Capítulo 2
¡Hola!...de nuevo. Yo estoy aquí comiendo mi tercera ración de chimichangas, solo. Ya que la escritora me ha dicho que tenía que seguir escribiendo y bla bla bla. No es que le hubiera prestado mucha atención que digamos.
Como es de costumbre, me fui sin pagar y me quedé mirando a esa gigante torre del multimillonario Tony Stark. Tenía ganas de ir allí, agarrar a Spiderman, llevármelo y confesar lo que siento. ¿Un poco cursi de mi parte, no?
Lo que siento por él es confuso. Lo quiero con locura, pero a la vez me hago daño estando con él ya que soy más mayor que él..y me trata mal. No le culpo, ¿quién querría estar con un tipo como yo? Es verdad que sólo lo conozco de hace un par de semanas, siguiéndolo a distancia y ayudándolo con los malos sin que se dé cuenta. ¿Y luego soy yo el que hago que se escapen? Es verdad que hoy es la segunda vez que hablo con él. La primera vez fue muy rara.
"Estaba hablando conmigo mismo, diciendo lo guapo que se veía con ese traje de arañita, incluso sin saber quién estaba detrás de esa máscara. ¿El amor no tiene límites verdad? En fin, a lo que iba. Lo que no sabía es que estaba detrás, con esos ojos abiertos de par en par.
- Oh, hola Spidey. - fue lo único que dije. ¡Os lo juro! (...) A quién quiero engañar.- Tan sexy como siempre, ¿eh?
Después de eso me quedé sin tacto en la mejilla derecha. Sí que tiene fuerza, sí. Después de pedirle cincuenta mil veces disculpas, a mi manera claro, me perdonó y estuvimos hablando un rato. De vez en cuando hablaba con vosotros, queridos lectores, y él me miraba con esos ojos arácnidos, seguramente pensando que estaba loco. Se tuvo que ir al anochecer, al parecer si no llegaba a tiempo, su tía se iba a preocupar. Tiene suerte de que alguien se preocupe por él."
Volví a mirar la torre, que ahora parecía un monumento de los dioses a contraluz. Suspiré, quién daría por tener una casa como esa. Miré mi reloj de Hello Kitty, ¡vaya! ¿Ya las 9 de la tarde? Qué rápido pasa el tiempo, ¿no creéis?
- En fin, me toca trabajar.-miré la hoja de pedidos.- Hmmm... ¡Oh! Peter Parker, 16.000 dólares. Nada mal, nada mal...-arrugué el papel y lo tiré a la papelera. Aún tengo conciencia, ¿vale?- Peter Parker, voy a por ti.
Pasaron las horas y ya eran las 12 de la noche. La casa de mi víctima era acogedora, y su familiar -creo que era su madre- parecía muy amable. Qué pena, pero es mi trabajo. Desde otro edificio podía ver a mi víctima. Parecía tener unos 15 años, era muy MUY apuesto. ¡Hojita, como sigas así no podré matar a nadie!
- ¡ Tía May! - pues no, no era su madre.- ¡Voy a salir, no me esperes! - ¿salir, a las 12 de la noche?
- Vale cielo, ten cuidado con los malos, ¿sí?- ¡Y le deja salir!- Te limpié el traje, lo tienes en el armario.
- Gracias tía.- bueno, si sale, me hará el trabajo más fácil. Abrió el armario y sacó el traje de Spiderman. ¡¿Espera qué?! Ups, creo que eso lo grité, ya que miró en mi dirección.- ¡¿D-deadpool?!
- Bien, estoy muerto.- de un salto me posé como un ave en la cornisa de su ventana.- H-hola Spidey...jeje.. ¿Qué tal? - él en respuesta se tapó la cara con el traje.
- Ay no.... el señor Stark me va a matar. Primero, pierdo al duende verde - con que así se llamaba.- ¡y ahora descubren mi identidad! Soy hombre muerto.
- Bueno...-me llevé la mano a la nuca.- técnicamente lo eres. - Bien Wade, cierra la maldita boca que tienes. Él me miró con sus ojos marrones sin entender. Tenía razón, son los ojos más bonitos que he visto en mi vista.-Pues..eh.. a la mierda todo. Le han puesto precio a tu cabeza... y pues he pillado la oferta.
-¡¿ Qué?! - empezó a mover las manos nervioso.- N-no me vas a matar, ¿verdad? - yo negué con la cabeza.
¿Quién podía matar a una cosa tan linda? Porras, creo que volví a hablar en voz alta.
- Tengo que ir con Stark...- se puso su traje y me miró con esos ojos de arañita.- Aparta.
- ¡Ey! No hacía falta esa seriedad.-me hice a un lado y salió por la ventana.- ¿Te puedo acompañar? Quiero conocer a mi suegro.
- ¿Pero qué dices idiota? No es tu suegro y nunca lo será.- ¿Escuchasteis eso lectores? Fue mi corazón romperse, otra vez. Como siga así voy a tener que darle un premio.- Y sí, vendrás conmigo. Tienes que explicarle todo al Señor Stark.
- Okey Spidey, te sigo.
Y como la escritora es tan mala, la historia de momento termina aquí.
- ¿Con quién hablas Deadpool?
Mejor me voy, ¡adiós!
Escritora: ¡Hasta el siguiente episodio queridos lectores!
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