𝟬𝟮 🎸⤸₊ ❝ beyond the long night ❞
❝ 02. MÁS ALLÁ DE
LA LARGA NOCHE ❞
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。゚♡゚・🎸・゚episode two . . . 🎧
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—¿Ves? Mamá estaba muy feliz, le encanta tener a Dyl en casa. — sonrió triunfante Kevin mientras acariciaba sus blancos bigotes.
Los próximos días en la casa de los Jonas serían una locura total.
Dyl solo podía pensar en eso mientras Joe la guíaba al fondo del local.
Oh, sí... Recapitulemos...
Los Jonas la habían arrastrado a la presentación de Penny, así que ahí estaba, disfrazada junto a sus tres amigos en un intento bastante dudoso y cuestionable para que nadie los reconociera y su presencia no opacara a Penny.
— ¿Por qué te retuerces como gusano cuando le echan sal? — Dylan miró a Joe alzando una ceja.
— Son los nuevos pantalones de Stella.
— ¿Los stelcro? — Joe le asintió. — Parecía muy buena idea esta mañana, ¿Te los has puesto bien?
— Sí. — se quedó pensativo durante un momento. — Creo.
Hubo un momento de silencio en el local, las luces se atenuaron y luego aplaudieron cuando Penny apareció sobre el escenario. Lucía muy bonita con el cabello rubio suelto y el vestido rojo intenso cual fuego.
Dylan intentó mirar a Nick a través de la oscuridad que los cubría. Por la forma en la que miraba a Penny con tanta atención y ensueño supo que realmente debía gustarle. Estaba feliz por él, por supuesto... Aún así se sintió extraña forzando una pequeña sonrisa una vez más cuando la chica comenzó a tocar la guitarra.
Hace algún tiempo, Dyl era capaz de pararse en un escenario. Le gustaba estar debajo de los reflectores, de frente a la multitud... Tocando con soltura la guitarra, aferrándose al micrófono como si sostenerlo le diera el poder de crear magia. Y tal vez así era. En ese entonces, cuando ella componía y cantaba sus letras, cuando hacer aquellas cosas la hacían feliz... cuando la vaga ilusión de ser una estrella rondaba en su cabeza, antes de que su burbuja de sueños se rompiera.
— ¡Gracias! — sonrió Penny sacándola de sus pensamientos. — Uh, quisiera empezar este pase con mi última canción... Se llama Give Love a Try.
Entonces Dylan se atragantó con su refresco.
— ¿Esa no es la canción de Nick? — Joe se volteó hacia Kevin.
— Nick, tu novia te ha robado la canción. — le dijo Kevin muy indignado.
— La escribí para ella y puede hacer lo que quiera.
— No creo que pueda decir que es su última canción. — murmuró de manera casi inaudible, Dylan alzó una ceja en dirección al escenario comenzando a ver a Penny de manera menos amistosa.
— Tú... Como conduciendo un domingo... Tú... Como despegando un lunes... Tú, tú eres como un sueño, un sueño hecho realidad. — la voz melodiosa de la chica seguía flotando en el local. — Oh, perdón, se me había olvidado... Quería dedicar esta canción al chico más genial, dulce y estupendo del planeta. Un tipo cuyo corazón está lleno de música. Mi alma gemela...
Los chicos miraron a Nick muy orgullosos porque Penny le iba a dedicar la canción.
>> Jimmy. — Penny señaló a un chico rubio sentado entre las mesas del medio. Este se levantó muy orgulloso con una camiseta donde podía leerse I love Penny.
A Joe se le cayó el monóculo de su disfraz de la impresión.
— Nick, tu novia tiene novio.
— No es mi novia. — negó mirando al suelo, no solo parecía dolido sino también decepcionado. — ¿Podemos irnos, por favor?— A Dyl le rompió el corazón verlo tan triste.
Cuando Nick se levantó dejándolos atrás, la chica intercambió una mirada con Joe y Kevin.
— ¿Vamos?
— Sí, claro... — asintió Joe, pero cuando intentó levantarse un gesto de sorpresa apareció en su rostro.
— ¿Qué ocurre?
— Me he puesto los pantalones al revés.
— ¿Cómo lo sabes? — Dylan frunció el ceño.
— Una corazonada.
La chica suprimió una risa e intentó ayudarlo. Pero era imposible. Joe, los pantalones y la silla eran uno solo ahora.
— ¿Quieres dejar de reírte?
— No. — admitió honestamente.
Joe rodó los ojos.
No desaprovechó la oportunidad de empujar al tal Jimmy con la silla cuando le pasó por al lado.
Dylan decidió tomarse todo aquello como el tráiler de sus próximos días. Suspiró, acostumbrándose al golpe de frío de la noche y se dispuso a buscar a Nick una vez que estuvo afuera del bar.
— Hey, ahí estás... — no le costó mucho, los disfraces de Kevin eran ko suficientemente llamativos como para no perder a su amigo de vista. — Lo siento mucho, ¿Quieres hablarlo?
— Yo... no, estoy bien. — se encogió de hombros aún con ese aire decaído.
— Nick... — ladeó la cabeza, se acercó y le dió un abrazo. — ¿Sabes que puedes decirme cualquier cosa que estés pensando? ¿Cierto?
— Kevin y Joe tenían razón.
— ¿Te enamoraste mucho y deprisa? — Nick la miró. — Ya lo sabía.
— ¿Soy muy obvio?
— La canción es muy obvia.
— También tú tienes razón.
— Penny se lo pierde. Además debió darse cuenta con la letra. No me convence mucho que se haya puesto a cantar Give Love a Try como si fuera suya, es un poco tramposo de su parte decir que... — sacudió la cabeza notando que estaba a punto de irse del tema. — Solo quiero que sepas que no vale la pena estar triste ahora, ¿Sí?
— Ya... — asintió no muy convencido. — No creo que vaya a olvidarme de esto tan rápido.
— Olvidar no creo, pero podemos intentar que te distraigas... Después se todo ahora tienes que soportarme todo el día, algo se me ocurrirá. — Dylan chasqueó los dedos, comprometida con mejorar el ánimo de Nick. — Ahora en marcha, antes de que el dueño del bar note que Joe está intentando escapar con la silla pegada a sus pantalones.
Nick sonrió mínimamente. Más allá de la larga noche, de los corazones rotos y las canciones robadas, al final del día, cuando solo los sentimientos reales permanecen despiertos, Dylan estaba ahí reparando pacientemente los trozos esparcidos de su corazón, ¿No era él igual de ciego que Penny? Ignorando lo que era evidente. Tal vez Dylan era como las palabras en la letra de una canción. Solo había que dedicar un tiempo a interpretarla.
— ¿Qué tal dormiste anoche? — Stella le preguntó a su amiga sin despegar la vista de la aguja y el hilo sobre su regazo.
— Bien. Ya sabes que Kevin tiene tres camas adheridas a la pared, ¿no? Bueno me dió la de abajo. — recostó su cabeza al hombro de Macy, se sentía muy cansada pues dedicó un buen rato esa mañana a recoger algunas cosas de su casa.
— Que bien. — luego añadió. — ¿Sabes que también puedes quedarte conmigo si lo necesitas, cierto?
— Y conmigo, Dyl. Estar en mi casa no es muy diferente de la casa de Joe, Kevin y Nick. Hay cosas de los Jonas por todas partes. — sonrió orgullosa.
— Lo imaginaba, Macy. — le sonrió. — Gracias, chicas.
Stella asintió.
— ¿Y qué tal va todo con... Penny? —estalló las letras de aquel nombre de la manera más despectiva posible.
— Stella. —Dylan la llamó.
— ¿Qué? Lo último que me dijiste es que era un ladrona de canciones.
— Yo no te dije eso. — se apuró a decir entornando los ojos. — Nick está mejor, hoy hablará con ella.
— De hecho, creo que lo está haciendo ahora... — señaló hacia el patio interno. — ¿No son ellos?
Dyl los buscó con la mirada y en efecto, Nick y Penny hablaban en el interior del patio. Hizo una mueca cuando vió también a Kevin y a Joe intentando espiar su conversación.
— Ahora vuelvo.
Se acercó al par.
— Hola, Dyls. — saludaron, como si no estuvieran agachados espiando a su otro hermano.
— ¿No les da verguenza?
— ¿Qué cosa? — Preguntó de forma distraída Kevin. Dylan rodó los ojos y abrió la boca para regañarlos. — Rápido, vamos.
Kevin la agarró del brazo y entraron apenas Penny dejó solo a Nick.
— ¿Qué tal? No hemos oído nada. — admitió Joe.
— No había nada que oír. Lo hemos hablado, solo ha sido un malentendido.
Claro, un malentendido.
>> Dado que Penny ya está con Jhon...
— Jimmy. — lo corrigió Joseph.
— Da igual. Ella y yo solo seremos amigos.
— ¿Ah, sí? — volvió a preguntar Kevin.
— Todo va genial. Os dije que no iba demasiado deprisa. — mintió.
— Creo que nos equivocamos. — Joe se encogió de hombros.
— Desde luego.
— Parece que el pequeño Nick está creciendo.
A Dyl solo le bastaba verlo a los ojos para saber que no. Reprimió una mueca cuando Penny entró de vuelta al pequeño patio.
— Oh, ¿Recuerdas cuando me dijiste que podía grabar mi maqueta en tu estudio? — preguntó.
— Sí. — Nick se giró para responderle, incluso soltó la guitarra que tenía en la mano, por suerte Kevin y Dylan la sostuvieron a tiempo.
— Bueno... ¿Y si canto Give Love a Try?
A Dylan se le revolvió el estómago, ¿No era demasiado? La cara asustada de Nick indicaba que sí, era demasiado para su pisoteado corazón roto.
— Es una gran idea. — se forzó a responder. — Porque la escribí para tí, ¿verdad?
— Eres alucinante. — Penny se inclinó hacia él y lo abrazó.
Dylan bajó la vista hacia sus zapatillas, sintiéndose incómoda.
— Eres alucinante. — bromeó Kevin cuando Penny se fué.
— De lo más alucinante. — siguió Joe.
— Adiós, Nick. — la chica agitó la mano en señal de despedida.
— Espera...
— Sí, dime... — alzó las cejas instándolo a hablar.
— No debería haberle dicho que sí, ¿cierto?
— No lo sé, Nick. — se encogió de hombros, realmente, a veces no lo entendía. — Tú sabrás.
Pero lo cierto es que no, no lo sabía. Estaba muy confundido con respecto a muchas cosas.
— ¡Ay! ¡Suelta!
Dylan giró la cabeza y vió a Stella arrastrándo a Macy por el suelo de los pasillos del colegio.
— ¡No lo entiendo! ¡Esta tela debería desprenderse! — gritaba mientras tironeaba de una de las patas del pantalón.
Dylan se apuró a correr tras de ellas antes de que dejara a Macy sin ropa delante de todo el colegio.
Tal como lo había dicho. Penny se presentó en la casa de los Jonas esa tarde.
— Vuestro hermano escribe canciones estupendas. — sonrió hablándoles a Kevin y a Joe. Dylan asintió estando de acuerdo. — ¿Dylan? ¿Cierto? Nick habla mucho de tí.
La chica no era muy de su agrado, aún así era incapaz de ser grosera. Por lo que le dió una sonrisa en respuesta.
— Dyl pasa todo el rato con nosotros. — explicó Nick nervioso entrando de nuevo al estudio.
Joe y Kevin sonrieron de manera sugerente.
Dylan los golpeó a ambos en la nuca.
— Vale, ¿Por qué no vas entrando ya? — sugirió Nick rojo de la verguenza.
— Vale. — Penny, aún riendo por la relación tan cercana que tenían los chicos, cedió y se adentró en la cabina.
— Bueno, Nick, ¿Cómo quieres enfocarlo? — le preguntó Kevin.
Dylan se sentó y se puso los audífonos esperando a que su amigo decidiera por donde empezar.
— Primero haz la base, luego va la guitarra rítmica y luego haz la voz solista. — explicó.
— Bien. — dijo y se pusieron a ello.
La chica tarareó mientras empezaba a configurar el equipo.
— Vale... — sintió la voz de Nick un poco después. — No puedo hacerlo.
Nick se levantó y se fué, dejándolos a todos confundidos.
Los chicos lo siguieron, bajaron por los tubos de bomberos mientras Penny los esperaba aún en el estudio.
— ¿Qué te ocurre?
— ¿Estás bien? — Dylan se acercó a la encimera y tomó uno de los trozos de manzana cortada.
— Vamos, somos nosotros. — lo animó Joe.
— Os vais a reír de mi. — dijo.
— Somos tus hermanos, nos vamos a reír sea lo que sea. — admitió. — Toma el lado positivo, Dyl no se va a reír de tí.
— Ella ya lo sabe.
— Y nosotros no. — le reclamó Joe indignado, se giró y trató de quitarle las manzanas a Dylan. Esta lo mordió. — ¡Oye!
— Admítelo, todos tenemos favoritismos. — obvió Kevin.
— Vale... No me lo tomé con calma con Penny. Aceleré y me puse como a cien por hora. — los chicos fingieron sorpresa. — Creí que mejoraba en esto del amor.
— No. — Joe consiguió robarle a Dylan otro trozo de manzana.
— En absoluto.
— He quedado como un idiota, ¿Cómo puedo ser tan tonto? — Nick tomó otro de los trozos del bol.
— Basta ya, en primero no eres tonto y en segundo dejad de comeros mis manzanas. — Estrechó los ojos de dirección a Joe.
— Cierto, solo eres muy intenso. Lo cual es triste para ti y bueno para nosotros porque salen buenas canciones.
— ¿Qué hago ahora?
— Pues puedes esconderte en la taquilla lo que queda de año. — sugirió Kevin.
— O puedes subir, grabar la maqueta con Penny, y cuando acabe decirle "Nos vemos en el cole, ha sido un placer" — dijo Joe.
Nick miró a Dylan esperando su idea.
— También puedes ir y decirle cómo te sientes. — pensó.
— ¿Y si hago lo de la taquilla me llevarán comida?
— ¡No! — negaron.
— ¿Tengo pinta de camarero?
Nick decidió ser valiente. Subieron y él se adelantó para hablar con Penny.
— ¿Todo va bien? — preguntó preocupada la rubia.
— Sí, estábamos... Mira, — el chico tomó aire. — cuando dije que había escrito la canción para tí, no me refería a que... La había escrito para tí. Sino...
— Ya lo sé y es estupendo que me escribieras la canción... — sonrió hasta que finalmente entendió lo que quería decir. — Oh...
— Sí. Creo que me entusiasmé un poco en mi mente.
— Nick, me siento fatal. Espero que no creas que te he dado motivos. Me gustas mucho y cuando me dijiste que me habías escrito una canción pensé...
— Sí, fue... fue cosa mía.
— Eres muy enamoradizo. — su pregunta fue más como una afirmación.
— Sí, eso me dicen... Y me dicen.
— No me extraña que escribas tan buenas canciones. Cogeré mis cosas y me iré.
— Al menos deberías probar y grabar la canción.
— No puedo cantarla ahora que sé porqué la escribiste.
— Pero... ¿Jimmy no quedará defraudado ya que se la dedicaste a él?
— He roto con él.
— ¿Por qué?
— Porque no le gustó la canción, y si a alguien no le gusta una canción tan alucinante... Pues no me comprende realmente.
— ¿Quieres decir que la canción está disponible?
— Está totalmente disponible.
— Creo que hay que grabar una maqueta.
Joe dió una palmada para se pusieran manos a la obra. Nick y Penny se metieron al estudio y ellos debían configurar el resto de cosas mientras tanto. Dyl derrepente perdió el interés en acercarse de nuevo al equipo. Más que falta de ganas se sentía extrañamente incómoda.
— ¿Vienes, Dyl? — le preguntó Kevin.
— Uhm, no... Estaré un rato abajo. — se excusó antes de deslizarse por el tubo de bomberos.
No muy conforme con su respuesta, el mayor de los hermanos Jonas la siguió hasta la primera planta.
— ¿Segura? ¿No hay nada de lo que quieras hablarle al tío Kev?
— ¿Desde cuando eres el tío Kev? — sonrió, luego sacudió la cabeza. — Todo está bien. Te lo prometo.
— De acuerdo, aún así me quedaré aquí haciéndote compañía.
— Está bien, ¿Qué quieres hacer?
— ¿Te apetece hornear unas galletas de chocolate?
— ¿Contigo? Siempre. — Kevin le extendió la mano y Dylan le chocó los cinco.
Así pasó lo que quedaba de tarde, olvidándose de todo lo demás, dejando que el pelo se le cubriera de harina y peleando con uno de sus mejores amigos por las chispas de chocolate.
Si pero la amistad de Kevin y Dylan >>>
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¡GRACIAS POR LEERME! Y DIGAMOS NO A LOS LECTORES FANTASMA
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