"El Hombre Araña es todo, menos invencible"

Hablaba la máscara del Duende Verde, mientras Norman se encontraba apoyado en una pared, con una copa de whisky en su mano.

"Pero a Parker... sí podemos destruirlo"

— No puedo... — dijo Norman, apretando sus puños.

"¡La traición es imperdonable! ¡Tenemos que enseñarle a Parker!"

Norman se arrastró hasta quedar enfrente de la máscara.

— Él podría unirsenos... — dijo Osborn — Ayudarnos...

"Sí logramos convencerlo..."

— Pero, si no... — tartamudeo — ¿Qué haremos?

"Enseñarle lo que es una pérdida en una pena... ¡Hacerlo sufrir!"

"¡Hacer que desee estar muerto!"

Osborn tomó todo el whisky que quedaba en su vaso. La sed lo consumía.

— Pero, ¿cómo...?

"Un guerrero astuto no ataque al cuerpo, ni a la mente..."

— ¡Dime, ¿cómo?! — grito en desesperación.

"¡El corazón, Osborn! ¡Primero hay que atacar a su corazón!"

***

— Hola, Felicia — dijo Gwen, llamándola por celular.

— Señorita Stacy — respondió la gata, mientras terminaba de estudiar para su examen — ¿Cómo va lo de borrar el historial?

— Esa es la cosa — dijo — No podré llegar a la estación hasta el festival de Unión Mundial...

— ¿Qué? — dijo la gata, levantándose de su asiento — ¿Por qué? ¿Te descubrieron?

— ¡No! No, claro que no — le respondió — Ese día, todos los oficiales, incluyendo a mi padre, saldrán a patrullar Times Square.

— La estación estará libre...

— Claro — continuo — Ese día entraré a la estación e insertaré el USB.

— Claro... bien, de acuerdo — dijo Felicia — Gracias por la ayuda, de nuevo.

— No tienes de qué preocuparte — le respondió — Yo me encargaré de limpiar tu nombre.

Después de decir eso, Gwen colgó la llamada.

Felicia volvió a sentarse. Él día donde todas las acusaciones que tenía en su contra llegarían a su fin estaba muy cerca.

Por fin se libraría de ese pasado que tuvo, cumpliría la promesa que le hizo a Ryan y volvería orgulloso a su padre.

— ¿Hablaste con Gwen? — pregunto Peter, desde la puerta del cuarto.

Felicia volteó lentamente hasta mirar a Peter.

— No... — dijo Felicia.

— "Señorita Stacy" — repitió el castaño — Esa era Gwen.

— Bueno, sí — aceptó, finalmente — Sí, necesitaba su ayuda para una cosa...

— Genial, ¿para qué?

— Conversación de chicas — le dijo Felicia — Ya sabes, cada mes las chicas...

— ¡Wow! — la detuvo Peter — De acuerdo, no es de mi incumbencia....

El castaño salió de la habitación, mientras Felicia se reía de la situación.

Luego de que este hecho, ella le contará acerca de todo. Incluso de Ryan. Le diría la verdad.

Solo debía esperar a que llegara el día.

***

Pasaron los días, hasta que llegó el momento.

Finalmente llegó el día del festival de Unión Mundial.

Según la información de Morgan Michaels, los inversores estarían allí. Eso solo significaría que el Duende Verde también aparecería en ese lugar.

Peter y Felicia debían alistarse si querían detener a ese sujeto en Planeador.

Aún sí eso significaba estar listos cuatro horas antes...

— Te dije que nos sobraría tiempo — dijo Felicia, con su traje puesto, mientras cambiaba los canales de la televisión.

— Podríamos salir a patrullar... — dijo Peter.

— Casi nadie roba a las seis de la mañana — le respondió — La espera será aburrida...

— Claro...

Felicia volteó y miró a Peter.

— ¿Estás bien? — le preguntó.

— Yo... — suspiro el castaño — Estoy de maravilla.

Estar sería la primera celebración que pasaría sin su tía May. Solo.

Después, llegaría el Día de Gracias, Noche Buena y Navidad... el día de Pascua, de los inocentes....

Nunca había pensado lo solitario que era celebrar algo sin la familia. Nunca pensó que llegaría a ese punto.

Entonces, el celular de Peter empezó a sonar. Era Eddie quien lo llamaba.

— ¿Qué haces tan despierto, hermano? — dijo Peter, contestando la llamada.

— ¡Hoy lo haré! — respondió Brock.

— ¿Qué?

— En el festival de Unión Mundial — respondió Eddie, emocionado — ¡Hoy le pediré matrimonio!

— ¡¿Qué?! ¡¿Enserio?!

— ¡Sí, hermano! — dijo — ¡Lo haré al anochecer! ¡Después de los fuegos artificiales!

— ¡Eso es increíble! — dijo Peter — Te deseo mucha suerte. A partir de mañana, tendrás que soportar a Gwen por el resto de tu vida.

— Ya lo he estado haciendo, hermano — respondió — Hablamos luego.

Peter colgó.

El castaño de sentía feliz por Eddie y Gwen. Al menos, algo salió bien después de todo. Pudo protegerlos. Tal vez no había salvado a su tía May, pero sí lo hizo con sus amigos.

Y era la verdad, los había salvado. No estaba fallando como superhéroe, lo estaba haciendo muy bien.

El castaño soltó un suspiro de alivio y fue donde estaba Felicia. Se sentó a su costado.

Y empezaron a ver la televisión.

***

Times Square se había llenado de más gente de lo habitual.

Enormes globos de personajes famosos se vislumbraba por las calles y la gente celebraba por doquier.

Y en un tejado cercano, el Hombre Araña y Black Cat estaban observando el lugar, esperando la aparición del Duende Verde.

Mientras vigilaban, Felicia estaba llamando a Gwen.

— ¿Todo en orden? — preguntó la peliblanca.

— Sí, ya estoy dentro de la estación — dijo — Te aviso cuando este hecho.

Gwen colgó la llamada y caminó hasta la recepción. Llevaba una bolsa con ella.

— Disculpe, señor — dijo la rubia — Vine a dejarle algo a mi padre.

— Bienvenida, señorita Stacy — dijo el señor encargado — Su padre se encuentra patrullando en este momento.

— Lo sé, quiero dejarse en su oficina.

— No tiene que molestarse en eso — le dijo — Yo puedo dejárselo.

Gwen trago saliva en ese momento.

— Me gustaría hacerlo yo — volvió a hablar — Es algo... personal.

El guardia la miró fijamente a los ojos. La rubia empezó a sudar de nervios.

— Por supuesto — dijo el guardia — Puede pasar.

Gwen suspiró y fue camino a la oficina de su padre.

— Esta es la última vez que acepto borrar los datos de una ex criminal — suspiro la señorita Stacy, mientras entraba al cuarto.

Allí, encontró un gran escritorio, con una computadora encendida.

— Papá, te he dicho que apagues las máquinas si no las usarás — dijo Gwen, dejando un trozo de pastel en el escritorio — Pero ahora, lo agradezco.

Gwen introdujo el USB en la máquina, lo cual hizo que se abriera una pestaña con un logo de un gato negro sonriente.

Este gato dio vueltas mientras una barra de carga aparecía y comenzaba a eliminar todos los datos relacionados con Black Cat.

La rubia miraba la puerta, en desesperación. Temía que alguien entrara de imprevisto y la atrapara con las manos en la masa.

Un ruido se escuchó de afuera de ma oficina. Un oficial estaba hablando con el conserje.

— Stan, necesitamos que limpie la planta baja — dijo el oficial — Gordon.... comió demasiadas donas...

— No se preocupe, oficial — dijo el viejo conserje — Cumpliré esta misión con todo el orgullo posible, señor

— Así se habla, sargento de limpieza — dijo el oficial, retirándose — Cumpla con su honorable labor.

El conserje agarró su balde y se ajustó su cinturón.

— ¡Excelsior! — dijo Stan, antes de ir rápidamente a limpiar el vómito.

Gwen quedó sorprendida. Los miembros de la policía se tomaban su trabajo muy enserio. Hasta los conserjes....

En eso, un pitido hizo que volteara a la computadora.

El gatito ahora tenga una sonrisa maliciosa, mientras reía. La barra estaba al 100%, lo que significaba que había funcionado. Se había borrado toda la información de los servidores relacionado con Black Cat.

Gwen sacó el USB, salió de la oficina y se dirigió a la salida de la estación.

Estando afuera, se dispuso a llamar a Felicia, pero algo la detuvo.

Una mano que la agarró del hombro.

***

Peter miraba fijamente a las personas celebrando. Ellos estaban felices, alegres de haber sobrevivido a la reciente catástrofe. El castaño los envidiaba mucho.

Pero entonces, una explosión lo hizo despertar de sus pensamientos. Fue en una calle cercana.

— ¿Qué fue eso? — dijo el castaño.

— Yo iré a ver — dijo Felicia, saltando.

La gata tenía un mal presentimiento. Si era Gwen la que estaba en peligro, nunca se lo perdonaría.

Peter vio como Felicia se retiraba, pero entonces, un cosquilleo lo hizo voltear.

Al ver, vio como el Duende Verde lo arrollaba con su Planeador y lo estrellaba contra un tanque de agua.

— ¡Feliz día de la Unión Mundial! — dijo el Duende.

— Duende... — dijo el castaño, levantándose — Sé lo que piensas hacer.

— ¿Lo sabes? — dijo el villano, riéndose — Bueno, significa que no te sorprenderá... ¡lo que está por pasar!

El Duende presionó un botón en su traje y, entonces, se vio una explosion en un edificio cercano.

Los escombros empezaron a caer del edificio, mientras las personas empezaban a correr despavoridos por la situación.

— Estas muy distraído, araña... — dijo el Duende Verde.

Peter vio la destrucción del lugar y como habían muerte un montón de inocentes.

El castaño apretó los dientes y saltó en contra del villano. Pero este lo recibió con un puñetazo y lo tiró al suelo.

El héroe trató de levantarse, pero el Duende lo volvió a estrellar al suelo, agarrandole del cuello.

Luego, acercó su puño a su cara y un gas empezó a salir.

— Duerme, arañita — dijo el Duende, entre risas — Tenemos mucho de que hablar cuando despiertes.

Peter lo miró con furia. Pero perdió sus fuerzas con rapidez. Sus párpados se volvían pesados.

Y su consciencia empezaba a desaparecer.

Hasta que se quedó dormido.

***

"Despierta, pequeño arácnido..."

Peter empezó a abrir los ojos. Las luces de los edificios le fastidiaba la vista. El cielo ya no estaba azul, sino negro. Y el gran astro blanco se cernía en lo alto.

El castaño sentía la máscara en su cara, así que no se lo había quitado. Eso era bueno. Pero aún así, no podía moverse.

"No esas muerto, aún... solo paralizado, temporalmente"

Peter volteo su rostro y lo vio. Vio al tipo con el traje verde y morado que lo representaba.

— Eres una criatura increíble, Hombre Araña — dijo el Duende — Tu y yo no somos tan diferentes.

— No somos... iguales... — tartamudeo el castaño — Tú eres un asesino...

— Bueno, a cada quien lo suyo — dijo, acercándosele — Yo elegí mi camino, tu decidiste convertirte en héroe. A la gente de esta ciudad, durante un tiempo, le apareciste divertido.

El Duende caminó y se paró enfrente del joven.

— Pero hay algo que aman más que a un héroe... — dijo — Ver que un héroe cae y muere en una hazaña...

— Tú...

— A pesar de todo lo que haz hecho por ellos, al final te odiarán — expresó el Duende — ¿Para qué te molestas?

— Porque.... es lo correcto...

— Esta es la verdad — dijo el Duende, apoyándose en la pares donde el castaño estaba sentado — Hay ocho millones de personas en la ciudad y esas prolíferas masas existen con el único propósito de levantar en hombros a la poca gente excepcional.

El héroe trató de levantarse, pero no podía.

— Tú y yo somos excepcionales... — dijo el Duende — Podría aplastarte como a una cucaracha ahora... pero te daré una oportunidad. ¡Únete a mí! ¡Imagina lo que lograríamos juntos! ¡Lo que tú y yo crearíamos! ¡O lo que destruiríamos!¡Y las muertes que causaríamos a inocentes, enfrascandonos en una y otra, y otra batalla egoísta hasta morir! ¡¿Es eso lo que quieres?!

El Duende miró fijamente al castaño.

— ¿Quieres participar? — le dijo — ¿O te quedas afuera?

— Tu eres el que está afuera, Duende... — le dijo el castaño — Fuera de tiempo...

Norman vio a Peter con decepción.

— Entonces no me dejas opción... — dijo el Duende — Mataré a todos los que amas.... Peter Parker.

El castaño vio sorprendido al Duende. Él ya sabía su identidad. Ahora todos sus amigos estaban en riesgo por su culpa.

— ¡Quiero que sepas algo, Hombre Araña! — dijo el Duende, subiendo a su Planeador — ¡Todas las muertes que ocurrirán esta noche... serán por tú culpa!

Entonces, Osborn huyó de allí, en camino de asesinar a todos los conocidos de Peter.

El castaño trató de detenerlo, pero no podía moverse. Solo tambalear y caer al suelo, patéticamente.

Se sentía impotente por no poder moverse. Impotente por no proteger a sus seres queridos. Por no poder salvar a nadie.

Y ahora, todos sus amigos podrían morir.

Entonces, el sonido de un gancho acercándose hacia donde estaba lo hizo despertar de sus pensamientos.

— ¡Hombre Araña! — dijo Felicia, ayudándolo a levantarse — ¡¿Estás bien?!

— Felicia.... — dijo Peter — El Duende Verde sabe quien soy....

— ¡¿Qué?!

— ¡Va a ir por ellos! — dijo Peter, desesperado — ¡No puedo moverme! ¡Tienes que salvarlos!

— Yo...

— ¡Por favor, Felicia! — gritó — ¡Por favor, no dejes que mueran!

La gata miró al castaño por un momento y luego lo bajó al suelo.

— No dejaré que eso ocurra... — dijo, mientras se retiraba del lugar.

Peter se quedo impotente en el suelo, rogando que nada malo le pase a ellos. Que sus amigos puedan sobrevivir a esto.

Solo pedía eso.

Felicia estaba movilizándose entre los edificios. La desesperación de la situación le hizo olvidar lo que le tenía que contar a Peter, pero lo que le había dicho hacia que tuviera sentido.

Mary Jane había desaparecido.

Y seguro el Duende Verde la tenía en algún lado.

Aún así, ella decidió llamar a Kong, para averiguar dónde se encontraba.

— ¿Hola? — dijo Kenny, mientras se limpiaba el sudo luego de haber terminado de entrenar.

— ¡Kong! ¡Tenemos problemas! — dijo la gata, al teléfono — ¡El Duende Verde sabe lo de Peter! ¡Irá por todos nosotros!

Felicia espero una respuesta, pero solo recibió estática.

— ¡¿Kong?! ¡Responde!

La estática siguió, lo cual hizo que se detuviera en seco.

— ¿Kong?

— Lo siento, King Kong no se encuentra disponible — dijo la voz maquiavélica del Duende Verde — Pero puedes ir a recogerlo a la siguiente dirección....

La llamada se cortó y, entonces, fue enviada a su celular la dirección de un lugar.

Era seguro que era una trampa, pero no tenía tiempo que perder. Había personas en peligro y no podía dejar que muriera más gente.

Ya no más.

***

Mientras todo eso ocurría, Peter empezaba poco a poco a tener una movilidad en su brazo derecho.

Justo a tiempo para responder una llamada que había estado recibiendo desde hace unos minutos.

— ¿Hola? — dijo el castaño, mientras intentaba moverse.

— ¡Peter, por fin respondes! — dijo una voz conocida — ¡Soy la madre de Mary Jane!

— ¿Señora Watson? — dijo el castaño, sorprendido — ¿Qué sucede?

— ¡Es mi hija! — respondió — ¡Ella no ha vuelto a casa desde hace horas!

— ¡¿Qué?!

— ¡No responde mis mensajes ni las llamadas! — dijo — ¡Estoy preocupada!

Peter dejó de escuchar lo que decía y colgó la llamada.

Si no había aparecido desde horas, significaba que el Duende ya había planeado esto. Ya sabía que se iba a negar.

Si aceptaba o rechazaba la propuesta no cambiaría nada.

Esto lleno de rabia al castaño.

Este siguió intentando volver a levantarse, pero seguía tropezando y cayendo. Si no podía mantenerse en pie, menos iba a poder balancearse.

Y mucho menos iba a poder proteger a sus seres queridos.

En ese momento, se sentía igual de inútil que antes de obtener sus poderes. En todo este tiempo, nada había cambiado.

Seguía siendo un inútil.

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Buenas chicos!!!

Espero que les esté gustando mucho como esta avanzando este arco ^^.

Ya no quedo mucho para que llegue a su final, así que espero le den a la estrellita :"D.

Nos vemos en un siguiente capitulo!!!!

Publicado el 11/01/21