¿Qué puedo pensar? Me decía a mi misma una y otra vez, realmente, con esas preguntas, ese chico, logro dejarme con muchas preguntas. Mi taza de chocolate caliente, paso a ser un chocolate frio.

–¿Ninako, esta todo bien? – la voz de Rose, me hizo verter mi chocolate sobre mi–.

Realmente no me entendía, ese chico solo estaba diciendo cosas sin sentido alguno. No tiene porque llegar a ser el gran porque de mi existencia, no tiene importancia alguna.
Rose, hizo un movimiento de varita, e inmediatamente, mi falda estaba nuevamente seca.
Quería responder algo, pero, ¿Qué? En verdad, todo ese asunto me dejo pensando, sus palabras resonaban una y otra vez en mi cabeza: "–Voy a averiguar si lo que me dices es cierto". En cierto punto, no debería tratar de querer averiguar algo, al menos no cuando no hay nada de que llegar a saber. Si fuera que James estuviera interesado en mi, probablemente ya me habría enterado.

Me puse de pie, y comente que no me sentía muy bien. Y era cierto, estaba en las nubes. Solo podía pensar en que se traía entre manos ese chico.

Camine lentamente, sintiéndome al borde de las preguntas. No resistiré mucho tiempo así, necesito tomar un baño, y simplemente irme a dormir.
Cuando levante la mirada, lo único que pude ver fue a alguien de pie frente a mi.

–¿Así que... eres de Hufflepuff también? – sus palabras fueron dichas en un tono casi inaudible –, como no puede darme cuenta – dijo para si mismo–.
–¿Qué?

Retrocedí de golpe, observándole atónita, ¿Cómo fue que no me pude llegar a dar cuenta que compartimos casa? Quizá... puede ser el motivo, en que no me la paso mucho aquí, si no que, comparto con Rose y James, en la sala común de Gryffindor, y porque no admitir que... suelo estar pensando mucho en las clases de Herbología.

–Eso se podría explicar de manera simple; no paso mucho tiempo aquí – dije, esperando a que ese fuera el final de la conversación–.

Pude notar un cambio de expresión en su rostro. Aunque no lo supe comprender, solo se me quedo mirando fijo.

–¿En que año vas? – su pregunta me sorprendió–.
–Oh... – ¿debería de responderle? Dude, pero respondí – estoy en mi sexto año.
–Mismo año que James – Su expresión volvió a cambiar. Con la excepción de que ya no me miraba a la cara–.
–¿Tanto te sorprende?
–No me sorprende, no me sorprende.

Y ese fue el final de la pequeña conversación, aunque seguía pareciéndome que era un chico extraño. De todas formas, me da curiosidad, él quiere saber si mi amistad con James es real, pero, ante los ojos de todos, eso se puede confirmar. ¿Por qué se aferrara a que no sea cierto?

–Nina – el llamado de Eleonor, me sorprendió, ni siquiera sabía que estaba ya por aquí –, ¿mañana a temprana hora, iras con el profesor Longbottom?

Eleonor, se puso frente a mi, y casi llego a dar un brinco por tal sorpresa, pero no es la primera vez que ella se aparece de la nada, en verdad que siempre llega a mi de una manera sigilosa.

–Oh... – de hecho, lo había olvidado por completo – si, si iré, ¿por qué? –, en su rostro apareció una sonrisa–.
–¿Te parece si voy contigo?
–Por mi ningún problema, pero... ¿y tu clase de Adivinación? – su sonrisa se esfumo–.
–Bien... entonces, ¡sacrifico mi día sábado para ir! – Eleonor es una chica que realmente no entiende nada de Herbología, por eso, debe de ir a unas clases extra, como yo hago, pero eh de admitir que lo mío es por cuenta propia, y no por tener malas calificaciones–.
–Te esperare a eso de las ocho aquí.
–... ¡¿Lo dices en serio?!
–Si, pero mírale el lado bueno, luego de las diez, tienes libre.

La idea no pareció gustarle en un principio, pero luego de pensarlo bien, termino aceptando. De forma energética, se despidió de mí. Y mi atención fue robada, por ese chico extraño, que hablaba de forma relajada con un par de chicos desconocidos para mí.
Fue en aquel momento que recordé que había quedado en juntarme con James, que ambos solíamos ir a mirar juntos las estrellas, y aunque supiese muy bien que está prohibido deambular por la noche, solía quebrantar esa regla, porque era algo que me gustaba, y ya era un pasatiempo. Y salí de la sala común, sin antes ir a dejar mis cosas.

–¿A dónde vas? – otra vez ese chico–.
–Yo... solamente tengo algo que hacer.
–James también es mi mejor amigo, ¿lo sabías?

Me gire lentamente, confusa ante aquella confesión. James siempre me hablo de muchas cosas, y en verdad me siento sorprendida de que llegase a tener un amigo, y no me contara de eso, o al menos no haberlo notado.

–¿No lo sabías cierto? – decidí ignorarlo, y continuar con mi camino–.

Un plan en verdad inútil. Ignorarlo no me resulto para nada sencillo, de hecho continuaba hablando y diciendo cosas, además de seguirme el paso, sus ultimas palabras me dejaron petrificada.

–James está enamorado de ti, abre ya los ojos – dijo en una voz solo audible para mí–.
–Mientes, si eso fuera verdad... yo lo sabría... – ¿me estaba mintiendo en verdad?–.
–Al comienzo yo no lo recordaba, pero luego cuando escuche bien tu nombre, supe que eras esa chica de la cual James me hablaba en su casa en las vacaciones de verano – no podía siquiera mirarle a la cara –, James está realmente enamorado de ti, y tu no puedes darte cuenta de eso, pones la amistad sobre ello.
–B-Basta... - tartamudee, mientras esa confesión en verdad me hacía sentir mal–.
–Ahora que te lo eh dicho, sabes que es cierto – sus intenciones no eran fastidiarme, solo era abrirme los ojos –, James no te llevaría a ver las estrellas si no fuera por eso, él en verdad está jugándosela porque lo aceptes como algo más.
–No digas más... – confundida ante esas palabras, solo pensé que salir corriendo era mi mejor opción–.

De alguna manera, me sorprendí a mi misma, no era la mejor corredora del mundo, pero en esos instantes correr fue tan sencillo, pero sin embargo, él fue capaz de llegar a mi lado. Y cualquiera que nos viera en está situación supondría que estamos echando carreras a eso de la hora de irnos a la cama.

–¡Cuidado!

Aquel llamado, fue lo que me hizo tropezar con mis pies, y una vez más, él había detenido mi posible caída. En más, incluso me sorprendí cuando me alzo unos centímetros del suelo, y se giro aun conmigo. Para cuando me volvió a dejar en el suelo, no me soltó, de hecho, pude sentir como algo golpeaba contra su espalda.

–Es por eso que los estudiantes no deben de estar fuera a estas horas – Peeves–.

Las bombas de agua, y pintura nos llegaban como si fueran eternas, en verdad, pero en verdad quede sorprendida al notar que este chico, me protegía de todo eso, aunque de igual manera, en un momento, nuestras cabezas quedaron cubiertas de pintura azul.

–Esto... me puedes soltar, de igual manera ya me ha llegado pintura, y agua... – dije esperando a que me soltara de golpe, como llegaría a hacer cualquiera, sin embargo no lo hizo–.
–¿En serio crees que permitiría que Peeves te lance más cosas, en serio crees que permitiría que le hicieron eso a la chica que James ama? – el tema volvió, y no quise hablar de eso–.
–¡Estoy bien, esto es normal! – bufe ya molesta–.
–¿Normal? Acaso... ¿tu eres a quien Peeves siempre molesta? – me daba vergüenza tener que admitirlo, pero eso era cierto–.
–S-Si...

Antes de que cualquiera de los dos pudiera hacer algo al respecto, supe en ese instante que Peeves no iba a parar, por ello, me aleje precipitadamente de ese chico.

–Sígueme... – hasta ahora había caído en la cuenta de que me había olvidado de su nombre–.
–Ted, Ted Lupin.

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¡Segundo Capítulo! Siento si es algo molesto tener que esperar, pero si publicara de manera desordenada, no nos duraría absolutamente nada la novela, y esa no es la idea uwu así que ahora, esperemos a por el viernes, y espero alegrarles un poquito el lunes :33