
40. ME GUSTA.
Deadpool reverse espero impaciente a que Assassin y su compañero se fueran, aunque una parte de él quería que se negarán para así él también poder negarse a besar al chico, pero nada salió como quería al verse pronto solo.
-estoy listo-le dijo su Spiderman apenas se levantó parte de su máscara, a lo que el mercenario hizo lo propio con la suya, de forma más lenta y con algo de duda, dándome un pequeño salto cuando las manos del contrario estuvieron sobre su piel marcada, sin dejar de palpar cada una de sus cicatrices, delineándolas y dibujando sobre ellas con sus dedos.
-pediste un beso, no tocar mi rostro-le dijo el mercenario antes de alejar sus manos de él, poniéndolas contra el pecho del chico, incomodo al darse cuenta de que estaban más cerca de lo que jamás habían estado.
En caso de un abrazo, la cabeza del joven héroe quedaba un poco más arriba de sus hombros, siendo la altura perfecta para poder cobijarlo entre sus brazos. Sacudió la cabeza al darse cuenta de sus pensamientos, decidiendo a mejor acabar con eso lo antes posible, inclinándose un poco para que sus labios alcanzaran a chocar, con una suave y delicada fricción entre ambos que duró apenas algunos segundos.
-Mmm-murmuro Spiderman reverse apenas se separaron, haciendo un puchero por lo corto que había sido-eso no fue un beso-
-¿que? claro que lo fue-
-pero no fue un BUEN beso-le reclamó el chico-ese no contó, quiero uno mejor, el que le diste a Assassin incluso fue mejor-
-que yo no lo bese, niño, ya supéralo-exclamo Deadpool un poco frustrado, mirando como su compañero volvía a cruzarse de brazos, estando por darse media vuelta para irse-está bien, si, eso no fue un buen beso-acepto a regañadientes, tomándolo del brazo para hacerlo acercarse de nuevo, un poco más nervioso porque tendría que hacerlo de nuevo.
-tiene que ser un buen beso ¿escuchaste? y tiene que durar más de un minuto y... y tiene que ser más que un toque entre labios...-
-tú eres demasiado caprichoso-lo regaño el mercenario, suspirando antes de atraerlo de la cintura, levantando el mentón del chico un poco-bien bebé gruñón, aquí está tu beso-susurro antes de volver a besarlo, abriendo su boca un poco para chupar los labios del contrario.
Quería mentir y convencerse de que eso era incomodo, o al menos eso había sido al principio, pues el chico se había vuelto dócil entre sus brazos, abriendo y cerrando su boca según como el mercenario se lo ordenara, sin tener que decir una sola palabra.
Buscando estabilidad, Peter reverse paso sus brazos por sobre los hombros de Deadpool, manteniendo sus ojos fuertemente cerrados, doblándose un poco contra el cuerpo del mayor al comenzar a jadear débilmente, faltándole el aire.
De forma traviesa, mordió un poco el labio inferior del mercenario, siguiendo la boca contraria cuando esta comenzó a separarse de él.
-ya... cabeza de red... ya fue suficiente...-
-aún no se cumple el minuto-murmuró contra la boca del contrario, siguiendo con el beso que tanto le había gustado.
-estoy seguro... que ya llevamos cinco minutos así-le dijo Deadpool, poniendo su mano sobre la boca de su Spiderman para detener los besos, con sus mejillas aun ardiendo al costarle creer lo que acaba de hacer.
Malditas sean sus voces, sus versiones y él mismo, porque le había gustado, dominar esos labios en aquella danza tan dulce y revitalizante para él.
Nada le costaba continuar, seguir devorando su boca y explorarla, darle al chico lo que tanto quería, pero, aunque sus voces estaban de acuerdo, él no podía hacerlo.
Él amaba a Peter Parker, a nadie más y no podía traicionar ese amor que sentía por el joven universitario al estar con Spiderman de esa forma, además de que tampoco se merecía jugara con él y sus sentimientos.
-esto no se repetirá de nuevo ¿escuchaste?-trato de dejarle en claro, sonriendo al ver como el chico asentía de inmediato.
Lo que no sabía, era que más que rendirse, su Spiderman había sentido nuevas esperanzas, planeando cómo volver a llegar a un beso así, sintiéndose cada vez más cerca de enamorarlo.
* * *
Comenzaba a perder la paciencia, preocupado al ver todos los chicos que salían, pero sin reconocer a Peter entre ellos, caminando a paso decidido para entrar de ser necesario, en verdad preocupado por que estuviera en problemas, pero toda esa preocupación se esfumó cuando por fin pudo ver su rostro, destacando entre los demás por esa mirada llena de luz y esa sonrisa que iluminaba incluso el pasillo más oscuro.
Si, se estaba poniendo terriblemente cursi, pero es que el castaño era el culpable de sacar a la luz esa parte de él que siempre trataba de mantener oculta.
Tuvo que caminar hacia él cuando después de un rato se dio cuenta de que no lo reconocía, tomando su mano para que le prestara atención y ofreciéndole el pequeño ramo de flores.
-hola baby boy-le saludo, siendo desconcierto lo primero que vio en el chico.
-¿Deadpool?-
-el mismo ¿listo para nuestra cita?-le pregunto el mercenario, sonriendo cuando la cara del más chico se pintó de rojo.
-no es una cita-
-claro que sí-canturreo-iremos al cine y después te llevare a comer y después iremos a tu casa para que me muestres tu habitación, te mostraría la mía, pero el psicópata se apropió de ella...-
-oye, oye, para ya, no te llevaré a mi departamento ni iré al tuyo, no pueden verme cerca sin mi traje ¿entiendes? Además, quería hablar contigo-le dijo Peter, tomándolo del brazo para que lo siguiera, sobre todo al darse cuenta de que comenzaban a llamar la atención.
-¡oh mi dulce baby! si querías un lugar para estar a solas me hubieras dicho, eres tan tierno y tímido-exclamó el mercenario al ver que lo llevaba a un callejón.
-no empieces, iba a dejarte plantado, pero esto es importante-le dijo el castaño, asegurándose no viniera nadie antes de remangar un poco su suéter, dejando ver uno de sus lanzadores-tengo algo que mostrarte-
Activo el dispositivo, dejando ver un plano en miniatura de la ciudad-Misterio tenía un rastreador, fue por eso por lo que pude seguirlo al museo, pero este se desactivo después del incidente, hace algunos minutos se volvió a activar, pero no dura demasiado así-
-¿entonces no podemos rastrearlo?-
-no, pero...-con trabajo sacó el libro de su mochila, el mismo qué Misterio había dejado abandonado al escapar-cada que se activa el rastreador, empieza a emanar una extraña energía de este libro-le explico, sintiendo de pronto una vibración en sus manos, donde el libro parecía activarse y rodearse de una estela verdosa que pronto se disipaba-¿vez? Es como... como si lo estuviera llamando-
-deberíamos llevarle esto a tu papi, si lo está buscando, podrías estar en peligro-
-por quinta vez, el señor Stark no es mi padre y si pensé en hacerlo, pero sigue sin responder mis mensajes y Happy me dijo esta de misión buscando a alguien en otro continente-le explicó Peter-¿tú conoces a alguien que pueda ayudarnos con esto?-
-¿que sepa de magia y dimensiones alternas? No baby boy-le respondió el mercenario, solo mirando como el castaño volvió a guardar el libro-tu podrás resolverlo, eres muy inteligente y sé que se te ocurrirá algo-trato de animarlo, besando su mejilla antes de cargarlo, robándole un beso en los labios que le ganó una cachetada-Mmm con gusto volvería a besarte-
-ya bájame, esto no fue el trato-se quejó Peter. más rojo que un tomate, pataleando para que lo bajara, dándole uno que otro golpe en la espalda, pero lo único que logró, fue ser cargado estilo princesa, con las flores siendo su única arma para tratar de zafarse del otro, sin lograrlo, recibiendo un beso por cada golpe que le daba, deteniéndose al comprobar que eso solo era un juego para Deadpool.
-Aww ¿ya no vas a pegarme?-
-estas mal de la cabeza, estás loco-
-sí, pero... loco de amor por ti-le dijo Deadpool, caminando por las calles como si nadie notara que traía a un adolescente cargado en sus brazos-se le llama amor ¿jamás lo habían visto?-
-Deadpool, solo bájame, esto es humillante-le pidió Peter, ocultándose tras las flores, tratando de sonar molesto, sin lograrlo de todo.
-¿No te gusta te cargue? pero así no te cansas-quiso convencerlo, pero al ver que el castaño hablaba en serio, decidió hacerle caso-está bien, pero no te enojes conmigo-
-tal vez si dejaras de cargarme o besarme no me enojaría-le espetó Peter, acomodando su ropa, pues su suéter se había levantado un poco.
-ok, lo prometo, no más cargarte ni más besos, pero no te enojes ¿sí? yo solo quiero hacerte feliz y... ¡mira! un helado siempre hace feliz a los niños lindos como tú-
-que no soy un niño, deja de tratarme como uno-le exigió, negándose a aceptar el helado que el mercenario acababa de comprar.
Aquel reclamo pareció desconcertarlo un poco, pero en pocos segundos, la sonrisa de Deadpool se ensanchó, acercándose lentamente al chico, acorralándolo contra el muro más cercano.
-si ya no eres un niño... ¿eso significa que puedo comerme tu cuerpo con helado?-le susurró con picardía y deseo, usando una voz más grave y baja, dejando un provocativo beso en el cuello del menor.
Peter se quedó inmóvil un momento, conteniendo la respiración, reaccionando solo cuando aquel contacto le causó un extraño cosquilleo por todo el cuerpo.
-yo que tú aceptaría llamarme niño por uno años más-le recomendó al mismo tiempo que le dejaba un beso más inocente en su nariz, ofreciéndole de nuevo el helado.
El castaño terminó por poner su mano sobre la boca del otro para hacer que se detuviera, mirándolo con sus ojos bien abiertos al darse cuenta de lo que sus dedos estaban tocando, prestando mayor atención al hombre bajo la capucha.
Al sentir el tacto, el mercenario no dudo en acomodar su rostro sobre esa mano, recargando su mejilla en ella antes de que el chico pudiera apartarla.
-¿quieres ir al parque Pet pay?-le ofreció al ver que se habían quedado en medio de un silencio incómodo-Puedo empujarte en los columpios si quieres-
-tú... estás dañado-le dijo el castaño, intrigado por esos cambios de humor, además de estar apenado por como sus dedos habían comenzado a jugar con la piel contraria.
-muchos me lo han dicho, pero en ti suena como un cumplido-le respondió Deadpool con una sonrisa, ocultando su nerviosismo al tomarlo de la mano apenas el chico aceptó el helado.
Sentía la suavidad de la piel del castaño entre sus manos, cálida al tacto, pero sabía que él sentía tan bien su dura y maltratada piel, haciendo que el mercenario temiera rasparlo o lastimarlo solo con esa rugosa textura.
Pero al mismo tiempo le emocionaba, juraba haber sentido una conexión al poder mirar así esos ojos chocolate, con ese tacto en su rostro que le hizo preguntarse si Peter le estaba ocultando que en realidad era un ángel enviado solo para él.
Pero desechó la idea al instante, no había hecho nada para merecer tenerlo con él.
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