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•03 | Zahir.




-E-Espero que nos podamos llevar bien. Es un placer conocerlos a ambos, Sres. Jeon—dice Taehyung finalmente centrando sus ojos nuevamente en los oscuros de Jungkook, que en ningún momento han podido dejar de admirar su aspecto celestial.

-Oh... No, no, no, por favor no me digas señora Jeon, me haces sentir como si fuera una anciana—pide la mujer con una sonrisa avergonzada, y mejillas un poco sonrojadas. No podría decir que le disgusta que le den el título que se merece al ser la esposa de tal hombre tan guapo, pero jamás le ha gustado las formalidades, y menos, si provienen de un nuevo integrante de su familia como lo es ese tierno y hermoso chico de cabello rubio—Puedes llamarme por mi nombre—permite con una pequeña sonrisa enternecida.

-Umn... ¿E-Está segura?—pregunta hecho un mar de nervios, mirando fugazmente a YeonJun y reconociendo ese rostro lleno de fingida seriedad que solo le demuestra que se está divirtiendo lo suficiente con su timidez, como para echarle una mano y hacer menos incómodo el momento. Te asesinare más tarde. Promete mentalmentee-entonces será Ji Woo...—la pelinegro asiente un par de veces, totalmente complacida de haber logrado que la tutee en el primer día.

Taehyung quiere morir. En serio, le resulta tan mortificante llamarla por su nombre si apenas se acaban de conocer, tampoco es como si fuera la persona más educada del mundo, pero son los padres de su novio y no quisiera quedar mal delante de ellos al oponerse a llamarlos así... Padres. Sus ojos azules se posan nuevamente en el hombre de porte elegante frente él, que no varía por nada del mundo su expresión un tanto seria. Traga saliva.

Ese chico de nombre Taehyung definitivamente está lejos de ser como como lo mencionó momentos antes de conocerlo. No es de contextura musculosa, ni parece un ex convicto que pudiese matar a su hijo, al contrario, se nota delicado y refinado, como una señorita de alta sociedad. Por dios, quiere abofetearse. Eso lo hace sentir mal al mismo momento que lo piensa; sabe demasiado bien que compararlo con una mujer no es nada agradable, ya que en definitiva no es una chica ni porque se vea así de.... ¿Cuál sería la palabra correcta? Quizás femenino, sea la palabra indicada. En fin, le incomoda que por momento esa clase de estereotipos que la sociedad ha impuesto como características para diferenciar hombres y mujeres llegue a su mente de forma inconsciente, a pesar, que ha tratado por años en dejarlo de lado.

-Puedes llamarme como gustes—prefiere decir, ante la mirada nerviosa del chico esperando que le dijese de qué forma puede dirigirse a él—para mi está bien si me dices Sr. Jeon o Jungkook, lo dejo a tu entera disposición—comunica con tranquilidad.

-Sr. Jeon será—afirma con un dejo de tranquilidad.

-¿Pasamos a la mesa o prefieres algún aperitivo antes del almuerzo, cariño?—pregunta de repente su suegra con más emoción de la necesaria. De leguas se puede identificar la ansiedad de querer saltar sobre él y hacerle miles de preguntas como "¿Dónde se conocieron? ¿Quién dio el primer paso? ¿Dónde se besaron por primera vez?" Y ese tipo de cursilerías que Ji Woo suele fisgonear solo porque le encantan las historias de amor, y más, si esas historias de amor son las de su pequeño retoño—tengo también algunas bebidas que te encantarán...

-Mejor pasemos a la mesa, mamá—decide rotundamente el chico, antes de que todo esa situación se le escape de las manos. Está seguro que si deja que su madre se emocione de mas, saldrá con un Taehyung a punto de reventar de la casa; porque por mucho es conocedor que la vergüenza que posee el rubio le impedirá negarse a cualquier cosa que su madre le ofrezca.

-Bien, entonces vamos, vamos... ¡He preparado una comida súper especial hoy!—asegura ella con ojos brillantes, guiándo a todos al comedor. YeonJun toma la mano del rubio y sonríe entrelazando sus dedos con cuidado, dándole ánimo al joven que no muestra indicios de poder relajarse—... Me siento muy feliz que al fin hayas decidido venir, en serio, la receta que he preparado es una de mis especialidades...-

Jeon mayor sigue de cerca a su esposa que habla y habla llena de emoción, se toma el tiempo de observar la actitud protectora que tiene su hijo con el chico rubio, tranquilizándose un poco al identificar que su relación verdaderamente va más allá de un simple gusto o calentura, como los jóvenes de ahora en día se rigen para formar una relación, terminando lastimados después, al priorizar cosas que no son suficientes para elegir a un compañero de vida. Suspira. Le echará la culpa a la edad de volverse un poco paranoico con eso de querer sobreproteger a su no tan pequeño hijo... Que justo ahora, se nota tan enamorado de aquella persona.

-¿Estás bien?—indaga YeonJun cerca del oído de Taehyung, que no tarda en asentir un par de veces, sosteniendo aún con shock su mano con rumbo al comedor. ¿Se podría estar completamente bien luego de los 5 minutos más sofocantes de su vida? No lo sabe. 

Primero que nada, casi muere al ver a una mujer tan condenadamente bella correr hacia él y abrazarlo con tanta espontaneidad mientras se presentaba entre murmullos como la madre de YeonJun. Mierda... Fue casi irreal, si no se hubiese presentado, Taehyung posiblemente no lo hubiese creído. Es verdad que su novio le había mencionado que su madre era dulzona, muy cariñosa y joven, pero eso se quedó completamente pequeño con la realidad, al menos esa fue su primera impresión al verla.

Segundo y no menos importante, el señor Jeon, vaya... Vaya... Vaya, eso no, y completamente no se lo esperaba. Jeon Jungkook es como una versión de YeonJun pero mucho, mucho más maduro y grande. Pero... Por dios, tendría que estar ciego para no reconocer que dicho hombre está lejos de parecer su suegro. ¡Los papás que conoce no son así! Así... Tan guapos, bien presentados y mucho menos tan... ¿Sensuales?. Siente que caerá en una crisis existencial por sacar de órbita los estereotipos de padres que posee.

Su rostro, ese cabello tan negro y liso peinado de ese modo, un poco de lado pero dejando los mechones libres, va tan malditamente a la par con sus facciones: mandíbula fuerte y marcada masculinamente, le dan ese toque mayor que le hace ver tan condenadamente bien. Esos ojos negros y un poco duros pero al mismo tiempo se puede reflejar la empatía y humildad de la cual su novio se encargó mencionar hace días atrás. Nariz recta que va a la par con sus labios pequeños y rosas. Se ve que goza de buena salud; porque ni siquiera una arruga muestra su rostro, ni una cana. En fin, ningún signo de vejez o algo que de indicios que esté pisando casi las 40 primaveras. Claramente, cualquiera creería que tiene escasos 28, máximo 30 años.

Y ni hablar de la forma que viste... Quizás Taehyung esté estudiando ingeniería y ame con su vida la literatura, pero puede reconocer con facilidad el buen gusto que las personas poseen en la ropa, y este hombre no se queda atrás; porque esa camisa azul marina va tan condenadamente perfecta sobre su cuerpo fornido, en conjunto de ese pantalón negro de vestir que no es sostenido -extrañamente- por ningún cinturón, dándole ese toque informal y relajado que queda tan bien con la expresión en su rostro. Sin contar por supuesto, esos zapatos... Taehyung los reconoció al instante que sus ojos los notaron por primera vez: Gucci, de la temporada que acaba de salir y que cuestan como 30 meses de su sueldo.

Eso lo hace casi sollozar dramáticamente.

Si bien sabía que YeonJun provenía de una familia que no se caracterizaba por ser precisamente pobre, tampoco esperaba que fueran ricos. Bueno, no ricos, ricos... O quizás un poco ricos, ¡No sabe y no le interesa saber! El punto es que gozan de una casa tan grande, llenas de lujos, pero sobre todo, con ese toque que le hace saber que una verdadera familia que se ama reside ahí.

Al entrar al comedor su boca cae al suelo indiscutiblemente, ese lugar es tan lindo, la mesa está hecha de caoba con un cristal alargado que abarca toda la mitad en línea. Esa lámpara de techo que posee miles de diminutas y brillantes gotas que dan la impresión que en cualquier momento caerán sobre ti como lluvia, es alumbrada por una tenue luz blanca que no resulta molesta o demasiado insuficiente. Esas pocas pinturas en tonos suaves de apariencia tranquila colocadas trascendentalmente en los lugares perfectos para dar un efecto congruente y perfecto, lo hace como un lugar mágico.

Es perfecto.

Ese comedor es del tamaño de la propia sala de su apartamento, está seguro que uno de sus baños es el doble de su cuarto, y que quizás, el recibidor asemeje dos veces más amplitud que su diminuta y sencilla cocina. De repente se siente abrumado por tantos lujos que los rodean. No quiere sentirse poco, no le gusta la sensación de sentir lástima por sí mismo. Incluso, nunca le ha interesado demasiado su clase social. Pero justo ahora que se da cuenta de la clase de mundo que rodea al chico que ha visto algo bueno en él, se siente demasiado poca cosa para poder hacerlo feliz.

-Entonces...—Es la gruesa voz de Jungkook quien decide romper el silencio que los envuelve, haciendo que los estúpidos pensamientos de la posición social que mantiene su novio se pierda muy lejos de sí, y preste completa atención a cómo el hombre pica la carne sobre su plato—Estudias con mi hijo, eso es bueno, él mencionó que posees el mejor promedio de toda la clase—lo observa fijamente en espera de alguna contestación que confirmen la información recolectada hasta ahora.

-B-Bueno, es... Normal, supongo que bastante aceptable para un estudiante promedio—decide aclarar con fingida tranquilidad.

-No es cierto—interviene de inmediato el chico de cabello negro, con una gran sonrisa orgullosa en su rostro por lo próximo a decir—es uno de los mejores ¿Qué digo? ¡Es el mejor, Papá! Su promedio es de 9.2, puedes sacar tus propias conclusiones a partir de esa información. Vamos Tae—codea con suavidad de forma juguetona—no te avergüences de mostrar tu lindo cerebro ante mis padres—pide.

-¡Vaya! Ese es un promedio bastante alto, si continúas de ese modo podrás graduarte con honores—interviene Ji Woo con alegría—me hace tan feliz que mi niño haya escogido a alguien tan hermoso e inteligente como novio, ¡Ah, podría morir de amor justo ahora! Se ven tan bonitos juntos, ¿Verdad, Jungkook?—trata de incluir a su esposo en lo dicho, con una mirada que le incita a intervenir también.

-Por supuesto que sí, amor—da la razón, con solo una pequeña sonrisa y una mirada llena de cariño hacia su dirección. Vuelve su atención otra vez al joven con rostro nervioso que justo tiene al frente, y miles de preguntas más llegan a su cabeza; preguntas que desde su punto de vista, no están de más por hacer—¿Tus padres viven contigo? ¿En qué locación exacta de Daegu naciste? ¿Trabajas o tu padre costea tus gastos? En caso de que lo hagas, quisiera saber...-

-Papá—detiene YeonJun, avisando con solo una mirada que esas cosas son verdaderamente innecesarias en ese momento. Sabe que todo eso solamente hará crecer las inseguridades por parte de Taehyung, inseguridades que por supuesto no se ha encargado de dar voz, pero como su novio, sabe que posee—¿Por qué mejor no cambiamos el tema? Umn...-

-¡Quizás pueda mostrarte los álbumes de fotos, Taehyung!—propone en la primera oportunidad que tiene la mujer, con excesiva emoción.

-Mamá, por Dios... No...

-¿Por qué no? ¡Si de pequeño eras igual de precioso que ahora, cariño! Ah, definitivamente lo tienes que ver, Taehyung; Siempre utilizaba la misma pijama de dragoncito y cuando se la quitaba para lavarla se ponía a llorar porq...


...


-Bien, recogeré la mesa—informa la mujer una vez todos han terminado—YeonJun por favor atiende a tu novio de forma correcta, sirve té para él y da galletas de naranja que hice en la mañana—indica atentamente, con la sola idea de que Taehyung se lleve la mejor experiencia con ellos—también recuerda que en la cocina está el pastel que pedí exclusivamente para él, no olvides dárselo.

-Ya, ya, lo buscaré en un momento. Primero vamos a la sala de estar para colocar esa película que prometí que veríamos... ¿Vienes papá?—pregunta hacia su dirección una vez pretende guiar a Taehyung hasta el lugar indicado.

-Lo siento, compartan ustedes. Tengo que arreglar un par de cosas en el despacho—se excusa arreglando completamente despreocupado su camisa que se ha movido un centímetro de su sitio—No pretendo incomodarlos con mi presencia, así que disfruta en su totalidad tu permanecía aquí, Taehyung.

-Bien...—el teléfono de YeonJun interrumpe de forma precipitada su respuesta hacia su padre, logrando que una pequeña queja brote al reconocer el nombre de su compañera de clases en el identificador—mierda... ¿Cómo fue que lo olvidé?

-Yeon...—advierte el mayor al escuchar la mala palabra brotar de sus labios.

-Lo siento...—rasca su nuca con vergüenza, pensando en una excusa lo suficientemente buena como para zafarse de este gran problema que tendrá con la joven, al haber olvidado terminar la última parte de un importante trabajo—Eh... Papá ¿Puedes quedarte con Taehyung por un rato? En serio tengo que responder esta llamada.

-¿Pasó algo?—pregunta el rubio intrigado.

-Posiblemente me asesinen—suspira lleno de lamento—olvidé algo importante, ya sabes, el trabajo en que estoy con Joy—cuenta. Taehyung al recordar de qué trabajo habla, comprende rápidamente cuán fastidioso puede ser la asignatura, y la chica que es su compañera en esta oportunidad. Que lo odia, por cierto—en serio creo que me va a matar...

-Haz que no lo haga, por favor.Eres mi único hijo y no deseo quedarme sin tu presencia—pide con seriedad Jungkook, con una ceja alzada a su dirección. YeonJun avergonzado por haber sido irresponsable al tener otras cosas en mente, asiente quedo y da un pequeño beso a Taehyung para perderse escaleras arriba pidiendo varias disculpas una vez el teléfono es llevado a su oído. El mayor carraspea su garganta—Mi hijo también se encargó de hacernos saber que te atrae la literatura—recuerda.

-Oh... ¿En serio? Al parecer YeonJun-ie ha hablado mucho de mí—comenta con una risita nerviosa, jurando internamente que luego le haría pagar a su tonto novio el andar de chismoso con sus suegros—si... Me gusta mucho la literatura; creo ciegamente que es lo mejor del mundo—confirma en un tono lo suficientemente fuerte para que la respuesta llegue con satisfacción al otro.

Taehyung casi puede jurar que una sonrisa disimulada de parte de Jungkook se refleja. Sin embargo, el hombre emprende su camino demasiado pronto por el pasillo que está hacia la derecha, indicando un disimulado ''Sígueme'' que por supuesto entiende, y obliga a sus torpes pies a andar. Ambos se detienen unos segundos después frente una puerta corrediza de fresno que es completamente abierta para que pueda ingresar, una vez lo hace, cae en cuenta que dicho lugar es su despacho.

-Oh...

Sus mejillas se matizan de escarlata al no saber cómo disimular su asombro, cuando sus ojos azules se pasean por todo el lugar de forma inquisitiva y suelta uno que otro sonido de satisfacción por lo acogedor que encuentra todo. Pero ¿Cómo no hacerlo? Cuando su garganta se congestiona debido al sentimiento de nostalgia que le embarga, al ser ese espacio muy parecido aquella pequeña librería que visitaba por largas horas en su lugar de origen, obviando por supuesto, el hecho de que quizás todo en esta habitación es nuevo y de la mejor calidad, siendo el olor a libros viejos, ese estante de madera oscura que se ve que ha tenido una larga vida y aquel globo terráqueo de madera bastante grande que está en una esquina donde la luz de la ventana le llega, lo único que quizás tengan en común.

Su corazón se acelera. Ha entrado a más bibliotecas de las que recuerda, en esas donde los libros pueden inundar los estantes de forma exagerada y hacerle saber que un mundo inexplorado lo espera por ser descubierto. Pero ninguno lo ha hecho viajar a su época de adolescente donde lo único que le interesaba descubrir era qué había más allá de sus propios limitados pensamientos. 

Si, este espacio es completamente diferente al resto de la casa.

Se siente cálido y agradable. Todo en esa habitación le hace experimentar la tranquilidad que lo abandonó cuando sus rumores comenzaron a vagar por los pasillos. Las lámparas de un diseño simple, permiten que la claridad de los bombillos no sea fuerte, si no controlada. Las paredes que están pintadas de un beige claro, conservan algunos cuadros fijados que no logra identificar como obras de grandes pintores, pero que no por ello dejan de trasmitir paz y aflicción; siendo uno de ellos el que capta completamente su observación. 

Suspira dejando que su corazón lata con mayor fuerza. Es un dibujo hecho a mano con lápiz de carboncillo, que plasma un paisaje desolador; una casa en la cima de una colina que es únicamente acompañada por un árbol robusto y un columpio a lo largo y ancho de la inmensidad de un cielo gris, columpio, en el cual se puede apreciar la figura distorsionada de una mujer. Se eriza. Puede sentir lo frío de ese lugar, incluso, la soledad de la persona que permanece en el balancín. El artista en definitiva pudo recrear el verdadero sentimiento sobre ese lienzo.

-Es una imagen capturada de la vida real—informa el mayor en voz baja. Justo en ese momento es que Taehyung se da cuenta que ha quedado completamente sumergido en las cosas que no son de su incumbencia, siendo ese sitio tan privado para su suegro. Al parecer el rostro lleno de pena que muestra el rubio es lo suficiente divertido, como para arrancarle una breve sonrisa al hombre que ya está sentado detrás de su amplio escritorio—... Lo compré a un anciano hace ya tres años, el mismo vendía sus magníficas obras en tan solo 10 dólares ¿No es demasiado poco para una obra que transmite tanto?—se cuestiona Jungkook en voz baja—debido a eso, decidí darle 1000 dólares, en vez de solo 10.

-¿M-Mil?—Taehyung está seguro que la forma que su saliva pasó por su garganta fue audible incluso para un sordo. Bien, confirmado. El padre de su novio es rico— wo... Ese hombre debió de ser feliz en ese momento...

-No lo aceptó—esclarece con pesar, moviendo varias carpetas que residen sobre su escritorio de forma ordenada—él solo tomó 10 dólares, una invitación a un café, pan y una charla de algunos minutos. Justo ahí es que me mencionó que dicho retrato lo hizo mientras caminaba una montaña en Irlanda, cuando vivía en su exilio. ''Ella esperaba, siempre esperaba alguna señal lejana de parte del amor que la abandonó años atrás''

-¿Exilio? Eso... Espere ¿En serio es real?—pregunta con curiosidad, acortando la distancia que los separa y ocupando el asiento frente el escritorio, en expectativa de oír más sobre aquella historia— Es decir, es demasiado triste ¿No?— considera, centrando sus ojos fugazmente en el dibujo y volviéndose al hombre de presencia impactante—ambas cosas. El exilio del hombre y la espera eterna de la mujer de la colina... La soledad, la tristeza... Creo que lo percibo dentro de mi piel, casi que puedo trasladarme a ese lugar—sonríe abochornado—debo de escucharme como un estúpido al decir esto.

-Yo pude percibir lo mismo cuando lo vi por primera vez—tranquiliza con una pequeña sonrisa cómplice, dejando que sus orbes negros se pierdan en lo oscuro de su escritorio por varios segundos—el anciano mencionó que su exilio fue dado por cuenta propia, de un momento a otro. Él simplemente se alejó de su hogar, de su vida y desapareció, al querer encontrarse a sí mismo entre tantas conductas transferidas por las personas que ayudaron a su formación como individuo. No lo sé, creo que fue una persona valiente al dejarlo todo por querer encontrar una respuesta tan... Difícil de hallar. No todos serían capaces. 

-Eso... Vaya, no sé qué sentir realmente. Creo que he caído en una crisis existencial al descubrir que quizás lo que soy, no es realmente lo que debo ser—murmura en broma, sin poder apartar ese malestar de la boca de su estómago—¿Y lo encontró?—pregunta después de varios segundos en silencio—¿Se halló a sí mismo durante su exilio? ¿Valió la pena el perder su vida por algo tan incierto como eso?

-Jamás lo pregunté... ¿Debí hacerlo?—Taehyung duda un poco en responder, pero al cabo de algunos segundos asiente llevando su pulgar a la boca para morder su arreglada uña, tratando de despejar la ansiedad que lo comienza a llenar—en ese caso, puedo facilitarte la dirección que ocupa en la venta de sus dibujos para que de ese modo puedas conocerlo y preguntarle tú mismo—ofrece.

-¿En serio? ¿No sería extraño que llegue a preguntarle por su vida directamente? Aunque... Bueno, quizás compre uno de sus trabajos y le invite un café—duda de que sea una buena idea el ocupar el mismo modus operandi que Jungkook utilizó en su momento, pero justo ahora no puede pensar en una forma eficiente para conseguir lo que desea saber. Suspira. Se siente como un metiche indagando en la vida de alguien a quien no conoce—quizás no deba hacerlo...-

-A KemBung le encanta el café americano y croissant rellenos de chocolate, específicamente de esa pequeña tienda que está muy cerca de su lugar de trabajo—Explica con una sonrisa, mientras su mano da algunos movimientos sobre una pequeña post it de color amarillo -que desde el punto de vista de Taehyung, dichos movimientos desbordan elegancia pura- escribiendo un par de palabras para luego extenderlo a su dirección—esa es la dirección donde lo puedes encontrar. Está todos los días de 8 de la mañana a 5:45 de la tarde, si realmente sentiste interés por conocerlo, no lo dudes, solo ve y conócelo—aconseja.

-¿Usted...?

-Cada vez que tengo tiempo voy y le invito un café por las tardes, paso tiempo de calidad con su persona y ofrezco llevarlo de regreso a su diminuta casa que queda a unos minutos de ese sitio—aclara sin perder esa expresión tan serena, que hace cuestionar a Taehyung si realmente se siente como su rostro lo expresa; porque de ser así, realmente el Sr. Jeon debe de sentir una gran paz interna, que logra, hasta cierto punto, contagiar—¿Es tan extraño que un hombre como yo se tome el tiempo de visitar a alguien como él?

-Yo no he dicho nada—farfulla avergonzado por lo que sabe su rostro ha reflejado para que Jungkook haya tenido que preguntar aquello. Por dios, ¿Cómo decirle que no, cuando realmente si es algo extraño? Es decir, nunca esperó que la visión de su suegro fuera tan diferente al resto. Lo generalizó horrendamente, tomando en cuenta su posición económica, lujos y demás detalles que YeonJun fue soltando a lo largo de su relación. Más ahí se encuentra, tan distante de lo que creía, tan... Diferente como para ser real—lo que quiero decir es que... Es poco común que un hombre como usted aprecie a una persona que diste de poseer su mismo estrato social y... Pues, que se tome la molestia de colgar un cuadro en su despacho que solo costó 10 dólares. Yo lo puedo entender—dice rápidamente con ojos muy amplios—yo en serio puedo comprender el motivo que le llevó apreciarlo, incluso así, sigue pareciéndome un poco irreal; ya que el mundo está plagado de personas que solo les importa lo caro de un cuadro y no lo que su pintura en cada trazo significa para el pintor... Eso, es algo para alabar, Sr. Jeon.

-Supongo que debería darte las gracias. Pero no creo tener la moral para hacerlo cuando yo pensé lo mismo de ti. Me explico—sonríe tenue, dejando los papeles olvidados a un lado—te conozco hace menos de dos horas y he podido entablar una conversación fuera de lo común contigo, conversación que no esperé tener con nadie; porque todos los que entran a mi despacho ignoran las pinturas que para ellos solo son... Baratijas que no merecen su atención. Yo también te generalicé al verte rato atrás. Joven de 21 años, estudiante universitario que quizás no tenga nada en especial que lo vuelva diferente al resto, pretencioso y que quiere conquistar al mundo de la manera incorrecta... Ese fue mi primer análisis al verte—el segundo, ya que el primero fue físico, se auto recuerda.

Taehyung no puede evitar que las comisuras de sus labios se eleven con timidez, al saber que dicho análisis no dista mucho de la realidad. Eso es, al menos, lo que piensan las personas a su alrededor cada vez que respira.

-Supongo que lo merezco, aprendí la lección. No generalizar y dar por hecho las cosas que no conozco. Lo entiendo.

-El mundo en el que vivimos es de esa forma, no te culpo por ello, y espero no me culpes, pocas personas ven más allá de...

-... Lo que tienen frente sus ojos—completa el joven de forma inconsciente. La mirada de Jungkook brilla de una forma que pasa completamente por alto, al percibir esa lejana familiaridad con aquel chico de bonitas facciones—Lo sé...—acepta el rubio con sus orbes fijos en la hermosa caligrafía cursiva que posee una elegante forma en la S y la E que quizás sea única en aquel hombre.

-¿Qué clase de libros te interesan leer, Taehyung?—pregunta con suavidad sin siquiera parpadear. Jeon no tiene completa certeza de qué clase de persona posee al frente. No comprende si la paz que siente en lo que va de conversación es normal, o si podría desarrollarla con cualquier otra persona en el mundo. 

No lo comprende, y eso lo logra frustrar un poco.

-Cualquier clase...—contesta el joven en un murmullo—uno de mis escritores favoritos dijo: "Decían los antiguos arqueros de Zen que cada flecha es una vida y que el hombre tiene que respetar eso. Cada libro es una flecha, un poco de mi vida que se revela primero para mí y luego para mis lectores" Puedo leer cualquier escrito, lo puedo apreciar y valorar cualquier tipo de enseñanza que me deje; porque sin importar el género, sigue siendo un retazo de vida que el escritor nos está otorgando... Por ello, debo apreciarlo.

Jungkook sonríe complacido de aquella respuesta.

-Eres interesante, Kim Taehyung. Muy interesante—concluye.



La novela que es mencionada se llama "El Zahir" De Paulo Coelho. 


-AlHanyG

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