El Poder De Misterio Y Kingpin
Near tatareaba su canción favorita. Estaba de buen humor, y parecía que la mañana iba a ser genial. ¡Disfrútala Nate River, porque a la noche, te espera una gran aventura como el hombre araña!
-¡Hecho!-. Sonrió Near, entregándole en la mesa a su novio Mihael, una tortilla recién hecha.
-Muchas gracias cielo-. Agradeció Mello, ajustándose la corbata.
¡Disfruta de este nuevo capítulo de...!
¡SPIDER-MAN Y DAREDEVIL!
-Ahhh-. Mello suspiró, y abrió la puerta.
-¡Bien, por fin estás aquí!-. Dijo Light. Mello sabía la que le esperaba. Light le entregó una carpeta entera. -Me he pasado toda la noche pasando estos documentos en braille, ¡Así que léetelos pero ya, porque Elle y yo no damos a basto!-. Dijo Light, agobiado.
-Entendido secretario, no te pongas tan furioso-. Dijo sonriente Mello, cogiendo los documentos.
-Elle está atendiendo a un nuevo cliente. Lo han acusado de robar en el museo metropolitano de arte-. Dijo Light, volviendo a sentarse en su silla y tecleando en el ordenador sus cosas.
-Cuéntame más-. Pidió Mello, leyendo mientras la primera página de la extensiva carpeta que Light se había molestado en preparar.
-Pues, lo pillaron a noche con una tablilla llamada la tablilla del orden y el caos. Un nombre muy pretencioso si me preguntas..., Pues solo es una tabla de piedra y...-. Mello le interumpió.
-Al grano Light-. Pidió el rubio.
-Sí, perdón-. Dijo el castaño. -Resulta que lo pillaron junto a la tablilla, y junto con un guardia de seguridad al lado suyo, inconsciente. Él era otro guardia de seguridad que claramente ha sido despedido. Alega que él no ha sido nada, que simplemente estaba vigilando, y en un abrir y cerrar de ojos, se encontraba en el escenario del crimen y con la tablilla en la mano-. Mello alzó una ceja.
-Mm, difícil de defender. Pero me gustan los retos-. Sonrió el rubio. -Veremos que podemos hacer, mientras, dile a Elle que espere, primero me leeré esta carpeta-. Dijo Mello, pasando a la siguiente página.
-Ah por cierto..., Tengo malas noticias-. Dijo Light, tragando saliva.
-¿Si?-. Preguntó Mello.
-Wilson Fisk, alias Kingpin, el rey del crimen, el que supuestamente es un hombre honorable y del que aún no se ha demostrado su verdadera identidad..., Tiene cierto interés en esa tablilla. Como nos ocupamos de defender al acusado, Fisk nos ha llamado...-. Mello frunció el ceño.
-¿Qué ha dicho ese idiota ahora?-. Preguntó Mello, cabreándose.
-Dice que..., Tengamos cuidado con lo que hacemos-. Dijo Light, y Mello se cabreó.
-¡MGHJ!, Ese malnacido...-. Mello se cabreó, y apretó sus puños.
-Tranquilo, Mello..., No vamos a caer en sus amenazas-. Dijo Light. -Además, he estado pensando..., Y si perdemos el caso y se demuestra verdaderamente que nuestro cliente es culpable, he pensado...-. Mello asintió, y acabó lo que iba a decir Light.
-Que nuestro cliente ha sido enviado por Fisk para robar la tablilla-. Dijo Mello.
-¡Exacto!-. Dijo Light. -Si no..., ¿Porqué tanta llamada y tanto miedo que nos quiere meter?, Si se demuestra que es culpable, podríamos demostrar que fue enviado por él-. Dijo sonriente Light. -Pero Mello..., No hagas nada, por favor-. Pidió, y Mello suspiró.
-Ahh..., Lo intentaré-. Dijo el rubio.
-Entendido-. Dijo Light.
El timbre sonó, y Near cogió su mochila, y guardó su estuche y su carpeta.
-¿Listo para la siguiente clase?-. Preguntó Linda, acercándose a su mejor amigo.
-Supongo, no lo sé-. Dijo Near, sonriendo. -Veremos como va-. Dijo, poniéndose la mochila en la espalda.
-¿Qué tal con Mello?-. Preguntó la rubia.
-Bien, me encanta. Además, es..., No sé..., Estar con Mello me hacía generar un sentimiento que echaba de menos. Me siento en casa-. Dijo el albino, con el corazón enternecido.
-¡Oi, que mono!-. Dijo Linda, y Near se sonrojó.
-¡Cállate!-. Dijo Near, y miró hacia otro lado.
-Vaya vaya..., Pero si es Near la oveja-.
-Aghj..., Hola Flash-. Dijo Near, y Flash se apoyó en la taquilla que había a su lado.
Desde que los universos se juntaron, Near ha tenido ciertos problemas con..., Flash Thompson. Un idiota bravucón, líder del equipo de futbol, que cree que puede meterse con Near por su aspecto. La gente realmente no evoluciona.
Pero..., No solo Flash apareció en la vida de Nate River.
-Eh Flash, ¿Porqué no te metes con uno de tu tamaño?-. Near sonrió, al ver a su mejor amigo.
Sí, es raro..., Pero desde que los universos se juntaron (Sí, otra vez lo digo) a Near se le insertaron recuerdos.
Recuerdos sobre un amigo, un amigo de la infancia que conocía gracias a sus padres, antes de que ellos 4 murieran juntos en un accidente de avión, ya que los 4 se conocían del trabajo, y en un viaje de vuelta a casa, todos murieron.
Desde ese momento, Near y su mejor amigo, comenzaron a apoyarse y llevarse mucho más. Hasta el punto de que él y Eddie Brock, se convirtieron en inseparables.
-Hm..., Está bien Brock, me voy. No sé porque defiendes a este enano-. Dijo Flash, y se fue con sus demás amigos.
-Gracias, Eddie-. Sonrió Near, y Eddie le devolvió la sonrisa.
-No me agradezcas, Near-. Dijo Eddie, y acarició la cabeza de su hermano. -Además, que sepas que tu pelo es muy bonito. Así que, que no te sientas ofendido-. Near asintió.
-Muchas gracias-. Dijo Near.
-Bueno, me voy a clase. ¡Nos vemos después!-. Eddie se despidió.
-Adiós-. Se despidió Near, y suspiró.
-¡Que gran amigo!-. Dijo Linda. -De verdad, no entiendo como os podéis llevar tan bien-. Near alzó los hombros.
-Nos conocemos desde niños, es normal-. Dijo, y continuó su camino.
-Ahhh-. Mello dejó la carpeta en la mesa.
Elle salió de la oficina. Estaba totalmente trajeado, al igual que Mello.
-Es casi imposible demostrar que nuestro cliente es inocente, pero lo intentaremos-. Dijo Elle.
-Deja que hable con él-. Dijo Mello. -Sabré si miente o no por...-.
Elle asintió.
-Ya, lo sé-. Dijo Elle.
Mello entró en la sala, y vio a su cliente, un poco nervioso, jugando con sus manos. Mihael se sentó enfrente de él.
-Bueno, sé que le molestará tener que explicarlo todo otra vez, pero..., Necesito que me lo cuente a mí también-. Dijo Mello, con una sonrisa, para inspirar confianza.
-Pues..., Yo estaba en..., Osea-. Mello soltó una leve risa.
-Tranquilo, no muerdo-. Dijo, poniéndose cómodo.
-Ah-. Su cliente sonrió. -Pues yo..., Estaba en mi puesto de trabajo, justo en la entrada, y..., Eran las doce de la noche. El museo ya estaba cerrado..., Así que mi turno acababa de empezar. Vigilaba justo fuera, en la puerta-. Mello asintió, escuchando la versión de su cliente. -Pues, de pronto, veo a un hombre trajeado subiendo los escalones-.
-Descríbamelo por favor-. Pidió Mello.
-Tenía el pelo negro y corto. Aparentaba tener unos 30 años, y llevaba un esmoquin azul claro, con una corbata gris-. Detalló el cliente.
Mello notó sus latidos, parecía estar diciendo la verdad.
-Me pide entrar, y le digo que no puede. Él me insiste, y entonces..., Lo siguiente que recuerdo fue que la policía me estaba apuntando y yo estaba con la tablilla en las manos-. Mello se interesó por la tablilla. Pensaba que el que la quería robar, intentaría volver a por ella.
-¿Y sabe dónde están llevando la tablilla ahora mismo?-. Preguntó Mello, y el hombre negó.
-No tengo ni idea. Es información confidencial-. Mello asintió, se lo imaginaba, pero tenía que probar.
-Bien, creo que podemos hacer algo con eso. Váyase a casa, nos veremos en el juicio, hasta entonces, intente no salir mucho-. El hombre asintió, y Mello y él se levantaron. -Hm...-. Mello frunció el ceño. -Seguro que Fisk se entera de adonde la van a trasladar..., Necesito ir hacia su edificio para enterarme cuánto antes de si le informan hacia donde llevan la tablilla-. Mello salió de la sala, y vio a Light y a Elle hablando íntimamente.
-Eh parejita, tengo que irme-. Mello se acercó a ellos dos, y como vieron que parecía ser un secreto, pusieron la oreja para escuchar bien. -Van a trasladar la tablilla de sitio, y necesito enterarme si Fisk descubre hacia donde la van a llevar, así que montaré un puesto de vigilancia lo más cerca que pueda de su edificio-. Elle y Light asintieron.
-Sí, podría ser una buena idea-. Dijo Light.
-Ten cuidado, no sabemos si Fisk vigila los alrededores-. Dijo Elle, y Mello sonrió y asintió.
-No te preocupes, yo me ocupo-. Dijo el rubio.
-Lo sé-. Dijo Elle con una leve sonrisa.
-Ahhh-. Near caminaba junto con Linda en los alrededores de la universidad. Era la hora del recreo y podían salir afuera durante media hora.
-¿Qué ocurre?-. Preguntó Linda, comiendo su almuerzo. -¿Echas de menos a cierto rubio?-. Near le miró, y negó.
-No es eso. Es solo que me gustaría saber que hace-. Dijo alzando los hombros. -No sé, me gustaría que nos intercambiáramos los cuerpos por un día, para ver como se siente-. Linda asintió.
-Estaría interesante, eso seguro-. Dijo sonriente Linda, y Near asintió.
De pronto, Near sintió su sentido arácnido.
-¡CUIDADO!-. De pronto, Near vio el balón de fútbol en su cara. Near suspiró, y decidió no hacer nada.
-¡AH!-. A Near le dio en toda la nariz, y esta se puso roja, y a sangrar. -¡Maldita sea!-. Se quejó Near.
-¡Ay copito de nieve, lo siento mucho!-. Se disculpó falsamente Flash, acercándose a por la pelota.
Linda entregó a Near unos cuántos pañuelos, y el albino comenzaba a limpiarse.
-¡Bueno, nos vemos!-. Flash se fue corriendo.
-¡Ese idiota!-. Dijo Linda, refunfuñando. -¡Deberías darle una paliza!-.
-Sabes que no puedo, Lisa-. Dijo Near. -Anda, voy a la enfermería-. Near comenzó a adentrarse hacia la universidad.
-¡Recupérate!-. Dijo Linda.
Mello suspiró, y cogió sus prismáticos. Comenzó a localizar la habitación de Fisk, y cuando la encontró, se quedó observándolo durante unos instantes. Estaba comiendo tranquilamente, con dos de sus guardias vigilándolo. Parecía que tenía el mundo a sus pies, y es que así era. Era un gran filántropo que se presentaba para alcalde, y lo peor de todo es que en realidad es un gran cabronazo. Un líder de una mafia rusa, de otra yakuza. La rusa se encarga de tener controladas las calles y acabar con las redadas de las otras mafias y de los otros bandos, mientras que los yakuza aprovechan eso y se encargan el negocio de la droga.
Mello sabía todo eso, pero nunca había podido demostrarlo. Nunca pudo demostrar que los policías, jueces e incluso el fiscal del distrito, son sobornados por Kingpin. Quién en realidad es...
Wilson Fisk.
-Vamos, habla...-. Decía Daredevil, con su traje puesto. Esperando a que Wilson recibiera una llamada con información. Desde aquí podría escucharlo perfectamente.
-Hmm-. Spider-Man, el gran héroe de Nueva York, estaba sujetándose el hielo en la nariz, mientras tenía una cara de total decepción y enfado. Sobre todo, molestia por haber sido golpeado por ese tremendo idiota. -Ahhhh-. Suspiró, y decidió girarse para ver por la ventana de la enfermería. Lo que vio, hizo que frunciera el ceño.
Era un hombre totalmente trajeado, con gafas de sol, y un maletín en su mano.
-Hmmm...-. Near pensaba que algo andaba mal, y que tenía que investigar.
-Señor River, ehm-. El enfermero entró a la sala, pero cuando se dio cuenta, se quedó boquiabierto. -¿Dónde ha ido?-. Preguntó, viendo que Near ya no estaba.
-Ahhh...-. Near estaba arriba de la ventana de la enfermería, fuera, enganchado a la pared. -Vamos, ponte-. El simbionte recubrió todo el cuerpo de Near, volviéndolo en el Spider-Man de negro. -¡Genial, cada vez me gusta más este traje!-. Sonrió, y vio como el hombre trajeado subía en un coche.
-¡Espero que de verdad sea un criminal y no esté haciendo el tonto!-. Near comenzó a perseguirlo, sin que nadie se diera cuenta.
-Vamos Fisk, canta-. Pedía Daredevil, harto de estar tumbado en el edificio. Fisk de pronto, recibió una llamada. Mello sonrió. -Perfecto-. Dijo, y aumentó su concentración. Comenzó a escuchar lo que Fisk hablaba por teléfono.
-Sí, el incidente del museo, ya...-. Dijo Fisk, hablando por teléfono. -¿La van a trasladar esta tarde adónde?-. Preguntó Fisk. -Entendido, así que en los muelles a las 12..., ¿Allí será el intercambio?-.
-...-.
-Claro. La compraré por lo que acordamos. 3 mil dólares, y será mía. Muchas gracias, adiós-. Fisk colgó el teléfono.
-¿¡3 mil dólares por un trozo de mármol!?-. Mello negó. -Aquí algo anda mal..., Esa tablilla tiene que tener algo de especial-. Mello asintió. -De acuerdo. Iré al museo y...-. Mello se levantó, pero de pronto, tragó saliva.
-Eso es..., Alto-. Mello suspiró.
-Ahhh...-. Se giró, y vio a un hombre de Fisk apuntándole con una pistola.
-Sabía que vendrías aquí..., ¡Vamos, de rodillas, o te mato!-. Dijo el soldado. Mello frunció el ceño, y se arrodilló. -Chicos, tengo a...-. De pronto, uno de los bastones de Mello chocó en la cabeza del soldado, y se cayó.
Mello se levantó y cogió su bastón.
-Idiota-. Dijo Mello, y saltó del edificio, yéndose.
-Bien bien..., ¿Adónde me llevas hombre misterioso?-. Preguntó Near, y vio como el hombre trajeado entraba con el coche a un aparcamiento bastante grande. -De acuerdo..., Juguemos al juego del escondite del malo. ¡Pero te aviso que soy medallista olímpico!-. Near saltó hacia el techo del aparcamiento, y vio un tubo de conductos. Así que sin dudarlo, quitó la rejilla y se metió dentro.
Entró dentro del edificio, y se quedó enganchado al techo.
-Hmmm...-. Near frunció el ceño.
El hombre trajeado que llevaba el maletín, lo puso en una mesa, y abrió el maletín.
Allí había un traje verde con capa morada, y un casco parecido al de una pecera.
-¿Un traje...?-. Preguntó Near. -Bien, dudo que sea para una fiesta de cumpleaños-. Near bajó al suelo. -¡Bien maleantes, hora de pagar por lo que sea que habéis hecho!-. Dijo Near, haciendo estiramientos.
-¡ES SPIDER-MAN!-. Gritaron, y comenzaron a dispararle.
-¡A-Ah!-. El hombre del maletín se fue a otra habitación con el traje.
-¡HM!-. Near saltó y pateó a uno, tirándolo al suelo. Near hizo un barrido de piernas a otro, y después lanzó unas redes al suelo y se impulsó por abajo, pasando por debajo de otro de los malvados, y dándole justo en sus partes nobles.
-¡UUUUH!-. Este se cayó al suelo, y Near saltó y se levantó.
-¿¡Alguien más!?-. De pronto, dispararon a Near, pero este saltó y esquivó la bala. -¿¡Eres ciego o algo!?, ¡Apunta mejor si quieres matarme!-. El hombre volvió a disparar, pero Near cogió la bala con su telaraña y la lanzó hacia la pared, haciendo que quedara destruida.
El hombre volvió a intentar disparar, pero ya no tenía balas.
-¡A-A-AH!-. Near bajó al suelo, y se acercó lentamente al hombre. Los ojos de su máscara se cerraron, dándole una pinta amenazante.
-¡N-NO ME HAGAS NADA, P-POR FAVOR!-. Suplicó el hombre.
Near le cogió del cuello de la camisa.
-No sé que habéis hecho..., Pero sé que ha sido algo malo, así que te juro que te vas a pasar toda tu vida en prisión-. Dijo frunciendo el ceño.
-¡A-AH!-. El hombre se desmayó del susto.
De pronto, todas las luces del lugar se apagaron.
-¿¡Qué!?-. Near soltó al hombre, y miró atrás suyo.
-¡BIENVENIDO A MI ESPECTÁCULO, SPIDER-MAN..., DEJA QUE TE PRESENTE A...!-. La sala comenzó a envolverse de un humo verde, y de allí salió el trajeado con el traje verde con capa morada y casco de pecera. -¡MISTERIOOOO!-. Gritó.
-¿¡Te lo tienes muy creído no cara bolo!?-. Preguntó Near, encaramándose al suelo, preparándose para la pelea.
-¡NO ME AFECTAN TUS PALABRAS, HOMBRE ARAÑA!. ¡Yo soy Misterio, amo y señor de las tierras oscuras, y profanador de...!-.
Spider-Man interrumpió a Misterio.
-¡Que te calles hombre!-. Spider-Man se abalanzó hacia Misterio, y entonces este desapareció. -¿¡Cómo!?-. Spider-Man miró a los lados, pero había desaparecido al completo. -Aghj..., ¡Maldita sea!-. Se quejó.
Spider-Man se asomó a la gran vidriera del local, y vio como Misterio se iba corriendo por un callejón.
-Debería seguirlo...-. Dijo Spidey, y salió por el conducto de ventilación.
Spider-Man se dirigió a seguirlo, pero de un momento a otro, ese tal Misterio pasó a ser un civil como cualquier otro.
-¿¡Cómo ha hecho eso!?-. Preguntó sorprendido el hombre araña. Y entonces Misterio se giró al haber escuchado a Spider-Man, pero el susodicho se escondió en el tejado de un edificio para que no le viera. -Ahhh..., Capullo-. Dijo.
Misterio comenzó a caminar tranquilamente, y nuestro amigo y vecino empezó a seguirle como quien no quiere la cosa.
Mello cerró la puerta tras de sí, y se relamió los labios.
-¿Near?, ¿Estás ahí?-. Preguntó, ya que no escuchaba sus latidos. Pero no estaba, ya que tampoco olía su aroma. -Se habrá retrasado en la universidad-. Dijo, y se dirigió a la nevera para sacar una cerveza, y comenzar a beberla. -Ahhh-. Suspiró después de echarle un trago.
De pronto, recibió una llamada.
-Matt..., Matt..., Matt...-. Su teléfono le indicaba quién le estaba llamando. Tenía un tono predeterminado para cada uno y así sabía quién le llamaba.
-¿Si?-. Preguntó Mello aceptando la llamada. -¿Qué ocurre Matt?-.
-...-.
-¿Es muy urgente?, A las 0:00 tengo un compromiso-. Mello asintió. -Entendido, ahora mismo voy-.
Mello colgó a Matt, y cogió su bastón. Saliendo de casa.
-Uy espera, casi se me olvida-. Mello cogió una hoja y un bolígrafo. Apuntó una nota para Near avisando de que iba a llegar tarde, y la colgó en la nevera con un imán. -Ahora sí-. Dijo, y Mello se fue.
-¿Para qué querías llamarme Matt?-. Preguntó Mello, dejando su bastón apoyado en la pared.
-A ver..., Ya sabes que ahora mismo vivo en casa de los X-Men..., Pero he encontrado este piso de un mafioso y me lo ha dejado súper barato-. Dijo Matt, y Mello asintió. -Pero he pensado, oye, ¿Porqué no le digo a Mello quién es el mafioso, y así se ocupa de él y yo tengo la casa gratis?-. Preguntó Matt, tumbándose en el sofá y comiendo patatas.
-Muy buena idea Matt, pero..., ¿No podrías habérmelo dicho por teléfono?-. Preguntó Mello con una leve sonrisa, y molestia en su interior.
-Nah, así te veo. ¡Es la primera vez que tengo un amigo que resucita, entiende que quiera verte!-. Mello asintió ante la queja de Matt.
-Lo sé Matt, yo también quería verte-. Dijo Mello. -Por cierto, ¿Porqué no te ocupas tú del mafioso?-. Preguntó Mello.
-Bah, pereza-. Negó Matt. -Además, mi grupo "X-Force" y yo, nos estamos ocupando de una cosa muy chunga-. Dijo sonriendo Matt, comiendo una patata.
-Bueno, dime como se llama el mafioso-. Dijo Mello.
-Se llama Roscoe Sweeney-. Mello se quedó atónito ante la noticia de como se llamaba aquel mafioso. Mello tragó saliva, y Matt notó el nerviosismo de su amigo. -¿Ocurre algo?-. Preguntó el castaño, confundido.
Mello negó.
-N-No...-. Dijo, y se ajustó la corbata. -Tengo que irme Matt...-. Mello se dirigió hacia la puerta.
-¡Ni si quiera te he dicho donde encontrarlo!-. Dijo Matt muy sorprendido.
-No importa..., Sé donde puedo encontrarlo-. Mello salió de la casa de Matt, dejando muy confundido a este.
-Pero..., ¿Este pavo?-. Preguntó sorprendido Matt.
-Ahghj..., Vamos, ¡Deja de ir a tantos lados y enséñame que tienes entre manos!-. Se quejaba Spider-Man. Llevaba todo el día persiguiendo a ese tal Misterio, y todavía no había hecho nada malvado.
Misterio miró hacia los lados, y sacó un teléfono. Llamó a alguien.
-¿Si?, ¿Ya lo están llevando?, Bien..., Sí, ahora mismo voy-. Misterio colgó.
-¡Bien, parece que va a hacer algo incriminatorio!-. Pensó Spider-Man.
Misterio salió de donde estaba, y se dirigió hacia un lugar.
Spider-Man no sabía hacia donde se dirigía, pero le siguió.
Daredevil frunció el ceño. Eran las 23:55, y estaba en los muelles, arriba de una bidón enorme de cargamento, donde la oscuridad le tapaba.
-Seguro que Fisk no vendrá al intercambio y habrá enviado a uno de sus hombres..., Como no-. Pensaba Daredevil, negando.
De pronto, sintió algo muy familiar detrás suyo.
-¿Near?-. Preguntó Daredevil, y Near le abrazó por la espalda.
-Hola guapo..., ¿Qué haces aquí?-. Preguntó Spider-Man.
-Es complicado de explicar..., Pero en resumidas cuentas, tiene que ver con Wilson Fisk, ¿Y tú?-. Preguntó Daredevil.
-Yo llevo siguiéndole la pista a un tipo llamado Misterio que ha terminado aquí. ¿Crees que tiene algo que ver?-. Preguntó Spider-Man de negro.
Daredevil asintió.
-Sin duda-. Contestó el Demonio.
Entonces, un coche llegó, y salieron los hombres de Fisk.
-¡Los hombres de Fisk, son ellos!-. Dijo Daredevil, asomándose al borde del bidón de cargamento.
-¿Qué hacemos?-. Preguntó Spider-Man.
-Yo iría a por ellos ya...-. Dijo el Demonio de la cocina del infierno.
-Perfecto, vamos-. Dijo Spider-Man, y saltó el primero, aterrizando en el suelo. -¡Hola chicos!, Que, ¿Jugando a traficar con drogas?-. Preguntó Spider-Man. Le apuntaron rápidamente. Spider-Man saltó y le quitó el arma a uno, tirándosela en la cara a otro, dejándolo desmayado.
-¡Ja, muy fácil!-. Sonrió por debajo de la máscara.
-¡AHORA VERÁS!-. Fue a dispararle por la espalda, pero entonces el bastón de Daredevil impactó en su cabeza, tirándolo al suelo desmayado.
Daredevil aterrizó atrás del desmayado, recogiendo su bastón.
-¡MALDITA SEA!-. Gritó un hombre de Fisk.
-¡TENGO LA TABLILLA!-. Gritó otro hombre de Fisk, cogiéndola.
-¡SPIDER-MAN, NO DEJES QUE LA COJA!-. Gritó Daredevil.
Los hombres de Fisk se subieron al coche, y arrancaron.
-¡VOY!-. Spider-Man saltó y comenzó a perseguir el coche.
-¡MUAJAJAJA, MISTERIO SE ENCARGARÁ DE LA TABLILLA, SERÁ MÍA!-. Gritó Misterio, saliendo con su disfraz, y dirigiéndose al coche.
-¡Mierda!-. Daredevil se cabreó, y comenzó a correr. Saltó y se subió encima de Misterio, que estaba volando.
-¡AGHJ, BÁJATE MALDITO MORTAL!-. Daredevil comenzó a golpearle la espalda.
-¡AGHJ!-. Misterio cayó al suelo, y su casco se agrietó.
-¡MALDITO SEAS, ACABARÉ CONTIGO!-. Gritó Misterio, y lanzó unos rayos hacia Daredevil.
-¡HYA!-. Este saltó y los esquivó. Se acercó a Misterio por debajo y le hizo un barrido de piernas.
-¡AH!-. Misterio se cayó, y su casco se rompió.
-Adiós payaso-. Daredevil le cogió del cuello de la camisa. La gente miraba asustada a Daredevil. -¿¡TRABAJAS PARA FISK!?-. Preguntó cabreado.
-¿¡FISK!?, ¡N-NO, YO SOLO QUIERO ESA TABLILLA, NO TENGO NADA QUE VER CON FISK!-. Gritó.
-¡NO MIENTAS!-. Daredevil apretó el agarre.
-¡NO MIENTO!-. Gritó Misterio, acojonado.
Daredevil sintió sus latidos, y llegó a la conclusión de que decía la verdad.
-Bien..., ¡Ahora vete a dormir!-. Daredevil le golpeó en la cara, tirándole al suelo y dejándole desmayado. -¡Que alguien llame a la policía!-. Pidió, y saltó hacia un edificio, subiéndose por las escaleras.
-¡Claro Daredevil, hasta luego!-. Se despidió una chica, sonriente.
-¡DADME, ESA, TABLILLA!-. Gritaba Near, golpeando al coche. Hasta que atravesó el puño en ella, y golpeó a un matón.
-¡AH!-.
Spider-Man sacó el puño.
-¡AGHJ!, ¡Ya estoy harto!-. Spider-Man pegó un salto muy alto, y se puso enfrente del coche. Cuando llegó, el hombre araña lo paró con sus propias manos. -¡MMMGHJ AH!-. Lo paró de una manera muy fácil, y los secuaces salieron del coche.
-¡VÁMONOS CORRIENDO!-. Comenzaron a huir. De pronto, un bastón les fue lanzado a uno de ellos, que rebotó en el suelo y lanzó al otro secuaz que iba corriendo.
Se les cayó la tablilla, y Spider-Man la cogió con una red, atrayéndola hacia él.
-Perfecto-. Dijo sonriente Spider-Man, con la tablilla del orden y el caos.
Entonces, Daredevil cayó al suelo al lado de su compañero.
-Llevemos esto a las autoridades-. Dijo Spider-Man.
-Vamos-. Spider-Man cogió a Daredevil, y saltó para balancearse mientras su compañero estaba agarrado a él, y el cuernitos sujetaba la tablilla.
-Muchas gracias, Spider-Man y Daredevil. Habéis hecho un gran trabajo por esta noche-. Sonrió el comisario de la policía.
-No es nada agente-. Dijo Spider-Man.
-Escuche..., Quién quería conseguir esta tablilla, es Wilson Fisk. Tiene que detenerle de una vez-. Dijo Daredevil, y el comisario suspiró.
-Mire, entiendo que no le guste ese hombre, pero no podemos demostrar ninguno de los crímenes de los que se le ha acusado repetidas veces-. Daredevil frunció el ceño. -Seguro que usted lo entiende-. Daredevil asintió.
-Sí...-. Dijo.
-Muchas gracias-. Dijo sonriente el comisario, y entró adentro de la comisaría.
-Ahhh-. Mello suspiró, ya sin el traje.
El simbionte generó ropa para Near, y este se tumbó en el sofá.
-No te preocupes por Fisk, Mello. Es un idiota, y ya lo pillarán algún día-. Dijo Near, y Mello negó.
-Nunca lo van a pillar..., Nunca-. Mello negó. -Ese hombre, me ha hecho sufrir incontables veces..., Me he peleado con él innumerables veces, pero nunca lo llevan a la cárcel. Está untando al comisario, estoy seguro-. Dijo Mihael, sentándose en el taburete de la cocina.
-Mírame-. Mello miró a Near. -¿Estás 100% seguro de que está untando al comisario?-. Preguntó Near.
-¡Claro que sí!-. Dijo Mello, y negó. -Ese cabronazo tiene que tener untado a un montón de gente...-. Dijo, negando de nuevo.
Near tragó saliva, y frunció el ceño.
-Ahhh-. Suspiró. -Vayamos a la cama-. Dijo, cogiendo a Mello del brazo, bajándolo del taburete. -Descansa y ya mañana hablamos-. Mello asintió, y se tumbó en la cama.
-Ahora vengo, voy a patrullar un rato..., ¿De acuerdo?-. Preguntó Near.
-¿Quieres que te acompañe?-. Preguntó Mello.
Near negó.
-Es solo para visitar a mi tía May, tranquilo-. Dijo sonriente Near, dándole un beso a Mello.
-No tardes-. Dijo el rubio, echándose a dormir.
-No tardaré. Lo prometo-. Sonrió Near. Cuando Mello cerró los ojos, Near frunció el ceño y apretó sus puños.
Se dirigió a la ventana de su casa, y la abrió. De pronto, el simbionte recubrió su cuerpo, y saltó de la ventana, balanceándose...
-¡POR..., POR FAVOR, NO ME HAGA NADA!-. Pidió el comisario.
Su mujer miraba asustada la situación.
-¿P-Papá?-. El niño entró a la habitación, asustado. -¡A-Ah!-. Vio a Spider-Man de negro, cogiendo a su padre del cuello del pijama.
-¡USTED VA A TESTIFICAR CONTRA WILSON FISK, ALEGANDO QUE HA COMPRADO SU SILENCIO ANTE SUS ACTIVIDADES CRIMINALES!, ¿¡DE ACUERDO!?-. Gritó Spider-Man.
-¡ENTONCES MORIRÉ!-. Gritó muy asustado.
-¿Quiere ver como me cargo yo a su familia...?, ¿¡EH!?, ¿¡QUIERE ESO!?-. Spider-Man alzó su mano, y esta se convirtió en una afilada espada. -¡TESTIFIQUE CONTRA WILSON FISK!-. Gritó.
-¡VALE VALE..., LO HARÉ, LO JURO!-. Gritó asustado.
-¡QUIERO VERLO POR ESCRITO!-. Gritó Near, frunciendo el ceño.
-¡Y aquí está!-.
Al día siguiente, Near llegó a casa con una hoja firmada por el comisario, donde había escrito una declaración de todo lo que había hecho por el dinero que Wilson Fisk le había dado.
-¡Pero Near...!, ¿¡Cómo has conseguido esto!?-. Preguntó Mello, muy sorprendido.
-Bueeeno..., Un poco de labia..., ¿Sabías que es mi mayor arma?-. Preguntó sonriente Near.
-¡Es increíble!-. Sonrió Mello, pero se extrañó. -No habrás amenazado al comisario, ¿No?-. Preguntó Mello alzando una ceja.
-Mello..., Lo único que tuve que hacer fue decirle lo que él quería hacer en el fondo de su corazón, y lo entendió a la perfección. Bueno, eso y que utilicé una grabadora para que confesara, y si no lo hacía él, lo hacía yo-. Dijo Near alzando los hombros.
-¡Eres increíble Near!-. Sonrió Mello, abrazando a su pareja.
Y al día siguiente..., En una rueda de prensa...
-Spider-Man llegó a mi casa..., Amenazando a mí y a mi familia, a que coaccionara contra Wilson Fisk, y mintiera. Diciendo que era un capo de la mafia, y que confesara que él había comprado mi silencio. E incluso me hizo escribir una nota confesándolo-. Dijo frunciendo el ceño. -¡Por eso quiero, que protejan a Wilson Fisk el triple de lo que ya está protegido, Y QUE A PARTIR DE AHORA, CAPTUREN A ESE TREPAMUROS DE SPIDER-MAN, Y LO MATEN!-. Gritó el comisario, cabreado.
-¡¡¡PFFFFFFT!!!-. Matt escupió su batido. -¡LA PUTA MADRE!, ¿¡QUÉ HAS HECHO NEAR!?-. Preguntó sorprendido Matt.
Parece que las cosas, van de mal en peor...
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