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Invitación

— Tú... — decía Emma, mirándome fijamente — Yu...

Ella había visto mis vendas. Las heridas que me hice al salvarla un día atrás.

— Es por eso... que faltas a la escuela — decía Emma — Además, eso explica el boulder...

Me había atrapado por completo.

— La identidad secreta del Hombre Araña eres... tu...

Por completo.

— ¡¿De qué estás hablando?! ¡¿Yo?! ¡¿La Araña?! — pregunté, tratando de quitarle la idea — Me hice estos rasguños al caer...

Ella mi miró con una cara incrédula. Yo estaba sudando sin parar.

— Bueno, tiene sentido... — dijo, dándose la vuelta — No hay manera de que seas un superhéroe...

Yo solo cerré los ojos y suspiré. Creí que había cambiado su idea de mi...

Aunque, cuando los abrí, vi como ella estaba revisando mi mochila que había dejado en el suelo.

Quise detenerla, pero ya era tarde.

Ella abrió mi mochila y vio el traje del Hombre Araña.

— Te atrapé — dijo, sonriendo victoriosa.

— ¡¿Qué?! — fue lo único que pude decir.

Entonces, la hora del examen empezó y ella salió corriendo hasta el salón.

Yo me quedé petrificado por un segundo, hasta que recordé que tenía el mismo examen, aunque no quería entrar.

Tenía miedo.

Pero igual, decidí ir al salón.

Y sufrir por mi examen.

Y sí que sufrí.

Durante todo el examen, no paraba de voltear a verla. Ella me miraba fijamente mientras resolvía su examen.

De por sí, no podía concentrarme en un día normal, pero en ese momento, no podía por miedo. Tenía la idea de que me iba a exponer, o a amenazar.

Si ella subía una publicación de esto en la web, entonces...

Estaba desesperado. De seguro el Hombre Araña nunca cometería un error así... y tampoco estaría sufriendo en una prueba como esta.

No estarías cansado como yo...

Los superhéroes son super, incluso en sus vidas normales...

***

En un almacén abandonado, se encontraba una persona. Alguien que estaba realizando experimentos con una especie de escudo de partículas morado.

Su nombre era...

— ¡Chapucero! — dijo una voz, entrando a este almacén.

El Chapucero volteó, asustado. No sabía que alguien estaba por ahí.

— ¡¿Quién es?! —preguntó.

— ¿Ya no me reconoces? — preguntó esta persona.

El ingeniero agudizó su vista, mientras este se acercaba, y lo reconoció.

— Adrian Toomes — dijo.

— El mismo Buitre — dijo — No has cambiado en estos cinco años.

— Creí que estabas...

— ¿Muerto? El estúpido de Electro casi me fríe por completo — dijo el Buitre — Tuve la suerte de escapar de la policía.

—Vaya... 

— Y veo que te mudaste de sitio...

— Sí, bueno... muchas cosas cambian en cinco años.

— ¿Tan mal va el negocio? — preguntó, el Buitre.

— Sin tu ayuda, apenas he conseguido tecnología para crear cosa... — le reveló — Estoy desesperado... ¡hasta estoy ayudando a los UnderGround!

— Uy, eso sí que es caer bajo... — dijo Adrian — Pero, para tu suerte, estoy aquí para ayudarte.

— ¿Me ayudarás?

— ¿Recuerdas ese golpe que nunca pudimos hacer?

— Por... Por supuesto...

— Creo que es momento de hacerlo...

— ¡¿De verdad?!

— ¡Claro! ¡El Hombre Araña no ha aparecido últimamente! — dijo — ¡Es el momento perfecto para realizar golpes!

— Pero... creí que... ¿y tu familia?

Adrian se quedó callado por un momento, mirando al suelo.

— No me enviaron ni un mensaje por tres años... — dijo — No tengo idea donde estarán... y ya no podrían darme más igual...

— ¿Entonces...?

— ¡Hemos vuelto al negocio! ¡Daremos este último gran golpe!

— ¡Bien! — dijo, el Chapucero, yendo a su computadora — ¡Buscaré toda la información que pueda sobre los reactores arc que siguen en Nueva York!

— Necesitaré nuevas alas...

— También me encargaré de eso — dijo — Me tomará tiempo, pero las tendré listas cuanto antes...

— Muy bien, Phineas...

Adrian comenzó a ver el lugar en donde estaban.

Sonreía, pensando en el gran golpe que darían.

***

Los resultados de mi prueba fueron tan malos que necesitaré aprobar con sobresaliente en mi examen final.

Eso era lo peor.

Pero esa fue la menor de mis preocupaciones...

Ahora, estoy bajo un árbol, en la ESU. Aquí fue donde Emma me dijo que viniera.

Estaba revisando mi billetera. Tenía idea de pagarle el chantaje, pero no creía que con un billete de cinco dólares serviría.

Aunque podría rogar...

— ¡Yu! — dijo Emma, caminando cerca de mí.

— ¡Emma...! — dije nervioso, al verla.

— No te preocupes... — me dijo, sonriendo amenazante — Mientras hagas lo que te digo, no se lo diré a nadie más...

Esto me sorprendió de sobremanera.

— Sígueme — me dijo, empezando a caminar.

Yo solo obedecí, temeroso.

No tenía idea de a dónde me llevaba o que era lo que estaba planeando, pero solo podía seguirla hasta un salón vacío.

Tenía un mal presentimiento.

Tal vez había alguien escondido debajo de las mesas... 

O una cámara oculta lista para poner las imágenes en línea.

— Pfft... — soltó Emma.

Yo volteé y la miré. Se estaba riendo de mí y de como estaba buscando las cámaras.

—¡Lo siento, lo siento! — dijo, entre risas — Solo te estaba tomando el pelo.

— ¿Eh?

— Esperaba poder recompensar a la persona que me salvó la vida, eso es todo.

— ¿Uh?

— ¿Podrías mostrarme el traje por un segundo? 

— Ah...

— No haré nada raro — le dijo, sonriendo.

— Bueno, está bien... — dije nervioso, mirando a todas direcciones, aún buscando una cámara y sacando el traje.

— ¡Ya te dije que no haré nada malo!

Emma sacó una pequeña maleta y la abrió. Había todo un set de hilos y agujas.

— No tenemos mucho dinero en casa, así que no podemos permitirnos comprar ropa nueva si se arruina en el entrenamiento — me dijo Emma — Y eso nos llevó a esto.

Tomó mi traje y comenzó a coser la parte rasgada del traje. Yo me quedé mirando. Era hermosa.

Así estuvo durante varios minutos, hasta que terminó.

— ¿Ves? — dijo, mostrando lo que había cosido — Quedó bien, ¿verdad?

La rasgadura casi ni se notaba. Le había quedado como si nunca se hubiera roto.

— Sí... — dije, agarrando el trjae — ¡Gracias!

No podía creer que Emma...

— Estás sorprendido, ¿no? — preguntó Emma.

— ¡¿Uh?! 

— Apariencias... — dijo Emma, suspirando — Todos siempre me dicen, "No pareces ser ese tipo de persona" y cosas así...

Ella tenía razón. No creía que tejer fuera algo que ella supiera hacer.

— Pero lo he decidido.

— ¿Qué? —pregunté.

— ¡Seré el apoyo del Hombre Araña! — dijo Emma, energética — Primero, con tus estudios. Tienes que sacar buena nota en el final, ¿verdad?

— ¡¿Qué?!

— Si el superhéroe del vecindario está luchando con sus pruebas, ¡entonces le ayudaré con clases particulares!

Eso me sorprendió demasiado. En otro tipo de situación, estaría completamente feliz de que Emma Pearson, la chica de la cuál me había enamorado, me ayudaría a estudiar para el siguiente examen...

Pero no era el verdadero Hombre Araña... su motivación era una completa mentira...

— ¿Estoy exagerando? — preguntó Emma, agachando la cabeza — Estoy siendo demasiado entrometida ahora mismo, ¿verdad?

— ¡N-No es eso en absoluto! —le dije, nervioso — ¡Serías de gran ayuda!

Aún así, acepté la propuesta.

Inimaginablemente, a partir de ese día... Emma y yo empezamos a estudiar juntos después de la universidad.

Las tardes y noches empezamos a estudiar y a resumir varios libros. Otros días, ella me enseñaba a tejer, por si se me volvía a romper mi traje.

Empezamos a hablar y a relacionarnos cada vez más y más... Teníamos muchas cosas en común.

Para alguien que nunca se había quedado después de la escuela, sentía como si hubiera sido transportado a un mundo paralelo.

Y como una estrella fugaz, esas tres semanas...

Pasaron en un abrir y cerrar de ojos.

***

Y así, en un día poco nevado, di mi examen final.

Y logré aprobar.

Había aprobado el curso que creí que tenía perdido.

— ¡Lo lograste, Yu! — dijo Emma, mientras chocábamos los chicno — ¡Felicidades por recuperarte!

— No podía haberlo hecho sin ti, Emma — dije, feliz — ¡Gracias!

— ¡De nada...! — dijo, también feliz — Hombre Araña.

Esto me tomó por sorpresa, lo que hizo que mirara a otro lado.

— ¡Emma! — dijeron unos chicos, a las afueras del salón — ¡Si ya terminaste de estudiar, vamos a divertirnos!

— Ahora que lo pienso, ha pasado mucho tiempo desde que tome un respiro — dijo Emma, estirándose y tomando su mochila.

Y comenzó a caminar hasta donde estaban sus amigos.

Yo la vi irse. Ya era la hora de que ella regrese a su mundo paralelo.

El mundo distinto al mío. Ese extraño mundo que yo no conocía muy bien.

Pero ella paró en seco.

— ¿Qué estas esperando, Yu? — preguntó Emma — ¡Vamos!

Yo quedé sorprendido de esto. Me estaba invitando a ir a su mundo. A ese universo que no conocía. 

Y esto me puso muy feliz.

Así que acepté.

Y fui con sus amigos.

***

Nos divertimos mucho caminando y llegando a un karaoke.

Allí, uno de sus amigos canto una canción de una forma que la destruyó por completo. Todos nos reímos al ver como su puntuación había sido la más baja de todas.

Yo también me reía.

Esto era muy divertido.

Seguro esto era lo que llamaban juventud y la pasaba sumamente bien. pero...

"¡De nada, Hombre Araña!"

He estado mintiéndole a Emma. Ella creía que era el Hombre Araña, pero no era verdad.

Necesitaba ser honesto con ella, pero... si lo hacía, los días como estos...

— ¡Yu! — me dijo Emma, despertándome de mis pensamientos — ¿Estás bien?

Ella estaba muy cerca de mí, lo cuál hizo sonrojarme mucho.

— L-Lo siento, no es nada... — dije, nervioso y alejándome un poco.

— Si tu lo dices, pero... tu cara estaba realmente pálida

— ¡Woah! — dijo una de las amigas. Era una chica castaña — ¡Todos, miren esto! ¡Es una locura!

Todos nos acercamos a ella y vimos el celular de la chica.

Parecía ser el "en vivo" de una chica. Tenía un traje deportivo, con un casco con líneas rosas.

— ¿Quién es ella? — preguntó otra chica del grupo.

— Dice que es Screwball — dijo la chica del teléfono.

"Hola a todos. ¡Aquí en vivo, el nuevo, súper y estimulante show que nadie pidió, pero que todos estaban esperando!"

"Tendremos un invitado súper especial para el día de hoy que todo el mundo morirá por ver!"

"¡¿Quieren intentar adivinar?!"

— No entiendo que tiene de raro... —preguntó uno de los chicos.

— Antes de que empezara el directo, puso extrañas imágenes de bombas... — dijo la chica castaña.

— ¡¿Qué?! ¡¿A qué te refieres?!

— ¡Guarda silencio, lo va a decir!

"¡Así es! ¡El invitado especial de esta noche, aunque no sea de noche, es...!

"¡El Hombre Araña!"

En eso, sacó un pequeño peluche del héroe y lo comenzó a abrazar.

Cuando dijo eso, comencé a sudar a mares.

"¡¿Estás viendo esto, Araña?!"

"¡He escondido algunas bombas alrededor de Nueva York que explotarán dentro de 2 horas!"

"¡Si no vienes a mi transmisión antes de que se acabe el tiempo, la gente estará... súper muerta!"

— ¡¿Bombas?! Ella tiene que estar bromeando, ¿verdad? — pregunto el chico.

— Pero, ¿y si habla en serio...? — dijo la chica.

Emma me miró preocupada, mientras yo tenía la mayor cara de miedo que pude haber formado.

"¡No te apresures! ¡El lugar de encuentro será... aquí!"

En eso, se escuchó una fuerte explosión en la lejanía.

Todos salimos del lugar para poder ver que había pasado.

Y al salir del centro comercial...

Vimos un gigantesco humo encima de un edificio.

"¡Te estaré esperando, Araña!"

Dijo, haciendo saludar al peluche.

Yo estaba a punto de desmayarme de la presión. Si no iba, muchas personas morirían por esas bombas.

— Yu... — dijo Emma, tocando mi hombro.

Yo volteé a verla. Estaba temblando.

Pero, aún así...

Sabía lo que tenía que hacer, aunque no quisiera hacerlo...

***

— ¡¿Screwball?! — dijo Felicia, desde la cama del hospital.

Estaba sola en su cuarto y se encontraba viendo el en vivo de Screwball, sorprendida de toda la situación.

Ningún otro villano había promocionado tal masacre en un directo de Internet.

Pero, aunque eso le sorprendía mucho, había otra cosa que le sorprendió más

Screwball movió su cámara hasta las calles de la ciudad. Allí, había una persona.

Tenía el traje del Hombre Araña.

En un inicio, pensó que era un fanático poniéndose en peligro... pero el traje era exactamente igual al de Peter.

Ese era el traje original...

Finalmente tenía una pista de ese supuesto héroe que tenía el traje de su amigo y debía de averiguar más.

Felicia miró por la puerta y sacó una cosa que había debajo de su almohada.

Era un gancho. Debía de escapar de allí.

Pero antes de que pudiera hacer algo, todo el mundo a su alrededor comenzó a sufrir una especie de pixelización.

Sintió como algo estuviera rasgando de su cuerpo. Como si fuera a desintegrarse. Y según vio en el directo, todo el mundo lo había sentido.

No tenía explicación eso que acababa de ocurrir, pero no la detuvo para abrir la ventana y saltar de allí.

Escapando del hospital.

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