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•05 | 4:25 PM.



Mortificante...

Es tan completamente mortificante, que en serio desea sacarse el intento de cerebro que posee y botarlo al inodoro como si fuera el excremento más repugnante del mundo. Necesita ir con un médico, sabe que debía aceptar la recomendación de ese chico que no conoce el nombre, en tomar una cita con el psicólogo después de haberlo mandado a la mierda a él, y toda su descendencia futura luego de un pequeño piropo que no soportó. No es completamente su culpa, Taehyung realmente no está de buen humor en estos días.

¿A qué se debe? No lo sabe. Bueno, técnicamente sí lo sabe pero es tan cabeza dura que simplemente no es capaz de admitirlo, y es que todo su problema yace en que ha pasado un mes y medio desde que conoció a los padres de YeonJun, y ese lapso de tiempo, por supuesto que es la razón principal de su mal humor. No es como si quisiera verlos...

No, hasta pensarlo es ridículo....

¡Él muere por hacerlo, y justo eso es lo mortificante! ¿Por qué querría él eso? ¡¿Quién en su sano juicio quiere ver a sus suegros de nuevo, si todos huyen de ellos?! He ahí el dilema, él no quiere ver a sus suegros... Él quiere ver únicamente a uno de ellos, si, y ese sería ese hombre de gran belleza que ha aparecido frente él en todos lados como medio de tortura, revistas, televisión, incluso, en una de sus clase fue mencionado... Desde entonces su cabeza solo puede repetir ''Sr. Jeon, Sr. Jeon, Sr. Jeon''

-Por la mamá de mis gatos, ¿Por qué me sigues atormentando de este modo?—le cuestiona a su cabeza lleno de cansancio, dejando que su espalda vaya al respaldo de la silla. Sus ojos, que en serio están haciendo un olímpico intento por leer lo que ese libro posee escrito, revolotean por el lugar hasta quedar fijos en los ventiladores de techo que la cafetería posee. Su cabeza está así. Girando y girando, sin poder centrarse en otra cosa. Cierra sus párpados casi pudiendo percibir la calidez que ese día lo embargó al lado de aquel hombre— Joder, esto es difícil.

-Café negro con dos cucharadas y medias de azúcar para nuestro cliente más recurrente—interrumpe la voz dulce que siempre lo ha atendido desde que pisó ese lugar por primera vez. Mira con cuidado las hermosas facciones de SeokJin, y una pequeña sonrisa cómplice sale, cuando uno de los dedos del mayor va a sus labios e indica que no mencione nada del café, que por supuesto, nunca pidió—corre a cuenta de la cafetería, solo que no es necesario que ellos lo sepan ¿Verdad?—sonríe con dulzura.

-Justo ahora me estoy cuestionando cómo no has llevado a la quiebra a este lugar si regalas tantas cosas, Hyung—menciona divertido Taehyung, dando un largo sorbo a su más adictiva cosa en el mundo. El sabor dulce chocar contra su lengua en definitiva es lo mejor. Aún recuerda cuando decía que odiaba el café y a las débiles personas que hacían uso de él para mantenerse de pie, justo ahora él es una de esas débiles personas. La lengua es el castigo del hombre—Ah... Estoy tan agotado—menciona finalmente cuando deja la taza sobre la mesa. 

Sin ganas de estudiar, cierra el libro con fuerza y lo lanza sobre el montón.

-¿Lo estás?—repasa de forma fugaz su rostro—No has dormido muy bien, se nota en tu cara... ¿Estás enfermo? ¿Las materias están muy pesadas? ¿Necesitas ayuda?—curiosea el castaño con mucho interés, viéndose tentado a ocupar el puesto frente su cliente, pero negándose al tener presente que su jefe está en la cocina supervisando que todo vaya bien y nadie se esté comiendo la comida como normalmente lo hacen... Lo hace—viéndote bien, si pareces agotado.

-Sí, estoy completamente muerto. Creo que me quedan unos minutos para relajarme...—echa un vistazo al reloj de gato con ojos saltones a un lado del amplio televisor y verifica que faltan menos de 15 minutos para su próxima clase. ¿Relajarse? ¿Qué es eso? Claro, el robot Kim Taehyung no necesita eso. Suspira—No, no me quedan ningunos minutosmenciona un poco frustrado. Sin perder su valioso tiempo, va guardando los libros en su mochila que ya se le pueden notar los años al estar remendada en más de un lugar con hilos de colores. No lo juzguen, coser en medio de la noche no es recomendable—debo comprar un bolso nuevo... Quizás deba romper finalmente la alcancía que le pedí a Jimin que escondiera en algún de mi casa—murmura.

-Yo teng... ¿A quién?

-Jimin—responde distraído, colocándose de pie y llevando lo que queda de café a su boca. Por estar pensando que justamente esa clase queda en el salón más lejano de todos, se pierde la manera en que el entrecejo de SeokJin se frunce al oír más claramente el nombre de su mejor amigo. 

Ese enano...

-Ah, ese. ¿Sabes? Me ha parecido extraño que no lo he visto mucho por acá... Casi pensé que se había muerto por ahí—farfulla mirando sus perfectas uñas con despreocupación. 

Los ojitos escudriñadores de Taehyung giran enseguida a su dirección por eso, notando cómo sus hermosos gestos se han endurecido por la sola mención del mejillitas regordetas. Definitivamente nunca había entendido las miradas de odio que su Hyung y Jimin se lanzaban al estar en el mismo perímetro, pero no fue sino hasta hace poco que entendió el porqué de aquello. Lo peor de todo, es que el cortocircuito que existe entre ambos se debe...

-SeokJin, la mesa 5 está esperando por su café, ¿Acaso debo ir yo a servirlo?—a él. A ese odioso encargado con cara de gato amargado, que solo se sienta en esa silla alta a observar que todos trabajen mientras él no hace nada. Claro, si hacer nada significa jugar todo el día con su teléfono Mario Bros. SeokJin enseguida cambia su gesto por uno de felicidad y parte a servir el café de la mesa cinco sin queja alguna.

A veces Taehyung se pregunta si es que es demasiado distraído, o la gente sabe disimular a la perfección sus emociones. Bien, quizás sea demasiado distraído y mal amigo; Porque sinceramente no cree que alguien que suele ser tan transparente como su enanito, pueda encubrir ese gran gusto por el amargado pelinegro. La campanita de la puerta principal suena, y un muy saltarín Jimin entra con una sonrisa de oreja a oreja que se amplía cuando sus ojos se cruzan con los del encargado.

-YoonGi Hyung~—saluda emocionado. Como un imán, se acerca a él de inmediato y comienzan a llevar una conversación animada... Jimin lleva una conversación animada, y el odioso solo asiente respondiendo con un Sí, no, tal vez, quizás.

¡Es que Taehyung lo odia! Él desea alguien mejor para Jimin, y ese ''Alguien'' Es otro completamente diferente a ese YoonGi... Quizás Namjoon es mejor opción. En fin, él no es nadie para decidir por su amigo. Pero al menos puede darle consejos ¿No? Definitivamente Taehyung sabe tratar con hombres, y ese enanitos número dos, destila desinterés por ambos chicos de forma universal.

-Quizás sea heterosexual...

-¿Qué hace él aquí?—Taehyung da un pequeño brinco del susto, al hallar a SeokJin con mala cara a su lado. Rayos... Estos dos lo van a volver loco. Sin poder hacer nada por su amigo, solo se queda en su sitio viendo a SeokJin llegar junto a ellos un momento después para comenzar a hablar también con YoonGi, empujando levemente a Jimin lejos de la conversación. 

Coloca los ojos en blanco. Taehyung no tiene tiempo para eso.

-Al igual que el avanzado desarrollo de las nuevas generaciones, la tecnología es necesaria para que el mundo pueda seguir el rumbo promet...—

Para eso tampoco tiene tiempo. Pero joder... ¿Cómo es que ahora Jeon Jungkook sale hasta en sus sueños? Puede estar seguro que antes ni siquiera aparecía en la televisión, y justo ahora, se aparece en todos lados como un jodido recordatorio de lo fantástico que es... Porque lo es, solo basta mirarlo fijamente por dos minutos para comprender lo fascinante de su personalidad.

-Un poco más y comienzas a babear, deja de mirar la televisión de ese modo—se queja Jimin con mala cara, al haber perdido contra SeokJin una vez más. Solo en ese instante es que Taehyung cae en cuenta que se había quedado viendo el pequeño comercial en el que aparece Jungkook con la boca abierta. Estúpida inteligencia limitada que poseo...—Mejor vámonos, Tae. Llegaremos tarde—pide, tomando la mochila de su amigo y saliendo del café sin querer mirar cómo el castaño pudo obtener toda la atención de YoonGi.

Su YoonGi.


...


-Estúpido cara de Ken—farfulla Jimin una vez más desde que dejaron el café hace tres horas. Taehyung desea con todas sus fuerzas que su mejor amigo deje de susurrar cosas hacia SeokJin, o en serio terminará yéndose a otra mesa del gran patio de la universidad. Se supone que están aprovechando el buen clima que ese medio día ofrece para estudiar, pero en cambio, cada vez que quiere comprender algo sobre astronomía –Que por supuesto no le comenzó a interesar por su suegro- termina por escuchar a Jimin quejarse, y pierde el hilo de sus pensamientos totalmente—¡Es que no lo soporto! ¿Viste cómo mira a YoonGi Hyung?

Como si no fuera suficiente el tener que soportar a su amigo en modo celoso, su novio no asiste a la universidad desde ayer a causa de un resfriado que ni siquiera él sabe dónde consiguió. El peliazul que aún sigue a su lado con expresión indescifrable mientras hace figurillas sin sentido en su cuaderno ...Claro, figuras sin sentido según él; porque dichos dibujos tienen mucho sentido para Taehyung, al tener algunas formas de corazones y otras de un muñeco siendo ahorcado con el nombre de ''Cara de ken'' A un lado.

 Jimin finalmente deja descansar su espalda del respaldo del banco, y permite dejar ir un gran suspiro que demuestra las añoranzas de todas sus emociones cautivas, que  ni siquiera se tratan enteramente sobre YoonGi.

-Eres tan sutil como siempre, Jiminie. ¿Estás bien? ¿Quieres hablarlo? No creo que matar a SeokJin en dibujo te haga sentir mejor—dice finalmente con cariño, tratando de apaciguar el revoltillo de emociones que sabe debe de tener internamente sua amigo. 

Jimin pucherea. Es cierto que él nunca ha sido un chico de interesarse verdaderamente en las demás personas cuando de amor o gusto se trata, por ello le resulta un poco increíble que este sonrojado de celos y comportándose como un chiquillo ilusionado. Taehyung no puede negar que se ve súper tierno con las mejillas llenas de aire y molesto porque no puede conseguir la atención de la persona esperada, pero le preocupa mucho más que pueda sufrir a causa de ese estúpido gato amargado que desde lejos se puede notar no le interesa ni un poco su amigo. 

El peliazul sin detener el lápiz entre sus pequeñas manos, simplemente da un asentamiento de cabeza a su dirección.

-¿Tanto te gusta?

-¿No es demasiado obvio?—suelta en voz suave. El silencio que obtiene por parte del rubio le hace alzar la mirada—soy pésimo para ocultar mis sentimientos de ti, ¿No es así?

-Espera... ¿Estabas tratando de ocultar tus sentimientos de mí? Oh, eso me hace sentir tan ofendido. ¿Qué te pasa? ¡Me siento traicionado!—se queja.

-¿Traicionado? ¡Yo no soy el único que guardo secretos, Tae!—eso basta para que el rubio abra la boca hasta más no poder con las ganas universales de quejarse. Sin embargo, no lo hace. Simplemente se queda en silencio sin entender qué quiere decir con aquello. Él no tiene secretos... Bueno... Mejor deja quieto lo que está quieto—no te hagas el desentendido, sabes perfectamente de lo que hablo.

-¿Debería? Espera, sinceramente no sé a qué te refieres—niega con confusión, a pesar de que muy en el fondo la respuesta va floreciendo como una pequeña mata que desea desterrar de raíz. ¡Mortificante!

-La cena con los papás de YeonJun—insinúa, moviendo sus cejas al cielo. Al no conseguir más que un ''¿Qué con eso?'' De su parte, Jimin cruza sus brazos por sobre su pecho y deja un par de golpes contra el suelo con ayuda de su zapato deportivo—Eres tan descarado—niega abochornado—no sé si te haces el desentendido o realmente lo haces sin querer; pero desde ese día estás distraído, te quedas mirando a la nada, a veces murmuras cosas solo para ti y otra tantas no paras de hablas de cierto "Sr. Jeon" Que me genera más intriga de lo que generó el mismo rostro de Kakashi.

-¿Qué? ¿Quién rayos es Kakashi?—cuestiona confundido—además, e-eso... No es cierto, ¿De qué hablas?—sus largos dedos acomodan de forma inquieta un mechón rebelde de su rubio cabello que se interpone en su visión a causa de una brisa traviesa que mece los árboles del lugar, quedándose distraídamente en ese arete largo con forma de corazón que tanto le gusta y que no puede dejar de adornar su oreja—estás diciendo cosas tan incoherente, Jimin.

-Estás nervioso—acusa con el entrecejo fruncido.

-No es cierto—niega de inmediato, pudiendo comprobar cómo su cuerpo verdaderamente está tenso. Se percibe como el peor del mundo, ¿Por qué se siente como un mentiroso de la peor calaña universal?—quizás si hablé de más del Sr. Jeon, ¡Pero por tu tono de voz sé por dónde vienes y déjame decirte que eso es completamente enfermo!—deja en claro—por Dios, no puedo creer lo que estás insinuando. Es el padre de mi novio, solo halago a la persona culta, amable que es, y nada más. Es todo—cierra el libro en un golpe seco, comenzando hacer el papel de indignado que tan mal le queda cuando no tiene la razón.

-Estás a la defensiva, estás nervioso y jamás te había visto hablar tanto de la misma persona... ¿Es lindo? ¿Está bueno?

-¿Qué..?

-el Sr. Jeon, ¿Es lindo, verdad? Por eso te resulta tan difícil dejar de hablar de él.

-¡Espera...! ¡Espera!—detiene moviendo sus manos de un lado a otro despertando—Uno) Tú eres el que está hablando de él. Dos) No lo sé, es un hombre... Común, supongo—se alza de brazos lleno de desinterés. Con toda la fuerza de voluntad que posee intenta controlarse y no soltar todos aquellos detalles del cuerpo del hombre que ha rememorado inconsciente en más de una oportunidad. Normal... No lo sé, como cualquier padre.

¡No puede creer que esté diciendo esto, cuando bien sabe que Jeon Jungkook es completamente diferente a lo promedio!. Jimin enseguida abre la boca para rebatir algo sobre ello. No obstante, el tono de llamada perteneciente a Taehyung lo detiene. El rubio no muy feliz del rumbo de aquella conversación, obtiene el móvil de su pantalón y suaviza su entrecejo al distinguir el nombre en el identificador de llamadas. Atiende en seguida.

-Yeon, ¿Cómo te sientes? ¿Estás mejor?... Hmmm está bien... No, no hay problema por eso, me lo das después... Ah, es cierto... está bi... ¿Espera qué?—sus sentidos se alteran y sus ojos color café miran a su alrededor con el corazón bombeando más sangre de la que pudo haber bombeando en toda su vida. Oh, diablos.—¿Ya? P-Pero no era necesario, Yeon. Oh, entiendo, si, si... Supongo que no hay por hacer. B-Besitos para ti también, mejórate... Adiós.

Cuelga el teléfono con lentitud, apresando de inmediato su labio inferior con demasiada rudeza por el significado de esa breve información suministrada.

Casi de forma inmediata, baja su rostro hasta su cuerpo para verificar la desastrosa ropa que esa mañana escogió al estar apurado en salir de su casa. Camisa negra de mangas cortas un poco más grande de su talla que tiene uno que otro orificio de uso por allí, pantalón azul pálido y botas negras por encima del tobillo que tanto ama. Joder... Aunque no puede ver su rostro por falta de un espejo, lo puede imaginar. Bien recuerda que al estar corto de tiempo no colocó ni un poco de maquillaje y ni se peinó. 

Si, quizás este sea el peor momento para verlo a ese hombre de nuevo. No está listo... ¡Completamente no se siente listo para presentarse frente él a dejar un miserable cuaderno!

Bendita sea la mala idea de su novio al mandar a su padre hacer eso.

Puede experimentar la forma en que los nervios van brotando con el pasar de los segundos, volviéndose escalofríos extraños que se extienden por su cuerpo y hacen erizar su piel. Puede sentir ese malestar en la boca de su estómago debido a la ansiedad de poder verlo. No lo quiere ver. Maldición, realmente no se trata de que le disguste la idea de ver nuevamente a ese hombre tan... Es solo que... ¡Es solo que no lo ha dejado de enaltecer mentalmente por ser tan perfecto en lo poco que le ha conocido! 

Dios, le aterra conocer más de su persona y quedar atrapado en algo así como, ''El hombre ideal que ha estado esperando'' Y es que de ese modo es, YeonJun lo es también, pero con el azabache menor no puede ser cien por ciento él, y solo bastaron 20 minutos en aquel despacho para relajarse de una manera que jamás apreció antes. No está seguro que eso sea bueno... Pero le encantó tanto ese momento.

-¿Qué te pasa? Te pusiste pálido, luego rosa y ahora eres como un arcoíris...

-Ah, esto es horrible, muy horrible—suelta pesadamente el aire que ni siquiera había notado que retenía—ni siquiera sé por qué me pongo así... Él solo vendrá y me dejará un cuaderno, se va y no lo vuelvo a ver en seis meses que regrese por un nuevo almuerzo—se dice a sí mismo, tratando de convencerse. Jimin hace una mueca de "Yo no entender" Debido a todos esos murmullos sin sentido que Taehyung se ha encargado a soltar. Piensa que quizás su amigo se ha terminado de volver loco de tanto estudiar, chismes y criar gatos—yo...—aclara la garganta, centrando sus ojos en Jimin—tengo que ir a la entrada de la universidad un momento—se coloca de pie, dando unos cuantos pasos por el pasto con dirección a la salida. Tan rápido como se va, vuelve hacia su amigo—del 1 al 10 ¿Qué tan bien me veo? ¡No! No me digas... Ah, basta—se golpea la frente y vuelve a retomar su camino lejos de él.

-Sí que está loco.


...


Taehyung espera recostado de la pared que conforma la entrada de la universidad, mientras su pie mueve sin descanso una diminuta piedrecilla sin forma que cerca de allí yace. Muerde su labio con insistencia tratando de centrar sus pensamientos en lo importante, dándose ánimo al no poseer razón o motivo para sentirse nervioso por el padre de su novio que es tan agradable e inteligente. 

Exacto, solo lo admira. Es más, el que hayan congeniado es solo porque se vieron en la obligación de hacerlo. Está bien que se lleven bien y no como todas aquellas relaciones donde no se soportan... Y un montón de cosas que se le olvidan cuando su cuerpo se tensa sufridamente, al distinguir ese lujoso auto Mercedes Benz dar vuelta en la esquina y detenerse justamente frente él.

Mierda... Mierda... Mierda...

Rápidamente se despega de la pared, colocando su mejor expresión serena al llegar al inicio de la acera con pasos que están lejos de verse seguros, para recibir a ese ser majestuoso que colaboró en la creación de su novio. ¡Si, TU NOVIO!. Dos segundos después, la puerta de conductor se abre y de ella sale el hombre que estuvo esperando ver por más de un mes entero.

Santa mierda... De todas las mierdas del universo.

Apenas el Sr. Jeon hace contacto visual con su persona, le regala una suave sonrisa que casi lo lleva de boca contra el asfalto. ¡No es justo! Esa ropa, esos lentes, ese cuerpo... ¿Por qué tiene que verse tan malditamente perfecto?. Mientras le cuestiona al universo aquello, Jungkook da la vuelta al auto para quedar justo frente él y así poder saludarlo al fin. Pero por supuesto que Taehyung aprovecha ese efímero instante para echar una mirada rápida al cuerpo de su mayor y notar hasta el último de sus detalles:

Su cabello azabache está colocado de la misma forma que la vez pasada, variando quizás, que en esta ocasión se ve un poco más desordenado que antes. En el puente de su nariz descansan unos lentes de cristal cuadrados y montura simple metalizada, así como los que usan las personas adultas e inteligentes como él. Ah, le quedan geniales, solo le hacen ver más culto. Analizando su ropa, puede notar que lleva una camisa blanca de pequeñas líneas de hilo negro de forma vertical, las mangas redobladas hasta sus codos de modo descuidado, pero sin dejar de verse bien. Dios mío, al tener la mangas de esa forma puede ver con claridad como sus brotadas venas se marcan en sus ante brazos y manos, dejándose apreciar con un toque más masculino que antes...

-Taehyung—su nombre no debería de escucharse tan placentero al salir de esos labios, está seguro que no es correcto, pero por satán, todo es tan correcto en este momento. Cuando al fin sale de su embobamiento, se da de cuenta que Jungkook tiene extendida su mano libre hacia él en busca de poder estrecharla, de forma rápida lo hace. Debo de dar vergüenza. Su atención rápidamente se centra en el motivo de su encuentro, el cuaderno. Cuaderno que está lejos de verse presentable, y que Jungkook sostiene contra su costado con cuidado. Nota: cambiar de cuadernos, e intentar que mi caligrafía no parezca de niño de preescolar—un placer verte nuevamente.

-I-Igual, Sr. Jeon...—devuelve el saludo gustoso, sonriendo con mucho más que amabilidad— ¿Cómo se encuentra?—pregunta con cortesía, aunque la verdad le parece que se encuentra extremadamente bien, si se deja llevar por todo esa vista externa... Céntrate, céntrate, céntrate—¿Mucho trabajo?

-Digamos que regular, ya cuando llegas al puesto en el que estoy solo necesitan de mi es una firma y nada más—se alza de hombros despreocupado. La mano con la que previamente saludó al chico, es llevada hasta su cadera y la deja descansar allí en un toque condenadamente relajado. ¿Acaso así de tranquilo lo hace sentir Taehyung?—¿Tú? Supongo que de los dos eres quien más cosas debes de hacer, ser universitario e independiente debe de ser muy duro.

-Si... eh—rasca su oreja con insistencia—entre la universidad, trabajo y criar a mis hijos, el día se reduce a nada prácticamente—ríe dándole la razón.

-¿Hijos?

-Mis gatos, si, ellos... ¡N-No piense que tengo unos hijos por allí regados, ni nada de eso!—se apura aclarar con susto—no creo que tenga a la final, usted sabe... Aunque si quisiera. Pero... Okey—se tapa el rostro con ambas manos completamente avergonzado. Se siente como un niño chiquito penoso, ¡¿Por qué no puede actuar como la última vez? De seguro ya Jungkook debe pensar que es un estúpido—eso no viene al caso, lo siento. Lo que quiero decir es que me gustan muchos los niños, pero veo poco probable el poder tener minis Taes...

-¿Qué dices? No porque seas un joven con gustos por su mismo sexo debes privarte del derecho de ser padre, hay múltiples maneras para lograr ser uno en estos tiempos. Eso sí, sin causar daño a terceros para lograrlo. Estoy seguro que pequeños parecidos a ti corriendo por ahí debe de ser lo más tierno del mundo—asegura con una gran sonrisa por la imagen mental.

-¿Le gustan muchos los bebés?

-Me encantan—reconoce en voz suave. Taehyung se derrite como un helado en verano al solo imaginarse a ese hombre tan guapo con un bebé entre sus musculosos brazos, arrullando y cantando canciones de cuna... Así como lo hizo con tu novio. Odia esa voz interna que le fascina recordarle la posición que ocupa cada quien en este plano terrenal—mi esposa me planteó adoptar un bebé hace algún tiempo—cuenta de repente—En ese momento no lo creí conveniente por el nivel de trabajo que estábamos teniendo, así que, simplemente pausamos la idea y la dejamos ir con el paso de los meses.

-¿Ahora si quiere?—pregunta al hallar ese toque de culpa en sus palabras. Los ojos oscuros del Sr. Jeon se fijan en la acera por un par de segundos antes de volver su vista al joven. Taehyung no lo puede entender, pero es como si no necesitara palabras para poder comprender que dicho tema de verdad lo está mortificando. Quizás sea por...

-Es que no lo sé—confiesa—A veces pienso que es lo mejor, ya sabes, un nuevo integrante en la familia la va unir mucho más, pero un bebé significaría empezar de nuevo y yo...

-Usted quiere retomar su vida donde la dejó ¿No es así?—acierta. La alegría que lo embarga cuando Jungkook simplemente da un asentamiento de cabeza es mucho más gigante que cualquier otra antes experimentada; porque eso quiere decir que de alguna forma sorprendente, sus palabras sirvieron de algo. Quiere llorar—no le veo lo malo a eso.

-Mi esposa de verdad quiere un bebé, y yo me veo en la obligación moral de complacerla.

-Ese pensar es muy retrogrado—opina cruzando sus brazos, y tomando por sorpresa al hombre—Sr. Jeon, me va a perdonar por el atrevimiento, pero es muy claro que no desea ser padre por segunda vez; porque el adoptar a un niño por obligación o complacencia de alguien más, no es lo correcto. Debe nacer de su interior, debe anhelar el poder conocer el nuevo rostro de su felicidad, debe temblar de emoción al querer tenerlo entre sus brazos y llorar de felicidad cuando al fin pueda cumplirlo. Esa es la forma correcta, si usted no desea, no tiene por qué hacerlo. Se supone que el matrimonio es un compromiso mutuo, debe negociar y llegar a un acuerdo... ¿Usted es bueno negociando, no es así?

-Creo que tus sermones son los únicos que me han hecho darme cuenta de mis errores—farfulla él con una pequeña sonrisa apenada—tienes razón, yo en este momento no deseo nada más que retomar las cosas que más quería en mi juventud—da la razón. Luego de un momento en silencio donde solo puede distinguir esa sonrisa complacida por parte del rubio, recuerda el verdadero motivo de su visita—Es cierto, ten, mi hijo me pidió que te lo diera—extiende el cuaderno a su dirección.

-Oh, lo había olvidado—lo toma inmediatamente, abrazándolo contra su pecho. Error. La fragancia que quedó impregnado en libreta luego de ser sostenido todo ese tiempo por su suegro, golpea directo y sin consideración a su sentido del olfato. Teniendo que parpadear varias veces para que su cerebro deje de analizar dicha fragancia de la forma en que lo hace—M-Muchas... Muchas gracias Sr. Jeon. Eh, y... ¿YeonJun? ¿Él realmente está bien?—pregunta, para distraerse un poco—Cuando llamó para avisar que vendría se oía con poca energía. Espero se recupere rápido.

-Está bien, estará de reposo hasta el lunes, todo con la idea de no infectar a nadie de su clase.

-¿Lunes...?—repite incrédulo. ¡Eso es demasiado tiempo separados, si tiene todo el fin de semana libre se morirá pensando en el Jeon equivocado!—quizás deberías ir a verlo—comenta un tanto distraído, cayendo en cuenta de su gran error un segundo después; porque si lo visita, quiere decir que estará en la misma casa que...

-Seguro eso le haría bien, verte y tener tu compañía. Si piensa ir, podría llevarte con gusto—ofrece desinteresadamente—la empresa está relativamente cerca de aquí ahora que lo pienso, solo dime a qué hora y estaré aquí.

-Oh, no, no... Eso sería demasiado—niega enseguida—puedo ir en bus, Sr. Jeon. Muchas gracias. 

-te aseguro que no es ninguna molestia—sube nuevamente las mangas de su camisa en un movimiento suave. Su rostro sereno reflejaba sinceridad—no me costaría desviarme unas cuantas calles para venir por el novio de mi hijo— Novio. Ya deja de olvidar ese importante título, ¿Si?

-Si no representa una molestia, supongo que está bien—responde un poco embobado, con la vista fija en esos brazos fuertes—A-Aunque hoy ingreso al trabajo mucho más temprano, temo que hoy no podré. Pero mi última clase del día de mañana termina a las 4:30... No sé si usted...

-Estaré acá a las 4:25.



-AlHanyG

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