Telaraña 003
Reiki se recostó en la cama del hospital, su brazo izquierdo envuelto en un grueso yeso blanco. Suspiró, mirando el techo con una mezcla de resignación y tristeza. Su mala suerte parecía seguirlo a donde quiera que fuera, y esta vez, había resultado en un brazo roto. Todo por culpa de Spiderman, quien había empujado accidentalmente su camilla.
Jaehyun, su hermano mayor, entró en la habitación con una expresión preocupada. Reiki siempre había sido sensible y propenso a los accidentes, pero esta vez, las cosas habían ido demasiado lejos.
—Hey, pequeño —dijo Jaehyun suavemente, sentándose en el borde de la cama—. ¿Cómo te sientes?
Reiki lo miró con ojos llorosos.
—No es justo, hyung. Siempre me pasan cosas malas. ¿Qué he hecho para merecer esto?
Jaehyun suspiró y acarició el cabello de su hermano menor. —No es tu culpa, Reiki. A veces, las cosas simplemente suceden. Pero te prometo que esto no quedará así.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Reiki, frunciendo el ceño.
—Ese Spiderman —Jaehyun apretó los puños, su voz llena de determinación—. Le haré pagar por haberte lastimado. Nadie hace daño a mi hermano y se sale con la suya.
Reiki abrió los ojos con sorpresa.
—Hyung, no tienes que hacer eso. Fue un accidente. No quiero que te metas en problemas por mi culpa.
Jaehyun sonrió, aunque sus ojos estaban llenos de una resolución inquebrantable.
—No te preocupes por mí. Lo encontraré y le haré entender que nadie se mete con los Lee.
Reiki intentó sonreír, aunque la preocupación todavía nublaba su mente. —Gracias, hyung. Eres el mejor hermano del mundo.
—Claro que sí —Jaehyun le guiñó un ojo—. Y tú eres el hermano más valiente que conozco. Ahora, vamos a concentrarnos en que te recuperes, ¿de acuerdo?
Reiki asintió, sintiéndose un poco mejor con la presencia tranquilizadora de Jaehyun. Justo entonces, la puerta se abrió y entró una enfermera con una bandeja de medicinas.
—Hora de tu medicación, Reiki —dijo con una sonrisa profesional.
Jaehyun se levantó y se apartó para dejarle espacio a la enfermera. Mientras ella atendía a Reiki, Jaehyun miró por la ventana, su mente trabajando en mil planes para encontrar a Spiderman y hacerle pagar.
Después de que la enfermera se fue, Reiki miró a Jaehyun, quien todavía parecía perdido en sus pensamientos.
—Hyung, en serio, no quiero que te metas en problemas. Spiderman solo intentaba ayudar. Fue un accidente.
—Lo sé, pequeño —respondió Jaehyun, volviendo a centrarse en su hermano—. Pero quiero que sepa que hay consecuencias. Nadie lastima a mi familia sin enfrentarme.
Reiki suspiró, sabiendo que no podía disuadir a su hermano mayor cuando se ponía así. En ese momento, aunque agradecido por la protección de Jaehyun, no podía evitar preocuparse por lo que podría suceder si Jaehyun se encontraba cara a cara con Spiderman.
—Está bien, hyung. Pero por favor, ten cuidado.
Jaehyun sonrió, inclinándose para besar la frente de Reiki.
—Siempre tengo cuidado, pequeño. Ahora, descansa. Voy a hablar con los médicos sobre tu alta.
Reiki cerró los ojos, dejando que la voz calmada de su hermano mayor lo reconfortara. A pesar de su mala suerte, se sentía afortunado de tener a Jaehyun a su lado.
Jaehyun no estaba feliz con la idea de que un super héroe estuviera tras su pequeño hermano.
El Jung mayor no creía en los héroes, no cuando jamás estuvieron en el momento en que dos ladrones entraron al restaurante de sus padres y los asesinaron para llevarse la caja registradora.
A sus dieciséis años se tuvo que quedar en encargado de la protección de su hermano de cinco. Reiki era muy pequeño así que casi no recordaba a sus padres, y su ignorancia sobre la muerte de estos tranquilizaba a Jaehyun ya que así su hermanito no sufriría.
Sin embargo, verlo ahora siendo lastimado por el supuesto héroe lo fastidiaba por completo.
Huening Kai se tambaleó al entrar en la habitación, su sonrisa vacilante y un rastro de culpabilidad en sus ojos. Bahiyyih, su hermana menor, estaba sentada en la cama de Reiki, charlando alegremente con él, quien tenía el brazo izquierdo envuelto en un yeso. La sala del hospital estaba llena de una mezcla de olor a desinfectante y el leve aroma de las flores que habían traído para animar al paciente.
—Hola, Kai —saludó Bahiyyih con una sonrisa traviesa, sabiendo el secreto que su hermano mayor escondía bajo su apariencia normal.
—¡Hola! —Reiki levantó su brazo sano para saludar, intentando mantener el ánimo a pesar del dolor evidente en su rostro.
Kai se acercó lentamente, sintiendo el peso de la culpa sobre sus hombros. No podía dejar de recordar el momento en que, como Spiderman, había empujado accidentalmente la camilla de Reiki en el hospital. No había sido intencional, pero ahora Reiki estaba con el brazo roto por su culpa.
—Reiki, lamento mucho lo que pasó —Kai evitó el contacto visual, rascándose la nuca nerviosamente.
Reiki suspiró, pero sonrió débilmente.
—No te preocupes, Kai. Fue un accidente. Aunque, debo admitir, que mi hermano Jaehyun no lo toma tan a la ligera.
—¿Jaehyun? —preguntó Bahiyyih, levantando una ceja.
—Sí —respondió Reiki, con un tono un poco dramático—. Ha prometido aplastar a Spiderman por esto. Dice que nadie lastima a su hermano menor sin enfrentarse a las consecuencias.
Kai tragó saliva, su rostro palideciendo ligeramente.
—Oh... eso suena... complicado.
Bahiyyih no pudo contener la risa y soltó una carcajada.
—¡Jaehyun aplastando a Spiderman! Esa es buena —le dio una palmada en la espalda a Kai, quien la miró con una mezcla de horror y súplica para que se calmara.
—No es broma, Bahiyyih —Reiki se mostró serio, aunque un poco desconcertado por la reacción de ella—. Jaehyun es muy protector conmigo. Dice que cuando encuentre a Spiderman, le hará pagar.
—Bueno, Spiderman es bastante escurridizo, ¿no? —dijo Bahiyyih con una sonrisa cómplice, mirando a Kai de reojo.
—Sí... eso parece —Kai intentó sonreír, pero solo logró una mueca nerviosa.
Reiki los miró a ambos, sin captar la complicidad entre los hermanos.
—De todos modos, gracias por venir. Aprecio el apoyo. A veces siento que tengo la peor suerte del mundo.
—¡No digas eso! —Bahiyyih le dio un empujoncito amistoso—. A veces las cosas malas pasan, pero también las buenas. Mira, al menos tienes amigos que te cuidan.
Kai asintió, intentando recuperar su compostura.
—Sí, exactamente. Y si necesitas algo, solo dímelo, Reiki. Quiero asegurarme de que te recuperes bien.
—Gracias, Kai —Reiki sonrió, sintiéndose un poco mejor con la presencia de sus amigos.
La puerta se abrió y una enfermera entró con una bandeja de medicinas. Kai aprovechó el momento para intercambiar una mirada de complicidad con Bahiyyih. La situación era más complicada de lo que Reiki sabía, pero al menos, por ahora, podían mantener el secreto a salvo.
—Bueno, debemos dejarte descansar —dijo Bahiyyih, poniéndose de pie—. Pero volveremos pronto.
—Sí, cuídate, Reiki —Kai se levantó también, dándole una palmada suave en el hombro sano de su amigo.
—Gracias, chicos —Reiki sonrió, sintiéndose afortunado por tenerlos cerca a pesar de su "mala suerte".
Mientras salían de la habitación, Bahiyyih no pudo resistir burlarse un poco más de su hermano mayor.
—Así que, ¿cómo planeas esquivar a Jaehyun, Spidey?
—Ni me lo menciones —gruñó Kai—. Solo espero que no me encuentre antes de que pueda arreglar esto.
Ambos se rieron, conscientes de que el enredo de Kai como Spiderman apenas estaba comenzando.
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