La estrella fugaz que se hizo presente para nosotros
Recuerdo que, esa noche fue extraña, sin embargo, pude sentirme liberada, pude contarle a alguien mis miedos, pude sentir el apoyo, pero por sobre todo, pude sentir que podía tener fe.
De esa manera, a la mañana siguiente, cuando desperté a una hora tan temprana, salí corriendo hasta donde se encontraba el profesor Neville. Victoire me había entregado mi ropa de cambio, para volver a la normalidad, aunque solo era viernes, y hoy era el castigo, me comportaría como siempre. Por ello, corrí por los pasillos vacíos, y sin más llegue hasta el profesor, quien me recibió con una sonrisa amable.
–Oh Nina, que alegría verte hoy – sus palabras tan amables, me hicieron sonreír –, ayer me entere de lo ocurrido, en verdad, debes de cuidarte más, sin embargo, aquí estas de nuevo, como si nada hubiera pasado.
–Solo fue algo pequeño – dije–.
Antes de que yo pudiera avanzar, él tendió una taza de la cual salía vapor. La acepte, e inmediatamente descubrí que era chocolate caliente. Siempre, que algo malo pasaba, él profesor Neville, me regalaba una taza de chocolate caliente, y eso me alegraba la vida.
–Sabes, cuando estudiaba aquí, había un profesor que nos daba chocolate, y aunque solo lo hacia cuando habían dementores, resultaba, era el mejor maestro que tuvimos, el profesor Lupin, así que, siempre que te ocurra algo malo, al día siguiente, te estaré esperando para darte tu taza de chocolate caliente, para que recuperes energías.
–Gracias.
Entonces, mi cerebro funciono, y me di cuenta de ese apellido, lo había oído antes; Ted Lupin. El padre de Ted, probablemente.
–Sabe... mañana, no sé si pueda venir – le di un sorbo a la taza de chocolate, en verdad sabía muy bien –.
–No te preocupes, pero, si pasa algo, sabes que yo estaré aquí.
En verdad, con esto, ya no iré al gran comedor, seré una mala amiga con James, pero, las cosas están aun demasiado extrañas, necesito estar un tiempo con mis amigas, al menos, relajarme, y ser solo una adolescente. Lo siento James. Las cosas, ya no pueden ser normales, al menos, no por ahora, en verdad espero que me perdones.
{***}
Allí estaba sentada, moviendo mis piernas hacia adelante, por quedar elevada del suelo. En frente a mi, estaba Victoire, aquella chica que fue amable conmigo, aquella que, dijo que todo iba a estar bien. Ella estaba mirándome, observaba cada detalle de mi rostro.
–Tu rostro continua un poco pálido, pero, tus mejillas están sonrosadas. Tu mirada se ve un poco agotada, aunque el brillo de tus ojos, confunde mucho – eso sonaba a buenas noticias –, te vez bien.
Por el momento.
–¿Alguien te dio algo?
–Oh, el profesor Neville me dio chocolate caliente – sonreí–.
–Eso lo responde a todo, creo que en verdad, ah sido de ayuda, te vez muy bien de hecho. El color de tu rostro, volverá a ser normal dentro de poco, pero no te olvides de estar calmada, si llegas a estar bajo mucha presión, no mejoraras.
La puerta se abrió, dejando a la vista a Ted, quien estaba en la compañía de James. La mirada de ambos era de sorpresa. Estaba claro, habían escuchado algo.
–¿De que hablan? – pregunto James, quien se encamino tan rápido, que me asusto –, ¿Quién no mejorara? – pregunto, casi gritando –.
No podía siquiera mirarle a la cara. Y imaginar que hace unos días atrás, nos llevábamos muy bien, y ahora, no podía hablarle, en verdad, que desearía poder tener un giratiempo, y solucionar todo esto, o al menos, quizá haber evitado, conocer a Ted.
Mi mirada se cruzo con la Ted, el continuaba con sus ojos fijos en mi, una puerta que me daba a deducir que lo que había escuchado, le había provocado preocupación. Y quizá, mi mirada le dijo "Lo siento", aunque, de alguna manera, allí se quedo, esperando que Victoire, o yo dijéramos algo al respecto.
–Pues, es que Ninako me estaba platicando de que tenía problemas con una amiga, y no mejoraría en nada, si no solucionaban una discusión que tuvieron – me sorprendía, la facilidad que tuvo para soltar tal mentira, que en cierto punto, me hacía pensar en mi problema con James –. Además, es de muy mala educación que escuchen las conversaciones de las chicas.
James se trago el anzuelo. Ted, al ver directo a mis ojos, probablemente no. Ya que, él continuaba de pie, mientras su expresión seguía siendo la misma, seguía con ese aspecto de preocupación
–Ya veo... – aun seguía mirando a Ted, hasta el momento en que una mano se poso sobre mi hombro –, esto... Nina, ¿puedo hablar contigo un momento? – no espero mi respuesta, solo tomo mi mano, y me arrastro fuera de la habitación. Ya no podía seguir escapando.
–¿Qué... ocurre? – mantuve mi mirada en el suelo–.
–Ted hablo conmigo – rápidamente, eleve mi mirada, el rostro de James lucia como el de un tomate –, él me lo conto todo, me dijo que la razón por la que no te acercabas, era porque, al muy imbécil se le ocurrió decirte todo. No lo culpo. Él solo hizo lo que un verdadero amigo haría. Sin embargo, durante estos días, te eh visto, te eh visto avanzar sin mi. Te eh visto avanzar, y adivina... él se cruzo en mi camino.
–Yo...
–Se que no te gusto. Y yo realmente mantenía muchas esperanzas, por eso, tenía miedo de que alguien se cruzara. Si, nadie entraba a tu vida, podía tener una oportunidad – las palabras de James, sonaban mucho más maduras que antes, salvo que, esto parecía ser... un tipo de despedida –, hace unos días, pude comprender que, en verdad no tenía oportunidades contigo. Somos muy diferentes, tus ojos brillan, tu te enamoraste de la vida, y yo, me enamore de ti. Tu siempre, estás a un paso más adelante, siempre será así, correrás y correrás, y yo no podré seguirte el paso.
Quería decir algo, pero su mirada, mostraba dolor, de ese que se narraba en los libros de romance, donde, ves frente a ti a la persona que amas, amar a otra. James, estaba con sus ojos cristalinos.
–No negare que en verdad, deseaba que hubiera algo más... pero, ya no quiero intentar más, lo sé porque, aunque no lo pueda decir. Hay alguien que te puede seguir el paso, son tan parecidos, ambos están hechos el uno para el otro, ambos son libres. Esa persona, camina a tu lado, alguien ha ocupado mi lugar, y no hice nada para evitarlo – su mano se poso en frente de sus ojos. Por sus mejillas, se divisaron las primeras lagrimas –, sus miradas se conectan, es como si sus mundos se entrelazaran.
Quito su mano, y pude ver sus ojos, de los cuales las lagrimas no cesaban, antes de que acabara de hablar, intento sonreír mientras decía lo que quizá siempre me quiso decir.
–Te amo Ninako, te amo.
Y me dio la espalda. En verdad, pude mirar su espalda, luego de que él estuviera mirando la mía durante días. Echo a correr tan rápido como siempre, hasta que desapareció por el pasillo. Eso había sido el final, realmente se había terminado. Se que, continuara mirándome a lo lejos, se que sufrirá por mi culpa, y no podré hacer nada, si me acerco, lo empeorare, solo me queda, perderme de su vista, hasta que sea correcto aparecer como un personaje secundario en su vida.
Mis rodillas se doblaron a causa del peso, y caí al suelo, en verdad, quise decirle algo, pero... ¿por qué seré tan lenta?
Sin que llegase a escuchar a alguien aproximarse, alguien se inclino para mirarme. Los ojos de Ted, seguían mostrando su preocupación, y no soltó ninguna palabra, solo, se quedo mirándome, esperando a que yo dijera algo.
–Se termino... – dije finalmente, quedándome con la mirada fija en el suelo, las lagrimas no salían, no podía siquiera llorar. Soy horrible –.
Sin esperar a que dijera algo, me tomo en sus brazos, y me volvió a dejar en la enfermería, y finalmente, me pidió disculpas por todo el lio que armo, con James y conmigo. Le dije, que daba igual ya, que no importaba si hubiera hablado, tal vez, en cualquier momento, James iba a resultar herido.
{***}
Madame Pomfrey, fue a verme, ya que se estaba paseando por allí, me dijo que me veía un poco pálida, así que, me hizo dormir en lo que restaba de la tarde, aunque, en verdad, dormir fue un poco difícil. Al final, solo ocurrió, el sonido de los pájaros cantar, hizo que me pudiera dormir.
Las ramitas se rompían a cada paso que daba. El viento cálido, atraviesa mi chaleco tejido a mano por la señora Weasley. Me daba un poco de lastima saber que, el verano ya estaba por finalizar.
–Sabes que no estabas obligada a venir... – la voz de Ted sonaba algo penosa. Solo podía ver su persona caminar unos pocos pasos alejado de mi, con sus manos en los bolsillos. Estaba caminando despreocupadamente, como solían hacer siempre los chicos –.
–No podía dejar que vinieras solo, recuerda, nos castigaron a ambos – sonreí, con la mirada elevada hacía el cielo, con sus miles y miles de estrellas –, no podía dejar que vinieras solo, no, eso no sería justo para ti.
Se detuvo lentamente, y se giro para mirarme, su expresión nuevamente era diferente, lucia perdido ahora, sin embargo, elevo la mirada hacia el cielo. Su cabello cambio de color.
–¿Cómo puedes estar tan calmada? Digo, yo comprendería si estuvieras enojada conmigo, después de todo, arruine tu amistad con James...
–Se hubiera arruinado de cualquier manera – las estrellas resplandecían como nunca, era hermoso –, si no me hubieras dicho tu, me lo habría dicho Mika, o Eleonor, bueno, creo que lo hubiera dicho más Eleonor – se me escapo una pequeña risita–.
De alguna manera, antes de que hubiera respuesta. Ante nuestros ojos se hizo presente una estrella fugaz. Luego de tanto esperar a ver una, al fin apareció.
–Hey chicos, no se queden atrás, o los dejare sin que me de cuenta – El viejo de Hagrid, se encamino lentamente hasta lo más profundo, con Fang, su perro que ya apenas podía caminar. Sin dudar, le seguí el paso.
---
¡Es Lunes Again! Y yo... solo dejo esto y dormire(?) no tengo energías para nada el día de hoy añlskdñlaskd disfruten del capítulo :33
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro