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Al principio no lo notaron. Para ser sincera, yo tampoco lo había planeado de esta manera, simplemente sucedió. Una buena casualidad. Para ellos, claro.

En la tarde ya más calmados todos, mis hermanos ingresaron a mi dormitorio y comenzaron su investigación.

Mi hermano se ocupó de buscar alguna pista en mi computadora; ya había hackeado mi celular por lo que ella mientras se encargaba de comparar mis contactos con las letras de mi diario.

Y yo me paseaba de uno a otro para ver sus nulos progresos.

—Es como buscar una aguja en un pajar — se rinde callendo de espaldas en la cama con el diario aún en la mano.

—Tú quisiste buscarlo — le responde él revisando entre mis carpetas de PDF —. Yo sugerí simplemente abrirla y ya. ¡Oye! Aquí tiene una carpeta que dice biblia...

—Se siente mal hacerlo de esa manera — se quejó—. Y no te conviene abrir esa carpeta.

—¿Por qué? Nadie lo sabría.

—Yo lo sabría...

—¡Vamos! La quieres abrir...

—...y ella lo sabría.

«Uuh...en eso tiene razón». Les digo. Mi hermano se calló desviando la vista y siguiendo con lo la carpeta de ciencia ficción.

—Obviamente que la quiero leer y saber quién mierda es. ¿Por qué nunca supimos nada de él? — le explicó luego de unos minutos de silencio —. Pero pienso en todas las otras cartas y ¿Sabes? En algún punto siento que eran importantes para ella.

—Eran algo importantes si las guardo tanto tiempo — murmura.

—Tenemos que entregar está última — ella se sienta y vuelve a su trabajo —. Es lo que ella querría.

—Bien...

Los minutos pasan y no hay más resultados, exceptuando que mi hermano encontró un PDF de un libro que quería leer y no encontraba (lo había guardado en la carpeta equivocada tonta de mi).

Hasta que con un suspiro él se gira en la silla y la enfrenta cruzando los brazos.

—Estamos dando vueltas en círculos — le dice —. Necesitamos poner todo nuevamente en orden e iniciar de nuevo.

—Bieen. ¿Cómo hacemos eso?.

—Comenzando del inicio — le pasa una hoja y un bolígrafo —. Ve anotando.

—Del inicio... Bueno, encontré la carta en el fondo de su armario — ella escribió en la hoja lo que iba diciendo —. Luego intenté que sus amigos me dijeran algo, pero no sabían nada. Finalmente te pedí ayuda para revisar sus contactos.

Él la escuchaba atentamente frotando su barbilla y con el ceño fruncido.

«Tienes un plan » le susurro «Esa es la expresión que tienes cuando realmente te tomas las cosas en serio».

La conclusión es que soy tan inútil para estas cosas. ¿En verdad escribí esto nos ayudará?.

—Tal vez. Veamos—se levanta de la silla y se sienta enfrente de ella tomando la hoja y el bolígrafo —. Debe haber algo que no estamos viendo.

—Bueno, genio. Eso es obvio — se rió pero inmediatamente se dió cuenta de que él no le prestaba atención ya que se concentraba en lo escrito —. ¿Qué haces?.

«¿En qué piensas? Es la pregunta adecuada» yo también vigilaba sus movimientos «Ojals pudiera leer su mente en estos momentos».

—Pienso — contestó. Ella puso los ojos en blanco —. Creo que debemos desmenuzar esto.

—¿Qué?.

«¿Qué?»

— Como si se tratase de una ecuación, un problema al cual tenemos que encontrar la x.

— Matemáticas...

—No me mires así. Ayúdame — comenzó a escribir.

Encontrar carta

Siete cartas

(3) (3) (1)
↓    ↓    ↓
Amig. Flia. M

Tiempo

Amig= (1→adoles/ secundaria)
(2→adoles/nace bebé)
(3→adoles/¿?)

Flia= (1→ antes viaje)
(2→¿despues del viaje?)
(3→antes/en el viaje)

M= (????)

—Ok — mi hermana lee lo escrito. Ella le había estado contando lo que decían cada carta para que él pudiera colocarlas en el tiempo—. ¿De qué nos sirve esto?.

—Aun no lo sé, siento que algo se me escapa... ¿Cómo sabes que la carta de mamá fue después del viaje? — le preguntó.

—Pues...— ella se levantó de un salto de la cama y salió del dormitorio rápidamente haciendo rebotar los rizos de su cabello.

—¡Hey! ¿Dónde vas?.

Ambos nos quedamos sorprendidos y confundidos. ¿Qué acababa de suceder?. ¿Había olvidado algo en el horno? Pero si ella no cocina, es capaz de quemar el agua.
Justo cuando mi hermano se había puesto de pie para seguirla y averigua que había ocurrido, ella vuelve a entrar con unos papeles en la mano.

—¡Hey! ¿Qué te sucedió? ¿Estás bien? — preguntó preocupado.

—¿Qué? Ah, si bien...mira esto — vuelve a tomar asiento y extiende lo que parece una hoja en la cama para que él también pueda leer—. Es la carta de mamá. Cuando me preguntaste como sabía que fue escrita después del viaje me acordé de ésto. Aquí, en esta parte.

Señala con el dedo y lee en voz alta.

— “... Tal vez mi mayor defecto es no decir lo que siento en el momento en que lo siento. Tal vez es guardarme todo ésto dentro de mi, esperando que nunca salga a la luz. Pero quizás ya no lo haga más, quizás de a poco pueda ir mostrando mi voz, mi opinión, mi manera de pensar. Conocí a alguien que me ha abierto los ojos, y me hizo ver que quizás tenga la fuerza, muy dentro de mi, para enfrentar cualquier adversidad. Todo esto lo he aprendido en mi viaje, mamá, además de algunas otras cosas que nunca jamás jamás saldrán de mis labios. Y aunque hice una promesa, tenía que decírtelo...”

Luego se hizo el silencio. Mi hermano se encontraba con la mirada algo pérdida, ella se aclaró la garganta y continuó hablando.

—Ella dijo “Todo esto lo he aprendido en mi viaje” — se explicó—. Que yo sepa, ese fue el único que hizo sola.

—Vale, eso está claro... — juega con el bolígrafo en su mano—. Yo no tenía idea de lo que decía la carta de mamá.

—Oh.

—¿Entonces la tuya es antes de todo esto? —cambió de tema rápidamente.

—Si, dice específicamente que se está yendo.

—Y la mía es después... ¿Crees qué...? ¿Por qué francés el ceño?.

—Aquí — señala—. Aquí pone: “conocí a alguien que me ha abierto los ojos” — levanta la mirada —. Siento que leí eso en otra parte.

—En mi carta escribió algo parecido, estaba por decirte eso justamente — toma su sobre y saca los dos papeles —. “ Conocí a alguien aquí. Alguien que me ayudó a entenderme y aprender a confiar en mi.”

Damos por hecho que él es esta persona misteriosa — le preguntó—. ¿Sabes cuántas personas pueden, por casualidad haber estado en ese lugar, en ese mismo periodo de tiempo por x razón? Si esa persona es la misma...estoy perdida. Nunca lo encontraré.

«No te pongas así» le murmuro «estuviste tan cerca».

—Tienes razón — concluye él —. Si lo conoció en ese viaje y no sabemos ni siquiera como contactarlo, es un caso perdido.

Ambos contemplan los papeles sobre la cama, las cartas los garabatos de mi hermano, la lista de letras y números de contacto que mi hermana analizaba.

—Si tan solo supiera su número de celular, pero parece que solo tenía a los más importantes en su lista de contactos — explica ella—. No tienen relación alguna con las letras del diario.

—Hay que rendirse...

—El diario...— susurra.

—Si. El diario....

—No. En el diario — comienza a buscar desesperada en este—. En el diario leí las mismas palabras que en tu carta y la de mamá.

—¿En serio?.

«Templado, templado, templado».

—Si. Pero no le había dado mucha importancia porque me estaba concentrando en comparar las letras con los contactos. ¡Acá está!.

Fue un error conocerlo. C es especial para mí y siempre lo será, me ayudó a conocerme mejor, encontrar mi voz... él...y a pesar de que estuviera melancólica por no saber qué sucedio y romper esa promesa... No puedo olvidarlo, no aún. Lo haré... seguramente en un futuro, pero no ahora.”

«Miercoles» murmuro recordando cuando lo escribí. Fue un año o un año y medio  después del viaje. Dejamos de hablarnos y me encontraba triste, le había prometido algo y no lo cumplí...más o menos. «Total él nunca se enterará» Pensé en ese momento de juventud. Siempre lo consideré un error, nuestros caminos no debían cruzarse, pero no todos los errores son malos ¿Verdad?.

—No lo puedo creer — murmuró mi hermano—. Entonces si es la persona que conoció en la playa.

—Si. ¿Ahora, cómo damos con él? .

—Es imposible localizarlo. Ya han pasó muchos años desde entonces y pudo haber sido un turista. En el mejor de los casos estará en cualquier parte del país; y el el peor, pudo haber sido un extranjero... podría ser de cualquier parte del mundo.

«Es divertido verlos». Les comento divertida, llenado el dormitorio de una sensación de calidez «Van de los pensamientos positivos a los negativos muy rápidamente e intercambiando lugares».

—Tranquilo — lo tranquilizó —. ¿No fuiste tú quien dijo que había que desmenuzar los hechos, o algo por el estilo?.

Él parpadeo mirándola fijamente, ella le devolvió la mirada con una sonrisa llena inocente.

«Estaban tan cerca...». comento paseándome por el dormitorio. Afuera el cielo despejado y soleado había quedado atrás. El día de tornó gris y el viento soplaba moviendo las hojas de los árboles. Él vecino terminó de lavar el auto, lo guardo en el garage y ahora juntaba la manguera, el jabón y esas cosas. Se veía igual de guapo con el jersey como sin el.

Desvío la mirada hacia mis hermanos que habían estado hablando.

—Si. Tienes razón — él dijo y observó los papeles suspirandoo suavemente—. Ya descubrimos algo al menos.

—Exactamente... Tiene que haber algo más.

«Bueno. ¿Y si no lo hay?». Pregunto volviendo a su lado «¿Y si todo esto es una perdida de tiempo y este hombre no existe?».

Pero nadie me escuchaba. Muy en el fondo dentro de mi, deseo que no lo encuentren, no quiero enfrentarlo...

—¿Por qué?.

—¿Por que, qué? —respondió acariciando mi mejilla.

—¿Por qué esperaste tanto para besarme?.

Sonrió mostrando sus hoyuelos.

—¿Y sus amigos? — preguntó mi hermano trayendome al presente—. ¿Qué te dijeron cuando les preguntaste?

—Nadie sabía nada — contestó —. No más de lo que te había comentado por teléfono.

—Ajam...Y eso era... ¡Auch! ¿Por qué me pegaste?.

—No me prestas atención cuando hablo — se justificó viéndolo frotarse el brazo donde ella le había dado un golpe —. Lo único que ellos dijeron que podría tratarse de esta persona era: que se trataba de un hombre unos cinco años mayor que ella (más o menos), y que dejaron de hablar... bueno, él dejó de hablarle a ella.

—Eso explica porque no tiene su número en el celular ni nada relacionado con él — vuelve a frotarse el brazo —. Ésto sucedió hace algunos años, si dejaron de hablar es normal ¿No?.

—Eso solo hace mi trabajo más complicado...

—Sinceramente...es verdad — sonrió cansado —. ¿Segura que su amigo no sabe nada?.

—Para ser sincera, ellas e incluso yo, pensábamos que él sabría algo.

—¿Por qué ella le contaba todo a él?.

«Dejavu » digo « Siento que escucho mucho esa frase».

—Si. Me encontraba contenta al saber que me respondió rápido —explica —. Creí que tendría la respuesta enseguida. Pero no. Él no sabía nada.

— Entonces no le contaba todo — vuelve a la silla frente al escritorio— .. Noe comentó quién era este hombre más de lo que les dijo a las demás.

—No, no se lo dijo — mira alrededor de la habitación y su mirada se detiene en una foto de nosotras—. Un momento. No habló de él, pero si del viaje.

«Eso talvez funcione» le digo entusiasmada «¿Qué tienes en mente?».

—Si, a nosotros también nos contó todo lo que hizo esa semana — resopló—. Claro que olvidó mencionar al sujeto.

Ella salta de la cama y se para a su lado emocionada.

—No. No lo entiendes — continuó hablando —. El amigo me dijo a mi, que ella le envío fotos casi todo el tiempo que estuvo allí.

—Siii...¿ Y qué? — frunció el ceño —. Crees qué si se hubiera sacado fotos con él ¿Se las habría enviado al amigo?.

—Bueno, no exactamente...

— ¿Y si eso hubiera ocurrido, no piensas que habría salido el tema de conversación? ¿Qué no le preguntaría quién es?.

Ella se queda con la boca abierta pensando qué responder. Sé que piensa que lo que nuestro hermano dice es completamente verdad. Si por esas casualidades de la vida le hubiese enviado esas fotos a mi amigo, él se lo habría dicho cuando le entregó la carta.

—¿Quieres una foto? — pregunté.

—Si.

—¿Conmigo?.

—Si.

—¿Juntos?.

—Si — soltó una carcajada y se colocó detrás de mí con el celular en las manos —. Es un recuerdo para nosotros. Una prueba de que realmente nos conocimos... Sonríe.

«Bueno». Carraspeo «Tal vez si exista una foto. Pero no creo que la encuentren ellos...».

Es una pista...la última posibilidad de encontrar algo.

—Dudo que su amigo guarde las fotos que ella le envió hace años.

—Yo pienso igual, pero seguro ella las guardaba en la computadora — señaló el monitor encendido—. Solo hay que buscarlas.

Afuera, las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer chocando contra el vidrio de la ventana. Ambos se dieron vuelta para mirar en el momento justo en que mamá desde la cocina les grita para que la ayuden a entrar la ropa tendida afuera.

—¡Mierda! — mi hermana camina hacía la puerta señalando lo con el dedo —. Yo iré. Tú busca las fotos en la computadora. Debe tenerlas en alguna carpeta.

—Vale.

Me quedé mirándolo buscar entre los archivos, carpeta a carpeta. Él fue inteligente y de alguna manera logró ordenar todo por fecha calculando más o menos el tiempo la búsqueda se redujo bastante (tampoco es que tengo muchos archivos, y la mayoría están ordenados). Para cuándo, quince minutos después, nuestra hermana volvió al dormitorio, él ya había encontrado las fotos y las pasaba una a una observando detenidamente cada una.

—¡Las encontraste! —chilló emocionada sentándose en el borde de la cama para observar también.

—Si. Pero hasta ahora es puro paisaje y una que otra foto de ella frente al espejo — responde suspirando —. ¿Cómo está mamá?.

—Bien, dijo que ya comenzará a hacer la cena.

—Vaale.

— Espera un segundo — lo detiene en una foto donde me encuentro frente a la orilla del mar con un vestido veraniego y el cabello suelto con los rizos volando descontrolados por el viento. En la foto estoy riendo intentando posar como en las revistas. En verdad las recuerdo y son una serie de tres fotos más o menos iguales y una más borrosa y movida.

—Era tan hermosa y llena de vida — mi hermano pasa a la siguiente.

—¿Cómo no nos dimos cuenta?.

—¿Uh?.

—Alguien tuvo que haber tomado las fotos...busca las fotos en las que se encuentre sola — le indicó.

—Bueno, no son muchas, la verdad — el cerró la ventana del visor de imágenes y la carpeta con cada foto en tamaño miniatura apareció de repente.

Él separó en una nueva carpeta las que aparecía sola y volvió a abrirlas con un doble click.
Como había dicho, la mayoría eran mías en la habitación del hotel frente al espejo (lo siento, necesitaba ver cómo me quedaban los atuendos). Las siguientes eran algunas selfies frente al mar o en algún otro lufar, luego una sucesión de fotos frente a un monumento importante o cenando, una en la que estoy tomando un helado y otras donde me encuentro distraída mirando a otro lado.

«Ok. Las fotos son muy incriminatorias ». Digo algo avergonzada. No recordaba que él me había tomado tantas.

—Nunca había visto estás — mi hermana dice con la boca abierta —. No estaban en la computadora cuando me las enseñó aquella vez.

—¿Quizas las tenía él y se las pasó después?.

—Podria ser.

«Así fue».

Él se detiene en una donde estoy en el comedor del hotel sonriendo con dos libros en mis manos. Mis mejillas se encuentra algo sonrojadas. La siguiente es en el mismo lugar pero yo tapo mi cara con los libros. Pasó a otra donde me encuentro en la playa sujetando uno de esos libros sonriendo feliz, otra donde me encuentro mirando el interior de este muy concentrada y con una sonrisa tonta en la cara.

—¿Qué sucede? ¿Encontraste algo? — ella se acerca más a la pantalla, está tan en el borde de la cama que podría caerse.

—Es extraño, ¿porqué se tomó dos veces la foto con los libros? — preguntó volviendo atrás a la primera donde estoy en el comedor —. Son de días distintos según parece, y alguien seguramente él, le tomó las fotos...

—Tal vez solo los estaba leyendo... Creí que habías parado porque notaste algo como el reflejo en un vidrio o cosas así.

—¿En serio? —voltea a verla con una expresión de cómica incredulidad —. Eso solo pasa en las películas, hermanita.

—Entonces porque acabo de encontrar algo — ella señaló la foto con una sonrisa orgullosa.

«¿En serio?». Pregunto sorprendida.

—¿Qué?.

—Mira los libros... Esos los tiene aquí, los vi cuando revisaba sus cosas.

Se levanta y camina hacia la biblioteca. Como ella dijo, los libros se encontraban allí. Los sacó de la estantería dejándolos sobre la cama cruzándose de brazos.

«Calaliente, caliente, caliente». Susurro impaciente.

—¿Qué tienen los libros? ¿No dijiste que habías revisado todo y no encontraste nada dentro?.

—Claro, pero tal vez solo debía mirar mejor...mmm...¿Cuál es el que aparece dos veces?.

Él revisa las fotos, comparándolas y luego le dice el nombre. Se para a su lado observando dicho libro.

Observando.

Observando.

Observando.

Y yo los observo a ellos, esperando impaciente mente a que lo noten.

Esperando.

Esperando.

Esperando.

La lluvia es el único sonido en el dormitorio. Afuera todo está oscuro y tormentoso, atrás quedó la mañana soleada y cálida con la que despertamos. Cómo si no hubiese sido el mismo día.

«Te quemas» le dije a mi hermana.

Supe que lo descubrió al ver sus ojos abriese lentamente. Luego ella golpeó su frente con la palma de su mano y dijo alguna grosería.

—No puedo creer que estuviera frente a nosotros todo este tiempo.

—¿De qué hablas? ¿Que encontraste? — él la toma de los hombros algo impaciente.

—Creo que lo encontré.

—Explicate.

—El nombre del escritor del libro...se llama igual a la persona que buscamos.

—¿Qué? — toma el libro en sus manos y lo da vueltas leyendo el nombre del autor —. No puede ser tan fácil...debe ser coincidencia.

—Ella utilizó la letra C para hablar de él  en su diario — especuló —. Y da la casualidad que su apellido inicie con una C.

—Si tienes razón — comenzó él revisando entremedio de las hojas—. Quiere decir que lo encontramos, hermanita.

—Lo encontramos — rió feliz saltando por toda la habitación —. ¡Lo encontramos!.

—Hacemos un buen equipo ¿No? — ella lo abrazo por la espalda haciendo que casi se caiga.

—Si, que lo hacemos.

—Mira esto, él le dedicó y firmó el libro — le muestra una de las primeras hojas —. ¿No habías dicho que revisaste todos los libros?.

—A ver... — lo agarra leyendo —. Y si, revise que no tuvieran nada entre las hojas, no me puse a leer hoja por hoja, genio.

Él rodó los ojos comenzando a juntar todos los papeles de la cama.

— No importa, lo que dice ahí solo es una confirmación de lo que ya sabemos. El escritor es la persona que buscamos.

—El dueño de la séptima carta.

«Lo lograron» sonrío a ambos bastante impresionada. La entidad a mi lado también se encuentra sorprendida por los resultados.

—Ahora solo tenemos que encontrar la manera de entregarla.

— Un paso a la vez — mi hermano la abraza —. Ya pensaremos en algo .

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