Aún cuando se supone debían estar disfrutando el cumpleaños de Quackity, había dos castaños que no olvidaban que otra celebración tenía ese día.
Y claro que aprovecharían la reunión para hacer su broma en grande.

Dejando a los bebés con su abueloier (claro que haciendo que este fuera cuidado por Vegetta y Luzu, que luego no querían que perdiera sin querer a Missa y Tina) empezaron el plan mientras daban la excusa que tenían que ir rápidamente por unas cosas a la antigua habitación de Roier.

Nadie sospechó, todo iba bien.

— Recuerda el plan y si alguien pregunta, la idea nos la dio Fargan.

Ambos soltaron una pequeña risa y el show comenzó.

El sonido de algo caer desde el techo llamó la atención de todos, quienes salían con arma en mano listos para pelear.
Incluso Mariana casi agarraba el sartén de la discada para golpear a alguien.
Lo bueno que Beni lo detuvo o se quedaban sin tragar.

Y lo que encontraron fue a Bobby en el suelo lleno de tierra con una expresión asustada.

— Quería colgar un cartel para mi abu y me caí.— lloró con fuerza negandose a que alguien le revisara.

Roier regreso corriendo actuando como si no supiera nada.
Tenía escondido un pequeño bote de catsup para darle un efecto más realista y si quería el premio mayor, un hueso que le robó a solovino.

—AY MI NIÑO.— estaba a poco de tomarle en brazos y seguir con la broma pero Spreen le ganó.

Ya tenía a Bobby cargando como si fuera un bebé, estaba en modo sobreprotector y gruñendole a todos.

— ¿Ma?— lo miro entre asustado y confundido.

— Tenés que ser más cuidadoso.
Vos naciste de mí, sos una versión mía aún cuando te parezcas más a Ro.
Tenés mi actitud, mis genes.
Eres mi bebé aunque ya te estén saliendo pelos en todos lados.
Y ojalá que en las manos no te salgan porque no podés ser un pajero, no aún, sigues siendo aquel coso número 1 que pari.
Y si pensas que no soy capaz de meterte por donde saliste solo para cuidarte, estás equivocado.

Esto último hizo avergonzar al menor, mientras que los demás miraban la escena con un especie de ternura.
Spreen estaba mostrando un lado amoroso, delicado y a la vez tan... Rubius.

La perfecta combinación de los Rubegetta.

Tenía ese toque lleno de amor y a la vez la bobería que parecía ir calmando la tensión.

— Ay wey— estaba siendo un momento tan bonito que Roier no pudo aguantar las ganas de llorar, iba a limpiarse con la manga de su sudadera cuando el moreno le dió un pañuelo, este se lo pasó por todo el rostro para quitarse las lágrimas, pero pronto escuchó las risas de todos mientras le veían.
Bajó la mirada y vio sus manos manchadas de negro. —¿Qué...?

— ¿Pensás que no sabía que vos tramarias una broma?— soltó con burla aprovechando en tomarle varias fotos. Aquel pañuelo que le había dado fue el que usaron para limpiar el asador para la carne asada.
—Sos tremendo pelotudo por querer hacer que Bobby finja una fractura. Casi les da algo a los viejos con esto.

Le regaño aún con su hijo en brazos.

— Y vos te quedás acá— miro a Bobby quien quería salir corriendo ya sintiendo su castigo — te tendré que cuidar como a tus hermanos y no me hagas ponerte un pañal.

Este solo pudo acurrucarse más entre los brazos de su madre.

Claro, no podían ser los reyes de las bromas siendo que Spreen los conocía perfectamente y sabía que no pasarían este día sin hacer alguna travesura.
¿Cierto?

Aunque la verdad es que Spreen no sabía que había sido un broma al inicio.
Al tener a su hijo en brazos le dió una rápida examinada, ya estaba a poco de llevarle al hospital, pero cuando dejó de llorar y al ver a Roier aguantandose la risa, unió todo.
Solamente actuó como siempre y pudo devolverle la broma a su prometido, poniendo en vergüenza a su hijo en ello.

Instintos de madre, ya saben.
Igual si se niega a aceptarlo en ocasiones.
Siempre será la mami de Bobby.
Y puede que de otros bebés si deciden seguir los pasos de los Luckity.

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Corto pero con amorts.
Os juro que estoy dando todo de mí para estar bien y seguir con ustedes ❤️
Espero les guste uwu