Capítulo 2
Se abrazó a su cintura con fuerza, besándolo una y otra vez. Por más tiempo que pasara, nunca estaría listo para estos momentos en que tenía que dejarlo ir.
JiMin, por su parte, acariciaba su espalda y frotaba su naricita contra la mejilla de su pareja en besitos esquimales.
Sabía que era difícil, serían 6 largos meses después de todo, pero habían hecho un trato y eso era lo que correspondía.
Era momento de ir con su madre.
—¿Por qué no puedo acompañarte está vez? —preguntó el mayor en tono bajo, mirándolo con ojos de cachorro en su último intento por hacerlo cambiar de opinión.
El menor soltó una risa ligera y enternecida antes de plantar un beso en su mejilla y alejarse un poco para verlo a los ojos.
—Sabes que tienes tus responsabilidades, así como yo las mías. Está es una de ellas. Te necesitan aquí, así como mi madre me necesita allá.
El momento se sentía tan íntimo y tan melancólico.
Con esa cercanía aún si apenas se tocaban, hablando de tal manera que solo ellos dos podían oírse, sintiendo sus corazones latir al unísono. Tan perfecto.
A un par de metros, la mayor esperaba paciente a su hijo.
Respetaba esos momentos, ya que era conocedora del sentimiento de añoranza que ambos tendrían en los próximos seis meses. Ella misma lo sufría cuando ese tiempo culminaba, pero siempre estaba a la espera del momento en que pudiera tener a su bebé en sus brazos de nuevo.
—Te extrañaré, te extrañaré muchísimo. —soltó en un suspiro, volviendo a aferrarse a él en un abrazo lleno de sentimientos, sintiendo la calidez de su cuerpo contra el suyo.
—Yo también amor. Te amo, nunca lo dudes.
Y con un último beso de despedida y con toda su fuerza de voluntad de por medio, ambos se separaron, sin alejar la mirada del otro hasta que JiMin finalmente estuvo junto a su progenitora, listo para partir.
Se lanzó a los brazos de su madre en un abrazo lleno de euforia.
Sus sentimientos siempre se encontraban en estos momentos.
Sufría el tener que despedirse de su esposo, pero le emocionaba volver a ver a su madre querida.
Respirando profundo y tomando fuerzas, cruzó por aquella puerta que lo sacaría del Inframundo y lo llevaría al lugar de su niñez.
El viaje siempre le resultaba algo agotador. Lo sentía de alguna manera como un DejaVu de la primera vez que habían llevado a cabo ese acuerdo.
Por otro lado, el pelinegro vio a su flor más preciada partir.
Tan pronto como cruzó aquella puerta sintió el silencio sepulcral comenzar a atormentarlo y llenarlo de ese sentimiento de soledad.
Suspiró resignado a ya no verlo al despertar cada mañana, a no oír su melodiosa risa alegrando sus días, a no reír junto a él de sus ocurrencias o a besarlo tanto por la infinita ternura que le causaba.
Se sentía tan fuera de sí en el lugar al que había pertenecido siempre. Le faltaba su otra mitad y estaba seguro de que nunca podría ser el mismo sin él a su lado.
No sé ustedes pero yo amo mucho a esta parejita 🥺
Quiero aclarar desde ahorita que no tengo intenciones de apegarme a la mitología al escribir está historia, osea que puede que meta personajes, situaciones y cosas que nada que ver o mezcladas con la actualidad pero conste que yo les advertí jaja
De igual manera quiero hacer esta historia de algo muy dulce y divertido
Mi nueva obsesión es el YoonMin esposos ❤️
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