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Secreto

Y así es como empieza mi tercer acto.

Una extraña cuerda rodea mi brazo y jala de el. Volteé, pero la mujer pasó rápidamente a mi costado, quitándome la máscara que tenía en mis manos.

Traté de gritar, pero la chica me tapó la boca y me tiró al suelo. No podía moverme. Estaba quieto en el suelo, mientras esa chica de cabellos blancos me miraba fijamente.

¿Cuánto tiempo había estado en mi cuarto? ¿Por qué estaba en mi casa? ¿Acaso descubrió mi identidad secreto?

Eso último fue algo tonto, era obvio que ella ya lo sabía.

— ¿Quién eres? — preguntó finalmente esa chica.

Estaba paralizado. No solo por el dolor en todo mi cuerpo, sino que estaba asustado por completo.

— ¿Quién eres? Responde — volvió a decir la chica — ¿Por qué tienes su traje?

Ella conocía al Hombre Araña.

— ¡Dime!

— ¡Uh puo aar cn so pso en oca! — dije con todas mis fuerzas.

Trataba de decirle que no podía hablar con su mano en mi boca.

La chica miró por toda mi habitación. Vio mis posters de los Vengadores y del Hombre Araña...

Y tan solo suspiró.

— Cuéntame todo — dijo, quitando su mano de mi boca.

Yo no dude para nada. Una vez quitó su mano, le conté toda la verdad. Como había encontrado el traje y todo lo que había estado haciendo con el traje.

— Y después de eso, acabé por enfrentarme contra Screwball... — dije, nervioso. La miraba fijamente y esta a mí. Me daba miedo — ¿Eres amiga del Hombre Araña? Perdona por arruinar tu debut frente a las cámaras...

— ¿Debut? Soy una heroína desde hace un tiempo... — suspiró la peliblanca.

— Quería devolverle el traje. Incluso pensé en contratar a Alias Investigation para buscarlo, pero... — dije, avergonzado — Era difícil de creer, además de que no tengo tanto dinero...

— Ya veo... — dijo la chica — Solo un chico jugando a disfrazarse...

Solo agaché la cabeza. Ella tenía toda la verdad.

— Aunque... — dijo — Acabaste haciendo un buen trabajo.

— ¡¿Ah?!

— Si alguno de los enemigos del Hombre Araña se enterara, la ciudad correría gran peligro — me dijo — Tal vez seas un idiota, pero tienes buenas intenciones.

— ¿Buenas... intenciones?

— Puedes llamarme "Black Cat" — dijo, extendiendo su mano.

Yo, nervioso, apreté su mano.

— El Hombre Araña y yo somos amigos y hemos pasado por muchas cosas... — dijo Black Cat — Pero algo pasó y decidió tirar su traje... Ahora, el mundo parece estar sufriendo una amenaza.

— ¿Una amenaza?

— ¿Los has sentido? — preguntó — Como si tu cuerpo se desgarrara, al igual que todo el mundo a tu alrededor.

— Es cierto... sí, los he sentido desde la tarde...

— No sé que está pasado, pero definitivamente es algo raro y peligroso — dijo Cat — Y, para empeorar, he perdido el rastro de la Araña. No puedo comunicarme con él.

— Pero, si aún está perdido... entonces... — dije, pensándolo — La que atrapó a Screwball.

— Fui yo — dijo, mostrando su brazalete — Hace tiempo que el Hombre Araña me dio varias trampas de telaraña.

En eso, Black Cat levantó la máscara y me lo mostro.

— La ciudad necesita un Hombre Araña — dijo la chica, dándome la máscara — Incluso si es uno falso.

— Ah...

— Estaremos en contacto para mantenernos informados y encontrarlo rápido.

— Pero... — dije, rascándome la cabeza — ¿Cómo se supone que voy a encontrarlo...?

— No tengo duda de que eres un idiota con buenas intenciones, pero aún así... — me dijo — No tengo intenciones de revelar su identidad... lo siento.

— ¿Una idea?

— "Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad"

— ¿Huh?

— Lo he escuchado varias veces, así que me lo sé de memoria — dijo — Es algo que ocasionalmente diría y probablemente sabes el significado de estas palabras ahora más que nunca, ¿no?

Responsabilidad.

Nunca lo había pensado de esa manera, pero...

Si eso es el peso de los gritos de esperanzas y de ayuda de la gente con el que carga el Hombre Araña cada día, lo entiendo...

Tan bien que apenas puedo soportarlo...

— Eso es algo, aunque no será la única pista — dijo la chica — Él es un hombre entre 15 y 16 años, castaño... una contextura parecida a la tuya...

Me empezó a explicar.

— Pero es más musculoso y apues... to...

— ¿Ah?

Black Cat caminó rápidamente hasta mi ventana. Tal vez solo fue mi imaginación, pero por un momento su cara se había puesto roja...

— En todo caso, no te sobreesfuerces, idiota — dijo la gata — Si las cosas se ponen muy rudas, sal de allí y llámame.

Ella intentó salir por la ventana, pero vi como casi perdía el equilibrio. Parecía como si estuviera cansada o adolorida.

Aún así, saltó por la ventana y se fue de allí, disparando su gancho.

A pesar de esta extraña conversación, estaba feliz de haber sido encontrado por Black Cat. Seguramente con ella, podría encontrar al Hombre Araña y devolverle su traje.

Y de pronto, mi teléfono sonó. Me había llegado un mensaje.

Emma:
"Hey, si no tienes planes mañana, vamos juntos al bouldering gym \ (゚ ヮ ゚) /"

— Si vamos juntos, me pregunto si seremos sólo nosotros dos... — dije, leyendo el mensaje — Solo nosotros dos...

¿Podría ser?

No, no podía ser...

¿Acaso era...?

¡¿Una cita?!

***

Traté de llegar a lo más alto del muro, pero no pude.

Resbalé y caí hasta el colchón, enfrente de la chica que me gustaba.

Como todo campeón.

— ¿Qué pasa, Yu? — dijo Emma, viéndome tirado en el colchón — ¡Supongo que el Hombre Araña no es tan especial como parece!

Ella soltó un pequeño grito y empezó a mirar a todas direcciones, viendo si no había nadie.

Por suerte, el gimnasio estaba vacío, así que suspiró aliviada.

Emma bajó hasta el colchón y me extendió la mano.

— Aquí — me dijo.

Yo tomé mi mano y me levanté ayudándome de ella. La estaba tocando. En ese momento, deseaba que el tiempo se detuviera por solo un minuto.

Ambos caminamos hasta el muro y empezamos a treparlo.

— Entonces, cuando Screwball te llamo, ella realmente te tenía como objetivo, Yu... — dijo Emma, trepando — ¿No sentiste nada de miedo?

— Claro que tenía miedo — le dije — De verdad pensé que iba a morir...

— Pero igual fuiste de todos modos — dijo — Eres realmente fuerte.

— ¿Fuerte...? ¡Para nada! — le dijo, incrédulo — Mis piernas no paraban de temblar y casi lloro.

De hecho, si lloré un poquito...

— Sí... y es por eso que eres fuerte... — dijo, bajando la cabeza — Si fuera tan fuerte como tú... sería más sincera conmigo misma...

Ella se soltó y cayó al colchón en el suelo.

— ¿Emma?

Me miró fijamente y luego miró a otro lado.

— Tengo algo que decirte... — me dijo, suspirando.

***

Ya no estábamos en el gimnasio, sino en la habitación de Emma.

Y no podía estar más nervioso y preocupado.

A pesar de haber sentido los distintos desgarres camino aquí y como nos preocupábamos por eso, ella casi los ignoraba.

Parecía ser que, después de lo de Thanos, estábamos más acostumbrados cosas extrañas.

Y, aunque el mundo estaba en riesgo, yo solo podía tener en mi mente la idea de estar en la habitación de Emma.

Seguramente se notaba mi sonrojo.

— Puedes sentarte ahí — dijo la chica, señalando una silla.

— C-Claro... — dije, nervioso.

Caminé y me senté allí.

Ella caminó y se sentó en su cama. Estaba también nerviosa y algo sonrojada.

— La verdad es... — dijo Emma, temblorosa — Que te he estado ocultando algo...

No había forma...

— Pero tengo miedo... miedo de que sí te lo digo, las cosas no vuelvan a ser como antes...

¿De verdad se me estaba confesando...?

Era imposible...

No debía de hacerme grande ilusiones.

— Yo... — dijo, nerviosa y sonrojada — Bueno, yo...

Sentía que mi corazón iba a estallar.

Esperando las palabras que me fuera a decir...

***

Felicia saltaba por los edificios todo lo que podía.

Su cuerpo adolorido por escapar del hospital provocaban que apenas pudiera moverse bien. Estaba muy cansada, pero debía encontrar a Peter.

Esos extraños temblores y desgarres se hacían cada vez más presentes y debía averiguar que fue todo lo que sucedió.

Saltó hasta un almacén de Industrias Stark, cuando algo le llamó la atención. Vi alguien a lo lejos.

Una persona balanceándose por las calles, mientras era perseguido por varios coches de policías.

Por un momento, había visto que el traje era diferente, pero ella estaba segura que era imposible.

Debía de ser Peter Parker, no Yu. Ese chico no podría balancearse como esa persona lo hacía.

Felicia:
"Yu, dame una mano. Creo que acabo de encontrar al Hombre Araña. Te envío mi ubicación"

Una vez mandó el mensaje Black Cat, un temblor se hizo presente.

Pero no era uno que provocaba esos desgarres.

Venía por debajo de sus pies.

Como unas explosiones debajo del almacén donde estaba.

Felicia saltó y esquivó a la persona que salía disparada desde el techo. Ella vio de quien se trataba.

Era el Buitre.

— ¡Adrian Toomes! — dijo la gata, viendo el villano.

— ¡¿Qué demonios?! — dijo el Buitre, viendo a la gata.

Desde las garras en los pies del villano, había una gran caja llena de reactores arc.

— ¡¿Cómo sabías que estaba aquí?! — pregunto Adrian.

— ¡Creí que te estabas pudriendo en prisión! — dijo Cat — ¡¿Por qué no dejas el regalo en su sitio, Santa Claus?!

— ¡No dejaré que arruines esto!

El Buitre comenzó a ascender, pero Black Cat disparó su gancho hacia la caja. Una vez disparó este, jaló y logró quitarle la caja.

Esta cayó al suelo, destruyéndose por completo y provocando que todos los reactores arc quedaran desperdigados por el suelo.

— ¡No! — grito el Buitre.

Ahora le era imposible llevarse todas esos reactores. No podía tomarlos uno por uno, no le alcanzaría el tiempo. Pronto, la policía iba a llegar al lugar.

— ¡Jefe, tiene que irse! — le decía el Chapucero, a través de un comunicador.

— ¡No! ¡Mataré a esa mocosa! — dijo, acercándose peligrosamente hasta la gata.

Felicia trató de esquivar el ataque, pero su cuerpo adolorido le pasó factura. No pudo moverse por el dolor.

Ella volteó y vio como el villano le golpeaba tan fuerte que provoco que destruyera una parte del edificio...

Y creara un gran cráter en el pavimento de las calles.

***

— Yo... la verdad yo... — decía Emma, nerviosa.

Yo no podía para de temblar. La tensión me estaba matando.

— ¡Estoy enamorada de Sarah! — dijo, finalmente.

Y yo... quedé petrificado.

— ¿Eh...? ¿Sarah...? — dije, pensativo...

Pensando...

Recordando...

Sarah.... Sarah era...

Y entonces, lo recordé. Sarah era la chica castaña que había visto el en vivo de Screwball. Estaba en el karaoke.

Emma estaba enamorada de ella, claro...

Espera...

— ¡¿Sarah?! — grité, sorprendido.

— ¿Te sorprendió? — preguntó Emma.

— No... bueno, sí... — dije, avergonzado y sorprendido.

— No se lo he contado a nadie — me dijo, con la cabeza baja — La verdad... es que yo tenía miedo...

— Ya veo...

— Pero, desde que entré al gimnasio boulder, me hice un poco fuerte — dijo — Mientras me enfrentaba a escalar, no me importaba lo que significaba ser hombre o mujer, era mi propia batalla, contra mi misma...

Emma volteó y comenzó a ver los trofeos que había ganado en diversas competencias.

— Aunque fue un poco, mis propias palabras... — me dijo — Me hicieron pensar que era genial...

— Sí...

— Pero, aún así... no era lo suficientemente fuerte como para contárselo a alguien...

— Emma...

— Pero... — me interrumpió — Estoy pensando en confesarme a Sarah.

Ella me miró y sonrió.

— Y al verte, me hiciste llenarme de valor — me dijo — ¡El valor para no huir de nada... no importa lo aterrador que sea el problema!

— Emma... — dije, sorprendido de sus palabras.

— Así que, Yu... — dijo, avergonzada — ¿Podrías ser mi mejor amigo de ahora en adelante?

— Por supuesto.

No se por qué, pero respondí casi de inmediato a su pregunta. De alguna forma, me sentía halagado de lo que me había dicho.

Ella sonrió alegremente. Era como si un gran peso se le fuera de encima.

Salto y me abrazó.

— ¡Gracias, Yu! — dijo, alegremente.

Yo solo la abracé.

— Todo saldrá bien... — le dije, mientras bajaba la mirada.

***

Me rompieron el corazón. La chica que me gustaba está enamorada de otra persona.

Pero...

Aún así...

¡Nunca me había sentido tan refrescado!

Caminaba por las calles de la ciudad con una sonrisa de bobo, feliz por alguna razón.

Emma confiaba en mí...

Ella me llamó mejor amigo...

Y aunque no sea su pareja, así está bien... siendo su mejor amigo...

Y puede que ser rechazado hasta sea algo bueno. Parecía que me daba ánimos a mi mismo.

— ¿Huh? — dije, revisando mi celular — Black Cat me mandó un mensaje con su localización...

Leí el mensaje y quedé sorprendido. Decía que había encontrado al Hombre Araña.

No era posible.

De pronto, un montón de vehículos policiales comenzaron a pasar a un costado mío.

Estaba cerca de la calle donde estaba la gata negra.

Tenía un mal presentimiento de todo esto.

Corrí lo más rápido que pude hasta la calle.

Volteé en la esquina.

Y vi como Cat salía volando a un costado mío, por culpa de un villano.

Lo reconocí de inmediato. Era el Buitre.

Este intentó ir hacía donde estaba la heroína, pero los policías empezaron a dispararle. El villano volteó y empezó a atacar con su alas mecánicas.

Yo corrí hasta Black Cat y la levanté del suelo, para luego llevarla hasta un callejón cercano.

Estaba completamente herida. Apenas podía moverse.

— Quédate aquí, buscaré ayuda — le dije, dejándola en el suelo.

— Vete de aquí... — me dijo.

— ¿Eh?

— No podrás vencerlo... morirás...

— Espera, solo tenemos que buscar a algún otro héroe... — dije — Tal vez llamar a más policías o...

— No creo que funcione... ese tipo es muy peligroso.

— Entonces lo asustaré — propuse, sacando el traje de mi mochila — El Hombre Araña lo ha derrotado antes... él...

— ¡Vete! — gritó — ¡No dejaré que mueras en vano...! ¡Tienes que devolverle el traje al Hombre Araña original!

— ¿Qué...?

— No sé si estará allí, pero... — dijo, dándome un papel con una dirección — Ve aquí, último piso... búscalo, por favor...

— No te dejaré aquí sola... tu morirás...

— Solo hazlo — dijo, intentando ponerse de pie, pero fallando en eso.

— Tu me dijiste que el Hombre Araña siempre decía que... "un gran poder, conlleva una gran responsabilidad", ¿verdad?

— ¿De qué hablas...?

— No soy el Hombre Araña... — dije, poniéndome la máscara — Soy un Hombre Araña falso...

— Yu...

— Y aunque no quiera hacer esto... aunque esté temblando de miedo... — decía, mientras me ponía el traje — Tengo la responsabilidad de hacerlo...

— No lo... hagas...

— La responsabilidad de ser... un héroe.

Y entonces salí del callejón.

Listo para enfrentarme a mi destino.

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