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Sujétate de tus Lanzatelarañas

Era un 24 de diciembre en la ciudad de Nueva York.

Los últimos rayos del sol del atardecer iluminaban la ciudad.

Y un chico se encontraba caminando, por las calles de Harlem. Su nombre era Miles Morales.

Este moreno joven había estado ocupado en su mudanza desde Brooklyn, hasta la gran manzana.

Aún no estaba acostumbrado a vivir allí. Apenas pasaron unas semanas. Pero, por suerte, podía distraerse un poco con cierto trabajo.

Algo que solo su mejor amigo conocía.

Él poseía poderes de araña. Los mismos que el Hombre Araña. Miles estuvo pasando todo este tiempo deteniendo a criminales y fallando, en la mayoría de estas.

Pero estaba seguro que pronto mejoraría.

El joven ayudó a otras personas a poner sus muebles en una camioneta y siguió con su camino, hacia una tienda.

Una tienda, que no tenía idea de dónde estaba.

— ¡Que genial! — dijo Miles, viendo cómo dos personas se encontraban dibujando una pintura del Hombre Araña en una pared.

El héroe que Morales admiraba y que quería llegar a ser.

— Te ayudo — dijo Miles, alcanzandole otro bote de pintura.

— Gracias — dijo el señor.

— ¿Crees que agregaras al nuevo Hombre Araña, también?

— ¿A quién?

— A... nada, olvídalo... — dijo Miles — Em, ¿la bodega de Teo está cerca?

— Sí, amarillo brillante en esta cuadra — dijo el señor, señalando al final de la calle — Lo verás.

— Gracias — dijo Miles, caminando hasta la tienda — Buen trabajo, por cierto. Podrías dejar un espacio para algun héroe nuevo... por sí acaso.

Miles siguió caminando hasta estar enfrente de la tienda. Allí, su celular empezó a vibrar.

Era su amigo, Ganke Lee.

Le decía que el convoy se encontraba ya en ubicación.

Era verdad. En las noticias, se habló acerca de cómo habían atrapado a uno de los villanos que habían escapado de Raft. Hoy día lo iban a regresar a la prisión.

Seguro estaba en ese laboratorio que inicio ese huracán, hace días.

Miles levantó la cabeza hasta la tienda y la miró. Volteo hasta su celular.

Sonrió.

Y fue a cambiarse.

***

El joven de Brooklyn empezó a saltar a través de los edificios de Nueva York, en dirección de donde estaba el convoy.

Seguro era transportado por algún vehículo volador de Industrias Baxter. Esa empresa había comenzado a volverse muy famosa.

Miles — dijo su madre, llamándolo — ¿Tienes la lista de compras?

— Hola, mamá — dijo Miles, nervioso — Sí, pero... no había leche de coco en la bodega. Iré a una tienda del centro.

Oh, gracias — dijo Río Morales — ¡Pero evita el centro! Ese convoy de la prisión causó estragos en el tráfico.

— Buena idea — le dijo — ¡Te veo en la cena, mamá!

Miles colgó el teléfono y siguió saltando.

— ¡¿Cómo maneja el Hombre Araña esto de la identidad secreta?! — se quejó el joven — ¡A mí me estresa demasiado!

Miles estaba nervioso. Estaba a punto de ayudar a los oficiales a transportar un convoy, lleno de prisioneros.

Debía estar tranquilo. Muy tranquilo.

Morales corrió a través de las paredes del edificio de Colexco y se detuvo en una de las antenas. Esperando ver como en convoy pasaba.

— ¿Dónde está...? — dijo Miles.

— ¿Dónde está qué? — dijo otra voz, descendiendo de cabeza.

Un sujeto en traje rojo y azul, descendió de cabeza mientras tomaba café.

Era el Hombre Araña.

— ¡Hombre Araña! — dijo Miles, tan sorprendido que se resbaló y cayó de la antena — ¡¿Qué... qué haces aquí?!

— Tomo mi combustible — le respondió.

— ¿Cómo le haces... para tomar?

— Con mucho cuidado — le respondió — ¿Eres un nuevo superhéroe, o algo así?

Cerca de donde estaban, un helicóptero que transportaba una especie de contenedor de Raft empezó a pasar.

— ¡Bien, ya es hora! — dijo Peter, disparando una red — ¡Debo ganarme la confianza de la policía, otra vez!

— ¡Espera! — dijo Miles, pero el héroe ya se había ido.

El moreno saltó hasta un edificio cercano, tratando de seguir el ritmo del helicóptero.

Peter hacia lo mismo, solo que se balanceaba. Este se dio cuenta de la presencia del chico.

— ¡¿Nos acompañas?! — pregunto el joven de Queens.

— ¡Sí, bueno yo...! — trato de decir Miles, nervioso — ¡También tengo poderes!

— ¡Genial! ¡Seguro nos sirve tu ayuda!

— ¡Esta es... una gran operación!

— ¡Debe ser así! — dijo Peter — ¡Muchos convictos se fugaron de Raft el mes pasado! ¡Es hora de traerlos de vuelta!

En el suelo, varios camiones de Raft también transportaban prisioneros.

— ¡¿Uno de los que ayudaron a Doc Ock está aquí?! — dijo Miles, sorprendido.

— ¡Creo que sí! — respondió el castaño — ¡Podría ser Buitre, o Scorpion... o alguien más grande!

En ese momento, la persona que estaba dentro del contenedor golpeó este mismo, desestabilizando uno de los cables que lo sostenían, dejándolo a punto de romperse.

— ¡Bien... hay un problema! — dijo Peter — ¡Muy bien, déjame....!

— ¡No te preocupes! ¡Yo me encargo!

— ¡Espera, no...!

Miles saltó hasta el contenedor y tomó el cable que se estaba saliendo con sus dos manos. La super fuerza que ahora tenía le permitiría mantenerlo junto.

El joven de Brooklyn volteo a ver al Hombre Araña.

— ¡Asegurado! — dijo Miles.

Lo que él no sabía, era que había desestabilizado aún más, con su peso extra.

Entonces, el sujeto dio un golpe más, rompiendo el cable.

Miles, que estaba sujetando el cable, terminó siendo elevado hasta arriba del vehículo, donde las hélices giratorias empezaron a hacer que este se acercara peligrosamente.

Peter logró tomarlo y llevarlo hasta un edificio, donde lo puso e, inmediatamente después, disparó sus telarañas, disminuyendo la velocidad de la caída del vehículo.

Este vehículo se estrelló contra los camiones que transportaban prisioneros, dejándolos libres.

Por suerte, no hubieron bajas, pero los oficiales estaban heridos.

Ambos héroes bajaron a la calle, para ver los daños.

— ¡Hombre Araña! ¡Lo siento! ¡No quería...! — trato de disculparse el moreno.

— Está bien. Sí podemos... — dijo Peter — Hay que contenerlos antes de que...

En ese momento, el contenedor que había caído detrás de ellos empezó a moverse bruscamente.

Las puertas de este comenzaron a ser golpeadas violentamente, hasta que se destruyó por completo.

De allí, un Rhino furioso salió libre.

— Antes de que pase esto... — dijo el Hombre Araña.

— Hola, arañita — dijo Aleksei, saliendo del contenedor.

Este sujeto trató de embestirlos, pero ambos lograron esquivarlo. Peter disparó unas redes y se impulsó hasta la espalda del rinoceronte humano.

Este empezó a moverse descontroladamente, tratando de quitarse al héroe, mientras golpeaba varios de los camiones de prisioneros, liberandolos.

— ¡Chico, voy tras Rhino! — dijo Peter — ¡Encárgate de contener a los prófugos!

— ¡Contener! ¡De acuerdo! — hablo Miles — El Hombre Araña no volverá a confiar en mi para una misión como esta...

Miles corrió hasta el primero de los criminales y le dio un golpe tan fuerte, que lo estrelló contra otro camión.

Los demás fugitivos se acercaron para hacerle daño, pero Morales logró esquivar a algunos. Los otros sin lograron golpearlo y lanzarlo contra un basurero.

El nuevo héroe se levantó del suelo y siguió intentando mantener a los criminales en el lugar.

— ¡¿Cómo va todo por allá?! — pregunto Peter, siendo arrojado contra la pared de un edificio.

— ¡Bien! — dijo Miles, siendo golpeado por otro de los reclusos — ¡Casi contenido!

— ¡Esta bien! — dijo el castaño, regresando a la espalda de Aleksei — ¡Rhino, espera!

El rinoceronte humano empezó a estrellarse contra los camiones, intentado librarse del arácnido.

— ¡Oye, buen brazo! — dijo Peter, manteniéndose en la espalda — ¡¿Juegas béisbol?!

Rhino, furioso, empezó a correr en dirección de un edificio.

— ¡Enserio tienes mucho talento! — volvió a decir Peter — ¡Una nueva carrera te espera!

— ¡Que espantosas están las calles! — trato de bromear Miles, golpeando a otro criminal.

— ¡Navidad en Nueva York! ¡Amo esta ciudad! — dijo el Hombre Araña, lanzando un hidrante a la cabeza de Rhino — ¡Aleksei: nombra tu villancico favorito... anterior a 1965! ¡Ya!

En ese momento, Rhino hizo un gruñido, fastidiado por los comentarios del arácnido, y entrando al edificio de enfrente.

— ¡Ese me encanta! ¡El mío...! — dijo Peter, entrando al edificio — ¡Lalalalala lala la laaaaa!

— ¡Vaya! ¡El Hombre Araña es muy bueno! — dijo Miles, empujando a varios de los tipos.

Pero antes de que el moreno se diera cuenta, varios fugitivos se metieron a un vehículo y empezaron a huir rápidamente.

Miles pensó en seguirlos, pero entonces fue golpeado por una tacleada de Rhino.

— ¡Este año exageraste un poco con el espíritu navideño, Aleksei! — dijo el Hombre Araña, sobre la espalda del sujeto.

Este empezó a correr por las calles de la ciudad.

Al verlo, Miles decidió seguirlos.

— ¡Resiste, Hombre Araña! — dijo Miles, haciendo grandes saltos, tratando de seguirlos — ¡Ya voy!

— ¡Claro! — dijo el héroe, tratando de guiar a donde se dirigía Rhino — ¡No hay problema!

— ¡En una escala del 1 al 10.... ¿cómo vamos?!

— ¡10 por el espectáculo! — dijo Peter, con dificultad — ¡1 por reducir la destrucción! ¡El titular del Bugle de mañana será una maravilla!

— ¡Sí lo peor de esto es un mal titular... nos considero afortunados!

Miles siguió saltando, mientras se iba acercando más y más hasta ellos.

De pronto, empezaron a cruzar un gran parque, que Rhino destruyó por completo.

— ¡Ay, no! ¡La fiesta de invierno! — dijo Miles.

— ¡Tranquilo! ¡Control de Daños se hará cargo! — le dijo Peter, preocupado.

— ¡Hombre Araña! ¡Empiezo a sentir que esto va muy mal!

— ¡No pienses así! — le dijo — ¡Vamos a detenerlo, siempre y cuando trabajemos juntos....! Hablando de eso... ¡¿Me ayudas por aquí?!

— ¡Sí! ¡Te ayudo!

Miles saltó lo suficientemente alto como para caer hacia Rhino. Peter saltó de la espalda de Aleksei, dejando a Miles controlarlo.

Pero el joven descubrió lo difícil que sería esa labor, ya que Rhino empezó a correr hasta un centro comercial, saltando y entrando al local.

Este empezó a correr por todo el lugar, destruyendo las decoraciones y tiendas que habían allí.

Se encontraban en el tercer piso.

Al llegar al final del camino, Rhino saltó, bajando al segundo piso y continuando con su persecución.

Miles seguía sin saber cómo continuaba en la espalda de ese sujeto.

Entonces, vio como se dirigían hasta un coche de bebé, y Aleksei parecía no detener su avance.

— ¡No, no, no! — grito Miles, al ver al bebé.

Pero entonces, Peter apareció y agarró el coche, moviéndolo a un lado.

— ¡Lo tengo! — le dijo el héroe.

— ¡Gracias! — contesto Miles.

Pero el responder, le hizo distraerse de lo que estaba haciendo Rhino.

Este volvió a saltar y a agarrar a Miles en el aire, estrellandolo contra el suelo del primer piso. Aún así, el nuevo héroe se levantó y volvió a subirse a la espalda de Rhino.

— ¡¿Si sabes que estás destruyendo la navidad?! — pregunto el moreno.

— ¡Pase las últimas seis navidades tras las rejas! — le contestó — ¡Esta quiero disfrutarla!

Rhino saltó y se estrelló contra una pared.

En ese lado, se encontraba Jameson, recibiendo una entrevista por las elecciones. Tenía puesto un disfraz de Santa Claus.

— ¡Hola, Jonah! — saludo Miles, en la espalda de Rhino — ¡Te ves bien!

— ¡Muy festivo! — dijo Peter, pasando.

Jameson quedó sorprendido ante eso. Pero solo suspiro y continuo con la entrevista.

Aunque el entrevistador estaba asustado.

Rhino y Miles salieron del centro comercial y continuaron la persecución en las calles.

Peter se balanceo lo más rápido que pudo y aterrizó también en la espalda de Rhino.

— ¡Tenemos que derribarlo, rápido! — dijo el castaño.

— ¡Sí! — dijo Miles — ¡Sí, ¿qué hacemos?!

— ¡Subamos la temperatura! — dijo Rhino.

Enfrente de ellos, se encontraba una fábrica de de Roxxon. Y Rhino, comenzó a correr hasta un tanque que tenía la palabra peligro por todos lados.

— ¡Oh, mal, mal, muy mal! — dijo Peter, disparando dos redes a los edificios.

Pero las paredes se destruyeron, no evitando que Rhino se estrellara.

El villano chocó contra el tanque y este explotó.

La explosión provocó que Miles saliera disparado hasta otra estructura de Roxxon. Allí, pegado en la pared, el joven de Brooklyn vio como Rhino provocaba que toda la fábrica de Roxxon estallara, creando fallas eléctricas en toda la ciudad.

— ¡¿Hombre Araña?! — grito Miles.

Peter aún seguía en la espalda de Rhino, cuando Roxxon estalló en mil pedazos.

Miles decidió bajar al suelo, para tratar de encontrarlo.

Todo el lugar estaba en llamas, pero parecía que no había nadie por la zona. Como sí estuviera abandonado.

Pero no había rastro del Hombre Araña.

Solo había ruidos extraños y fuego.

— El Hombre Araña no puede perder.... — dijo Miles — Él nunca pierde....

Pero, de pronto, la pared al costado suyo se destruyó por completo.

Peter fue lanzado y terminó estrellándose contra la otra pared del costado.

Miles lo vio y fue corriendo hacia él.

— ¡Hombre Araña! — grito Miles, acercándose — ¡¿Estás bien?!

— ¿Mi traje se rompió...? — pregunto el castaño, con dificultad.

— Creo que no.

— Es más resistente de lo que creí... — respondió.

— ¡Ese Hombre Araña se rompió! — dijo Rhino, acercándose — Quiero cambiarlo por uno nuevo...

Miles se dio la vuelta y quedó, cara a cara, con Aleksei.

El joven estaba temblando y tenía miedo.

— Chico... vete de aquí... — dijo un Peter adolorido.

— Bro... — dijo Miles, mirando corriendo hasta Rhino — ¡Fuera... de.... aquí!

Y al momento de golpearlo, una luz naranja con roja se hizo presente. Era como una especie de electricidad en sus mano. Algo sumamente extraño.

Pero que provocó un efecto.

Logro hacerle daño a Rhino, dejándolo en el suelo. La electricidad pasó por todo el cuerpo del grandote, dejándolo como paralizado.

— ¿Qué... fue eso? — dijo Miles, viendo la electricidad en sus manos.

Rhino no tardó en reincorporarse y tratar de atrapar al chico.

Miles lo esquivó y se paró en la espalda del grandote. Allí, trato de volver a paralizarlo, pero no pudo. No sabía como activar esa electricidad.

Rhino lo atrapó y lo estrelló contra el suelo. Entonces, mientras Miles seguís en el aire por el tremendo choque, Aleksei le dio una fuerte patada que lo estrelló contra una pared.

Y aún en la pared, Rhino lo tacleo y terminaron dentro de un almacén en llamas.

A Miles le dolía todo el cuerpo.

— ¡¿Eso es todo lo que puedes hacer?! — pregunto Rhino.

— No... — dijo Miles, molesto.

El joven de Brooklyn empezó a levantarse, dolorosamente.

Pero mientras se levantaba, la electricidad empezó a aparecer por todo su cuerpo. Cada vez más y más electricidad se hacia presente. Incluso, los lentes de su traje casero estallaron por la energía que emanaban sus ojos.

Esa electricidad aumentó drásticamente la velocidad del chico.

Aleksei no pudo ver cuando fue que Miles aterrizó enfrente suyo.

Y con un solo golpe, el joven de Brooklyn mandó a volar a Rhino, saliendo del almacén y estrellándose contra un contenedor, quedando inconsciente.

Luego de liberar tal cantidad de energía, Miles cayó al suelo, cansado.

Aún así, dio todo el esfuerzo para caminar hasta donde estaba el Hombre Araña.

Cuando ello hacía él, lo ayudó a pararse, mientras se escuchaba como uno coches se acercaban al lugar.

— ¿Qué fue lo que hiciste? — pregunto Peter.

— No lo sé, fue algo... wow... — respondió Miles, confundido.

Y entonces, varios coches negros se acercaron hacia donde estaban.

— Sí es la policía, tenemos que irnos — dijo Peter — No estamos en el mejor momento de la relación...

— Creo que no es la policía...

Los vehículos tenían el mismo nombre que el lugar en donde estaban.

Roxxon.

De uno de ellos, bajo una persona rubia y sonriente, además de varios sujetos en trajes rojos y fuertemente armados.

— Chicos, sin palabras ¡Guau! — dijo este sujeto, dándole la mano al Hombre Araña — Simón Krieger. Jefe de I+D de Roxxon. Es un placer.

— Igualmente — dijo un cansado Peter — Ah... lo siento. Nuestra pelota cayó en tu jardín.

— No... en realidad nos hicieron un favor — dijo Krieger, viendo a Miles — Íbamos a derribarlo para construir... pero parece que se nos adelantaron.

Simón se paro enfrente de ellos, viéndolos.

— Quería agradecérselo.... a ambos — dijo, pero especialmente a Miles — ¿Ir por Rhino, a solas? Llegarás muy lejos, chico.

— Gracias — dijo Miles — Pero aún es peligroso...

— No, lo retendremos para la policía — dijo, caminando hasta sus hombres — Siempre he creído que estos supersoldados son exagerados... hasta que algo así ocurre.

Peter y Miles vieron como el rubio volvía a entrar a su vehículo, mientras hacia una llamadas.

— Es momento de irnos — dijo Peter — ¿Te llevo?

— ¡Sí! — dijo el moreno, emocionado.

Miles se agarró de la espalda del héroe y ambos empezaron a irse del lugar, hasta llegar a un lugar cercano de Harlem.

Allí, Peter aterrizó cerca de un edificio y ambos se sentaron a ver el paisaje, y para conversar.

— Así que... ¿te mordió una araña? — pregunto Peter.

— Sí, algo así... — dijo Miles — Me dio los poderes que tienes... e incluso más.

— Bioelectricidad... — dijo — Me da un poco de envidia....

— Ah, sí — le dijo — Nada que hacer contra el original...

— Hay algo que debes saber — dijo Peter — Tus poderes, es un don que nadie tiene... pero que cualquiera pudo tenerlo. Debes usar esa suerte para ayudar a las personas. Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad.

— No te preocupes, Hombre Araña. Eso hago — le dijo Miles — Mi padre me enseñó que siempre debo de ayudar a las personas.

— Perfecto — dijo — Vaya, que raro se siente conocer a alguien con mis mismos poderes... de este mismo universo.

— ¿Y me enseñarás? — pregunto Miles — ¿Serás como mi maestro o... algo así?

— No necesitas uno — le dijo Peter — Aprenderás de tu propio esfuerzo... igual que yo.

— Es que... no sé sí estoy listo para este trabajo... — dijo Miles — Metí la pata hoy con el helicóptero...

— Pero luego hiciste algo genial — dijo — Me salvaste.

— Tuve suerte...

— Oye — dijo Peter — Hice esto solo por mucho tiempo, sin apoyo. Créeme que metí la pata, muchísimas veces. Pero así se aprende.

El Hombre Araña se levantó de donde estaba sentando.

— Levántate — le dijo Peter, a lo que Miles obedeció — Ahora debes hacer el juramento.

— ¡Oh! ¡De acuerdo!

Peter hizo el signo de su mano cuando dispara una telaraña. Miles lo imitó.

— Prometo hacer todo lo que esté a mi alcance para proteger esta ciudad — dijo el castaño.

— Lo prometo.

— Es todo — dijo Peter, sacando un papelito de su cinturón — Toma mi número, por sí necesitas ayuda.

— Gracias... — dijo Miles, guardándolo — ¿El juramento es real?

— Totalmente. No es algo que acabo de inventar — dijo el héroe, caminado — Te veo luego, Hombre Araña.

Entonces, Peter saltó y se fue balanceándose de allí.

Miles se quedó pensativo. Le acababa de llamar "Hombre Araña".

Era un nombre con mucho peso para él.

No sabia si sería digno de portarlo.

— Soy el "Hombre Araña".... — repitió Miles — Por favor, no lo arruines...

En ese momento, Miles saltó hasta un contenedor de agua y quedó expectante de lo que le esperaba en esa noche.

Y entonces, sonó su teléfono.

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Bueno chicos, espero que les haya gustado el capitulo ^^.

Este es el inicio de un nuevo arco en esta historia!!!

Y ahora con Miles de protagonista de este!

Nos vemos en un próximo capitulo!!!

Publicado el 07/02/21.

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