Capítulo Décimo Noveno
Resultó que Hoseok era una persona muy sola. Su familia, padres y una hermana mayor vivían en Gwangju, por lo que las personas más cercanas, eran los chicos de BTS, que ahora mismo estaban de mini gira por Japón y algunos compañeros de la agencia. Pero su verdadera familia era Min Yoongi. Vivían juntos y el departamento se sentía demasiado grande, ahora que no estaba. Jungkook, por lo tanto, tomó cartas en el asunto y él no iba a permitir que su hyung de bonita sonrisa, estuviera solo el fin de semana. Por lo que lo tomó de un ala y se lo llevó al departamento de Tae y Jimin. Por supuesto que rápidamente congeniaron, más aún con la promesa de Hobi, de presentarle a los chicos más famosos de Corea, en cuanto volvieran al país.
Jungkook ya les había advertido a sus amigos, que no hicieran preguntas incómodas a su nuevo amigo, pero Hobi, se sintió tan perfectamente acogido y luego de unos cuantos soju, comenzó a relatarles, que había llegado a Seúl porque quería ser bailarín. Sólo su madre lo había apoyado en esa loca idea, pues su padre, un estricto profesor de literatura, se oponía tenazmente. Había empezado como trainee en BigHit, pero con el tiempo se dio cuenta que la vida de idol no era para él y estuvo a punto de renunciar, cuando el coreógrafo principal lo tomó como ayudante. De ahí vino el éxito con BTS y fue por ese tiempo que conoció a Yoongi, que era contratado como un super productor y músico. Hoseok nunca imaginó que se enamoraría de un hombre, pues había tenido novias en su ciudad natal, pero la personalidad del músico lo cautivó, al punto de no importarle el género. Por su puesto que sus padres pusieron el grito en el cielo, pero luego cedieron cuando se dieron cuenta que era un amor genuino y sincero. Al principio nada era complicado, pero todo cambió, cuando Yoongi dejó salir a AgustD y su poderosa música. La fama llegó y el anonimato se acabó, por lo que tuvieron que ser más cuidadosos en su relación pública. Eso les causaba mucho estrés a ambos, especialmente a Yoongi, que no le gustaba la idea de ocultar a su pareja. Eso, unido a un pasado un poco tormentoso del rapero, había gatillado en que terminara internado en esa clínica.
Jimin y Taehyung fueron muy respetuosos, escuchando y apoyándolo en todo momento. Y se sintieron agradecidos, de tener una buena vida y poder vivir su amor libremente. Nunca más se quejarían por lo mucho que tenían que estudiar, pues sus problemas no se comparaban con los que tenían Yoongi o Seokjin.
—Yo creo hyung, que debes confiar en que Yoongi se va a recuperar completamente. Namjoon-hyung recibió excelentes comentarios de los tratamientos que ahí realizan. Por eso convenció a Seokjin para que se internara. Sé que ambos van a salir fortalecidos. Me gustaría mucho que ellos pudieran conocerse ahí dentro—. Por lo que había contado Hobi, Jungkook sentía que Yoongi sería el compañero ideal de Jin, una persona callada, pero capaz de apoyar si fuera necesario. Aún era improbable que pudiese haber tal coincidencia.
—Estoy confiando en eso Kookie. Quiero ver feliz de nuevo a mi gatito. Sé que lo van a amar cuando lo conozcan. Yoongi parece frío al principio, pero luego te das cuenta que tiene un corazón cálido y que es capaz de entregar mucho amor. Los chicos de BTS, lo quieren mucho, porque siempre está pendiente de ellos.
Un nuevo círculo de amistad quedó creado esa noche. Uno que se volvería cada vez más fuerte.
Dos semanas después de haber ingresado a la clínica, Seokjin volvía de otra sesión con el doctor Lim. Yoongi lo observó por encima del libro que tenía en sus manos. Vio como caía en su cama boca abajo, totalmente derrotado.
—Otra vez vuelves hecho mierda..., me encanta cuando eres tú y no soy yo. Hoy Lim me dejó en paz y sólo me sermoneó por media hora sobre mi incapacidad de expresar mis sentimientos abiertamente, claro sin considerar mi música ¿Y a ti? ¿Qué te hizo?
—Sólo estrujarme el alma..., ese hombre se empeña en meter su mano hasta el fondo de mis pensamientos oscuros y arrancarlos sin la menor contemplación...estoy cansado Yoongi, sólo quiero pensar en Kookie y dormir.
—Pensé que dirías "quiero pensar en Kookie y masturbarme hasta..."
—¡Cállate maldito pervertido! —una almohada llegaba directo al rostro de Yoongi, que se alegró de hacer reaccionar a su compañero de cuarto.
Esa había sido su intención. Odiaba que Jin cayera en esa especie de autocompasión en la que solía esconderse.
¿Y cómo habían llegado a ese grado de conocimiento y confianza?
Después de nueve noches de insomnio compartido, Yoongi empezó a contarle a Seokjin su historia. De cómo había venido de Daegu, para triunfar en la música, sin tener nada. Cómo había repartido pizza, mientras practicaba como trainee en BigHit. Cómo casi se había matado en un accidente en la moto. Seokjin esa noche, prendió la luz y miró a su compañero, que se veía aún más pálido y que hablaba sin parar. Era como si estuviera rapeando su historia. Lo escuchó atentamente.
—Todos esos años de trabajo duro, dieron fruto. Cuando saqué mi primer álbum, jamás imaginé el éxito que tendría. Trabajar en BigHit, significaba vivir bajo la sombra de BTS, pero, sin embargo, mi trabajo fue valorado. Todo fue mejor en ese momento. Dinero, fama, un estudio propio...y por supuesto, la aparición de Jung Hoseok, el hombre que cambió mi vida. Me enamoré en cuanto lo vi. Cuando lo conozcas lo entenderás..., su sonrisa, su optimismo...claro, su nombre artístico es J-Hope y claro que se transformó en mi esperanza..., me costó conquistarlo, estaba reticente a enamorarse de un hombre..., pero finalmente lo conseguí.
—Hoseok ¿no es gay?
—Él había salido con chicas. Él dice que es bisexual, ¿pero ¿qué importa? Odio esas etiquetas. Te gusta alguien y listo. Lo hermoso de todo, fue que él aceptara estar conmigo. Pero como no todo puede ser perfecto, la compañía comenzó a sugerir que no saliéramos tanto juntos, que las fans comenzaban a emparejarnos. Hoseok era reconocido como uno de los coreógrafos de los chicos..., entonces todo empezó a ir mal. Cada vez nos veíamos menos, el no tenía tiempo, yo no tenía tiempo.
Toda esta cosa de la fama comenzó a tragarme y yo comencé a sentirme ahogado. Cuando era más joven, ya había tenido episodios de depresión, quizá por mi personalidad..., no dormía y entonces comencé a tomar pastillas para despertar, para dormir y vino el caos...Ya no quería componer, llegué a un punto en que ni siquiera me vestía, no iba a la compañía...Hoseok me miraba y no sabía que hacer. Me dejaba ahí solo, porque él debía ir a trabajar y sé que su angustia era...si me encontraría vivo cuando regresara. Una noche desperté y él no estaba a mi lado, me levanté y estaba en la sala, llorando...nunca lo había visto así y era mi culpa...eso me decidió a intentar hacer algo. Hablé con el Director de BigHit y él sugirió que viniera aquí. Ellos pagan todo. Pero no lo sé Seokjin, estoy luchando contra las adicciones, con esto de abrirme...creo que al contarte todo esto...lo hago, pero he tomado la decisión de salir de aquí y contarles a mis fans de mi amor por Hoseok. Sin importar las consecuencias.
Esa misma noche, Seokjin le contó su historia y ambos pactaron una amistad que para muchos podía ser extraña. Eran personalidades distintas, pero al fin de cuentas con dolores por superar. Por eso, ahora cuando Yoongi veía a Jin tan abrumado, había intentado levantar su ánimo.
—¡Ya! ¡Deja de autocompadecerte! Y vamos a trabajar en esa letra que tienes en mente.
—Pero tú no debes trabajar...
—No seas ridículo Seokjin, no estoy trabajando. Sólo te estoy ayudando con la bonita letra que escribiste en forma tan romántica para tu Kookie. Vamos, cuando salgamos de aquí, le pondremos una buena melodía y podrás cantársela al oído o como quieras.
Seokjin, entonces se levantó de la cama. Yoongi tenía razón. Si su Jungkook lo viese en ese momento, seguro que se enojaría. El debía darse ánimos y seguir con su recuperación. Sacó su libreta de apuntes y junto a Yoongi, comenzaron a trabajar en la letra de la canción que aparte de un verso, sólo tenía el título: Spring Day.
Jungkook miró su celular. Eran las tres de la mañana. Tal vez debería levantarse y estudiar, pensó. Así al menos, el insomnio valdría la pena. Pero, por otra parte, tenía muchas ganas de llorar y no estaba en condiciones de tomar ningún libro o cuaderno. Había estado todo ese sábado en casa de Namjoon junto a Hoseok. Le encantaba como su cuñado también había adoptado a su nuevo amigo. Esa tarde, Nam se la pasó todo el rato contando historias de cuando él y Seokjin eran niños.
Todas las travesuras que hicieron y el gran amor que su hermano menor tenía hacia los animales. Toda esa conversación, puso a Jungkook realmente nostálgico. Por primera vez tuvo noción real de lo mucho que extrañaba a su pareja. Y no era que no pensara en él. Lo hacía todo el tiempo. Pero siempre era con un ánimo de optimismo y confianza. Pero ahora, ahí en su cama a las tres de la mañana, sintió frío y soledad.
—¡Eres calentito Kookie! —Seokjin se acurrucaba a su cuerpo como un Koala, haciendo una gran cucharita. —Me gusta tanto abrazarte y sentir cada una de tus hermosas curvas. Tu cintura, tus muslos grandes y musculosos, tu trasero redondo, pegado a mí. Justo donde te quiero tener. No sabes cómo agradezco, tu temporada en el equipo de atletismo.
—Tú también eres calentito. Ahora mismo empiezo a sentir un calor muy grande, justo aquí—entonces Kook tomó la mano de Seokjin y la llevó a su entrepierna.
—¡Jungkook, estás erecto otra vez! Pero si acabamos de hacerlo...
—Ya te dije. Tengo veintidós, vengo saliendo de mi adolescencia y tú ahora mismo me estás provocando. ¿Qué quieres? ¿Qué no sienta nada, cuando puedo sentirte tan duro como yo?
Seokjin no dijo nada más y comenzó a llenar de besos su cuello, mientras sus manos se deslizaban por el cuerpo hermoso de Jungkook. Sin pensarlo demasiado, mojó su dedo con su propia saliva y comenzó a jugar en la entrada de Kook, quien rápidamente empujó su trasero para sentir la punción. No había pasado demasiado tiempo, así es que estaba lo suficientemente estirado para deleitarse de placer sin demasiado dolor. Comenzó a gemir suavecito y Seokjin no hizo mucho más por él. Sólo se movió un poco para tomar un nuevo condón.
—Quiero dejar de usarlos—se quejó Jungkook.
—Te prometo que cuando vuelva, nos haremos los exámenes para estar tranquilos. Yo tampoco quiero seguir usándolos. Pero por ahora..., no reclames.
Seokjin sabía que ambos estaban limpios, pues él sólo había estado con Jisoo y ella con él. Y confiaba en que Kook se hacía exámenes periódicamente y hacía un tiempo que no tenía pareja, pero quería estar seguro y darle esa tranquilidad también a su novio.
Pero condón o no, arremetió con fuerza y comenzó a empujar, mientras Jungkook gemía cada vez más fuerte. Estuvieron un buen tiempo tocándose, diciéndose cosas obscenas y lo mucho que se amaban. Fue una explosión de placer maravillosa....
Aquel recuerdo, había traído la nostalgia a Jungkook, quien no pudo dejar de llorar y desear, que los nueve días que quedaban pasaran pronto. Sabía por Namjoon, que Seokjin estaba avanzando en su recuperación, pero el no poder hablar con él lo tenía muy desanimado. Finalmente, el cansancio llegó y se durmió.
Un mes y una semana, había pasado desde que se había internado. Y ahora, Seokjin se mordía su labio inferior. Estaba sentado frente al doctor Lim, quien leía los informes que los otros profesionales que lo atendían habían escrito. Sabía que lo estaba haciendo bien. Llevaba varias noches durmiendo sin pesadillas, aunque todavía le costaba conciliar el sueño. A lo largo de esas cuatro semanas, poco a poco le fueron reduciendo la dosis del nuevo somnífero que le habían dado y llevaba dos días sin tomarlo. Ya no tenía ese sentimiento de angustia y culpa que había cargado por años, pues había entendido que la muerte de Jisoo no había estado en sus manos. ¿Su matrimonio? Tal vez, pero no había forma de volver el tiempo atrás. También su nivel de ansiedad había bajado considerablemente, a pesar que en ese momento se sentía terriblemente ansioso, esperando el veredicto de su médico. Él esperaba escuchar, "Te daré el alta" y poder correr hacia Jungkook.
—Bueno Seokjin, creo que has hecho un gran trabajo. Has logrado controlar bastante bien tu dependencia farmacológica y creo que también has mejorado mucho sobre tu percepción acerca del pasado y del presente—. Seokjin asentía ante las palabras del doctor Lim y esperaba con ansias lo siguiente que saldría de su boca—. Todavía necesitarás un apoyo ambulatorio por un tiempo, pero debo decir que no hay motivos para que sigas internado. Así es que...avisaré a tu hermano y a tu pareja, para que puedan llevarte a casa.
Se contuvo de llorar, de abrazar al doctor Lim y de saltar. Simplemente le dio gracias al doctor y salió de allí. Entró como una tromba a la habitación donde Yoongi, lo esperaba. Hacía media hora, el doctor también le había dicho que estaba de alta y ya había llorado todo lo que tenía que llorar, ante la emoción de volver a casa.
Al ver la cara de felicidad de su amigo, ni siquiera tuvo que preguntar. Lo abrazó y ahí, Seokjin se derrumbó. Lloró sobre el hombro de Yoongi, que no era muy bueno consolando, pero que había aprendido en todas esas semanas a compartir sus sentimientos, con ese hombre que como él había llegado con el alma rota.
—Entonces, ¿nos iremos? Es un alivio saberlo. Estaba preocupado de dejarte solo. No sabía si podrías arreglártelas sin mi— bromeó para calmar a Jin que seguía llorando.
—No seas ridículo. Hubiese podido perfectamente arreglármelas sin ti— dijo secándose las lágrimas—, ¡no puedo creerlo! Voy a poder abrazar a mi Jungkook. ¡Lo vas a conocer!
—Sí...espero caerle bien a tu novio. No me gustaría perder nuestra amistad. Además, tenemos que terminar la canción. Y quiero que conozcas a mi Hobi.
—Jungkook va a estar muy contento de conocerte. Te aseguro que todos seremos buenos amigos.
—Eso me gustaría. Nosotros no tenemos muchos amigos normales.
—Gracias por lo de normal..., me hace sentir muy bien.
—¡No seas sensible! Me refiero a gente que no sea del mundo de la música....
Seokjin rio ante la cara de enojo de Yoongi. Le encantaba hacerlo enojar. Aunque sabia que en el fondo Agust D, era igual que él, una masita de amor.
Mientras, Jungkook, daba saltitos y aplaudía sin parar en medio de la cafetería de la universidad. Jimin y Taehyung simplemente lo miraban asombrados. Ya imaginaban la razón y lo entendían perfectamente. Si Jin-hyung hubiese tenido que estar una semana más encerrado, probablemente Jungkook, le hubiera organizado una fuga.
Al día siguiente, Jungkook se levantó muy temprano. Preparó comida siguiendo un video de un famosísimo chef coreano, para luego ordenar un poco el departamento. Casi no había dormido. Su felicidad inicial, se había llenado con algunos pensamientos tontos, como si Seokjin seguiría siendo el mismo, si querría verlo o tal vez le habían lavado el cerebro en aquella clínica y ya no lo quería...Luego sacudió su cabeza y se enojó con sus tontos pensamientos. Él era un optimista y un hombre que brillaba en la oscuridad. Su hyung estaría feliz de verlo y lo llenaría de besos, diciéndole lo mucho que lo había extrañado. Con ese pensamiento, salió del departamento. Nam, lo esperaría en la clínica. Ya habían estado de acuerdo, en que Seokjin se iría al departamento de Kook. Namjoon entendía perfectamente, que seguramente la pareja quería estar a solas, luego de tanto tiempo estar separados. Ya habría tiempo de compartir con su hermano.
El corazón de Jungkook estaba a mil. Ya había hablado con Hoseok, quien también iba, junto a un representante de BigHit a buscar a Yoongi. El saber que conocería a su ídolo, también lo tenía muy emocionado.
Cuando llegó a la clínica, divisó a Namjoon y a Hobi, que conversaban animadamente.
—¿A qué hora saldrá? —Jungkook estiraba su cuello intentado ver más allá de aquella puerta, donde hacía 38 días, se había perdido su novio.
—Cálmate Jungkook, ya vendrá. Tú también Hobi. Ellos saldrán en unos minutos. De pronto la puerta se abrió y asomaron dos hombres, que venían muy animados conversando.
—¡Hyung! —la voz quebrada de Jungkook se hizo sentir en ese instante y Seokjin levantó la vista. Ahí de pie, vestido de negro con una sonrisa que ni las lágrimas que en ese momento mojaban su rostro podían borrar, estaba el mocoso que amaba hasta con sus huesos. El mundo se detuvo para Seokjin y todo desapareció. No había nadie más en el universo que su tierno y precioso niño con sus brazos abiertos. Corrió hasta él y en un impulso, lo tomó y dio vueltas con él.
—¡Estás aquí! ¡Me esperaste! —Seokjin lo miraba con lagrimas en sus ojos. Estaba tan lindo con su maquillaje leve, sus labios rosados, su lunar..., su cicatriz y sus ojos de estrellas. Lo besó. Lo besó como nunca. Como si estuviera bebiendo una copa del vino más dulce, más fino y caro del mundo. Jungkook era como una piedra preciosa única. Su lengua buscó su sabor, ese que tanto había extrañado y cuando Jungkook abrió su boca y lo recibió, no pudo evitar suspirar.
—¡Te extrañé tanto Kookie, tanto! —lo volvía abrazar y lo volvía a besar, sin descanso, hasta que una pequeña carraspera los sacó de su mundo.
—¡Nam-hyung! Lo siento—abrazó a su hermano—también estoy muy feliz de verte.
—Yo también estoy feliz de verte, querido Seokjinnie.
Cuando terminaron los abrazos, sus ojos fueron hacia el otro hombre que había salido con Seokjin, quien tampoco se cansaba de besar a su pequeño solcito.
—¡Quiero que conozcas a alguien! —dijeron al mismo tiempo Seokjin y Jungkook. En ese momento Yoongi y Hobi se acercaron. Y el primero que habló fue el rapero.
—Entonces, tu eres el famoso Jeon Jungkook. Amante, según tu novio, de las brochetas de cordero, lo que, de ser verdad, me convierte en tu amigo de forma automática.
Jungkook estaba en estado de shock. Ahí frente a él estaba AgustD, su ídolo.
—¡Oh, señor Min, AgustD, digo Yoongi-Nim, ¡es un placer conocerlo! Usted no sabe cuanto lo admiro. Tengo todos sus discos. No sé ni cual es mi canción favorita, porque todas son perfectas...yo soy Jungkook, tengo veintidós, estudiante de arquitectura, ya no sé ni lo que digo...y sí por supuesto que amo las brochetas de cordero...
—¡Es tal como me dijiste! —Yoongi miraba a Seokjin quien reía. Sabía que su novio iba a reaccionar así—. Bueno Jungkook lamento que me conozcas en estas circunstancias, pero es un placer. Siento que te conozco. Tu novio no dejaba de hablar de ti..., ahora quiero que conozcan a mi Hoseok.
—Pero Yoongi, yo ya conozco a Kookie...somos amigos. Nos conocimos aquí en la clínica...y a Jin-hyung, también siento que lo conozco, por todo lo que Jungkook me habló de él.
Fue en ese momento que comenzaron a contarse de cómo Seokjin y Yoongi habían sido compañeros de cuarto y como Hobi y Jungkook se habían hecho amigos. Todos reían felices y Yoongi no dejaba de darle las gracias a Namjoon por haber acogido en su casa a su novio y a Jungkook por haberlo cuidado. Luego de un buen rato charlando, llegó la hora de separarse, pero con la promesa de encontrarse el fin de semana...en casa de Namjoon. Para celebrar y conocerse mejor.
Namjoon también se despidió de su hermano y al fin Jungkook y Seokjin se quedaron solos.
Ya en el auto, Seokjin miró a Jungkook y acarició su rostro. Estaba más delgado y unas pequeñas ojeras adornaban sus brillantes ojos, pero, aun así, era tan hermoso. Tan lleno de vida. Entonces vino para él un recuerdo. El día que lo conoció. Cuando Jungkook subió a su auto y no dejaba de hablar y hacer preguntas incómodas. En ese momento, sólo pensaba en deshacerse del chico y ahora...en ese momento no quería soltar nunca su mano. Porque ahora, sentía que al fin su corazón se había despejado, y que era libre para amarlo sin prejuicios, sin culpa y sin temor. tendría el resto de su vida para amar a Jungkook y eso llenaba su corazón.
—Vamos hyung. Hace frío. Empezó diciembre y el invierno parece que también llegó.
—No Jungkook. Estás equivocado. El invierno se fue. Ha llegado la primavera.
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