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Peso Pesado

Peter salió del laboratorio y empezó a balancearse por las calles.

Tenía la cabeza abrumada por todo lo ocurrido. Su subconsciente lo había hecho responsable del desastre de Nueva York y era cierto. Todo esto ocurrió por su presencia.

Ser el Hombre Araña había provocado todo esto.

— Hola, Gwen... — dijo Peter, llamándola — ¿Te importa si te hago una pregunta ética y un tanto compleja?

Claro, no hay problema — le respondió la rubia.

— ¿Cuándo está bien renunciar a un amigo?

La chica se quedo en silencio un momento.

Oh, wow, Pete — finalmente dijo Stacy — ¿Hablas de Otto?

— ¿Es tan obvio?

Sí, pero comprensible... — le respondió — Veamos... mi lado noble y generoso diría "jamás". Porque ser un verdadero amigo significa estar ahí siempre, pase lo que pase.... Pero con lo que hizo Otto... no sé, Pete. Creo que en este caso tienes que decidir si el Otto Octavius que conocías sigue ahí, porque puede que nunca haya estado...

— Sí, sí.... — dijo, entendiendo a lo que se refería — Gracias, Gwen. Creo que tengo que procesar algunas cosas...

Llámame cuando quieras, Pete — le dijo Gwen — Te apoyaré.

Peter corto la llamada y observó la ciudad, mojada por la lluvia. Por una vez, él deseaba que todo este desastre acabara de una vez. Todo está destrucción se había cobrado a suficientes víctimas y ya no podía permitirlo.

Incluso su tía May había estado en peligro. Había pasado ya varias horas desde la última vez que la vio. El castaño decidió dirigirse hasta F.E.A.S.T., para ver si ella estaba bien.

Al llegar se cambió y entró al centro de ayuda. Allí, vio a su tía organizando el lugar y atendiendo a los infectados.

— Hasta que llegue Miles, lo mejor que podemos hacer es alimentar a todos... — dijo la señora, levantando varias cajas. Ella vio como su sobrino se acerca a ella — ¡Oh, Peter! Me alegro mucho de verte, ¿estás saludable?

— Estoy bien — dijo Peter — ¿Cómo te va May?

— Bien, pero no puedo...

La señora vio como a uno de los niños del refugio le costaba levantar una caja. Ella trató de ayudarlo, pero empezó a toser sin control, quedándose sin aliento y teniendo que tomar asiento.

— Cuidado... — dijo Peter, ayudándola a sentarse.

— Estoy bien... — dijo May, recuperando el aliento.

— May, ¿no me dijiste una vez que tenía que aceptar que soy humano, como todos los demás?

— Tal como Ben... — le dijo, sonriendo — Ponen mis palabras en mi contra... Estoy bien, Peter... solo estoy cansada.

— ¿Dónde está Miles? — pregunto el castaño — ¿No vino a ayudar?

— ¡Oh, sí me ayuda! — le respondió — Salió a buscar suministros médicos al centro de ayuda. Es increíble lo rápido que se terminan los antibióticos.

May volteó y vio todas las camillas con enfermos en el lugar. Eran demasiados.

— Bien — dijo Peter, sacando su teléfono — No te levantes por un tiempo; yo organizare los suministros y me contactaré con Miles, ¿hecho?

— Hecho — dijo, bajando la cabeza — Déjame cuidar mi orgullo Parker herido...

Peter se alejó de ella y empezó a intentar llamar a Miles, pero este no contestaba.

— Vamos Miles, contesta — dijo Peter — No me hagas preocuparme por ti también...

***

En el muelle de la ciudad, se encontraba Miles Morales, escabullendose en uno de los refugios de Sable.

Los centros de ayuda se habían quedado sin antibióticos, así que su última opción era revisar lo que tenía Sable International.

Lastimosamente, la mayoría de los agentes del lugar habían sido asesinados por los convictos del lugar. Además, cerca de allí, se encontraba Rhino, teniendo a tres agentes de Sable atrapados con un auto.

El moreno comenzó a moverse sigilosamente por el lugar, buscando entre las cajas algún tipo de medicamento que le pueda servir. Pero solo encontró gasas y vendas. Ningún antibiótico.

Miles comenzó a buscar en todos lados. Ya era malo que estuviera allí, pero si alguno de los convictos lo veía, era su fin. En su búsqueda, vio una caja tirada, con varios frascos en su interior.

El chico se acercó sigilosamente a la caja y empezó a revisarla. Los frascos tenían "Amoxicilina", justo lo que él buscaba.

Pero entonces, uno de los agentes de Sable cayó volando a un costado suyo. Rhino lo había lanzado, luego de haberlo torturado un buen rato. Miles vio como el soldado estaba muerto y se quedó quieto, viendo al mastodonte con los otros dos agentes.

— ¡Horarios y frutos de suministros! — les gritó Rhino — ¡AHORA!

En ese instante, y colgado de uno de los contenedores del muelle, apareció Scorpion, sonriente y amenazador.

— Caballeros... — saludó Scorpion — Me disculpo.

Gargan bajo del contenedor y cayó encima del coche, acercó su cola a ambos agentes.

— Mi socio es... poco elegante — continuo el escorpión — No comprende el fino arte de la.... ¡persuasión!

En ese instante, Gargan atravesó a uno de los agentes con su cola, matándolo al instante. El otro agente comenzó a gritar y a decir que hablaría.

Miles se cayó por el sobresalto.

— No vi venir eso... — dijo el moreno, mientras guardaba varios frascos en sus bolsillos.

El chico corrió hasta una mesa y se subió a un contenedor. Poe desgracia, tiro una caja de herramientas de la mesa, lo que llamo la atención de los dos villanos.

— Revisa — le dijo Scorpion a Rhino — Ahora...

El bulldozer explosivo comenzó a destruir contenedor por contenedor, buscando al tipo que estaba allí.

Miles se había escondido bajo tierra, gracias a unos conductos. Allí estuvo unos segundo, hasta que dejó de escuchar ruido.

El chico se movió un poco, pero entonces, una mano destruyó parte del conducto. Rhino había pensado que se encontraba allí. Debido al tamaño del villano, no pudo revisar el interior del conducto y solo se basaba en lo que sentía con el brazo metido.

Al no tocar a nadie, retiro su mano y siguió buscando por donde estaban los contenedores.

Miles seguía parada. Su corazón había dado un brinco por lo ocurrido. Nunca había estado en ese tipo de peligro. Parecía que iba a desmayarse, pero debía seguir avanzando.

El moreno salió por el agujero creado por Rhino y vio un contenedor abierto, perfectamente puesto para que Miles pueda salir del muelle. Por desgracia, el mastodonte estaba destruyendo cerca de la zona, así que parecía imposible acercase.

Morales pensó en un plan. Agarro uno de los frascos de antibióticos y lo lanzo hacia otra de las zonas. Rhino escuchó el ruido y fue corriendo hasta el lugar. Miles aprovecho y corrió hacia el contenedor.

Rhino vio el frasco de pastillas tirado, extrañado. Estaba en una zona donde no podría alguien esconderse. Entonces este pensó que lo estaban distrayendo.

Miles logró entrar al contenedor y comenzó a trepar por el, perón este comenzó a moverse. Rhino lo empezó a levantar. El chico de Brooklyn sacó fuerzas de donde no tenía y dio un gran salto, logrando escapar del muelle.

— Es una persecución... — dijo Rhino, viendo el contenedor vacío — ¡ODIO LAS PERSECUCIONES!

El villano lanzó el contenedor fuera del muelle y siguió buscando al tipo que se había metido. Lo que él no sabía era que ese chico había escapado, sano y salvo.

Miles se levantó del suelo, adolorido, pero sintiéndose afortunado de estar vivo. El joven comenzó a caminar hacia F.E.A.S.T., buscando darles los antibióticos que le quedaban.

Al dar la vuelta en una esquina, vio como unos prófugos de Ryker intentaban robarle a un transeúnte.

— ¡Sueltame! — gritaba el señor mientras era tirado al suelo.

— ¡Solo danos la billetera! — le grito uno de los prófugos.

Miles miro la escena y, con miedo, se dio la vuelta, siguiendo su camino.

— ¡Ayuda! — grito el hombre, mientras era pateado.

El joven de Brooklyn paró en seco. Ese pobre hombre le pedía ayuda y él se largaba. Cuantas personas habían necesitado su ayuda y él no había hecho nada. Como la ves que el Duende atacó su academia y casi mata a su amiga.

— ¡Oye! ¡Déjalo en paz! — gritó Miles, sin si quiera pensarlo. Su boca y su voz se habían movido por si solos.

Los dos ladrones se dieron la vuelta, lo que permitió al hombre escapar de sus asaltantes. Estos vieron como se iba y voltearon a ver a Miles.

— Gran error, chico — le dijo uno de los prófugos.

— No puedes... llegar y empujar a la gente — dijo el joven, temblando.

Los asaltantes se rieron

— ¿Oh qué? — dijo uno — ¡Así!

El hombre trató de golpearlo, pero Miles lo esquivó. El joven enseñó sus puños y trató de recordar lo que el Hombre Araña le había enseñado.

— "Cadera adelante".... — susurro el moreno.

— ¿Qué diablos dice? — pregunto uno de ellos.

— ¡No estarás diciendo nada en un segundo! — dijo el otro.

El prófugo trató de golpearlo, pero Miles se movió, esquivando el puñetazo. Luego de eso, con todas sus fuerzas, lanzó un golpe en el mentón del asaltante, dejándolo inconsciente en el suelo.

— Vaya... — dijo el otro.

— ¡¿Quiere probar?! — dijo Morales al sujeto.

— Estoy bien, chico — expresó, yéndose de allí.

Miles comenzó a agarrarse la mano. Dar ese golpe le había dolido.

— "¿Quieres probar?" — dijo, agitando su mano — Tengo que mejorar mis diálogos...

En ese momento, el Hombre Araña comenzó a llamar a Miles. El chico revisó la medicina, viendo que no tenía daños y decidió contestar la llamada.

¿Miles? — dijo el héroe, cuando contestó el teléfono — Oye, te he estado buscando, ¿estás bien?

— Oye, así que... — dijo el joven, empezando a caminar, emocionado — No te asustes, pero... tengo que contarte algunas cosas...

***

Peter ya tenía su traje puesto e iba camino a investigar el muelle, buscando detener a Scorpion y Rhino.

— Gran trabajo, Miles — dijo Peter, después de escuchar la historia — Atento a F.E.A.S.T. Si los convictos desesperan, quizás quieran atacar el refugio.

Sí, te llevo mucha ventaja — dijo el moreno — Si algo más pasa, te lo haré saber.

— Genial. Gracias, Miles — le dijo el héroe, colgando.

Peter se acercaba hacia el muelle, así que decidió llamar a la capitana.

— Yuri — dijo el Hombre Araña — Descubrí el trato de Rhino: está atacando los centros de ayuda de Oscorp.

Creo que ya sé cuál es su siguiente objetivo — le contestó la capitana — Hay informes de un posible terremoto o derby de demolición en el centro de Harlem.

— Debe ser nuestro chico — dijo el castaño, cambiando de rumbo — ¡Voy para allá!

¿Cómo te sientes?

— Cansado... — le respondió — Pero aquí sigo.

Saldremos de esta — le dijo — Mantén la fe.

Watanabe colgó la llamada. El héroe siguió su camino. En el centro de ayuda, cerca un puerto. Rhino y Scorpion estaban atacando y asesinando a los agentes de Sable, quienes no podían hacer nada contra los dos villanos.

Rhino embistió a uno de los agentes y luego agarró a dos, listo para hacerles explotar la cabeza. Pero en ese momento, un gran fierro de metal se le fue lanzado, obligando a soltar a los agentes.

— ¡Metete con alguien de tu tamaño, Rhino! — le dijo Peter.

— No hay nadie de mi tamaño, pauk — dijo el ruso, molesto.

— ¿O... tal vez podríamos solo hablarlo?

Rhino intentó embestido, pero el héroe logró esquivarlo.

— ¿Y el equipo? — dijo el héroe, subiéndose encima del rinoceronte — Creí que trabajabas solo.

— ¡Medios para un fin, pauk! — dijo el mastodonte, otra vez intentando embestirlo — ¡Toda la vida se trata de eso!

Aleksei intentó darle, pero Peter logró lanzar un contenedor hacia él, dejándolo aturdido. El héroe se acercó y comenzó a darle varios golpes.

— ¡¿Cuál es el fin de estos medios?! — dijo el castaño, esquivando un golpe de Rhino.

— ¡Libertad! — respondió — ¡Verdadera libertad! ¡No más traje! ¡No más "Rhino"!

— Ay, no — dijo, burlándose — ¡Siempre me gustó el traje!

El héroe logró darle un golpe en la cabeza, dejando a Aleksei confundido. Luego le tiro otro contenedor, dejando a Rhino en el suelo.

— Muy bien, Rhino — dijo el castaño, cansado — Acabemos con esto.

Entonces, una punzada en la cabeza de Peter lo hizo saltar. Allí, vio como Scorpion le lanzaba veneno. El veneno, al caer al piso, empezó a fundirlo. Era peligroso si recibía algo de eso.

— ¡Nunca encárguese a un niño de 8 toneladas el trabajo de un hombre! — gritó Scorpion — ¡Terminemos con esto!

Las palabras de Gargan distrajeron lo suficiente al arácnido para que Rhino se recompusiera y le diera un golpe. Este golpe hizo que Peter se estrellara contra varios contenedores.

Ahora el castaño lo recordaba bien. Cada golpes de Rhino era dolor puro y duro.

Scorpion se acercó rápidamente y le dio un golpe con su cola, lanzandolo unos metros al suelo.

— Scorpi, te quiero — dijo el héroe, levantándose — Pero sabes que es de mala educación, ¿verdad?

— ¡¿Que habrías hecho si no apareciera?! — le grito Gargan a Aleksei — ¿Rogarle que se rindiera?

— ¡Sí, Gargan! — le grito Rhino — ¡Es justo lo que yo hubiera hecho!

— ¡Ay, si son una pareja de ancianos! — se burló el Hombre Araña.

Scorpion empezó a disparar veneno y ácido a Peter. Este esquivó los ataque y empezó a balancearse. Rhino trató de darle, arrancando pedazos de pavimento y lanzándole al arácnido, sin mucho éxito.

Lastimosamente, el cuerpo adolorido de Peter le hizo no poder moverse bien, haciendo que este cayera al suelo, chocando contra una estructura metálica. Rhino aprovechó y le lanzó un contenedor, hiriendo gravemente a Peter.

— ¡Parece que la arañita se murió! — dijo Rhino, burlándose.

— ¡Tarado, no te confíes! — le gritó Scorpion — ¡¿No recuerdas lo que ocurrió la última vez?!

El héroe se levantó de los escombros y lanzó una granada de telaraña hacia Rhino. Esta exploto y envolvió a Scorpion en redes. Aleksei no se vio tan afectando y empezó a correr hacia Peter. El castaño lo espero, agarrando su estómago.

Cuando el rinoceronte estuvo a punto de darle, el héroe esquivó el golpe, provocando que Rhino se estrellara contra los contenedores.

Scorpion se liberó y trató de disparar todo el ácido que le quedaba, pero no sirvió. Se le había acabado por completo.

Peter, con un gran dolor, disparo sus redes hacia la máquina del puerto y se balanceo, dándole una patada a Scorpion. Este villano se levantó y trató de golpearlo, pero el castaño agarró su cola y empezó a jalarla con todas sus fuerzas, arrancandola del traje.

Rhino salió de los escombros. Tenía la visión borrosa y estaba confundido. Scorpion solo se quejaba y maldecia.

— ¡¿Sabes qué hará Octavius si se entera de que fallaste?! — le gritó Gargan a Aleksei.

— ¡¿FALLE?! — dijo, furioso.

— ¡Sí, fenómeno de circo!

Rhino se enfureció muchísimo y comenzó a correr hacia Scorpion. Este trato de escapar, pero el rinoceronte fue más rápido y lo agarró. Ambos fueron directos a un contenedor abierto, entrando dentro. Peter aprovechó y lo cerró con su telaraña, dejando a ambos dentro, mientras se daban una paliza mutua.

— Un poco de tiempo juntos... — dijo eo castaña, mientras se tumbaba al suelo — Les ayudará a aprender un poco de juego limpio....

Su cuerpo no aguanto la paliza que recibió. Nunca había recibido tantas palizas en muy poco tiempo.

— SM-1 en posición — dijo una voz, cercana.

Peter se levantó del suelo y vio como varios tipos de Sable se acercaban, apuntándole.

El héroe se había vuelto un objetivo prioritario para Sable International.

— Podemos... hablarlo... — dijo Peter, tratando de calmarlos — ¿Qué les parece una pizza de Leo's?

— Neutralizar, comprendido — dijo otro de los agentes.

— Al menos lo intente — el héroe disparó sus redes y les quitó sus armas a dos de los agentes.

Los demás empezaron a dispararle y el héroe solo le quedaba esquivar lo más que podía los disparos.

— ¡Yuri! — gritó el castaño cuando ella lo llamó — ¡Ya van cuatro! ¡Quedan Li y Octavius!

¡¿Qué sucede?!

— ¡Sable! ¡Disparos! ¡Huesos rotos! — tartamudeaba Peter, sufriendo por el dolor de sus musculos.

¡Sal de ahí ahora! — le ordeno la capitana.

— ¡Eso intento! — dijo el castaño, mientras era perseguido por tipos con mochilas cohete — ¡Te llamo luego!

Peter colgó y empezó a disparar sus redes a los tipos de Sable. Estos no le permitían salirse con la suya, eran muy fastidiosos.

Oye, Araña — dijo Felicia, llamándola — Revisé bases de datos federales, estatales y de la ciudad. Si el laboratorio del Aliento del Diablo existe, no está registrado. Solo se me ocurre otro lugar donde buscar: los archivos personales de Norman Osborn.

— ¡Revisé la computadora de su oficina! — dijo el héroe — ¡¿Estas pensando en su penthouse?! ¡Ese edificio está lleno de hombres de Sable; si me ven, otros residentes podrían salir heridos en un tiroteo!

Lo sé, pero quizás pueda entrar sin que me descubran — le dijo Felicia — Podría escabullirme, encontrar la ubicación del laboratorio y salir. Si algo sale mal, te pediré ayuda.

— ¡Bien! — dijo el castaño, dándole un golpe a uno de los agentes voladores — ¡Es arriesgado, pero necesitamos esa ubicación! ¡Cuando acabe con estos agentes, iré al edificio! ¡Ve yendo!

¡Estoy en camino!

El Hombre Araña sacó fuerzas de donde no tenía, dio un gran salto y le dio un fuerte puñetazo a un agente de Sable.

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Bueno chicos, muchas gracias por leer!!!!

Espero les haya gustado ^^.

Lamento la tardanza, el juego de Spider-Man: Miles Morales me estuvo consumiendo estos dias.

Nos vemos en un próximo capitulo.

Publicado el 17/11/20

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