Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XXVI.


No iba a ser nada fácil convencerla, no iba ser nada fácil la entrega pero aunque el resultado pudiera ser negativo para ambos al final valdría la pena.

Para los dos.

—¿Aún no me has dicho si te ha gustado el regalo? —Dante Hamilton está quitándose el labial color rosa salmón de los labios que minutos atrás yo misma llevaba en mi boca con un paño humedecido para que esté salga más rápido.

Me rió por ese gesto y le recuerdo que aún le falta acomodarse la corbata, él comienza a jugar con ella y aunque no le queda tan mal sin verse en un espejo me acercó para ayudarle y que quedé perfecta. Como se que a él le gusta.

—Es muy bonito, pero sencillamente no es algo que yo usaría o compraría por lo que te lo devuelvo.

Dejé la bolsa en la silla en seguida de donde me había sentado tantas otras veces.

Dante tomó la bolsa en sus manos, la examinó un poco y luego habló.

—Creo recordar que el regalo venía en una bonita caja gris con papel de regalo blanco, no en una bolsa de tela reciclable de Walmart.

—¿No creerías en serio que iba a cargar esa pesada y ostentosa caja por más de diez cuadras desde casa, verdad?

—No esperaba que me lo devolvieras Susana —buen punto.

Me bajó la falda y acomodó mi blusa dentro de ella.

Cuando le miró de regreso está mirándome jugando un poco con su cabello bien peinado.

Me muero un poco el labio.

—No hagas eso, te despeinarás —le regaño yendo hasta él y posando mi cabeza en su pecho para tranquilizarle un poco los nervios que pueda sentir ahora.

Lo he dicho antes y lo diré hasta que te canses de escucharlo.

Pero le necesitó centrado y seguro.

Para después tenerle hecho un desastre e inseguro.

—Déjame llevarte a cenar.

—No necesitas hacer eso, esa clase de gestos son para gente que quiere hacer lo que nosotros ya hemos hecho en tu escritorio y en tu cama.

—No es por eso. —Dice haciendo que le obligué a mirar para tratar de averiguar que pensamiento le trae dando vueltas por la cabeza— Déjame llevarte a una cita de verdad.

Eso sí que no me lo esperaba.

Puedo hacer dos cosas aquí mismo, correr o quedarme.

Sí corro puede ser interpretado de dos maneras, cómo un juego solamente de mi parte o como una manera desesperada de buscar su atención para que esto sea algo casual nada más pero sí me quedo, puede parecer más serio de lo que quiero que sea.

Tengo que decidir, me piden sus ojos azules centrados en los míos.

Pero es que sí doy el salto de fe y el paracaídas no se abre la que perderé seré yo. Y sí todo sale bien el que perderá será él.

Cómo dije antes, debes apostarlo todo para poder ganar.

—Está bien.

Y con eso me voy caminando lo más rápido que pueda de ahí o por lo menos sin que parezca que estoy huyendo de otra cosa realmente.

Del amor.

Amar es destruir y ser amado es ser destruido.


***


Es viernes de nuevo y aunque me la he pasado de lo mejor estos días en los que tanto Samuel como el Señor Hamilton se han comportado.

Tengo que reconocer que extraño la aventura, y quizás hasta los celos, porque eso es lo que conozco de los hombres.

La inestabilidad es buena para el juego de la seducción, es hasta afrodisíaco y hasta excitante.

—Samuel, no quiero ser grosera pero ya ha pasado casi una semana y sigues aquí, ¿qué está pasando? Tú nunca te has quedado tanto tiempo fuera de casa.

Ni en vacaciones.

Samuel era uno de esos hombres ermitaños a los cuales les iba más que darse en casa a hacer cualquier cosa que salir afuera a convivir con la gente, aventurarse a lo desconocido o incluso visitar amigos o familiares.

Por ello al llegar al quinto día de su estancia en la ciudad comencé a sospechar que se traía algo más entre manos.

—Nada se te escapa, ¿verdad?

—Ya sabes la respuesta a eso Samuel, así que escúpelo.

—Me han ofrecido un puesto en una asociación en la ciudad.

—¿Qué? ¿Cuándo ha pasado eso? ¿Por qué no me has dicho eso antes?

—Porque no era nada seguro y porque tú me conoces nunca he querido trabajar para ninguna persona, creo firmemente que el contacto humano y el calor se pierde cuando trabajas en una oficina pero... —él se corta.

Toma un respiro muy hondo de aire y luego no dice nada, parece inseguro y pequeño frente a mí.

—¿Pero...?

Por ello, le ayudo a hacerlo.

—Pero también siempre quise salir de mi zona de confort, aunque sea solo un poco, además así podría estar cerca de ti y de Aura por si se ofrece cualquier cosa.

—Sabes que yo amo que vengas de visita, y no estoy haciendo menos lo que haces por nosotras pero a ti no te gusta la ciudad, para nada.

—¿Estás diciendo que no puedo cambiar de opinión con el tiempo?

—No, solo digo que me parece raro que ahora de la nada quieras venir a vivir aquí, solo porque sí.

—No es solo porque sí, tengo buenos motivos para venir hasta aquí.

—Ah sí, ¿cómo cuáles?

Cuándo no quieres saber la respuesta a una pregunta no haces la pregunta, me regaña mi mente.

—Cómo Aura, cómo tú....

Oh Dios, no de nuevo.

—No, Samuel ya lo hemos hablado, nosotros ya se acabó y no funcionó nunca. Lo intentamos pero no es porque no debe ser.

—Pero quizás es que no hemos intentado con todo nuestro ser, quizás sí está vez intentamos con aún más ganas pueda ser.

—No, de lo que estoy segura es que si lo vuelvo a intentar contigo solo te haré perder el tiempo... —estoy molesta y exasperada y no quiero, sé que esto le lastimará pero también sé que es el momento de que escuché estas palabras. Pero le conozco y sé que una vez que eso se le mete en la cabeza no hay vuelta atrás—. Además estoy saliendo con alguien ahora mismo.

—¿Cómo? ¿Estás qué...? —no digo nada, no sé cómo decirlo, ni siquiera es cierto del todo todavía. No hay nada que Dante Hamilton y yo hayamos definido aún, solo es sexo por el momento y aunque para mí es solo venganza todavía...

Demonios, cómo se ha complicado esto.

Pero lo más importante es que sé qué debo hacer, sé que debo tomármelo en serio pero no quiero.

No quiero quedarme atrapada, no de nuevo.

Y cómo Samuel aún estaba esperando para tener su ansiada respuesta, opte por decir la verdad. Al menos a él no le iba a mentir tanto o tan descaradamente.

Porque a pesar de todo era mi amigo y a estas alturas era el único que tenía por eso dolía decirle todo esto en voz alta, aún cuando sabía que la verdadera razón por la cual le había dejado ir no era porque no lo amará.

Sino porque tenía que hacerle pagar a Dante Hamilton y él nunca me dejaría hacer eso de manera libre.

Por eso tendría que romperle el corazón, para que me dejará vengarme como tenía que haberlo hecho desde un principio, quizás así podría equilibrar la balanza lo suficiente un día cómo para estar juntos en un futuro.

—Es muy reciente, creo que aún no somos una pareja pero aún así le debo respeto y...

—Lo entiendo. —Dijo él cortándome.

¿Lo hacía?

¿Realmente lo hacía?

¿Entendía que me había alejado de él solo por venganza?

—Yo solo quiero que tú de entre todas las personas seas feliz. —Samuel sonrió, del otro lado de la pequeña mesa de mi casa tomó mi mano, se abalanzo un poco sobre ella y la beso en los nudillos.

Era una estúpida por dejarle ir.

Pero tenía que hacerlo, tenía que hacer esto por Ness, por Aura y por mí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro