Capítulo 1
Sentado en la tierra, sin importarle ensuciar sus blancos ropajes. Terminó de cortar las flores que había cuidado con tanto esmero en las últimas semanas antes de levantarse y sacudirse un poco.
Sonrío emocionado antes de correr dentro de su casa en busca de su esposo.
Frenó unos pasos antes de llegar a dónde él estaba, regulando su respiración.
Sabía que se llevaría un regaño si YoonGi se enteraba que había estado corriendo dentro de la casa otra vez.
Después de haberse caído ya un par de veces era lógico que el mayor reaccionara de esa manera.
—Y-Yoon... —Habló algo agitado aún.
En cuanto lo vio, YoonGi pensó que por su sonrisa solo podía deducir una de dos cosas.
1.
Había hecho alguna travesura.
O 2.
Había estado en el jardín con sus flores.
El pequeño pelirosa escondía sus brazos tras su espalda, balanceándose ligeramente de un lado a otro en un pequeño acto de impaciencia que hacía cada que quería mostrarle algo.
El mayor cruzó sus brazos sobre su pecho, alzando una ceja a manera de interrogante.
— ¿Qué hiciste ahora, amor? Solo espero que no hayas roto otro de los jarrones de mi madre.
JiMin hizo un puchero a modo de queja ante tal acusación.
¡No era su culpa! ¡Alguna persona tonta lo había puesto ahí justo en el momento en que tropezó!
— ¡Ya me disculpé por eso!, ¡hasta te hice uno nuevo!
—Pues sí, cariño, pero ese era una reliquia. —se quejó al recordar el momento.
—Aish —se estaban desviando del punto inicial —Al parecer ya no quieres que te muestre nada, volveré cuando se te pase este humor de perros que te cargas... —Dio media vuelta para irse a otro lado, pero fue detenido a tan solo unos pasos.
Fue envuelto en un cálido abrazo en el que no pudo resistirse a apegarse al pecho de su pareja y frotarse un poco.
—Solo estoy jugando, cielito~ sabes que antes que cualquier reliquia familiar, estás tú primero. —murmuró, besando repetidas veces su mejilla. —Ahora sí, ¿Me enseñas, lindo?
Pidió mientras seguía repartiendo besos en su rostro.
¡Maldito YoonGi!
¿Cómo sabía que los besitos eran su debilidad?
—Bueno. —suspiro resignado, levantando el ramo frente a ellos. — ¡Mira, ya florecieron! —volvió a hablar con emoción, olvidando por completo su pasada molestia.
YoonGi observó embobado la sonrisa de felicidad en el rostro de su pareja como cada que le hablaba de sus plantas.
—Son casi tan hermosas como tú, mi vida.
Sus palabras hicieron al menor desviar la mirada, sonrojado.
—D-debo ir a ponerlas en un jarrón para que no se sequen. —intentó huir de la situación tan vergonzosa.
Tanto tiempo de estar a su lado, pero nunca se acostumbraría al sentimiento que tenía cada vez que su esposo le hacía un cumplido.
YoonGi, sabiendo todo lo que provocaba en el menor, lo dejó ir.
Ya luego seguiría dándole mimos y palabras lindas, por ahora lo dejaría un ratito en paz.
#1 listo ;)
¡Espero de su apoyo con esta nueva obra!
Si veo que les gusto mucho me asegurare de traer el siguiente pronto!
Besitos
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