Rojo Y Negro
-Ahhhh-. Near sonrió, y miró a Mello, con una sonrisa muy amplia en su rostro.
-¿Me estás mirando?-. Preguntó el rubio, y Near se rio.
-¡Sí!-. Dijo, y se tumbó encima suyo.
-Lo sabía-. Dijo sonriente Mihael, quién abrazó a Near por la espalda. Near comenzó a observar la cara de su hermosa pareja.
-Siento..., Como que eres una mezcla entre mí Mello y el del otro universo-. Dijo Near.
-Es que es lo que soy. Igual que tú eres una mezcla entre Nate River, y el Spider-Man de otro universo-. Dijo Mello, y acarició los cabellos blancos de Near.
-Todo esto es tan extraño..., Mm, no sé..., Creo que ya no es la misma casa que tenía antes-. Dijo el albino, mirando por un momento al sol, viendo como este se alejaba poco a poco, haciendo que la noche apareciera.
-Pero es nuestra nueva casa. Y juntos vivimos en ella-. Near volvió a centrar su atención en su hermoso novio, quién tenía una sonrisa en su rostro.
-Sí, tienes toda la razón-. Dijo Near, y se dirigió a besar a Mello. Los dos comenzaron a acariciarse en el rostro, y a proceder con un beso largo.
Así era su nueva casa.
Ahora, en este universo habían millones de superhéroes. Existían los Vengadores, los 4 Fantásticos, y los X-Men. Esos los conoceréis por Deadpool y su historia...
Pero esto, ahora..., Es..., Un poco extraño.
Pero mientras Near y Mello estén juntos, ellos podrán vivir en cualquier sitio. Solo se necesitan el uno al otro.
Era de noche. Todo estaba casi completamente oscuro. Solo habían unas pequeñas luces amarillas.
Mello avanzaba lentamente por el pasillo con la luz tenue, aunque a él no le influía. Iba con su ropa de Daredevil, completamente roja, pero carecía de sus bastones. Se acercó hacia la puerta donde sabía que estaban una parte del grupo.
-D, estoy enfrentándome en el otro edificio para ver si está aquí. ¿Seguro que podrás con ellos?-. Preguntó Near. Los dos se comunicaban a partir de un intercomunicador que tenían en su traje.
-Hm-. Contestó Mello.
-Bien. Suerte..., Aunque se la dedico a ellos. La necesitarán-.
Mello alzó una sonrisa.
Abrió la puerta rápidamente, y los mafiosos se levantaron rápidamente de sus asientos. Mello comenzó a pelear contra ellos.
Después de unos segundos, Mello tiró abajo la puerta junto con un mafioso. De la otra sala salió un tipo regordete dispuesto a darlo todo. Se dirigió hacia donde estaba la pelea, pero entonces se le fue lanzada una caja que le dio en la cabeza y lo tiró al suelo, dejándolo inconsciente.
Otro tío fue lanzado de la sala hacia fuera de la habitación, estampándose contra la pared.
Mello no perdió tiempo y salió de la sala. Otro tío se dirigía hacia él. Mello se acercó hasta él y le dio un codazo en la nariz, después un rodillazo en la barriga, y lo empujó con una patada en el estómago hasta la pared.
Dispararon, pero Mello esquivó la bala, y se acercó al tipo que había provocado el disparo. Mello le cogió por el arma, y le dio un puñetazo en la nariz. Le arrebató el rifle y le bateó con él, tirándolo al suelo. Alguien le cogió de la pierna, pero Mello le pateó con su otro pie, y este dejó de hacer fuerza, soltándolo.
Alguien salió embalado de la habitación, y se dirigió corriendo hacia Mello. Cuando este estuvo lo suficientemente cerca, Mello lo cogió todo lo rápido que pudo de su camisa, y aprovechando la velocidad, lo alzó en el aire y después lo tiró hacia el otro lado, en el suelo, estampándolo. Mello le pisó la cabeza, dejándolo inconsciente.
Unos cuántos tíos comenzaban a levantarse, y uno se dirigió a golpear a Mello. Este saltó en la pared y golpeó al mafioso, tirándolo abajo. Después se dirigió corriendo a por el otro y le dio una patada en sus partes. Lo cogió de la cabeza y lo lanzó hacia la pared, haciendo que se quedara atravesado.
Al último le cogió la mano en un ataque, y le torció el brazo. Después le dio un puñetazo en la nariz, y le tiró al suelo cogiéndolo de la camisa, y alzándolo.
Otro tío salió de la habitación y fue a darle una patada, Mello se apartó y la pierna del mafioso se quedo encallada en la pared. Mello aprovechó y le cogió la pierna, haciendo que el tío cayera al suelo, y se chocara en toda la cabeza contra el suelo.
Mello paró para descansar.
-Ahhhh..., Ahhhh...-. Lo notó.
Ya había acabado con todos.
Mello se dirigió a la habitación del final, y abrió la puerta. Lo vio.
-S, está aquí-. Dijo Daredevil.
El niño le estaba mirando completamente asustado.
-Tranquilo, te llevaré con papá y mamá-. Dijo Mello, cogiendo al niño pequeño en brazos.
-V-Vale...-. Dijo este llorando levemente.
Mello avanzó en su camino.
-Bien, voy hacia allí-. Dijo Near.
-Ahhh-. Mello dejó su máscara en la encimera.
El simbionte se convirtió en ropa para Near. Un suéter rosa y unos tejanos blancos.
-Ahhh-. Near sonrió, tumbándose en el sofá. -Estoy contento de que hayamos podido llevar a ese chico con sus padres-. Dijo el albino, con el pelo corto de nuevo.
-Sí, yo también-. Dijo Mello. -Pero no me gustaría que esto se repitiera. Lo de secuestrar niños digo-. Aclaró Mello, sacando una cerveza de la nevera, y bebiendo.
Ahora los dos vivían en un piso que habían alquilado hace poco, con el dinero de la beca de Near y de su trabajo como fotógrafo, y con el dinero de Mello como abogado.
-Y..., ¿Te han salido casos?-. Preguntó el albino.
-Mañana iré con Elle y Light a ver que tal nos va. Pero de momento no tenemos muchos casos-. Sonrió Mello, bebiendo.
-Ellos lo saben, ¿No?-. Preguntó el peliblanco.
Mello terminó su cerveza.
-Sí, lo saben-. Dijo Mello, acompañándolo asintiendo la cabeza. -¿Te es un problema?-.
-No no, para nada..., Pero los únicos que saben lo mío son Linda, Matt, y tú-. Aclaró Near, y Mello asintió.
-Con Elle fue un descuido. Una vez llegué medio muerto a casa, y casualmente él estaba en mi casa, había entrado porque sabía donde estaba la llave de repuesto. Al principio se sorprendió, pero después dijo que debía haberlo imaginado-. Sonrió el rubio.
-Hm-. Near sonrió. -¿Y Light?-.
-Cuando se lo conté a Light, pareció emocionarse un poco. Pero luego me dijo que no está bien que no vayamos por la vía legal a la hora de hacer nuestro trabajo..., Y que es peligroso y nos traerá mala reputación si me detienen alguna vez-. Near negó.
-No permitiré que pase eso-. Dijo Near. -Convenceremos a la policía de que eres tan bueno como todos los demás superhéroes-. Mello sonrió.
-Gracias, pero no hace falta. No me importa lo que piense la policía, solo quiero hacer mi trabajo-. Respondió Mello.
-Bueno, igualmente haremos algo-. Near se levantó de un salto. -¿Quieres ir a ver a Matt?-. Preguntó el peliblanco.
-Claro, ese capullo tiene que estar haciendo una de las suyas seguro-. Dijo Mello sonriente. -Vamos-.
Mello y Near estaban apunto de picar a casa de Matt, cuando de pronto...
¡¡¡PUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUM!!!
-¡AHHHH!-. Mello y Near cayeron al suelo. Fueron lanzados por la onda explosiva.
-¿¡Estás bien!?-. Preguntó Mello.
-*¡Cof cof!*-. Tosió Near. -¡S-Sí, tranquilo!-. Dijo el albino.
-¿¡Este tío es gilipollas!?-. Preguntó Mello.
-¡Llama a los bomberos!-. Pidió Near.
-Ahhhh...-. Matt abrió los ojos, y se encontró con Mello y Near, mirándole fijamente. -¡A-Ah!, ¿D-Dónde estoy?-. Preguntó el castaño.
-En nuestro piso-. Respondió Near.
-Escucha Matt, te estás volviendo muy inestable..., Tú mente, cada vez está peor-. Dijo Mello, y Matt torció el labio.
-¡Y tú estás ciego!, Tsk, ya estamos en paz-. Dijo Matt alzando los hombros.
-Mira idiota-. Matt miró a Near. -Desde la muerte de Mello, estás comportándote como un verdadero gilipollas, así que será mejor que pares y vuelvas a ser tú, antes de que pase algo malo-. Matt miró hacia los lados.
-¿Se supone que tengo que acojonarme?-. Vaciló Matt, sonriendo. -Mirad, vosotros no sabéis que me pasa en la cabeza, ¿Vale?, Son..., Son estos poderes, me están trastocando el cerebro. ¡Además, vosotros si que no estáis finos!, Venga decidme, ¿Cuántos años tiene Mello y cuántos Near, eh?-. Preguntó sonriente Matt.
Mello y Near se miraron, y negaron.
-Eres incorregible, Matt-. Dijo Mello.
-Ahhh-. Near suspiró. -Vete anda-. Dijo.
Matt se levantó, y negó. Salió de casa de Mello y Near.
-Olvídalo, es incapaz-. Dijo el rubio.
-Hm-. Near miró la tele fijamente. Esta estaba apagada, y Near no sabía que hacer.
-¿Salimos a patrullar?-. Preguntó Mello.
-Sí, porque no-. Dijo Near.
Y los dos, se pusieron sus trajes...
¡Y salieron a defender en nombre de la justicia!
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