8.- Player 001 IV
El líder caminaba de un lado a otro, desesperado tratando de arreglar la pequeña alteración que ocurrió durante la rebelión realizada por Gi-hun. Se mostraba irritable y molesto; gruñía para si mismo para luego salir de la habitación y volver con un semblante totalmente distinto.
Ante ello, pedí que se alejara de mi. Su estrés me alteraba a mí. El accedió a qué eligiera la forma en la que yo podría estar mejor mientras él resolvía el problema.
— Salir de aquí. – Le dije cuando me preguntó. Seguramente no se esperaba aquella petición. Pero asintió sin decir más.
—Está bien, pero no irás sola. – Dijo, a modo de advertencia. In-ho se había puesto muy protector al punto de sólo elegir un guardia para mí. Uno de confianza.
Caminé fuera de todas las puertas y laberintos habidos y por haber en aquel lugar oculto en una isla. Pude observar por fin el cielo azul y frente a mí, el mar y el sol brillar sobre mi, quemando ligeramente mi piel. Respiré profundo y sonreí.
Sonreí porque pese a los días que pase enclaustrada en aquellos juegos, para mí, habían sido años en una tortura.
Me senté sobre una roca y estiré mis piernas. Tomé pequeñas piedras pequeñas y las comencé a lanzar sobre el agua. El guardia que In-ho había pedido me vigilará, yacia tras de mi en pie y sin moverse.
— Debe ser difícil ser tu. – Le dije al mismo tiempo en el que tiraba una piedra al mar. Las pequeñas olas rompían sobre las rocas gigantes. Por donde mirara, había agua.
Estaba realmente alejada de la civilización.
El guardia no me respondió. Como siempre lo hacia. Por órdenes solo guardaba el silencio, había comprendido que In-ho sólo les permitía hablar cuando él lo decidía.
—Hacia mucho tiempo no tenía una vista así. – le dije al guardia. Bien sabía que no me contestaría pero al menos me escuchaba sin juzgar. – Cuando era pequeña, mi madre me llevaba al mar porque sabía que me gustaba. Era mi lugar seguro entre tanto caos. Supongo que también para ella después de...
Enmudecí. Los recuerdos de mi infancia no era algo que quisiera convocar en ese momento, no si tenía tremenda vista pacífica.
Suspiré apenada.
— Quiero escuchar tu historia. – Dijo su voz. Suave y dulce. Sonreí para mí. Sentí su presencia sentarse a mi lado. – ¿Te gusta este lugar?
— Bueno, si no estuviese tan alejada de todo... Podría ser mucho mejor. Pero el paisaje me recuerda... Bueno, ya no importa.
Tire otra piedrita al agua. In-ho tomó mi mano y la acaricio con ternura. No era normal que el estuviese fuera conmigo. Era difícil que él se diera ese tiempo.
— El pasado es pasado, ¿no? Quisiera disfrutar de esta vista. – Pedi. – Me ayuda a olvidar que el resto de nuestro grupo está aún adentro.
In-ho respiró ondo, quizás molesto. Bien no lo sabía. Pero mis preguntas sobre si estaban vivos o no, de cierta forma lo molestaba. Más aún porque él creía que mi preocupación por Gi-hun era obsesiva.
— El sigue vivo. – aseguró In-ho aludiendo a Gi-hun. – te prometí que lo mantendría vivo. Y por órdenes debo mantenerlo así.
— Y te lo agradezco. – Asentí levemente. – Me demostraste que puedo confiar en ti. ¿ Sabes? creo que después de todo, si eres humano.
Reí divertida. In-ho se logró relajar un poco, soltando una risita también.
— Siento que ese guardia ha escuchado más historias tuyas que yo. – murmuró casi decepcionado.
Más yo reí divertida.
— Es un buen acompañante, pero no opina mucho. – Reí. – A decir verdad, no opina nada.
— Entonces, sigue contando tu historia. Prometí contarte la mia. – Se acomodó en su lugar y me miró atento a que hablara.
— No hay mucho qué contar. El mar es mi lugar favorito; me encanta comer pollo asado, y mi color favorito es el verde. – Enumeré rápidamente. – Tú turno.
— Quiero tú historia, ____________. – Mencionó ahora serio. – ¿Por qué estás aquí?
— oh, eso. – volví a suspirar. Esto iba a doler . – Mi hermanita de tres años. Tiene leucemia. Necesitaba el dinero para cubrir los gastos médicos. – mis ojos comenzaban a derramar lágrimas.
In-ho a mí lado no se acercó como de costumbre. Sólo esperó a que me relajara y le contara mi historia.
— Mi madre murió hace tres años. Cuando mi hermana era sólo una bebé. Mi padre la mató. Pensó que lo engañaba y... Decidió hacer lo que al parecer era lo único que sabía o quería hacer.
Tomé otra piedrita y la lance lo más lejos que pude.
— Lo lamento. – Fue lo único que logró decir el líder.
— Mi padre estaba decidido a acabar con el resto. Mi hermana y yo. – mis lágrimas comenzaban a salir pero no sentía pena por aquel dia. Me sentía más bien liberada. Y contando mi historia, me sentía aún más libre. – Tomé lo primero que encontré cuando me escondí con mi hermana. Unas tijeras que había dejado mi madre sobre su mesa de luz. Era algo que solía hacer para defenderse. Lo hice por ella. Cuando él decidió atacarnos, salté y... Enterré las tijeras sobre su pecho. "Eres una perra igual que tú madre" fue lo único que supo decir antes de morir. Creo que nací para ser asesina. ¿O no?
In-ho negó.
— No naciste para ser tal. Sólo, fueron circunstancias de la vida que debiste pasar. Salvaste a tu hermana. Lo hiciste por ella.
— Si, pero después decidí irme para poder estar aquí, jugando y ganarme todos esos wones para ella. ¿Crees que soy buena hermana dejándola sola en un lugar que ella apenas reconoce?
In-ho nunca había soltado mi mano. La acercó a su rostro y beso el dorso de ella. Aquello me tranquilizaba.
— Quizás te logre entender algún día In-ho.
— ¿ Sobre qué?
— Sobre todo esto. – aclaré. – el matar gente. Yo mate a mi padre, no creo que me importe matar a alguien más si debo proteger a quien amor. ¿Pero tú? Qué te hizo estar aquí? – inquirí. – ¿Fue tú esposa e hijo?
Su rostro se endureció. Soltó mi mano y solo se limitó a mirar el horizonte. Por un momento creí que no me volvería a hablar pues, era un tema delicado para él. Pero fue lo contrario. Él, se abrió a mí, contándome la misma historia que le contó a los demás, con la misma sinceridad.
— Me volví líder en este juego después de saber que mi esposa ya no estaba aquí. No tenia un propósito allí fuera. Me sentía miserable por dejarla sola sólo por adquirir más dinero. – por unos minutos no emitió palabras alguna. Tomo una piedrita y la tiro al mar. Suspiró acongojado. – Pero quería hacerle entender a las personas que el dinero es lo único que nos mueve en este mundo. Quería saber qué hacían los ganadores después de obtener el dinero. Cómo se sentian... a quién acudirían. Pero creo que fallé en el proceso...
Su mirada volvió a mí. Una mirada llena de esperanzas y deseos.
— El amor lo mueve todo. Incluso cuando estás al borde del colapso. Tratame de loco pero, tú llegaste justo en el momento indicado para hacerme saber qué puedo amar nuevamente. Si, tengo todo el dinero del mundo, pero nunca tuve el corazón como lo tengo ahora.
Posó su mano en su pecho, haciéndome sentir latir su corazón.
— Esto es por ti. Porque tú estás aquí conmigo. Quisiera ser una mejor persona, pero creeme que estoy trabajando en eso.
— Se que eres una buena persona, In-ho. Esa fachada de líder apático, no te la creo. Dejaste a Gi-hun vivo...
— Solo por ti.
— Porque te lo ordenaron también. Pero eres el líder y puedes hacer lo que quieres, ¿no? – El asintió luego de unos segundos. Le mire atenta y tomé su mano con fuerzas. – ¿Entonces que propones para mejorar toda está situación?
— Quédate conmigo aquí. En esta isla. – Propuso motivado. – hay mar y mucho que explorar. Me tienes a mi, ya no tienes que sufrir. Yo... Prometo liberarte de esos demonios de tu pasado. Yo...
— No puedo. Mi hermana me necesita. – negué. Sus palabras me aliviaban. Sabía que tenía a gran parte del líder devoto a mí. Pero no podía dejar mi vida y a mí hermana por él. No después de todo lo que pasé junto a ella.
Le había prometido llegar en tres días. Y habían pasado ya cinco días desde que no sabía de ella.
— Ella vendrá con nosotros y la criaremos aquí. Tendrá todas las comodidades. – Negué repetidas veces. Vi en su rostro la desesperación. – ella se recuperará y podrá hacer una vida normal...
— ¿Una vida normal aquí? – le rebati. In-ho parecía confuso. – Está no es la vida que una niña de tres años quiere. Con los años cumplira años; 5, 6, 10 años. Y ella se preguntará qué hace aquí. ¿Cómo va a socializar? ¿Pretendes que vea todo lo que tú haces? ¿Esas muertes y gente apostando por el mejor?
In-ho se vio invadido por mis preguntas. Él no parecía tener respuesta alguna. Trató de hablar pero enmudeció, está vez observando fijamente el horizonte. Me sentí culpable por reprochar y rechazar su oferta. Pese a sus mentiras y engaños, una parte de mi se quería quedar con él, pero la otra, sólo quería olvidar todo lo que pasó en esa isla y volver con mi hermana. Eso significaba, olvidarlo a él también.
Dos partes de mi, como enemigos se reprochaban una contra otra. Me sentía abatida, derrotada.
— Me queda un año aquí. – Dijo de repente. Arqueé una de mis cejas, sin entender a qué se refería. – Antes de mi han habido más líderes y todos tienen su tiempo en esta isla. Mi trabajo aquí terminará el otro año. Luego de eso, podré ser libre e irme a donde quiera. O bien, quedarme aquí y seguir apoyando la organización desde dentro.
Siguió observando el horizonte. Su semblante se mostraba tranquilo.
— ¿Y tú qué quieres? – Le pregunté. Una oleada de calor azotó mi anatomía y mi corazón palpitaba con fuerzas contra mi pecho. Porque sabía su respuesta.
Él al parecer también luchaba contra si mismo.
— Estar contigo. Eso quiero. – Admitió. – Este es el precio que debo pagar por haberme enamorado de ti, ___________. Generalmente son cuatro años los que debemos estar en esta isla, pero a mí me lo redujeron a un año. Y acepté. No pude bajar más la cuota. Era eso, o te perdía.
— ¿Perderme?
— Aquí a nadie le importa nada. Menos lo relacionado a lo amoroso. Tenemos indicaciones estrictas respecto a ello. Todos están aquí bajo esa cláusula. No mantener una relación amorosa con nadie. – Explicó. – una vez que eres reclutado, debes olvidarte de tu familia, de todo lo relacionado con el amor. Y ante ello, juré que no me volvería a enamorar ni relacionarme más que sólo con mi trabajo. Realmente lo juré pero llegaste tú y todo cambio.
Sus palabras calaban mis huesos. Su sufrimiento se veía en su mirada. Podía hasta sentir su corazón latir con fuerzas por cada palabra que enunciaba. Mi mente era un torbellino de pensamientos sin respuestas. Pero sí sabía algo.
Quería volver y ver a mi hermana.
Cerciorarme de que estuviese bien y si era posible, llevármela conmigo a donde fuese.
— Sólo un año, In-ho. Creo en ti, porfavor has que esto valga la pena. – Sonreí. Tomé su rostro entre mis manos y bese sus labios con vehemencia. El no dudo en seguir el beso, posicionando una de sus manos en mi cintura, acortando aún más la distancia entre nosotros.
Un ruido nos hizo separarnos. Volteamos, observando a un guardia superior acercarse a nostros.
— Es hora, señor. Las lanchas pesqueras se acercan. – Anunció. In-ho asintió, indicándole con su mano que se podía retirar.
— Nadie debe saber que estamos aquí. – Miró hacia el mar. A lo lejos se podían ver pequeñas lanchas que desaparecían ligeramente por el oleaje. – Regresemos, podemos disfrutar de la vista desde mi habitación.
— In-ho. – le dije antes de volver. Tomé una última piedra y la lance al mar. – Mi hermana...
— Vendrá con nosotros. Para cuando salgamos de aquí ella no recordará nada. – Aseguró. – Iremos mañana mismo.
— ¿Mañana?
— Dijiste que le prometiste verla dentro de tres días. Debe estar triste sin saber de ti. – Sonrió afable. – tengo los mejores doctores aquí conmigo. Tú y tu hermana estarán bien. Prometo que no les pasará nada.
Asentí.
Tomé su mano y nos dirigimos a caminar tras el guardia que aún nos esperaba para regresar al interior de las instalaciones.
In-ho ordenó esa misma noche preparar todo para el día siguiente. Su misión era traer a mi hermana hasta la isla y con ello necesitaba a su guardias de su parte.
Los juegos se reanudarian dentro de un día y el, prometió llevar a cabo ambas cosas. Sin embargo, su prioridad era mi hermana.
In-ho, o jugador número 001 como lo conoci, demostró tener una parte humana que quizás nadie imaginó tendría. Tanto como él, yo también tuve que pagar mi cuota por querer estar con quién me engañó para llevarme hasta su lado. porque en el fondo de mi corazón, la parte que más mandaba, era la de no separarme de él.
Y lo iba a cumplir.
No quería irme de su lado.
✖️✖️✖️✖️✖️✖️✖️✖️✖️✖️
Bueno, aquí otro mas que estuve desarrollando durante estos días. Obviamente, es el fin de este OS, puede imaginar lo que pasa después del año.
Tengo algunos más que quizás los suba en la tarde.
Uno de ellos tiene smut jeje -inserte emoji de diablito-
Gracias por leer ♥️
Acepto ideas y sugerencias constructivaaaaas ♥️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro