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El Desafío de Screwball 2

Las cosas se estaban volviendo muy incómodas en el laboratorio de Curt Connors.

Aparte de que comienzan a preguntarse por qué el Dr. Warren no ha llamada, ni enviado nada las últimas semanas, había algo incómodo en el aire.

Connors había actuado normal esos días. Eddie Brock también seguía con su actitud de amargado cada vez que salía del laboratorio.

Pero entre él y Anna Maria... había algo incómodo entre ellos dos.

Sobretodo cada vez que estaban juntos.

Al principio, Otto creyó que no era nada extraño. Una cosa que era simplemente de su imaginación. Luego, simplemente dejó de pensar y miraba a Anna Maria.

Solo de reojo, evitando que ambos hicieran contacto visual.

— Demonios... — murmuró Otto.

— ¿Dijiste algo? — preguntó Anna Maria, dándose la vuelta.

— ¿Ah? No, nada... — respondió, avergonzado.

— Ah, claro... — dijo la chica, entre risas nerviosas.

Octavius posó la cabeza sobre la mesa. Se encontraba extrañamente nervioso.

Levantó la vista y vio cómo Anna Maria también lo miraba de reojo, para luego darse la vuelta rápidamente.

Era extraño está mezcla de sentimientos que tenía.

Sobretodo, cuando vio que estaba usando el collar que le había regalado la otra vez.

— Veo que te gustó el collar... — dijo Octavius, levantando la cabeza.

— ¡Oh! ¡¿Esto?! Sí, está bien — dijo Anna Maria, rascándose la cabeza — Me gustó el diseño.

— ¿Solo el diseño...?

— No... ¡quiero decir! ¡Sí, solo eso! — dijo la chica, ruborizada.

— Claro, es verdad —dijo Otto, entre risas, mientras sacaba otro collar de su bolsillo — También tengo el mío, solo que no soy de usar collares...

— Creí que...

— ¿Qué cosa?

— ¡Nada! No es nada...

— Claro, sí, sí...

En ese momento, el sonido de los megáfonos de la universidad sonaron fuertemente, causando daño en los oídos.

— ¿Qué está pasando? — dijo Connors, confundido.

— No tengo idea — dijo Otto, levantándose de su asiento.

"¡¿Hola?! ¡¿Esto funciona?!"

Era la voz de una chica.

— Reconozco está voz... — dijo Anna Maria.

— ¿Quién es?

"¡Hola a todos los estudiantes de la ESU! ¡Y a todos mis seguidores que están ahora mismo en directo!"

— ¿Seguidores? — dijo Otto, confundido.

"¡Aquí está Screwball! ¡Lista para un nuevo directo en mi página web!"

— ¿Quién diablos es Screwball? — preguntó Octavius.

— ¿No la recuerdas? — dijo Anna Maria — Cerca de navidades, el Hombre Araña la atrapó luego de una gran persecución.

— ¿Qué?

Otto no tenía conocimiento de eso. Nunca había escuchado de esa tal Screwball. 

"¡Todos los que están aquí deben de sentirse súper orgullosos! ¡Formarán parte de mi gran show!"

Anna Maria sacó su celular y entró a la página de Screwball. Allí, vieron como toda la universidad estaba siendo grabada por drones, mientras la criminal estaba encima de uno de los edificios de la sede.

Por las entradas, se podían ver a un montón de personas entrar, junto con armas.

"¡Y cómo invitado especial... tendremos el regreso del Hombre Araña a este show!"

— ¡¿Qué?! — dijo Octavius, sorprendido.

Él no había firmado nada para participar en su show.

"¡Te estaré esperando Hombre Araña! ¡A menos que quieras que todo el lugar vuele en mil pedazos! ¡Y está vez, no es una broma!"

En ese momento, los hombres armados entraron al laboratorio y apuntaron a los tres con sus armas. Octavius tuvo la suerte de tomar su mochila antes de que estos entraran.

"¡Y todo es más divertido con público en vivo! ¡Así que, Hombre Araña, no tardes o tus fans morirán del aburrimiento!"

Los sujetos armados comenzaron a llevarlos hasta el edifico principal de la universidad. Esto era un gran problema.

Él era el Hombre Araña.

Fueron llevados hasta un gran salón, donde todos los estudiantes de la universidad estaban reunidos en ese lugar.

Los tres fueron empujado y se sentaron casi en el medio de donde estaban todos.

— Peter — dijo Connors a Otto — Esto es malo... no podrás cambiarte.

— Ya lo sé... estoy pensando...

Había que tener muy mala suerte para que unos criminales ataquen la universidad dónde estudiaban.

Las probabilidades de que algo así ocurriera eran sumamente bajas.

— Peter... — dijo Anna Maria, agarrándolo del brazo.

Octavius se sonrojó ante eso. No podía creer que tuviera esa reacción en un momento como este.

"¡¿Hola?! ¡¿Hombre Araña?! ¡Te estás tardando más que la última vez!"

Screwball seguía hablando por los megáfonos del lugar.

— Connors, necesitó ir a cambiarme — dijo Otto, sacando sus lanzaredes — Tengo una idea de que hacer...

— ¿Cambiarte? — preguntó Anna Maria.

— Anna Maria, te explicaré todo después — le dijo — Lo prometo.

Octavius abrió su mochila y sacó la máscara de este, para después ponérsela. Anna Maria se sorprendió al ver esto.

Alrededor de todos ellos, había un total de cinco hombres armados con ametralladoras. Un movimiento en falso y todos morirían por los disparos. Además, se encontraba un dron que volaba por sobretodos ellos.

Debía actuar con rapidez.

Y cuando el dron se posicionó encima del científico...

Otto dio un salto hasta el techo. destruyéndolo con sus puños. A los criminales les tomó un segundo darse cuenta de esto. Algo que el héroe aprovechó.

Disparó dos telarañas de impacto, pegando a dos criminales a las paredes.

Los otros tres levantaron las armas, pero Octavius logró disparar una granada de telaraña, pegando a dos de ellos.

Hasta que quedó uno. Este se asustó al ver que estaba solo. Estaba temblando.

El héroe no tuvo piedad y le disparó una telaraña de impacto, pegándolo en la pared.

Los estudiantes vieron sorprendidos este hecho. Había tenido al Hombre Araña entre ellos y nadie se había dado cuenta.

— ¡Todos, escóndanse en los salones de este edifico! — dijo Otto —Salgan cuando todo este seguro!

Los alumnos se levantaron y se fueron corriendo de allí. Excepto por Anna Maria y Curt Connors.

— Eres el Hombre Araña... — dijo Anna Maria, sorprendida — Sorprendente...

— Te explicaré todo, enserio — dijo Otto, acercándose y tomando su mochila — Connors, sácala de aquí.

— Marconi, hay que irnos — dijo el doctor.

— Sí — dijo la chica, volviendo en sí — Dale una paliza a esa loca, Araña.

Ambos empezaron a correr hasta los salones.

— Se lo tomó mejor de lo que pensé... — dijo Otto, sonriendo debajo de la máscara.

El Hombre Araña Superior se terminó de cambiar y saltó por la ventana, hasta llegar a la cima del edificio donde se encontraba la mujer loca.

— ¡Hombre Araña! — dijo la chica, emocionada de verlo — ¡Hola. Hombre Araña! ¡Saluda a mis seguidores!

Screwball sacó una cámara cable de su casco y comenzó a señalar al héroe con esta.

— ¡Miren todos! ¡El héroe de Nueva York ha llegado a para cumplir el desafío de Screwball!

— ¿Qué diablos te pasa? — preguntó Otto — ¡¿Poner en peligro a todas estas personas para ganar visitas en tu página?!

— ¡Lo de hoy son los retos extremos! — dijo, sacándole la lengua — ¡Ay! ¡Muchas gracias por esa donación de trecientos dólares!

— Ah...

— ¿Huh? Hombre Araña, PssDstroyer quiere que le mandes un saludo — dijo Screwball.

El héroe disparó dos redes a las piernas de la criminal y la tumbo al suelo, para luego este posicionarse encima suyo.

— ¡Oh! ¡¿No me digas que quieres otro beso?! — preguntó Screball.

— ¿A qué diablos te referías con volar la universidad? —preguntó Otto.

En ese momento, su sexto sentido se hizo presente, lo que le hizo saltar.

Una especie de tabla voladora casi le golpeaba. La pelirosa se levantó del suelo y se paró encima de su tabla.

— No me dejas terminar... — dijo la chica, limpiándose el polvo — ¡El desafío de Screball trata sobre buscar las tres bombas que se encuentran escondidas en cada edificio de la ESU!

— ¡¿Bombas?! 

— Sí, eso dije... ¡Tres bombas! — gritó Screwball — ¡Cada una de ellas posee tres cables! ¡Rojo, amarillo y azul! ¡Tendrás que adivinar entre una de esas para evitar que estalle!

— Estás loca...

— ¡No lo estoy! — dijo, mientras se reía alocadamente. Luego, de su cinturón, sacó un control y presionó un botón — ¡Tienes una hora para encontrarlas y desactivarlas!

— ¿Qué hace ese control?

— Oh, ¿esto? Enciende el cronómetro de las bombas — respondió la chica, abriendo el cierre de su traje y tratando de guardarla entre sus pechos.

Pero una telaraña le dio al control antes de que pudiera hacerlo y el control se le fue arrebatado de sus manos.

Otto lo agarró y presionó el botón...

Pero Screwball comenzó a burlarse de ese intento.

— ¡¿De verdad creíste que ese mismo botón detendría las bombas?! — se burló Screwball — ¡Por favor, ya no estamos en el primer desafío!

— ¡¿Entonces cómo detengo las bombas?! — preguntó Otto, tirando el control.

— Solo hay una forma de detenerlas...

— Eres una demente.

— ¡Tic, tac, superhéroe! — dijo Screwball — ¡Se te acaba el tiempo!

— ¡Maldición!

El Hombre Araña saltó y entró al primer edificio.

Debía de encontrar la primera bomba.

***

— Me duele la espalda... — dijo Anya, levantándose de su asiento.

La interfaz neural estaba encima de su mesa. La habían movido al cuarto de Miles y Ganke y había sido toda una odisea.

Pero, por suerte, habían tenido un gran avance. La interfaz estaba casi completamente desmantelada. Las partículas de Phin había servido mucho para crear las piezas necesarias para que funcionara.

Felicia y Miles terminaban de reparar uno de los pedazos de la interfaz, cuando alguien entró a la habitación.

— Tenemos un problema — dijo Ganke — Screwball volvió.

— ¡¿Qué?! — dijo Felicia — ¿Cuando escapó de prisión?

¿Quién es Screwball? — preguntó Peter, confundido.

— La chica loca en la tabla de surf — le dijo la peliblanca — ¿Recuerdas? Yo la atrapé antes de navidades.

¡Es verdad! ¡Ya recordé!

— ¿Qué está haciendo Screwball? —preguntó Miles.

— Hará estallar a la ESU en cuarenta minutos si el Hombre Araña no desactiva las bombas —dijo Ganke.

— ¿Octavius está alli?

— Sí, pero... parece que no ha podido desactivar ninguna... — dijo — Las tres luces del control siguen encendidas...

Necesita ayuda... — dijo Peter.

— Yo iré — dijo Felicia.

— ¡No! Si él te ve, podría matarte — dijo Miles — Yo iré. 

— ¿Estás seguro de esto? — pregunto Anya — Es peligroso.

— No tengo opción — dijo, mientras se ponía la máscara — Si no lo hago, morirán inocentes.

Miles saltó por la ventana y comenzó a balancearse por los edificios, rápidamente.

***

Otto estaba corriendo por los pasillos del lugar, mientras un dron comenzaba a seguirlo.

Ya había pasado media hora y no había podido encontrar ninguna de las bombas. Y no podía estar investigando casillero por casillero. Le tomaría demasiado tiempo.

Pero debía de seguir buscando.

Esto era malo.

— ¡Demonios! — dijo Otto, golpeando un casillero.

No tenía forma de saber dónde estaban. A este paso, todos morirían.

De pronto, el dron estalló y cayó al suelo, destruido.

— ¿Qué? — dijo Octavius, confundido.

De pronto, Miles desactivó su camuflaje y apareció enfrente de él.

— Morales... — dijo Otto, viéndolo.

— ¿Necesitas ayuda? — preguntó.

Octavius entrecerró los ojos, no entendiendo por qué estaba el héroe aquí.

— Hay tres bombas en los edificios de la ESU — dijo Octavius — Debemos encontrarlas y cortar alguno de los cables.

— ¿Alguno?

— Sí, esa desquiciada no me dijo cuál.

— ¡Es una locura! ¡¿Qué pasará si no cortamos el correcto?!

— No tengo idea, pero tenemos treinta minutos antes de que estallen.

— Bien, bien — dijo Miles, pensando en un plan —Iré al otro edificio camuflado e intentaré encontrar la bomba.

— Si nos dividimos entre edificios, quedaría una tercera en el principal — dijo Otto — Tendríamos que darnos prisa.

— Claro, sí...

Miles no había pensado bien las cosas. Si tan solo le hubiera dicho a Felicia que viniera aquí, no estarían tan cortos de tiempo.

Pero Peter...

— Bien, ve — dijo Otto, empezando a correr — Ten cuidado con los tipos armados.

— Sí, eso haré.

Entonces, el joven de Brooklyn activó su camuflaje y empezó a correr hasta el otro edificio

Morales aprovechó su Poder de Veneno para poder moverse rápidamente por los pasillos y salones. Esa era una gran ventaja suya.

Había un montón de tipos armados que solo sentían una gran ráfaga de viento, mientras eran paralizados extrañamente.

Pero la bomba seguía sin aparecer.

Hasta que, de pronto, vio una extraña caja encima del escritorio de un salón.

Al acercarse, abrió la caja y allí notó lo que era. 

Una pequeña bomba con la incripción "AIM" encima de esta. Y un contador que decía veintiún minutos. Se estaba quedando sin tiempo.

Ahora, debía de desactivarla...

Tres cables. Rojo, amarillo y azul...

— ¡¿Cómo diablos voy a saber cuál es?! — se preguntó a sí mismo, nervioso.

"¡Vamos, Hombre Araña! ¡Te quedan veinte minutos!"

Decía Screwball por los megáfonos.

— ¡Ya sé! — dijo Miles —Rojo, amarillo o azul... ¡Rayos!

Miles cerró los ojos y cortó uno de los cables, provocando que el contador se apagara.

— Uff...

Pero, de pronto, se prendió y ahora decía diez segundos.

— ¡Odio vivir! — gritó Miles, desesperado.

El moreno cortó otro cable rápidamente y el contador se apagó.

Esta vez, de verdad.

Miles se quedó quieto, unos segundos, esperando que este no se volviera a prender.

Y cuando no lo hizo, se tiró al suelo, cansado.

***

Octavius seguía buscando la bomba, abriendo casillero por casillero. Su tiempo se le acababa.

"¡Diez minutos! ¡Sí, escucharon bien! ¡DIEZ MINUTOS!"

Seguía hablando Screwball por el megáfono.

— Eres tan fastidiosa... — dijo Otto, abriendo otro casillero.

En ese momento, allí encontró una caja.

— Bingo

Otto lo abrió y encontró la bomba de AIM. La tomó rápidamente y arrancó el cable amarillo, desactivando la bomba.

— Bien... — dijo Octavius, tomando aliento.

En ese momento, Miles llegó lo más rápido hasta él.

— ¡Otto! — dijo Miles, arrodillado en el suelo — ¡Bomba desactivada!

— Esta también... falta una.

— Sí, lo veo...

— Muy bien, la última bomba...

— Hay que buscarla.

Ambos saltaron del edificio y se fueron balanceándose hasta el edificio principal. Allí empezaron a buscar la bomba, entre los salones y casilleros.

Una por una, mientras el tiempo pasaba.

***

"¡Cinco minuto! ¡No nos decepciones, Hombre Araña! ¡¿O Hombres... Arañas?! ¡Oh, Carol09, gracias por la donación!"

— Esa chica es fastidiosa — dijo Anna Maria, escuchándola por los megáfonos.

— Marconi, ¿estás bien? — preguntó Connors — Todo esto vino de golpe y...

— No, está bien — dijo la chica — De hecho, algo me sospechaba...

— ¿Enserio?

— ¡Claro que no! ¡¿Desde cuando él era el...?!

En ese momento, Connors le tapó la boca. Miró a su alrededor y suspiró al darse cuenta que nadie les estaba prestando atención.

— Anna Maria, tienes que calmarte y no decir nada extraño — le dijo el científico, a lo cual ella asintió.

— Pero, ¿usted sabía...? — preguntó.

— Él me salvó la vida cuando me volví en el Lagarto... — dijo — Si no fuera por su ayuda, tal vez seguiría en Raft...

— Ya veo...

Anna Maria se sentó en el suelo, mientras suspiraba. Era mucha información para procesar.

Pero al sentarse, sintió algo cerca de su mano. Al voltearse, vio una caja extraña. 

Ella lo abrió y vio la bomba, con el cronómetro.

— ¡Ay, no es cierto! — gritó Anna Maria — ¡Aquí esta la bomba!

Los alumnos escucharon eso y, con terror, salieron despavoridos del salón. Anna Maria y Connors también salieron corriendo.

Otto y Miles vieron a todas estas personas correr a un lado suyo, lo cuál los confundio.

De pronto, los dos amigos de Octavius se acercaron hacia él, asustados.

— ¡¿Qué está pasando?! — preguntó Otto.

— ¡Peter! — dijo Anna Maria, al verlo.

— ¡¿Peter?! — dijo Miles, sorprendido — ¡¿Quién es Peter?!

— No tenemos tiempo para esto — dijo Otto.

— ¡La bomba! — dijo la chica — ¡Estaba en nuestro salón!

Los dos héroes se miraron entre sí y fueron corriendo hasta el salón.

Al llegar, vieron la caja abierta con la bomba allí. 

— ¡Bien! ¡Hay que cortar el cable amarillo! — dijo Otto.

— ¡Espera! — dijo el joven — ¡¿Y sí ese no es el que hay que cortar?!

— En el mío funcionó.

— Si cortamos el equivocado, el contador llegará a diez segundos — dijo Miles — Y si el siguiente que cortamos es también malo...

— Todos morirán... — dijo Otto, pensando en algo — Podríamos lanzarlo lejos, pero a qué distancia...

— Tengo una idea — dijo el moreno — ¿Recuerdas con qué vino Screwball?

Ante la pregunta, Otto abrió los ojos como platos.

***

Screwball estaba sentada en el tejado de uno de los edificios. Ella miraba a la cámara cable de su casco, mientras saludaba a sus seguidores.

— Y cómo decía, NoobMaster, tú solo dile lo que sientes y verás como ella cae rendida a tus pies... — dijo Screwball — ¡Oh! Tenemos un nuevo seguidor... ¿DuendeG121? Que raro nombre.

En ese momento, una telaraña llegó hasta su mano, lo que hizo que la chica cayera al suelo.

— ¡Oigan, ¿quién hizo esto? — pregunto Screwball, mirando por todos lados.

Ella intentó levantarse, pero alguien se puse encima de ella, agarrando su brazo y evitando que se moviera.

— Te atrapé — dijo Miles, desactivando su camuflaje.

— ¡Gracias, pero eres muy joven para mí! — dijo la criminal, intentando soltarse.

— ¡Hombre Araña! — dijo Miles, viendo a Otto acercarse.

El científico tomó la tabla y pegó la bomba en ese lugar. Ya solo quedaban segundos.

Apuntó hasta el cielo y encendió los motores del vehículo.

Este salió disparado hasta el cielo, a una gran velocidad.

Y fue cuando se perdió de la vista de todos cuando la bomba de AIM estelló en mil pedazos, creando una gran explosión.

— Una sola cosa de esas pudo hacer volar toda la manzana... — dijo Miles sorprendido.

— ¡Que gran explosión! — dijo Screwball, feliz — ¡Podría hacer videos de explosiones en el cielo!

Otto disparó una telaraña y le tapó la boca con su redes.

— Finalmente terminó esto... — dijo Otto, sentándose en el suelo.

— Sí, eso creo... — dijo Miles, suspirándose.

Y ambos se sentaron, viendo la gran explosión en el cielo.

Mientras Screwball forcejeaba inútilmente la telaraña.

***

La policía llegó a la escena y se llevó a Screwball a la carcel.

Y con suerte, se quedaría allí por mucho tiempo.

Otto y Miles se quedaron mirando como esto sucedía.

— Gracias por tu ayuda... — dijo Otto.

— Sí, yo... de nada...

— ¿Por qué viniste? — le preguntó — Sé que no te agrado.

— Y no me agradas — le dijo el joven de Brooklyn — Pero había gente en peligro...

— Sí, lo entiendo... seguiste la responsabilidad...

— Así es — dijo Miles, mirando al suelo — Y veo que es verdad lo que me dijiste.

— ¿Huh?

— Sobre que no matarías... me dijiste la verdad... 

— Sí, trato de... honrar un legado...

— Sobre tu amigo, ¿no? — preguntó Miles.

— Su nombre era Ben Reilly... — dijo Otto — Murió dando su vida por la mía...

— Es duro...

— Lo es... — dijo — Sobretodo cuando es por culpa de uno...

— Sí... — dijo Miles — Creo que... debo irme...

— Claro, sí... — expresó Otto, levantándose — Yo debo... explicar algunas cosas...

— Suerte con eso...

Miles saltó y se fue balanceándose de allí. Otto solo miró al horizonte, viendo como el sol se ocultaba en este.

Había sido un día muy largo para él. Necesitaba descansar un poco.

O comer algo.

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Buenas!

Un curioso capitulo donde exploró más las relaciones entre los personajes jeje ^^.

Espero les haya gustado!!

Y hasta el próximo capítulo!

Publicado el 15/04/21

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