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Empieza la Cacería

"Hoy daré una proclamación..."

Todas las pantallas de Times Square mostraban una imagen.

"Una declaración, más bien..."

La imagen de una silueta oscura, irreconocible.

"El objetivo es simple..."

La voz, también lo era. No se podía identificar quién era el que hablaba.

"El Hombre Araña que porta el traje rojo y azul..."

Podía ser Kingpin, Octavius, Electro o cualquier otro criminal al que de haya enfrentado.

"Quiero que acaben con él"

Una declaración de busqueda para todo asesino a sueldo de la ciudad.

"Una vez que lo maten, yo los localizaré para efectuar el pago"

Todo sicario, ladrón, mendigo o supervillano había escuchado el mensaje.

"Cambio y fuera"

No todos los días se puede ver como un criminal hackea las pantallas de uno de los distritos más importantes y lanza una amenaza.

Durante toda su vida como héroe, Peter Parker pensaría que eso era lo más normal del mundo.

Que un tipo malo le diga a los demás tipos malos que debían matarlo parecía ser hasta un chiste.

¿Quién no quería matar al Hombre Araña?

El problema, fue la cantidad.

Peter estaba seguro que había más de diez ceros en esa cifra.

Era una jugosa recompensa.

Tan jugosa, que era seguro que no solo los malos de Nueva York lo buscarían. Todo el mundo iba a hacerlo.

Podían venir de Europa, Asia, América del sur, o...

África.

Y bueno, de allí solo había una sola persona que podía venir...

— ¡Perdona! — dijo Peter, aterrizando sobre un poste de luz — ¡¿Cómo dijiste que te llamabas?!

— ¡Kraven, el Cazador! — respondió esa persona de gran cabellera, mientras le lanzaba una lanza al héroe.

Tenía una ropa hecha de piel de leon, además de un collar con varios dientes colgando.

— ¡Veo que le haces honor a tu nombre, Kravi! — dijo el héroe, esquivando la lanza y dándole una patada al villano.

Este salió disparado contra un contenedor de basura.

— Creo que es un eufemismo de tu programa — le dijo el castaño, descendiendo de cabeza — Dime, ¿los 0.5% de rating siguen gustandote?

— ¡Será mejor que te calles, Hombre Araña! — dijo Kraven — ¡Una vez que obtenga el dinero, podré colgar tu cabeza en mi pared!

— Mira como tiemblo de miedo — le dijo el joven.

Kraven se enfureció por esto y corrió hacia él. Peter se soltó de su telaraña y empezó a esquivar todos los golpes que le lanzaba ese tipo.

El héroe empujó al cazador y luego pegó sus pies al suelo con telaraña.

— ¡Ya he pensado en la manera en la que acabaré contigo, Hombre Araña! — dijo, con su extraño acento — ¡Voy a enterrarte en una tumba, dejándote en una gran agonía, mientras me divierto suplantando tu identidad! ¡Ya puedo oler el dinero por el aumento del rating debido a la nueva sección! ¡Se llamará, "Kraven, el cazador araña"!

— Porque me enfrento a tipos locos... — dijo el castaño, agachado la cabeza — ¡¿Hola?! Súper fuerza. Podría escapar del ataúd fácilmente.

— ¡¿Qué?!

— Deberías pensar en una mejor historia para contarme — dijo Peter, bostezando — Me aburres.

— ¡Maldito infeliz!

Kraven sacó un cuchillo y se liberó de la telaraña. Corrió en dirección del joven de Queens, quien, con solo un golpe, lo dejó inconsciente en el suelo.

Luego, lo arrastró hasta un poste y lo pegó con telaraña.

— Este tipo... — dijo Peter, viéndolo fijamente — Es imposible que alguien así pueda ponerme en peligro...

El héroe disparó una telaraña y se fue de allí.

Tal vez había exagerado un poco. Seguro que puros aficionados iban a ser los que iban a buscarlo.

Si ese era el caso, seguro podría encargarse de ello. Que ese tal Kraven haya sido el primero, era una buena señal.

***

En el subterráneo de Nueva York, unas misteriosas personas salían de allí.

Más que misteriosas, eran extrañas.

Muy extrañas.

Una chica, con un traje ajustado y una capucha en forma de panda.

Y un... ¿hombre hipopótamo?

— Oye. Panda-Mania — dijo Hipo, el hipopótamo, a su amiga — ¡Así que esta es la gran ciudad de Nueva York!

— Sí... — respondió esta.

— ¡Es sorprendente! ¡Y eso que es solo el subterráneo! — volvió a decir Hipo, emocionado — ¡Me pregunto cómo se verá la ciudad desde arriba!

— No olvides del porque estamos aquí — le dijo su amiga.

— Claro, claro... ¡el museo de cera de Nueva York!

— ¡No, tarado! — le dijo Panda-Mania, fastidiada — El Hombre Araña es el objetivo.

— Pero una vez que tengamos el dinero, iremos al museo de cera — dijo Hipo, feliz y empezando a subir la escaleras.

— Odio a este tipo — dijo la chica, siguiéndolo.

***

— ¿Cómo estás? — le pregunto Peter, a su amiga Felicia.

Ella seguía en el hospital, pero pronto le darían de alta.

— De maravilla — dijo la chica — Me siento como nueva. Los doctores dicen que es casi un milagro que me recuperará tan rápido.

— ¿De verdad? — pregunto el castaño — Después de que te escaparas, creí que pasarías mucho más tiempo aquí.

— Solo fueron unos rasguños y moretones... y una costilla rota.

— Pero sí que le diste una paliza al Buitre.

— No pude hacerlo sin ayuda — le dijo sonriendo — ¿Y cómo lo vas llevando?

— Ya sabes, todo bien... la escuela se está volviendo algo aburrida.

— Por fin hablas como alguien normal.

— ¡Oye!

— Me refiero... con ser el Hombre Araña — le pregunto su amiga — Ahora que ese tipo lanzó esa amenaza...

— No te preocupes, Felicia — le dijo el castaño — Yo podré encargarme de cualquier tipo que venga.

— Además, Miles esta ahí para ayudarte — le dijo la peliblanca.

— Es cierto, aunque su tarea en la academia Vision es muy complicada — dijo Peter — Apenas y la entiendo.

— No se compara con la tarea de Midtown — dijo Felicia, entregando un folder — Aquí tienes mi tarea, por cierto.

— Se lo entregaré al profesor Harrington — dijo — Ojalá y deje de contarme sobre como su esposa lo abandonó.

— No cuentes con eso.

— No lo haré — le dijo el castaño, levantándose — Nos vemos.

Peter empezó a caminar hasta la puerta.

— ¡Peter, espera! — le detuvo Felicia.

El castaño volteó y la miró fijamente. La chica solo volteó la cabeza.

— No es nada, olvídalo — dijo la peliblanca.

Peter solo sonrió y salió de la habitación.

La chica seguía sin poder decirle a su amigo lo que sentía. Cada vez que lo intentaba, sentía pánico.

No para de recordar el momento en que se prometió decirle. Cuando recibió aquella paliza del Duende Verde.

Estaba traumada por aquel hecho.

Tal vez para siempre.

***

Y uno de los bancos de la ciudad de Nueva York estaba siendo robado por nadie más, ni nadie menos, que un panda y un hipopótamo.

Este día estaba resultando uno muy extraño para el héroe de Nueva York.

Peter aterrizó enfrente del banco, justo a tiempo para cuando Panda-Mania e Hipo salían se allí.

Tenían grandes bolsas de dinero en sus manos.

— ¡Mira, Panda-Mania! — dijo Hipo emocionado y soltando las bolsas — ¡Es el Hombre Araña!

— Ya lo he visto, Hipo — dijo la chica suspirando — ¡Hombre Araña! ¡Te estuvimos buscando!

— Pues aquí me tienen — dijo Peter, mientras hacia una reverencia — El Hombre Araña a su servicio.

— ¡La recompensa que ese tipo puso a tu cabeza es muy jugosa! — volvió a decir la chica, mientras tenía una sonrisa de oreja a oreja — ¡Y quiero todo ese dinero para mi solita!

Entonces, la chica sacó un arma de tecnología Chitauri y le apuntó al héroe.

— Diras: "para nosotros" — le corrigió Hipo, sonriendole.

— Sí, para nosotros... — dijo, elevando los ojos al cielo.

Panda-Mania disparó un potente rayo que destruyó un coche que estaba cerca del castaño.

Este se estrelló contra una pared, debido a la onda expansiva de la explosión.

— ¡Vaya! ¡Esta cosa sí que dispara potente! — dijo Panda-Mania, revisando su arma.

— ¡Unos aficionados no pueden tener armas tan peligrosas! — dijo Peter, disparando una telaraña y quitándole el arma a la chica.

Entonces, el héroe empezó a correr en dirección de ellos.

— ¡Ahora usa tu arma! — le dijo la criminal a su compañero.

— ¡Por supuesto! — respondió este.

Hipo activo su arma, el cual era una especie de arma gravitatoria. El héroe quedó suspendido en el aire, sin poder moverse.

— ¡Bien! ¡Acaba con él! — dijo Panda-Mania.

Hipo empezó a mover su arma, estrellandolo al joven castaño contra el suelo y después, contra los vehículos estacionados de la policía.

— ¡Siempre... odie... esa... arma! — habla Peter, mientras seguía siendo estrellado por la máquina.

El héroe disparó una telaraña en la cara de Panda-Mania, impidiendo que está pudiera ver.

Esto hizo que Hipo se preocupara por ella y soltara el arma, ayudando a Panda-Mania a quitarse la telaraña.

— ¡Tarado! — dijo la chica, empujándolo — ¡¿Y el arma?!

— ¡¿Esta arma?! — dijo Peter, acercándose el arma gravitatoria con sus redes y destruyendola de un pisotón.

— Creo que acabo de perder el arma — dijo Hipo, rascándose la cabeza.

— No me digas...

Peter disparó dos granadas de telarañas, envolviendo a los dos criminales y dejándolos para la policía.

— Mi trabajo aquí está hecho — dijo el héroe, mientras se limpiaba las manos.

En eso, de entre los policías presentes, el capitán Stacy empezó a acercarse am Hombre Araña.

— ¡Hombre Araña, policía de Nueva York! — dijo el capitán, mientras le apuntaba con su arma — ¡Estás bajo arresto!

— Señor Stacy... — murmuró el castaño, mientras levantaba sus manos — Escuche, sobre su hija...

— ¡No hables de ella, maldito desgraciado!

— Sé que quiere culpar a alguien por su muerte — le dijo — Y sí, mi telaraña fue la que le rompió el cuello... pero el que provocó esa situación fue Norman Osborn.

Entonces, el castaño disparó una red y le quitó su arma.

— Por favor, entiendalo... — dijo el castaño, disparando una telaraña y retirándose de la escena.

Dejando a un capitán Stacy, frustrado y furioso.

***

— No puedo creerlo, bro — dijo Miles, comiendo una rebanada de pizza en lo alto de un edificio — No sabía que valía tanto dinero.

— Quien sea que haya mandado ese anuncio, tiene mucho más de lo que valgo — dijo Peter — Debemos investigar de quien se trata.

— Podría ser algún mafioso... o algún sujeto nuevo...

— Sea quien fuese... ahora los policías no son los únicos que me persiguen...

— Podría ser peor — le dijo Miles — Al menos el alcalde Jameson ya no parece odiarte.

— Sí, es verdad... — dijo Peter, echandose en el suelo — Por ese lado, todo está solucionado...

En ese momento, la cabeza de ambos empezó a cosquillear. Los dos héroes dieron un salto al aire, esquivando los disparos que les iban a dar.

Detrás de ellos, varios tipos armados se encontraban apuntándoles

— Ya no nos dejan ni comer tranquilos —dijo el castaño — ¿Y ustedes quienes son?

— ¡Es un placer conocernos, Hombre Araña! — dijo una voz, acercándose.

Se trataba de un tipo en traje. Un mafioso, en toda regla. Aunque su cabeza tenía una forma extraña.

— En el bajo mundo me conocen como HammerHead — dijo el sujeto — Doy el líder de los Maggia.

— ¡¿La vieja mafia de Nueva York?! — pregunto Miles, sorprendido.

— No es tan vieja — dijo Peter.

— Nos harían un gran favor si... se rinden — dijo el cabeza de martillo — El chico no tiene que preocuparse, nuestro objetivo es el otro.

— ¡Lo siento, viejo! — dijo Miles, activando su camuflaje — ¡Pero no dejare a mi amigo atrás!

El moreno se acercó rápidamente hacia HammerHead y activó su Poder de Veneno.

De un solo golpe, mando a volar al líder de los Maggia.

Estos vieron sorprendidos como su jefe caía al suelo, paralizado por la Bioelectricidad.

Miles y Peter aprovecharon esta distracción y empezaron a atacar a cada uno de los Maggia, hasta dejar a todos en el suelo.

— Necesito un respiro... — dijo Peter, bostezando.

— Viejo, has estado ocupado estos días — le dijo Miles a su compañero — Ve a casa a dormir.

— Sí, creo que eso haré... — le confirmo el castaño — Pero si alguien necesita ayuda.

— Mandarán un aviso en la aplicación del Amistoso Vecino — dijo Miles — Si las cosas se complican, te llamo, ¿de acuerdo?

— Está bien... — dijo Peter, yéndose de allí.

***

El castaña de balanceaba por las calles, en dirección del penthouse de Felicia.

Quería llegar a su cama y tomar una larga y merecida siesta.

Al día siguiente tenía clases y debía llegar a tiempo.

Además, de que debía de entregar la tarea de Felicia y explicarle a los profesores acerca de cómo su amiga iba a volver dentro de poco.

Aparte, de que...

Sus pensamientos se vieron interrumpidos con una explosión en su cercanía.

Varios coches habían estallado en la calle de al lado.

Parecía que no tenía más opción que ir a atrapar a los tipos malos de turno.

— ¡¿Dónde está el arácnido?! — gritaba una persona, encima de varios vehículos destruidos.

Este tipo con sobrepeso llevaba un traje café, con una especie de máscara con dos colmillos a los lados.

— ¡¿Quién se supone que eres tú?! — pregunto el castaño, caminando hasta él.

— ¡Yo soy Walrus! — grito el sujeto — ¡Y voy a acabar contigo!

— ¿Wa... Walrus? Osea... ¿morsa en Inglés?

— No me subestimes, tonto — dijo, sonriéndole — ¡Para tu información, tengo la velocidad, fuerza y agilidad proporcionada de una morsa!

— ¿"La velocidad, fuerza y agilidad proporcionada de una morsa"? — pregunto el castaño.

— ¡Así es!

— ¿Es en serio?

— Sí...

Peter empezó a soltar unas pequeñas risas, a lo que se convirtió en grandes carcajadas por lo ridículo.

Todo este día se había encontrado con tipos raros, pero este tipo definitivamente era el más raro de todos.

Un hombre morsa.

— ¡No te burles! — dijo Walrus, golpeándolo y mandandolo a volar contra un poste, cerca de los civiles.

— ¡Gran trabajo, Hombre Araña! — se quejó uno de los civiles — ¡Que gran trabajo!

— Me distrajo un momento — le dijo el héroe, levantándose — ¿Por qué no comienzan a huir despavoridos?

Walrus comenzó a correr en dirección del Hombre Araña. Planeaba taclearlo. En una situación normal, Peter saltaría y lo esquivaria, pero...

Esta no era una situación normal, para nada...

— Vete a dormir — le dijo Peter, deteniendo al sujeto con una mano, y lanzandolo contra un vehiculo.

Walrus chocó contra el automóvil...

Y quedó inconsciente.

— Je, casi extraño tener peleas más dignas — se dijo Peter, a si mismo — Aún recuerdo cuando tenía que sobrecargar a chispitas de energía, mientras me perseguía por toda la ciudad...

El castaño envolvió al "villano" en telarañas y se fue de la escena.

En dirección al penthouse.

Aunque tuvo que volver a otra calle, que unos tipos comenzaban a hacer destrozos, llamando su atención.

***

— Señor Parker — dijo el profesor Harrington a su alumno, después de que los demás compañeros se fueran del salón — Lo noto algo cansado.

— Son imaginaciones suyas... — dijo un Peter Parker, con un ojo semi abierto y el otro cerrado — De hecho, le traje la tarea de Felicia. Ella dice que volverá s la escuela dentro de poco.

— Siempre tan atento con ella — dijo el profesor.

— ¿Qué?

— Ay, el amor juvenil — dijo — Me recuerda mucho a mi ex esposa y a mi. Nos amábamos tanto... hasta que se largo con ese tipo, desabrido y patético. Bueno, comparándolo conmigo, él era una estrella de rock, pero yo si la amaba y...

La historia de este tipo era algo tan penoso, en muchos sentidos.

Peter solo dio media vuelta y siguió su camino, hasta la cafetería.

Necesitaba un café para despertarse, o tal vez algo más potente.

Al llegar al lugar, el primero en recibirlo fue Kong, quien le agradeció por ayudarlo en la tarea de mate.

Él estaba con Mary Jane, en una mesa algo apartada.

Y ambos miraban sorprendidos la cara del joven de Queens.

— Oye, Peter... — dijo MJ, viendo a su amigo — ¿Estás bien?

— De maravilla... — respondió el castaño, mientras se derretía en la mesa — Estuve haciendo muchas cosas últimamente...

— Tienes que dormir, Peter — le dijo la pelirroja — Parece que si te hubieran aplastado una manada de animales.

— No tienes idea... — le dijo — Por cierto, escucharon de lo que hablan.

— ¿Del viaje del próximo año? — pregunto Kong — Dicen que están entre Europa y México.

— Una vez fui con mi madre a México — dijo MJ, tratando de recordar esa experiencia — Solo recuerdo haber sido picada por muchos insectos.

— Yo nunca he salido del país... — dijo Peter, levantándose de la mesa.

— ¿Pero no fuiste a Alemania...? — empezó a hablar Kenny.

— ¡Los videojuegos no cuentan, Kong! — le interrumpió el castaño.

No podía decir que había ido a Alemania a luchar contra el equipo del Capitán América. O que fue a otro planeta a luchar contra Thanos.

Mary Jane no sabía su identidad... aún

Peter tenía planeado decirle, pero no sabía cuando ni como.

En algún momento.

En ese instante, el teléfono de Peter sonó.

En la aplicación del Amistoso Vecino, una persona informaba que un tipo que controlaba abejas estaba buscando al Hombre Araña.

Era el momento de que Peter Parker se hiciera cargo.

— Chicos, iré un momento al baño — dijo el castaño, levantándose — No me siento muy bien...

— Claro, ve — le dijo Kong — Que raro, y no comió nada.

— Hablando de eso... — dijo Mary Jane, viendo su bandeja — ¿Te comiste mi postre?

— Uh... creo que fue Peter.

— ¡Sí te lo comiste!

— Diablos...

***

En una de las comisarias de Nueva York, varios oficiales se encontraban investigando un asunto pendiente de Wilson Fisk.

Algo que no tenía sentido.

— ¿A qué te refieres con que su dinero desapareció? — pregunto el capitán Stacy.

— Así es, señor — respondió un oficial de policía — Según los informes, todos la fortuna Fisk desapareció de sus cuentas.

— Señorita Cooper — habló el capitán — ¿Tiene alguna idea de por qué desapareció el dinero?

— Yo... bueno, creo que los UnderGround debieron de gastarlo... — respondió esta joven policía, nerviosa.

Carlie Cooper acababa de entrar a la fuerza policial. Estaba nerviosa por estar aquí y sobretodo porque se le fue asignado el caso Fisk.

— Es imposible — dijo Stacy — Esto acaba de suceder. ¿Acaso está prestando atención a su caso, oficial Cooper?

— Yo no...

— Oigan... ¿por qué no nos tranquilizamos? — dijo un policía, entrando a la sala. Era el jefe del departamento policial — Capitán Stacy, ¿no cree que esta siendo algo duro con la oficial Cooper.

— Señor, solo deseo que la oficial Cooper de más del 100% — le respondió — Y con todo respeto, no creo que debería venir expresamente aquí solo para defender a su hija.

— No vine por ella, Stacy — dijo el jefe — Vine a decirte algo.

— ¿A mi?

— Has gastado muchos recursos de la policía tratando de atrapar al Hombre Araña.

— Él es un criminal que debe enfrentarse a la justicia.

— Lo único que he visto de ese tipo, el día de hoy, es que atrapo a un montón de criminal de distintos lados del mundo — le dijo el jefe, mostrando una lista — La única razón por la que es nombrado criminal, es porque tu quisiste.

— ¡Él mató a mi hija!

— ¡Baje la voz, capitán! — le gritó — Se lo mucho que querías a tu hija, pero tirarle toda la responsabilidad al héroe que nos salvó del Aliento del Diablo, me parece una injusticia.

El jefe Cooper dio media vuelta y empezó a caminar a la salida de la habitación.

— Retira la orden de búsqueda — le dijo — Ese héroe ya tiene suficiente estrés con esa amenaza de ese tipo misterioso.

El jefe salió, dejando un silencio en toda la sala.

El capitán Stacy no tenía opción.

Debía anunciarle a todo el mundo que el Hombre Araña dejaba de ser un objetivo de la policía.

Y ahora, jamás podría vengar a su hija.

_________________________________________

Muy buenas a todos los creyentes.

Espero que les haya gustado mucho este capítulo ^^.

Como habrán notado, hay muchas referencias a personajes menores de los comics, y habrán más en los siguientes capítulos!!

Este es apenas una introducción a lo que será uno de los arcos más grandes que haya escrito nunca!

Nos veremos en el próximo capítulo!

***

"Todo va saliendo de acuerdo al plan. Sabía que ninguno de los que aceptarían la oferta podría contra él. Nadie, excepto yo. Pronto, me enfrentare a ti, Peter. Tendré mi venganza por todo lo que me has quitado. Pronto, verás mi ira. Envenenaste mi vida. Ahora, envenenaré la tuya."

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