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¡Electro!

— A-Ayu...da... — suplicaba un sujeto, encargado de la electricidad que cayo en una pecera con anguilas eléctricas — Por...favor...sálven...me... 

Aquella persona intentaba moverse. Buscando la forma de salir de lo que quedó de la pecera gigante.

Sobrevivir a todo el intenso dolor que no paraba de sentir...

Pero no pudo.

Su cuerpo no dio más... y terminó falleciendo en ese lugar.

Sin ser salvado por nadie.

***

— ¿Cómo se llamaba? — preguntaba el fundador de Oscorp, Norman Osborn.

— Max Dillon — le respondió el científico Otto Octavius — Una horrible muerte.

— Muy bien, Otto... quiero que hagas que este accidente nunca pasó...

— ¿Qué? ¿Qué quieres decir?

— T-Todo esto... podría traerle problemas a la empresa y...

— ¡Norman! ¡No podemos hacer eso! — le reclamó — Esto fue un accidente. Ocultarlo así...

— ¡Otto! ¡Por favor...! Por favor... no podemos permitirnos más retrasos — le suplicó — En unos días tomaré ese vuelo con Harry y...

— Norman...

— Me quedó sin opciones con él... por favor, Otto...

— Y-Yo... está bien, Norman... está bien...

***

Mientras tanto, en la escuela Midtown, Peter Parker sufría, en la entrada de la escuela.

— Oye Parker, parece que llegaste con una increíble ropa, ¿Quién te lo regaló? ¿Tu abuela? — Todos empezaban a reírse.

Peter ya estaba acostumbrado a las burlas de Flash hasta el punto de que le daban casi igual. De todas formas, no podía hacer nada al respecto.

Sí intentaba defenderse otra vez, las personas volvería a sorprenderse de él y... las cosas no terminarían bien.

No quería tener ningún problema con su identidad secreta.

Solo siguió su camino hasta su casillero, donde se encontró con su mejor amigo.

Este se veía algo pálido, más de lo normal.

— Toca clase de álgebra, Peter — dijo Harry.

— ¿Hiciste la tarea? — le preguntó.

— P-Por supuesto que...

— Toma, no sigas — dijo Peter, dándole el cuaderno.

— Gracias amigo — dijo Harry agarrándolo.

— Para eso estamos.

— Los amigos no deberían darles las tareas a otros, sino decirles que se esfuercen — dijo Gwen, acercándose a ellos.

— Hola Gwen.

— ¿Que tal, Harry?

— Llegas temprano, Gwen — le dijo Peter.

— H-Hola Peter — dijo la rubia, algo nerviosa — S-Sí, llegue temprano.

Fue en ese momento de la conversación que se escuchó la alarma de la escuela, indicando el inicio de las clases.

— Hora de ir a clase y de copiar — dijo Harry, corriendo rápidamente al salón.

Gwen se acercó a Peter, mientras los dos lo veían alejarse.

— ¿Has notado a Harry actuar extraño últimamente? — preguntó la chica.

— Está algo pálido — le respondió el castaño — ¿Tendrá algo malo?

— Sí lo tuviera, ya nos lo habría dicho, ¿no crees?

— ¿Crees que esté tomando algo?

— ¿Harry Osborn? ¿Enserio? — bromeó la rubia — Eso suena muy poco creíble.

— Con Harry, cualquier cosa es creíble — rió Peter.

Dirigiéndose a su salón.

***

En un cuarto secreto en las instalaciones Oscorp, Max se encontraba envuelto en una bolsa.

El incinerador que había dentro indicaba que planeaban convertirlo en cenizas.

Los hombres que lo llevaron se veían claramente aburridos y somnolientos. Eso no les permitió ver como la bolsa comenzaba a brillar de un color azulado.

Y cuando se dieron cuenta... ya era tarde.

De un fuerte grito, Max Dillon destruyó la bolsa, electrificando a los guardias que lo llevaban, matándolos en el acto.

— ¿Q-Qué me está pasando...? — se preguntó, mientras caminaba torpemente por la habitación donde estaba.

Se sujetó de una pared y miró un espejo que había colgado.

Su piel había desaparecido por completo, observando un color azulado electrificante que envolvía todo su cuerpo.

Volteó y miró el incinerador encendido, entendiendo rápidamente la situación.

Se había convertido en un monstruo... y Norman Osborn trató de destruirlo.

— O-Osborn... Oscorp... no... ellos me... — tartamudeaba, mientras se arrastraba por la pared — T-Trataron de matarme, ellos... ellos me hicieron esto... ¡Me convirtieron en esta cosa! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué me pasó esto?!

Una electrificante ira provocó que volviera a soltar un gran grito, liberando una gran cantidad de electricidad. 

Todo el edificio Oscorp comenzó a parpadear.

Max, lleno de furia, empezó a golpear una pared, dándole, sin querer, a un cable de electricidad.

Sin previo aviso... terminó entrado a ese cable, siendo transportado por este.

Comenzó a viajar a una gran velocidad por los cables de electricidad, viendo una cantidad inmensa de archivos ocultos. Archivos sobre un tal V-252 o el GR-27.

Archivos que no le importaban.

De pronto, logró llegar hasta unas grabaciones de seguridad, escuchando la conversación entre Otto Octavius y Norman Osborn.

Más y más furia comenzó a sentir.

Quería vengarse... quería enseñarles lo que era sufrir como él había sufrido.

Y lo único que se le ocurrió fue vengarse arrebatándole algo que le importara mucho.

Su hijo, Harry Osborn.

***

En la escuela se encontraban en la hora de almuerzo. 

Harry, Peter y Gwen hablaban sobre distintas cosas. Fue en esa hora que algo comenzó a incomodarle al castaño.

Una especie de cosquilleo en su cabeza comenzó a aparecer. No tenía idea de que significaba, pero era realmente molesto.

Pensó en simplemente ignorarlo... hasta que algo ocurrió.

Todas las luces del comedor comenzaron a estallar, llamando la atención de todos los estudiantes. 

Pero antes de poder tener alguna reacción... el ser azulado salió velozmente de uno de los focos.

— ¡Vine a buscar a Harry Osborn! — gritó Max Dillon.

— Harry, corre... — murmuró el castaño.

— ¡¿Dónde está?!

— ¡Corre!

El menor de los Osborn no lo pensó demás y comenzó a correr, junto a sus compañeros.

El tipo azulado empezó a lanzar su electricidad por todos lados, asustando a todos los presentes.

Peter aprovechó toda la confusión y entró al baño, cambiándose su traje. 

Nada de esto tenía sentido para él.

¿Un tipo que lanzaba rayos por sus manos? Eso no era normal, no importa por donde lo veas.

— Muy bien — comenzó Max a levantar la mano — ¡Será por las malas! ¡Todos sentirán la ira de Electro!

— ¡Alto ahí, chispitas! — dijo el Hombre Araña, lanzándole sus redes a las manos de Electro — ¡Aterrorizar a los estudiantes no te dará puntos para ser rey del baile!

— ¡Cállate! 

Electro, rápidamente, disparó un poderoso rayo hacia el castaño.

Peter no tuvo oportunidad para reaccionar y recibió el ataque de lleno. Fue el golpe más fuerte que le habían dado.

Fue tan poderoso que lo mandó hasta el pasillo de la escuela, mientras los estudiantes corrían a su costado. Algunos lo veían y pensaban que era un payaso disfrazado o algo así.

Eso dañó un poco la moral del joven héroe.

— ¡Ay...! *desactivando el programa bebé en pañales* ¡Espera! ¡¿Quién rayos habla?! — dijo Peter, sorprendido — *Felicidades por pasar la etapa principiante de este traje, ahora puede usar todos los artilugios que carga* Ok, y... ¡¿Quién demonios eres?! *Soy la inteligencia artificial que porta el traje* Te llamaré Karen *Bonito nombre* Gracias.

El castaño saltó e intentó disparar sus redes para columpiarse, pero terminó lanzando varias bolas de telaraña. Esto sorprendió tanto a Peter que no se dio cuenta que caía de cara contra el suelo.

Se volvió a levantar, sobándose la cara, mientras miraba sus disparadores.

— ¡¿Qué le pasó a mis lanzaredes?! *Hay un total de 527 tipos de redes arácnidas* ¡¿Cuántas?! *Usted parece saber mucho de las redes, ¿desea dar un curso de repaso?* ¡¿Qué?! ¡No! ¡Mis amigos están en peligro! ¡Vamos!

El Hombre Araña corrió y abrió las puertas del comedor, viendo como Electro empezaba a destruir todo el lugar, manteniendo a varios alumnos cautivos.

— ¡¿Otra vez tú?! — le dijo este.

— ¡Soy una araña traviesa! — le dijo Peter, mientras esquiva sus ataques eléctricos trepándose en las paredes — Muy bien, Karen... ¿Cómo lo... lo derrotamos? *El ser parece estar hecho de electricidad, lo recomendable seria refrescarlo* ¡Me encanta esa actitud! 

Peter saltó y entró en la cocina, buscando algo de agua... encontrando un enorme paquete de botellas de agua.

— Karen, necesito una telaraña para poder lanzarle esta cosa *Se le ha seleccionado* Bien...

— ¡Desintegraré todo lo que me lances! — le dijo Electro.

— Muy bien, chispitas.... ¡Karen! *sí, señor

Disparó una red a la mesa que tenía al costado y se la lanzó a Max.

Este lanzó sus rayos y destruyó la mesa, sin dudar. Pero, sin darse cuenta, que detrás de la mesa, estaba el gran paquete de botellas de agua.

Electro terminó completamente mojado, cayendo al suelo.

— ¡Aquí voy! — le dijo el hombre araña, mientras lo envolvía en telarañas — Y toma un buen vaso de agua *Buen chiste* Gracias, Karen.

El Hombre Araña saludó a los estudiantes que lo miraban asustados.

Y se retiró de allí.

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