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Superior vs Scorpion

Balancearse era algo increíble.

Ben lo hacía con total naturalidad. Era increíble, ya que no había pasado ni veinticuatro horas desde que nació.

Otto se estaba balanceando a un costado suyo. Él también estaba sorprendido. 

Si Miles Warren lo había clonado, había tenido que robar su ADN. ¿Pero cuando?

Debió de ser antes de que borrara todo rastro de Peter Parker de su cuerpo. Eso explicaría como es que a Ben Reilly se le facilitara tanto usar sus poderes.

Pero no podía recordar ningún momento donde tomara su ADN. Solo podía pensar en su investigación a Anna María.

Una chica, bajita, y muy lista. Estudió en la escuela secundaria Alexander Pierce y se graduó con todos los honores. Entró a la Universidad Empire State y desde entonces lleva estudiando. 

Nada extraño.

Entonces, ¿por qué se había unido al equipo de laboratorio de Connors así de la nada?

Tal vez... ¿por qué es tímida?

No, no parecía serlo. Debía de ser por otra razón, ¿pero cuál?

Pensar en el tema del laboratorio, también lo hacía pensar en otra cosa,

Luego de la muerte de Miles Warren, ¿cómo iban a seguir con la investigación de la clonación? De hecho, lo más razonable era no seguir con ese tema, pero no podía llegar y decirles que Warren estaba muerto.

Solo quedaba mantenerse al margen... y encontrar a la mujer secuestrada.

— ¡Oye! — dijo Ben, llamando la atención de Otto.

— ¿Qué quieres? — pregunto Octavius, mientras se le acercaba, balanceandose.

— ¡¿Qué te parece una carrera?! 

— ¿Una qué?

— ¡Una carrera! — repitió — ¡Hasta ese gran parque en el centro de la ciudad!

— ¿Central Park?

— ¡Que nombre más obvio!

— Como los nuestros.

— ¡Bueno, hagámoslo! — dijo Ben, aumentando la velocidad — ¡El último es un huevo podrido!

— ¡Nadie hace esa broma hoy en día!

Otto disparó sus redes y siguió a Ben Reilly. Era un fastidio el tener que hacerle caso, pero no iba a dejarse ganar por un clon suyo... más o menos.

Disparó sus telarañas y comenzó a tomar la delantera de la competición. No era complicado. Era alguien Superior.

Ben, al ver que le estaban ganando, también intentó ir más rápido. Comenzó a correr por los edificios y a realizar grandes saltos, intentando adelantar a Otto. Pero no podía.

No pasó ni un minuto cuando ambos llegaron a Central Park.

Octavius en primer lugar y Ben en segundo.

— ¡Eso no es justo! — se quejó el clon — ¡Hiciste trampa!

— ¿Ah? — expresó Otto — ¿Y cómo hice trampa?

— Tú... bueno...

— Te lo dije, soy alguien superior.

— ¿Y eso qué significa? — preguntó Ben —Eres superior... ¿a qué?

— Superior a... bueno, a los demás héroes.

— ¡¿Hay más héroes en el mundo?!

— Algunos "héroes" son criminales buscados que fueron en contra de la ley — le explicó — En cualquier momento me encargaré de cazarlos a todos.

— Oh... — expresó el clon — Pero, ¿ellos ya no hacen cosas malas?

— ¿Uh? Bueno, pues sí.

— ¡Entonces son buenos tipos! — le señaló Ben — No deberías de encerrarlos, sino ayudarlos.

— ¿Ayudarlos? ¿Por qué?

— Si ayudan a las personas, significa que tratan de hacer lo correcto — le dijo — Querrán enmendar su error.

— Si a ti te hubieran robado, o matado a algún familia tuyo... ¿aún querrías que esos tipos estuvieran impunes?

— Bueno...

— En este mundo pasaron muchas cosas que no sabes — le dijo Otto, preparándose para balancearse — Los héroes salvaron al mundo a costa de las vidas de miles de inocentes. Deben de pagar por eso.

— Pero tú también mataste a mucha gente inocente.

Otto volteó y miró fijamente al clon.

— ¿Qué dijiste? — preguntó Octavius.

— Que lograron salvar a mucha gente inocente — dijo Ben Reilly — Estoy seguro que estarán arrepentidos de sus errores.

Otto entrecerró los ojos, mirándolo. ¿Había escuchado mal?

De pronto, un mensaje le llegó del Amistoso Vecino. Había un robo en progreso cerca de su zona.

— Muy bien, niño — dijo Octavius.

— Tenemos como la misma edad.

— Es hora de detener a algunos criminales.

Ambos arácnidos se balancearon en dirección de donde se estaba realizando el robo. Era en uno de los más grandes bancos de la ciudad.

La policía estaba rodeando el lugar. Y entre ellos, se encontraba Carlie Cooper.

Otto y Ben aterrizaron encima de un vehículo, al costado de esta chica. Ella soltó un grito de susto y luego una sonrisa de emoción.

— ¡Hombre Araña! — dijo Carlie, al verlo — Y... ¿un amigo?

— ¡Soy la Araña Escarlata! — dijo Ben.

— Larga historia — dijo Otto — ¿Cuál es la situación?

— Mac Gargan se encuentra ahí dentro.

— ¿Scorpion?

— Tiene rehenes y una bomba — le explicó la oficial Cooper — Lo detonará si no le damos lo que quiere.

— Siempre rehenes... — dijo Otto — Yo me encargo.

— ¡Oye! — dijo Carlie, haciendo que el héroe voltee a verla — Escucha, sobre la investigación del dinero de Fisk...

— ¿Fisk?

— Sí, sobre su dinero desaparecido... parece ser que no fue Otto Octavius quien lo robo.

— Después hablaremos de ese tema — dijo Otto — Ahora, debo encargarme de esos tipos.

Los dos héroes saltaron y fueron a la puerta del banco. Otto la abrió un poco y vio la situación. 

Scorpion estaba caminando de un lado a otro, amenazando a las personas dentro del lugar. La bomba estaba en el centro de la sala y tenía un contador. Faltaba poco tiempo para que detonara.

— Muy bien... — dijo Otto, volteando a ver al clon — Escucha, este es el plan...

— ¡Aquí voy!

— ¿Aquí qué?

Ben destruyó la puerta y disparó una telaraña en dirección de Scorpion. Esta red le dio en la cara, haciendo que soltara el botón de detonación manual.

— ¡Eres un tonto! — dijo Octavius, disparando una red y acercándose el control.

— ¡Hombre Araña! — se quejó Gargan, quitándose la telaraña del casco.

— ¡Araña Escarlata! — corrigió Ben.

— Es nuevo — dijo el Superior.

— ¡No me importa quien sea! — dijo Scorpion — Son muy inoportunos.

— Y tu muy clásico — le dijo Octavius — Acabaremos contigo.

— Veo que los rumores son ciertos — dijo el villano — Cambiaste, Hombre Araña.

— Madure.

— ¡Veamos que tanto te sirve!

Scorpion salto y trato de incrustar su cola en el pecho del héroe, pero este lo detuvo con su fuerza arácnida.

— ¡Yo me encargo del criminal acabado! — le dijo Otto al clon — ¡Deshazte de la bomba!

— ¡¿Acabado?! — dijo Gargan, ofendido.

— ¡En eso! — dijo Ben, corriendo hasta la bomba.

Scorpion jaló su cola, atrayendo al Hombre Araña hacia él. Una vez cerca, lo tomó del cuello y lo estrelló contra la puerta de la salida.

Octavius se levantó rápidamente, pero, aún así, fue pateado por Gargan, haciéndolo volar hasta estrellarse contra un vehículo policial. 

Otto se agarró la cabeza. Ese golpe le había dolido.

— ¡Miren a esta arañita! — dijo Scorpion, aterrizando encima suyo.

— No te confíes, Gargan... — dijo Otto, dándole un puñetazo.

Scorpion casi cae del vehículo, pero logro incrustar su cola en la parte delantera, manteniendo el equilibrio. Lastimosamente, le dio a unos circuitos que hizo que el vehículo avanzara a máxima velocidad.

El Hombre Araña vio cómo el auto iba directo hacia unos oficiales, así que movió el timón y esquivó a los policías, dirigiendose a las calles en un vehículo para nada dirigido.

Mientras tanto, Ben Reilly se encontraba revisando la bomba. 

— ¿Qué hago? — se preguntó el clon, viendo el temporizador.

Quedaban un minuto.

En ese momento, Ben notó como las personas seguían dentro del  banco, asustadas.

— ¡Oigan! — dijo el clon — ¡Salgan de aquí, rápido!

Los gritos del rubio hicieron despertar a las personas asustadas, corriendo a la salida, gritando y llorando.

No tardaron mucho hasta que no quedaba nada, pero al temporizador le quedaba treinta segundos.

Ben no sabía como deshacerse de la bomba, así que hacerla explotar sería la mejor opción.

Ya no había nadie en el banco, así que nadie saldría herido o...

— ¡Mamá! — gritó una niña, asustada en el piso.

Ben la vio, tirada y llorando.

Afuera del banco, una señora trataba de volver a entrar, pero la policía no le permitía.

Quedaban quince segundos.

Al clon no se le ocurrió otra idea.

Tomó la bomba con sus dos brazos y comenzó a salir del banco. Los policías lo vieron  empezaron a retroceder, asustados. Preguntándose que era lo que hacía ese sujeto.

Ben saltó y empezó a correr por las paredes de un edificio.

Corrió lo más rápido que pudo.

Cinco segundos.

Y cuando se le acabó la pared, dio un gran salto.

Y lanzó la bomba.

Esta llegó a cero y causó una gran explosión.

Esta llegó a alcanzar a Ben, quien se vio impulsado por la onda expansiva, estrellándose contra el suelo, fuertemente.

Las personas empezaron a acercarse.

Ben había creado un gran cráter por su caída.

— ¿Está muerto? — preguntó un policía.

— Escuché eso... — dijo Ben, mientras tosía del dolor.

Intentó levantarse, pero su cuerpo estaba adolorido, lo que hizo que cayera de rodillas.

Varias personas bajaron al cráter y lo tomaron de los hombros, ayudándolo a levantarse. Mientras tanto, otros le aplaudían y festejaban el hecho de que los había salvado.

Ben sonrió por debajo de su máscara. Se sentía bien que le celebraran. 

Se sentía como... algo nostálgico.

***

Octavius se encontraba en una pelea a alta velocidad contra Scorpion.

El villano verdoso intentaba incrustar su cola en el pecho del héroe, pero no podía darle. Otto esquivaba cada uno de sus ataques.

— ¡Deja de moverte! — se quejó Scorpion.

— ¡Eres demasiado lento, Gargan! — le dijo Superior — ¡Apenas y necesito esforzarme!

Octavius no podía creer que había confiado en él para tratar de derrocar a Osborn. Con razón había fallado. Mac Gargan era un completo inútil.

Y un gran estorbo. Si no hubiera sido por él, el Colisionador multiversal no hubiera atraído a las otras versiones arácnidas. Y tal vez, no hubieran puesto en peligro a toda la existencia...

A Octavius le pareció curiosa su cambio de actitud. Antes le había echado la culpa a Parker, pero ahora veía que en realidad había sido culpa de Scorpion.

Tal vez era verdad y la interfaz neural sí afectaba su mente.

— ¡¿Por qué no acabamos con esto, Gargan?! — preguntó el Hombre Araña Superior, dando un gran salto.

Scorpion vio como este saltaba del vehículo. En el aire, disparó una telaraña que llegaron hasta el auto. Otto aterrizó en el suelo y tiró de sus ruedes, deteniendo el vehículo y haciendo que Gargan se estrellara contra un poste le luz.

El villano trató de levantarse del suelo, pero vio como el auto policial era estrellado encima suyo.

Este explotó, dañando fuertemente a Gargan.

Pero no matándolo.

Muy poco después, llegó Ben, balanceándose.

— ¿Lo venciste? — preguntó el clon.

— Aún no... — dijo Otto, acercándose al villano.

Gargan intentaba quitarse el coche en llamas que tenía encima, pero no podía hacerlo. Su traje no le permitía moverse.

— ¿Vas a...? — empezó a preguntar Ben.

— Sí — respondió.

— Ok, no quiero ver eso — dijo Ben, disparando una red — Te espero en los edificios de allá.

Octavius vio como el clon se retiraba de allí y continuó su camino hasta quedar enfrente a Scorpion.

— Hola, Gargan — dijo el Hombre Araña, apuntando su arma en el mentón del villano.

— Maldito... — se quejó — Así que es verdad que... ahora...

— Tuviste tus oportunidades y seguiste este camino — le dijo — Espero que el infierno se apiade de ti.

— Miserable... no dejaré que un idiota...

— Cuidado con elegir tus últimas palabras.

— ¿Crees que me ganaste? — preguntó Gargan — No... no lo has hecho... no has ganado nada...

— ¿A qué te refieres?

— Prepárate para lo que se viene... no sabrás de donde llegó la destrucción.

— ¿Qué?

Scorpion acercó su cabeza hasta estar a centímetros de la cara del héroe.

— Tu fin será pronto... Octavius.

La bala fue dispara contra la cabeza de Gargan, matándolo instantáneamente.

Era imposible.

No podía ser posible...

¿Cómo supo que era Otto Octavius?

¿Quién rayos podía tener conocimiento de esa información?

Nadie.

Pero, entonces... ¿Cómo? ¿Cómo lo supo?

Esto no tenía sentido. Para nada de sentido. 

Octavius disparó una red y se fue balanceándose de allí.

Mientras los oficiales se acercaban para llevarse el cuerpo muerto de Scorpion.

***

Otto aterrizó cerca de donde se encontraba Ben Reilly, pensativo por lo que acaba de ocurrir.

— Oye, Peter — dijo Ben, levantándose la máscara.

Octavius no lo escuchaba. Esta pensando varias teorías del cómo podría tener conocimiento de su cambio de cuerpo.

Y si él sabía, ¿quienes más?

— ¡Oye! — gritó Ben, despertando a Otto de sus pensamientos.

— ¿Qué quieres? — preguntó Octavius.

— Quiero preguntarte algo.

— Dispara.

— Sí, es sobre eso.

— ¿Uh?

— Tu... ¿siempre matas a los malos? — preguntó Ben.

— Solo a aquellos que ya han cometido crímenes.

— Claro... pero, ¿por qué?

— Cuando vuelven a romper la ley, demuestran que son incorregibles — le dijo Otto — Así, no volverán a hacerle daño a los inocentes.

— Aún así, ¿no te sientes mal por...?

— No, para nada.

— ¡Que cínico! — dijo Ben, sorprendido — Me refiero... ¿y si algunos lo hacen por necesidad...?

— Pues deberían de conseguir un empleo — dijo Octavius — No hay excusas para ser un criminal.

— Yo creo que... debe haber personas que son así porque se ven obligados a hacerlo... — le dijo el clon — Tal vez... no deberíamos ser los que acaban con sus vidas...

— ¿Te refieras a un jurado?

— Sí.

— Hay gente que los tienen comprados — dijo Otto — Volverían a robar o matar fácilmente.

— Y por eso estamos nosotros — le dijo Ben — Para volverlos a atrapar.

— ¿Así piensas?

— Yo pienso que... un gran poder, conlleva una gran responsabilidad. 

Otto entrecerró los ojos, mirándolo fijamente.

— ¿De dónde escuchaste esa frase? — preguntó Octavius.

— De ningún lado... — dijo Ben, confundido — Solo lo pensé.

— ¿Lo pensaste?

— Sí, ¿por qué?

— Por nada... — le respondió — Hay que irnos de aquí. Tengo que ir donde el Dr. Connors.

— Claro, sí... ¿Quién es el Dr. Connors?

— Un científico con quien trabajo — respondió — Tengo que ver como va la situación en el laboratorio.

A Ben Reilly comenzaron a brillarle los ojos.

— ¡Es increíble!

— Ay, no...

— ¡¿De verdad trabajas en un laboratorio?! — preguntó Ben — ¡Debe ser genial estar tan cerca de todos esos materiales! ¡Oh! ¡¿Puedo...?!

— No.

— Eres muy duro con tus respuestas...

— No te llevaré al laboratorio...

— ¡Por favor, viejo! — le suplicó Ben — ¿Qué haré mientras estas en ese lugar?

— ¿Combatir el crimen?

Aunque tenía un punto. No podía arriesgarse a que se encuentre con Black Cat o el otro Hombre Araña.

Tal vez podría dejarlo encerrado en su escondite... pero no quería que tocara sus cosas.

— Sí, tienes razón — dijo Ben, caminando — Iré a detener algunos criminales.

— Espera.

Ante eso, el clon se dio la vuelta rápidamente. Y Octavius solo suspiró.

— De acuerdo, me acompañarás...

— ¡Genial! — festejó Ben, saltando.

— Pero tenemos que hacer algo para que no te reconozcan.

— ¿Eh? ¿Por qué? — preguntó.

— Porque yo lo digo.

— Que fastidioso... — dijo — Pero, está bien.

Ambos héroes saltaron del edificio y se fueron balanceándose de allí. En dirección del escondite y de buscar alguna forma de ocultar la cara del clon.

***

No se les ocurrió ninguna mejor idea.

Unos lentes, gorro y mascarilla. Fue lo mejor que pudieron pensar.

No estaba tan mal, pero no pudieron evitar que todos en el bus se le quedaran viendo.

— Esto es incómodo... — dijo Ben.

— Quisiste venir — le dijo Otto — No te quejes.

Bajaron en la parada de autobus y entraron a la universidad Empire State. Ben estaba fascinado por toda la infraestructura. Era sorprendente.

Caminaron hasta estar cerca del laboratorio, justo cuando Eddie Brock salía de allí, claramente enojado.

Otto lo ignoró, como siempre hacía cada vez que llegaba al laboratorio, mientras que Ben se le quedó mirando.

Y, aunque se fijaba en Brock, no pudo evitar chocar su hombro con el suyo.

— Lo siento... — dijo Ben, mirándolo.

— No te metas en mi camino — le amenazó.

— Tiene razón — dijo Otto — No lo vale.

— ¿Qué dijiste? — preguntó Eddie a Octavius — Cálmate un poco, Parker.

— Creo que tú deberías calmarte, Brock.

— Me largo — dijo Eddie, yéndose de allí.

Ben vio como se iba de allí. Por alguna razón, no se sentía bien.

— ¿Qué le pasa? — preguntó Ben.

— Perdió a su novia — respondió Otto.

— ¿De verdad? Pobre...

— No sé — dijo Octavius, entrando al laboratorio — No entiendo esas cosas del amor.

— ¡Llegas tarde! — dijo una voz.

Era Anna María.

— Aquí vamos... — suspiró Otto.

— ¡Escúchame bien, Parker! — continuó Anna María — ¡No voy a permitir que nos retrases a todos llegando tarde! 

— No llegué tarde... — dijo — Aún falta como treinta segundos.

— Llegar por tan solo treinta segundos no significa llegar a tiempo.

— ¿Quién es ella? — preguntó Ben.

— Una loca — respondió Otto.

— ¡No estoy loca! — dijo Anna María — ¿Y quién es él?

— Un amigo, él... quería ver el laboratorio.

— ¿Y qué tiene en la cara?

— Esta con gripe.

Ante eso, Ben fingió un estornudo. El estornudo más falso de todos.

— Ya... veo... — dijo Anna María.

Se lo había creído.

— ¿Dónde está Connors? — le preguntó Octavius.

— Fue a buscar a alguien que limpie el desastre — dijo la chica, caminando hasta sus apuntes.

— ¿Qué desastre?

Marconi señaló a un lugar, a lo cuál ambos voltearon a ver. Había un montón de recipientes, con una fórmula tirada por todo el suelo.

— ¿Qué pasó? — preguntó Ben.

— Eddie Brock — dijo Anna — Enloqueció y tiró todo eso...

— ¿Qué era? — preguntó Otto.

— Un limpiador de genes... — dijo — Creo que él había ayudado a crearlo...

— Oh...

Toda la sustancia estaba desperdigada. Un limpiador de genes sería algo que realmente serviría para eliminar sus poderes. Era una suerte que ya no existiera más de esa cosa.

Otto caminó hasta Anna María y empezó a leer sus notas y ella estaba claramente fastidiada con su presencia.

Mientras Ben, empezaba a pasearse por el laboratorio, viendo todos los experimentos que se hacían allí.

— ¿Qué haces...? — preguntó Anna María.

— Leo tus notas — respondió Otto.

— Ya sé, pero... ¿por qué?

— Quiero ver que tan lista eres.

— ¿Eres idiota?

— Creo que es obvio que mi inteligencia supera a la de todos en esta sala.

— Tú... — dijo Anna María, apretando sus dientes — ¡Eres un engreído!

— ¡¿Qué?! — dijo Otto, sorprendido.

Ben volteó y comenzó a escuchar toda la discusión.

— Te crees superior a todos los que estamos aquí...

— ¿Y no lo soy?

— ¡No! ¡No lo eres! — respondió Anna María.

— Creo que minimizas mi inteligencia...

— Tu lo haces con todos — dijo — Nos menosprecias y haces que nuestros esfuerzos se vean como si fueran de niños pequeños.

— No es mi culpa no puedan seguir mis pasos.

— ¿Seguir tus pasos? — preguntó Anna María — ¿Si quieras has logrado avanzar con la investigación del Dr. Warren?

— Bueno, he estado ocupado...

— ¡No! ¡No lo has hecho! — le sacó en cara — ¡Yo sí he avanzado! ¡He logrado copiar el ADN de Connors! ¡Los he estabilizado! ¡Estoy a un paso de clonar su brazo!

— ¿Enserio lo lograste...?

— ¡Sí! ¡Y lo he hecho sola! — dijo Anna María — Sin tu "gran genio"...

— Es imposible...

— Mira mis notas, si quieres — dijo, señalando su cuaderno — Ahí está toda mi investigación...

Otto tomó el cuaderno y comenzó a leer los apuntes.

Era increíble. Había logrado estabilizar la clonación. Esto era un gran avance para la ciencia. Miles de personas que perdieron o nacieron sin sus miembros, podrían recuperarlos.

Esta chica lo había logrado. Ni siquiera con su conocimiento, Otto había logrado pensar en una forma de estabilizar la clonación.

— Sorprendente... — dijo Octavius.

Aunque había un problema. 

Según sus datos, la clonación perfecta se debería realizar mientras el feto estaba dentro del vientre. No a las personas ya nacidas.

Aún así, estaba cerca de eso...

— ¿Sorprendido? — dijo Anna María, quitándole el cuaderno — Es lo que puedo lograr sin tu torpe ayuda, niño.

Otto acaba de ser humillado. Y por una chica que le llegaba a la cintura.

— Creo... — dijo Otto, tratando de decir algo.

— ¿Eh?

— Creo que te debo  una... una disculpa...

— ¿Te disculpas? No creí que fueras de esos.

— Lamento mucho el haber... subestimado tu intelecto...

Esto fue un gran golpe al orgullo de Otto Octavius. No sabía como reaccionar.

— De acuerdo, te perdono — dijo Anna María.

— ¿Qué?

— Pero deja de creerte superior a todos —le dijo — Eres una persona, igual que yo.

— Yo... lo tomaré en cuenta... — dijo Octavius, caminando hasta Ben.

Este tenía una cara de sorprendido.

— Cierra la boca — dijo Otto.

— Ella te humillo — dijo Ben.

— Que la cierres...

En ese momento, la puerta del laboratorio se abrió.

Y una chica entró.

Era Mary Jane Watson.

Y estaba buscando a Peter Parker.

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Bueno chicos, espero les haya gustado ^^.

Si así fue, denle a la estrellita jeje

Nos veremos en el próximo capítulo!

Publicado el 23/03/21

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"Esperaba una mejor presentación"

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