Spider-Man En Busca Y Captura
-Ahhhh...-. Near negó, y sorbió su taza de café.
Mello le miró, frunciendo el ceño.
La tensión se puede cortar con una cuerda. ¡Nuestros héroes están nerviosos!
-Júrame que no usaste la violencia-. Dijo Mello, frunciendo el ceño.
Near le miró, y no contestó. Después de unos segundos, miró hacia otro lado.
-Tengo que ir a la universidad-. Dijo.
Mello miró al suelo, y negó.
-Si no confiamos en el otro..., Esta relación no podrá ir bien-. Dijo Mello.
-Quizás no debamos de estar juntos-. Dijo Near, y se levantó de la silla, cogiendo su mochila. -Adiós Mihael-. Se dirigió a la puerta, y salió.
Mello intentó no llorar, y pudo conseguirlo.
Se tocó la frente, y suspiró.
No tenía esperanzas de que las cosas mejoraran, no tenía esperanzas de que su relación con Nate fuera a mejorar, o de que Kingpin acabara entre rejas.
Y un hombre sin esperanza, es un hombre sin miedo.
¡Disfruta de este capítulo de...!
¡SPIDER-MAN Y DAREDEVIL!
El timbre sonó, y el hombre araña, que ahora se encontraba usando su identidad real, se levantó del pupitre, suspirando.
-¿Qué te pasa Near?, Te noto muy agobiado. ¿Has dormido bien esta noche?-. Preguntó Linda, acercándose preocupada a su mejor amigo.
-Déjame en paz Lisa-. Dijo Near, y se fue a la puerta principal de clase. Linda no pudo contestar a Near, ni si quiera pudo seguir su camino. Aquella respuesta había dejado a la rubia totalmente sorprendida, y confusa. Realmente su amigo tenía que estar pasando por un mal momento.
Near salió al pasillo de una vez por todas. Harto de todo, comenzó a dirigirse hacia la otra clase.
-Vaya vaya..., ¿Qué tenemos aquí?-. Preguntó alguien detrás del albino. -Pero si es la bola de pelo-.
Near bufó, y frunció el ceño. Acto seguido apretó sus puños en señal de rabia. Esta vez las cosas serían distintas.
El hombre al que todos conocemos por buena persona, se giró, cabreado.
-Que coño quieres Flash-. Dijo Near, harto de las tonterías y humillaciones.
-¡Vaya, el enanito está cabreado!-. Dijo sonriente Flash. -¿Qué que quiero?, Quiero que te vayas a la mierda..., Y mi puño te va a llevar directamente hacia allí-. Dijo Flash sonriente, y alzó su puño para golpear.
Near se preparó, pero antes de que pudiera hacer nada, alguien cogió el puño a Flash.
-Hijo de...-. Near miró hacia su lado. Había sido Eddie Brock "El entrometido de Eddie Brock". Pensaba Near.
No estaba de muy buen humor.
-Mira Flash, porque...-.
-¡No te metes con alguien de tu tamaño!-. Flash se libró del agarre. -Ya has dicho eso 5 veces esta semana. Te respeto Eddie, por eso te hago caso-. Flash dio media vuelta, y se dirigió hacia la siguiente clase de su horario.
-¿Cómo estás colega?-. Preguntó Eddie, sonriente.
-No necesitaba ayuda...-. Dijo Near, mirando hacia otro lado.
-A mí me parecía que sí-. Bromeó Eddie, y Near suspiró. -¿Estás bien tío?, Te noto algo cabreado con el mundo-. Dijo sonriente el rubio.
-No es nada..., Es solo que todo es una mierda-. Dijo Near.
-Wow, tú diciendo palabrotas. Que extraño-. Dijo Eddie. El rubio intentó calmar a su mejor amigo, así que posó su mano sobre su hombro. -No sé que te ocurre, pero sé que se solucionará. Si quieres a un amigo que te apoye, aquí me tienes-. Near sintió algo extraño en su pecho. ¿Qué era ese sentimiento?
-Hm-. Near sonrió. -Gracias Eddie-. Dijo Near.
-No es nada-. Eddie quitó su mano del hombro. -Bueno, me voy. ¡Que te vaya bien!-. Eddie se fue a su siguiente clase.
Near negó. ¿Qué acababa de pasar?
-¡Idiota idiota idiota!, ¿¡Porqué has bajado la guardia!?, ¡Tenías que plantar cara!, ¡Demostrar que no necesitas a nadie!-. Near apretó los puños, y frunció el ceño. -Mmmghj..., Ese idiota de Eddie Brock-. Apretó los puños.
-Hm-. Sonrió. -Ahora verá quién manda-. Near se acercó hacia Flash, que estaba apunto de entrar a la misma clase que Eddie Brock. -¡Eh tú, tontito!-.
-¿Perdona?, ¿¡Cómo me has llamado River!?-. Preguntó Flash, cogiendo a Near del cuello de la camiseta.
-¿Hm?-. Eddie, que ya estaba dentro de clase, comenzó a ver lo que estaba pasando.
-¿Porqué no me pegas tan valiente que eres?, ¿O es que no eres un hombre?-. Preguntó Near, vacilón.
-¡Ahora verás jodido enano!-. Flash fue a golpearle, pero entonces Near le paró el puñetazo. -¿¡Q-Qué!?-. Near se lo torció, rompiéndole la muñeca. -¡A-AHHH!-.
-Eres escoria, y no mereces vivir-. Dijo Near, frunciendo el ceño.
-¿Q-Qué?-. Flash se percató de aquello que dijo Near, y de la mirada que estaba teniendo en ese mismo momento. Flash tragó saliva. Realmente veía al demonio en esa mirada. Veía como Near era un jodido monstruo enviado a acabar con él. -Y-Yo..., ¿Crees que no merezco vivir?-. Preguntó Flash.
Near le dio un puñetazo a Flash, tirándolo al suelo.
-¡Near!-. Eddie se acercó corriendo. Se agachó para ver como estaba Flash. -¿¡Se puede saber qué...!?-. Near sonrió burlonamente.
-Tsk. Ya he terminado aquí-. Dijo Near, y se fue.
-¿¡Qué ha pasado!?-. Preguntó un profesor, llegando a clase.
-Que se ha hecho justicia-. Dijo Near, caminando hacia su clase.
-¿¡Quién ha sido el responsable de esto!?-. Preguntó el profesor. Near paró de caminar, y se giró, para ver a todos los alumnos que habían sido testigos del percal. Near frunció el ceño, y todos los alumnos le miraron, ¿Asustados?
-Yo. He sido yo-. Dijo Eddie Brock, levantándose. -Haga lo que tenga que hacer conmigo...-. Dijo el rubio.
-¡Estás en un buen lío, Brock!-. Dijo el profesor. -¡Al despacho del director, ya!-. Ordenó, señalando el camino.
Near tragó saliva. Ahora se preocupó por su amigo. La había liado..., Encima su mejor amigo se había comido SU marrón.
-Ahh..., Que le den por culo. Total, es solo otro musculitos sin cerebro..., ¿No?-. Dijo una voz en la cabeza de Near, pero el albino tomó consciencia y negó. -¡No!, ¿¡Qué me está pasando!?-. Preguntó confundido Near. -¡AGHJ, ODIO TODO!-. Pensó, y se dirigió hacia su próxima clase.
-¡El acusado se declara inocente, caso cerrado!-. La jueza golpeó el martillo. Se podía divisar una sonrisa por parte de un abogado, que se notaba que había hecho bien su trabajo.
-¡Keehl y Lawliet han vuelto a hacerlo!-. Elle y Mello chocaron los cinco. -Chico, hemos podido defender al indefendible. Y yo que pensaba que el caso de la tablilla robada iba a estar complicado..., Pero con la aparición de ese tal Quentin Beck y su confesión de que él había gaseado a nuestro cliente, ¡Hemos podido ganar el caso!-. Dijo Elle, con una sonrisa en su cara.
-También hemos tenido que ver en esto nosotros. Sabemos hablar bien-. Dijo Mello, y Light se acercó a su oreja.
-Y Daredevil también ha ayudado bastante-. Dijo, sonriendo picaronamente.
-Hm, quizás-. Dijo Mello, y se levantó de su silla. -Bueno chicos, tengo que irme. Debo atender unos asuntos-. Mello comenzó a caminar, junto con su bastón de invidente.
-¡Buena suerte en lo que sea que estés haciendo, Mello!-. Dijo Elle, despidiéndose de Mello.
El timbre volvió a sonar.
-Ahhh...-. Near se levantó de su pupitre, de nuevo. Linda quería hablar con él, pero se lo pensó dos veces. No quería volver a recibir una respuesta como la de antes.
El albino salió de la clase, y se encontró con el profesor de antes, el que había visto todo el percal con Flash Thompson.
-Señor River, ¿Tiene un minuto?-. Near suspiró.
-Ahhh..., Supongo-. Dijo, alzando los hombros. Terminó de salir de clase, y el profesor le miró.
-¿Usted ha tenido algo que ver en la pelea contra Flash Thompson?, Porque según dice el afectado, fue usted quién le atacó-. Dijo el profesor. Near tragó saliva, y miró hacia otro lado.
-Miente..., Vamos, miente y que Eddie se coma el marrón-. Near negó. -Fue Eddie quién le pegó, pero fue por defenderme a mí-. Mintió Near, culpando a su mejor amigo.
-Confío en su palabra señor River-. Dijo el profesor con una leve sonrisa.
-¿Qué le pasará a Eddie?-. Preguntó el albino.
-Entiendo su preocupación por el señor Brock, pero no se preocupe. Solo será expulsado una semana-. Near torció el labio.
-Ahhh..., Entiendo-. Dijo mirando hacia el suelo. -Vamos..., ¡Dí la verdad imbécil!-. Pensaba Near en el más profundo rincón de su mente.
-Adiós señor River-. Dijo el profesor, yéndose.
-Adiós-. Se despidió Near. Y se calló. No dijo nada.
Near..., ¿Qué te está pasando?
Mello caminaba con su bastón. Cerca de la comisaría principal de Nueva York. Miró a los lados, y vio que nadie le estaba observando. Se metió por el callejón de la comisaría.
-La sala del comisario debe de estar al final del todo...-. Pensaba el rubio. -Tengo que encontrar pruebas de que realmente es sobornado por Fisk-. Mello llegó al final del callejón, y aprovechó para guardar su bastón al lado del contenedor de basura. Se quitó la gabardina, y su camisa de botones, revelando su traje rojo como el fuego del infierno.
Se puso su máscara y dejó su ropa en un montón, al lado del contenedor.
-Me da asco pensar que voy a tener que ponerme esa ropa otra vez. Me daré una ducha nada más llegar a casa..., Si es que me dejan entrar-. Mello escaló por la tubería que había en la pared de la comisaría, subiendo al techo. Sacó del bolsillo de su traje, una grabadora. Vio el conducto de ventilación, y le quitó la tapa. Entró allí, y vio por una rejilla de ventilación, al comisario en su propia sala, hablando por teléfono.
Mello le dio al botón de grabar de la grabadora.
-No señor..., Claro que no señor..., No dije nada señor-. Mello sonrió. No serviría de mucho, pero algo es algo.
La grabadora no, pero él si podía escuchar desde la otra línea.
-Muy bien comisario..., Siga así, y su familia seguirá intacta-.
-C-Claro señor Fisk...-. Dijo sonriente el comisario.
-¡Bien!, Estoy seguro de que eso servirá como prueba para la policía-. Mello sonrió. -Por si acaso, debería esperar a conseguir más pruebas-.
-No..., Daredevil no ha venido a decirme nada-. Dijo el comisario.
-Oh..., Aparecerá. Pero no se preocupe, en este mismo instante he enviado hombres a que vigilen los alrededores de la comisaria, y de su casa. Tranquilo, van vestidos de agentes de la paz. Nadie podrá reconocer que son hombres míos-. Mello notó una clara sonrisa desde la otra línea. Fisk tiene que estar pasándoselo en grande. Seguro.
-Oh oh-. Pensó Mello. -Tengo que salir de aquí en cuánto antes-. Mello comenzó a salir del conducto de ventilación, arrastrándose.
Le costó un poco, pero cuando consiguió salir, sintió la presencia de unas cuántas personas.
-Ahhh...-. Mello suspiró, y uno de los secuaces de Kingpin sonrió.
-Sabíamos que vendríais Daredevil. Vamos a acabar contigo-. Dijo sonriente, agarrando con fuerza su bate.
-5 hombres..., Todos armados con pistolas con silenciador..., Llevo la grabadora en la mano, y los bastones están en mi cinturón..., Bien-. Mello suspiró.
-Vamos chicos, acabemos con él-. Dijo sonriente, y le apuntó.
Daredevil rápidamente lanzó la grabadora al aire.
-¿¡Eh!?-. Todos miraron hacia arriba. Daredevil lanzó su bastón al suelo, y este rebotó, dándole al tipo en la barbilla. -¡AH!-. Este se cayó, desmayado. La grabadora cayó, y Daredevil la cogió.
-¡A por él!-. El rubio corrió y cogió su bastón, después, saltó del tejado, cayendo al contenedor de basura de abajo. -¡Bajad!-. Gritaron los secuaces.
-¡Aghj, que asco!-. Pensó Mello, y salió del contenedor.
De pronto, de la puerta trasera de la comisaría, salió un hombre fornido y musculado, con mirada burlona.
-Jeee...., Me lo voy a pasar en grande contigo-. Vaciló, y chocó sus puños.
-Hm-. Mello frunció el ceño.
Los demás hombres bajaron, y apuntaron con sus estúpidas pistolas al demonio de la cocina del infierno.
Mello apretó los puños. La grabadora se había quedado en el contenedor de la basura, y su bastón volvía a estar en el cinturón.
Uno disparó a Daredevil, pero este se encaramó contra el suelo y saltó dirigido hacia el atacante.
-¡AH!-. Lo estampó contra la pared, dándole en la cabeza y desmayándolo.
-¡FUEGO!-. Gritó uno, pero Daredevil le lanzó su bastón en la cara, tirándolo al suelo.
Los otros dos hombres comenzaron a disparar, y Daredevil se dirigía hacia ellos esquivando las balas, pero entonces, el fornido hombre lo cogió del brazo.
-¡MGHJ!-. Mello fue estampado por la pared por el hombre, y este gruñó.
-¡JAJA!-. Se rio.
El fornido soltó a Daredevil, y este lanzó su bastón hacia la pared, que le dio a uno de los hombres de Fisk, tirándolo al suelo.
Ya solo queda uno, y el fornido.
Daredevil se fue corriendo hacia el último hombre armado, y este disparó a Daredevil, pero falló el disparo.
Daredevil fue cogido de vuelta por el hombre fornido.
-¡M-MGHJ!-. Se quejaba el rubio.
-¡VAMOS, DÍSPARALE!-. Gritó el fornido.
-¡MMMGHJ!-. Daredevil intentaba forzarse del agarre.
-¡AH!-. Disparó, pero Daredevil se movió, y la bala impactó en la parte derecha del torso.
-¡MGHJ!-. Se quejó el rojo.
De pronto, el forzudo soltó a Daredevil, y este se arrodilló. El hombre armado se acercó al superhéroe.
-Ahora vas a morir-. Gritó sonriente el armado.
-Despídete...-. Dijo Daredevil.
-¿Qué?-. Preguntó el armado.
-De tú mano-. Daredevil le cogió la pistola rápidamente, y el armado se asustó, cayendo al suelo. Daredevil disparó al hombre en su mano.
-¡AAAAH!-. Gritó este, con un agujero.
-¡AHHHHH!-. El forzudo se dirigió a embestir a Daredevil, pero este pegó un salto, y pasó por encima del fornido. -¡A-AH!-. El musculoso se acabó chocando con la pared de ladrillos del final del callejón, quedándose desmayado.
-Hm-. Daredevil rompió la pistola, y se dirigió al hombre que quedaba aún despierto. Le pisó el cuello.
-¡A-AGHJ!-. Se quejó este.
-Dile a Fisk, que Daredevil, no va a parar hasta encontrarlo-. Dijo Mello, con una cara de rabia inconmensurable. Daredevil le cogió del cuello de la camisa al secuaz de Fisk.
-Vamos a encontrar a ese amiguito tuyo...-. Daredevil frunció el ceño. -Sí..., La arañita. Y vamos a hacerle pedazos-. Daredevil lo soltó. Le cogió el brazo, y se lo rompió. -¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHH!!!-. Mello le pisó la cabeza, dejándolo inconsciente.
Daredevil cogió su ropa del montón, y la grabadora del cubo de basura. Se vistió, y desapareció de allí...
Near cerró la puerta de un portazo. Estaba cabreado con el mundo, y no pensaba para nada en positivo.
Near vio como había sangre en el suelo, y se extrañó. También habían unas gasas sueltas por alí, así que supuso lo que había pasado, y se dirigió a su habitación compartida con Mello.
-¿Mello?-. Preguntó Near, y este vio a Mello tumbado en la cama, con unas vendas alrededor de su torso. -¿Qué ha pasado?-. Preguntó, sentándose en la cama.
-Me han disparado..., Creo que la bala sigue dentro-. Dijo el rubio, y tragó saliva. -Ahhh-.
-¿Qué hacemos?-. Preguntó Near. -No puedo llamar a un hospital-. Dijo, levantándose.
-Coge las pinzas de la cocina, intenta sacarme la bala-. Pidió Mello.
-De acuerdo-. Near se dirigió hacia las ya mencionadas pinzas, y cuando las cogió, volvió hacia Mello. El rubio se quitó la venda, y Near tragó saliva.
Cogió las pinzas, y las introdujo en el agujero del torso de Mello.
-¡M-MM!-. Mello se quejó, y Near abrió las pinzas y extrajo la bala, quitándosela. -¡A-Alcohol!-. Pidió Mello.
-Espera, tengo una idea mejor-. Near tocó la herida de Mello.
-¿Q-Qué?-. Se preguntó confundido el rubio.
De pronto, el simbionte recubrió la herida de Mello.
-M-Mm...-. Mello sentía una sensación extraña que envolvía su cuerpo.
Después de estar unos segundos más así, el simbionte volvió al cuerpo de Near, desvelando que la herida de Mello había sido totalmente curada.
-Gracias...-. Dijo Mello.
-No es nada-. Dijo Near, mirando hacia otro lado.
-Si quieres dejarlo, dilo-. Dijo Mello frunciendo el ceño.
-No es eso. Pero no confías en mí palabra-. Dijo Near, mirándole ahora directamente a los ojos.
-No confío en ese traje suyo. ¿Cómo estás tan seguro de que los poderes de Madamme Web siguen influyendo si estás en otra dimensión?-. Preguntó Mello alzando una ceja.
-¿Ves?, No confías en mí-. Near se levantó. -Voy a patrullar-. Dijo.
-¡Ni se te ocurra, Near!-. Dijo Mello, levantándose de la cama.
-No me van a matar. Sé cuidarme solo-. Dijo Near, dirigiéndose hacia la puerta.
-No es por lo que puedan hacerte-. Dijo Mello, y Near le miró, confundido. -Sé que con ese simbionte eres indestructible y que nadie puede acabar contigo. Estoy seguro de que no te pasará nada-.
-¿Entonces?-. Preguntó Near.
-Es por lo que puedas hacer-. Dijo, y Near apretó los puños tan fuertes que rompió el pomo de la puerta.
-Quiero verte fuera de mí casa cuando vuelva-. Dijo Near, y salió de la casa.
-...-. Mello miró hacia el suelo, y suspiró. -Eres un niñato inmaduro-.
Near paró, en la salida de la puerta. Volvió a entrar en su casa.
-¿Cómo dices rubita?-. Preguntó el albino.
-Nunca te has hecho responsable de tus actos. Y dejas que ese simbionte te controle a ti, y que te joda la vida-. Dijo Mello, y de su bolsillo sacó la grabadora. -Tengo una cinta que demuestra que el comisario está untado por Fisk-. Near se sorprendió.
-Dámela-. Ordenó, extendiendo su brazo.
-Si la quieres, debes deshacerte de ese traje-. Dijo Mello, y Near frunció el ceño.
-Mello, no quiero hacerte daño. Dame la cinta, y acabemos con esto-. Dijo Near.
Mello se preparó. Sabía la que se avecinaba.
-No-. Dijo Mello, tajante.
Near lanzó una telaraña hacia la grabadora. Mello saltó dando una voltereta hacia atrás, impidiendo que la red tocara la grabadora.
-¡MGHJ!-. Se quejó Near, y Mello miró a su expareja. Near fue corriendo hacia Mello, así que este se fue corriendo hacia él, y se tiró al suelo, deslizándose. -¡Serás!-. Near saltó para esquivarlo. Mello cogió rápidamente la máscara de su traje y se la puso. Acto seguido salió de su casa, cerrando la puerta. -¡VUELVE AQUÍ!-. Gritó Near.
Mello corría como alma que lleva el diablo.
Near tiró la puerta de una patada, y se fue corriendo hacia Mello.
Mello subió las escaleras, hasta llegar al tejado.
-¡Ah!-. Sintió donde estaba de cerca el edificio, así que cogió carrerilla y saltó hacia el siguiente edificio. -¡Bien!-. Subió, y Near llegó hacia el tejado.
-Te vas a arrepentir de esto, Mihael Keehl-. Dijo el albino, y el simbionte recubrió su cuerpo, convirtiéndolo en el Spider-Man de negro. Near pegó un salto, y llegó hacia el edificio donde estaba Matt. -Dame la puta grabadora si no quieres que te rompa el brazo-. Obligó Near.
-¡Si la quieres, búscala!-. Mello la lanzó muy lejos.
-¡MIERDA!-. Near se fue corriendo, y saltó, comenzando a balancearse por ella.
Mello sonrió, y se guardó la cinta en el bolsillo.
-Hm-. Saltó de nuevo hacia su edificio, y bajó a su casa. Cogió su traje, y se lo puso. Después, salió por la ventana.
Spiderman consiguió coger la grabadora en el aire, y engancharse a la pared de un edificio a tiempo.
-Bien-. Celebró. Abrió la grabadora, y vio que no había ninguna cinta. -¡¡¡MELLOOOOOOOOOOOOO!!!-. Gritó cabreado, y apretó los puños a más no poder, rompiendo la grabadora.
-¿Estás seguro que vendrá?-. Dijo Matt, tapiando las ventanas y las puertas.
-Sí. Vendrá aquí e intentaré arrebatarme la cinta-. Dijo Mello, vendándose los puños, para golpear más fuerte. -¿Estás seguro que este "lanzallamas" casero, funciona?-. Preguntó Mello, preparando el espray y el mechero.
-¿Estás seguro que quemar a Near es una buena opción?-. Preguntó Matt, poniéndose su traje de Deadpool, rojo y negro.
-Sí. Y te repito que nada de katanas o pistolas-. Matt asintió.
-Sí señor, claro que sí señor-. Matt negó. -¿Y para que querías mi olla y una espumadera?-. Mello sonrió.
-Esa tarea te la encargo a ti. Tú simplemente empieza a tocarla cuando le dé con el lanzallamas-. Dijo Mello, preparando su estrategia.
-¿Cómo sabes cuáles son las debilidades de ese alienígena?-. Preguntó confundido Matt.
-Me las dijo un Spider-Man al que conocí..., No importa. Lo importante es que...-. De pronto, abatieron la puerta de una patada. -Ya está aquí-. Dijo Mello.
-La cinta, Mello. Dámela ya, y me pensaré cuántos huesos te rompo-. Dijo Near, con el traje negro puesto, cabreado a más no poder.
Mello se levantó.
-Ven a por ella si tanto la quieres-. Dijo Mello, y Near frunció el ceño.
-¡AHHHHHHHHH!-. Near se abalanzó hacia Daredevil. Rápidamente, Daredevil apretó el botón de la laca y el mechero, dándole a Near en la cara con el lanzallamas. -¡¡¡AH, AH, AHHHHHHHH!!!-.
De pronto, el simbionte comenzó a intentar salir del cuerpo de Near.
-¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHH!!!-. Se escuchaban unos gritos muy agudos.
-¡AHORA MATT!-. Gritó Mello.
Matt comenzó a dar miles y millones de golpes a la olla con la espumadera.
-¡¡¡AHHHH, PARAD, POR FAVOR, DETENED ESTO, POR FAVOR PARAD, AHHHHHHHH!!!-. Gritaba Near.
-¡HA!-. Mello golpeó a Near en la cara, tirándolo al suelo, y dejándole inconsciente. El simbionte salió del cuerpo de Near. -¡Tápalo con la olla Matt!-. Pidió Mello.
El simbionte volvió al cuerpo de Near, y este se levantó.
-¡Eeeh!, ¿¡Lo siento!?-. Preguntó Matt.
-No es Near. Es el simbionte que controla su cuerpo. Tengo que tener cuidado, es muy fuerte-. Dijo Mello.
Near, inconsciente, fue a golpear a Mello, pero este esquivó su golpe. El simbionte le dio una patada a Mello en la barriga, lanzándole contra la pared, estampándole.
-¡Mghj!-. Se quejó este, con la cabeza y la espalda dolorida. Mello salió del hueco que había dejado en la pared.
El alienígena se abalanzó contra él, y golpeó justo en las costillas de Mello.
-¡¡¡UAAAGHJ!!!-. Este escupió sangre.
Costillas rotas.
El simbionte le cogió de la cabeza, y le dio un cabezazo, haciendo que este se mareara.
-¡AHHHH!-. Matt cogió aire, y fue a golpear la olla, pero de pronto, el simbionte se la arrebató con una telaraña. -Oh oh-. El simbionte enredó a Matt en un capullo de telaraña, y el mercenario bocazas cayó al suelo. -¡MMMM!-. Este se revolvía.
-Ahhh..., Ahhhh...-. Mello se levantó. -Deja el cuerpo de Near, ¡YA!-. Gritó Mello.
Se dirigió rápidamente a por el alienígena, pero entonces, este le cogió del cuello.
-¡M-MGHJ!-. Mello comenzaba a perder el conocimiento, y así fue, Mello se desmayó.
El simbionte lo soltó, y Mello cayó al suelo.
El alienígena comenzó a investigar donde tenía la cinta Mello, pero no estaba en los bolsillos de su traje, ni en el cinturón.
-¿L-La quieres?-. Preguntó Matt. -¡HA!-. Se deshizo del capullo. -Pues tendrás que arrebatármela-. Dijo sonriente Matt.
El simbionte se dirigió rápidamente hacia Matt, y el brazo de Near se convirtió en una afilada arma de matar, que clavó justo en el corazón de Matt.
-Oh..., Vaya...-. Matt sentía que se moría. -Que pena...-. El simbionte retiró el arma afilada de Matt. -De no ser por...-.
-¡HA!-. Mello le pasó el lanzallamas a Matt.
-¡MUERE!-. Matt le incendió justo en la cara.
-¡¡¡UAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!-. El simbionte perdió el conocimiento, y cayó en el suelo redondo. Desapareció, dejando ver a Near inconsciente también.
-A-Ahhh...-. Mello se desmayó.
-M-Mi..., Corazón...-. Matt cayó al suelo, muriendo.
-H-Hmmm...-. Near se levantó el primero, y vio todo el percal. -¿Qué ha pasado...?-. Preguntó, y vio el panorama. -¿Y la cinta?-. Preguntó el albino, levantándose. De pronto, vio la cinta al lado del cuerpo inconsciente de Matt. Su corazón se estaba regenerando.
-Perfecto-. Dijo Near, cogiendo la cinta.
Frunció el ceño, y el simbionte recubrió su cuerpo.
Saltó por la ventana, y se dirigió hacia donde ya sabía donde tenía que dirigirse.
-Ahhh-. El fiscal del distrito suspiró. -¿Qué quieres Spider-Man?-. Preguntó este.
-Vengo a entregarle una prueba que incrimina al comisario, y demuestra que me ha tendido una trampa, y también, que trabaja para Fisk-. Dijo Near, y la fiscal del distrito le miró.
-Enséñame esa prueba-. Pidió.
Spider-Man se acercó con la grabadora nueva en la mano, y la cinta puesta dentro de ella.
Le dio al play, y se escuchó lo siguiente:
-No señor..., Claro que no señor..., No dije nada señor-. Sin duda era la voz del comisario.
-C-Claro señor Fisk...-.
-No..., Daredevil no ha venido a decirme nada-.
La grabación se detuvo.
-¿Ve?, Está claro que Fisk unta al comisario-. Dijo.
-Pero eso no niega la parte en la que dice que tú lo amenazaste-. Near frunció el ceño. -¿Acaso me tomas por tonto?, Leo el periódico. Cientos de noticias hablando sobre como Spider-Man ahora rompe brazos y piernas. Te estás volviendo un amargado cascarrabias-. Near miró hacia el suelo. Quizás tenía razón y estaba haciendo las cosas mal.
-Dame la cinta, y haré que se encarguen del comisario y de Fisk. Pero tú, libera toda tu rabia de otra forma, y acaba con tus problemas lo antes posible-. Near asintió, y le entregó la grabadora al fiscal del distrito.
Spider-Man salió, dando un salto por la ventana.
-A-Ahhhhh-. Mello se levantó, y negó. Se acuerda, Near le había dado una tremenda paliza. No, no era Near. Era ese estúpido y jodido simbionte el que había apalizado a Matt.
Tenía las costillas rotas, seguro.
Él siempre se llevaba las palizas más fuertes. Aunque el pobre de Matt tampoco podía decir que había sufrido menos.
Mello comenzó a oler algo delicioso que rodeaba la casa.
-Matt, ¿Estás cocinando?-. Preguntó Mello. La casa emanaba un olor a caldo bastante rico. Alguien estaba cocinando, y Mello suponía que era Matt.
-No estás en casa de Matt-. Mello tragó saliva, al reconocer la voz de Near. -¿Sabes?, Fue muy fácil convencer al fiscal del distrito de que mandara las pruebas a juicio para acabar con el comisario-. Mello negó, y se tocó la cabeza, ya que le dolía.
-A-Ahh...-.
-¿Te duele la cabeza?, Tranquilo. Te estoy haciendo esta sopa para que te encuentres mejor-. Dijo Near.
-¿Es tu forma de pedirme perdón?-. Preguntó el rubio, y Near sacó una leve sonrisa.
-Escucha Mello. Me he pasado..., Vale, debo admitirlo. Pero es este traje, me quiere defender a toda costa, y me hace más agresivo, pero eso no es nada malo. Lo único que te pido, es que aceptes a este traje, como yo acepto tus defectos-. Mello se levantó del suelo.
Near fue con un plato y la sopa, y lo puso en la mesa.
-Ahí tienes-. Dijo Near.
-No voy a aceptar ese traje-. Dijo Mello. -Ha matado a Matt, y a mí casi me matas. Tengo una costilla suelta, y la cabeza me va a explotar. Y a saber que más cosas has hecho. O te deshaces del traje..., O tendré que hacer que desaparezca-. Near frunció el ceño.
-Mello..., No vayas por ahí. Acéptalo, y déjate de tonterías-. Pidió Near, obligando a Mello.
-Adiós Near. Fue bonito mientras duró-. Mello salió de casa, con el traje puesto.
Near miró hacia el hueco de la puerta, que estaba roto, y miró hacia el suelo.
-A-Ahhh...-. Comenzó a llorar, pero se limpió las lágrimas.
Una voz en su interior le decía que no pasaba nada, que no tenía que llorar, que era mejor que e fuera. Él se lo perdía.
-Sí...-. Dijo Near, sonriendo. -Él se lo pierde-. Dijo sonriente.
-¿Si?, ¿Señor Fisk?-. El fiscal del distrito hacía una llamada importante... -Tengo pruebas que le incriminan-. Dijo. -Traídas por parte de Spider-Man, y supongo que también de Daredevil-.
-Entiendo..., Elimínelas cuánto antes-.
-Sí señor-. Fisk colgó.
El fiscal cogió la cinta, y la partió por la mitad, después, la tiró a un cubo de la basura. Prendió una cerilla y la tiró al cubo.
-Hm-. Sonrió, al pensar en lo idiota que había sido Spider-Man. -Ingenuo-. Dijo sonriente.
Daredevil suspiró, había escuchado todo lo que había pasado con el fiscal, y negó. Ahora todas las pruebas que tenían, se han ido a la mierda.
¿Qué podían hacer ahora?
Aunque Mello y Near se habían peleado, Daredevil sentía que aún seguía siendo su problema. Sigue queriendo a Spider-Man como si fuera la primera vez que se conocieron, y sabe que el Near que ha hecho esto, no es él.
Necesita encontrar más pruebas, y acabar con Fisk de una vez por todas. Necesita hacer algo.
Pero antes, necesitaba asegurarse de algo...
*Toc toc*
-¿Sí?-. La mujer abrió la puerta, y se encontró con Daredevil. -¡D-Daredevil!, ¿¡Q-Qué quiere!?-. Preguntó esta, asustada.
-No vengo a hacerle daño señora. Solo quiero asegurarme sobre unas cosas, por favor-. Dijo Daredevil, con una amable sonrisa.
-D-De acuerdo..., Pase-. Pidió esta, y Daredevil pasó adentro. -Mí hijo está en clases, que si no, se emocionaría de ver a su héroe favorito en su casa-.
-Hm-. Daredevil sonrió, siguiendo a la mujer del comisario.
-Supongo que..., Quiere hablar con mi marido. ¡N-No está en casa, e-está...!-. Daredevil asintió.
-Ya lo sé. Por eso he venido-. La mujer se extrañó. -Quiero hablar con usted-. Dijo Daredevil, y la mujer se sorprendió un poco.
El pitido de la cafetera retumbó en los ojos del diablo de la cocina del infierno, indicando que ya estaba listo el café.
La mujer del comisario, lo sirvió. Una taza a Daredevil, y otra para ella.
-¿Qué quiere?-. Preguntó, sentándose.
-Solo me gustaría saber..., Como Spider-Man, vino a pedirle a su marido, que confesara ante Kingpin-. La mujer asintió, y luego suspiró.
-Amenazó con matarnos a mí y a mi hijo..., Sacó..., Una especie de arma afilada con su brazo y...-. La mujer comenzó a sacar unas cuántas lágrimas.
-Escuche, no voy a permitir que Spider-Man mate a su familia. Se lo juro. Lo conozco, y sé lo que le está pasando y porque lo hace, y voy a solucionarlo-. Dijo Daredevil.
La mujer le miró, limpiándose las lágrimas.
-¿M-Me lo jura?-. Preguntó.
-Por lo más sagrado-. Dijo Daredevil sonriente.
-Gracias-. Dijo la mujer sonriendo. -Lo que de verdad me importa es mi hijo..., En cuánto a mi marido..., No es un santo, lo de que trabaja para Kingpin..., Es cierto-. Dijo la mujer del comisario. -A veces..., Pienso en delatarle..., Pero..., ¿¡Qué pensaría su hijo de él!?-.
Daredevil asintió.
-A veces hay que hacer sacrificios para hacer justicia-. Dijo Daredevil.
-Kingpin..., Iría a por mí-. Dijo la mujer.
-Tendría protección 24 horas de la policía-. Dijo, y la mujer asintió.
-Tienes razón, pero...-. La mujer negó. -Ahh..., De acuerdo, confesaré todo lo que ha hecho mi marido-.
Daredevil suspiró.
-Le prometo..., Que a usted y a su hijo, les queda mucho por vivir-. La mujer sonrió.
-Gracias, Daredevil-. Sonrió.
Y al día siguiente..., Un sábado...
Near encendió la tele, y vio lo siguiente.
-Noticia de última hora..., La mujer del comisario ha confesado todos los crímenes que este ha hecho, y que es cierto en que inculpó a Kingpin-. Near se sorprendió a más no poder. -Hoy mismo, han detenido al comisario y lo llevarán a juicio. También se ha quitado la orden de busca y captura contra Spider-Man-.
Near sonrió, sintiéndose libre de nuevo.
-Hm-. Sonrió. Pero entonces se dio cuenta de quién había hecho esto. -Mello...-. Dijo, y miró al suelo, sintiéndose triste. -Haré una última cosa..., Y me desharé del traje-. Asintió.
-Tengo que hacerlo-.
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