MJ se mordió el labio mientras que sollozaba contra la almohada que abrazaba. Sus interminables lágrimas mojaban la tela de la funda de la almohada, y al mantenerla presionada contra su rostro ahogaba sus sollozos. Después de todo, no quería que la escucharan llorando.

Retiró la almohada de su rostro durante un momento. Tomó el borde del cuello de la camisa de Peter y lo llevó a su nariz para luego inhalar. Seguía teniendo el olor de Peter. En su mente reinaba la imagen de aquel apuesto muchacho, con su tonta sonrisa, sus lindos rizos... volvió a cubrir su rostro con su almohada y soltó otro fuerte sollozo.

Se preguntó cómo habían sido los últimos momentos de Peter, si él había pensado en ella antes de decidir quitarse la vida. También se preguntó si podía verla en estos momentos, ver todo el dolor que su muerte le había causado.

«Recuerda respirar.», se dijo a sí misma intentando calmarse. Volvió a quitar la almohada de su rostro, inhaló profundamente y luego exhaló, con ambas manos encima de su pecho, sintiendo como subía y bajaba. «Él está en un lugar mejor. Está descansando...»

Suspiró mientras que pasaba sus dedos por sus cortos rizos rojos. Su cabello había vuelto a crecer un poco desde que se lo había cortado durante el ataque de histeria que tuvo tras la entrevista en el Bugle, pero ella no planeaba en dejarlo crecer. Prefería mantenerlo corto. 

Se levantó de su cama, se aseguró de que la puerta estuviera con llave se puso el traje de Spinneret para luego salir por la ventana. Pasó un buen rato simplemente balanceándose por los aires sin un destino en específico. Le gustaba la sensación del viento en su cabello, algunas veces cuando llegaba a balancearse hasta llegar muy alto en el aire, se dejaba caer, y cuando llegaba a estar a tan solo unos metros del suelo disparaba una telaraña para volver a estar en el aire.

A su mente llegó el doloroso recuerdo del día en el que Mysterio le reveló la identidad de Peter al mundo. Pete la había llevado a balancearse por los aires con él y ella lo había odiado, había gritado durante todo el rato y se había abrazado muy fuertemente a Peter temiendo que iba a caer, pero ahora amaba balancearse por los aires con sus telarañas y su traje de Spinneret. También amaba ser Spinneret. El traje le hacía sentirse fuerte, se preguntó si así se sintió Peter cuando él llevaba su traje de Spider-Man.

Tras pasar un buen rato simplemente balanceándose por todo Nueva York decidió tomar un descanso y posicionarse encima del techo de un edificio alto, se paró encima del borde del techo y caminó con ambos brazos extendidos, haciendo balance.

—No te he visto desde que te hiciste la heroína cuando aquel sujeto atacó aquella escuela la semana pasada.—Bufó mientras que escuchaba a Green Goblin saltar de su planeador y aterrizar de pie en el techo en el que ella estaba. 

—Y yo no te he visto desde que hiciste el ridículo aquel día.—Sonrió burlona. Desde aquel ataque en Midtown no había habido un nuevo ataque de villano, y ella solamente se había encargado de uno que otro asalto a tiendas o robos de bancos. El otro día hasta había impedido que una bicicleta fuera robada.—¿Por qué te tardaste tanto, Duendecillo? ¿Qué no se supone que eres el nuevo héroe del vecindario?

Green Goblin gruñó apretando los labios.

—Me tardé porque estaba preocupado preparando mi equipamiento. Mi planeador estaba cargando y...

—¡Preparando tu equipamiento! ¿Sí sabes que se debe de estar preparado todo el tiempo?—se cruzó de brazos.—¿Crees que el Capitán América hubiera llegado tarde a una batalla porque estuvo ocupado puliendo su escudo?

—¡Como sea! ¡Tú solo ganaste aquella vez porque estabas en el lugar y el momento correcto!

MJ levantó una ceja a pesar de que no podía verse por su máscara, puso ambas manos en sus caderas.

—Oh, lo siento, ¿acaso le di a tu ego? ¿O no quieres aceptar que una chica salvó el día y tú no? ¿Y qué quieres decir con ganar ésta vez? Nadie dijo que esto era una competencia, Duendecillo. Si intentamos competir sobre quién será mejor héroe terminaremos poniendo la seguridad de los civiles en riesgo.

—Tsk, como sea.—Green Goblin rió entre dientes.—Tú solamente tuviste suerte de principiante.

—¿Suerte de principiante? Lo dices como si tú no fueras también un nuevo héroe.

Sintió satisfacción al notar que Green Goblin se tensaba.

—Ugh, como sea...—Bufó y MJ notó que en el antebrazo de su traje tenía un tipo de panel holográfico, y al presionar unos botones hizo que su planeador bajara aún permaneciendo elevado en el aire y se sentó encima de él.—¿Qué te tiene despierta tan tarde, arañita?

—No podía dormir, así que decidí hacer algo de patrullaje nocturno.—Respondió, mientras que se sentaba encima del borde del techo. Eso era verdad, en parte. No había podido seguir durmiendo tras la pesadilla que había tendió relacionada con Peter.

—Qué coincidencia, lo mismo me pasó a mí.—Rió entre dientes.

—Por cierto, apreciaría si no me llamaras arañita.

—¿Por qué no? Si para ti soy Duendecillo.

Green Goblin rió mientras que MJ rodaba los ojos.

—Como sea...

—Así que...—Green Goblin se aclaró la garganta.—¿Sabes algo sobre éste sujeto que atacó aquella escuela?

—Tú peleaste contra un ejército de sujetos como él, pensé que tú sabrías más.—Fingió inspeccionar sus uñas.

—Lo único que sé es que se hacen llamar Demonios.

—¿Así se llaman de verdad? Pensé que así era solamente como la prensa los llamaba.

—Bueno, no estoy del todo seguro...—Goblin suspiró.—Hey, Spinneret...

—¿Sí?

—¿Y si trabajamos juntos?

Se sorprendió tanto ante aquella pregunta que casi cae del borde del techo. Se levantó rápidamente viendo sorprendida a Green Goblin.

—¿Bromeas? Hace menos de cinco minutos diste a entender que esto es solamente una competencia para ti, para ver cuál de los dos es el mejor, ¿y ahora quieres mi ayuda? Se nota que solamente eres amable con las personas cuando te es conveniente.

—Hey, lo lamento, ¿de acuerdo?—Levantó ambas manos mostrando sus palmas y se levantó del planeador.—Admito que esos comentarios no estuvieron bien de mi parte. Estaba celoso porque tú habías salvado el día aquella vez en lugar de yo...

—¡Así que lo admites!—No pudo evitar reír fuertemente.—Ya, hablando en serio: lo lamento, Green Goblin—En realidad no lo lamentaba.—, pero no necesito tu ayuda.

Green Goblin se mostró sorprendido.

—¿Por qué? Si dije que lo sentía.

—Porque puedo investigar sobre estos Demonios yo sola.

Era demasiado orgullosa para aceptar la ayuda del arrogante Green Goblin. Quería demostrar que era una heroína de verdad, ¿qué mejor forma de hacerlo que atrapando por sí sola a aquel grupo de Demonios que estaba aterrizando Nueva York?

Green Goblin permaneció viéndola durante unos momentos como si estuviera inspeccionándola.

—... Spinneret, ¿por qué haces esto?

No pudo ocultar su confusión ante aquella pregunta.

—¿Qué quieres decir?

—Apareces de la nada, diciendo que eres el nuevo gran héroe del vecindario, con tu traje y tus telarañas, y pretendes reemplazar a Spider-Man cuando todos sabemos quién era él en realidad: un psicópata el cual causó caos y destrucción y lastimó y mató a personas solo para poder mantener su farsa y hacerles creer a todos que él era un héroe, cuando en realidad era el villano.—Cada una de esas palabras se sintió como una apuñalada en el corazón para MJ.—¿Por qué lo haces? Idolatras a alguien tan vil como él... lo mejor que pudo pasarle a éste mundo fue el que Mysterio lo haya expuesto, y que él muriera en la cárcel.

Como si su cuerpo tomara control propio, MJ caminó hacia Green Goblin y le dio un fuerte puñetazo el cual, a causa de su súper fuerza, lo lanzó por el aire y cayó encima de la terraza del edificio de en frente. MJ saltó y al aterrizar en la terraza se posicionó en frente de él.

—¡No te atrevas a hablar como si supieras exactamente lo que pasó, como si tú hubieras presenciado todo!—Gritó enfurecida. Eso era lo que ella había hecho: ser una testigo de cómo fueron las cosas en realidad. Ella era una de las pocas personas que sabían la verdad, pero, ¿qué punto tenía el saber la verdad cuando vivía en un mundo en el que absolutamente nadie le creería encanto hablara? Green Goblin era exactamente como todos los demás. No valía la pena intentar explicarle la verdad cuando él estaba tan convencido de que las mentiras eran reales.—¡Ni sueñes con trabajar conmigo si te atreverás a faltarle el respeto a la memoria de Peter! ¡Él no fue el villano, si no que fue el héroe! ¡Él lo único que quería era ser un héroe, y todos lo dejaron morir siendo recordado como un villano!—No pudo evitar sollozar fuertemente.

—¿Peter?—Green Goblin sonó sorprendido.—Lo llamas por su nombre... ¿lo conociste personalmente?

Sintió su sangre helarse y rápidamente se dio la vuelta, cruzándose de brazos.

—No tengo porqué darte explicaciones. Tú eres como todos los demás. Un ignorante que cree todo lo que le digan, y que dejó que un chico inocente muriera en vano.—Sintió su voz temblar.—Nadie entendió el dolor por el que él estaba pasando. Nadie hizo nada para prevenir su muerte...

Ni siquiera ella.

Antes de la muerte de Peter, ella jamás supo que él había estado considerando el suicidio como una opción, ¿cómo no pudo notar no desesperado que él había estado durante las pocas veces que llegó a verlo durante el periodo de su juicio antes de que fuera declarado culpable y sentenciado a cadena perpetua? ¿Cómo no pudo notar que él había estado muriendo por dentro poco a poco y que la esperanza se iba de él? Cada vez que ella lo había visto, él le sonreía y le daba una cálida mirada. La única vez que lo vio romperse fue cuando el juez golpeó su martillo tras hacer su veredicto y fue llevado por los oficiales para ser trasladado a La Balsa.

Pero aún así, después de eso, durante la única vez que pudo haber visto a Peter después de que fuera sentenciado, él parecía positivo y lleno de esperanza a pesar de que literalmente era un adolescente el cual pasaría el resto de su vida en una prisión de máxima seguridad por crímenes que no cometió. Incluso en la carta que él le escribió cuando Mentita fue dejada con ella, en ningún párrafo dio señales del verdadero dolor en el que estaba, o en lo que planeaba hacer...

—Si de verdad lo defiendes, y crees que él fue inocente, entonces el Bugle tiene razón: no importa cuántas veces seas tú quien salve el día, nada cambiará el hecho de que tú eres una amenaza, tal como él lo era.

Volteó encima de su hombro y le dio a Green Goblin una mirada más fría que el hielo. 

—Ya veremos cuál de los dos es la amenaza aquí.