Capítulo 10
Al siguiente día, YoonGi se obliga a levantarse temprano antes de que fueran descubiertos. Su cuerpo es un absoluto martirio en ese instante, quizás deba hacerse tratar sus heridas antes de que sufrieran alguna infección, pero en definitiva está agradecido de poder haber pasado aquella noche al lado de la persona a la que amaba, por primera vez en muchas semanas sintiendo genuina paz descansando en su pecho.
Se acerca a Jimin y lo observa por breves segundos; su tranquila y acompasada respiración, sus bonitas pecas, sus pestañas acariciando sus mejillas y su cabello anaranjado cayendo despreocupadamente por la almohada. Le encantaría verlo por horas, abrazarlo y besarlo, quiere ser suyo. Pero rápidamente sus pensamientos son opacados por su triste realidad y el dolor repentino que siente es fuerte.
Susurra breves palabras de despedida en su oído antes de dejar un beso en su cabeza, obtiene un suave murmullo en respuesta pero agradece que el joven no se despierte ante su ausencia, Park realmente debía descansar para afrontar ese catastrófico día que se avecinaba.
Tomó sus cosas y salió por la ventana como bien acostumbrado estaba.
En primera instancia fue a su casa, sabiendo que necesitaba un baño urgentemente para limpiar la suciedad y sangre impregnada en su piel, además de lavar su ropa. Se tomó su propio tiempo en la ducha, sintiéndose pleno, sabiendo que lo peor ya había pasado.
Al salir, secó su cuerpo y desinfectó sus heridas con lo que tenía en el botequín de primeros auxilios, aunque dolía, era considerablemente menos, la cicatrización rápida ya había actuado de manera bastante efectiva. Vendó su pierna y cubrió las más graves. Finalmente, se vistió con ropa abrigada, un suéter y un pantalón holgado, sabiendo que el frío de la mañana probablemente se mantendría por el resto del día.
Cuando se sintió como una persona nueva, pudo ir al hospital. Su tía ya estaba despierta y se encontraba viendo televisión, sonrió de manera hermosa al verlo.
—Hola hijo, ¿cómo te encuentras? Vi lo que pasó.
—Hola tía, —sonríe levemente, aún algo cansado, mientras le da un beso en la mejilla, —bien, no pasó nada. —Miente, como lo hace generalmente, dejándole una bandeja de comida que trajo de casa para que Jin pudiera sentir algo distinto en su paladar que no fuera la asquerosa comida de hospital.
—No mientas, YoonGi, —el nombrado la mira, en un gran interrogante, —vi que ese villano había secuestrado a unos niños ¡y a Jimin! Dios, estuve tan preocupada, ¿él está bien?
—Él está perfectamente bien, —suelta en un suspiro, —me llamó en la madrugada para avisarme. Todos están bien, el Hombre Araña llegó a tiempo.
—¿Quiénes fueron los dos muertos?
—El capitán Park y el señor Jeon, de Oscorp. —YeJin lleva sus manos a su boca, impresionada.
—Oh, pobres familias, deben estar destrozados. —La mujer abre la bandeja, comenzando a comer lentamente de lo que era una torta. —A veces el Hombre Araña no puede encargarse de todo solo, pero no lo culpo, es solo una persona al fin y al cabo, por suerte pudo salvar a los niños.
—Sí, bueno, tampoco pudo salvarte a ti. —Comenta, jugando distraídamente con sus dedos.
—Tonterías, Yoon, él no pudo haberlo adivinado, ese hombre solo llegó a casa de un momento al otro. Aparte estoy bien y viva, no hay que ser tan cruel con el pobre héroe. —Min asiente levemente, decidiendo dejar la conversación hasta allí. —En otras noticias, me avisaron que ya repararon la pared dañada.
—Sí, estuve en lo de JungKook anoche, hoy fui y estaba la pared ya sana. Solo le falta pintura.
—Nada que no sea sencillo de arreglar. —Y YoonGi vuelve a asentir, no pudiendo competir con la gran positividad de su tía.
En la tarde, YeJin fue dada de alta y volvieron a su casa. Todo estaba en orden para ambos, y solo debería estar atento a los cuidados de su tía unos días antes de que pueda ser autorizada para volver al trabajo.
YoonGi se acerca a la ventana principal de la sala, esta había tenido solo un par de trizas como consecuencia del ataque, la cambiarían en unas semanas. Observa con atención las gotas de lluvia que se deslizan lenta y despreocupadamente hasta chocar contra el suelo, el día era gris, todo le hace recordar sus tormentos interiores. Voltea brevemente hacia el reloj que cuelga elegantemente en una de las paredes, ya casi serían las seis de la tarde.
Ya habían sucedido ambos funerales.
De pronto, se siente culpable, aunque sabe que no debía presentarse en ninguno de los dos. Ahora JungKook lo odiaba, y si Jimin lo amaba, él debía hacer que lo odiara.
Prácticamente, debía quedarse solo. Ese era su destino, con tal de no dañar a quienes más quiere, debe romperse.
Pero no contaba conque la puerta fuera tocada en ese instante. Extrañado, se acerca a abrir. Y no sabe si estar feliz o arrepentirse de haberlo hecho. Aún no, aún no, era muy pronto aún, solo quería un poco más de tiempo para...
—¿Dónde estabas? —La pregunta es clara, concisa y directa. Frente a él se encuentra un Jimin claramente destrozado, ha llorado por horas, lo sabe. El paraguas hace el intento de cubrirlo de la lluvia pacífica.
—Hola, —solo tiene la valentía de decir, sus palabras no logran ordenarse en su cabeza.
—Ya fue el funeral... —mustia, el dolor en sus ojos es indescriptible, odia que esa mirada sea para él, —dispararon...rifles y hablaron personas. Dos de mis maestros fueron, y Jackson también...fueron todos menos tú. Te necesitaba. —Las últimas palabras se quiebran y Jimin no puede evitar sollozar, sus ojos están empañados de lágrimas, y YoonGi solo quiere quitarle todo su dolor por al menos un instante.
—Lo siento, lo lamento mucho, —susurra solo para ellos, una de sus manos sube hasta el rostro contrario, acariciando su mejilla y limpiando sus lágrimas rebeldes. —No puedo seguir, no puedo...perdón, pero no puedo.
—¿A qué te refieres?
—Jimin, no puedo seguir viéndote, ya no. —El peli-menta no puede evitar cuando su vista se vuelve borrosa también, intenta apartar la mirada, evitarlo, quiere ser fuerte al tomar esta decisión, pero su corazón lo traiciona. Especialmente cuando una palma delicada y fría se posa en su mejilla atrayendo su mirada de nuevo a aquellos ojos que tanto ama.
—¿P-Por qué? —Musita, al borde de romperse.
—Jimin es que...haga lo que haga...no importa cuánto me esfuerce por evitarlo...aquellos a los que amo siempre serán los que lo paguen. —Respira fuertemente, buscando fuerzas para seguir. —Fueron sus padres, no quiero que sigas tú.
Hay un silencio extenso, lo único que se escucha son las gotas golpeando contra el pavimento.
—Hizo que se lo prometieras...¿que te alejaras de mí...para que yo esté a salvo? —Concluye, su voz aún es temblorosa, pero hay algo que se endurece en su mirada. —Sabes...cuando estaba allá arriba, creí que acabaría todo, creí que sería el final, y en esos momentos solo pensaba en alguien. Solo en una persona. En ti, YoonGi. Pensaba: "espero salir con vida para finalmente permitirme la felicidad de estar junto a Min YoonGi." —El pelirrojo hipa, y seca sus lágrimas con la manga de su saco antes de volver a verlo, con decisión pero al mismo tiempo dolor, mucho dolor. —Porque te quiero, yo te amo, YoonGi. Pero veo que no se me va a cumplir lo que tanto deseé.
Aquellas fueron todas sus palabras antes de darse media vuelta y comenzar a marcharse.
Todo lo que YoonGi quería era decirle cuánto lo amaba también.
Pero el impedimento de la promesa lo carcome en su interior, hay una voz que le repite que había hecho lo correcto, que dejarlo ir solo era una muestra de todo lo que lo amaba como para permitirse perderlo. Pero de todo esto odia que ambos sean los que salieron heridos, nunca creyó que Park Jimin lo amaría con la misma intensidad con la cual él siempre lo hizo.
Quizás todo habría sido mejor si su historia de amor nunca hubiera nacido.
Pasan un par de días luego de todos los sucesos, las cosas en la ciudad y en sus vidas ya se habían acomodado un poco y no eran un desastre tan grande. Pero claro, aquello no había sido suficiente para olvidar sus miserias.
YoonGi mira a su al rededor en el salón cursando ya el último semestre. Jimin continúa igual de aplicado de siempre pero lo ignora como todo un profesional, su rostro cambia cada que lo ve pasar. Jackson sigue igual de ruidoso en las clases pero al menos ha dejado de molestarlo, puede respirar un poco de paz ahora. Y JungKook, JungKook asistía muy pocas veces, se rumoreaba que continuaría sus estudios de manera online para sustituir el cargo en la empresa de su padre apenas fuera mayor de edad; pero de vez en cuando aparecía, y no recuerda haber visto jamás aquella mirada en esos ojos que ahora le dedicaba.
Y era entendible, para él, había asesinado a su padre.
El timbre tocó, sacándolo de sus pensamientos por completo y asustándolo. Tomó sus cosas rápidamente pero, para cuando quiso darse cuenta, Jimin ya había desaparecido del salón.
Se apresuró notablemente a seguirlo, pero pasar a los estudiantes fue un martirio, y cuando llegó al pasillo ya no había rastros de aquella cabellera peli-anaranjada que tanto adoraba y sobresalía. Sus labios se fruncieron en una mueca, sabía muy bien que él había terminado por cortar con él, pero necesitaba hablarle, no podía dejar las cosas como estaban.
La promesa y su responsabilidad como superhéroe lo carcomía lentamente, mientras que del otro lado, estaba el simple anhelo del amor de un chico adolescente, ese mismo que se había enamorado de los hermosos ojos de Park Jimin y luego de su hermoso corazón y personalidad. Su enamoramiento por el pelirrojo seguía tan vigente como el primer día en que lo conoció y todo lo que deseaba era protegerlo y verlo sonreír cada día de su vida.
En menos tiempo del que creyó posible, estaba frente a la ventana del chico, pero no había nadie dentro, y aunque esperó varios minutos deseando verlo llegar y aclarar sus sentimientos; eso no pasó. Sintiendo su corazón doler, terminó subiendo hasta el techo del edificio, pudiendo tener toda la hermosa vista de la ciudad bajo sus pies.
Sentía que podría llorar en cualquier momento como noches atrás lo hizo, él de verdad extrañaba a Jimin, el último día en el cual durmieron acurrucados en su cama pudo darse cuenta que era lo que quería para el resto de su vida, estar junto a ese chico de mejillas abultadas y ojos que transparentaban su alma. No sabía si Park querría lo mismo con él pero estaba dispuesto a luchar por, al menos, confesarse una última vez. Siente que todo el tiempo hace todo por los demás y nunca hace nada por sí mismo, YoonGi de verdad no quiere ser infeliz el resto de su vida pero continuar salvando a las personas de la ciudad; solo quiere a Park Jimin.
Su vista cae hacia la terraza momentáneamente, y entonces su corazón se detiene, viendo allí al dueño de sus pensamientos.
Su mirar se cristaliza momentáneamente al verlo tan tranquilo y etéreo simplemente allí parado observando a la ciudad, en el mismo lugar donde le confesó su más grande secreto y a la vez su enamoramiento. La escena de esa noche se repetía interminablemente, fue un minuto donde nada le importó, rechazó todas sus responsabilidades y solo pudo pensar en él.
YoonGi bajó lentamente del techo, aterrizando en silencio sobre la terraza, no queriendo perturbar la paz en la que estaba sumido el peli-naranja. Agradecía no haberse puesto el traje aún, quería decirle todo lo que tenía guardado en su corazón con la imagen más pura de Min YoonGi, no del Hombre Araña.
—Jiminnie, —llamó, casi en un susurro, pero que fue especialmente audible para ambos que solos se encontraban ahí. El nombrado se espantó del susto, volteándose de inmediato para ver al dueño de sus latidos y el dolor que albergaba, allí frente a él.
—¿Qué haces aquí? —Inquirió, cruzándose de brazos mientras se hacía pequeño, su mirada de apartó hacia cualquier esquina del escenario, no tenía el valor de verlo sin echarse a llorar. —¿Qué quieres? Creo que ya me dejaste muy en claro que no pertenezco a tu vida.
—Quizás no pertenezcas, pero yo te quiero dentro de ella. —Sus palabras le dejaron completamente anonado, definitivamente no era aquello lo que esperaba que saliera de la boca del pálido. Sus ojitos se abrieron en sorpresa y lo observaron, buscando algún ápice de mentira que no le permitiera ilusionarse de nuevo. —He estado pensándolo mucho, Jimin, y no quiero tenerte lejos de mí. Te amo demasiado; si antes me gustabas, cuando me permitiste conocerte caí completamente ante ti. Te amo siendo solo yo, Min YoonGi, una persona común y corriente que desea una vida entera a tu lado. Y te amo siendo el Hombre Araña quien siempre va a buscar protegerte para permanecer a tu lado, sano y a salvo. Me siento demasiado egoísta diciéndote todo esto, y sé que tu padre me odiaría por completo, no me gusta romper mis promesas, pero lo único que quiero es ser feliz. Te herí y lo siento mucho, debía tener en cuenta tu opinión, tu valentía de estar conmigo aún después de todo, pero solo busco tu seguridad y no quiero dañarte, aunque ya lo he hecho. —El peli-menta suspira, tragando en seco para intentar disipar las lágrimas y su voz nula que se quebraría en cualquier instante. —Entiendo completamente si no quieres volver, tienes derecho a rechazarme y a alejarme como yo lo hice...solo quería decirte cuánto te amo una última vez, porque no quiero que pienses que te alejé porque no te quiero, porque lo hago con todo mi ser.
El silencio que les consume es extenso al terminar sus palabras, y cuando puede asimilarlo, ve a Park llorando en silencio, una gran angustia le consume. Tiene el amague de acercarse a consolarlo pero no quiere parecer hostigante, ya suficiente tenía el menor con él apareciendo en su hogar en su momento de paz. Pero para su sorpresa, es Jimin quien termina por acercarse, y él no duda ni un segundo en abrir sus brazos para recibirlo.
—Te extraño tanto, hyung, —murmura entre sus sollozos, ocultándose en la curvatura de su cuello mientras intenta detener su llanto para aclarar sus palabras, —yo...entiendo porqué lo hiciste, sé que quieres protegerme, pero permíteme estar a tu lado mientras lo haces, no es necesario que me alejes y rompas mi corazón en el proceso. Yo también te amo muchísimo YoonGi, quiero estar contigo todo el tiempo posible que tengamos juntos, una promesa a mi padre no puede decidir por sobre nosotros. —Sus manos escalan lentamente hasta poder tomar las mejillas del pálido entre estas, asegurando el contacto visual entre sus ojos y la cercanía en sus rostros. —Te amo, YoonGi, te amo siendo tú y te amo siendo el Hombre Araña. Me da igual lo que suceda, todo es secundario, solo quiero tenerte en mi vida y disfrutarte; somos jóvenes, tenemos mucho tiempo para cometer equivocaciones.
Sus palabras finalmente son silenciadas cuando se callan mutuamente con un beso de anhelo, sus labios se tocan como si fueran lo más puro que existe en el mundo. La delicadeza de temer que todo fuera un sueño, del miedo que la burbuja en la que se encontraban se pinchara y nada fuera real. Pero se tenían, lo habían decidido, juntos, querían pertenecerse el uno al otro y nadie podía interponerse entre eso.
Al final del día, eran sus responsabilidades.
Min YoonGi siempre había sido un chico común y corriente, inteligente, absteniéndose a las burlas que recibía y a amar en secreto al mismo chico durante toda su secundaria sin tener el valor a confesárselo. Bueno, ahora él había cambiado.
Quien daría su vida por que prevalezca la paz y la seguridad en la ciudad, venciendo a quien se cruzara en su objetivo. Intentando equilibrar ambas vidas en dos extremos completamente distintos.
Perdió muchas personas en el transcurso así como ganó a otras, especialmente, su poder.
Su vida era un sube y baja que jamás tendría descanso, no tiene idea de qué puede depararle ahora en adelante, pero hay palabras que siempre quedarán grabadas en su memoria: "un gran poder conlleva una gran responsabilidad."
Ese era su don, su maldición.
¿Que quién era él? Es el Hombre Araña.
Continuará...
¡Agradecimientos!
Finalmente esta historia llegó a su final. Estoy muy agradecida por el apoyo que le dieron y el que tenga, de verdad disfruté muchísimo escribir y planear este fanfic. SpiderMan es mi superhéroe favorito al igual que todas sus películas las adoro mucho, nunca me canso de verlas y hacerlo para escribir esto fue muy divertido.
Gracias por votar, comentar y leer hasta acá, fue un placer seleccionar mis escenas favoritas de cada peli y poder fusionarlas en esta historia YoonMin.
No recuerdo si lo había dicho, pero ¡habrá segunda temporada! Ya estoy trabajando en su trama y calculo que la subiré para Septiembre, asíque por favor esperenla con muchas ansias.
Gracias por motivarme cada día a seguir escribiendo, cuídense mucho y espero leerlos pronto <3
Coloreas a Dιᥱᥣ ♡
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