Ninako Aki

Quiero ir a casa. Gritaba internamente. Quiero ir a casa. Lo que Mamá ha dicho es mentira, Lya no se ha ido. Lya sigue corriendo por el césped, mientras se come las flores que encuentra por allí.
Di vueltas por el mismo pasillo, unas mil veces. No tenía rumbo. Estaba perdida. Quería ir a casa, y correr a ver a Lya. El resto del mundo, en esos momentos no era importante, y que egoísta era mi pensamiento. Solamente pedía poder regresar a casa, nada más que eso.

–¿Qué haces? – pare en seco, me gire sobre mis talones y vi a un chico de cabello desordenado, con miles de objetos en sus brazos–.

Iba a quedarme callada, peeero, entonces decidí que hablaría. En verdad que no perdería nada con hacerlo. Este chico me parece raro. Raro porque se acerco para hablarme, cuando yo estaba dando vueltas alrededor del pasillo.

–Solo avanzar, para que la vida no se vaya sin mi.

Se burlo, él en verdad no le encontró ni el más mínimo sentido a las palabras. Nadie las entiende, porque no les presta la atención que requieren. No quise dejar de hablar, porque al estar con él, había olvidado la razón de caminar tan rápido sin sentido. Seguía triste, eso no lo cambiaba nadie.

–Oye... ¡Espérame! – empezó a correr conmigo, jamás creí que me seguiría, eso hizo que las cosas cambiaran un poco –, si tu dices que avanzas, para que la vida no te deje, ¿no crees que es algo tonto?
–Entonces tu también eres un tonto, ya que... tu también estás corriendo.

Fue la primera risa que logre soltar, a pesar de que en verdad hubiera querido llorar. Yo solo empecé a reír a carcajadas, me reía junto a alguien.

–¿Por qué caminabas por el pasillo? Creo que te vi como dos veces darte unas vueltas...
–Ah, solo estaba caminando porque, el día de hoy, paso algo que me pone muy triste. Por ello, quise caminar, luego trotar, y luego correr, en honor a una amiga. Solo eso.
–No lo entiendo, pero bien...

Suspire, y dije que iría a las afueras de Hogwarts. Ese chico dijo que iba a seguirme, ya que no tenía nada que hacer ahora mismo, encontré que algunas chicas lanzaban miradas de muerte, realmente yo no lo capte muy bien. En las afueras, corría un viento que era refrescante, mi cabello se desordeno ya que estaba suelto, estaba demasiado largo, debía de hacerle algún arreglo, es un poco molesto.

{***}

Desperté ese día en el expreso de Hogwarts, ya devuelta. Pensar en Lya, realmente rompió un poco mi corazón, fue mi mejor amiga durante un tiempo no muy prolongado, ojala la hubiera podido proteger, yo en verdad que me lamente mucho, pero, no pude llorar por ella nunca, lo considere muy malo, no quise hacerle sentir mal, así que solo sonreí, y con el viento que me llegaba al rostro, comprendí que la vida te da, y te quita. Así de simple era todo.
Claro, nunca me tome bien que Lya se marchara. Ella me acompaño siempre en cierta habitación de la casa. Para cuando había vuelto a casa, no hable con mi madre, ni con mi padre que realmente decía que lo que ocurrió fue inevitable; Lya había sido atacada por un zorro salvaje. No los culpaba, me culpaba a mi misma. Me encerré en esa habitación, arroje los libros al suelo, deje las cajas sobre aquella mesa vieja, y me deje caer al suelo. Cuando volví a entrar la noche de ayer, solo estuve unos dos minutos, y me fui. O si no iba a llorar, y no quería llorar, no lo haría, o si no, la pobre de Lya, no descansaría. Cerre la puerta, y fui a mi cama.