No Rendirse
Peter Parker caminó hasta la sala donde se encontraba la compuerta.
Estaba listo para salir de allí y encontrar cualquier tipo de información que les sirva para poder crear una cura.
— No lo olvides... — decía Reed — No pierdas el tiempo. Si escuchas alguna de esas cosas acercarse, avísanos y te sacamos. No importa si tengas la información o no.
— Entendido — dijo Peter, poniéndose su máscara.
— No te arriesgues.
— ¿Cuándo lo he hecho?
— Más de las que puedo pensar — dijo Miles — ¿Por qué no puedo acompañarte?
— Mientras menos, mejor — le respondió — Será algo rápido. No tardaré.
— ¿Estás seguro de esto? — preguntó Felicia.
— Sí, estaré bien — le dijo Peter — Volveré.
Black Cat miró preocupada al castaño.
Salir solo, allá afuera, con esas cosas...
Realmente era muy peligroso.
— No te preocupes por mí — dijo el castaño — Sabes que nada malo me pasará...
— No mueras — le sonrió la peliblanca.
Peter asintió con la cabeza y volteó.
La compuerta se fue abriendo, mostrando el cielo azul del cielo.
Ya era más del medio día.
— Llegó la hora... — murmuró el castaño.
El joven de Queens saltó y salió del edificio.
Mientras comenzaba a balancearse por las calles de la ciudad.
Podía ver a algunas naves sobrevolando la ciudad, disparándoles a los simbiontes.
Ahora sabía que esto no le daba ninguna ventaja, pero al menos tendría menos de esas cosas de que preocuparse.
Reed Richards cerró la compuerta y suspiró, alivido.
— Iré a mi laboratorio — dijo Reed, alejándose.
— ¿Quieres ayuda? — preguntó Miles.
— ¿Saben algo de Xenobiología química o algo de ciencia alienígena?
— Ah...
— Lo imaginé — dijo el científico, yéndose de allí.
Dejando a los dos héroes solos.
— ¿Esa palabra fue inventada? — preguntó Felicia.
— No tengo idea...
***
Las alcantarillas se encontraban silenciosas.
Más silenciosas de lo que estaba acostumbrado.
Y alguien se encontraba caminando por estos lugares.
Yendo a un lugar en específico.
Su nombre era Moon Knight.
Había salido a buscar algunas provisiones, las cuales las cargaba en una bolsa negra.
E iba a su escondite.
Un gran habitación en las alcantarillas abandonada.
Con alguien que esperaba al caballero.
— Chapucero... — dijo Moon Knight, entrando a la zona.
El criminal se asustó al ver al caballero de la luna entra a su "laboratorio".
Después de todo, él era un héroe... y estaban trabajando juntos.
No podía evitar sentirse intimidado.
— ¿C-Cómo te fue...? — preguntó el Chapucero.
— Tengo comida como para una semana — le respondió — ¿Terminaste?
— B-Bueno, no... pero...
— ¡¿Cómo que no?! — dijo el caballero, golpeando la mesa.
En esta había una computadora, la cual estaba conectada a las gafas que había robado del Hombre Araña.
Intentó conectarse a la tecnología Stark diciendo la palabra "Edith", tal y como había escuchado del cabeza de red.
Pero había sido imposible.
"Acceso denegado"
Era la única respuesta que recibía de esas gafas.
Por suerte, se había aliado con una persona que tenía un gran conocimiento en la tecnología.
Podía hackearlas... pero se estaba tardando demasiado.
Y eso irritaba al caballero.
— ¡Tuviste varias horas para hacerlo! — continuó hablando Moon Knight.
— ¡Lo sé! ¡Lo sé...! — dijo el Chapucero, tembloroso — Escucha, sé que estoy tardando, pero...
— ¡¿Pero qué?!
— ¡Pero no es tan fácil! No lo es... — dijo —L-La tecnología Stark no es sencilla y... y parece ser que algo le hizo el Hombre Araña.
— ¿Qué?
— N-No sé que hizo, p-pero hay... hay nuevos sistemas de seguridad — le dijo el Chapucero — Son sistemas que Stark nunca había usado. P-Pero, ya voy... ya me falta poco...
— ¿No me estás engañando?
— Valoro mucho mi vida para hacerlo, señor...
Moon Knight quiso decirle algo más... pero escuchó un ruido.
Un sonido que lo hizo voltear.
Agarró su bastón y lo estiró.
— ¡¿Son esas cosas?! — preguntó el Chapucero, nervioso.
— ¡Cállate!
Moon Knight se cubrió en la pared.
Estaba listo para pelear con lo que fuera que se acercara.
Escuchaba unos sonidos que no podía reconocer, pero estaba listo.
Dio un salto y se preparó para atacar.
Alzó su bastón...
Y paró de golpe.
Lo que estaba escuchando...
Era el sonido de los murmullos de un grupo de personas.
— ¿Qué? — expresó el caballero al verlos.
Estos se asustaron al ver las armas del caballero.
Algunos parecían que se iban a desmallar, mientras otros temblaban.
Era un simple grupo lleno de miedo.
A excepción... de una.
La que parecía ser quien lideraba todos.
Esta persona se acercó hacia Moon Knight, sin tener mucho miedo.
— ¿Nos conocemos? — preguntó el caballero, confundido del nulo miedo que tenía.
— No, pero conozco a los que son como tú — le respondió — ¿Eres un superhéroe?
— Yo no...
— Es un placer — dijo — Soy Rio Morales.
— ¿Morales? Me suenas familiar...
— Sí, yo... fui la esposa del policía que falleció en el atentado al ayuntamiento.
— Ah...
El caballero lo recordaba porque él estuvo allí... pero no pudo hacer nada en esa ocasión.
Solo observar como los Demons asesinaban, sin piedad, a cada uno de los pobres inocentes.
— Llevamos caminando por varias horas — dijo Rio — Estos túneles son como laberintos.
Moon Knight los miró a cada uno de los presentes.
Era un grupo medianamente grande.
Cerca de veinte personas.
¿Habían podido sobrevivir al ataque de los simbiontes?
Eso le sorprendía.
Pero se podía ver como todos ellos estaban cansados y agotados.
Era fácil de ver por el sudor de cada uno de ellos.
— Si siguen por este camino, llegaran al centro del alcantarillado — les indicó Moon Knight — Podrían empezar un refugio allí.
— ¿Refugio?
— Sobrevivirán por un tiempo.
— Espera, ¿de qué estás hablando? — preguntó Rio — Tenemos que esperar a que los superhéroes solucionen este problema.
El caballero blanco no podía creer las palabras que esa mujer decía.
— No tengo tiempo para escuchar...
Pero, en ese momento, otro sonido llamó su atención.
Este, al contrario de la primera vez, era más fuerte.
— Maldición... — dijo el caballero, volteando a ver a su compañero — ¡Termina de hackear las gafas! ¡Ahora!
— ¡Sí! — respondió el Chapucero, comenzando a teclear lo más rápido que podía.
Las personas del grupo agarraron y apretaron sus armas.
Bastones, palancas, palas y pocos más era lo que usaban como armas para intentar defenderse.
Los únicos que parecías tener armas de verdad era Rio Morales y un chico grande y calvo.
Moon Knight no podía creer que esas personas creyeran que podrían con los simbiontes con esos intentos de armas.
No podía protegerlos mientras peleaba, pero tampoco podía huir hasta que Chapucero terminara de hackear las gafas.
Las sombras de esas cosas mostraron cuantos eran.
Tres.
— Realmente no estoy de humor... — dijo el caballero.
Pero, en la situación donde estaba, escapar parecía ser la mejor opción.
Podía utilizar a ese grupo como distracción. Solo debía mantener a los simbiontes a raya antes de que el Chapucero termine.
Uno de los simbiontes rugió y fue directamente hasta todos ellos.
Moon Knight se preparó para saltar, pero antes de que se diera cuenta...
Las personas comenzaron a correr en dirección de las bestias.
— ¡¿Qué hacen?! — gritó el caballero, corriendo hacia ellos.
Comenzaron a atacar con sus palos a los simbiontes, sin causarles el más mínimo daño.
Pero el encapuchado vio una abertura... y decidió aprovecharla.
Saltó y golpeó al simbionte con su bastón, estrellándolo contra otro.
El tercer simbionte estiró sus tentáculos y fue directamente hacia unos civiles.
Estos intentaron huir, pero no pudieron.
Uno de ellos terminó completamente atravesado por los tentáculos del simbionte.
— ¡¿Ya terminaste?! — preguntó Moon Knight.
— ¡Ya casi! — le dijo el Chapucero — Solo quiero copiar algunos datos...
— ¡Apúrate!
— ¡Bien, bien...! Los copio después...
El caballero revisó su cinturón.
Las armas que tenía no le iban a servir contra esas cosas... a excepción de una de ellas.
Aunque no estaba del todo seguro.
Pero en ese punto, y viendo como las balas no les hacía daño, estaba dispuesto a usar lo que sea.
Las personas se pusieron detrás de Moon Knight, buscando algún tipo de defensa.
Curiosamente... eso era lo que iban a obtener.
— Muy bien, Khonshu... — dijo el caballero, sacando una especie de crucifijo — ¡No me falles!
Uno de los simbiontes saltó e iba en dirección de ellos.
— ¡Vamos, pedazo de...!
Entonces, ese crucifijo liberó una gran luz que mandó a volar a ese simbionte.
Había funcionado.
— ¡¿Qué fue eso?! — preguntó Rio.
— ¡Chapucero! — gritó el caballero.
— ¡Ya está listo! — dijo el sujeto, saliendo con las gafas puestas — ¡Tenemos completo acceso!
— ¡Bien! — dijo Moon Knight, mirándolo — ¡Tenemos que...!
Pero entonces, sintió el peligro.
Al darse la vuelta, vio como la persona asesinada, convertida en simbionte, saltaba en su dirección.
No iba a poder defenderse a tiempo...
Hasta que, de pronto, el chico grande lo empujó y recibió el ataque del simbionte.
— ¡Kong! — gritó Rio, viendo al joven siendo mordido por el simbionte.
— ¡Corran! — gritó este, tratando de mantener al simbionte a raya.
Moon Knight veía confundido al joven que le salvó la vida, pero fue rápidamente despertado de sus pensamientos cuando Rio Morales lo levantó del suelo.
— ¡No te detengas! — le dijo — ¡Hay que aprovechar la oportunidad que nos da!
— ¡Mis provisiones! — dijo Moon Knight, corriendo hasta la habitación.
Al entrar, vio como una gran cantidad de sus provisiones se había salido de la bolsa.
Comenzó a recogerlas, una por una, pero el sonido de más gruñidos acercándose le llamó la atención.
Ahora no tenía más opción que agarrar las provisiones que quedaban en las bolsas y salir huyendo de allí, mientras los demás lo seguía.
Comenzó a correr por los túneles de las alcantarillas.
— ¡¿Ese tipo estaba loco?! — dijo Moon Knight, mientras corría — ¡¿Por qué diablos arriesgó su vida...?!
— ¡¿Tú no harías lo mismo?! — le preguntó Rio.
— Yo no... ¡Esperen! ¡Por aquí!
El caballero dio la vuelta y caminó un camino, antes de parar en seco.
Había revisado toda la zona con anterioridad y había colocado trampas.-
Era el momento de usar una de ellas.
Se agachó hasta la pared y accionó un botón, activando un explosivo que derrumbó todo el tejado, bloqueando el camino...
Y protegiéndolos de los simbiontes.
Todos los presentes se tumbaron en el suelo, cansados.
El Chapucero no para de sudar y de respirar agitadamente.
Todo había sucedido muy rápido. Su corazón no lo soportaba.
Moon Knight se sentó en el suelo, tomando un poco de aire.
Había dejado su Ankh, perdiendo así su arma más poderosa...
Y, siendo de día, su fuerza no estaba en el mejor momento.
Sería arriesgado hacer algo. Tendrían que quedarse allí hasta que se haga de noche.
Si es que llegan a esa hora.
Rio Morales se acercó a Moon Knight y se sentó a su costado, también cansada.
— Gracias por tu ayuda... — dijo Rio — Nos salvaste.
— No me agradezcas — le dijo — Estuve a punto de usarlos como carnada.
— ¿Enserio?
— Sí... solo tuvieron suerte...
— Aún así... Kong logró darnos tiempo suficiente para huir — dijo — Realmente... se lo debemos a él...
— Ajá...
Moon Knight comenzó a ver a todos los presentes, buscando a Chapucero.
Cuando lo encontró, vio como este se encontraba hablando con un chico con rasgos asiáticos.
Y parecía que hablaban de las gafas. Eso no era buena señal.
Volteó su cabeza y vio como Rio observaba una foto desde su celular.
Ella se dio cuenta que el caballero la observaba y solo sonrió levemente.
— Es mi hijo Miles... — dijo — Lo estoy buscando... estudia en la academia Visions.
— ¿Y ellos? — preguntó, señalando a todas las personas que se encontraban.
— Nos encontramos cuando escapábamos de toda esta invasión — respondió — Entendimos que... juntos podríamos sobrevivir.
— Je, pues... lo más probable es que tu hijo ya haya sido asesinado por esas cosas...
Al escuchar eso, Rio agachó la cabeza... pero luego, la levantó con firmeza.
— No voy a perder la esperanza — dijo Rio.
— Es una debilidad...
— No, es nuestra mayor fortaleza — le dijo — Y aunque ya no... encuentre a mi hijo... tengo esto.
Dijo, mientras levantaba la pistola.
— Era de mi esposo... posee un gran poder que usaré para proteger a los que lo necesiten — expresó — Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
— ¿Qué acabas de decir? — preguntó Moon Knight, escuchando esa frase.
El Hombre Araña se la había dicho antes.
— Un amigo de mi hijo... daba buenos consejos — dijo la señora — Si tienes la capacidad de ayudar a otros... tienes que usarla.
— Sí... ya lo había escuchado... — murmuró el caballero.
Rio levantó la vista y miró a todos sus compañeros.
— Mi esposo ya no está... nos lo quitaron — dijo — Hubo un tiempo donde solo quería alejarme del mundo... pero a él no le habría gustado. Me habría dicho que no me rindiera...
Entonces, comenzó a sacar algo de su abrigo.
— Dime... — le dijo Rio, mostrándole el Ankh — ¿Tú también deseas no rendirte?
Moon Knight miró fijamente el crucifijo.
Y lo tomó.
***
Peter, finalmente, había terminado de balancearse.
Aterrizó junto enfrente de lo que fue Fundación Vida.
El edificio estaba completamente destruido, y derrumbado. La destrucción que podían provocar los simbiontes era realmente sorprendente.
— Reed... — dijo el castaño, desde su comunicador — Ya estoy aquí.
— Bien, consigue la información — le dijo el científico.
— ¡No toques mis cosas! — gritó Shuri.
— ¡No los toqué, mocosa! — se quejó Rocket.
— ¡Ten cuidado! ¡Hay una bomba que destruye el...!
— ¡Cálmense ustedes dos! — dijo.
— ¿Cómo va la creación de la cura? — preguntó Peter.
— Bien... con algunas complicaciones, pero lo estamos solucionando — le respondió — Gracias a uno de mis inventos, hemos podido unir con facilidad los componente que trajo Rocket.
— ¿Tienes una máquina capaz de hacer algo así?
— Claro, soy un genio superhéroe —dijo — Obviamente iba a tener una máquina capaz de fusionar sustancias.
— Ya veo...
— También logré aislar la radioactividad de tu sangre, así que la usamos — le informó — Pero las simulaciones no lanzan resultados favorables. Nos falta información...
— De eso me encargo yo... — dijo el castaño, colgando la llamada.
Algo que llamó la atención del joven héroe era que no había ningún simbionte en toda la calle.
O en cualquier lugar de esta.
Esto no tenía sentido. Se suponía que estaban en todas partes.
¿Tal vez se habían agrupado para destruir las pocas naves que quedaban?
No tenía idea, pero no podía permitirse perder más tiempo.
Saltó y aterrizó en el pavimento.
Allí, vio en gran agujero que el híbrido de simbiontes había creado.
Lo estaban reparando cuando comenzó todo, así que podía entrar por allí.
Descendió lentamente por el agujero y aterrizó en el agua de la alcantarilla.
Allí, vio algo curioso.
Signos de lucha. Sangre algo reciente.
Alguien había estado allí.
Caminó despacio hasta la gran habitación, esperando que, lo que sea que hubiera pasado allí, no haya afectado las computadoras.
Y por suerte... así fue.
Algunas de las computadoras estaban destruidas, pero otras parecían estar en funcionamiento.
— Bien... — murmuró el castaño, insertando el usb.
Inmediatamente después de hacerlo, en la pantalla se abrió una pestaña que mostraba el logo de los Cuatro Fantásticos y que comenzaba a descargar toda la información que poseían del V-252.
Algo útil debía de encontrarse en alguno de esos archivos.
— La tecnología Baxter es increíble... — murmuró Peter.
— Lo sé — dijo Cletus, a un costado suyo — Casi parece magia.
El joven de Queens volteó rápidamente y dio un salto para atrás.
No había visto venir eso. En ningún momento.
¿Cómo había descubierto que llegaría allí?
— Oye, tranquilo — le dijo Kasady — No vengo a hacerte daño... o por lo menos, yo no.
No tenía a su simbionte envolviéndolo.
Significaba que solo iba a jugar.
— ¡Maldición! — dijo Peter, viendo la computadora.
Ya sabía lo que estaba descargando. No podía permitir que lo destruyera.
Pero antes de que saltara hacia él, Cletus se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia afuera de la habitación.
Esto confundió al castaño.
— Sígueme, tenemos una cita pendiente — le dijo el pelirrojo, señalándolo con su dedo.
Peter no confiaba en ese tipo, pero la descarga seguía en curso.
Tenía que hacer tiempo.
Comenzó a caminar y a seguir al asesino.
Giraron a la derecha, ni bien salieron de la habitación, y continuaron caminando.
— Fue un poco complicado realizar esta reunión, Peter — dijo Cletus.
— ¿Reunión?
— Sí, una reunión — continuó — Como la de los viejos compañeros de escuela. Yo fui a una de ellas y terminé asesinando a todos.
— ¿A qué te refieres con reunión?
— No comas ansias, ya vamos a llegar — dijo — Después de todo, le prometí a Eddie que te mataría luego de hacerte sufrir como a ningún otro.
El Hombre Araña apretó sus puños. Estaba listo para poder darle un puñetazo a Kasady.
Pero tenía que aguantarse. No podía dar un paso en falso.
— ¿Te he dicho que tengo unos cuantos secretos que tú no sabes? — le dijo Cletus — Ya te enseñé uno de ellos, ¿verdad?
— Sí... mente colmena.
— Cuando descubrí que así funcionaba, me emocioné muchísimo — dijo — Ya sabes, me encanta jugar con mis víctimas.
— ¿Todo es un juego para ti?
— Claro... después de todo, con solo pensarlo, todos y cada uno de los héroes que están en el edificio Baxter estarían muertos en minutos — le contestó — Ni siquiera he intentado entrar a ese lugar seriamente. Aunque, falta un secreto más por revelar...
Cletus paró en seco.
— Los dejo vivir... porque me divierte verlos intentar ganar cuando yo ya he ganado — dijo Kasady, riéndose un poco — Pero, eso no importa. Llegamos al lugar de la reunión.
El asesino movió sus brazos e invitó al joven castaño a seguir adelante.
Este avanzó con duda. Temía que le hiciera cualquier cosa.
No sabía a que se refería con esa reunión... hasta que finalmente vio a donde lo llevaba.
En ese túnel del alcantarillado... se encontraban varios simbiontes, esperándolo.
Parados... y mirándolo fijamente.
— ¿Listo para tu reunión... con tus viejos compañeros? — dijo Cletus, agarrándolo de los hombros por detrás.
Los simbiontes que estaban allí... tenían la parte inferior de sus rostros cubiertos... mientras que en la otra parte podía verse sus ojos y cabello.
Peter los reconoció... reconoció a varios de los cuerpos...
Y esqueletos...
— ¡Desde tus queridos tíos hasta tus queridos amigos! — rió Kasady — Fue algo tedioso el sacar los cadáveres del cementerio, pero... ¡Pienso que valió la pena!
Era un grupo de simbiontes de sus familiares, amigos y conocidos... todos ellos allí.
Envueltos en ese simbionte rojo.
Listos para matarlo.
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Buenas chicos!
Espero les haya gustado este capítulo ^^.
Si así fue, pueden darle a la estrellita jeje.
Nos vemos en el siguiente capítulo!
Publicado el 14/06/21
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