Quackity solo pudo mirar a su alrededor queriendo mantener la calma, traía a una de sus hijas en brazos y no quería que esto se hiciera más grande.

Estaba en casa con todos sus hijos y las nuevas niñeras que el abueloier les presentó. Ya a ese punto sabía que los demás no tardarían en llegar después de asegurarse que Fargan estuviera bien.
No entraría en pánico, esto no le iba a afectar. No permitiría que ese hombre siguiera jodiendole la vida.

¿Por qué tenía que pasar esto?
¿Lo de Sapo Peta no fue suficiente?

Quiso mantener la calma mientras su mirada pasaba hasta el abuelo quien solo estaba en el patio queriendo huir antes que su enfermera le diera sus medicamentos.

¿Tenía que contarle de esto?
No, no podía.
No ahora.
Seguía estando mal del corazón y esas cosas le afectarían.

Pero tampoco podía ocultar la situación.

Lamentablemente las amenazas estaban ahí.

¿Sería capaz de llegar a los extremos por proteger a los que ama?
Claro que sí.

Big Q dejaría en claro que nadie se metía con su familia.
Sin importar el costo.

Suspiro frustrado notando a Luzu llegar encima de un chocobo.
¿Él tenía razón?
¿Se aferró a Luzu por la necesidad de una figura paterna?

Y mientras él pensaba en todo esto, alguien lo veía a lo lejos con una sonrisa burlesca mientras decía;

— Veamos si la manzana no cayó tan lejos del árbol.—