás sea cierto que debe cargar con la responsabilidad de sus actos, pero no está bien el aceptar que otra persona logre afectar de esa manera en ti.
-Así que estás interesado en estudiar ¿Eh?—HyoJung, su asesora en la vicepresidencia, logra asustar a Jungkook al hablar muy cerca de su oído, estando con los ojos cerrados al tratar de calmar sus pensamientos. El azabache que enseguida da un pequeño salto y coloca una mano en su pecho a causa de su acelerado pulso, está a nada de reprochar a HyoJung que no entre a su oficina sin antes tocar, y que mucho menos, le hable cuando intenta relajarse con su té de valeriana que previamente había estado tomando—Sería bueno para tu puesto que tomes clases, pero entrar a una universidad ahora es... No sé, ¿Extraño? ¿Has pensado en hacerlo de forma Online? Existen miles de opciones...-
-HyoJung—corta en voz suave, suspirando con cansancio—por favor, no ahora. Me duele la cabeza y no estoy del mejor humor. ¿Qué necesitas?
-Solo decía...—se alza de hombros, dejando una pila de al menos cinco carpetas blancas en el escritorio de vidrio templado que posee una estructura en tono negro. La cómoda silla Ergo Line II, rechina un poco al Jungkook colocarse adecuadamente en ella y así poder ojear los documentos que la castaña trajo para él. Una vez su jefe comienza a leer, la mujer ocupa una silla frente él, para escudriñarlo por muchos minutos, al menos, hasta que un gruñido exasperado escapa del hombre—hice lo mismo cuando los leí... Es hilarante, tengo que admitirlo. Pero solo eso... No creo que valga la pena siquiera terminar de leerlo. Es ridículo—concluye ella.
-Eres mi asesora finalmente, si pensaras de forma distinta creo que no funcionaríamos—deja a un lado las hojas, y golpea un par de veces el ajustable de la silla con impaciencia. Bien, definitivamente si antes estaba estresado, ahora lo está por mil después de leer—¿Cómo es posible que Park HyunEd esté considerando que aceptaremos esto? Ese hombre está completamente fuera de sí. ¿En serio nos está intentando comprar?—pregunta con incredulidad.
-Es una suma... Descomunal, después de todo—ella arregla un mechón detrás de su oreja, y cruza elegantemente sus piernas en medio de movimientos lentos—supongo que cree que ustedes se irán por lo seguro, es una táctica muy común en este mundo, Jungkook. No lo tomes personal. La tecnología que van a sacar al mercado es innovadora, intentar comprarla no es tan descabellado, pero... No deja de ser arriesgado. Las pérdidas pueden ser millonarias, y si no se toman las medidas necesarias, una empresa puede quebrar con facilidad.
-Los negocios son de esa forma, para eso existen profesionales que estudian las necesidades más mínimas de las personas y se aprovechan de ello para hacer la estadía más sencilla —gruñe con el ceño fruncido. Su asesora suelta una pequeña risa que solo logra que su ceño se frunza más, al no hallar la diversión en esto.
-Estás amargado, Jungkook. No quisiera tocar el tema de la edad... Pero...
-Tú tampoco eres una muchacha de veinte años, HyoJung.
-Uh... Golpe bajo—chilla ella llena de diversión. Dejando de lado la burla de hace un momento, comenzando a dejar pequeños golpes sobre el escritorio con sus uñas postizas que poseen cristales incrustados de forma hermosa, haciendo que Jungkook clave sus ojos en los de la mujer por largo tiempo. Ella suspira vencida—¿Qué pasa? ¿Me dirás qué te tiene así de mortificado? ¿Tienes problemas con Ji Woo? ¿YeonJun va mal en la universidad? ¿A la casa le hace falta un mueble? No me digas... El pulgoso arañó las cortinas.
-Se llama Jack, y es un hermoso gatito—pone los ojos en blanco. Había olvidado el cero gusto que ella posee hacia los animales. En fin—Y...
Justamente es eso. Quiere decir, pero no es capaz de hacerlo.
Justamente es el hecho de ser solo Ji Woo, YeonJun y la casa. Nada más. Jamás había estado tan reflexivo de su situación rutinaria hasta que conoció a Taehyung y lo hizo notar de forma sofocante, que calza perfecto en el estereotipo de padre de 40 años sin metas personales. Porque ahora es de esa forma. No quiere decir que no aprecie su vida, al contrario, que sea de ese modo lo hace sentir realizado por una parte, esa de ser esposo y padre. Pero... Esa en la que es solo Jeon Jungkook, el hombre que alguna vez tuvo sueños de superación en los estudios y de viajar por el mundo con solo una muda de ropa, no.
Se siente deprimido de alguna manera, sin ganas de ver más facturas de comida o ropa. Él solo quiere un descanso de todo y poder hacer lo que verdaderamente desea.
-¿Y?
-Y quiero hacer Bungee Jumping—dice de repente, logrando sorprender auténticamente a HyoJung.
-¿Qué?
-Voy hacer Bungee Jumping—asegura, toma su teléfono móvil que está en su escritorio y comienza a teclear por un rato, solo ganándose otro largo suspiro por parte de la castaña que lo observa con cariño—según internet existe el parque Yuldong en donde puedo hacer puenting tranquilamente...
-Sí, si... Eso queda en la provincia de Gyeonggi, a media hora de aquí. ¿Quieres que reserve para ti? ¿Tipo viaje familiar con itinerario incluido? ¿Cuánto tiempo? Quizás todo el fin de semana...—se auto responde. Jungkook eleva una ceja al escuchar ''Itinerario y familiar'' En la misma pregunta. Oh por dios... Cree que comenzará a practicar el puenting desde el decimonoveno piso en el que se encuentra su oficina— ¿Por qué me ves así? ¿No quieres dos días? ¿Tres? ¿Toda la semana? Hay buenas opciones en hoteles de cuatro estrellas ¿Nada muy elegante? Los de tres están aceptables...-
-Dios, necesito aire—dice de repente colocándose de pie para salir de la oficina.
-¡Jungkook! ¿A dónde vas? ¡Encontré uno a la medida de Ji Woo, incluye spa y agua termales!—grita, pero ya el azabache ha dejado la oficina para ese momento.
―•♡•―
Los párpados de Taehyung tiemblan un poco ante el suave toque que recibe en sus mejillas, haciendo que su cuerpo se mueva perezosamente entre las cómodas y calientes sábanas que reconoce no son las suyas, acariciando las extremidades que no poseen prendas de vestir, o que simplemente están amontonadas debido a los movimientos entre sueño. Cuando abre poco a poco sus ojos, lo primero que percibe es la figura de alguien sentado en la orilla de la cama, utilizando un suéter verde seco varias tallas más grandes. Un cabello azabache desordenado, y lo poco que puede ver de su rostro, muestra una expresión preocupada y triste. Su garganta se contrae.
Es YeonJun.
Sabía que le pareció haber oído su voz mientras estaba a nada de desmayarse debido al alcohol, pero en ese momento su mente estaba ida, no había forma de poder asegurar que era él. No lo puede creer... En serio lo vio de esa forma. Cuando los ojos negros de su novio se posan en él, puede reconocer las líneas enrojecidas que son muestra clara que estuvo llorando hace poco, y está muy seguro que sus lágrimas tienen nombre y apellido.
Kim Taehyung.
-Por fin despertarte—susurra con suavidad, sin deseos de provocar molestia en el recién levantado. Sin que Taehyung se lo haya pedido, le extiende rápidamente un vaso con agua y una pastilla para combatir la resaca que sabe debe de tener después de haberse desmayado de tanto alcohol en la sangre—tómala... Te hará sentir mejor...
-¿Por qué estás aquí?—prefiere pregunta en voz extremadamente ronca, no solo por haberse apenas levantado, sino por el nudo que se forma en su garganta al notarlo tan triste debido a su culpa. El azabache regresa el agua y pastilla cabizbajo a la mesita de noche sin querer responder—YeonJun... No tuviste que venir... Sé que...-
-Cuando...—interrumpe—cuando te vi por primera vez en un estado de alcoholismo grave hace más de un año atrás, me estremecí. Estabas riendo, gritando y terminaste llorando detrás un carro azul. Esa fue mi primera fiesta de universitario... Mientras te veía... Me pregunté cuan roto debías estar para haberte puesto de esa forma—comienza a decir. La punta de su lengua humedece sus labios repetidas veces sin ser capaz de apartar sus ojos de los propios—y... Anoche, cuando noté que ni siquiera podías saber que era yo quien te cargaba, no dejé de hacerme la misma pregunta... Con la única diferencia de que creí ciegamente que todos estos meses sirvieron para ayudarte a ser alguien mejor. Pero... ¿Acaso es tan malo el pegamento que utilicé en ti, Tae? N-No sirvió de nada...
-YeonJun—susurra Taehyung, al ver cómo sus ojos se llenan de lágrimas. Sin importar que un mareo lo azote, se sienta lo mejor que puede en la cama y lo toma en un abrazo fuerte. Sus ojos se cierran con dolor al percibir su llanto contra la piel expuesta de su clavícula—perdón... Por favor, perdóname...
Se odia mucho más de lo que alguna vez pudiese odiar. No es justo lo que le hizo a ese lindo chico que se aferra a su camisa como lo hace, no fue justo que después de haber estado por primera vez, lo echase de casa como si nada, pero no podía simplemente fingir que todo estaba yendo bien cuando se asqueo de sí mismo al oír ese ''Fue mi primera vez'' De parte YeonJun.
Fue su jodida primera vez, debió identificarlo al sentir sus manos temblar o su torpeza al tocar. ¿Cómo fue que nunca tocaron ese tema? ¿Por qué fue tan idiota al no haberlo imaginado? Ahora la primera vez de YeonJun ha sido tintada con un mal sabor de boca, ahora quizás ya no querrá tener más nunca intimidad con nadie. Ahora seguro lo debe de odiar.
No, fue un tonto. Este chico dulce que solloza mientras se aferra a él merece más de lo que tuvieron la noche anterior. Más que una preparación rápida y una follada que sirvió para desahogar sus hormonas, más que una montada y varios besos subidos de tono. Él merece caricias, besos suaves... Él merece todo lo que Taehyung nunca ha tenido... Amor.
Ahora, lo ha estropeado todo.
-P-Perdón... Soy un imbécil, YeonJun. No debí haberte tratado de esa forma—susurra sobre su cabello, dejando un par de besos en ese sitio. Sabe que su aliento apesta, sabe que su vida apesta... Pero aun así, Jeon YeonJun lo ha elegido a él por sobre todos los demás.
-T-Tae... Tae abrázame más fuerte por favor... Por favor... No me sueltes—súplica.
¿Pero es YeonJun la persona que él ha elegido?
-...Amor... No te voy a soltar. Lo juro... Te amo, pequeño. Te amo.
-AlHanyG
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro