Última Voluntad
"Yo he perdido más veces de las que he ganado, ¡pero me he vuelto a levantar! ¡Eso es todo lo que importa!"
Peter y Miles se encontraban balanceándose. Se dirigían a la dirección que Carlie Cooper le había mandado.
— Oye, Pete... — dijo Miles, disparando sus redes — Tengo que preguntarte algo.
— Dime.
— El Dr. Octopus es el supervillano más fuerte al que te has enfrentado, ¿no?
— Sí, así es — le respondió el castaño — Es un tipo muy listo, y sus brazos mecánicos pueden llegar a ser un gran problema...
— Y lo has derrotado dos veces ya...
— ¿A qué quieres llegar, Miles?
— Digo que, ese tipo casi destruye la ciudad y el universo... — Miles aterrizó en un edificio — Y cuando lo encerraron, no le costó nada escapar de su celda...
— No te entiendo, Miles... — dijo Peter, aterrizando a su costado.
— ¿No crees que deberíamos... acabarlo?
— ¿Hablas de.. matarlo?
— Sí...
— ¡Miles! ¡Nosotros no hacemos eso!
— ¡Lo sé, lo sé! — dijo el moreno, calmándolo — Yo solo digo que los Vengadores sí llegaron a matar a los tipos malos que casi destruyen la Tierra...
— Pero esto es distinto.
— ¿Lo es? — pregunto Miles — Octavius casi acaba con el multiverso. Eso lo hace el tipo más peligroso de todos.
— Pero... Miles, nosotros no asesinamos... aún cuando...
— No lo sé, Peter — dijo Miles. disparando otra red — Yo creo... que deberíamos hacerlo...
Peter se quedo pensativo un momento, y siguió balanceándose con sus telarañas.
Asesinar.
Era una palabra muy fuerte. Muchos de los tipos a quien se había enfrentado, había matado a gente inocente.
Peter, al convertirse en el Hombre Araña, se había hecho la promesa de evitar que más gente sufra lo que él había sufrido.
Pero si Otto Octavius seguía vivo por ahí, era muy posible que siguiera asesinando a las personas. Que más personas sufrieran más.
Matar a un villano como Octavius, ¿era algo malo?
Los Vengadores habían matado a personas que no eran una amenaza, nivel Ultron o Thanos...
Ahora, incluso con ese tipo de amenaza aquí presente...
Parecía que tenía la responsabilidad de acabar con él.
De terminar con el sufrimiento que su viejo amigo provocaba.
Peter y Miles llegaron al departamento de Otto Octavius.
Estaba en un barrio no muy seguro. En un edificio lúgubre y parecía abandonado, si no fuera por la música de algunos vecinos.
— De verdad el doctor Octavius vivía aquí... — dijo Peter, viendo el edificio.
— Hay que encontrarlo, Pete — le dijo Miles, saltando hasta la ventana del departamento.
Esos dos chicos entraron al lugar y vieron una habitación completamente destrozada. Se veía extraño ese lugar.
Sobretodo, por el horrible olor que había.
— ¿Qué apesta? — pregunto Miles, viendo la cocina — Creo que Ock nunca botó su almuerzo...
— Supongo que no tuvo tiempo... — dijo Peter, viendo una foto en un estante.
Era de él y Octavius, cuando trabajaban en la interfaz neural, aquellos días en Horizon.
— ¡Encontré una computadora! — dijo Miles, viendo la mesa de la cocina.
— Bien, llamaré a la oficial Cooper — dijo Peter, entrando en la aplicación — Le diré que ya llegamos.
— Yo seguiré investigando la casa — dijo Miles, caminando por un pasillo.
Peter marcó el numero de Carlie Cooper.
— Oficial Cooper
— Hola, señorita policía — dijo Peter, contestando la llamada — Estoy en el departamento de Ock. Hay una computadora, ¿qué debo buscar?
Miles abrió una puerta, encontrándose con un baño. No había nada extraño en un baño.
— Debes buscar alguna prueba de su acceso en el banco de Nueva York — le respondió Carlie — Alguna transacción o algo...
— En eso estoy — dijo Peter, tecleando.
Miles abrió otra puerta. Era un clóset. Tenía un montón de batas y lentes de soldar.
— No estoy encontrando nada... — dijo el castaño.
— Debe haber algo...
De pronto, la pantalla de la computadora se puso completamente negra y empezó a cargar una cosa.
— ¿Qué está pasando? — pregunto Peter.
— ¿Qué? ¿Qué pasa? — pregunto Carlie.
— No lo sé...
Miles entonces se acercó a la última habitación.
Y abrió esa puerta.
— ¡Hombre Araña! — grito Miles, llamando a su amigo.
Peter lo escuchó y corrió hacia donde estaba él.
Que era lo que había encontrado, como para sorprenderlo tanto. Esto le daba muy mala espina.
Y cuando llegó... vio lo mismo que el moreno había visto.
Enfrente de una pared ensangrentada, había un cuerpo. Un cuerpo que había muerto por haber sido atravesado por dos cuchillas.
Era el cuerpo muerto de Otto Octavius.
— ¿Qué sucedió...? — preguntó Miles, viendo el cuerpo y agarrándose la boca. Quería vomitar.
Peter miró inerte la escena. Esa habitación estaba destruido. Parecía que alguien había luchado en ella. Y Octavius había perdido esa batalla.
— Oficial Cooper... — dijo Peter — Llame a la policía. Encontramos el cuerpo muerto de Otto Octavius.
— ¡¿Qué?! — dijo Carlie, sorprendida — ¡¿Entonces Octopus...?!
— Creo que él no era quien estaba detrás de esto... — dijo Miles, recuperando el aliento.
— Esta muerte... — dijo Peter, viendo las cuchillas — Me recuerdan a....
"¡Buen viaje, Hombre Araña!"
Pero era imposible. El Duende Verde había muerto. Él mismo lo vio...
¿Acaso era posible que Norman...?
En ese momento, la computadora empezó a sonar. El castaño de acercó lentamente a la máquina.
Esta, mostraba el mapa de Nueva York y un objetivo estaba señalado.
Estaba señalado con la palabra "Ataque".
Ese lugar, era la comisaria principal de Nueva York.
— ¡Oficial Cooper! — dijo Peter, al teléfono — ¡Tienes que evacuar la comisaría! ¡Van a atacarla!
— ¿Qué...? — dijo ella.
Pero entonces, una explosiones se escucharon por el micrófono y la llamada se colgó.
Peter se quedo congelado ante esto. Aún no acababa de procesar la muerte de su viejo amigo.
— ¡Peter! ¡¿Qué sucedió?! — pregunto Miles.
— Tenemos que darnos prisa... — dijo el castaño — Atacan la comisaría...
— ¡¿Atacan qué?!
Los dos héroes saltaron del departamento y comenzaron a balancearse rápidamente, en dirección a la comisaría.
Solo esperaba que siguieran todos con vida.
— ¡Pete! — dijo Miles — ¡Sí Octavius no estaba detrás de todo esto...! ¡¿Quién sí?!
— ¡Solo hay otra persona que pudo haberlo hecho! — me respondió Peter — ¡Pero se supone que estaba muerto!
— ¡¿Quién?!
— ¡Norman Osborn!
— ¡¿Osborn?! — pregunto Miles — ¡Pero qué tiene que ver él con...!
— ¡No te lo he contado! — le dijo el castaño — ¡Norman Osborn es en realidad el Duende Verde!
— ¡¿Enserio?!
— ¡Me encargué de que nadie supiera quien era, para proteger a Harry!
— ¡Entonces esto es peor de lo que creí!
— ¡Mucho peor!
Cuando estuvieron cerca de la estación de policía, vieron como el lugar estaba en llamas. Habia fuego por doquier y los bomberos no podían hacer gran cosa.
Habían varios policías afuera, siendo atendidos por los paramédicos. Pero también había oficiales dentro del lugar.
Debía de salvarlos.
— Miles, tu revisa los primeros pisos — le dijo Peter — Yo me encargo de los de arriba.
— ¡Entendido, jefe!
Peter se balanceo hasta el último piso y empezó a llamar a alguien.
Buscaba que las personas le contestaran, pero nadie lo había.
Los escombros empezaban a caer poco a poco por el fuego del lugar, mientras las llamas se extendían más y más.
De pronto, escuchó una risa.
Peter la reconoció.
Era la risa del Duende Verde.
***
Miles estaba sacando a varios oficiales heridos y lo acercaba a las ambulancias.
La gente estaba conmocionada y asustada. Todo esto los había tomado por sorpresa.
En eso, un tipo grande empezó a gritar y a tratar de entrar de nuevo a la estación.
Era el jefe Ray Cooper.
Gritaba el nombre de su hija.
Carlie Cooper. Ella seguía adentro de la estación.
Miles trató de calmarlo. El otro Hombre Araña estaba allá arriba. Él podría traer de regreso a su hija.
Siempre salvaba a todos.
***
Peter corrió en dirección de esa voz. Tenía que verlo para creerlo.
Se trataba de Norman Osborn, no había duda. Esa risa la reconocía muy bien.
El sonido venía de una habitación cerrada. Ahora, al mismo tiempo de las risas, se escuchaba unos gritos desesperados.
El héroe reconoció esa voz. Se trataba de Carlie Cooper.
El castaño rompió la puerta y vio finalmente toda la escena.
Carlie tenía el brazo izquierdo ensangrentado. Estaba asustada y veía fijamente al lugar de donde provenía la risa.
Peter vio el mismo lugar que miraba.
Y allí lo vio.
Lo reconoció inmediatamente. Aquél que había asesinado a Otto Octavius.
Era...
***
— ¡No lo entiendes! — gritaba el jefe Cooper — ¡No puedo dejar a mi hija con esa cosa!
— ¡Tranquilícese! — dijo Miles, pegando la mano del jefe sobre el capo de un vehículo — Escuche, el Hombre Araña podrá contra el Duende Verde. Ya lo ha derrotado antes.
— ¡No lo entiendes! — dijo el jefe — Esas patas mecánicas... las reconocería donde fuera.
— ¿Patas mecánicas?
***
— ¿Otto...? — dijo Peter, viéndolo.
— Hola, Hombre Araña — dijo una voz robótica — ¿Te gustó mi alarma? Lo hice pensando en ti.
Aquél que alguna vez fue un ser humano, había desaparecido.
Esa cosa, era una máquina. Una forma ovalada, llena de circuitos y tecnología de punta. Una máquina que era movible por cuatro patas mecánicas.
— Pero... como es posible... — dijo Peter, viendo al ser — Moriste...
— Así es, morí... pero copié mi memoria en este cuerpo nuevo — dijo Otto — Lastimosamente, mi cuerpo original trató de asesinarme...
— No entiendo...
— La interfaz neural que creamos. Logre copiar mi mente y mi conciencia a este nuevo cuerpo mecanizado — le reveló Octavius — Pero fue solo una copia. En ese momento, existió dos Otto Octavius.
— ¿Dos...? — Peter comenzó a retroceder, temeroso.
— El cuerpo original se enfadó demasiado. El planeaba transferir su conciencia, no copiarla — Octavius empezó a acercarse lentamente — Yo podía hacerlo... podía transferir su mente... ¿pero dónde quedaba yo? Me vi obligado a matarme.
— Tu lo mataste...
— Solo para poder matarte a ti — le dijo Otto — Una vez que lo hice, mande esa oferta por tu cabeza. Sabía que no podrían matarte, pero si debilitarte.
— Robaste el dinero de Fisk.
— ¿Su dinero? — pregunto Octavius — No sé nada acerca de la fortuna de Kingpin, pero gracias a su tecnología, pude obtener este nuevo cuerpo.
— ¿Hiciste estallar la estación... solo para querer matarme?
— Siempre fuiste un tipo listo.
— ¡No te dejaré...! — en ese momento, Peter cayó de rodillas.
El cansancio de todo lo que había estado haciendo, estaba pasando factura. Tenía que derrotar a Octavius... y salvar a Cooper.
La chica había quedado inconsciente por el asombro.
— Creo que esta sera nuestra última batalla, Hombre Araña — dijo Otto, apuntándolo con dos de sus patas.
— Sí... sí, lo será... — dijo Peter, poniéndose de pie — Has asesinado a muchas personas solo para querer enfrentarte a mí... así que ahora, debo acabar contigo.
— Oh, ¿dices que me matarás?
— Algo así.
Peter dio un salto y golpeó la parte frontal de la máquina. Esta retrocedió un poco y volvió a atacar.
El castaño esquivaba como podía los golpes de las patas. En una de esas, agarró una y tiró de ella, haciendo que la máquina cayese al suelo.
Esta no se rindió y siguió contratando, ferozmente.
El castaño esquivaba, pegándose a las paredes y saltando hasta el techo.
No podía moverse tan ágilmente, por el cansancio y por el fuego.
En eso, una de las patas agarró a Peter el pie y lo estrelló contra el suelo, causandole mucho daño.
— ¡No puedes acabar conmigo! — le dijo Otto — ¡He superado la evolución humana!
— Supera esto... — le héroe comenzó a dispararle bolas de telaraña a la máquina.
Esta empezó a retroceder, tratando de proteger los lentes de esas redes.
Peter se movió velozmente y tomó una de las patas mecánicas. Esto hizo que toda la máquina cayera al suelo.
El castaño usó todas las fuerzas que le quedaban y arranco una de la patas.
Octavius empezó a gritar, no de dolor, sino de impotencia.
Peter no se detuvo ahí y comenzó a golpear violentamente lo que alguna vez fue su mayor creación: la interfaz neural.
Le golpeaba fuertemente, por el cansancio y por la rabia.
Por culpa de Otto, había perdido a su tía May. Por su culpa, el Duende Verde había sido creado.
Por culpa de Octavius, casi se destruye toda la Red de la Vida.
Y él, había tenido también parte de la culpa. Le odiaba por eso.
Odiaba que lo haya involucrado en todo esto.
Dio un golpe tan fuerte, que traspasó el metal y logró arrancar un montón de cables desde dentro de la máquina.
Y entonces, Octopus se apagó.
Ya no se movía para nada
Lo había hecho, había acabado con una vida.
Aunque no era un ser humano, acababa de asesinar a quien fue su viejo amigo. Un mentor para él.
Finalmente se había vuelto un ase...
En ese instante, una pequeña compuerta se abrió de la máquina y disparó dos cables.
Estos se pegaron al cuerpo del Hombre Araña y comenzaron a electrocutarlo.
Peter gritó de dolor y luego cayó al suelo, adolorido.
— ¿Cre... creíste que eso ba...bastaría para acab.... acabar conmigo...? — hablo Otto, poniéndose de pie — Yo ya gané, Peter.
— Otto...
— Hagas lo que hagas, yo ya gané.
— ¡Otto!
Peter empujo a Octavius y lo tiró al suelo.
Allí, empezó a golpearlo, mientras la interfaz neural comenzaba a destruirse, pocos a poco.
Y antes de que diera el golpe de gracia, se detuvo un momento a verlo.
— Sí me matas... abre ganado... — decía Otto, en sus última palabras — Te abre destruido....
— No... no, no lo hiciste...
— Sí, lo hice...
Peter lo miró fijamente.
Los recuerdos de su amigo se habían corrompido por completo. Él sólo odiaba a Otto Octavius.
Lo odiaba con todo su ser.
Y así, apretando todos sus dientes....
Dio un último golpe.
***
Miles, al escuchar los grito del jefe Cooper, se dispuso a subir a ayudar a su amigo.
Pero entonces, una explosión en los últimos pisos se hizo presente.
Esto asustó a todo, sobretodo al jefe.
El fuego había provocado que se originara una explosión.
Y cuando el jefe Cooper empezaba a llorar por la muerte de su hija.
El Hombre Araña descendió rápidamente, con la chica en sus brazos.
Ray Cooper corrió hacia ellos, para verla.
Peter lo dejó encima de una camilla, mientras el jefe del departamento le agradecía y acariciaba el cabello de su hija.
Esta, fue subida a una ambulancia y llevada a un hospital.
Peter y Miles vieron como se iba el vehículo.
— Se trató de Octavius, todo este tiempo... — dijo Peter, con la cabeza baja.
— Así parece... — dijo Miles.
— Transfirió su conciencia a una máquina y... trató de matarme.
— ¿Estás bien?
— Se acabó — le dijo el héroe, disparando una red — Acabé con él...
El Hombre Araña se retiró de allí, balanceándose por las calles.
Miles solo vio como se iba del lugar. Sabía que su amigo necesitaba tiempo para pensar.
Después de todo, matar a alguien no era algo fácil.
El nuevo héroe disparó otra red, y se fue de allí.
El clima, lluvioso, empezó a hacerse presente.
Señal de que se estaba acabando el invierno.
Pronto, llegaría la primavera y el sol estaría en lo alto del cielo.
Y la ciudad, próximamente estaría en...
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Dio un último golpe.
Y golpeó al suelo.
Justo a un costado dr la máquina.
Peter no podía hacerlo. No podía matarlo. Hace un momento, estuvo a punto de cometer un grave error.
Aún si volvía a poner a alguien peligro, no podía asesinarlo.
Otto solo rió y disparó una gran luz cegadora.
Esto hizo que Peter retrocediera unos paso y cayera al suelo.
No podía ver nada.
— Como dije, voy a destruirte... — dijo Octavius, posicionándose encima suyo — Pero...
En ese momento, de un gran compartimiento de la interfaz, salió una especie de casco, que fue puesta sobre la cabeza del castaño.
Este no podía moverse, las patas mecánicas impedían eso.
— ¡Nunca dije que destruiría tu cuerpo!
— ¡¿Qué?! — dijo Peter, tratando de liberarse con las pocas fuerzas que le quedaban.
— Al igual que tu me quitaste todo... — le dijo Otto — ¡Yo te lo quitaré todo!
Una gran luz se hizo presente.
En ese instante un gran dolor comenzó a formarse en la cabeza del castaño.
Sus gritos de dolor poco a poco iban disminuyendo.
La mente y conciencia de Peter Parker estaba siendo transferida.
Intercambiada.
Por la de Otto Octavius.
Hasta que la luz se apagó.
Las patas soltaron el cuerpo de Peter y esta máquina cayó al piso.
La persona que portaba el traje rojo y azul, se levantó del suelo y se limpió la suciedad del traje.
Este volteó y miró fijamente a la interfaz neural.
— Lo siento, Peter — dijo esa persona — Pero, me obligaste a esto.
Ahora, quien poseía el cuerpo del héroe de Nueva York, era aquel villano que casi la destruye, Otto Octavius.
Peter había quedado atrapado en ese cuerpo robótico. Estaba asustado, no sabía que ocurría.
En esto, Octavius se acercó y comenzó a presionar varios botones de un tablero de la interfaz.
Una secuencia de autodestrucción.
De 30 segundos.
— Otto... — decía Peter, todo lo que podía.
— Adiós, viejo amigo — le dijo Otto, mientras levantaba el cuerpo de Carlie Cooper.
— No olvides... un gran poder... conlleva una gran... responsabilidad...
Otto solo se dio media vuelta y saltó por una ventana.
Mientras Peter Parker...
Estallaba en un millón de pedazos.
Con quien Miles había hablado...
A quien el jefe Cooper había felicitado...
No era Peter.
Era Otto.
Finalmente había cumplido con su plan. Se había apoderado del cuerpo de Peter Parker.
Y ahora, estaba sonriente, viendo la lluvia caer sobre la ciudad de Nueva York.
Una nueva vida se preparaba para él.
Un nuevo comienzo.
Una nueva historia.
Y Peter Parker...
Él, había muerto.
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Ya era hora.
Así es señores, el arco más grande de todos es el que se viene ahora mismo.
Llevo toda la fase 2 preparando las cosas para este gran evento. Espero que les guste lo que esta por venir
Hoy en la noche, o mañana en la mañana, daré un aviso en la siguiente parte de la historia.
Será mejor que lo lean después de haber leído este capitulo!
Sin más que decir, nos vemos en la próxima!!
Publicado el 07/03/21
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