La Amenaza de Electro
— ¡Vean lo que ocurre cuando retan a Electro! — gritaba el villano, mientras hacia estallar varios coches que habían a su costado — ¡Cuando intentan enjaular al rayo!
La gente comenzaba a huir despavoridos del villano, quien sonreía, mientras destruía todo a su paso.
Los oficiales no podían acercarse a él. Era muy poderoso.
Realmente, Electro era uno de los villanos más poderosos que Peter Parker se había enfrentado y el hecho que lo haya derrotado varias veces había sido por pura suerte.
— ¡¿El rayo también hace una rabieta en medio de la calle...?! — dijo el castaño, aterrizando enfrente de Electro.
— ¡¿...en lugar de, ya sabes, huir de la cárcel?! — continuó Felicia.
Electro intentó atacarles, pero los dos héroes se acercaron, rápidamente.
— ¡Suena como si el rayo...! — decía Peter, dándole una patada.
— ¡...no fuera muy listo! — terminó Felicia, golpeándolo.
— ¡Bromas de pareja! — dijo Miles, acercándose rápidamente — ¡De lujo!
El moreno tocó por la espalda a Electro y comenzó a electrificarlo.
Este gritó de dolor, mientras comenzaba a desaparecer su electricidad.
Entonces, Max cayó al suelo, semi inconsciente...
Y derrotado.
— Creo que estoy enamorado — dijo Peter, mirando a Felicia.
— Por supuesto que lo estás — le dijo la peliblanca.
— Oigan, también estoy aquí... —dijo Miles, acercándose a la pareja.
Electro, con un ojo abierto, vio como varios camarógrafos se acercaban hasta los tres héroes, pero estos se retiraban y se iban de allí.
Dejándolo a merced de la policía.
Sí, había sido uno de los villanos más peligrosos del Hombre Araña.
Ahora, reducido a un simple tonto que era fácilmente derrotado por un grupo de niños.
Eso realmente lo enfurecía...
Lo hacía mucho...
Sobretodo, por todas las oportunidades que tuvo para destruirlo.
***
Max Dillon había sido uno de los miembros más importantes de lo que alguna vez fue Oscorp.
Él había ayudado a que la empresa llegara a donde había llegado...
Su gran red eléctrica que había diseñado para toda la ciudad había proporcionado energía a toda la ciudad de Nueva York.
Se suponía que era alguien importante.
Pero todo se fue al diablo cuando cayó en esa pecera llena de anguilas eléctricas...
Esas anguilas modificadas que provocó sus poderes.
Que le arruinó su vida.
Después de revivir de entre los muertos, lo primero que pensó y buscó era vengarse de Norman Osborn.
Su hijo fue su principal objetivo...
Ese tal Harry Osborn fue a quien quiso acabar, pero que fracasó...
El Hombre Araña lo derrotó sobrecargándolo en la cima de la torre Oscorp.
Vaya ironía...
Pasó más de cinco años en Raft, hasta que finalmente fue contactado por Octavius.
Él aceptó por varias razones.
Su venganza hacia Osborn y el Hombre Araña...
Y obtener la suficiente energía para volverse energía pura.
Ser alguien con tanto poder que nadie pudiera vencerlo.
Pero... ¿por qué?
¿Por qué buscaba eso?
Él conocía las otras razones de los Seis Siniestros.
Dinero, libertad, venganza, cura...
Cosas personales y triviales.
Y él, eligió volverse energía pura.
¿Por qué?
No sabía, en realidad.
Y, aún así, seguía buscándolo.
Buscando esa energía pura y su venganza contra el Hombre Araña.
Pero... ¿por qué?
¿Qué diablos estaba pensando?
Su vida... había sido buena.
Realmente, buena.
Tenía buenos amigos en la escuela y en la universidad.
Ayudaba a las personas que necesitaban una mano y siempre respetó a todos.
No hacía nada ilegal y tenía una justicia bien programada.
Pero...
Ahora...
Estaba siendo transportado... otra vez...
Dentro de un camión policiaco.
Después de ciertos minutos, su energía volvía a recargarse.
Tal vez se debía a su sistema circulatorio o algo así. No estaba seguro.
Pero la electricidad siempre volvía a recorrer sus venas.
Y eso... le daba la oportunidad de escapar...
***
Siempre pensó que... con sus poderes...
Él era como un Dios.
Podía traspasarse a través de cualquier aparato electrónico.
Entrar al internet y poseer el conocimiento de lo que sea que ocurriese.
Así, había descubierto un montón de cosas que ocurrían en esa ciudad.
Así...
Descubrió la verdadera identidad del Hombre Araña.
— ¿Terminaste de bañarte, Fel? — preguntó Peter, viendo a su novia caminar
— El agua estaba helada... — dijo Felicia, temblando.
Ella estaba en bata, con un rostro de estar congelada.
Entonces, elevó sus brazos, a lo cual Peter se acercó y la abrazó.
— Siempre me calientas... — dijo la peliblanca.
— Ya, no seas tan sucia — rió Peter.
— No estoy mintiendo — sonrió.
— Ajá...
Los dos se miraron un rato.
Y se volvieron a dar un beso.
Electro los observaba desde afuera de su penthouse.
Los observaba fijamente.
Esta era la oportunidad perfecta.
Un ataque sorpresa, sin que se dieran cuenta.
Los sorprendería y acabaría con Felicia Hardy. Ella estaba mojada luego de bañarse.
Matarla electrificada.
Luego, Peter Parker intentaría atacarlo, pero Electro lo esquivaría y luego lo estrellaría contra el suelo.
Metiendo su mano en su boca.
Y freírle todos los sesos...
Así, cumpliría con su venganza.
Era tan sencillo... tan fácil.
Pero... no iba a hacerlo.
Así había estado el último mes.
Cuando vio que Black Cat y el Hombre Araña comenzaron a salir.
Había ido a ese gran apartamento y se preparaba para matarlos. Un simple plan.
Un plan que había estado pensando todos estos días, ansioso por volver realidad.
Pero... que nunca llevaba a cabo.
¿Por qué?
No tenía idea...
Solo se daba la vuelta...
Y se iba de allí.
— ¡Ay...! — dijo Felicia, sobándose la espalda.
— ¿Estás bien? — preguntó Peter.
— Necesitamos cambiar esas sillas... — dijo Felicia.
— No voy a comprarte ese sillón...
— Sé que tienes el dinero — dijo la peliblanca, sonriéndole.
— Es para la universidad.
— No todo...
— No.
— De acuerdo...
— ¿Noche de películas?
— Noche de películas.
***
Max Dillon tuvo amigos.
De hecho, muy buenos amigos.
Aunque, los perdió a todos hace mucho...
A todos... menos a una.
Alguien que vivía en West Village.
— ¿Francine? Soy yo, Max — dijo, mientras tocaba uno de los timbres de un edificio — Déjame entrar...
— No me necesitas para eso... — le contestó — Tu puedes entrar por ti mismo, vamos...
— Preferiría que no... — le contestó — Francine, por favor...
— Bien, bien...
La puerta del edificio se abrió.
Electro pudo haber entrado fácilmente por algún cable eléctrico.
Pero, ese día no... no esta vez.
Francine era una vieja amiga suya. Una amiga muy cercana.
Y con ella, no quería ser el monstruo que se había convertido.
La puerta del apartamento se abrió y una chica, llena de tatuajes y piercings, fue quien le recibió.
— ¡Diablos! Max Dillon... — dijo Francine, sonriéndole — ¿Qué te trae a mi pequeño agujero en la pared?
— Francine...
— ¿Acaso el gran Electro necesita una recarga? — preguntó — Entra y enchúfate.
— No sabía a donde más ir...
Max cruzó la puerta y entró al apartamento.
En ese lugar, había una silla para tatuajes, debido a que la chica trabajaba en eso.
Él se había dejado tener un tatuaje de ella hace mucho... pero, se había borrado luego de que su cuerpo carbonizado se volviera en lo que... era ahora.
Después de volverse Electro.
— Desde que escapé de prisión... bueno, las cosas no han sido muy fáciles — dijo Electro — Ninguno de mis familiares me acogieron. Pero tú, siempre fuiste buena conmigo, Francine.
— ¿Qué puedo decir? Me agradan todos mis chicos malos — dijo, mientras se sentaba en su sofá — En especial tú, Max. Haces que mis pelos se pongan de punta.
Max se sentó a su costado.
La electricidad que rodeaba a Max comenzó a hacer que el cabello de Francine comenzara a elevarse.
Pero, no solo eso. Sus piercings también se elevaron y se vieron atraídos hacia Electro.
— Eso es nuevo... — dijo Francine.
— Tus piercings, lo siento... — dijo Max, alejándose un poco — Mis poderes aumentaron en este tiempo. Tal vez quieras mantener distancia.
— Bebé, así soy yo — dijo Francine, acercándose a Electro — Yo vivo el peligro.
— Ya...
— Tengo que decírtelo, Max. Me asustaste por un tiempo — le dijo Francine — Pensé que nunca volvería a verte luego de que los Duendes atacaron. Creí que el Hombre Araña te había matado.
— No, yo... estuve huyendo por ahí — le contentó — Ya sabes, causando destrozos y... buscando más poder.
— ¿Más poder?
— Sí, y no... bueno, lo logré... me volví casi energía pura, pero... — dijo — No sé, no se siente igual...
— ¿A qué te refieres?
— No sé por qué hago todo esto... — le dijo Max — Salgo, causo destrozos y luego... soy derrotado. Una y otra vez... y no tengo idea de qué hacer...
— Bueno, ¿podías intentar recuperar tu trabajo? — le bromeó Francine — Seguro Alchemax querrá a un fenómeno que dispara rayos.
— Francine, hablo enserio... — le dijo — Ya no... nada podrá volver a ser como antes...
— Oh... pobre bebé... — dijo la mujer, acercándose a él — Ya sé lo que tú necesitas...
— Francine, ¿me estás escuchando? — le preguntó Max.
Pero la mujer se había acercado demasiado a él.
— ¿Qué? — le preguntó — Solo te besaré y te haré sentir mejor...
— Por favor... no...
— ¿Cuál es el sentido de vivir si uno no vive el peligr...?
Ella lo besó.
Grave error.
La electricidad de Electro comenzó a freírle la piel, los músculos... sesos...
Todo...
Y entonces, ella cayó al suelo.
Muerta.
Max miró su cuerpo por unos instantes. La cantidad de electricidad que liberó había quemado todos los focos del apartamento.
Lo único que daba luz... era él.
Esa luz... que había asesinado a su única amiga.
Esto enfureció a Electro.
Lo enfureció mucho.
Lanzó un gran grito de dolor...
Y salió del apartamento, cayendo en la calle.
Empezando a causar un montón de destrozos.
Liberando una gran cantidad de energía que jamás pensó liberar.
Estaba molesto con el mundo. Ellos le había hecho esto.
Lo habían convertido en un monstruo.
— ¡Vaya! ¡Tranquilo, chispitas! — dijo Miles, aterrizando sobre un poste — ¡Que tal si te calmas antes de que te quemes un fusible!
— ¡Hombre Araña! — dijo Electro, al verlo.
Miles Morales, el único Hombre Araña capaz de dañarlo gravemente.
Cuando se enfrentó a él, su Poder de Veneno había provocado una anulación de sus poderes.
Pero... eso fue mutuo. También dejó a ese Hombre Araña débil.
Solo debía...
— ¡Esto es su culpa! — gritó el villano, cargando toda su electricidad.
— ¡Algo me dice que estás enojado! — dijo Miles, activando su Bioelectricidad — ¡Pero, no se el qué!
— ¡Voy a matarte!
Entonces, Electro liberó toda su electricidad hacia el joven héroe.
Miles se movió rápidamente y esquivó el rayo.
Comenzó a acercarse hasta el villano y lo tiró al suelo, ambos estrellándose contra un poste de luz.
— ¡¿Por qué no terminamos esto rápido?! — preguntó Morales, tomando a chispitas de los brazos.
Y así, las ambas electricidad comenzaron a chocar.
Anulándose entre sí.
Pero... en ese momento, Electro estaba furioso.
Comenzando a absorber la electricidad del poste de luz.
Toda la electricidad que podía.
Mientras Miles comenzaba a quedarse sin energía, Electro comenzaba a recuperar la perdida.
Morales se sorprendió al ver que no le hacía daño... no estaba funcionando.
Y entonces... se quedó sin Bioelectricidad.
Electro sonrió y le dio un poderoso golpe, haciéndolo volar varios metros lejos, hasta estrellarlo contra unas escaleras de emergencias.
Max comenzó a absorber más y más energía, mientras gritaba lo más fuerte que podía al cielo.
Se sentía poderoso.
Invencible.
Que nadie podía pararlo...
Hasta que un coche se le fue lanzado encima.
El verdadero Hombre Araña había llegado.
— ¡Estaba viendo una horrible película de espías! — dijo Peter, observándolo — ¡Así que, primero te agradeceré por hacerme levantar del sofá! ¡Y luego de patearé la cara!
Electro hizo estallar el vehículo y se elevó en el aire.
Vio al castaño y su furia aumentó aún más.
Mucho más.
Se impulsó hacia él, listo para taclearlo.
Para destruirlo.
Pero, lo que no se dio cuenta, es que eso era lo que el superhéroe quería que hiciera.
Peter disparó dos redes al hidrante que tenía encima y tiró de esta.
Liberando todo el agua sobre Electro.
Esto lo tomó por sorpresa.
El agua lo afectó... mucho más de lo que creía.
Provocando que cayera al suelo.
Derrotado.
Otra vez...
— Siempre funciona... — dijo el Hombre Araña — Espera, si el agua te afecta, ¿cuándo fue la última vez que tomaste un baño?
Lo odiaba. Electro odiaba al Hombre Araña.
Y ya estaba cansado.
Logró ver el mismo poste de luz de donde había absorbido la energía...
Y se fue a través de este.
Escapando de los dos superhéroes.
— Creí que ya no hacía eso... — dijo el castaño.
***
Estaba furioso.
Cansado.
Enojado.
Muy enojado.
Ya estaba harto. Iba a hacerlo.
Iba a acabar con el Hombre Araña.
Con Black Cat. Con todos
Eso planeaba.
Por eso, salió de un poste de luz que se encontraba enfrente de ese edificio.
Subió rápidamente hasta uno de los últimos pisos.
Intentó atacar...
Y volvió a quedarse quieto.
No iba a hacerlos.
Los veía.
Veía al Hombre Araña sentarse a un costado de ella y continuar viendo su película.
No podía atacarlos.
Solo verlos por un momento... e irse de allí.
Nuevamente.
¿Por qué?
— ¿Uh? — soltó el castaño, girando su cabeza.
— ¿Qué pasa? — preguntó Felicia.
— Nada... — le respondió — Creí haber sentido algo.
***
Alphabet City.
Un edificio en ruinas donde un grupo de ciudadanos, sin hogar, se alojan en ese lugar durante la noche...
Incluso, el fugitivo super poderoso de Electro.
Dormía, cubierto de periódicos.
Soñando con sus pesadillas de siempre.
Norman Osborn... siendo el titiritero.
Siendo la persona que lo convirtió en esto.
Quien arruinó su vida.
Y provocó su fin...
Además, de ver a sus compañeros super criminales.
De ese equipo de los Seis Siniestros... solo quedaba Electro.
Scorpion, Octopus y Mr. Negative estaban muertos.
Buitre estaba en Raft.
La armadura de Rhino había sido destruida por el Hombre Araña, por lo que la búsqueda de una forma de quitarle esa cosa había dado pasos agigantados.
Solo quedaba él...
Nadie más.
Osborn no paraba de reír.
Se reía de su miseria. De su pena.
De como era.
Y eso le enfurecía. Le enfurecía demasiado.
Tanto... que lo hizo despertar de su sueño.
Para darse cuenta que su electricidad.
Había comenzado a incendiar todo el edificio.
Y eso lo asustó.
— ¡¿Yo hice esto?! — gritó Max, sorprendido.
Los vagabundos comenzaron a correr, despavoridos, huyendo del fuego que se propagaba rápidamente por todo el edificio.
— ¡Maldito Osborn! — gritó Electro, yéndose de allí — ¡Ni siquiera puedo dormir!
Saltó y se fue del lugar.
Estaba seguro que algún superhéroe llegaría a ayudar a las personas.
Pero el no quería estar allí para verlo.
No quería pelear.
No tenía ánimos para eso...
***
Sin dinero.
Sin comida.
Sin un lugar dónde ir a dormir...
Chispiando sin parar.
De verdad deseaba que un policía apareciera y le disparara en la cabeza.
Pero, eso ni siquiera podría matarlo.
Las balas no le afectaban.
No podía hacer nada.
Solo quedarse allí...
Hasta que se dio cuenta de algo.
Miles Morales podía hacerle daño con su Bioelectricidad.
Y si podía controlar la electricidad... podía también absorberla...
Podía recargarse...
¿Qué pasaría si absorbía la electricidad de Electro?
Toda la electricidad.
Todo de él.
Era muy seguro que moriría...
Sí, moriría...
Pero... eso jamás ocurriría.
Ese tipo jamás aceptaría matarlo.
Era un héroe, después de todo.
No podía hacer nada más...
Seguiría con su maldición... para siempre.
***
¿Por qué busco alcanzar la energía pura?
Porque quería sentirse perfecto. Quería volver a ser lo que alguna vez fue. Un empleado y persona perfecta.
¿Por qué quería matar al Hombre Araña?
¿Por qué quería vengarse?
En un principio, era porque había impedido su venganza hacia los Osborn. Lo derrotó antes de que pudiera llegara a ese avión y lo hiciera estallar.
No le permitió matar a Harry y Norman Osborn...
Pero, esos dos ya estaban muertos.
Desde hace tiempo.
Entonces, ¿por qué buscaba vengarse del Hombre Araña?
Porque estaba molesto por su situación... y debía de buscar a un culpable.
Aunque no tuviera sentido.
¿En qué se había convertido?
¿Cómo había perdido tanto el rumbo?
Él era un monstruo.
No era un superhéroe.
Ni un villano.
Era un monstruo...
Y no podía hacer nada más... que actuar como un monstruo.
Pero, si era un monstruo, ¿por qué no los mata en su propio hogar...?
Porque no quería hacerlo.
Lo único que quería... era buscar un buen lugar donde dormir.
Y tratar de descansar un poco.
Porque ese día...
Y todos los días desde que se convirtió en Electro...
Habían sido muy largos para él.
***
— Hola — dijo una persona a su costado.
Electro abrió los ojos y volteó.
La reconoció de inmediato. Era esa nueva superheroína.
Silk.
Había aterrizado y se había sentado a su costado.
No sabía por qué, pero se puso a la defensiva.
Sus manos comenzaron a brillar.
— Tranquilo, amigo — le dijo Cindy — No voy a hacerte daño.
— ¡¿Qué?! — preguntó Electro, confundido.
— ¿Día difícil?
Electro no entendía a que se refería... hasta que noto que señalaba el montón de periódico que estaba usando para cubrirse.
— Sí... — respondió Electro, apoyándose en un contenedor — Estos días... todos los días lo han sido...
— ¿De verdad? — le pregunto — No lo parece.
— ¡¿Crees qué tener estos poderes es divertido?! — le pregunto, molesto.
Su ira hacía que la electricidad que lo rodeaba comenzara a aumentar.
— ¡Esta cosa...! ¡Esto es lo peor que me ha pasado! — le dijo — ¡Ni siquiera puedo descansar tranquilo sin incendiar un edificio!
— ¿Fuiste tú? Vaya... — dijo Cindy — Ya me preguntaba quién había sido...
Electro la vio y solo se enfureció más.
Para los superhéroes, los villanos solo era tipos sin sentimientos que solo buscaban hacer el mal.
Siempre insultándolos y menos preciándolos.
Diciendo cosas malas, sin siquiera pararse a preguntar si es que estaban bien...
O si es que tenían un motivo.
Y eso lo había cansado demasiado...
— ¡Voy a destruirte! — dijo Electro, elevando sus brazos.
— Eso me gustaría... — le dijo Cindy.
Max se sorprendió ante la respuesta.
— Sabes, antes de tener estos poderes... tenía una vida — le explicó Moon — Familia, amigos... un verdadero hogar...
Silk se levantó del suelo y miró a Electro.
— Pero, ahora... lo perdí todo en un abrir y cerrar de ojos — dijo Cindy — Seis años encerrada pasan factura...
— ¿Seis años...?
— Solo tengo un objetivo — le dijo — Encontrar a mi familia...
— ¿Por qué diablos me cuentas esto?
— Quería hablar con alguien y... bueno, los superamigos no siempre están disponibles — le dijo — Además, escuche que los malos son buenos escuchando.
Cindy Moon. Electro investigó de ella cuando apareció en las noticias.
Una chica que se creía muerta.
Él poseía todo tipo de información que había en las redes.
De ella, de su familia... y de lo que pasó con esta.
Sabía casi todo...
Y sabía que ella la había pasado mal.
También había perdido a su familia, amigos... lo había perdido todo.
Por culpa de sus poderes. Ambos compartían ese odio a estos.
Y lo liberaban de distintas formas.
Ella detenía a los tipos malos para desquitarse.
Él causaba estragos para desquitarse.
Los dos eran iguales en ese sentido.
Electro solo suspiro y se dio la vuelta.
— ¡Sigue sin importarme lo que sea que digas! — le dijo.
— Por eso dije "escuchar" — le sonrio Moon — No espero el consejo de un tipo malo como tú...
Sí, era un tipo malo
No... era un monstruo.
— ¡Me largo! — dijo Electro, empezando a flotar — ¡Si tratas de seguirme, te convertire en cenizas!
— Lo que digas...
Max se preparó para irse.
Sí, era un... ¿monstruo?
— Una cosa... — dijo Dillon.
— ¿Uh?
— Ellos viven...
Pero, eso no le impedía ser humano.
Porque él entendía muy bien el dolor de perder a sus seres queridos.
Al menos, así... le daría un poco de paz a esa chica.
Le podría dar fácilmente toda la información que necesitaba para encontrar a su familia.
Pero no quería hacerlo.
No era un héroe.
Pero, al parecer...
Tampoco era un monstruo.
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Este es un capitulo algo experimental, la verdad.
Probé una cosa que quería probar, así que no se si salió del todo bien jeje.
En fin, gracias por el apoyo y por siempre estar comentando!!
Hasta el próximo capítulo!
Publicado el 24/05/21
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