Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11.- Participants number 001 and 002


Miré frente a mí, al sin fin de participantes cayendo muertos al suelo. Una gran pantalla nos mostraba la panorámica desde fuera. Aquella muñeca gigante no dudo en detectar a quienes se movían, incluso después cuando el jugador 456 les advertía a todos que él ya había participado de aquellos juegos.

Sonreí. Observando el esfuerzo que hacía por dirigirlo a todos para llegar a la meta. A mí lado, el líder observaba de igual forma, sonriendo mientras tomaba un sorbo de su whisky.

— Tiene potencial. – Dije, luego de que el juego había terminado. Mi acompañante asintió.

—Tambien nosotros. – Dijo serio, sin quitarle la vista al televisor frente a nosotros. Entre cerré los ojos y suspiré. No podía aún seguir con la idea de que el juego se disfrutaba mejor si uno mismo participaba. Si tan solo ese viejo no hubiese hablado, In-ho no hubiese estado tan empecinado en ser participe durante la segunda temporada de los juegos.

— ¿Seguirás con lo mismo? – Inquirí, ya sabiendo la respuesta. No respondio pero su silencio lo hizo por él. – Mira, me gusta esto. De verdad, ver como se juegan su propia vida por ese dinero, me excita. Pero...

— Entonces vamos. – Soltó, excitado. – Vamos y seamos parte. Estoy seguro que te divertirás.

  — ¿Estás loco, lo sabes? – Reír. Dándole un beso fugaz en sus labios. In-ho sabía que yo, pese a no estar de acuerdo, saltaría con él también el puente.

Así de redimida estaba frente a él. Si el saltaba, yo no dudaría en hacerlo.

Se le explicó a los guardias que nuestra aparición sería en la siguiente ronda. No muchos estuvieron de acuerdo, pero no iban a reclamar frente a su líder. Sabían que las consecuencias con solo negar, serían severa.

Los números 001 y 002 fueron puestos en nuestros uniformes. La entrada de ambos se posicionó cuando los participantes comenzaron a votar por querer salir del lugar. Mire a mí alrededor.

Patéticos, pensé.

Cuando les mostrarán el dinero recaudado del primer juego, muchos se arrepetinrian y votarían a favor por seguir jugando. La avaricia era inmunda, pero no tanto como ver a todos ellos matarse y traicionarse entre si. Empezaba a emerger la traición. Y eso, me gustaba.

Caminé frente a todos los demás cuando nombraron mi número. Erguida y confiada llegué hasta el marcador. El guardia con la marca del cuadrado me miró atento, y le mire devuelta con una sonrisa ladina en mis labios. Sabía que era yo quien estaba allí. Por ende, sabía que el líder también lo estaría.

Mi voto enardeció a las personas presentes. Recibí insultos y amenazas de muerte. Quise jugar con la X. Sabía que In-ho votaría por el circulo.

¡Qué bien se nos daba esto!

Estábamos en bandos contrarios. Nos unimos y fingimos pedir disculpas tras argumentar nuestras historias de vida. Gi-hun, quién oriento a los demás a pasar el primer juego, aseveró que estuvo en ellos y que perdió todo por ser el ganador. Trato de convencer a In-ho de que su próximo voto nos desfavorecida a todos. Pero In-ho, con elocuencia, argumento que nadie se vería feliz si salían de juego.

—Nadie me dará las gracias si nos vemos en la calle por salir de esto. Creo que, podríamos darle otra oportunidad a los juegos. – dijo In-ho, con aquella voz queda, tratando de ser convincente.

— Bien, Gi-hun. ¿Qué sigue? – Le pregunté. – tú estuviste aquí.

El hombre enmudeció por un momento. Para luego explicar que al siguiente día, tendríamos que jugar con destreza y paciencia.

— Galletas. – Dijo. Todo el equipo lo miró confuso.

— ¿Te refieres a esas que jugábamos juntos de niños con nuestras abuelas? ¿Con las agujas no? – Le cuestionó otro jugador.

— Si, ese mismo. – Aseveró Gi-hun.

Reí para mis adentros. Di un pequeño vistazo a In-ho, quién parecía realmente estar metido en su rol de jugador.

Ese día nos dejaron descansar. Nuestras camas se apilaban una contra otra. In-ho se encontraba alejado de mi y del resto, sentado en un rincón de la habitación, observandolos a todos. Me acerqué a él antes de irme a dormir.

— Sabes, tengo ganas de algo. – Le murmuré al oido. In-ho me miró entre la oscuridad de la habitación con su mirada destellante. Reí por lo bajo. Mi tono de voz lo conocía, y podía inferir a lo que me quería referir.

— Después de este juego. Debemos mantener nuestras fachadas. – Explicó. – Te queda bien el uniforme, ¿te lo he dicho?

— No. No me lo habías dicho. – Suspiré. – Los baños están libres...

— En el próximo juego. – Pidió. – quiero ver cómo saldremos de ello.

— Aburrido. – Le dije, decepcionada. – Le quitas lo divertido a todo.

In-ho río por lo bajo. Me levanté del suelo y antes de caminar pude sentir su mano tocar mi trasero con descaro. Le recriminé por lo bajo, pero riéndome también. Me acosté y dormí. Sabía que In-ho no dormiría esa noche pensando en lo bien que lo pasaríamos en el siguiente juego.

Nos acercamos a la puerta principal cuando los guardias hicieron su aparición nuevamente durante la mañana. Vi el rostro de Gi-hun destrozado cuando vio la sala del próximo juego. Todo perfectamente diseñado para creer que estábamos en un patio de niños de prebásica. Habían circulos en forma de arcoiris sobre el suelo, algo que confundió a todos.

— ¿Y las galletas?  – Le cuestioné a Gi-hun. El no dijo nada. Solo observó la sala decepcionado. – Bueno, al parecer no tendremos que escapar de esa muñeca. Debe ser fácil.

— Me gusta tu optimismo. – Me dijo el jugador 388. Sonreí asintiendo.

Nos ordenaron ser grupos de cinco personas. Jugaríamos a los seis pies. Decidí alejarme del grupo y formar equipos con otros. Sabía que eso haría molestar a in-ho. Mi grupo estaba conforme de hombres quienes no dudaron en hacerme parte una vez se los había pedido.

Primero pasaron dos grupos. Los cuales murieron. La sangre salpicó a los participantes restantes, todos asustados.

¡Ese susto, dios! Ese susto me excitaba.

Mire a In-ho quien se encontraba al otro lado de la sala. Parecía impaciente por querer participar.
El ambiente se volvió bastante tenso, sin embargo , pese al desastre, todos se daban apoyo entre si.

Mi turno había terminado. Era una experta en Ddakji. Y mis compañeros también deslumbraron por la capacidad de dominio de los juegos.

Terminamos en tiempo record.

A nuestro lado solo quedaba In-ho y su grupo. Lo último que vi fue al líder frustrado por no poder hacer rodar el trompo.

Estratégico. Pensé. A él se le daba muy bien hacerlo. Pero no con la mano derecha. Si no lo conociera, pensaría que perderían. Un par de cachetazos dio en su rostro y un grito de desesperación que anonadó a su grupo.

Seguí caminando hacia la puerta de salida para volver a la habitación donde ya se encontraban los demás ganadores.

— A si que se te dan bien estos juegos... – Dijo un chico de cabello morado. Le mire confusa cuando se acercó a mi con una actitud seductora. Parecía arrogante. Pero jugaría su juego. El era uno de los sujetos que estaba en mi equipo.

— Algo así. – Sonreí. – Tú no te quedas atras.  vi tu desempeño. Te manejas bien.

—Si, me manejo bien en muchas cosas. –Alardeó. – Ven con nosotros, únete. Soy Thanos.

— Gracias, Thanos, pero no. Quiero conocer a los demás. – dije dispuesta a irme. Pero el tomó de mi brazo, presionando con fuerzas.

No, esto no está bien, niño. Pensé. Mire a mí alrededor y vi a In-ho cruzando la puerta de entrada con su grupo. Su mirada aterrizó entre Thanos y yo.

— Ven con nosotros. Los demás son sólo perdedores. Veo potencial en ti. – Me guiñó un ojo. Negué nuevamente. Traté de alejarme de él pero me fue imposible. Me alarme cuando In-ho se acercó a nosotros entre los participantes y se posicionó frente a nosotros, desafiante.

Sabía que era impulsivo. Y cuando se trataba de mi, podría ser muy macabro. Le mire y negué ligeramente en señal de que no cometiera un error. Parecía no haberme visto.

— Suéltala. – Le dijo In-ho a Thanos. Esté último soltó una risotada.

— ¿disculpa? ¿Es de tu propiedad? – Se rio el joven, burlón.

— No soy de nadie. – dije, logrando salir de las garras de mi acosador.  – No creo que sea buena idea pelear. Tenemos que estar unidos.

Trate de apaciguar el ambiente pero Thanos siguo burlándose de In-ho. Grave error fue cuando Thanos le dijo que un idiota como él, debía estar en casa cuidando de su mujer y sus hijos.

Ese tema era aún palpable en In-ho. Perder a su mujer y a su hijo previo a los juegos era un suceso que hasta el día no lo superaba. Incluso yo tuve repercusiones cuando pregunté y cuestioné su historia. Su mano voló hacia mi mejilla derecha y con ello no me atreví a preguntar más de su pasado.

In-ho no le dio chances para hablar a Thanos.  Lo tomó del cuello y le apretó la yugular. El joven se quejó, tratando de sacar aquel maldito brazo de su cuello. Detrás de todo ello salió el amigo de Thanos a defender a su amigo. No tuvo mucha suerte. Cayó al suelo quejándose del dolor que In-ho con un golpe de pie certero dio en su tobillo.

Thanos estaba reducido en el suelo, y In-ho con su puño ya cerca del rostro del joven.

¡Cómo ardía mi anatomía cuando In-ho me defendía! una corriente subió por todo mi cuerpo, con aquella ansia de ser poseída por él. Pero debía controlarme. Respiré hondo y me acerqué a él, tomando su hombro.

— jugador 001 basta. – Le dije. – No me ha echo nada. Creo que ya le quedó claro lo que no debe hacer. – mire a Thanos quien se mostraba aterrado. – ¿ Cierto?

— S-si, cierto. – Rectificó Thanos asustado. In-ho lo dejo ir. Pero Thanos a lo lejos farfulló unas palabras en protesta.

Mire a In-ho indignada. Caminé hasta una de las puertas y pedí me dejarán ir al baño. El guardia no puso problemas. Abrió la puerta y me introduje al pasadizo que llevaba hacia el baño.

Minutos después apareció In-ho abriendo la puerta y asomándose lentamente.

— ¡Eres un idiota!  – chillé despacio. – Debes mantener tú compostura.

— ¿con el tomándote el brazo así? Estás equivocada. – dijo y entró al baño, tomando mi brazo y jalandome hacia un cubículo. Cerró la puerta detrás de él y me acorraló en aquel pequeño lugar. – ¿Te gusta el niño ese?

— Estás hablando estupideces. – resoplé molesta. In-ho me miraba inquisidor. — No me mires así. Tú quisiste entrar al juego. Estoy tratando de pasar inadvertida.

— Pues, lo has hecho bien.

— También tú. Aunque en el juego del trompo...

— Trate de hacer tiempo. – Sonrió malicioso. – por un momento pensé que de verdad había perdido el talento.

Reí por lo bajo. Mirándolo fijamente, sabiendo que él me debía algo.

— hablando de talento... – Dije y mis manos comenzaron a recorrer su torso aún con aquella camiseta puesta. – Me debes algo. Y ya pasó el segundo juego...

El asintió, derrotado. 

El nunca me permitió tener el control sobre él. Y está vez no sería la excepción. Dejé que despojara mi ropa y luego él lo hizo con la de él. En aquel espacio reducido se nos hacía difícil movernos con tranquilidad. Por un momento me arrepienti de no estar en nuestra habitación. Allí podíamos hacerlo en cualquier lugar y momento. Pero ya estábamos allí, semidesnudos y no iba a desaprovechar está oportunidad tan excitante.

In-ho me levantó con sus brazos y me apegó a la pared del baño, mis piernas se cruzaron tras su espalda, dejando libre acceso a qué In-ho hiciera lo que quisiera.

Gemí tras la envestida que proporciono. Con necesidad y furia.

— Más despacio, idiota. – mordí su hombro desnudo.

— Cínica. Eso nunca me lo pides cuando estamos en la cama. – jadeó. Nuevamente, otra envestida. Gemí en su oído y rasguñe su espalda.  Cada estocada era cada vez más ardiente. Y eso In-ho lo sabía. Sabía cómo complacerme, como dominarme. Sabía cómo tenerme rendida a él y aquello, más lo motivaba.

Su mano derecha se deslizó por mi seno izquierdo, presionando levemente para luego morder el área. Gemí de placer. Eso le gustaba. Lo volvió a hacer entre risitas divertidas.

— Pronto volveremos a nuestra cama y podré hacerte todo lo que quiera contigo. – dijo, apenas tras los jadeos. – ¿Eres mía, sabes? No dejaré que ese idiota te vuelva a mirar.

Asentí rápidamente. Su rostro se topo con el mío. Lleno de gotas resbalando por su frente y mejillas.

  —¿Eres mía, cierto? – Me preguntó.

— Si. Tuya. – Asentí con la voz entrecortada.

El sonrió y beso mis labios junto con la embestida final. Ambos gemimos en silencio, presionando y rasguñando la piel del otro tras la liberación de aquel orgasmo que nos tiró al suelo.
Le abracé y bese nuevamente sus labios. Con ello asevere que era de él. Y siempre lo iba a ser.

— ¿Cuando pretendes que nos vayamos de aquí?

— Aún no lo sé. – Dijo y sonrío. – ¿Te estás divirtiéndo?

— Bastante. – Asentí. – Ese anciano tenía razón. Es mejor jugar dentro de los juegos.

Volvimos a besarnos con pasión, volviendo a sentir aquella llamarada de lujuria en nuestros cuerpos. Pero fuimos detenidos por la voz de una persona quien preguntaba si había alguien en el baño.

— S-si... – dije apenas. – en un momento.

Nos vestimos y salimos con In-ho del baño. Ambos dibujando una sonrisa en nuestros labios. La mujer que esperaba por su turno nos miró estupefacta. Inclinó su mirada hacia el suelo, avergonzada.

— Lo siento, lo siento. – Se disculpó.

— Lo sentimos nosotros. – Le dijo In-ho, mostrando una falsa vergüenza. – no nos aguantamos. Ya sabe... El encierro.

La mujer asintió y nosotros salimos de aquel lugar, entre risas y besos antes de volver a nuestras camas.

— Para la próxima, le pediré al cuadradito que tienes de guardia que nos lleve a otro lugar. – Suspiré. – Me debes otro round...

In-ho asintió excitado. Dio un último beso y se fue a su lugar junto a Gi-hun. Yo me quedé cerca, pero en mi cama. A lo lejos observé a Thanos observarme atento.

Ese niño no sabía en el problema en el que se estaba metiendo.





✖️✖️✖️✖️✖️✖️✖️✖️✖️

El último de la noche jeje. No me pude aguantar. Ya lo tenía escrito but le hice unas modificaciones.
Gracias por leer y comentar. De verdad que eso me hace feliz porque se que hay personas que les está gustando este libro de OS ♥️.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro