Después de que MJ saliera de la ducha, con una toalla envuelta en su cuerpo y la otra alrededor de su cabeza, se sentó en el borde de la cama mirando el atuendo que Jessica había escogido para ella antes de que fuera a ducharse: Un vestido escarlata y unas zapatillas blancas. MJ hizo una mueca, no era mucho su estilo, pero debería usarlo solamente por esa noche.

Su teléfono sonó con la notificación de un mensaje, extendió una mano y lo tomó. Lo había dejado encima de su cama tras su llamada con Gwen, y había olvidado por completo el decirles a Jessica y a Luke sobre lo sucedido aquel día en la escuela.

Levantó una ceja al notar que el número que le había mandado aquel mensaje era uno que no tenía en sus contactos, pero cuando empezó a leer sintió un escalofrío.

"MJ, éste es Harry. Osborn. Conseguí tu número gracias a tu amigo ese con el que siempre estás. No te enojes con él, él no sabe lo que pasó en la terraza. Solo quería disculparme contigo por lo qué pasó, de verdad estoy muy avergonzado y pido tus disculpas, y quisiera que sepas que jamás haría algo para lastimar a una chica, especialmente a ti. Sé que hasta ahora he sido un imbécil contigo, así que espero que me perdones y que podamos ser amigos se quieres."

Suspiró con el ceño fruncido y apagó su teléfono. No quería pensar en Harry ni en nada relacionado con lo terrible que habían sido sus días, solo quería tomarse una noche libre de todo el drama y caos que era su vida para poder celebrar junto con su familia que un nuevo miembro pronto llegaría.

Se vistió con el atuendo que Jessica había escogido para ella y al verse en el espejo hizo una mueca. Le gustaba cómo se veía su cabello corto, pero desde que lo había cortado ya no tenía muchas opciones sobre cómo arreglarlo, así que simplemente lo peinó un poco. Sus mechones rizados todavía eran demasiado cortos como para peinarlos hacia atrás.

—Vaya vaya, mira quién se puso linda.—Dijo Jessica sonriéndole cuando MJ salió de su habitación. La mujer llevaba un vestido negro y su esposo un traje con corbata amarilla.

—Mira quién habla.—Dijo MJ sonriéndole a su hermana.

Cuando todos estuvieron listos salieron del departamento y MJ hizo lo mejor que pudo para no pensar en todo lo sucedido aquel día mientras que estaba en el auto esperando a que llegaran al restaurante. Al llegar se encontraron con Matt y Danny, los cuales le sonrieron a Jessica y Luke.

—¡Ahí están los futuros padres!—Dijo Danny con una enorme sonrisa. Le dio un gran abrazo a Luke y un beso en la mejilla a Jessica.

—Estamos muy felices por ustedes, felicidades, chicos.—Dijo Matt sonriéndoles.—Ya era hora de que nos dieran un sobrino.

Jessica se sonrojó ligeramente y Luke y MJ rieron.

—Hey MJ, ¿cómo has estado?—Preguntó Matt en dirección hacia donde había escuchado la voz de la pelirroja.

—Intentando sobrevivir.—Se encogió de hombros. Jessica le dio un pequeño golpe en el hombro.

—Bueno, te ves bien.—Dijo Danny sonriéndole.

—También suenas bien.

MJ aguantó una risa. Entraron al restaurante y cuando fueron llevados a su mesa todos se sentaron. Danny se puso a explicarle a Matt lo que había en el menú.

—MJ, ¿cómo vas en la escuela?—Preguntó Matt después de que todos ordenaran.

—Ni tan bien ni tan mal.—Se encogió de hombros. No quería hablar sobre la escuela, pero tampoco podía mostrarse grosera ante los amigos de Jessica y Luke. Se llevaba bien con Danny ya que él y Luke eran mejores amigos, y le tenía un aprecio a Matt por lo mucho que se había esforzado en ayudar a Peter durante el tiempo que fue su abogado.

—Me enorgullece que a pesar de todo lo que ha pasado sigas esforzándote y teniendo buenas calificaciones.—Dijo Jessica sonriéndole, y MJ le sonrió ligeramente nerviosa, sintiendo una punzada de culpabilidad por no haberle contado lo sucedido con Harry.

De repente el lugar se llenó de murmullos entre todas las personas que estaban ahí, y gracias a las ventanas de cristal lograron ver que había gente corriendo por la calle, como si escaparan de algo.

—¿Qué sucede ahí?—Preguntó Jessica confundida, levantándose para ver mejor.

—¿El viernes negro llegó antes?—Murmuró MJ en una broma, pero al ver el horror en los rostros de los adultos tragó saliva.

—Un ataque de villano.—Luke dijo e inmediatamente miró a MJ y a Jessica, las tomó a ambas de las manos y salieron corriendo del restaurante junto con Matt y Danny.

—¡Luke!—Exclamó Rand acercándose a Cage.—Llévalas a un lugar seguro. Nosotros nos encargaremos de esto.

—No, iré con ustedes.—Dijo Jessica mirando a sus amigos con seriedad. MJ miró a su hermana como si estuviera loca al escuchar esto.

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Estás embarazada!—Exclamó Luke.

—¡Soy fuerte, puedo pelear!

—¡Eso lo sé, pero de ninguna manera los pondré al bebé y a ti en peligro!—Luke gritó mientras que volvían a correr por la calle. MJ gritó cuando vio a una persona, un hombre en traje, y usando una máscara de una criatura parecida a la de un demonio, apuñalar a alguien usando una espada.

MJ sintió pánico. Estaba horrorizada, confundida. No tenía ni idea de lo que estaba pasando. Todo a su alrededor era caos.

Antes de que se diera cuenta ella y Jessica se encontraban de vuelta en el departamento, Luke se había ido a ayudar a Danny y a Matt y Jessica se encargaba de cerrar la puerta y todas las ventanas con cerrojo. Mentita las miraba desde su poste de rascar, sin entender lo que pasaba.

—Dios mío...—Jessica murmuró asomándose por la ventana.—¿Qué demonios está pasando? Es como la purga ahí afuera.

—¿Estarán ellos bien?—Preguntó MJ sintiéndose sudar por la preocupación y los nervios.

—Luke es prácticamente indestructible, así que estará ahí para proteger a Danny y a Matt.—Jessica suspiró apretando la tela de la cortina.—Confió en esos tres, solo espero que sepan lo que están haciendo...

Jessica jadeó fuertemente asomándose por la ventana y MJ, temiendo que acabara de ver algo pasando a Luke o a Matt y Danny, fue a su lado y se asomó, pero vio algo que también la hizo jadear fuertemente: era una persona en el aire en un planeador, sacando unas esferas naranjas de su cinturón y lanzándolas a los atacantes desde arriba. Las esferas en cuando hicieron contacto con el suelo explotaron, enviando a los villanos disparados en varias direcciones.

MJ no entendía lo que acababa de ver. Intentó ver mejor a la persona en el planeador y sacó su teléfono para grabar: parecía ser un chico, cuyo traje era verde con detalles morados y con una capucha morada con forma de un gorro de duende, y parte de su rostro estaba cubierto de un visor el cual, MJ supuso, sería el equivalente a su máscara.

—¿Pero qué...?—Murmuró.

Jessica y MJ se pusieron a ver las noticas en cuanto las cosas parecieron calmarse, y la reportera se puso a hablar de como los atacantes a los cuales se refirió como "Demonios" terminaron escapando después de que muchos de ellos quedaran débiles durante la pelea contra Power Man, Daredevil, Iron Fist, y...

—¡Spider-Man está aún más muerto ahora! ¡Porque Nueva York tiene un nuevo amigable vecino: saluden a Green Goblin!

MJ ahogó un gemido de horror y Jessica rápidamente apagó la televisión. Escucharon el cerrojo de la puerta abrirse y Luke entró, y Jessica inmediatamente fue hacia él y empezó a llenarle el rostro de besos.

MJ apretó los puños sintiendo sus ojos llenos de lágrimas y corrió hacia su habitación, se encerró y sintió sus manos temblar. Gruñó fuertemente sintiendo su cara ponerse roja de furia. ¿Quién se creía que era ese tal Green Goblin? ¿Cómo se atrevían a compararlo con Peter y aceptarlo tan rápidamente como el nuevo amigable vecino?

No era justo. Para nada justo.

MJ gritó desde lo más profundo de su garganta mientras que golpeaba una de las paredes de su habitación, tan fuertemente que dejó un hueco. Su ira desapareció siendo reemplazada por miedo al ver sus nudillos sangrar y sentir su mano doler como nunca antes lo había hecho.

Jadeó mientras sollozaba, corrió al baño de su habitación y rápidamente intentó limpiar la sangre con una toalla, sus ojos llenos de lágrimas causadas tanto por el dolor de la herida como por la frustración y furia que la tenía guardada. Sintió su mano débil y sus nudillos arder, pero...

Se sorprendió al notar que el dolor se iba increíblemente rápido, y los moretones en sus nudillos desaparecieran confundida, puso su mano bajo el agua del lavamos, enjuagando la sangre de la herida y luego secándola con la toalla, y sin poder creer sus ojos observo su mano curarse por completo.

No podía ser.

Había recordado a Peter mencionarle que podía regenerarse rápidamente gracias a sus poderes, así que no importaba si se lastimaba mucho durante una batalla.

MJ jadeó, sus piernas temblaron y cayó encima del piso del baño, sus lágrimas cayendo encima de su regazo, pero ya no sabía la razón de sus lágrimas, se había olvidado por completo de Green Goblin y de todo lo que acababa de pasar.

De repente una idea muy, muy loca pasó por su cabeza.

Fue hacia su cama y sacó debajo de ésta su mochila, la abrió y ahí estaba el traje de Spider-Man que Tony Stark había hecho para Peter y que Peter jamás había llegado a usar, de colores rojo y blanco.

Sacó el traje y el antifaz de su mochila y los puso encima de su cama. Tragó saliva sintiendo su corazón latir como loco. ¿Estaba loca? No sabía nada sobre ser superhéroe.

Pero tampoco lo había hecho Peter cuando empezó como Spider-Man.

Se asomó desde su habitación para asegurarse de que Jessica y Luke siguieran en la sala. Ahí estaban ellos, hablando preocupados entre sí. MJ suspiró y cerró la puerta de su habitación con llave.

Fue hacia su armario y sacó de éste una de las cajas llenas de las cosas de Peter, las cuales May le había regalado. Buscó hasta que encontró un cuaderno lleno de notas de cómo hacer el fluido de telarañas. Y aún mejor: se encontró con dos lanza-telarañas en buen estado.

MJ volvió a tragar saliva, preguntándose si debería hacerlo, tomar una decisión que cambiaría su vida para siempre.

Luego recordó a Green Goblin, y cómo en las noticias lo estaban mostrando como un héroe, de la misma forma que Peter alguna vez fue un héroe para la ciudad de Nueva York.

Apretó la mandíbula con furia.

Si había alguien que se convertiría en el reemplazo de Spider-Man, esa sería ella.

Tomó el antifaz, caminó hacia el espejo de cuerpo completo que tenía en su cuarto, y se puso el antifaz, viéndose en el espejo, y sintiendo que le quedaba a la perfección.