Los Nuevos Vengadores
— ¿Cómo está? — preguntó el Capitán América.
Mr. Fantástico había regresado de la sala de emergencia.
Se veía agotado y algo amargado.
— Convulsionó, pero logramos ponerlo estable — respondió Reed — Fue un idiota.
— Trató de ayudarnos.
— Puso en riesgo a alguien de mi equipo — dijo — ¿Y todo para qué? Está inconsciente y no sabemos si podrá despertar.
— Logró capturar un simbionte, ¿no? — dijo Sam — Eso debe de bastar.
— ¡Grandioso! ¡Logró enviar un simbionte a una dimensión donde solo él tiene acceso! — expresó — ¡Seguramente eso nos servirá de algo!
— No me gusta tu actitud...
— ¡Oigan! — dijo Bucky, poniéndose enfrente de ellos — ¿Por qué no nos calmamos?
— Sí, creo que lo haré — dijo el Cap — Porque estoy a punto de romperle la cara a este tipo.
— No puedes hacerlo — explicó Reed — Mis poderes evitan que mis huesos se rompan.
— Cálmense... — dijo Bucky — Reed, ¿no puedes despertar a Capa?
— No, no puedo — le respondió — Sus ondas cerebrales están casi muertas. No poseo ningún equipo médico que...
— Bien, yo conozco a algunos que tendrán ese equipo médico — dijo el soldado, dándose la vuelta — ¿Tienes un teléfono? Debo hacer una llamada.
— ¿A quién llamarás? — preguntó Reed.
— Wakandianos — contestó — Nos traerían ayuda.
— ¿No están de luto por...?
— Solo necesitaremos al equipo médico.
— En tal caso, tendríamos otro problema.
— ¿A qué te refieres? — preguntó Sam.
— Aún no he pensado en cómo haremos para que los Guardianes entren a la torre... — dijo Reed — La pista de aterrizaje está llena de esas cosas y la compuerta no es lo suficientemente grande para que entre su nave.
— Los wakandianos llegarían también en naves... — continuó Sam — El problema de duplicaría.
— Una vez que los simbiontes las vean, atacarán sin dudar — explicó — Ahí tenemos un gran problema.
— ¿Qué sugieres? — preguntó Carol.
— ¿No podrías recogerlos?
— Esas cosas también me atacarían — respondió — Y no puedo llevar a tantas personas o objetos a una gran velocidad.
— ¡Strange! — dijo Sam, viéndolo flotando — ¿No puedes crear algún portal para traerlos?
— No sin saber su ubicación exacta... — dijo el hechicero, cansado — Además, con la poca energía que me queda, esos portales no estarían abiertos por mucho tiempo.
— Y correríamos el riesgo de que una de esas cosas entre y nos mate a todos — dijo Reed — ¡¿Es qué nadie ve lo mismo que yo?!
— ¿Y qué es lo que ves? — preguntó Bucky.
— Que si Capa no despierta pronto... — decía — Entonces, será el fin de todos nosotros.
— Yo solo veo que estás paranoico — dijo Sam.
— No me retes, estrellita...
— ¡Reed! — le gritó Sue — ¡¿Quieres calmarte?!
— Viejo, estás que ardes — exclamó Johnny, acercándose — Y eso es mucho decir, viniendo de mí.
— ¡No es tiempo para bromas, Jonathan! — exclamó Reed.
Mientras discutían, los tres amigos se encontraban viendo todo desde una esquina de la habitación.
Peter se encontraba con la cabeza baja, pensativo.
— Viejo, esto apesta... — dijo Miles — Parece que solo retrasamos lo inevitable.
— No pienses así — le reclamó Felicia — Solo debemos esperar... a que ellos piensen en un plan.
— Solo estamos viendo el preludio a la pelea que van a tener — dijo — Y creo que será el Cap quien golpeará primero.
— Reed Richards es una de las mentes más listas de la Tierra... — murmuró Peter — Ya debe de estar pensando en alguna solución.
Miles volteó y vio como Reed seguía discutiendo.
— Si tú lo dices... — exclamó Morales — Bro, esto es horrible... incluso, si de alguna forma logramos salvar a la ciudad y detener a Kasady... ¿qué pasará después?
— ¿A qué te refieres? — preguntó el castaño.
— Mi madre y mi hermana... mis amigos, todos ellos ya no están... — dijo Miles — ¿Qué es lo que haré...? ¿lo que haremos...?
El castaño volteó y miró a Felicia.
Realmente, es simple hecho de pensar en volver a la normalidad después de todo esto era casi un gran chiste.
Ni siquiera había una certeza de poder ganar este conflicto.
Pensar que todo era normal hasta la tarde del día anterior.
¿Cómo se había ido todo al diablo en tan poco tiempo?
Las cosas eran mucho más simples cuando él empezó a ser el Hombre Araña. Simplemente se enfrentaba a criminales que le daban problemas... pero no podían causar una catástrofe.
No como esta.
En esos tiempos, todos se sentían seguros bajo el manto de los héroes más poderosos.
De los Vengadores.
Cuando Thanos llegó y dejaron de existir, grandes amenazas comenzaron a suceder en la ciudad... grandes catástrofes.
Por un tiempo, parecía que todo empezaba a disminuir... que todo volvía a ser como era antes.
Era una fachada.
Realmente, las consecuencias de todo lo ocurrido había culminado en este "apocalipsis".
Ahora, simplemente quedaba un puñado de héroes... discutiendo entre ellos, tratando de mostrar algún tipo de liderazgo.
Pero, sin proponer un plan.
El castaño cerró los ojos, tratando de pensar en algo.
Quería pensar en como podrían salir de esa, pero nada se el ocurría.
Estaban en completa desventaja.
Los simbiontes de afuera seguían golpeando las puertas y ventanas, debilitando cada vez más a Strange.
Esas cosas eran un gran problema, sobretodo porque Kasady tenía algún tipo de control sobre ellas.
No sabía si peleaban enserio o si solo jugaban con ellos.
Jugar...
— ¡Tengo un plan! — gritó Peter.
Su grito se escuchó por toda la sala, provocando que todos voltearan a verlo.
— B-Bueno, los comienzos de uno... — continuó.
— Niño, no es momento para bromas — dijo Cap, dándose la vuelta — No nos hagas perder el tiempo.
— No es una broma — dijo Peter, caminando hasta ellos — Tengo una ligera idea.
El Hombre Araña se acercó, mientras seguían mirándolo.
— Yo que ustedes lo escucharía... — dijo Strange, entre abriendo uno de sus ojos.
— ¿Qué propones? — suspiró Reed.
— C-Claro, ah... bueno, dejamos claro que Kasady está controlando a los simbiontes... — exclamó Peter.
— Gran información reveladora — dijo Richards, sarcásticamente — Pero no sabemos que tipo de control mental es.
— Ese es el problema... puede ser como una mente colmena, o que simplemente les de ordenes — decía Peter — Pero, si es alguno de esos casos... podría haber una forma de contrarrestarlo.
— Ahora si te volviste loco... — dijo Sam.
— Tendríamos que mantener distraído a Kasady — dijo Peter — Centrar su atención en alguien.
— ¿Centrar su atención? — preguntó Carol.
— Mientras esté distraído, podríamos aprovechar y recoger a los wakandianos y a los Guardianes.
— Creo que no prestaste atención... — dijo Reed — No podemos mantener la compuerta abierta por mucho tiempo.
— Nunca dije que aquí — le dijo Peter, volteando hasta Strange — Doc, te queda energía para crear portales, ¿no?
— N-No mucha... — contestó el hechicero — ¿Por qué?
— Podríamos decirles donde estacionar sus naves — dijo Peter — Indicarles un lugar. Así, Strange podrá crear un portal hacia aquí. Vendrían rápido.
— Tú plan es que ellos crucen un portal ni bien estacionen — dijo Bucky — ¿Y qué ocurrirá con esas cosas cuando las ataquen?
— Como Kasady estará distraído, existe la posibilidad de que el ataque no sea tan fuerte — explicó — Podríamos enviar un equipo para protegerlos.
— Las naves no tendrían que estacionarse en un mismo lugar, sería arriesgado — dijo Sam — En dos lugares, con dos equipos.
— Vamos, los defendemos durante el aterrizaje y volvemos rápido — dijo Carol — Es un plan que puedo seguir.
— ¡¿Están hablando enserio?! — dijo Reed — ¡Si Carnage logra dañar a Danvers, podría convertirla en una...!
— No dije que la Capitana Marvel sería quien se enfrente a Kasady — le interrumpió Peter — Yo lo haré.
— ¡¿Qué dijiste?! — dijo Felicia, acercándose — ¡Eso es una locura! ¡No puedes...!
— De todos los que están aquí, yo soy a quien le tiene cierto rencor... — expresó el castaño — Se centrará en mi.
— Te matará si vas...
— No te preocupes — dijo, agarrándola de los hombros — He sobrevivido a cosas peores...
— Eso no es cierto... — le dijo — No hay nada peor que esto...
— Lo demás se dividirán en dos grupos — exclamó el castaño, volteando a ver a todos — No deben de ir muchos.
— Yo podría ocuparme de los Guardianes — dijo Marvel.
— Iré contigo — dijo la Mole.
— ¡¿Qué?! — dijo Reed.
— Siempre quise conocer la tecnología de Wakanda — expresó la nueva Thor — Me ocuparé de ellos.
— ¡Yo iré con la Capitana Marvel! — dijo Kamala, levantando la mano.
— De hecho, deberías quedarte — le dijo Carol — Serás mi respaldo desde aquí.
— Yo iré... — expresaba Bucky.
— No, tú te quedas — dijo Sam, deteniéndolo — Yo tengo un escudo y alas, hombrecito común.
— ¡¿Acaso perdieron la cabeza?! — dijo Reed, viéndolos a todos — ¡Este plan tiene un montón de huecos! ¡¿Qué pasará si el control de Kasady va más allá de lo que creemos?! ¡¿Y si Strange pierde más energía de la esperada?!
Los héroes lo miraban fijamente.
— ¡No niego varias de las cosas que llegaste a hacer, Hombre Araña! — dijo Richards — ¡Pero esto es superior a todo lo que te has enfrentado! ¡Planes, así de simples, podrían llevarnos a todos a la muerte! ¡En esta situación, lo que menos hay que hacer es tomar esta clase de riesgos!
Peter miró a Mr. Fantástico durante un rato, mientras el lugar se encontraba en completo silencio.
Solo una pequeña risa de Electro logró romperla.
— Desde que me mordió una araña, me he enfrentado a cosas horribles... y una parte fue por mi culpa — le contó el héroe — He aprendido un montón de cosas desde entonces y todo eso fue gracias a mis amigos.
El castaño volteó y miró a todos los presentes.
— Ahora, gran parte de ellos están muertos y el mundo parece estar a punto de llegar a su fin — dijo — He arriesgado hasta mi vida para poder salvar a los inocentes... y estoy seguro que la gran mayoría lo ha hecho.
Cerró los ojos por un momento, suspirando.
— Hace un tiempo, existió un grupo de héroes, muy diferentes entre sí, pero que terminaron dándolo todo para poder salvar al mundo de distintas catástrofes — explicó — Ahora, la Tierra se enfrenta a una de estas... y necesitamos que regrese ese equipo.
Peter comenzó a mover la cabeza, mirando a todos los presentes.
— Aquí hay dioses, superhumanos, soldados, mutantes... criminales... — dijo Peter, volteando a ver a Reed — Somos una mezcla de personalidades, pero que buscamos un mismo objetivo... salvar al mundo.
— ¿Qué tratas de decirnos? — preguntó el Capitán América.
— ¿No lo ven? Esta situación es igual a la que ellos se enfrentaban... — contestó Peter — Sin importar nuestro pasado o que hicimos antes... ahora mismo, somos los nuevos Vengadores.
El castaño volteó y miró a Electro.
— Todos somos Vengadores ahora — dijo el Hombre Araña, girando hacia Reed — Esto nos supera pero, ¿cuándo no lo ha hecho? ¿Cuándo no nos hemos arriesgado para salvar una vida?
Mr. Fantástico solo suspiró al terminar de escuchar eso.
— No podemos rendirnos y dar la batalla por perdida... no cuando nos necesitan... — terminó Peter — Es nuestra responsabilidad...
El líder de los Cuatro Fantásticos se sobó los ojos, mientras le daba la espalda.
Estaba muy estresado por toda la situación que estaban sufriendo... y realmente, no tenía muchas cosas claras sobre esas cosas.
Si había algo que odiaba, era no tener idea de algo.
Y en esa situación...
— Voy a arrepentirme por esto... — suspiró Reed — Bien, usaremos tu idea. Dos equipos, tú lo distraes, ¿verdad?
— Sí, creo que es el mejor plan que tenemos — dijo Bucky.
— De acuerdo... — dijo Reed, alejándose — Los equipos que partirán, alístense.
Todos comenzaron a dispersarse en la habitación, mientras Peter se quedaba en su sitio.
Soltó un largo suspiro. Sus piernas le temblaban un poco.
— Gran discurso — le dijo Miles, dándole un pequeño golpe en la espalda — ¿Lo tenías preparado?
— Solo la mitad — bromeó el castaño — ¿Cómo me quedó?
— Estuvo bien... — le dijo — Yo pude haberlo hecho mejor.
— Ay ajá...
Felicia se acercó y lo tomó de la mano.
— Oye, ¿de verdad vas a hacer esto? — preguntó.
— Tengo que... — le respondió — Con Kasady distraído, los demás no tendrán muchas complicación en llegar aquí.
— No estamos seguros de eso... — dijo la peliblanca — Cuando te enfrentaste a Venom, tú...
— Eso no se repetirá — le dijo el castaño — No será una pelea si solo esquivo sus ataques.
— Pero...
— Una vez que me confirmen que lograron llegar, Strange abrirá un portal y me traerá de vuelta.
— T-Tendrás que cruzar ese portal rápido, no lo olvides... — le dijo el hechicero.
— ¡Ya, pero...! — decía Felicia — Escucha, hay algo que...
— Tranquila, todo estará bien — le interrumpió Peter, agarrándola de los brazos — Volveré aquí cuando menos te des cuenta.
— ¿No quieres que te acompañe? — preguntó Miles.
— Si llega a convertirte, podría ser muy peligroso — le contestó — No sabemos hasta que punto aumentaría tu poder Bioeléctrico.
Felicia lo miró fijamente.
Y entonces, suspiró.
— Aunque lo intente, no podría detenerte — dijo la peliblanca, sonriéndole — Bien... pero, más te vale volver aquí con vida.
— Te lo prometo — dijo Peter, levantándose la máscara y dándole un beso — Y voy a cumplirla...
— Si no lo haces, te mataré.
— Gracias por la motivación extra.
El castaño comenzó a alejarse, mientras caminaba por el pasillo hasta la sala.
Los dos héroes lo miraron irse.
Miles se alejó un poco de Felicia, intentando ir detrás del Capitán América.
— ¡Oye! — dijo Kamala, detrás de él — ¿A dónde vas?
— Ah... ¿al baño? — respondió.
— ¡A ti no te dijeron para ir! — le reclamó — ¡Así que, también te quedarás!
— ¡Oye! ¡Eso no es justo!
Felicia miraba a Miles y a Kamala pelearse entre sí.
Esto hizo que soltara una pequeña risa y se sentara en uno de los asientos del lugar.
Estaba cansada y así había estado últimamente.
Su condición no era la favorable para este tipo de situación.
— ¿Qué voy a hacer contigo...? — murmuró la peliblanca, agachando la cabeza.
Electro, quien estaba apoyado en una pared, también observaba la discusión de Miles y Kamala.
Soltó un gruñido y comenzó a retirarse de allí.
— ¡Oye, a ti tampoco te...! — decía Miles.
— Mira como me importa... — le respondió Electro, continuando su camino.
Y yendo con los demás.
***
Los héroes que iban a salir de la torre ya se encontraban en la sala de la compuerta.
Un primer equipo: Capitana Marvel, Cíclope y la Mole.
Y el segundo equipo: Thor, Electro, la Antorcha Humana y el Capitán América.
Debido a no querer gastar la energía de Strange, tendrían que ir por su cuenta a los lugares que indicaron.
Los wakandianos tardarían una hora, mientras que los Guardianes tardarían cerca de media hora.
Peter se encontraba en el medio. Él iba a ser quien saldría primero.
— Según los drones, Carnage está en Midtown — explicó la Mole — En la Quinta avenida.
— Entendido... — dijo Peter.
Ben presionó un botón, comenzando a abrir la compuerta enfrente suyo.
Los rayos de amanecer comenzaron a alumbrar la sala por completo.
— Creo que aquí es cuando debes decirlo — le dijo Johnny al Hombre Araña.
— ¿Decir qué? — preguntó el castaño.
— Ah, ya sabes... — dijo — La frase...
— ¿Qué frase...? Oh, esa frase... — dijo Peter — No sé, no siento que va conmigo.
— Acabas de reunir a un nuevo equipo de Vengadores...
— Solo dije que somos como los Vengadores.
— Es lo mismo.
— ¿Ah?
— Sólo dilo — le dijo — O yo lo diré.
— Está bien, está bien...
Peter suspiró, viendo como la compuerta terminaba de abrirse.
Tenían que salir rápidamente de allí.
— Vengadores... — dijo Peter, comenzando a correr hasta la escotilla — ¡Unidos!
Y entonces, el joven de Queens salió de allí, lo más rápido posible.
Saltó... y comenzó a balancearse.
Mientas, los demás héroes salían detrás de él.
***
El primer lugar que se fue al diablo... fue Raft.
Se suponía que esa era la mejor prisión de todo el mundo.
Se suponía que, después de la fuga ocurrida por el Dr. Octopus, se había reforzado el sistema de seguridad.
Pero, aún así... había pasado.
Raft había sido destruida y casi todos los prisioneros asesinados.
Unos cuantos escaparon de ese lugar.
Agarraron un yate y comenzaron a huir por mar.
Este grupo de prisioneros pararon en la isla de Manhattan, corriendo por las calles, desesperados y asustados.
La policía no tardó en llegar y en atrapar a un par de ellos, mientras que otros lograron escapar de sus manos.
Una de los prisioneros que escaparon era Eddie Brock.
Aquel que alguna vez fue Venom.
Había logrado sobrevivir al ataque de Carnage en la prisión, lo cual fue extraño. Él estaba seguro que, de alguna forma, esa cosa lo había dejado escapar.
Pero, seguía sin saber el por qué.
Logró conseguir algo de ropa y camuflarse entre las personas.
Pensó en volver a su apartamento o de volver a entregarse a las autoridades.
Lastimosamente, no pudo hacer nada... todo volvió a irse al diablo...
Y de la peor forma posible. La ciudad se llenó de esas cosas.
Aún así, como si el universo hubiera confabulado a su favor, él logró escapar de esas cosas.
Logró llegar al puente de Queensboro y salvarse del ataque de los simbiontes.
Aún recordaba como una persona a su costado le lanzó una piedra a una de las bestias y como esta lanzaba un tentáculo y mataba a ese hombre, transformándolo en eso.
Eddie seguía sorprendido como esa cosa no atacó a ninguno de los presentes... y como caminaba de regreso a la ciudad.
Parecía el fin del mundo, viendo desde el puente como varios edificios caían, desplomados, y los gritos de sufrimiento de los que seguían en la ciudad.
No podía seguir viendo eso...
Sus amigos vivían en esa ciudad... y era posible que ya estuvieran muertos.
Por eso, solo se dio la vuelta y siguió caminando, siguiendo a la gran cantidad de personas que también cruzaban el puente.
Siguió caminando...
Sin darse cuenta, que algo lo estaba siguiendo.
_________________________________________
Buenas!
Este es un capítulo corto, sin acción la verdad.
Un momento de descanso para todo lo que ha estado ocurriendo, pero también un momento importante para lo que sucederá después.
Espero les haya gustado!
Publicado el 05/06/21
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