84. TÚ Y YO.
Se columpio entre las sombras con prisa, apenas si mirando hacia atrás un par de veces para asegurarse que no le seguían, con sus brazos y piernas crujiendo un poco por la falta de uso, suspirando con alivio al estirarlos, sonriendo al mirar a su compañía ya en el edificio, cargando con una pequeña caja, causándole curiosidad.
Se veía tenso, caminando de un lado a otro sin parar, pareciendo perdido en sus pensamientos, como si estuviera en medio de una lucha consigo mismo.
Parker no pudo evitar sentirse emocionado, aunque después terminó por regañarse mentalmente, aun no estaba seguro de que en verdad Deadpool le haya dicho todo eso que escucho, sabía que sonaba estúpido, había intentado matarlo, se había aprovechado de él mientras estaba paralizado, pero, aunque tenía muchas razones para creer que en realidad lo había imaginado, su mismo pulso termino por traicionarlo cuando aterrizó en el techo, latiendo de forma acelerada.
- ¿pensando en mí? -fue la forma en que lo saludó, levantando una ceja al notar cómo escondía la caja tras su espalda de inmediato, sonriendo conforme más se acercaba a él.
- ¿Por qué lo haría? -le contesto 8351, acercándose un par de pasos al arácnido, mirando a su compañía de arriba abajo, apretando la caja entre sus manos, sin poderse decidir si besar sus labios ahora o más tarde. Por primera vez, se sentía nervioso, sintiéndose como un imbécil al haber hecho caso a ese malsano impulso que le dio al saber que vería a Assassin.
-no lo sé, supuse que me extrañabas-respondió el castaño, con ambos comenzando a caminar en círculos casi sin darse cuenta de ello.
- ¡Ja! ¿yo? ¿extrañarte a ti? -se burló el mercenario, ocultando con ello su nerviosismo, dando otro paso al frente, con el espacio entre ellos disminuyendo considerablemente- ¿de dónde sacaste esa estúpida idea, Parker? –le pregunto, negándose a ser descubierto, aún se sentía confundido respecto a esos “sentimientos”.
-tienes razón, suena estúpido-estuvo de acuerdo el chico, acercando su rostro cada vez más, sintiendo el aliento de Deadpool sobre su piel, aun con ambas máscaras puestas.
Levantó una de sus manos con lentitud, jalando la tela que los cubría, teniendo que contener la respiración al sentir la necesidad de solo suspirar como un patético enamorado.
- ¿qué esperas? Sé que te mueres por besarme, mocoso ¿eso significa que te gusto el trabajito que te hice? -le pregunto con burla el mercenario ante aquella caricia en su rostro, tomando su mano con la que a él le quedaba libre para alejarla, aprovechando que su máscara de Deadpool aún estaba sobre su nariz para acercarse y tomar la orilla de la de Assassin con los dientes, levantando poco a poco, disfrutando de frotar sus pieles.
-claro que… no, no creas que olvidare lo que hiciste, acércate de nuevo a mí y te lo voy a partir-lo amenazó, empujándolo del pecho sin lograr moverlo.
Era una sensación extraña, pero era como si sin decírselo, ambos ya supieran lo que el otro quería.
-eso no lo decides tú-lo contradijo el mercenario de inmediato, soltando su mano para ir a apretar su trasero.
Era injusto, en todos los sentidos, él no podía solo dejarlo, no después de haberse metido de forma tan descarada a su mente-yo me acercaré las veces que quiera, te tocare cuando quiera y si quiero, te voy a coger dormido también-lo arrastró con él-tu eres mío-
-ese derecho aún no te corresponde-gruño Parker, aunque sus manos ya se paseaban por el pecho de 8351, con sus voces no siendo más que susurros, cargados por completo de lujuria y deseo.
-yo creo que sí-de forma lenta, mostró la caja tras su espalda, entregándola, no sin antes de robarle un beso, disfrutando del quejido del más joven al haberle mordido los labios.
- ¿y qué es esto? -quiso saber Assassin, seguro de que solo era una distracción para que el mercenario pudiera manosearlo tanto como quisiera.
En parte, porque una de sus manos ya estaba en su entrepierna, con sus dedos queriendo entrar a su agujero aun con la tela de por medio y la otra, ya se paseaba libre por su pecho, bajo el traje, con el bien formado paquete de su amante restregándose entre sus glúteos.
-un regalo...-contestó Deadpool con simpleza, chupando suavemente el cuello del castaño-espero que después de verlo te sientas con ganas de saltar, conejito, que te comerás toda mi zanahoria-
-no creo que eso pase-lo contradijo Assassin con diversión, costándole concentrarse para abrir la caja, dejando salir alguno suaves gemidos cuando aquellas caricias se volvieron más calientes y necesitadas, teniendo que inclinarse un poco hacía adelante cuando los dedos de Deadpool lograron colarse dentro de su traje, clavándose en su agujero con fuerza, penetrándolo.
Abrió la caja con lentitud, apretando su agarre al tratar de mantener el equilibrio, pues solo tocaba el suelo con las puntas de sus pies, ya que 8351 se aprovechaba de su altura para meter más su mano, levantándolo al clavarle más sus dedos.
Comenzó a parpadear confundido cuando lo que saco fue una delgada cuchilla de metal, tenía que admitir que lucía hermosa y elegante, pero eso no era lo que había llamado su atención, si no el sello impreso en el mango.
Ese sello, era SU sello, el logo con el que lo habían reconocido cuando aún era el amigable vecino Spiderman.
- ¿Por…por qué… por qué tiene…? -intento preguntar, apretando sus labios cuando sin avisar, el otro saco los dedos-Deadpool… ¿Qué es… esto? –Intento de nuevo, solo escuchando un audible suspiro como respuesta, girando el rostro ya excitado, lamiendo las cicatrices en las mejillas del mercenario- ¿Por qué tiene este logo? –
-porque son tuyas-termino admitiendo, acercando su mano a la mejilla del chico, de forma lenta, pasando sus dedos debajo de la tela del arácnido-creí que se verían bien en ti-
Assassin desvió la mirada, observando de nuevo las cuchillas, pasando su pulgar por el filo del arma, dejando que el mercenario le rodeara con sus brazos y besara su cuello, sintiendo sus labios sobre la cicatriz en su mejilla, con la máscara ya sobre sus cabellos, lista para caer en cualquier momento.
-son…-
-de vibranio, si-respondió Deadpool, suspirando de nuevo, tomando del mentón al chico para demandar su atención-escucha bien, Parker, porque no lo repetiré, tú eres mío, de nadie más, nadie tiene derecho a tocarte o lo matare, no estoy jugando cuando digo que te castigare si desobedeces-le advirtió con seriedad-sé una buena arañita… y no te romperé el culo-
-entonces…-murmuro Parker mientras una sonrisa comenzaba a asomarse por su rostro, comenzando a frotarse contra él, sintiendo deseoso el gran pedazo de carne que ya se moría por salir del traje del mercenario- ¿eso significa que si me extrañaste? –pregunto divertido, guardando las dagas de nuevo dentro de la caja, sosteniéndola con solo una mano mientras con la otra se apoyaba del pecho del otro, girándose hasta quedar frente a frente- yo sé que sí-
-que no, no es cierto-negó de nuevo, también sonriendo al sentir como comenzaba a pellizcar sus mejillas-solo extrañe esto-tomó el trasero de Peter, levantando luego su propia máscara-y también estos…-comenzó a murmurar, chupando un poco los labios del castaño.
-Mmmm entonces sí que te hice falta-aceptó el beso-aunque ¿sabes? El que debería estar castigado eres tú-lo reprendió-trataste de matarme, te aprovechaste de mi… fuiste un Deadpool malo conmigo-
-tú te metiste con Beck y su pequeño y diminuto amigo en sus pantalones, huiste de mi desnudo, me enterraste vivo y te estas comiendo al pequeño reverse, el malcriado eres tú-se quejó Deadpool, arrastrándolo con él, terminando por ponerlo contra la primera pared que encontró, ansioso por volver a sentir su piel, de ahora si tenerlo despierto y gimiendo para él.
-solo le enseño un par de cosas para manipular Deadpools-
-tú no sabes manipular Deadpools-le dijo el mercenario con burla, mordiendo sus labios al sentir la mano traviesa de su arañita consintiendo su miembro.
- ¿no? Tal vez me debo de estar confundiendo-bajo el volumen de su voz, girando de forma lenta para ahora poner a Deadpool de espaldas al muro, comenzando a desabrochar su cinturón y sus pantalones-Mmmm que buen tamaño tiene… ¿Por qué no me dices cuanto me extrañaste? -le pidió, mientras sus labios bajaban lentamente hacia su hombría.
-Ahhh puede… que un poquito-
- ¿Solo un poquito? -con ambas manos, Parker termino de sacar a mini Deadpool, dándole un inocente beso en la punta.
-Mmmm no, no, mucho, te extrañe mucho-gimió de forma grave cuando sintió la primera lamida, justo esa era su arañita, la que tanto le había hecho falta-Parker, vamos, métetelo todo ¡ohh! Mmmm niño travieso ahhh auch te gusta morder- se estremeció al sentir el calor alrededor de su miembro, la boca de su Peter era deliciosa, mejor que en sus sueños húmedos.
Observó el rostro del castaño, como su mini pool se perdía entre sus carnosos labios, en verdad era precioso, ese rostro, con sus rebeldes cabellos, además de esa mirada que solo lo encendía más.
Sus manos ya se encontraban sobre la cabeza de Assassin, enredando sus dedos en su pelo, jaloneando a placer, terminando por atraerlo a él hasta pegar su boca a su pelvis, embistiendo su garganta de forma lenta, luego aumentando el ritmo, mordiendo sus labios al notar como el chico le miraba, con ese brillo de travesura que aparecía antes de que lo mordiera o apretara más sus labios, ahogando su miembro.
Lo tenía bajo su control, aun cuando tuviera su polla en la poca, era Assassin quien lo manejaba a su antojo, le indicaba el ritmo, le premiaba haciéndolo más rápido cuando obedecía.
Aunque a ojos del mercenario, era él quien dominaba, sintiéndose piadoso al dejar que el chico tomara breves descansos antes de seguir jodiéndolo, ahogando un fuerte gemido cuando aquella dulce boca por fin lo hizo correrse, mirando satisfecho el delgado hilo de semen que bajaba por el mentón de Parker, desde la comisura de sus labios hasta su barbilla
-toma eso como mi agradecimiento por las cuchillas-le dijo Parker con una sonrisa, limpiando sus labios, riendo cuando se dio cuenta de que aquel gran bulto se había vuelto a inflar-no seré de nuevo tu muñeca inflable-
- ¿y por qué no? -quiso saber 8351, tomándolo del brazo-tu Deadpool merece más que solo una buena mamada-comenzó a jalarlo, con su miembro erecto dando un salto de alegría al sentir el roce con el cuerpo del castaño, sabiendo se lo comería completo apenas lo tuviera al alcance.
-por qué parece que aún no aprendes tu lección, pervertido lujurioso-le regaño Parker, con ese gesto coqueto tan característico de él-ni con palabras ni dulces caricias compensas lo que me hiciste-
-¿educarte?-murmuró divertido el otro, comenzando a meter sus manos bajo el uniforme de Assassin-arañita malcriada, que eso sabes bien fue tu culpa, yo fui a rescatarte y te encontré de ofrecido con Beck-le reclamó, pasando la lengua por su suave mejilla-además, tú también lo deseas… te encanta mi súper pene-terminó por tirarlo al suelo, poniéndose sobre él, tomando sus labios en un demandante beso, satisfecho cuando comenzó a sentir la piel del chico, además de sus manos tratando de quitarle el uniforme con igual urgencia que la suya.
-no.…no es cierto, no me gusta-le negó Parker-es grande y largo y toca lugares que nadie podría… pero no me encanta ahh-gimio al sentir el masaje en su entrepierna, con su rostro sonrojado, mordiendo su labio al notar que Deadpool estaba igual, terminando de retirar su máscara.
Viéndolo bien y con detenimiento, no estaba tan mal.
Tenía músculos por todas partes y un vientre perfecto de lavadero y aunque con cicatrices, cualquiera envidiaría su cuerpo.
De su rostro, lo que más resaltaba era ese iris azul oscuro, con esa sonrisa torcida que le daba un aspecto a un peligroso lunático, pero no podía negarlo, eso era que lo que le gustaba.
Veía el peligro en él, lo prohibido, era tan malditamente excitante y nuevo que lo atraía hacia él, a sus besos húmedos y adictivos que lo dominaban en segundos.
-yo digo que si te encanta-ya ambos sin ropa, poco les importó estuvieran al aire libre, en plena madrugada y en las alturas.
Lo único importante para ellos, era bajar esa calentura en sus cuerpos que se encendía y quemaba al solo mirarse el uno al otro.
-vamos a comprobarlo, guapo, te doy libertad-le ofreció Parker, subiendo sus piernas a los hombros del otro, atrayéndolo del cuello hacia él-entra, cariño, que la última vez no pude disfrutar de la vista-le susurro, pues, aunque no lo dijera en voz alta, quería repetir las sensaciones que tuvo mientras estaba paralizado.
Quería sentir en el tacto del otro como le hacía falta, como ahora dudaba en lastimarlo, quería disfrutar de como 8351 hacia las cosas cuando no le retaban.
Y supo que no le decepcionaría cuando los labios del otro se pasearon por su piel en sutiles lamidas, sin morder o chupar, solo saboreando su piel, pero con ese temblor que le advertía que apenas comenzara, no habría poder en la tierra que pudiera pararlo.
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