Capítulo 02
El omega observaba al alfa con curiosidad y un toque de desdén. Jamás olvidó lo que había pasado con Jungkook cuando ambos tenían catorce años; de hecho, lo recordaba con tal claridad que cada vez que tomaba un balón de voleibol, pensaba en las duras palabras del pelinegro.
Ahora, con el cabello teñido de rosa, lo miraba con una expresión afilada, preguntándose si Jungkook lo reconocía, aunque no estaba seguro. Los enormes ojos del alfa parecían ser dos ventanas al vacío, sin revelar emoción alguna.
—¿Eres "Fading Star"? —preguntó Jisung, rompiendo el incómodo silencio que se había formado tras la llegada de Jungkook.
"Fading Star" oh...
Jimin conocía ese apodo. Poco después de su primer encuentro con Jungkook, se enteró de que sus compañeros de equipo lo llamaban así, y eso le causaba molestia. ¿Por qué alguien tan desagradable como él merecía un apodo tan grandioso? El omega desearía ser llamado estrella.
El de cabello rosa rodó los ojos, y Jungkook, al notar el gesto, sonrió de una forma inquietante.
—No me llames así. Ya te dije que me llamo Jungkook, cabeza de mazorca —replicó el alfa con desdén. Jisung se quedó paralizado, y Seungmin a su lado empezó a toser de la risa contenida.
Nayeon rió también, pero recibió una dura mirada del capitán del equipo, Namjoon que la obligó a guardar silencio.
El recién nombrado se enderezó completamente para hablar fuerte y claro.
—¡Ok! Oficialmente ya estamos todos, bueno, los que pueden estar aquí. Yo soy Namjoon, el capitán, y...
El omega no podía dejar de mirar al alfa pelinegro que estaba a unos metros de distancia. ¿Qué hacía ahí? Se suponía que él podría haber entrado en una universidad mejor con un equipo más prestigioso. No es que los Stellar Spikers fueran un mal equipo; al contrario, eran bastante conocidos en el ámbito escolar. Pero Jungkook era reconocido como uno de los mejores colocadores de su edad y eso era algo de alto nivel.
—Y por último, ellos son Taehyung y Suga —Namjoon continuó. El omega se había perdido en sus pensamientos y no se había dado cuenta de que Namjoon ya había presentado a todos.
—Bien, ahora que estamos, por favor, Jin, ayúdame a buscar balones para los nuevos. ¡Queremos verlos jugar!
El lobo interno de Jimin movió la cola emocionado. Finalmente, desde que llegó, solo había querido tocar la pelota y lanzarla por todos lados. Estaba preparado y emocionado.
El beta de cabeza cereza fue rápidamente por lo que le pidió su capitán y, después de solo un minuto, los cuatro integrantes nuevos del equipo ya se encontraban frente a las pelotas.
El resto, los mayores, estaban frente a ellos al otro lado de la red, mirándolos con expectativa.
—¡Quiero que empiecen lanzando! —pidió Namjoon. Jimin tragó saliva. —¡No estén nerviosos, ustedes pueden!
Seungmin dio el primer saque, y el balón voló con fuerza, aunque un poco alto. Jimin observó cómo Namjoon se acercaba a Soobin y le susurraba algo al oído, mientras Soobin anotaba en una libreta.
Luego fue el turno de Jisung, quien hizo un saque casi perfecto. Los mayores asintieron con satisfacción, mostrando su aprobación.
Finalmente, llegó el turno de Jimin. Tomó la pelota entre sus manos y la apretó. Estaba nervioso, pero decidió intentarlo. Retrocedió un poco para lanzar, luego posicionó su brazo como creía que era correcto y golpeó el balón.
El saque fue desastroso. Aunque el balón logró pasar al otro lado de la red, apenas cruzó y fue casi un fallo. En un partido, eso habría sido un golpe de suerte.
—¡No te preocupes, Jimin, muy bien! —gritó Nayeon desde el costado. El omega sonrió tímidamente.
Sin embargo, Jungkook a su lado se rió, y la sonrisa de Jimin se desvaneció de inmediato.
—¿De qué te ríes, idiota? —el pelirosa no pudo contenerse.
—De que eres muy bruto —respondió Jungkook con una sonrisa burlona.
Jimin se puso rojo de la rabia.
—¡Déjame tranquilo y mejor lanza tu pelota! —exigió, sintiendo cómo la frustración le hervía por dentro.
El alfa de cabello negro lo miró con superioridad y tomó el balón con una actitud desafiante.
—Mira y aprende, enano —dijo Jungkook con una sonrisa arrogante.
Luego lanzó la pelota con un saque totalmente perfecto: rápido, preciso y con una potencia que dejó a todos boquiabiertos. El balón cruzó la red con una precisión impecable, y el impacto hizo que el sonido del saque resonara en el gimnasio.
Todos quedaron impresionados, incluso Jimin, que no pudo evitar sentirse abrumado por la habilidad demostrada por Jungkook. Su furia creció aún más al ver cómo el alfa parecía disfrutar de la atención, y se preguntaba por qué todo tenía que salirle bien a ese idiota. La frustración y la envidia se mezclaron, alimentando el deseo de demostrar que él también podía ser excelente en el voleibol.
—Tsk, solo fue suerte —murmuró el omega, aunque sabía que no era así y no estaba dispuesto a admitirlo.
El alfa rió con desdén.
—¿Seguro que lo mío fue suerte?
—¡Bien! Ahora vamos a la recepción. Jin les lanzará el balón y ustedes ya saben qué hacer. ¡Prepárense! —gritó Namjoon mientras iba por más balones.
Los nuevos integrantes se colocaron en posición. Jin tomó el balón y se preparó para lanzarlo. Los mayores observaron con atención, evaluando cómo se desenvolvían los nuevos en la recepción.
El beta de cabeza de cereza hizo un saque preciso que fue directamente hacia Jungkook, quien lo recibió con habilidad y lo lanzó hacia arriba con un toque firme. Jisung se adelantó, con la intención de golpearlo de nuevo, pero su mirada al otro alfa reflejaba una mezcla de desafío e incomodidad.
El balón voló alto, y Jimin, con el corazón en la garganta, se preparó para el próximo movimiento. El balón cayó en sus brazos y volvió a subir, bien hecho, se dijo el omega.
Cuando Seugmin tuvo que recibir el siguiente saque, casi se tropieza y lo recibió mal.
—¡Otro intento! —ordenó Jin mientras lanzaba el balón de nuevo. Esta vez, Jimin se adelantó para recibirlo primero de una forma sencilla y eficiente, demostrando que podía manejar la presión.
Jungkook, con una expresión competitiva en el rostro, se adelantó para recibir la pelota de nuevo, asegurándose de mantenerla en juego. La tensión entre él y Jimin creció, y ambos parecían dispuestos a demostrar quién tenía más habilidad en la recepción.
Después de un largo tiempo practicando la recepción, Namjoon se acercó de nuevo para dar instrucciones.
—¡Bien, eso es suficiente para la recepción por ahora! —anunció. —Ahora vamos a practicar los bloqueos.
Los nuevos integrantes se miraron entre sí, algunos con expresiones de cansancio, pero la mayoría con determinación. El alfa líder les explicó rápidamente la técnica básica para bloquear y cómo posicionarse correctamente frente a la red.
—Jungkook y Jimin, vengan aquí. Van a hacer una demostración de bloqueo. —Namjoon llamó a ambos, claramente interesado en ver cómo se desempeñaban bajo presión.
El omega, aún con algo de nerviosismo, se preparó para enfrentar el desafío. El alfa, con su usual actitud confiada, se colocó frente a él. Los otros nuevos se agruparon alrededor para observar, mientras Jin se encargaba de lanzar balones para que Jungkook y Jimin pudieran practicar sus bloqueos.
—Recuerden, la clave es mantener la postura firme y leer el movimiento del atacante —les recordó Namjoon mientras observaba atentamente.
Jungkook y Jimin se prepararon para la primera ronda, ambos con la mirada fija en el balón que Jin lanzaría. La tensión en el aire era palpable, con todos los nuevos integrantes observando en silencio. Jin, al otro lado de la red, tomó un balón y lo preparó para el saque.
—¡Listos! —anunció Namjoon, y Jin lanzó el balón con precisión.
Jungkook se adelantó con confianza y se alzó con facilidad para bloquear el saque. Su salto era firme y su técnica impecable, haciendo que el balón regresara con fuerza al lado contrario de la cancha.
Cuando llegó el turno del pelirosa, Jimin respiró profundamente y se concentró en la red. A pesar de su determinación, su estatura jugaba en su contra. Jimin era notablemente más bajo que Jungkook, y su intento de elevarse para bloquear el balón requería un esfuerzo adicional.
Jin lanzó el balón hacia Jimin, quien saltó tratando de alcanzar el punto adecuado. Su salto era alto, pero no lo suficiente para bloquear el balón. El balón pasó justo por encima de su mano, rozando sus dedos. Jimin cayó de nuevo al suelo, visiblemente frustrado.
Namjoon observó y se acercó para dar instrucciones.
—No te preocupes, Jimin. La altura puede ser un desafío, pero puedes mejorar con práctica y técnicas específicas. Intenta ajustar tu salto y la forma en que colocas tus manos. Mira, así debes ponerlas —explicó el alfa, mostrándole a Jimin la forma correcta de colocar las manos.
Jimin asintió, un poco abatido pero decidido a mejorar. Jungkook le dio una mirada rápida, su expresión era difícil de descifrar. Sin embargo, no dijo nada y simplemente se preparó para el próximo intento, sabiendo que su compañero necesitaba más práctica para alcanzar su nivel.
Después de varios intentos, Jimin no logró bloquear ninguno de los saques. La frustración comenzó a reflejarse en su rostro, y su aroma a malvaviscos, usualmente suave y dulce, se tornó amargo debido a la tensión.
El alfa lo observaba en silencio, notando el cambio en el aroma del omega. Recordó aquel niño de catorce años que había experimentado frustración en su primer encuentro. Era el mismo aroma a frustración que sentía en ese entonces, un eco de un pasado que aún resonaba en su memoria.
Namjoon, percibiendo la frustración de Jimin, se acercó para darle un consejo más privado.
—Recuerda, Jimin, que el progreso no siempre es inmediato. A veces, se trata de pequeños ajustes y mucha práctica. No te desanimes —le dijo con ánimo, dándole un ligero golpe en el hombro.
Jungkook permaneció en silencio, observando mientras el omega se preparaba para su próximo intento, con la esperanza de que finalmente encontrara su ritmo.
En el último intento, Jimin casi logra bloquear el balón, pero finalmente era el turno de Jisung y Seugmin. Con resignación, Jimin se dirigió a la banca y se sentó, con la cabeza gacha.
A su lado estaba Soobin, el otro omega del equipo, que lo miraba con curiosidad.
—Oye, saltas muy alto —le dijo Soobin, el cual tenía un aroma a rosas. Jimin lo miró, un poco sorprendido por el comentario.
—¿Sí? —respondió Jimin, tratando de ocultar su frustración.
—Sí, pero parece que tu timing está un poco fuera. Tal vez podrías ajustar un poco tu técnica, no solo el salto. A veces, la precisión en el momento del bloqueo puede marcar la diferencia —explicó Soobin, intentando ofrecer un consejo útil.
Jimin asintió lentamente, tomando en cuenta la sugerencia mientras observaba a Jisung y Seugmin en su turno. Quizás había algo en lo que Soobin decía que podía aplicar para mejorar.
El alfa pelinegro llegó a sentarse a un lado de Jimin, quien lo ignoró completamente.
—¿Por qué estás aquí? ¿Eres mi admirador? —preguntó Jungkook con una sonrisa irónica, haciendo que Jimin casi se atragantara con su saliva.
El omega lo miró con los ojos abiertos de sorpresa, incapaz de ocultar su asombro.
—¿Qué te pasa? —respondió finalmente, intentando recuperar la compostura.
El alfa se encogió de hombros, sin perder la sonrisa burlona.
—Solo estaba curioso. Parece que te va bastante mal hoy —dijo, mirando el entorno de entrenamiento mientras hablaba.
El omega de aroma a malvaviscos frunció el ceño, molesto por la actitud del alfa.
—No necesito tus comentarios —replicó, tratando de desviar la mirada para no dejar que su frustración se volviera más evidente.
Jungkook se encogió de hombros nuevamente, como si no le importara mucho la reacción de Jimin.
—Como quieras. Solo quería decir que no es el fin del mundo. Todos tienen días malos —murmuró, aunque su tono no era del todo conciliador.
—No necesito tu apoyo moral —dijo Jimin, negándose a recibir algún tipo de consuelo de alguien que consideraba un doble cara.
—Bueno, tal vez si hubieras crecido diez centímetros más en la pubertad, todo sería más fácil —comentó Jungkook con seriedad.
—¡Oye! —exclamó el omega, interrumpiendo a Jungkook, mientras se volvía hacia él con una mezcla de enojo y sorpresa.
El alfa pelinegro lo miró con desdén, claramente divertido por la reacción del omega.
—Lo siento, solo estaba haciendo una observación —dijo el alfa con un tono que no parecía disculpatorio en absoluto.
Jimin estaba a punto de responder cuando Namjoon, que había estado observando la interacción, se acercó para mediar.
—Jungkook, Jimin, necesitamos mantener el enfoque en la práctica. Jungkook, no es el momento para comentarios —dijo Namjoon con firmeza, aunque su tono era más calmado que el de Jimin.
Jungkook asintió, aunque su sonrisa despectiva seguía en su rostro.
—Está bien. Solo estaba jugando —dijo, pero su expresión mostraba que no se arrepentía del todo.
El omega suspiró y volvió a mirar el campo, tratando de ignorar la presencia del alfa a su lado. Sabía que no podía permitir que los comentarios de Jungkook afectaran su desempeño más de lo que ya lo había hecho.
Soobin, que había estado escuchando la conversación con atención, miró a Namjoon con una expresión que claramente transmitía su preocupación. Sus ojos comunicaban un mensaje silencioso: estos dos no se llevan bien, hay problemas.
Namjoon captó la mirada de Soobin y asintió ligeramente, entendiendo la preocupación del otro omega. Conociendo la dinámica de su equipo, sabía que Jungkook y Jimin tenían un pasado complicado y que sus tensiones podían afectar la cohesión del grupo.
—Vamos a centrarnos en la práctica —dijo en alfa Namjoon, tratando de desviar la atención de la tensión entre los dos. —Jimin, Jungkook, volvamos al trabajo. Se trata de mejorar juntos, así que concentremos nuestras energías en eso. Recuerden que son un equipo.
El omega lanzó una mirada furtiva hacia Soobin, que le ofreció una sonrisa de apoyo antes de volver a concentrarse en la práctica.
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