4.- Player 001 II
— Eh, dormilona... – Sentí que susurraban en mi oído. Una voz a lo lejos reía divertido. Sentí que me movía ligeramente. Luego, logré sentir más murmullos y una voz mecánica a lo lejos.
Me incorporé de golpe, observando a mi alrededor con miedo. A mí lado In-ho soltó una risita divertida.
— Tranquila, estoy aquí. Has dormido como un tronco toda la noche. Realmente roncas fuerte... – y volvió a reír. Más yo me sentí avergonzada. Sentí mis mejillas teñirse de rojo pues, el calor subió en menos de segundos.
— Lo siento. Yo... – suspiré abatida. – estaba muy cansada. Creo.
— Todos lo están. – Aseveró In-ho. Volvió a sonreír con ternura. – ¿ Preparada para jugar?
Negué. No creía que nadie estuviese preparado para jugar. Pero el se mostraba particularmente emocionado. El resto del grupo se acercó a nosotros y nos motivó ir por nuestro desayuno. Aquel que daban durante la mañana. Está vez fue sushi. Mire la comida con decepción, realmente esperaba más. Tenía hambre, hacía dos días no nos alimentabamos bien, y el miedo, no nos ayudaba mucho a digerir el alimento.
Nos sentamos todos juntos. Pude notar el silencio y ciertas miradas inquisidoras que viajaban desde In-ho hasta mi lugar. Mire de re ojo a Gi-hun, quien no dudo en asentir en señal de aprobación.
Pero, ¿ Aprobación de qué?
— ¿ Y que tal dormiste, _________? – me preguntó uno de los jugadores quién fue rápidamente callado por uno de los demás. Pidió disculpas por la intromisión, pero el resto del grupo no dudo en reír ligeramente.
— Me pidió que la acompañará. – intervino In-ho. – no podía dormir.
— Ajá... – murmuró otro.
— No tengo problemas en acompañarte a ti también. – respondió In-ho. – claro, si quieres. Entiendo que nadie puede dormir con todo este caos.
El jugador negó rápidamente avergonzado. Yo no hice más que sonreír mientras comía un bocado de mi sushi. Al ser la única mujer, muchos me ofrecían su merienda, más yo negaba. Todos necesitamos comer algo antes de seguir la tercera ronda.
— Recíbelo. Debes alimentarte. – Me dijo. In-ho, ofreciéndome unos de sus rolls. Negué.
— Tú has sido el que menos se ha alimentado bien aquí. No lo aceptaré. Ya dije. – Sentencié.
La voz robótica nos indicó que nos formaramos, y detrás de la puerta salieron guardias con sus armas. Cómo siempre, caminamos tras ellos en dirección a las escaleras. Caminábamos con pesadez, cada escalón significaba un paso más. Cerca de la muerte.
Pensé en qué, quizás está sería mi oportunidad de dejar los juegos para siempre. Pero la mano de In-ho me devolvió a la realidad y me dio ánimo para seguir.
— Recuerda, no te separes de mi. – Dijo con convicción, como si ya supiera de lo que se trataba el juego. Asentí, un poco dudosa.
Nos dirigieron a un carrusel. El lugar estaba ambientado perfectamente para simular un juego de entretención para niños. Frente a nosotros, alrededor de la sala habían puertas de colores. Muchas puertas llamaron mi atención. Quise descifrar el juego, observando el número de ganadores que se encontraban justo en ese momento quizás, cuestionándose qué haríamos ahora.
Entonces la voz de In-ho resonó en mi memoria. "Un juego que requiere rapidez" "no te separes de mi"
Mire a In-ho, quién también observaba atento a su alrededor. Pero algo me decía que el ya sabía de que trataba el juego.
— ¿De qué crees que trate esto? – me atreví a preguntarle. El se encogió de hombros.
— ¿Tú sabes?
Volví a mirar a mí alrededor. Podría super de que trataba.
— Quizás debamos reunirnos en grupo y entrar a las puertas. El número de personas aún es demasiado para pasar a la cuarta ronda. Necesitan eliminar a varios más.
— ¿Como sabes eso? – me cuestionó Gi-hun.
— Tiene razón. Es lo que dice ____________. Tiene lógica. – defendió In-ho.
La voz robótica nos aseveró lo que pensábamos. Debíamos formar grupos y escondernos con el número que pedía, en las puertas. De lo contrario seríamos eliminados. El carrusel comenzó a girar. Mi corazón palpitó con fuerzas tras él miedo que comencé a sentir. Gi-hun se cuestionó el número que pedirían, más In-ho apostó por el número dos.
Y así fue. El carrusel que emitía una canción infantil y pegajosa, se detuvo y el número dos fue el solicitado. Sentí la mano de In-ho tomar la mía mientras los demás corría por su cuenta. Corría veloz y decidido. Tomo la puerta de una de las habitaciones y me empujó dentro. La puerta se cerró y tras ella un son fin de gritos se acumularon. Tapé mis oídos y cerré mis ojos. El cuerpo de In-ho me cubrió, mientras susurraba que todo iba a pasar. Seguido de su voz, los disparos se sintieron y con ello los gritos se intecifcaron. Quise por curiosidad mirar por la pequeña rendija que tenía la puerta, pero mi salvador me lo impidió.
— No es buena idea. No mires al suelo, sigue mis pasos. Y no te separes de mi. – volvió a repetir. Asentí ligeramente.
El juego parecía interminable. Estaba cansada, estresada y frustrada. Cada vez que el carrusel se detenía y mencionaba el número mi cuerpo se llenaba de adrenalina. Pero tenía miedo. Miedo a morir. Miedo a no volver a ver a In-ho.
Cada vez quedaban menos participantes. Todos desolados, gritando que se detuviera ya el juego. Finalmente era la ultima ronda.
Nos posicionamos y esperamos a que el número fuera mencionado.
Nuevamente fue el dos. Número que fue pavor para todos nosotros. In-ho tomó mi mano nuevamente y corrí tras él, esforzandome por hacer lo mejor posible. Pero una mano tomo de mi hombro y me jalo hacia atrás. Mi mano resbalosa por la segregación de adrenalina, soltó la de In-ho. Vi como otro jugador tomaba mi puesto, entrando junto a In-ho. Yo yacia en el suelo, observando como todos corrían a mí alrededor; se golpeaban e incluso sacaban a quienes estaban ya dentro de la habitación para salvarse.
Me quise levantar, pero resvale tras pisar la sangre en la que había caído. Mire mis manos atónita. Luego el marcador. Faltaban 5 segundos.
—¡ ____________! – Gi-hun grito mi nombre. Vi como se acercaba hacia a mí.
— Vete estúpido! – le grité. – Vete!
— Te tengo. – sentí a In-ho tomar mi mano y jalarme con fuerzas. Todo había pasado tan rápido que solo entramos a la primera habitación con la puerta abierta, donde se encontraban dos personas más. In-ho no dudo en sacar a uno por la fuerza, cerrando de inmediato la puerta. Cuando nos dimos cuenta, había otro jugador dentro.
Tembloroso el nos pidió salir. Más In-ho intentó sacarlo de la habitación antes de que bloquearan la puerta. Pero no lo logro. El hombre quiso darle un golpe, pero In-ho demostrando ser más rápido, lo tomo por el cuello y comenzó a asfixiarlo.
Miré a In-ho atónita. El hombre que conocí y que juro protegerme se había transformado en uno muy diferente. Hasta su semblante era distinto. No era tierno ni apacible. Era frío y maligno. Sus ojos se tornaron negro para cuando habia ya desvivido al jugador número 350.
Mis ojos se llevaron de lágrimas. Pensando en que así como yo quería salir con vida de allí, aquel jugador también lo anhelaba. In-ho se levantó rápidamente, dejando el cuerpo a un lado.
Se acercó a mi. Más yo me alejé temerosa.
— Si no era él, éramos nosotros. –Dijo, tendiéndome su mano. – prometí protegerte. No me quedó otra. Lo siento.
Su voz se dulcificó repentinamente y su semblante cambio a una totalmente arrepentido. Mis lágrimas seguían saliendo de mis ojos, asustada y confusa.
Quería salir de esos juegos de una buena vez.
In-ho se acercó a mi y logro abrazarme. Estaba cansada, no podía más con la presión. No tenía deseos de cuestionarlo ni de recriminar lo que había echo. Tenía razón, aunque me costará comprenderlo. Si no era el, éramos nosotros.
La puerta se abrió y con ello se demostró el total de jugadores restantes. Una vez dentro de la habitación común, uno de los guardias nos felicitó por ser los sobrevivientes. Gi-hun y el resto del grupo se reunió con nosotros. Mostraron preocupación por mi estado pues, me hablaban pero yo estaban en otro espacio-tiempo.
Las votaciones volvieron a hacerse presente. Está vez fue un empate. Algo que molestó a todos.
— Prepárense. – dijo Gi-hun, mostrando entre sus manos el tenedor que venía envuelto con el sushi de la mañana. – este empate no ha echo más que enfurecer a los que votaron a favor. En la noche hay que estar atentos. Debemos estar preparados.
Gi-hun nos comentó su plan y lo que había sucedido cuando el estuvo en el primer juego. El hambre y el terror psicológico había alterado a las personas que sobrevivieron para luego, formar una rebelión en donde muchos más habían muerto.
In-ho tomó mi mano, sacándome de mis pensamientos.
— Por nada del mundo, te separes de mi. – me volvió a decir. Esta vez asentí convencida. El plan de Gi-hun era difícil. Engañar a los guardias y al bando que estaba en nuestro contra era complejo, pero nos convenció de permanecer atentos dentro de los minutos que seguían tras él temporizador. 30 minutos fueron suficientes para que todo se volviera un caos.
Pero en mi mente seguía la voz de In-ho, pidiéndome que no me separara de él. Pero también, se repetía la escena que presencié al ser salvada por él.
Aquellos ojos negros y mirada fría.
Di un suspiro y me acerqué a él, donde ya tenía un lugar donde poder estar tranquila. Nos escondimos bajo la cama, tal como indicó Gi-hun.
Yaci al lado de In-ho. Quién como pudo, acercó su cuerpo hacia el mío, susurrando que todo saldría bien.
Después de todo, aún quería saber qué escondía y cuál era su verdadera historia.
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