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“M######:
Hola.
Quizás te has olvidado de mí, hay días en los que yo me olvido de ti... Y otros donde todo parece acabar por ser el recuerdo de un hermoso sueño.
En las noches, sola mirando el techo, me pregunto: ¿Qué será de ti? ¿Qué estarás haciendo? ¿Habrás podido acabar aquella serie que comenzaste a ver? ¿Cómo estarán Mona, Julieth y Muni? ¿Julieth sigue siendo una consentida? ¿Qué tal los partidos de básquet con tus amigos? ¿Cómo está tu madre? ¿Estará viendo la misma novela que mira mi mamá? ¿Cómo va el trabajo?.
Quiero saber de ti y me entristece el silencio. Y para ser completamente sincera, también me frustra un poco. Creo que me podría haber enamorado pero... ¿Quién se enamora en tan poco tiempo?.
Me digo a mi misma que esto que siento es solo un espejismo, una ilusión que mi mente crea para engañar a mi corazón...que lo que siento no es real y este enamoramiento es hacía la persona que mi cabeza creó, al tu ideal que me imagino podrías ser.
Pero luego abro el libro... tú libro, el de tu padre...y veo la tinta con tu letra... y leo las palabras con tu voz en mi cabeza... y recuerdo tu sonrisa mientras lo escribías... y la sensación de paz que sentía cuando me abrazabas o tomabas mi mano.
Te hice una promesa esa semana. Y la estoy cumpliendo, me cuesta pero la cumplo.

Cuando escapé y me subí al autobús rumbo a “lo desconocido”, nunca esperé encontrarte. Fuiste un error en mis precarios planes, un error placentero podría decirse.
Tú me viste, viste la verdadera yo. La parte de mi que no sabía que existía, tu la descubriste con solo una mirada.
Estoy tan agradecida contigo por haberme mostrado que puedo confiar en mí misma, algo que había olvidado hace años. Estoy tan agradecida, que aunque quiera no puedo enojarme contigo por alejarte.
No puedo más que suponer y entender tus razones.
Solo me hubiera gustado una despedida... aunque no me gustan. Una explicación, tal vez.

Bromeando me pediste que no te escribiera una carta me siento tranquila al saber que nunca leerás esto...

Ya han pasado un par de años desde la última vez que hablamos. Y aquí y ahora pienso que nuestra breve historia concluyó con puntos suspensivos y así quedará hasta que el destino, universo o lo que fuere vuelva a juntarnos y ocurra otro placentero error. Lo que ocurra primero.

Con mucho noséqué
#
”

El silencio se apoderó de la habitación y ante la atenta mirada de mis curiosos y expectantes hermanos; él dobló la carta y la volvió a guardar en el sobre.

La expresión de su rostro era neutral cuando levantó su taza de café y dió un pequeño sorbo.

—¿Y? —soltó mi hermana sin poder contenerse más —. ¿Qué decía? ¿Era importante?.

La miró levantando una ceja sorprendido por tal efusividad. Era comprensible teniendo en cuenta todos los meses que tuvo que esperar para llegar aquí, ahora. Él tomó el sobre y se lo entregó a ella que ni lenta ni perezosa comenzó a leer.

—¿Es de cuando fue a la playa? —pregunta mi hermano leyendo por sobre su hombro.

—Trata de ello pero parece que la escribió hace no más de medio año, si mis cálculos no me fallan.

—Es la más reciente de todas — le murmuró en respuesta.

—¿Dijeron que habían más cartas? —la pregunta sobresaltó a los hermanos llamando su atención, recordándoles donde se encontraban.

—Sí. Algunas —explica ella devolviéndole el sobre —. Una para nuestra madre, una para cada uno de nosotros —levanta los dedos contando —. Dos para sus amigas, una para su amigo y esta última para ti.

Él sigue con esa expresión indescifrable.
«Dime qué piensas».
Asiente moviéndose en el sillón. Coloca los codos sobre las rodillas inclinando su cuerpo hacía el frente, pensando.

— Entonces dicen que esas cartas fueron escritas hace años— continúa analizando aunque se firmemente que él sabe todo esto, pues yo sé lo conté.  —. ¿Donde expresa sentimientos como el enojo y la tristeza por conflictos que a ustedes nunca se les ocurrió pensar que ella guardaría dentro?.

«¿A dónde quieres llegar con esto?».

—Bueno... —ella duda frunciendo el entrecejo.

—Sí, puede ser como tú dices — dice mi hermano a su vez.

—Ella me dijo una vez —comienza a contar con su voz de locutor. Cuando hace eso es imposible no prestar atención —. Ella dijo que escribir lo que sentía le ayudaba a quitarlo de su sistema. Que su furia, enojo o tristeza quedaba en las palabras sobre el papel y cuando acababa se olvidaba del sentimiento — su mirada se posa en cada uno —... Cómo si nunca lo hubiese sentido.

—No entiendo —mi hermana se aclara la garganta y acomoda en el sofá —. Creo.

— Yo supongo que estás cartas que encontraste son los sentimientos que ella deseaba olvidar —suelta él tomando su taza y sentándose derecho.

«Lo repito » le susurro al oído divertida « Eso ya lo sabías... ¿Qué haces? ».

—¿Qué decían la otras cartas? —le pregunta mi hermano a ella con el ceño algo fruncido —. Tu dijiste que pudiste leer las otras cuando las entregaste. Eres la única que logró leerlas todas ¿No?.

— Bueno, si. A ver... — piensa acomodando su cabello detrás de la oreja y moviendo su pie nerviosamente de arriba a bajo.

«Esto es interesante» murmuré tomando asiento en el suelo en frente de ellos.

—La mayoría hablaba de arrepentimientos de cosas que pasaron y nunca le contó a nadie, ni siquiera a las personas involucradas.

—Entonces — mi hermano vuelve su atención al dueño del lugar —.
¿Dices que ella se quitó estos sentimientos de encima?.

—Eh...

— ¡Eso no tiene sentido! — exclama despertando a Julieth —. Es imposible borrar los sentimientos de esa manera.

—Es lo que le dije — responde y luego murmura tan bajo que solo yo puedo escuchar—. Con otras palabras... Menos bruscamente.

—Es un pensamiento tan infantil.

«¿Qué?» jadeo ofendida «bueno tiene razón pero aún así ¿Qué?».

—Teniendo en cuenta que las primeras son escritas en sus años de adolescente — mi hermana intenta ser objetiva —. Tiene un poco de sentido. Ambos sabemos que estuvo un poco extraña por un tiempo en esa época.

— Sí. Pero de todas maneras...— niega con la cabeza —. No puedo creer que pensara de esa forma.

—Sí, bueno es lo que me contó. Pudo haberlo hecho para no hacerles daño, tal vez —aclaró —. Son suposiciones, claro.

«Claaaro».

—Claro —repiten ambos hermanos pensativos.

El silencio se vuelve algo incómodo luego de unos minutos. En verdad desearía, no por primera ni última vez, poder saber que están pensando los tres.
Finalmente mis hermanos dejan sus tazas casi sin acabar de café  en la mesa y se ponen de pie para marcharse.

—Los acompaño abajo —les dice él —. Tengo que sacar a la perra.

Los tres y Mona salen del edificio  despidiéndose. Lo último que él les dijo fue que lamenta su perdida y que fui una buena persona. Aunque intenté buscar algún signo de mayor tristeza y dolor, su rostro volvía a ser inexpresivo y distante. Se marchó caminando en dirección contraria.

Me quedé allí casi sin darme cuenta hasta que no logré verlo por culpa de la gente caminando por la acera.

Mis hermanos ya iban una cuadra por delante de mí cuando noté que ya no se encontraban a mi lado esperándome.

—¿Crees qué ella realmente “olvido” todo ésto una vez escrito? — preguntaba mi hermana cuando los alcancé.

—No —contestó él suspirando —. Creo que aunque lo quisiera nunca se olvidaría de los momentos que la marcaron para siempre. Cómo dije, es imposible hacerlo...

—Pero lo intentó.

—Si, parece que eso sucedió... — sonríe triste —. Bueno supongo que no podía olvidar que lo conoció — suelta una pequeña risa —. Eso explicaría por que no quería salir con nadie.

—Dijo que terminó su historia con puntos suspensivos...

—Muy en el fondo lo seguía esperando — se pasó una mano por el cabello desordenado los rizos —. Mi opinión es que nunca olvido ni mierda.

—¡Hey! — ríe ella dándole un golpe en el brazo.

—Lo digo en serio, es como si lo hubiese puesto en pausa esperando algún día resolverlo.

—Como la situación en la escuela... —continua ella —. O el arrepentimiento por no estar para su amiga cuando la necesitaba.

—O el enojo conmigo antes del viaje — suspiró él —. Fue algo bueno que encontraras esas cartas... Fue una forma de liberarla de lo último que debía decirnos.

—¿Algo así como soltarlo todo antes de marcharse? —él se encoge de hombros al oír su pregunta y yo me detengo detrás de ellos.

«Soltarlo todo antes de marcharse».

—Pienso que nunca dejó de llevar estos sentimientos en su interior — continua explicando su teoría —. El otro día soñé con ella, y en el sueño me decía que debía expresar y expulsar los malos sentimientos de mi.

—¿Soñaste con ella? — se sorprende.

—Centrate —rié dandole un suave empujón—. Mi hipótesis es que se fue sin decirnos todo lo que tenía que decirnos y ahora puede estar tranquila ya que al leer sus cartas y saber cómo se sentía...

—No es la única que los carga.

—Hacemos  su peso más liviano y puede encontrar paz.

A mí lado siento la afirmación de ese ser que me ha acompañado todo este tiempo.

«¿Qué quiere decir eso?»  pregunto mientras los veo alejarse y cambiar de tema. Sonriendo y haciendo bromas. Siguiendo adelante.

La contestación es muy clara. Llega a mi como una verdad absoluta, un hecho que carece de dudas... algo que ya sabía que ocurriría pero por alguna razón no podía recordar hasta este momento. Ahí estaba, la respuesta en la punta de la lengua.

«Se ha acabado». Susurré.

«Ha terminado lo que me retenía aquí y ahora me iré».

Pero algo aún no se encuentra del todo bien, no estoy convencida de haber acabado con todo.

Comencé a andar por el camino contrario al de mis hermanos. Cada paso alejándome de ellos y regresando a  él.