8: Un cuento de dos tierras
Cuando Kamala desperto no había corriente alguna de viento, no había aquel olor siamés al caos de las batallas heroicas entre un grupo y el villano de turno. Ahora no había más que un frío aire entrando a su nariz y saliendo entre tenues ronquidos por su boca a medio abrir, esto mientras su muy alborotada cabellera le cubría el rostro, impidiendo del todo qué la poca luz del día, que entraba por una pequeña ventana, en el borde del techo y el muro, estaba en un sótano; sus ojos aún somnolientos se toparon con un escenario común para ella, al siempre quedarse dormida en cualquier lugar del Faro, una silueta la observaba con una atención que solo ella había parecido tener con sus compañeros o mundo, una curiosa fascinación.
—Te despeinas mucho cuando duermes ¿lo has notado?— preguntaba quien, por momentos le pareció alguno de sus compañeros, como si el día anterior fuera alguna clase de sueño, nada más lejos de la realidad, pues aquel que la recibió de su regreso a la realidad, era Aiden Richards. —Se que eres Girl Power, pero ¿cómo te llamas en verdad?
—¡Aléjate de mi!— gritaba Girl Power, mientras pegaba con violencia su espalda contra la pared y veía a su "captor" —¡Me secuestraste! ¡Tú...! ¡tú...!
—Deberías calmarte, estas un poco estresada y...— pero Aiden no pudo terminar de "calmar" a su visitante de otra tierra, pues en una reacción de tenor y serenidad, esta le interrumpió
—¿Estresada?— pregunto con una agitada calma Girl Power, mientras forcejeaba para romper las rojizas redes que mantenían unidas sus muñecas —¡Me secuestraste, mocoso!
—¿Mocoso?— pregunto Aiden tras contener una pequeña carcajada —Qué tenemos ¿cuatro años?
—Y técnicamente no fue secuestro— añadió Mitch, estando sentado en las escaleras qué llevaban del sótano hacia el resto de la casa; Kamala dio un brinco —, en verdad te salvamos, a tu amigo radioactivo se lo llevaron a una prisión especial...
—¿Nuke?— susurro nerviosa Girl Power —. Oh no, esto es malo, esto es malo...— susurro tras estirar la letra "a" con preocupación
—Sep, viviste nuestro sueño con Kablamoo y te dejo inconsciente— declaró Aiden con una sonrisa tras recordar como es que habían sacado de combate a Girl Power —, cuando vimos a donde iban a llevarse a ese Nuke, te trajimos aquí. De nada.— finalizó con una pequeña sonrisa de cachete a cachete
—¿D-Donde es aquí?— pregunto nerviosa Girl Power, tras dar un vistazo a su alrededor, cayendo en cuenta de que no era en realidad un cuarto bastante sucio, sino un sótano —¿D-De nada? ¿Por traerme a un sótano y encadenarme con telarañas?
—Es un lugar super sec...— pero Mitch se vio interrumpido por Sadie, hermanastra de Aiden y quien venía bajando las escaleras
—El sótano-cuarto-base de Mitch— bromeó Sadie, tras dar un par de palmadas al rostro de su rubio amigo y seguir su camino hacia el sótano —¿Y tú que haces, exactamente?
—Por ahora nada, le quite las pulseras y su diadema, es tan humana como, bueno— explico Aiden, frenandose por unos segundos al ver que no podía hacer la comparativa con ninguno de los presentes
—¿Un humano normal?— entro al rescate Mitch, llevándose una confudida mirara de Kamala
—¿¡Mis...!?— fue entonces que Kamala se percato de que en efecto, su cabeza y muñecas carecían de artefactos utopianos —¿¡Donde están!? ¿¡Cómo supiste que eran la fuente de mi pod...!?— pero un repentino dolor le llego a la cabeza apenas se vio más calmada, intentando frotar su dolencia en la cabeza con ambas manos
—Si... bueno— intento explicar Aiden, apenado y mientras se rascaba la cabeza —. Te las quite, te puse mi chaqueta y mientras te traía a aquí te golpeé sin querer, así descubrí que esas cosas te dan tu poder— se disculpo mientras se giraba hacia Girl Power y agachaba la mirada, evitando verla a los ojos —. P-Perdón por el golpe, dicho sea de paso.
—Me secuestraron— inicio Kamala, quitándose el antifaz con dificultad y mirando hacia aquellos a su alrededor —, me ataron, estoy en otra tierra, en otra versión de New Troy, y con dolor de cabeza— Kamala, entre un pequeño puchero no muy notorio bufo, con una mezcla de molestia e impotencia —¿Cuál y como crees que debería perdonarla?
—Uno esperaría que todas— intervino Mitch, en aras de alivianar la tensión
—Aiden, ya faltamos a la escuela— intervino esta vez Sadie, con una ruda pose que, debido a los impacientes pisotones que daba con su pie, dejaba ver una escondida preocupación, aderezada con temor —, y la cena mensual con tú mamá es hoy ¿La noqueo o algo?
—¿Noquearme?— pregunto Kamala, mirando hacia a los ojos de sus captores en búsqueda de alguna clemencia
—Oye, oye— pregunto Mitch, con las manos en alto y acercándose a los hermanos —¿No te parece algo drástico? ¿Por que no solo dejarla aquí?
—Claro Mitch, luego explícale a tu papá por que hay una chica árabe encadenada con telarañas en tu sótano— contestó Sadie mientras reanudaba su nervioso andar alrededor del cuarto
—De hecho soy pakistaní— corrigió Kamala, tras ver apenada a Sadie
—Perdona— se disculpo con auténtico pesar Sadie, justo antes de volver al tema —, pero a eso me refiero Mitch, eso solo metería a tu papá en más problemas siendo veterano de guerra...
—¿Cuál es tu gomita favorita?— inicio Aiden, logrando hacer que Kamala le mirara confudida y su hermanastra suspirara
—Dios. Aquí va otra vez...— declaró Sadie con una sonrisa, y entre un suspiro
—¿Mi que?— pregunto Kamala, mientras veía a Aiden verla finalmente a los ojos
—Tu gomita favorita— inicio de nuevo Aiden, mientras sacaba un pequeño filo de su dedo índice para cortar la red; Kamala sintió tanta curiosidad como una tenue repulse—, todo el mundo ama los ositos de goma, pero pocos saben que hay variantes por las que vale la pena hacer un esfuerzo, como los osutos de goma de frutos rojos
—¿Los que son de un color más intenso y rechonchos?— expreso Kamala, estirando las manos para hacer que Aiden cortara su amarre; Sadie y Mitch en verdad parecían intrigados de tal química
—Exacto— explico con alegría Aiden y mientras tomaba una gomita, del tipo ya mensionado, y la colocaba en la mano de Kamala, justo antes de deslizar su dedo sin separarlo de la palma—, parece que sabes de que son, pero cuando los pones a prueba ¡Boom!— exclamó Aiden, imitando el sonido de una explosión y la onda expansiva con las manos —. Te sorprenden je..
—¿De verdad es una buena idea?— pregunto Sadie, viendo venir las intenciones de su hermano
—Salvo personas aunque literalmente estaba rodeada de enemigos, y algunos iban a tratar de matarla— expresos con calma Aiden, sin girarse hacia su hermana, peri sabiendo entregado el mensaje —, por ahora no tiene a donde ir o que hacer para ir por su Squadron Supreme, y sin su joyeria es humana.
—No creo que le quede mi ropa— señaló Sadie, mientras se acercaba a ambos y veía de pies a cabeza a Kamala; una sonrisa de duda le surgió —. No es por ofender...
—Puedo prestarle alguna de mi hermana, no estará en casa hasta fin de mes— interrumpió con una sonrisa Mitch, dándose la vuelta y empezando su búsqueda sin siquiera ver la respuesta de los presentes
—Te acompaño, no tienes idea de nada para moda de chicas— añadió Sadie, entre un suspiro de molestia y tirándose hacia Mitch, dirigiéndose hacia las escaleras
—La chaqueta quedatela, es de tus colores, Girl Power— Aiden señaló hacia aquella chaqueta de azul y negro, con detalles en dorado, que se mantenía cuidadosamente doblada en el suelo había servido como almohada para Kamala —. Soy Aiden Richards, mucho gusto.
—Kamala Khan...— se presentó finalmente Kamala, tomando la mano de Aiden con una clara pena y nerviosismo, terminando ambos por estrechar sus manos y verse con una sonrisa; si bien la sonrisa de Kamala era algo nerviosa y dudosa, la de Aiden contrastaba al ser una más alegre y segura.
—Tierra 710 - Squadron City.
En aquella ciudad capital para el Squadron Supreme y sus derivados, los miembros del Squadron cuyos discípulos habían tenido que ver en el suceso de San Francisco se encargaban de lidiar con ellos y hacerles conscientes de tales consecuencias más allá de las más notorias, la desaparición de dos héroes y el daño a San Francisco. En la torre principal, en el compartido departamento de Hyperion y Power Princess, y sobre aquella quien sufría el puño de la disciplina, Ultragirl le hacía frente, o se encontraba de frente mejor dicho, a dos de los tres miembros líderes de los héroes en este mundo. Por más fuerte que gritara Hyperion, y más fieros comentarios que le lanzara Power Princess, Ultragirl parecía casi estar sorda y ciega, no escuchando más que el mundo más allá de los cuatro muros en los cuales se encontraba recluida; sin duda, la mezcla de linajes, debido a la clonacion, habia resultado en un firme carácter.
—¿¡A caso crees que es un chiste, Susanna!?— pregunto de un grito Hyperion, al ver ida a su aprendiz e ignorante a sus regaños
—L-Lo siento— se disculpo Ultragirl, volviendo en si y mirando con pesar a ambos héroes
—¿Lo siento?— pregunto Power Princess, dando pesados pasos hacia ella—¿¡Lo siento!? ¿¡Es todo lo que tienes que decir por lo que hiciste, Ultragirl!?— continuó entre gritos que incluso lograban sorprender a Hyperion —Tus actos al recrear la maquina ¡No llevaron a más que problemas!
—A-Acepto las consecuencias de todo esto, no mi equipo— sentenció con seguridad Ultragirl, pero con los ojos cerrados y los puños fuertemente cerrados
—Consecuencias...— declaró Hyperion, entre un burlon bufido —¿Consecuencias? Gracias a ti, los Retaliators destruyeron parte de San Francisco y asesinaron a otro más de los nuestros, Lasher se quedo sin...
—Sin contar con el secuestro de Albert y Kamala— interrumpió de golpe Power Princess, cortando de golpe el regaño de Hyperion y remplazandolo con el suyo —. Tal vez Nuke pueda causar problemas y escapar ¿Pero Kamala? ¿De verdad crees que ella sobrevivirá allá sola?
—Si Nuke esta ahí, seguro tratará de mantenerla a salvo, es un héroe— contestó tajante Ultragirl, evitando mirar a la imponente pareja heroica
—¿Eso crees?— preguntó con una creciente rabia Power Princess —. Que bueno que estés tan segura de que todo te saldrá bien, niña— cual pulal, su mirada clavaba fija en Ultragirl, al menos antes de rodar con molestia la mirada y contestar con sarcasmo —, sin duda eres digna de ese traje.
—¿Te preocupa lo que paso por que construí la maquina?— pregunto Ultragirl, poniéndose de pie y, aun con todo y la diferencia de estatura, plantarse retadora frente a Power Princess —¿O por que tu querida aprendiz se quedo allá?
Hyperion podía escucharlo, su presión arterial parecía subir de un instante a otro tras aquella pregunta de parte de Ultragirl; pudo ver venir un golpe incontenido de Power Princess hacia la rubia, pero de un modo impredecible para él, su pareja, esto no sucedió, y solo una agitada y furiosa respiración se hizo presente en forma de bufidos que en algún otro momento, o con alguna otra persona, habría antecedido un golpe tan fuerte que la habría hecho atravesar el muro, pero hoy no, o al menos no con Ultragirl.
—Espero que estés bien contigo misma, niña— fue lo único que salio de la boca de la utopiana, viéndose sorprendido ambos eternos —. Tú estupidez casi devasta una ciudad y mata a tus amigos— añadió, dándole la espalda a Ultragirl —. Para alguien que dice buscar la protección de sus amigos, no ha hecho más que lastimarlos.
—Vete de aquí, Tsu-Zana— ordenó Hyperion con molestia en su voz y mientras tallaba sus ojos con una mano y con la otra tomaba a Power Princess del hombro —. Ya hablaré contigo en privado.— finalizó entre un fuerte suspiro de fastidio —¿Cómo es que siquiera conseguiste la tecnología y herramientas para armar esa maldita máquina?
—Me llamaste Tsu-zana— susurro Ultragirl, mientras sus ojos se aguaban y un entrecortado suspiro escapaba de su boca, quebrandose como algo en ella al oír por primera vez a su mentor, llamarla por su nombre de experimento
—¿Qué?— pregunto Hyperion, evitando responder, y cayendo en cuenta de lo que había dicho
—¡No desvíes el tema, Susanna!— "regaño" Power Princess, mientras volvía la mirada hacia Ultragirl y tomaba el brazo de Hyperion desde atrás, en aras de una especie de apoyo —. La tecnología y maquinaria ¿¡De donde salio!?— pero esta vez, aun con los ojos llorosos, Ultragirl solo calló, no pudo soltar palabra alguna qué fuera respuesta para ambos
—¡Susanna!— grito Hyperion, haciendo volver en si a su aprendiz, quien solo ahogo un pequeño quejido entre sus palabras y las dejo salir
—De d-donde vine yo— contestó finalmente Ultragirl, justo antes de simplemente girarse y salir en una estela borrosa color naranja, debido a su super velocidad de eterna, dejando a ambos héroes solos en aquella habitación; pero Susanna no salio de Squadron City, ni siquiera salio del edifico central, ella solo se quedó fuera del pasillo, pegada al muro y viendo estática al vacío, viendo sus ojos con la suficiente cantidad de agua como para ser estas lagrimas; fue aquí cuando, entre un suspiro, llevo la prenda de su antebrazo hasta sus ojos y arrancando las lágrimas de su rostro con furia y repulsión, respirando enojada justo antes de finalmente salir del edificio y dirigirse hacia los hogares temporales que ahora servían para darles refugio temporal a los miembros del Young Squadron.
—No creerás que...— retomo Power Princess, entre un suspiro abundante de pesar y mientras posaba ambas manos sobre el pecho de Hyperion
—Burbank— contestó lleno de furia Hyperion; el simple hecho de mencionar el apellido de su mayor archienemigo en relación a un tema en el que también venía al caso Susanna, hacia hervir su sangre —, ese maldito la manipulo...
—¿Qué harás?— pregunto Power Princess, con un tenue temor al ver tal furia en el rostro de su amado; el fruncir de sus gestos poco antes de relajarse entre un largo suspiro logro calmarla
—Iré a charlar con nuestro viejo amigo— declaró con más calma Hyperion, sonriendole amargamente y mientras se acercaba para tomar su mano —¿Iras a ver a los familiares de Kamala?
—Si, ellos deberían saber que le paso y en donde esta— confesó con pesar Power Princess, finalmente perdiendo aquella pose tan a la defensiva y acercándose a su pareja
—Ya, ya— inicio tras abrazarla con fuerza y lograr reconfortarla en aquel momento de debilidad —La vamos a encontrar y traer de vuelta, Zarda, lo prometo...
—Monte Rushmore - Dakota del Sur.
El monumento a los presidentes de los Estados Unidos de América con las famosas cuatro caras presidenciales era una muestra de la gloria histórica del país "demócrata" en comunión con la naturaleza del bosque y montañas a su alrededor; parque nacional, punto turístico y maravilla de conocimiento mundial al ojo publico, era la base perfecta para quien Hyperion buscaba. Únicamente un borrón de color rojo y amarillo se vio en el cielo, volando a toda velocidad hasta que aterrizo en el mencionado Monte Rushmore; los turistas vieron impresionados, tomando fotografías y maravillandose de la presencia del hombre del mañana ahí, en la que quizás era una de sus salidas vacacionales. Hyperion, tras aterrizar en un punto no accesible para los civiles, avanzo lentamente con el ceño fruncido hasta llegar a una pequeña cueva, no tan antiguamente esculpida como el resto del lugar turístico, pero con unas llamativas puertas metálicas al final de esta misma. "Laboratorio 13 bio-armamental de los Estados Unidos" leyó Hyperion en sus puertas y con una bandera estadounidense ondeando en la cima de aquella puerta, aunque con los colores ya opacos.
En uso de su visión de rayos x, Hyperion noto que era de una aleación de metales no tan común, resistente si, pero no era ni cercana a la mezcla qué usaban los gobiernos del mundo en sus estructuras super secretas; no era vibranium, no era adamantium, era algo más, algo que parecía hecho para no solo dar la impresión de ser externo al gobierno, sino directamente hecho para engañar a los ojos no tan finos como los del eterno.
—¡Burbank!— clamó furioso Hyperion al aire, tomando cada mitad de las puertas con ambas manos y tirando de estas, destrozandolas lentamente hasta arrancarlas y pasar
Hyperion las lanzó hacia el suelo como si no fueran nada más que basura, entrando así al lugar y siguiendo un largo pasillo de roca y sueño de metal, hasta llegar a un enorme laboratorio, en el cual, su más grande nemesis le esperaba indiferente.
—¿No te bastaba con tocar, Hyperion?— clamó aquel autonombrado el hombre más inteligente del mundo: Emil Burbank, alias Master Menace; el villano solo caminaba hacia Hyperion entre un notorio y metálico pisar, mostrándose, de algún increíble modo, imponente incluso con el propio Hyperion ahí —. No te he atacado con mis armas de argonita. Deberias saber que...
—¿¡Como te atreves...!?— pregunto de golpe Hyperion, tras moverse a gran velocidad y dar un fuerte empujón a Master Menace, derribandolo ante tal inesperado actuar y haciendo que se estrellara contra su silla metálica al medio de la sala
—Pero cuanta violencia— inicio burlon, mientras se ponía de pie al recargarse sobre su silla —¿que hice exactamente esta vez?
—¡...a darle tecnología de viaje multiversal, a Ultragirl y el Young Squadron!— expreso entre un fuerte grito Hyperion, ignorando las anteriores palabras de Master Menace
—Ah, eso— expreso el científico, casi como si fuera el acto más cotidiano de un familiar caprichoso para con la joven, que en este caso era Susanna
—¿¡Ah, eso!?— Hyperion incrédulo solo miro al villano llevarse las manos a la cabeza, en búsqueda de quitarse el casco —¿¡Es todo lo que tienes que decir después de aprovecharte de la pena de Susanna!?
—Siendo justos, Hyperion— inicio Master Menace, mientras se quitaba mechones de cabello del rostro y deslizaba su otra mano sobre su rojiza barba, sonriendo con gusto en la incertidumbre del eterno —, no me aproveche de nada, ella quería tecnología y yo se la di.
—¿A cambio de que?— pregunto de golpe Hyperion, mirando furico a Master Menace —¿Información? ¿¡Ganarte su confianza!? ¿¡Destruirla a ella y su equipo!?
—Simplemente capricho, si es que buscas algo negativo— declaró sin interés —. Si vamos a lo real, solo quería un gesto para, por más escabroso que te pueda sonar, mi hija.
—Ella no es tú hija, Burbank— contestó indignado Hyperion, y echando un vistazo a las pantallas al frente de la silla de Master Menace
—Claro, por que es la tuya ¿No?— pregunto Master Menace, presionando varios botones hasta que un estante de cristal cilindrico emergió de su escritorio, dejando ver botellas de distintos tipos de bebidas alcohólicas en su interior
—No vas a hacer que la culpa nuble mi juicio, Emil— más esta discusión parecía inclinarse hacia Master Menace y no hacia Hyperion, pues el hombre de acero ya había mencionado el primer nombre del villano —¡Habla!
—Por favor, si hubiera sido Nighthawk, estoy más que seguro que hasta le habrías hecho un baby shower a Suzy— contestó burlon Master Menace, importandole poco las provocaciones de su heroico rival y dando un trago al whisky que se acababa de servir
—¡No la llames así!— clamó de un grito Hyperion, dando un golpe a la silla de Master Menace, destrozandola y haciendo que volará un par de metros lejos de ellos —¿¡Por que lo hiciste!?
—No quieras hablarme de la culpa y los hijos, Marcus, por que estarías disparandote en el pie y lo sabes— contestó Master Menace, finalmente perdiendo en parte su paciencia y alzando la voz; Hyperion tras esta respuesta, solo dio un par de pasos hacia atrás, tragando saliva y viendo fijamente a su rival —. Así como cuando te ayude con Weapon H en Cosmopolis ¿Recuerdas? ¿Ese monstruo que casi te mata?
—De verdad quieres que crea, que de algún retorcido modo ayudaste a Susanna y su equipo con la maquina ¿Por que la consideras tu hija?— contestó Hyperion, con marcadas dudas ante cualquier palabra que saliera de la boca de Burbank
—Puede que te suene increíble y hasta en parte repugnante, pero es mi hija y también tuya, de probeta si, pero lo es, y quería ayudarla con la culpa de perder al amor de su vida— confesó con más calma Master Menace, girandose hacia las pantallas a sus espaldas; en estas se veían a algunos de los múltiples enemigos del Squadron Supreme, con uno que otro mapa de puntos importantes en distintas ciudades
—¿En serio?— pregunto incrédulo Hyperion, viendo con rabia a Master Menace —¿Dices que por una vez no fuiste egoísta solo por que lamentas que Susanna perdiera a su amado?
—Exactamente— confesó calmado Master Menace, ya no dándole la menor importancia a su rival, únicamente meneando los hielos en su whisky y viendo a las pantallas —. Conocimientos y desarrollo físico y emocional, ese muchacho era el único amor que había experimentado
—Ella merecía eso aunque sea, Marcus— confesó Master Menace, con un tono calmado y hasta pesaroso
—Si vuelves a entrometerte en su vida, y poner en riesgo a sus amigos— inicio Hyperion entre un suspiro pesado y una mirada fija en Master Menace, encendiendo sus ojos en su visión nuclear a forma de amenaza —, voy a volver...
—¿Sin placa?— contestó en burla Master Menace, intentando hacer rabiar a su rival en su típico actuar narcisista; de un momento a otro, Master Menace entro en una especie de apagado nerviosismo y hablo —. Los Retaliators, Hyperion ¿Qué tan peligrosos son?
Hyperion lo noto en su voz y hasta en su pulso, la pregunta de su archienemigo era auténtica, de verdad tenia interés en el riesgo que los Retaliators y sus aliados representarán para su universo. Hyperion, devolviendo con guante blanco el golpe, solo bufo y se dio la vuelta, justo antes de irse en vuelo a toda velocidad del lugar, dejando solo en su base a Master Menace.
—Así de mal ¿eh?— pregunto al aire Master Menace tras encontrarse solo, consciente de que quizás Hyperion aun lo escuchaba
Master Menace solo sonrió y presiono un botón, evocando a un pesado rechinar metálico cuyo mecanismo simplemente abrió los muros unos centímetros más adentro de donde estaban las puertas qué Hyperion había destruido, dejando salir otro par de puertas metálicas que se cerraron lentamente, esta vez de una metálica coloración debida a su aleación de adamantium y argonita; tras cerrarse las puertas, el lugar quedo en la oscuridad, viéndose Master Menace únicamente iluminado por la luz de sus pantallas mientrad las luces automáticas del lugar se iban encendiendo y, tras presionar otro botón más, las imágenes en las pantallas cambiaron; ahora en estas había distintas fotografías y grabaciones de lo sucedido en San Francisco tras la última visita de los Retaliators.
—Tierra 8 - El Arca, costas de New York.
El Arca, una prisión ubicada en una isla artificial más allá de las costas de New York y que se internaba en lo profundo del océano, era la actual residencia de Nuke, quien tras un corto rato de pelea, no pudo dar pelea a las fuerzas unidas de los Retaliators, Lightning Strikes, la Future Family, Crusaders y múltiples héroes individuales que acudieron a dicha batalla con el temor de otra incursión del Squadron Supreme; aunque la situación fue técnicamente el caso, basto con menos de una hora y menos de la mitad del esfuerzo de los Retaliators lidiando contra el Squadron Supreme, para lidiar con Nuke. En una de las celdas de contención edificadas para criaturas como Behemoth o Dead Red, e incluso con una resistencia para aquellos con mayor poder del equipo como Major Max o, cuando aún vivía, Wundajin, Nuke yacía contenido fuertemente no solo con las medidas comunes para los villanos en Angor, sino con incluso un traje de contención y monitoreado veinticuatro horas por prácticamente todo el personal y los héroes que ocasionalmente tomen rondas en la prisión.
—¿Seguro que eso lo contendrá?— pregunto nervioso el director de A.R.G.U.S, Bruce Wayne, mientras veía como es que un domo de energía pura se generaba desde el suelo hasta el techo, envolviendo al ahora trajeado de verde
—Claro— contestó Frank Future con una increíble, pero serena, seguridad mientras terminaba de teclear comandos como últimos detalles para la contención de Nuke —¿Por?
—El maldito mato a un par del Lightning Strikes— intervino Major Max, llegando a brazos cruzados y en compañía de American Crusader y Red Dragon
—Quizás era nuestro cansancio, quizás era muy poderoso en verdad— inicio American Crusader, mientras veía con aires de desprecio a su enemigo cautivo —, pero costo encerrarlo, y más vale que se quede aquí por un tiempo.
—O de por vida— contestó tajante Bruce, girandose hacia los tres héroes —. Angor dormiría tranquilo, si así fuera.
—Si, usarlo de garantía de que no vendrán de nuevo— añadió Major Max, entre un pesado exhalar
—O enviarlo en partes como otra advertencia— finalizó Red Dragon, sin importarle, o siquiera notar la presencia de los demás; todo esto mientras tomaba con una fría nostalgia en sus ojos, un collar en forma de arco que tenía en el cuello
—Quizás— inicio de nuevo Bruce, retomando el tema hacia la situación de Nuke, en especifico —deberíamos montar guardia mientras decidimos que hacer con este loco y sus amigos...
—¿Podrías quedarte hoy, Iman?— pregunto Bruce, dándole a su una vez soldado, aquella mirada autoritaria que volvía las palabras más una orden que petición
—Y-Yo eh...— Major Max no supo que responder, no era cualquier día en el que podía dejar todo de lado, era esa noche
—Tiene un asunto pendiente en casa, con Jenna y los chicos— no hizo falta que ella respondiera, American Crusader rápidamente salto al rescate —¿Verdad?
—S-Si, Ladybug me mataría si no paso por la comida— y con esto, un pequeño y desesperado deseo por revisar su teléfono se hizo presente en ella: Jenna no había dicho que pidió para cenar —, carajo, hablando de ello creo que Jen no...
—¡Siguiente!— clamó al aire Bruce, girando hacia American Crusader —¿Crus? ¿Podrías montar guardia esta noche?
—Claro, solo iré a ver a un prisionero y volveré a aquí enseguida— respondió tajante American Crusader, con un nervioso hablar y repentino meneo corporal
—¿Cómo vamos a lidiar con la chica?— pregunto Red Dragon, sin apartar la mirada de un esquema en el muro que mostraba a los héroes conocidos hasta el momento de tierra 710
—¿Cuál chica?— pregunto Major Max, viendo hacia él muro con todas las fotografías
—Estará escondida por ahí, esa niña o es una espía, o esta atrapada y bien escondida, nadie la vio irse— expreso con frialdad y seguridad Bruce, mostrando múltiples grabaciones de Girl Power en las cámaras de las calles y la torre de los Retaliators —, es lista, debe estar en alguna cloaca o un barrio bajo, no importa que tan bien lo haga, la vamos a sacar de ahí y meter en una celda.
—Queens - Departamento Richards.
Kamala fue la segunda en entrar al hogar de Aiden y su madre, tras dejar pasar primero a Sadie y ver a Aiden sonreirle con cordialidad; todo esto para finalmente entrar Aiden y Mitch tras estas, cerrando la puerta y respirando aliviadoa de haber llegado, pero aun algo nerviosos de ver pronto el atardecer, y con ello la llegada de Jenna e Iman a casa para la cena mensual. Era un apartamento grande, o así lucia al no tener una basta cantidad de muebles; un par de sillones en la sala frente a un televisor puesto sobre un mueble con múltiples cajones, seguramente llenos de películas o cualquier tipo de curiosidades que una familia de madre e hijo tuviera. Algunas fotografías colgaban, aunque mayormente eran de Aiden con alguno de sus dos padres, por separado y con distintas edades; las más llamativas, estaban puestas en forma desalineada sobre la televisión; al costado izquierdo, estaba una fotografía de una Ladybug, sin máscara y con un bebé Aiden en un canguro frente a su pecho, esta última encontrandose sujeta de la cadera por una rubia envuelta en un aura carmesí, un claro retrato de ella y Major Max, en sus épocas previas a tal título; a la derecha, una fotografía de un ya más crecido Aiden, seguramente rondando los diez años, junto a un hombre castaño y con alegre expresión, vestido con un chaleco color mostaza y corbata de dorado tono beige, sujetando firmemente a su hijo y mientras la cartelera del cine a sus espaldas se leía: La Batalla de Panthatar. La última fotografía al centro, era una que llenó de calidez a Kamala, pues era una fotografía de Aiden y Sadie, cada uno con su respectiva madre y el padre de ambos al medio, en lo que parecía ser un parque de atracciones con el nombre: Asteroid City.
—¿La batalla de Panthatar?— leyó intrigada entre un susurro Kamala, justo antes de ser jalada del brazo por Aiden y llevada hacia las habitaciones
—Vamos, no tenemos mucho tiempo— declaró Aiden, mientras hacía señas a su hermana y amigo, a lo que estos asintieron y rápidamente tomaron posiciones alerta: Sadie sentó en el sofá y adoptó una postura en la cuál veía de frente a la puerta, mientras que Mitch solo se acercaba las ventanas, en lo que sería una ronda de vigilancia por si la que llegaba no era Jenna Richards, sino Ladybug —, vamos Kamala.
—¡Espera! ¿¡Qué es Asteroid City!?— pregunto entre gritos y mientras luchaba por quedarse en la sala —¡Quiero ir!
—El plan, es darte algo de ropa, la cual ya tenemos gracias a Mitch— decía Aiden, abriendo la puerta de su habitación y dejando pasar a la joven, quien rápidamente se vio intimidada ante tal lugar —, y buscar algún lugar en el que te puedas quedar, de preferencia no el sótano de Mitch.
—¿Y por que me traes a tu cuarto para decirme eso?— pregunto Kamala, evitando ver con mucha atención a Aiden o si arduo recoger de calcetines y, aun más apenante para ella, calzoncillos —¿N-No bastaba en la sala?
—Mamá o Iman podrían llegar, y no quiero que te vean aquí, podrían atacarte o peor— expreso con nerviosismo Aiden, buscando agilmente entre las cosas y compartimientos de su habitación —, ver que traje a una chica a casa cuando no estaban.
—Pero si están tú hermana y mejor amigo aquí...— inicio Kamala, algo apenada y mientras miraba hacia el muro, frotando incómoda su brazo —No crees que sería muy descarado tú sabes, ¿hacer... lo?
—Jumm...— contestó pensativo el pelinegro, poco antes de caer en la realidad —A decir verdad no lo pensé así, supongo que puedes salir y esperar mientras busco algo de dinero y...
—¡No, no!— se escucho el grito de Mitch, fuera de la habitación y entre pezados pasos sobre la tejuela del departamento
—¡No! ¡S-Señora Richards!— pedía de un grito Sadie, alertando de sobremanera a ambos jóvenes y obligandoles a mirar hacia la puerta, misma que se abría lentamente
—All yours, babooshka, babo— cantaba Jenna, quien entraba con los audífonos puestos y una cesta de ropa recién lavada; casi suelta un grito apenas vio a su hijo y Kamala en el lugar, no esperando ver a nadie en la casa a esta hora —¿Aiden, que caraj..?
Jenna, al contrario de como Kamala la había conocido, no sólo se veía menos fiera y amenazante sin su traje, sino que daba un aire tan relajado como tenso, seguro por su trabajo; aquel detalle que más llamo la atención de Kamala, cuando lo pensó después claro, fue el hecho de que aunque la mujer parecía recién haber lavado ropa, tenía puesta una chaqueta militar y hasta condecorada de opaco rojizo y las mangas remangadas y una pequeña placa con el grabado de: I. Virgoletti.
—¡No es lo que cree!— grito Sadie, llegando hasta un lado de Jenna y haciendo que diera un brinco, dejando caer la cesta de ropa
—Mamá, esto tiene una perfecta explicación no sexual— explico Aiden a voz más que alta, rosando el volumen de un grito; Kamala simplemente se sonrojo ante el pensamiento
—¿Llegaron todos temprano para darme un infarto?— pregunto con molestia Jenna tras tal susto, y mientras era apoyada por los cuatro jóvenes con la ropa —¿Quién eres niña? Tú eres nueva— pregunto de nuevo, esta vez logrando intimidar a Kamala, quien solo podía ver que detrás de ese rostro de madre soltera en sus treintas, se ocultaba Ladybug, viéndola a ojos entrecerrados, en especial por la siguiente pregunta —¿Te he visto antes?
—Yo soy, emm...— pero las palabras no salían de la boca de la joven, quien se lleno de terror ante los mil y un escenarios en su cabeza ahora mismo —K-Kamala...
—¿Kamala?— remarcó dudosa Jenna, viendo de pies a cabeza a Kamala y notando con una pequeña sonrisa picarona que llevaba puesta la chaqueta de su hijo
—Si, Kamala Kang, es de Jersey y es recién llegada a la escuela— expresó Sadie con una sonrisa y mientras buscaba seguir con aquel teatro
—Khan— corrigió molesta Kamala, aunque soltando una nerviosa risita al girarse hacia Jenna, que la miraba fijamente
—Pensamos que sería bueno empezar a llevarla con nosotros más allá de la escuela, tú sabes— intentaba explicar Aiden, aun nervioso, pero intentando que a su vez, esto se diluiera con la aparente situación que su madre creía haber interrumpido
—Y que mejor que la siempre acogedora y calida cena mensual de los Richards— agrego Sadie, alzando la mano y fingiendo tocar el silbato de un tren
—S-Si, o si, me han contado mucho de esas comidas mensuales, dicen que son muy cool y fam... iliares... je— expreso torpemente Kamala, mientras miraba sobre su espalda a Aiden, buscando algún escape de tal situación
—Dime algo, Kamala Khan— inicio con seguridad Jenna, viendo rijanme te a la joven —¿Por que vas desde Jersey hasta Queens, niña?— continuó, logrando de verdad acorralar a los jóvenes —. Con todo y el horror que el transporte público.
—S-Si bueno, eso que...— pero antes de que Aiden contestara, esto escalo un poco más
—La echaron de casa— contestó al aire Mitch, llevándose la atención de los presentes, justo antes de guardar silencio ante las miradas regañonas de Aiden, Sadie e incluso Kamala
—¿Te echaron de casa tus padres?— pregunto incrédula Jenna, viendo por inercia a su hijo e hijastra
—Si y veníamos por algo de dinero para el lugar donde estaba hospedando también— rescato rápidamente Aiden, compartiendo una mirada cómplice con Kamala
—Y yo nací ayer, vete a lavar las manos niño, ya hablaremos de las cosas buenas que parecen malas, ahora, Kamala — expreso tajante Jenna, jalando a su hijo hacia fuera del cuarto y viendo atenta a Kamala —¿Te gusta el espagueti a la boloñesa? ¿Niña?— pregunto finalmente Jenna, entre un suspiro que mostraba una mezcla de molestia, intriga y pena.
—Tierra 710 - Squadron City.
La noche llego para engullir a Squadron City, manteniendo todo con calma más allá de la que se generaba al salir algún héroe en una misión o el típico ruido se la ciudad, maquinaria y lejanas charlas. En los hogares temporales, o fijos para los miembros más aislados del mundo o con riesgo a ellos y sus familias, residía Susanna, viendo al vacío en la oscuridad mientras bebía un vaso de whisky, parte del surtido general de los refrigeradores y alacenas para estas casas, esperando que hiciera efecto y por algún momento le hiciera ver de nuevo a Noh-Varr, o simplemente alejara todo, pero su fisionomía, por más que fuera medio eterna, no dejaba que el alcohol hiciera su trabajo, únicamente quedándose con aquel amargo sabor en la boca; aunado a una rabia que, por alguna razón se hacía presente con el alcohol, por más que este no le hiciera efecto. Esta sensación se vio interrumpida cuando la puerta fue tocada y rápidamente, Susanna se vio obligada a dirigirse hacia la puerta, encendiendo la luz y entrecerrando los ojos ante la cegadora luz apagando la oscuridad.
—El Squadron Supreme dijo— era Ramón, Lasher, y el resto de su equipo aunque todos con sus atuendos de civiles —que no harán nada hasta tener una táctica fulminante— contestó indignado y espectante a los gestos de su amiga y líder; Susanna solo frunció el ceño y miro al vacío con rabia —Y bien jefa ¿Qué sigue?— esto la tomo por sorpresa, e hizo que mirara incrédula a sus compañeros
—¿Y como traemos de vuelta a Kamala?— pregunto Sam, con un rápido hablar y una gran preocupación en su rostro; ante este movimiento de parte del Young Squadron, Susanna se recargo sobre el marco de la puerta y sonrió con malicia.
—Tierra 8 - El Arca.
Por los pasillos del Arca, imponente, avanzaba American Crusader en dirección a las celdas reservadas para aquellos más fieros villanos, incluso aquellos que deberían ser intocables como el soberano de Kravia; pasando junto a celdas de sus villanos anteriormente derrotados y capturados, en solitario y en compañía de los Retaliators y otros equipos. Cuando finalmente llego a la celda razón de su destino, una bien cuidada celda por todo tipo de agentes de A.R.G.U.S con todo tipo de armas y armaduras modernas; entre una cordial reverencia, comenzaron aquel arduo trabajo para abrir la puerta y dejar que American Crusader entrará a ver al prisionero en cuestión, cuya celda carecía de micronofonos, petición de American Crusader en aras de evitar sobornos, y tenía a la vez todo tipo inhibidores.
—Hola...— saludo el hombre a quien le daba visita el Crusader: White Skull.
—...padre.
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