1.
El caso de las arañas mutantes.
La corporación Osborn, considerada casi como una maravilla del mundo moderno, es una enorme corporación encargada del progreso de la humanidad mecánicamente, robots, aplicaciones y otro tipos de cosas pueden llegar a venir de este sitio donde al cruzar sus puertas es como estar en algún edificio del futuro que se encuentra varado en esté presente, o así lo describen las personas de lo moderno que es ese lugar. Está corporación a ganado bastante reconocimiento y puede ser considerado una oda a la humanidad y su intelecto pata crear cosas, el propósito de ese sitio es simplemente crear un lugar mejor para las personas y darles también un sitio a esas mentes brillantes donde puedan evolucionar sus capacidades para lograr contribuir en la ciencia moderna.
Aunque sus intenciones son buenas, como toda corporación está tiene su lado malo, aunque más bien esto viene más del oscuro pasado de la familia Osborn y el como se fue creando está corporación con el paso de los años. Pero el nuevo jefe de ese sitio, Patrick Osborn, a estado haciendo todo lo posible para enterrar ese oscuro pasado de su familia y la corporación, lo único que quiere este hombre es ayudar a las personas, es solo un anciano de buen corazón que desea poner su granito de arena a la humanidad así como muchos otros lo han hecho.
Pero como se sabe, los medios faranduleros siempre querrán buscar una manera de ensuciar el apellido Osborn y sus avances en la ciencia; sino es publicando rumores por Internet de manera anónima para plantar el miedo y odio en las personas, es que aprovechan cualquier mínima cosa para acusarlos de algo, como por ejemplo la actual experimentación con animales. Por suerte, Patrick Osborn solicitó un permiso del gobierno para poder usar animales o insectos de manera legal para sus experimentos, por supuesto que el tipo de animales está limitado y es por eso que está práctica se a hecho de origen público, además de que esas personas que sólo quieren perjudicarlos son pocos y la mayoría son anónimos o periodistas de segunda que quieren volverse famosos o ganar más en su salario.
Con el apoyo del gobierno y del mismo presidente, las investigaciones continuaron tanto mecánicamente como biológicamente. Uno de los tantos avances que se lograron con seres vivos fueron un prototipo de arañas modificadas geneticamente para poder producir una telaraña mucho más resistente y densa que la de cualquier otro arácnido que haya existido en la tierra. Esta telaraña sería utilizado para ventas y serviría más para reemplazar las cuerda o sogas, obteniendo así una telaraña modificada la cual sería un buen reemplazo además de que es mucho más resistente, ese era uno de los tantos planes principales que se tenían con la telaraña que producirían gracias a esas arañas. Pero el proyecto todavía no estaba terminado, por ahora solo era un prototipo además de que tenían el problema de ser radiactivas.
Uno de los encargados en el área biológica es el Dr. Andrew Connors, un prodigioso científico que a aportado mucho en esa área y fue uno de los tantos científicos que fueron ayudados por la corporación Osborn para así obtener el mérito e paga que se merece.
Aquel día, el día que hubo una explosión en el laboratorio de Andrew, ese día parecía todo normal, el adulto de cabello negro y corto, llevando sus anteojos colgando de su bata, se dirigía contento como siempre al trabajo, saludaba a todos los que podía, Andrew no era alguien tan sociable pero sí amigable, intentaba ser lo más amable posible con los demás. El hombre de unos 30 años llegó a su destino unos dos minutos tarde, lo primero que hizo al entrar al laboratorio fue saludar a una de sus asistentes.
—Amanda, Buenos días.
—¡Buenos días, Sr. Connors!—exclamó un poco exaltada.—No me di cuenta cuando entro...
—Ya lo veo.—sonrió.—Un día de estos tal vez te de un infarto.
—Esperemos que no.
—Si, eso espero. No quiero cargar con la culpa.—bromeó.
—Oh, vamos, no exagere.—dijo.—Fue solo un sustito.
—Si eso fue un sustito, no me quiero imaginar que sería un susto para tí.
Amanda rodó los ojos, sabía que Andrew sólo lo estaba molestando.
—¿Y qué hay de nuevo hoy?, ¿pasó algo mientras no estaba?
—Solo llegaste dos minutos tarde.
—Eso es tiempo suficiente para que pase algo interesante.
—Bueno, mientras usted no estaba, estaba revisando los archivos de las arañas.
—¿Qué encontraste?
—No pude llegar a nada. Las estuve analizando un poco y me di cuenta que un metabolismo mucho más radical que el de una araña normal. ¿Cree que cambiaran de forma o algo así?
—No lo creo.—contestó.—Esas arañas sólo son radiactivas, no creo que sufran alguna mutación repentina.
—¿No cree que es mejor mantenerlas encerradas en otro sitio?—cuestionó preocupada.—Es que me ponen un poco nerviosa.
—¿Le tienes miedo?
—No a las arañas. Pero a estas si.—aclaró.—Desde que vi sus niveles de radiación, aunque sea menores, ¿qué tal si se escapa una y nos pica a uno de nosotros?, ¿qué pasaría?
—Tú misma lo acabas de decir, los niveles de radiación de esos arácnidos en bastante bajo, no infectarian a nadie, si mordieran a alguien no creo que terminen con su vida.
—... Eso no lo sabemos con certeza.—mencionó.
—Lo mejor es no pensar en eso, por ahora. Como científicos es normal que nos preocupemos de más por estas cosas, por eso estás así.—puso sus manos obre sus hombros.—Además, si una de esas araña escapa, no sobrevivirá al exterior, moriría en aproximadamente media hora. Por culpa de los cambios genéticos que les hicimos, los volvimos más vulnerables de lo que ya eran. Y si llegan a morder a alguien, también morirían, al instante por lo débiles que son.
—Tiene razón.
—Y por si acaso, nos quitamos los zapatos y las matamos. Luego comenzamos de nuevo.
—Lo dices de una forma tan sencilla.
—No puede ser tan difícil.
—Hm, eso espero.—dijo.—¿Creen que podemos presentar las arañas hoy?
—No lo creo. Como todavía no están listas, lo mejor es no presentarlas aún hoy.—sonrió.—Así que por ahora enfoquemonos en el proyecto reptil.
—Para serle sincera estoy muy sorprendida con lo rápido que hemos avanzado ese proyecto. Digo, usted ya había avanzado mucho por su cuenta, antes de que yo llegara.
—Si.—asintió.—De hecho, desde antes de empezar a trabajar aquí.
—¿Enserio?, wow, eso es increíble. Y mire toda la información que a logrado recopilar y crear.—expresó maravillada.—¿Porqué?, si no le molestaría decirme, claro.
Andrew se lo pensó por unos segundos, pero decidió contarle la razón de su devoción al proyecto reptil.
—Mira está foto.
Le mostró una foto enmarcada que tiene en uno de los estantes. Ahí estaban él, una mujer y una niña, los tres estaba sonriendo como tortolos en la fotografía, se veían muy felices.
—Está mujer de aquí es mi esposa y está niña es mi hija.—apuntó con su dedo.—¿Recuerdas que te hablé de mi hija?
—Si, lo recuerdo.
—Pues yo no te había contado que... Ella está inválida.
—¡Oh!, perdón, no debí preguntar, lo lamento.—soltó de repente, arrepentida de lo que hizo.—Eso debe ser muy... Agh.
—Tranquila, estás cosas pasan. Y todavía no te he contado la peor parte, Amanda.
Ella trago saliva.
—Mi esposa y mi hija tuvieron un accident automovilístico, la mujer que amo murió y a mi hija tuvieron que hacerle una operación para amputarle ambas piernas.
Amanda evitó cualquier cosa para no mostrar una expresión de dolor o desagrado, ese tipo de historias se las imagina con lujo de detalle y no pudo evitar sentirse mal por eso.
—La corporación Osborn me dio piernas protasticas para ayudarme, pero... Yo quiero ayudarla. No solo a mi hija sino también a las personas que hayan sufrido algo similar o estén peor. El proyecto reptil es para eso, si lo logramos podremos hacer que partes del cuerpo vuelvan a crecer en los demás como si fueran las colas de un lagarto.
Amanda soltó un largo suspiro.
—Aún así siento que no debí preguntar, perdón, es algo muy fuerte. Yo y mi bocota.
—No, está bien.—rió.—Es más, te agradezco que me estés ayudando, eres una buena asistente y gracias a tí he estado avanzando más rápido que antes en este proyecto en el que tengo tanta fé.
Amanda se sonrojo de vergüenza por el halago de su superior.
—Lo único que quiere es que sigas así, ¿ok?
—Ok.—ella asintió.
—Está bien, sigamos en lo que nos quedamos ayer entonces...
A Andrew se le hace incómodo contar aquella tragedia, pero sabe muy bien que eso fue hace tres años, debe de soportarlo y superarlo, mirar al futuro que él mismo está creando para poder ayudar a su hija y los demás que estén en sus mismas condiciones. Esa es la razón del porqué tiene tantas esperanzas en el proyecto reptil más que nada, está dispuesto a dar su vida por ello si es necesario.
Mientras esto sucedía, alguien más entraba a la corporación Osborn, con tan sólo su presencia llamaba la atención de todos los presentes, las miradas de cada trabajador del lugar se posó en el hombre de traje elegante y sonrisa agradable, Norman Osborn, el hombre de 36 años de edad miraba a su alrededor asintiendo de vez en cuando como una forma de saludar a los empleados, se metió rápidamente al ascensor junto a una de las tantas secretarías que hay.
—Buenos días, Sr. Osborn.
—Oh, Mary, buenos días para tí también. Pero no hay necesidad de ser tan cortes, solo llámame Norman.
La señora asintió y susurro un “ok” cabizbaja.
—¿Mi padre está aquí?
—El señor Patrick está aquí desde temprano.
—A ese hombre le encanta ser el primero en venir para acá.—rodo los ojos.
—Es dueño de la empresa después de todo.—mencionó.
—Está obsesionado con este lugar.
—... Supongo que tiene razón.—dijo.—No le diga que dije eso.
—Será nuestro secreto.—le guiño un ojo. Ambos rieron.
El ascensor se detuvo y Mary e Norman tomaron caminos distintos. Norman se dirigió a la oficina de su padre, su viejo padre, estaba sentado como de costumbre en aquella silla rodante, de espaldas, mirando a la gran ciudad a través de la ventana, cada vez que Norman lo ve solo puede imaginarse a un rey en su trono, un trono que no quiere abandonar por nada en el mundo.
—Buenos días, padre.—entró y se paró en medio de la oficina.
—... ¿Qué quieres, Norman?—preguntó con una voz grave.
—Solo vine a ver a mi padre, un hijo debe de verse con su papá por lo menos un momento.
—Tienes razón...—se giró.—... Pero en tu caso, estás aquí por algo.
—Padre, por favor-
—Te conozco, Norman.—interrumpió.—Así que dime, ¿qué quieres?
El contrario resoplo por lo bajo, un poco irritado por esas acusaciones, aunque no estaban tan lejos de la realidad.
—Quería decirte que... Me voy a postular para ser alcalde.
El hombre carraspeo por lo bajo al oír eso.
—Me lo suponía.
—¿Qué?—frunció el ceño Norman.
—Me suponían que ibas a hacer algo así algún día, solo me preguntaba que tanto tardarías.
Norman rió por lo bajo.
—Vamos padre, ¿acaso eres adivino?
—Eres mi hijo, Norman.—replico.—Sé cómo eres, cada vez que te miro puedo ver que eres la viva imagen mía de cuando era joven.
—Siempre me has dicho eso.
—Solo te lo recuerdo, para que veas que no soy todavía un anciano senil.—exclamó.—Nosotros los Osborn somos ambiciosos. No lo olvides, porque el día que yo desaparezca y te dejé todo esto por lo que yo luche para tener, tal vez tu hijo, Harry, quiera arrebatarte tu puesto así como tú has intentado arrebatarme el mío.
—Papá, primero que nada yo no intento arrebatarte nada y segundo Harry no es así.
Patrick Osborn sólo esbozo una sonrisa burlona.
—¿Qué te hace pensar eso?
—Porque no lo crié como me críaste a mí.
La respuesta le arrebato por completo la sonrisa burlona de sus labios, molestándolo en cierta forma. Norman tomó un respiro.
—Como sea, es bueno saber que por lo menos tienes la fuerza para seguir odiandome.
Con esto último dicho, Norman abandono la oficina, dejando solo a su padre con una sensación de incomodidad. Afuera, Norman respiro hondo para deshacerse del nudo en su garganta, se encaminó a su propia oficina y se encerró ahí.
Norman y su padre no tienen una muy buena relación, cosa que se debe mucho a la crianza que esté tuvo con él. Desde entonces Norman a intentado criar a su hijo Harry de una forma distinta, para que su propio hijo no lo odie tanto como el odia a su padre, Patrick Osborn, a pesar de que todas esas cosas pasaron, mientras los recuerdos de esos malos momentos todavía esten en la cabeza de Norman, el resentimiento que tiene hacía su papá jamás se irá. Y a intentado perdonarlo, dejar todo atrás y seguir adelante porque al final Patrick es la única figura paterna que tiene y de cierta forma lo entiende. Pero el propósito principal de Norman es obtener más poder que su padre. Norman tomó algo de aire y mantuvo la compostura.
—Tranquilo, Norman, esto no es nada nuevo. Hoy será un día especial, debes de estar presentable.
Pues si, hoy lo sería, ya que Osborn mostraría algunos de sus nuevos avances, abriendo así una excursión para que los ciudadanos puedan ir a ver las maravillas que están creando y el como Osborn trabaja. Este día vendrían estudiantes de diferentes escuelas y seguramente universitarios por igual, civiles, reporteros y tal vez personas importantes.
Y así mismo fue, unas horas después, la corporación se lleno de gente más de los normal, se podían escuchar las voces de emoción de los invitados, los bullicios de asombro por la enorme tecnología que posee el lugar, resonaban en el unísono. Norman intentó poner su mejor sonrisa para presentarse ante todos y darles un recorrido por el lugar, pero en ese momento recibió una llamada de su hijo, Harry Osborn, el cual le dijo que no podría ir para la presentación de los nuevos proyectos.
Mientras tanto, un grupo de estudiantes y civiles se encontraba con el Dr. Connors, el científico estaba fascinado de presentarles a los jóvenes y periodistas sobre el proyecto reptil.
—¿Alguna vez se han preguntado cómo podemos ayudar a la medicina moderna?, o mejor dicho, ¿si me cortan un brazo, me volvería a crecer de alguna manera?—preguntaba Connors.—No me refiero a alguna prótesis ni nada por el estilo, nah. Me refiero a que le crezca la extremidad por completo. ¿No les encantaría eso?
—¿Es acaso eso posible?
Había preguntado una persona, una voz femenina perteneciente a una pelirroja.
—Me disculpo por mi interrupción, mi nombre es Mary Jane Watson.
—Oh, Mary Jane, creo que he leído sobre tí.
—Me halaga oír eso. Soy periodista del Daily Bugle, también soy fotógrafa.
—Genial, eres un poco famosa. Bueno, para los que lean tus artículos, claro.
—Si, por supuesto.—suspiro.—¿No le importaría que le dedique uno?
—No, puedes hacerlo. No es problema.
—Dr. Connors...
Su ayudante le susurro dejando en visto que había dejado esperando a su público.
—¡Ah, perdón, perdón!, continuaré ahora mismo.—exclamo.—Respondiendo a la pregunta de la señorita Mary: si, es posible regenerar una extremidad, esa es la función del proyecto reptil. Por ahora, lo hemos probado en animales, como por ejemplo este conejo.
Connors mostró un conejo en una jaula, le faltaba una extremidad al animal.
—Está es mi mascota, la cual lastimosamente nació sin una de sus patas, pero con esto...—mostro una inyección con un líquido azul dentro suyo.—... Podemos arreglar eso.
El científico con ayuda de su asistente sacaron a la liebre y le inyectaron la dosis. Todos se quedaron expectantes, Mary Jane tomó algunas fotos del suceso, algunos no creyeron que funcionaria, pero la ciencia demostró su gloria ante los demás, a una velocidad impresionante la pata le volvió a crecer al animal, todos se quedaron boquiabiertos.
—¡Y ahí lo tienen!, volvió a crecerle la pata.—expreso.—Este es el propósito del proyecto reptil, poder crear una sustancia capaz de otorgar la capacidad de hacer que alguna extremidad del cuerpo humano vuelva a crecer. En China, actualmente son capaces de clonar animales, por ahora se a usado esto con perros o gatos, de hecho, ustedes pueden clonar a sus mascotas pero por un alto precio. En este caso, cuando terminemos de mejorar el proyecto reptil, haremos todos lo posible para que sea disponible a todas las personas, ya que lo único que quiero es ayudar a los demás.
—Espere un momento, Sr. Connors,—interrumpió una reportera.—usted está insinuando que... ¿Las personas podrán usar el proyecto reptil?
—Esa es nuestra meta.—contestó.—Para lograr está sustancia necesitamos hacer una combinación de la genética de los reptiles, me refiero a su capacidad de regeneración, lo cual no fue nada fácil a la hora de estabilizar la sustancia para que sea compatible con otros seres. Así que por ahora, se podría considerar un prototipo, todavía no puede ser usado en humanos.
—¿No tiene efectos secundarios?—cuestionó Mary Jane antes de que cualquier otro hiciera una pregunta.
Connors pensó bien su respuesta.
—Lo hemos usado dos veces y en ninguna de esas dos veces hemos detectado alguna anomalía.
—¿Cuánto tiempo cree que tomaría crear una dosis para un ser humano?
—Siendo honesto, a veces la ciencia es impredecible, así que no sabría darte una fecha aproximada.
Mary asintió, todo eso lo grabó en su pequeña grabadora.
—Bien, gracias a todos por prestarme atención, pueden pasar a la siguiente presentación.
Todos se despidieron de Connors y se dirigieron a la siguiente presentación de la excursión. Todo iba normal por ahora, estaba siendo un día llena de maravillas para todos, se supone que nada debía arruinar este día, pero si hubo algo: un ataque.
Había ocurrido de repente, una explosión, no fue a causa de un accidente o algún error de presentación, fue un ataque directo por parte de unos terroristas, la explosión provocó que murieran algunas personas, en total 11 personas murieron al estar cerca, y 8 resultaron heridas, esto fue suficiente para cundir el pánico, y lo que provocó más esto fueron la repentina aparición de hombres vestidos de negros y armados, uno de ellos que iba a la delantera se subió encima de una mesa y grito:
—¡Todo el mundo calmese y escucheme!
Pero entonces unos guardias sacaron sus armas pero fueron asesinados por los acompañantes de ese sujeto. El hombre siguió hablando.
—¡Ignoren eso y háganme caso a mí!, ¡quiero que todo el mundo se quede en el suelo y no haga nada hasta que nos vayamos de aquí!, ¡ustedes son jóvenes con un futuro por delante, adultos con familia, gente con sus propias vidas, no quieran morir por intentar algo estúpido!, ¡tirense al suelo y no se muevan!
Las personas se acostaron en el piso, sollozando, asustados y confundidos por esté repentino atraco. El hombre miró su reloj, había marcado el tiempo necesario para tomar lo que quería de esté sitio y irse sin más.
—¡Dense prisa, recuerden que no es mucho tiempo!
“¿Qué vinieron a robar estas personas?”, era algo que se preguntaban algunas personas, la realidad es que nadie sabía, sólo ellos, pero una cosa es segura, no vinieron tras dinero ni nada de eso, vinieron por la avanzada tecnología de la corporación, se llevaron en específico algunas cosas.
Para colmo, la seguridad de Osborn no es completamente diferente de cualquier otra corporación o empresa, a pesar de que otros guardias ya venían en camino y se comunicaron con la policía, fue demasiado tarde, ellos ya habían tomado todo lo que necesitaban, marchandose de ese lugar. Lo peor del caso es que la explosión que ocurrió al principio liberaría a las arañas, unas pocas murieron pero las demás lograron escabullirse y irse.
Esto se conocería como: El gran robo a la corporación Osborn.
Pero lo que más preocupa en este caso era la desaparición de las arañas mutantes; estos insectos se desvanecieron a una velocidad impresionante, llegando hasta las alcantarillas de Nueva York. Como había explicado anteriormente el Dr. Connors, estás arañas morirían en cuestión de algunas horas al no estar acostumbradas al ambiente, otra razón por la cual perderían la vida sería si mordieran a alguien.
Las arañas fueron por todo el alcantarillado, algunas murieron ahogadas, otras fueron comidas por alguna lagartija de por ahí, mientras pasaba el tiempo estás iban disminuyendo en número, hasta que al final solo quedaron cuatro, estás cuatro se fueron sin rumbo por algunos túneles y tuberías hasta llegar al apartamento o casa de unas personas.
La primera araña apareció en el fregadero mientras una mujer mayor se edad que vive sola con sus dos gatos estaba lavando los trastes, el arácnido la mordió, muriendo al instante, la radiación invadió el cuerpo de la señora y en cuestión de dos minutos la terminó matando, sus venas se hincharon y su color de piel se volvió hasta pálido. Con la segunda araña fue algo similar, solo que en este caso el perjudicado fue una perro, quien terminó muriendo al cabo de un minuto.
Con la tercera y cuarta araña ocurrío algo particular, la tercera araña llegó a la casa de una joven pareja que vivían juntos, el varón sin darse cuenta, la araña estaba en el pasillo a su habitación y está se abalanzó a la ropa del muchacho, trepó hasta su nuca y lo pico. A diferencia del perro y la señora que murieron en un tiempo determinado, este individuo sufriría una metamorfosis unas cuentas horas después, cuando fue a la cama con su novia para poder dormir, nunca logró conciliar el sueño por culpa de un agudo dolor de cabeza.
El dolor de cabeza que sentía era algo fuera de este mundo, parecía que no sólo se quedaba en su cabeza sino que pasaba por todo su cuerpo, sin saberlo, su cuerpo estaba sufriendo una transformación. Alrededor de las doce de la noche, su novia se despertó al escuchar los extraños sonidos provenientes del pasillo, al salir, vio la luz del baño encendida y cuando entró pego un grito de espanto al ver a su novio tirado en el suelo, con su cabeza completamente deforme, asemejandose a la apariencia de una araña, aquel muchacho estaba muerto, su cuerpo no pudo resistir un cambio tan drástico en él.
Y por último, está la cuarta araña, cuya víctima fue Felcia Davis, aquel día la habían despedido de su trabajo, para poder quitarse el estrés de encima fue a darse una ducha, sin saber que una araña saldría de la regadera y la picaria, otorgándole los poderes que hoy en día tiene. Se podría decir que ella tuvo suerte, que enrealidad lo suyo fue de un millón, Felcia pudo haber sufrido un cambio físico peor que sólo ser capaz de trepar muros, lanzar telarañas por sus muñecas, tener sentido arácnido y sus capacidades físicas mejoradas, pero no fue así. Está vez tuvo la suerte de que no le pasara nada malo.
Después descubría que tendría poderes y con el poco tiempo tomarían la decisión de querer salir a la calles a pelear contra los tipos malos, usando una máscara y ropas que no usa, como si el diablo estuviera dentro de ella, Felicia empezaría a repartir golpes por doquier, siendo más que una responsabilidad, una necesidad de querer lastimar a alguien que se lo merezca.
Así, nació la mujer araña.
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