La gota que derramó el vaso
Peter se levantó esa mañana. Era lunes y tenía escuela.
El castaño agarró su celular y empezó a ver las noticias del Daily Bugle. Ahí, vio como la noticia de la investigación de Felicia había sido publicada, acompañada de una de las fotos que Peter le había tomado al héroe.
Peter comino hasta la cocina, donde May terminaba de preparar el desayuno, mientras se alistaba para ir a F.E.A.S.T.
— Peter, una vez que comas los huevos, lava los platos — dijo, agarrando su bolsa y saliendo del apartamento.
— Cuidate, May — le dijo Peter, despidiéndose.
El héroe no le comento nada acerca del sobre. May seguro no quería que se enterara de lo que contenía ese papel, pero ya lo sabía. De todos modos, su tía estaba el doble de ocupada. Martín Li le había dicho que saldría de la ciudad por un tiempo. Según ella, él se veía preocupado, pero no sabía por qué.
El castaño comió, lavó los platos y salió para ir a luchar contra la escuela. Al igual que todo estudiante de secundaria.
— ¿Hola? — preguntó Peter, contestando el teléfono.
— Oye, ¿viste mi historia? — preguntó Felicia.
— ¡Claro! — dijo Peter, caminando por la avenida — Robbie debe estar muy feliz.
— Sí, digamos que se hizo viral — le reveló Felicia — Y, escucha, el alcalde Osborn anunció que le dará un premio al oficial Davis, esta tarde.
— Wow — expreso el castaño — Espera... ¿no es el mitin de campaña de Osborn después de...? Oh, ya entiendo.
— Sí, también yo... — dijo Felicia — Aún así, será un momento fantástico para el oficial Davis y su familia. Estaré en el evento, así que faltaré a clases... ¿quieres venir?
— ¡Sí, por supuesto! — respondió Peter, dejando pasar el autobús que lo llevaría a Midtown — Nos vemos ahí.
El héroe se dirigió a un callejón y se puso su traje. Ahora que iba a faltar a clases, podía enfocarse en perseguir a los Demons y tratar de saber que es lo que planean. Seria mil veces más fácil, si hablaran otro idioma que no sea coreano.
Durante su patrullaje, no encontró ningún Demon, solo simples ladrones que intentaban robar a los indefensos.
— ¿Hola?
— Araña, soy yo, el oficial Davis.
— ¡Hola Jeff! — saludo Peter — ¡Felicidades por la ceremonia de hoy!
— Me alegraré cuando termine — dijo nervioso — Un camión lleno de Demons me asusta menos que tener que hablar en público... pero llamo por otra cosa.
— ¡¿Cómo estás?!
— Los Demons se están moviendo en la construcción de Fisk en el centro — le dijo Davis — Mi esposa me matará si no llego a la ceremonia de "policías y ladrones", pero... pensé que tal vez mi amigable compañero querría saber...
— ¡Entiendo! — le respondió — Daré una vuelta y te diré de qué me entero... ¡Ah! Por cierto, un consejo para hablar en público: imagina que todos solo traen puesta la ropa interior... menos Osborn... ¡¿Sabes qué?! Olvídalo.
— Gracias, Hombre Araña — dijo Jeff, entre risas y colgando la llamada.
Peter se dirigió a la construcción. El héroe intentaba pensar en otro consejo para que Jefferson pudiera hablar en público, pero no se le ocurrió nada. Suponía que dependía de cada persona... siendo justos, él tampoco podía hablar en público sin la máscara.
Las desventajas de ser tímido en la vida real.
Peter llegó al lugar indicado y se pegó en una de las paredes de la construcción. Al ver el terreno, vio como un montón de Demons vigilaban el lugar, mientras un camión, con las palabras "Envió Consolidado" se retiraba del lugar.
— Jeff, estoy aquí... — dijo Peter, llamando al oficial.
— ¿Qué es lo que ves?
— Parece que los Demons se mueven en el territorio de Fisk...
— ¿Te encargas tú?
— Yo me encargo...
Peter bajó hasta un piso y en encargó de noquear a cada Demon que se encontrara en el lugar. Luego de acabar con el último de la zona, escucho varios disparos detrás de una pared en construcción. El héroe salto y se pegó a una zona donde los Demons no lo pudieran ver.
Ahí, los terroristas con máscaras se encontraban apuntando a los trabajadores de la construcción, mientras ellos rogaban por sus vidas.
— Tienen lo que querían... — dijo un trabajador — ¡No necesitan matarnos!
Uno de los Demons lo golpeó, dejándolo inconsciente. Hicieron lo mismo con los demás trabajadores. Uno de ellos se levantó y trató de defenderse, pero los Demons lo arrinconaron y empezaron a darle una paliza.
Peter dio un salto y salvo al trabajador, dejándolo colgando boca abajo. Los Demons, ni bien lo vieron, empezaron a dispararle.
El héroe esquivó los disparos y dejó inconscientes a los demons del lugar, salvando a los trabajadores.
Peter fue a donde estaba el trabajador que había dejado colgando, pero su teléfono cayó. El héroe lo agarró y se llevó una sorpresa al ver, en videollamada, al Kingpin.
— Hola, Willie — saludo el castaño.
— Tu...
— Linda ropa — le dijo Peter, señalando su ropa de recluso — Te adelgaza.
— ¡Deja de entrometerte!
— ¡Espera! Los Demons... ¡¿Quién es su líder?!
— Quizás este ahí, o quizás no — le dijo Fisk, mientras colgaba — Revisa el techo.
— ¿Siempre habla en modo críptico?
Peter salió de ese piso y comenzó a correr por las paredes. Al llegar al techo, vio como uno de los Demons, con una espada, acababa con la vida de los trabajadores.
Ese Demon subió a un helicóptero y empezó a marcharse del lugar
— Hola, de nuevo... — le dijo Peter.
El héroe lanzó sus redes y detuvo el avance del vehículo pegandolo a una máquina rectangular. El Demon, enfurecido, lanzó un misil que hizo estallar el techo, mandando a volar todo.
La gigantesca grúa se desprendió y comenzó a caer hacia la calle. Varios escombros caían hacia las personas. Incluso el héroe, semi inconsciente, caía de la construcción.
Un aire de esperanza hizo que se despertara en el aire.
El héroe no tenía tiempo para pensar. La grúa caía al suelo y la gente estaba en peligro. Peter decidió aprovechar el terreno y empezar a lanzar sus redes, tratando de pegar la maquinaria en los edificios cercanos.
Para suerte del castaño, logró hacerlo y la grúa quedó pegada en el aire. El héroe tomó un segundo de descanso y siguió balanceándose, persiguiendo al helicóptero, quien tenía la máquina colgando de el y destruyendo algunos letreros.
— ¿Acaba de pasar? Sí... — se dijo a si mismo, sin creer lo que acababa de hacer.
— Recibí reportes de... ¿un helicóptero con una bola de demolición? — le pregunto Yuri, llamándolo en ese momento.
— ¡Sí, las cosas con los Demons se complicaron! — le dijo Peter, esquivando los escombros que dejaba el helicóptero a su paso.
— Ese helicóptero destruye la ciudad.
— Lo sé.
— Debes detenerlo.
— ¡Lo sé!
— ¡¿Podrías ser un superhéroe más rápido?!
— ¡Estoy en eso, Yuri! — le dijo el castaño, colgando — ¡Te avisaré al terminar!
Peter se acercó y se pegó a la maquinaria, pero justo en el momento donde se estrellaba contra un edificio. Esto provocó que se rompiera la telaraña y que la máquina empezara a dar vueltas, destruyendo la pared del edificio y cayendo dentro de otro, junto a Parker.
El héroe se levantó rápido y siguió corriendo. El helicóptero se había quedado quieto al final de las oficinas de ese lugar y empezó a disparar misiles, a los cuales el héroe esquivaba.
Al estar lo suficientemente cerca, lanzo una de sus redes y lanzó, de una patada, a uno de los Demons del vehículo. Luego lo agarró y lo lanzo al edificio.
El Demon con la espada trató de darle una estocada, pero el héroe esquivo el ataque, ocasionando que el helicóptero falle y se apague el motor.
Peter y en Demon se miraron a los ojos y vieron como el helicóptero empezaba a caer a la ciudad.
El castaño se colocó encima del vehículo y empezó a pensar en un plan rápido.
— Necesito un plan... y lo necesito rápido — se dijo el héroe, viendo dos edificios cercanos.
El castaño disparó sus redes a esos edificios y luego las pegó al helicóptero.
— ¡Supongo que este es el plan! — dijo el héroe, elevando el helicóptero lo más que pudo.
La hélice trasera del vehículo se desprendió del vehículo y empezó a dar vueltas por las calles. El castaño se puso detrás del helicóptero y trató de darle a la hélice.
— ¡Vamos Peter! ¡Tu puedes! — dijo, apuntando con sus lanza redes — ¡Tu puedes! ¡Tu puedes! ¡Tu puedes!
Logro darle a la hélice, salvando a los ciudadanos en peligro y pegando la en un edificio.
El helicóptero terminó de dar la vuelta a los dos edificios y empezó a caer.
El castaño saltó del vehículo y empezó a lanzar sus redes, pegando el helicóptero en el aire y evitando que se estrelle, salvando a las personas.
Finalmente había acabado esa travesía.
El héroe entró al vehículo, pero el Demon trató de atacarle con su espada. Peter logró esquivar el ataque y lo envolvió en telaraña.
Parecía que todo había acabado, al fin.
— Hola, Yuri — saludo Peter, llamando a la capitana — Atrape a los malos, pero...
— ¿Pero qué?
— Te hará falta una escalera — dijo el héroe, escapando del lugar.
— ¡¿Una qué?!
La gente se amontonó y empezó a tomar fotografías de lo sucedido. No todos los días ven un helicóptero envuelto en telarañas.
Entre toda la muchedumbre, se encontraba un chico moreno, quien grababa lo sucedido.
— ¡Oye, Miles! — le dijo su amigo, Ganke — Vamonos, bro.
Miles obedeció y salieron del lugar, caminando a su destino. Pero Morales tenía otros planes y su madre le hizo recordar.
— Ay, no... es tarde — dijo Miles a su amigo.
— ¿Vienes?
— No... voy a la ceremonia de papá, al ayuntamiento.
— Ah, claro — le dijo Ganke, despidiéndose — ¡Felicitalo por mi!
Ambos chicos se despidieron y se fueron a sus destinos. Miles se encontraba orgulloso se su padre. Se sentía feliz por él.
El moreno debía estar en su internado, pero le dieron un permiso especial para salir por toda la situación de su padre. También era esa la razón por la que Anya no estaba ahí.
***
— ¡Felicia! ¡¿Ya empezó la ceremonia?! — pregunto el castaño.
— Aún están en los preparativos — le respondió la chica — ¿Dónde estás?
— Me retrase, incidente de grúa y Demons... ¡Estoy en camino!
— ¡¿Qué?! ¿Y no me diji...?
Peter no escuchó eso último y solo colgó la llamada. El héroe fue lo más rápido al ayuntamiento y se cambió de ropa.
Con su ropa de civil, fue donde estaba la multitud, buscando a su amiga. Todo el lugar poseía carteles y pancartas con la cara de Osborn y la palabra "vota". Era lo normal, las elecciones a la nueva alcaldía estaban cerca y debía publicitarse lo más que podía.
Cerca del lugar, el oficial Jefferson, junto a su esposa y sus dos hijos, se dirigían al lugar de encuentro.
— Ese es el lugar — dijo Río, la esposa de Jeff — Estaremos justo enfrente.
— Parece que hay muchísima gente... — dijo Jeff, nervioso.
— Estarás bien, cariño...
— La última vez que di un discurso, fue en la secundaria — le respondió — La Srta. Stainberg me reprobó.
— Lo que diría la Srta. Stainberg ahora....
— Oye, tu salvaste al Hombre Araña — le dijo Miles — Estoy seguro que eso te hace un superhéroe.
— ¿Superhéroe? — dijo, sonriendole a su hijo — O... quizás solo soy alguien que nunca se da por vencido.
El oficial se despidió de su familia y fue directo al escenario.
En este lugar, el presentador se dirigió al micrófono para hablar.
— ¡Sean bienvenidos! — dijo — ¡Quisiera decir unas palabras antes de dejarlo con el alcalde Osborn!
Mientras, en medio del público, finalmente Peter se había encontrado con Felicia.
— ¿Y...? — le pregunto Felicia, al verlo y tomándole una foto.
— Creo que por fin terminó la guerra de pandillas — le dijo el castaño.
— ¿Se... terminó terminó?
— Bueno, aún faltan algunos detalles, pero...
— ¿Detalles?
— Es que un camión de una compañía llamada "Envió Consolidado" se fue de la escena — le dijo Peter — Algo no pinta bien ahí, no se por qué...
— Bueno, tal vez... — dijo Felicia, intentando proponerle salir a su amigo — Podríamos salir a tomar un café o... algo y, resolverlo...
— Sí... podríamos...
En el escenario, Norman finalmente había salido a hablar.
— ¡Todos sabemos que el oficial Davis es un héroe! — empezó a hablar Norman.
— Pero... en lugar de café, podríamos... — hablo Felicia — ¿Podríamos cenar? Podrías venir a mi departamento y... cocinariamos...
Peter se volteó a verla, algo ruborizado pensando en lo que le había dicho.
— O podríamos vernos en un lugar neutro y, ya sabes... comer algo preparado por profesionales — dijo nerviosa.
— Claro... podríamos... sí, eso...
— ¡Por sus actos... — dijo Norman, viendo al oficial — ¡Llenos de valentía, que van más allá de su deber, es un privilegio entregar, al oficial Jefferson Davis, la medalla de honor del departamento!
Norman le puso la medalla al oficial, mientras uno de sus asistentes se acercaba a él.
— Una llamada, señor.
— No es el momento, Jim...
— Es urgente, señor...
Norman volteo a mirarlo y decidió atender — Bien...
Norman le dio la mano y felicitó a Jefferson por su trabajo. Luego se retiró, dejando al oficial hablando con el micrófono.
Norman se alejó y decidió contestar la llamada.
— ¿Sí? — preguntó el alcalde
— He trabajado muchos años para esto...
— ¿Quién eres?
— En los próximos días, tu compañía, tu ciudad y todo lo que te importa quedará destruido...
Norman vio a sus guardas e hizo un gesto, dando a entender que hablaba con un loco.
— Muchos te rogaran que les ayudes, pero no podrás salvarlos...
— Mira, idiota — le dijo Norman — Recibo estas amenazas diario, ¿tienes los huevos de decirme lo qué quieres?
— Quiero verte sufrir... — dijo, colgando la llamada.
Norman cambió la expresión de su rostro a preocupación. Sus guardias entendieron de inmediato lo que pasaba y sacaron a Norman de ahí.
El cosquilleo de Peter se prendió. El castaño empezó a mirar en todas direcciones. Vio como varios sujetos salían de sus autos y empezaban a brillar. Además de contener unos chalecos con explosivos.
El héroe, consternado por la situación, camino hasta uno de ellos. Su cosquilleo hizo que volteara a otra dirección y ahí lo vió. A quien estaba detrás de todo esto.
Martín Li, quien con sus brillantes manos, controlaba a los tipos brillantes.
Peter se quedo petrificado, no podía creer lo que veía.
— ¡Papá! — gritó Miles, señalando detrás de Jeff.
Ahí detrás, estaba el presentador, quien empezó a brillar y a encender su chaleco explosivo.
Jeff no perdió tiempo y empujó al presentador. Trató de escapar, pero no tuvo tiempo.
Todos explotaron.
Peter corrió donde Felicia y la tiró la suelo, salvandola de una de las explosiones pero este viéndose afectado. El castaño recibió esa explosión, siendo mandado a volar y quedando inconsciente.
***
El grito.
Todos los seres humanos gritamos. A veces por felicidad o por impotencia.
Pero la razón más frecuente, es por miedo. Miedo a lo desconocido o a lo inesperado. Miedo a las catástrofes o a destruir el estatus quo al que están acostumbrados.
Esos gritos terroríficos, no paraban de sonar en los oídos de Miles.
El moreno estaba siendo arrastrado por una persona, mientras su madre trataba de hacerlo despertar. Ella llevaba a su hermana en sus brazos, quien lloraba descontroladamente.
Miles no sabía que había ocurrido, hasta que recordó a la gente brillante y a su padre empujándolo.
El hombre que lo arrastraba lo dejó en el suelo. El chico volteó y vio a alguien conocido.
Vio a un chico castaño, inconsciente en el suelo, con heridas en su rostro. El estaba junto a una chica de cabello plateado, quien trataba de despertar al chico. Ella estaba llorando por él, ya que no despertaba. Miles sentía que lo conocía, pero el zumbido en sus oídos no lo dejaban concentrarse.
Entonces volvió a recordar a su padre. Volvió a recordar al hombre brillante.
El chico se levantó y fue donde su madre.
— ¿Dónde... dónde esta papá? — pregunto Miles a su madre.
Ella no respondió. Estaba rota en llanto. La presión del moreno bajó y corrió de vuelta al ayuntamiento.
Él no paraba de repetirse que su padre estaba vivo. No paraba de hacerlo. Quería creerlo.
Miles llegó al ayuntamiento, esquivando varios escombros. Al llegar lo vio todo destruido y vio a varios sobrevivientes ayudando a otros y llorar desconsolados.
Morales trató de ir donde estaba su padre, pero varios autos negros salieron de la nada. De esos vehículos, salieron Demons.
Es extraño como funciona la naturaleza humana. A veces funciona como instinto. Ese instinto de supervivencia hizo a Miles esconderse debajo de un vehículo destrozado.
El sentimiento de terror se apoderó de él al ver como los Demons, con sus armas, empezaron a disparar a todos los inocentes.
Hombre, mujer, ancianos, no había preferencia. Fueron matando a todos ellos sin darles oportunidad. Y en esa ocasión, nadie iría en su rescate. No había héroes.
La araña, quien estaba ahí cerca, estaba inconsciente, sin poder hacer nada. Impotente a la situación.
Morales, terco, siguió su camino hacia el escenario.
Gracias a los distintos escombros del lugar, logró acercarse hacia donde estaba su padre. Pero lo único que vio, fue un cuerpo sin vida, lleno de sangre y carbonizado.
Miles rompio en furia. Agarró una barra de metal y trató de golpear a uno de los Demons, pero este rápidamente lo desarmó y lo tiró al suelo.
El Demon estuvo a punto de matarlo, pero fue interrumpido.
— ¡Suficiente! — le grito Martín Li, evitando que mate a Miles — ¡Debemos irnos! ¡Ahora!
Todos lo Demons se subieron a sus vehículos y escaparon de ahí.
Miles fue donde estaba el cuerpo de su padre. Trató de despertarlo, pero no pudo.
Gritaba, esperando una reacción de él, pero no obtuvo nada.
Su padre había muerto ese día...
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Bueno chicos, espero les haya gustado este capítulo ^^.
Al final si logré publicarlo y esta listo!!
Vaya que pasaron cosas no? Jajajaj.
Nos vemos en un próximo!!
Publicado el 23/09/20
***
"Max. Cuando me contaste de tu sueño por primera vez, te creí loco "¿energía pura?" ¡Ja! Pero a medida que profundicé en el problema, descubrí la forma en que ambos obtengamos lo que deseamos. Te prometo que cuando terminemos, serás energía pura. O casi lo serás, la diferencia será irrelevante."
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